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Izarra
Existe una obsesin (idea que con tenaz persistencia asalta la
mente) en los seres del mundo capitalista sobre el comunismo. La
intensa propaganda desplegada en el mundo occidental durante
el perodo de la Guerra Fra, la cual continu con mayor empuje a
partir del Nuevo Orden Internacional de la globalizacin iniciado a
partir de la cada del Muro de Berln, ha hecho del individuo un ser
alienado (estado mental caracterizado por una prdida del
sentimiento de la propia identidad). La alienacin como expresin
cultural de generaciones de seres humanos que se atan al mundo
capitalista ha sido un instrumento de dominio psicolgico que ha
hecho al individuo de la modernidad y, ahora de la
postmodernidad globalizada, presa sumisa de los conceptos que
esa propaganda impone como verdad siendo la misma aceptada
sin ningn tipo de reflexin, meditacin o verificacin.
Cuando el centro de dominio del mundo capitalista asume la
confrontacin contra el incipiente mundo socialista que
comenzaba a emerger despus de la II Guerra Mundial dispuso
de su capacidad maligna impregnada de rapacidad, sometimiento
y opresin para inventar realidades, ninguna verdadera o al
menos manipulada esa verdad parcializada, y crear fantasmas
(figuraciones de la imaginacin) acerca de un modo de vida
diferente al generado por el consumo y sus leyes de la
maximizacin de la ganancia (razn del capitalismo). El
comunismo era entonces visto desde la ptica del capital como lo
antagnico a democracia, felicidad, libertad y justicia. Era
dictadura, opresin, subyugacin del pueblo, sometimiento al trato
cruel, inhumano y extirpador de sueos y disfrute pleno. El
comunismo era el infierno; mientras que el capitalismo era el
cielo.
Pues bien, de all devino la deformacin del comunismo que ha
sido permanente, incrustndose en la mente de generaciones
humanas para que se asuma (consciente o inconscientemente)
como un mal del mundo al cual hay que repudiar, refutar y negar.