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ARTICULO 2.- En dicho banco de datos se incluirán los resultados de los estudios
genéticos realizados en todas las investigaciones penales efectuadas en los términos y
con las garantías del Código de Procedimiento Penal (Ley 11.922 y sus modificatorias),
especialmente en las que se investiguen delitos contra la vida, la integridad sexual, la
identidad o la libertad de las personas.
ARTICULO 3.- La Suprema Corte de Justicia deberá adoptar los recaudos necesarios
para la conformación de la base de datos, la confidencialidad de sus informes y el
sistema de recuperación y análisis de la información judicial.
Fundamentos de la
Ley 13869
Las denuncias por violación que ingresaron en las distintas fiscalías del país
tuvo en lo que va del año un promedio de un ataque sexual cada 150 minutos, y en la
mitad de los casos las víctimas fueron menores de edad, según un informe estadístico
oficial.
No nos olvidemos que las víctimas de estos delitos muchas veces quedan
marcadas de por vida, se les hace muy difícil su reincorporación a los actos más
sencillos, como es el hecho de salir de su casa, que en muchos casos se torna un
martirio. Estas personas, son las que necesitan de nuestra mayor atención, entre las
víctimas de estos delitos nos encontramos con los niños quienes no tienen las
herramientas para poder comprender porque aquellos que deberían cuidarlos y
protegerlos, los mayores, se aprovechan del modo más vil de su inocencia.
Estos delitos son sumamente aberrantes, pero la única manera de poder abordar
la problemática es conociéndola y difundiéndola. Son estos los pilares fundamentales de
este proyecto, por un lado debemos tener bien en claro quiénes son los delincuentes que
tienen condena firme, por el otro debemos establecer canales ágiles y participativos para
que el Estado provincial realice conjuntamente con la sociedad civil las acciones de
prevención, difusión y contención. No podemos esperar más, debemos actuar ya.
Conmueve a la sociedad semejante agresión, por el alto impacto que genera este
tipo de acción antijurídica que comprende la integridad física, psíquica y moral de las
víctimas, las que resultan atravesadas de por vida por las secuelas irreversibles que el
trauma sufrido le genera.
Mayor énfasis aún, cuando la víctima es menor de edad y es bien sabido que la
persona en pleno proceso de desarrollo de su niñez, registra las secuelas de la
perturbación con mayor gravedad en su evolución madurativa, que se manifiestan en el
devenir de las etapas de crecimiento e impactan en la conformación de su personalidad
en la adultez.
HONORABLE LEGISLATURA:
El abuso sexual es uno de los ataques más violentos que puede sufrir una
persona, generando daños físicos y traumas psicológicos que afectan el desarrollo de su
vida futura.
Por otra parte, es necesario asentar que este Registro no atenta contra el derecho
a la intimidad y a la dignidad de la persona, ya que una vez que el juez expidió
sentencia de culpabilidad y con la consecuente condena, esto trasciende el ámbito
privado propio del delincuente y la esfera de su intimidad, afectando a terceros, la
seguridad y el orden público. La información relativa a la condena y al delito, siempre
que se trate de información veraz y de interés para la sociedad, no tiene la pretensión de
afectar la dignidad del condenado.
Sin embargo, queda implícito que el derecho a la intimidad puede asimismo ser
restringido por el legislador cuando exista peligro de una amenaza mayor para la
sociedad en su conjunto. Esta ley de ningún modo afecta la intimidad ni la libertad
individual de las personas, porque las libertades son equivalentes y en dicho caso se
justifica la protección contra la ofensa y el peligro que se enfrenta.
Los recientes y numerosos casos que han salido a la luz respecto de denuncias y
sentencias en casos de abuso físico y sexual de menores de edad pone sobre la
superficie un tema que, lejos de ser nuevo, muestra no solo cifras preocupantes sino uno
de los temas más sórdidos, perversos y escabrosos que pueda exhibir una sociedad.
Resulta destacable aclarar, que conducta como las aquí evaluadas, la tasa de
reincidencia asciende a un 80%. Es por tal razón que el presente proyecto de ley tiene
por objeto, prevenir a la población de eventuales nuevos delitos sexuales que se puedan
perpetrar.
Por otra parte se encuentran en colisión dos otros principios, por un lado el
derecho de la sociedad en su conjunto y de cada individuo en particular de prevenirse
para sí de eventuales delitos y el del condenado, en su privacidad. Entre estos dos,
privilegiamos el primero, ya que el condenado no ha sido puesto en ese lugar por gracia
divina, sino que fue él mismo quien se colocó al delinquir.
En orden a cifras manejadas por ONGs uno de cada cinco niños son víctimas de
alguna situación de abuso ya sea físico, emocional o sexual.
Por definición, “el abuso es todo daño producido a un niño en forma no
accidental, por una persona de mayor edad, más fuerte o autoritaria, conocida o no por
el niño”, define. El abuso físico es el que daña al cuerpo (mediante golpes, quemaduras,
lastimaduras). El emocional apunta a la autoestima con burlas e insultos y, el sexual,
“consiste en hacer participar al niño en actividades como tocarle o mirarle sus partes
íntimas, hacer que él toque o mire esas zonas del cuerpo del abusador, incitarlo a mirar
escenas obscenas, e intentar o mantener relaciones sexuales”. En cualquiera de sus
formas, el abuso deja marcas: siempre es traumático.
“En países desarrollados, como los Estados Unidos, el tema se habla en los
colegios y el Estado interviene en los planes preventivos –afirma la especialista, que es
docente responsable del curso para graduados “Abuso infantil y prevención”, en la
UBA-. En nuestro país, es necesario crear centros de información y atención
psicológica, médica y legal que lleguen a todos, centros de capacitación para docentes,
campañas masivas, programas para padres sobre el cuidado de la salud de sus hijos,
etc.”. Sin embargo, los adultos deben saber reconocer algunos signos de alarma: si un
chico está siendo sometido a abuso, puede presentar cambios en la conducta (inhibición,
agresividad), trastornos del sueño y la alimentación, migraña, enuresis, problemas de
aprendizaje y cambios en la sexualidad: extrema inhibición (rechazo a cualquier
contacto habitual) o erotización prematura. A esto se agregan indicios más obvios:
golpes, lastimaduras, u otras lesiones físicas. En esos casos, conviene consultar de
inmediato para obtener un diagnóstico diferencial. “Pero siempre hay que tener en
cuenta que la prevención primaria no solo general menos costos para el sistema, sino
-básicamente-, evita el sufrimiento humano.
El proyecto, obliga a realizar por parte del organismo dependiente del Ministerio
de Salud de la Provincia de Buenos Aires, un seguimiento y periódicos controles de
quines condenados por estos delitos, hayan recuperado su libertad.
Es bueno saber que en materia de abuso casi el 15% es menor de 5 años. El 60%
tiene entre 10 y 18. Estos niños tiene más riesgo, pero la mayoría presenta una
inteligencia normal. Pueden ser de cualquier clase, raza o religión. La mayoría de los
abusadores son conocidos por los chicos, muchos de ellos, parientes. El 80% de los
abusadores son hombres heterosexuales. Edad promedio del abusador: 30 años. El
abuso puede suceder en la propia casa del niño. El que abusa suele utilizar más la
seducción que la fuerza.
Por todo lo expresado creemos que “Los niños deben sentir que la comunidad
avala que ellos se defiendan y que sepan que no tienen la culpa de lo que les ocurre
porque no existe ningún motivo que justifique el abuso bajo ninguna de sus formas”.
(Lic. M. Diner).
Por último, se prevé un registro de ADN que permitirá tener un banco de datos
donde cotejar ante nuevas comisiones de delito. Esto en modo alguno afecta ningún
derecho de los ciudadanos, ya que tendría la misma naturaleza que el registro de huellas
digitales. Por otra parte este registro será exclusivamente de acceso a autoridades
judiciales y utilizable en investigación penal determinada.
Por lo expuesto, invito a los señores y señoras senadores a acompañar con su firma este
proyecto