por Cayetano Coll» Taste
we de Torres:
'y DiseBo:
EI grano de Oro
recopilada
‘adaplackin de Mary Mulia)
ilustrade por TANE Arte.Una semana ms tarde, justo al amanecer, Orozco y Guilarte se
internaron en el basque, con direccién al centro de la isla. Después de
sch le i nn pa oes ae enLos amiges s@ seniaron sobre una,
riogon sus alforjas ¥
(eee arom a corer. O8 BON,
Gullarte dio un brinco y 12 dijo a su
‘companiero, mientras sonalaba un
i al es!
Puninlra hacia e¢a hondonada y
dime lo que ves.
—Sélo vee una piedra que refloja
los rayos dol gol —contest6 Orozco,
sin prestarfle mucha atencidn.
"No, no. Fijato bion y vordis que
‘¢3 Un trozo de oro unide a un
pedazo de cuarzo —insistié Juan
Guilarte, ahora con mas fuerza.
—iTienes razént ;Qué buena vista
tienes! Pero esta en un lugar muy
Gite para acerearse. {Quién bajara
a cogerio?.
—iPues tu y yo, por supuesto!
—Tespandié Guilarte—. Pero, gcémo
085 que podriamos logrario?
Se me ocurre que hagamos una
escalera con sogas de majagua
—sugitid su amigo,
Asi lo hicieron, Terminada la
iazalera, bajaron por ela hasta
ior al fondo del abismo, Aj verla
aaa fotaron que la piedra era
grande de
abe 'o que habian
—El oro
; que tiene esta, Piedra as
Sutclente para que uno d
se haga Pero no bz 08 tos
0 basta para,
ambos —indioé Orozco,
busauemos entonces
2 Rath ng
‘usa eee i
~Sugii6 Gullarto,day cansado ya de No tener Cait, 7
Tras varios alas de on aqvole ee ees ‘quien se quedaria con ta |
Covozc0 te popu a Gular jgat 8 0s dade Ye 4 oro permaneceria en
piedia do oo. El que la ganara pods Feros z
Caparra, proband svete
Bueno —aceptd Gullato— LY los dados?
Aqui los tengo: oe 1, mostrdndoselos.
—)Pues tiralos de una vez!
Pussies om oco, Gilat feien6 a su amigo con alegria sincera
—|Felicidadest, s0 han cumplido tus deseos, ‘Ahora salgamos de aqui antes de que
‘nos coja la noche.
‘Orozco se acereé ala escalera y propuso a ‘su compafiero:
—Sube tu primero. Yo iré después con la pledra.
‘Guilarte subio y se senté en el borde de la pendiente a esperar a ‘su amigo. Ya iba.
(Or0260 por la mitad de su ascenso cuando, de rpente, la soga con que estaba
“construida la escalera comenzé a romperse. Entonces grité a Guilarte:
—jAyidame!
Se eee
SI de la soga para que me ayudes a subir
Heer para yudes antes de quo s6 rompa por
—10rozco, tala pledra! Podrds agarrarte mejor sin ellat te suplicé Guilarte,
esesperado, al ver cémo fa soga se seguia rompiendo.
—iNo! (Esta piedra es mi futuro! ;Avanza y tira de la. cuerda con mas fuerzalGuilarte halo eon toda sus fuerzas, pero fue tanto el peso que la soga se rompid, El
pobre Orozco cays asi en la hondonada. Guilarte, desesperado, improvisé una nueva
s0ga y la até a un drbol para bajar a socorrer a su amigo, Cuando llogé a su lado,
momentas después, Orozco ain estaba vivo, sin soltar la piedra de oro que, junto con
su ambiciOn, habfa ayudado a provocar su desgracia, Al ver a su compaforo, exclamd
‘con vor débil:
—jVoy a morir! {Oyeme! TU descubriste el oro y yo Ie lo quité: us6 dados falsos e
bs trampa. Asi que éste es mi . iPerdéname! —y diciendo esto, murid,
eyenda q ullarte regalé la piedra de oro ala