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Haba una vez un prncipe curioso que quiso un da salir del palacio a
pasear sin escolta. En un barrio miserable de la ciudad, descubri a un
muchacho de su estatura que era muy parecido a l.
--No lo puedo creer!dijo el prncipe --. Nos parecemos tanto como dos
gotas de agua.
-- Es cierto reconoci el mendigo --, con la gran diferencia de que yo
estoy vestido con ropa vieja y sucia y t por el contrario, vistes con seda y
terciopelo.
No sabes cunto me gustara estar vestido como tu aunque fuera por
unos instantes. El prncipe avergonzado de su riqueza se quit en ese
momento su traje, sus zapatos, y el collar de la orden de la serpiente, lleno de
piedras preciosas y se la entreg al mendigo. Cuando hubieron terminado de
intercambiar sus ropas, el prncipe dijo:
--Eres exacto a m. Yo digo lo mismorespondi sorprendido el
muchacho.
Sucedi que en ese momento un guardia que haba salido de palacio a
buscar al hijo del rey se encontr con los dos jvenes. Se llev consigo a quien
crea que era el verdadero prncipe y ahuyento al que tena la vestimenta ms
pobre. Por ms que ambos trataron de decirle al guardia que estaba
equivocado no lograron nada. Esa misma noche muri el rey y el mendigo tuvo
que ocupar el trono. Lleno de ambicin y de rencor por la miseria con la que
haban vivido, gobern al pueblo con odio y opresin, y adems su ambicin y
su sed de riqueza lo volvi insensible, mientras tanto el verdadero prncipe
padeca hambre. A la menor oportunidad deca que el
era el verdadero