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La Magnífica Célula

Y
La Psicología de la Vida

Ernesto Molano Devia


2009
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SERIE DE LA ENERGÉTICA ORGANIZACIONAL


Advertencia

Este texto es opinión sin pretensiones de ninguna clase. Es el resultado de estudios llevados a
cabo por el autor sin rigor científico, ni académico, ni religioso, por lo tanto no debe tomarse
éste como un libro de texto, ni guía de estudio y menos aún como un manual de autoayuda.

El texto tiene como objetivo único hacer un reconocimiento a la célula, unidad extraordinaria,
que durante cerca de cuatro mil millones de años ha luchado incansablemente por lograr el
establecimiento de la vida en una continua transformación del medio y de sí misma.

Partícula magnífica que ha creado un mundo maravilloso, pleno de formas, colores, tamaños,
una diversidad casi infinita ¿Qué tanto sabemos de la célula? Poco. Después de leer este texto,
el conocimiento seguirá siendo casi el mismo, pero espero, querido lector, que éste despierte en
usted la admiración por la célula, aquella que lo creo y lo constituye, ese diminuto organismo
que es el motor de toda la vida que conocemos.

El Autor.
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¡PORQUE SOY HUMANO!

Atendiendo mi naturaleza celular, de aquella que me conformó y de la que provengo tengo


derecho a obtener mi alimento de la tierra que no posee dueño, el mismo derecho que tengo al
agua vital para mantener mi estructura, el mismo derecho al sol que me da energía y al oxígeno
producido por los vegetales y algas que requiero para vivir. Tengo derecho a estar en soledad y
amablemente subsistir compartiendo el mundo vivo y el inorgánico. Tengo estos derechos sin
pagar por ellos.

Atendiendo mi naturaleza vegetal tengo derecho a mi autonomía, a mi identidad, a


autoformarme y mantenerme por mi mismo. Tengo derecho a ocupar un espacio donde pueda
proveerme mis propios alimentos, tener agua, oxigeno y sol. Tengo derecho a crecer,
expandirme y colaborar con el desarrollo del sistema vivo. Tengo estos derechos sin pagar por
ellos.

Atendiendo mi naturaleza animal tengo derecho a mi libertad de movimiento, tengo derecho a


desplazarme y ubicarme en aquellos sitios donde mi vida esté asegurada. Tengo derecho a vivir
mis emociones, tengo derecho a sentir y compartir con otros similares a mí, tengo derecho a
disfrutar del mundo y de reunirme con mis pares. Tengo estos derechos sin pagar por ellos.

Atendiendo mi naturaleza humana tengo derecho a la libre expresión de mis pensamientos y


sentimientos, tengo derecho a crear, a comunicar, a sentir en libertad. Tengo derecho a
relacionarme, a crear, conformar y pertenecer a organizaciones dignificantes y evolutivas.
Tengo estos derechos sin pagar por ellos.

Como ser humano tengo el deber de promover la vida en libertad, de reconocer a todos los seres
humanos como iguales, de proteger a los vegetales por ser los dadores de vida, de proteger a los
animales como ancestros y compañeros. Debo proteger las fuentes de alimento, agua, sol y
oxigeno pues son el patrimonio de la vida.

Y tengo el deber de respetar y dignificar toda forma de vida en reconocimiento a mí mismo y a


la lucha persistente de la célula por más de cuatro mil millones de años.

Ernesto Molano Devia


Ibagué, Octubre 13 de 2009.
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Contenido

Primera Parte:
La historia increíble.

Segunda Parte:
Reproducción y Coproducción

Tercera Parte:
Evolución: Célula, Organismo y Vida

Cuarta Parte:
Psicología de la Vida

Quinta Parte:
El futuro de la Célula y de la Vida
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Primera parte:
La historia increíble
Algo que diferencia al planeta Tierra de sus hermanos del sistema solar es su
activa capa de vida, o biosfera, capa que nos causa admiración profunda a
quienes habitamos este planeta. Podemos pasar horas en un campo, en un
bosque, en la orilla del mar observando la magnificencia y la capacidad creadora
de la vida.

Por donde quiera que miremos, encontramos maravillosas formas bien sean estas
gigantescas como los arboles y grandes animales, o minúsculas como los hongos
o insectos. Los colores que abundan partiendo de un verde, que en todas sus
gamas, colma casi todos los rincones visibles del planeta hacen contrastar con
los demás planetas que son monocromáticos.

Toda esa abundancia, toda esa creatividad, toda esa explosión tiene un común
denominador y es una microscópica partícula capaz de transformar la energía y
la materia inorgánica en Vida, esa minúscula partícula es la célula.

Los primeros esbozos de la Célula primigenia aparecen en el planeta hace más


de tres mil ochocientos millones de años. Eran organismos muy diferentes a la
célula moderna pero ellos son indudablemente los ancestros de ésta y de toda la
vida que hoy existe en la Tierra, incluidos usted y yo.

Es imposible saber cómo aparecieron aquellos organismos o moléculas


orgánicas en un planeta que podría parecer un caldero en plena ebullición,
explosiones volcánicas que hacían irrespirable la atmosfera, nubes de gases,
aguas acidas en el cielo y en el mar, grandes terremotos convulsionaban las
superficies continentales y oceánicas. Tormentas extraordinarias de gran
magnitud con grandes movimientos de agua transformaban continuamente la faz
del planeta.

Y del espacio exterior también le llegaban visitantes, meteoritos que la


bombardeaban continuamente de diversos tamaños generando remezones a nivel
macro y molecular, porque aquellos visitantes generalmente traen elementos
químicos no clasificados y por ende no conocidos en este planeta. El entorno en
el cual surgió la vida en la Tierra no era ni el más agradable, ni el más tranquilo
ni el más pacífico, considero que este factor es muy importante para entender la
psicología de la vida como veremos en el desarrollo de este escrito.

La Biología actual busca afanosamente una respuesta del cómo surgió la vida en
el planeta, seguramente nunca se encontrará, es un secreto encerrado en la célula
misma. Existen variadas hipótesis, pero básicamente son dos: una que la vida
surgió en el planeta gracias a un ambiente bioquímico favorable para su
evolución y la segunda es que la vida llegó al planeta como pasajero de algún
meteorito que en algún momento chocó contra la Tierra. En este último caso, la
pregunta seguiría sin respuesta.
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El objetivo de este documento no es el origen de la vida, es el brindar una


comprensión de cómo ha sido la evolución de la misma y las profundas
enseñanzas que se encierran en tan minúscula partícula que la mantiene. Dice el
refrán mas sabe el diablo por viejo que por diablo, en ese sentido la célula se las
sabe todas.

Es difícil saber si aquellos primeros organismos, llamémosles precelulas eran


autótrofos o heterótrofos. Autótrofo es aquel organismo capaz de tomar los
elementos químicos del medio ambiente y transformarlo en materia orgánica.
Hoy en día son autótrofas las plantas.

Heterótrofos son aquellos organismos que para su supervivencia deben


alimentarse de otros seres vivos, como lo hacen la mayoría de los animales,
incluyendo al ser humano en esa clasificación. Los heterótrofos no pueden
construir fibra viva a partir de los elementos puros, solo pueden hacerlo con
elementos sintetizados por otros organismos vivos.

Aquí tenemos dos elementos importantes para entender la psicología de la vida,


existen dos tipos seres los que se autocrean y se autodirigen; y aquellos que son
dependientes de otros para su supervivencia.

Volvamos al remoto pasado, existe, decíamos, la discusión si la precélula era


autodirigida o dependiente. La lógica es pensar que los primeros organismos
eran autosuficientes, poseyeron la capacidad de tomar los elementos químicos
que en aquellas temperaturas y condiciones andaban por allí libres, los fueron
uniendo y transformando, no es fácil entender un escenario para la heterotrofia,
que en otras palabras es el acto de nutrirse de otro organismo vivo, en esas
circunstancias.

Recordemos que ni siquiera existen rastros de estos preorganismos, si la primera


célula aparece hace 3,800 millones de años, no sabemos desde hace cuanto
tiempo existían tales organizaciones moleculares, además, para dar un nuevo
salto en la evolución le tomó a la célula cerca de mil millones de años, es posible
pensar que el desarrollo de los preorganismos estén ligados al mismo origen del
planeta.

La vida ha sido un esfuerzo permanente y continuo, se ha ido escribiendo


lentamente y ha ido aprendiendo de sí misma, de su propia experiencia, esto es
lo que en la Teoría General de Sistemas se denomina Negentropía. La vida es un
proceso creativo y evolutivo.

Mas que heterotrofia, considero que existió simbiosis entre los organismos
precelulares, es más lógico y natural, además que parece ser una norma natural,
si analizamos los organismos pluricelulares vemos una asociación totalmente
coordinada en la que todas las partes pueden garantizar su supervivencia. Aquí
surge otro elemento importante de la Psicología de la vida: la asociación para
solventar la necesidad y mantener la vida a través de la cooperación y la
construcción en común.

Existen tres tipos de simbiosis: parasitismo donde uno vive del otro,
mutualismo, donde ambos organismos sacan buen provecho de la asociación y
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comensalismo donde uno vive del otro sin afectar a éste último. Considero que
la primera relación de estos preorganismos fue la de mutualismo, donde las
partes brindaron capacidades que favorecían su existencia. Así se fueron creando
cadenas moleculares cada vez más complejas.

Millones de años hubieron de pasar, intensas y permanentes tormentas


eléctricas, cambios extremos de temperatura, erupciones volcánicas, un inmenso
tubo de ensayo en el que muy lentamente las enzimas y proteínas se fueron
formando y juntando, hasta conformar una unidad que habría de cambiar la faz
de la Tierra. Lentamente se fueron estableciendo los códigos que permitían o
negaban la simbiosis, códigos que prodigiosamente se fueron copiando y
almacenando, cuidadosa y delicadamente esa información fue guardada para ser
distribuida en caso de requerirse.

La manera como es almacenada, procesada y distribuida esa información


denominada genética es la maravilla mas extraordinaria de la vida y su
evolución. Ese proceso debió iniciarse con la misma formación de las precélulas
y se ha ido perfeccionando constituyéndose en un proceso de tal magnitud
incomprensible aún para la ciencia humana. La transmisión del código es a la
vez transmisión de vida, de nutrientes y energía, aquí se aplica perfectamente
“somos lo que comemos”.

La inteligencia detrás de la vida es realmente impresionante, es de una sabiduría


aun no comprensible para el ser humano, al fin y al cabo no somos más que un
organismo conformado por células y cuyo origen es una simple y solitaria
célula. No tan parecida a las primeras células que resultaron de la simbiosis de
cadenas moleculares a base de carbono.

Aquellos primeros seres, muchos más sencillos que las células modernas
empezaron a poblar el planeta hace cerca de cuatro mil millones de años.
Seguramente empezaron a habitar aguas poco profundas en bahías y ensenadas
protegidas de las fuertes corrientes oceánicas turbadas por grandes cataclismos y
tormentas. En aquellos resguardos la vida celular empezó a surgir ya con fuerza,
tenían un proceso primario de transmisión genética que las empujaba hacia su
objetivo esencial: Propagar y mantener la vida, esa es la razón de ser de la
Célula.

La célula primigenia debió ser procariota, es decir sin núcleo. En el tiempo


actual aun existen organismos procariotas, de hecho son la gran mayoría de
habitantes de este planeta, habitantes que en general los humanos les tenemos
miedo: las bacterias. Los procariotas actuales difieren poco, se cree, de sus
antiguos ancestros y son organismos unicelulares, que algunas veces conforman
colonias pero no tienen la capacidad de crear organismos más avanzados.

Las procariotas habitaron durante mil millones de años el planeta. Lento fue el
paso evolutivo, pero importante su presencia para el establecimiento de la vida,
estas células primitivas vivían inicialmente en el agua, seguramente en aguas de
bahías, ensenadas y lagunas alimentadas por el océano. La importancia de este
aspecto radica en que hoy en día la gran mayoría de células que viven en este
planeta aún viven en medio del agua salada, así se encuentren a miles de
kilómetros del mar. Las células han creado un ambiente similar donde nacen,
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crecen, se reproducen y mueren, todos los organismos pluricelulares modernos


poseen un porcentaje muy alto de agua en su interior, agua muy similar a la del
mar.

Las células procariotas fueron el resultado de la unión simbiótica de largas


cadenas de proteínas con capacidad de conservar en su memoria el proceso
realizado, proceso que aún no puede denominarse como vivido. Cuando tales
cadenas lograron consolidarse y conformarse como un ente autónomo, en ese
mismo instante, se inició la vida. La célula es un transductor, toma energía y
materia y la transforma en materia que a su vez es capaz de producir energía,
otras formas nuevas de energía. Considero que la célula es una interface entre la
energía y la vida. Es la célula la generadora de vida y no al contrario. La célula
posee el secreto, la alquimia tan buscada en la Edad Media de la humanidad es
poseída desde sus orígenes por la célula.

La primera etapa del proceso celular primitivo fue lograr la unidad, la


integración de los componentes por algún tipo de interacción simbiótica, muchas
etapas evolutivas debieron ocurrir para ir desarrollando ese sistema sincronizado
de conformación, se percibe un mecanismo de autoprotección en este proceso,
no solo de lo ya logrado sino del organismo en sí mismo. Considero que este es
uno de los principios esenciales de la vida, el organismo trata de autoprotegerse.

Consolidada la unidad del organismo celular procariota, se produjo el siguiente


paso evolutivo para lograr la permanencia de la vida en el planeta, la capacidad
de duplicarse o reproducirse, es decir copiarse a sí misma. Con esto se aseguraba
que la experiencia obtenida por la célula se pudiese mantener a lo largo del
tiempo, la vida lograba su permanencia y su evolución. Para duplicarse la célula
tiene que copiar su información genética para pasarla a la nueva, esto es algo
que hacen todas las células en la actualidad, todas tienen la capacidad de
reproducirse, es decir copiarse a sí mismas. Bueno todas excepto dos, los
gametos sexuales, de los cuales hemos de hablar posteriormente.

Las células procariotas se multiplicaron e invadieron la Tierra llenándola de


vida, se adaptaron a nuevas condiciones y circunstancias y en esa adaptación
fueron transformando al planeta mismo, la vida tiene la capacidad de
transformar todo, es esta otra de las propiedades esenciales de la vida. Algunas
de estas células empezaron a transformar el dióxido de carbono en materia
orgánica y liberar oxigeno, proceso que hacían gracias a la acción de la luz solar,
Fotosíntesis se denomina este proceso. Un nuevo paso evolutivo esencial para el
desarrollo de la vida futura, que quedaba ya marcado por ese nuevo proceso
vital.

La proliferación de estos organismos fotosintéticos transformó la atmosfera del


planeta, haciéndola más apta para la vida, porque ella misma se propicia la vida,
este es otro elemento clave para comprenderla. El cambio atmosférico brindó
ventajas que ayudaron al proceso celular, primero la aparición en gran cantidad
de oxigeno, el cual es un combustible más propicio para la vida, la acumulación
de este elemento en la atmósfera contribuyó a acelerar el proceso vital.

Mil millones de años para que la célula evolucionase hasta alcanzar el grado de
sofisticación que hoy posee, durante ese periodo la procariota fue capaz de
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consolidarse, duplicarse, especializarse y relacionarse. La especialización


permitió el desarrollo de nuevas formas de vida y sobre todo la producción
masiva de oxigeno. La capacidad de relación permitió el nuevo paso evolutivo.

Algunas procariotas habían aprendido que podían agilizar su proceso si se


alimentaban de aquellas otras que se autoalimentaban como las fotosintéticas, es
en este periodo cuando aparecen la células heterótrofas y con ellas una nueva
forma de simbiosis.

Esta heterotrofia marca un hito en el proceso vital. Va mas allá del parasitismo,
porque en éste ambos organismos se mantienen con vida, bueno, hasta cuando el
parásito acabe con los recursos del otro. En la heterotrofia un organismo se
come al otro, estando éste último generalmente con vida aún. Pero seguramente
esta nueva relación fue la que propició la aparición del nuevo modelo de célula,
la eucariota.

El nuevo modelo trae consigo elementos importantes que no poseía su


antecesora procariota, tiene una batería incorporada que le permite manejar con
mayor eficiencia la energía, una serie de orgánulos que facilitan la actividad
metabólica y un núcleo donde se almacena la información genética, el programa
de reproducción, el programa de la vida.

Uno de los elementos más interesantes de la nueva célula es la batería


incorporada, denominada mitocondria, este elemento esencial para la eucariota
es de origen bacterial, o sea es una célula procariota dentro de la nueva unidad.
¿Cómo llegó esa bacteria a la célula? Hay dos posibilidades una fue por
heterotrofia o por simbiosis, ambas son válidas, pero posiblemente la segunda
puede tener más fuerza pues la tendencia de la vida es propiciar la asociación en
pro del bien común.

Otro aspecto importante del nuevo modelo es el núcleo, la información allí


contenida es esencial para la supervivencia de la propia célula y de toda la vida,
pues contiene toda la información requerida para duplicarse y para crear nuevos
seres. Porque la célula eucariota va a ser la base de la nueva explosión de vida
en el planeta y se requiere, para ese avance un manejo más confiable y seguro de
la información recolectada por más de mil millones de años de evolución.

¿Qué contiene esa información para ser tan celosamente guardada? Contiene
todo el proceso evolutivo de la vida, la historia y el programa completo para
llevar a cabo la construcción de una nueva célula y de una nueva vida. Porque lo
que se viene ahora con las eucariotas es el dominio total de la Tierra, se la van a
tomar a fuerza de vida. La célula eucariota es una sofisticada maquina o
industria capaz de desarrollar por si misma organismos completos, poblaciones
gigantescas de células trabajando al unísono, capaces de abandonar el mundo
microscópico y crear nuevos seres donde la célula ya no se ve.

La Tierra se encuentra dispuesta para albergar los nuevos seres que la han de
habitar, las bacterias procariotas han hecho su trabajo, el cual continúan
haciendo hoy día y el terreno está abonado para la nueva incursión de la vida. En
el espectro poblacional de hace 2,800 millones de años existen células
procariotas y eucariotas, autótrofas y heterótrofas, son seres unicelulares y
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algunas se han unido en colonias, pero no conforman aún organismos. Todavía


hay camino por recorrer, porque las eucariotas han de desarrollar un grado de
especialización tal que el aprendizaje exigido ha de ser muy alto. Es la etapa de
la maestría celular.

La primera especialización está en la forma de nutrirse, es decir si son autótrofas


o heterótrofas. Esto generará dos tipos de habitantes de la Tierra, las plantas y
los animales, aunque existen algunos animales protozoarios que son autótrofos,
en general los animales dependen de otros seres vivos para garantizar su vida, se
comen a otros.

Pero aun falta tiempo para llegar a ver organismos pluricelulares. Falta que se dé
un paso nuevo, algo que yo denomino Coproducción. La reproducción es la
capacidad de la célula de producir una copia igual de sí misma. La
Coproducción es la producción compartida de un nuevo ser mediante el aporte
genético de dos sujetos de la misma clase. Esto se denomina reproducción
sexual, porque cada sujeto aportante posee un sexo diferente. Como se realizó la
diferenciación en la célula eucariota, es otro de sus misterios y parte de la
inteligencia detrás de la vida.

No se sabe si los primeros seres sexuados nacieron con esa diferenciación o fue
un desarrollo de los nuevos organismos pluricelulares. Y es que ese nuevo
proyecto de organismos es un completo misterio, las células dejaron de armar
colonias para diseñar organizaciones, es algo muy diferente, pues para ello se
especializaron y constituyeron nuevas entidades, que sin embargo dependían de
una sola célula para su creación. Esta importante fase la desarrollaremos en la
siguiente parte de este escrito.

Volvamos a la historia de la célula y de la vida. Hemos visto que la eucariota


llega con grandes innovaciones en la estructura celular, esta estructura básica es
muy importante porque los organismos posteriores se han de construir basados
en el mismo diseño: poseen un centro energético, la mitocondria; poseen un
centro de control, el núcleo; poseen órganos específicos para la nutrición, los
orgánulos; poseen un soporte interno, el citoesqueleto y poseen una frontera, la
membrana celular.

Vemos como el nuevo modelo celular reúne todos los elementos básicos y
necesarios para constituir una organización capaz de emprender actividades de
gran envergadura. El lento proceso evolutivo ha ido construyendo poco a poco
ese modelo y lo tiene cuidadosamente guardado y protegido. Ahora la actividad
interna de la célula es altamente compleja, existe un intercambio permanente de
información basado en la transferencia de energía a través de reacciones
químicas. Es una máquina perfecta y con mínimas pérdidas.

Analicemos los elementos constitutivos de la nueva organización celular porque


ellos son la base de los desarrollos que la vida propondrá en los siglos venideros
y que han de ser la base de los superorganismos que han de conformar los seres
que poblaran posteriormente el planeta: un sistema energético, un sistema de
control, un sistema de soporte, un sistema de nutrición y un sistema de
protección. Y un objetivo claro: preservar la vida.
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La mayoría de los organismos pluricelulares actuales presentan una gran


complejidad funcional, elementos internos que se denomina órganos a la vez
conformados por tejidos celulares. Durante más de mil quinientos millones de
años el modelo eucariota experimentó todo tipo de diseños para lograr las
futuras creaciones. Cada función celular de los complejos orgánicos modernos
fue probada a nivel unicelular. Aun hoy podemos conocer animales y plantas
microscópicos que realizan funciones específicas y similares a aquellas que
conforman los desarrollos superiores de la vida.

Finalmente la célula se lanzó a la gran conquista de la superficie, abandonó el


agua, aunque seguramente ya muchas bacterias lo habían hecho anteriormente,
pues ellas siempre han preparado el escenario de la vida, pero el hecho más
importante fue lanzarse con un diseño revolucionario, no se fue sola o en
colonias, salió como una nueva unidad completa, como un ejército de células
que funcionaban con una total organización.

La primera arremetida de la célula fue de carácter vegetal, la eucariota vegetal es


un poco menos sofisticada que la animal y posee una característica que le
facilitaba su labor, en general, es autótrofa y depende de la luz solar para su
desarrollo. Los primeros habitantes de la superficie terrestre, después de la
invasión bacterial, fueron vegetales, acompañados de algas y hongos,
organismos éstos igualmente eucariotas, los primeros unicelulares, los segundos
multicelulares que habrían de realizar una simbiosis con los siguientes
pobladores que asegurarían la permanencia de la vida en la superficie terrestre.

Se percibe, con esta nueva excursión de la vida, una novedosa estrategia, mucho
más ambiciosa y abarcante, la vida ya había conquistado el mar, las aguas dulces
y el subsuelo, ahora venía la conquista del resto del planeta, pero era claro que
ésta no se podía desarrollar mediante seres unicelulares. El cómo se gestó el
nuevo diseño es un misterio, que solo nos invita a reflexionar sobre la gran
inteligencia que existe o está detrás de la célula, porque la nueva propuesta fue
altamente agresiva y exitosa.

El trabajo llevado a cabo por el reino bacterial durante millones de años había
preparado al planeta para la nueva arremetida de la vida, de hecho el círculo
virtuoso propuesto está totalmente diseñado para permitir el desarrollo
permanente de la vida, las diferencias básicas de la células se integran en dicho
proceso. Los seres autótrofos se han de constituir en el primer eslabón del nuevo
diseño, ellos tienen la capacidad de transformar los elementos básicos
contenidos en la tierra en materia orgánica digerible por el resto.

Aquí empiezan los heterótrofos su existencia, estos han de sobrevivir a costa de


los demás, comiéndose a los autótrofos, y a su vez sirviendo de comida para
otros, éste es un diseño cruel: la vida se mantiene así misma, sin importar la
propia vida. Cada ser está destinado a ser elemento de otro, en su proceso de
vida ha de generar recursos que ayudaran a otros: su propia vida, sus
excrementos y su cadáver. La muerte hace su aparición en la nueva estrategia de
la vida.

Los excrementos, desechos y cadáveres se constituirán en la fuente de nutrientes


para otros seres, incluyendo las antiquísimas bacterias, éstos se encargarán en
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transformar la materia orgánica en elementos digeribles por los autótrofos


cerrando así un ciclo permanente de vida, muerte y vida. Es indudable, dentro de
esta lógica que primero se consolidaron los vegetales, organismos más sencillos
conformados por células eucariotas también más simples. Sin embargo la
aparición del mundo vegetal transformó totalmente el planeta, ya no era una
superficie desértica y rocosa, ahora empezaba a llenarse de verde, el color de la
clorofila, el resultado de su interacción con la energía solar.

Para poder llegar a ese nuevo estado, para poder conquistar la superficie, la
célula se ingenió la forma para mantenerse dentro del agua, porque ella es
esencialmente acuática, nació y se desarrolló en ese medio. La célula fue capaz
de encapsularse y de crear organismos con esa misma característica, al interior
de los cuales las células viven en un ambiente marino. El agua es un elemento
vital.

El diseño incluyó la elaboración de formas que mantuvieran en su interior las


condiciones del ambiente salino, pero totalmente competentes en el exterior,
capaces de captar elementos externos incluyendo la luz, el oxígeno, el agua y los
nutrientes. Al interior los organismos pluricelulares somos como un gran
acuario. Además algo sorprendente del diseño macro es que es una copia del
diseño que usa la célula para construirse a sí misma, ella posee una membrana
que la mantiene independiente del ambiente que la rodea. Los nuevos
organismos poseerán la misma estructura.

Es muy importante comprender este comportamiento fractal o recurrente de la


vida, ésto significa que los procesos se repiten cíclicamente. En este caso un
proceso previamente probado, la célula pareciera diseñar e implementar un
desarrollo en ella misma, verifica su eficiencia y entonces lo reproduce de una
manera extraordinaria y masiva. Parece ser éste un principio de la evolución,
diseño probado, diseño reproducido de manera multitudinaria.

Todas las habilidades que la célula adquirió durante más de dos mil millones de
años y que celosamente había sabido conservar y compartir dan como resultado
una explosión de vida y creación en la superficie. Desarrolló la célula una
experiencia transformadora de energía y materia capaz de modificar una masa de
roca en un completo organismo vivo capaz de regenerarse continuamente.

Y faltaba ese elemento la generación planeada, no he podido identificar como


surgió aquel mecanismo de la coproducción sexual, pero indudablemente es un
avance maravilloso y fantástico. Las células no copulan entre ellas, se
reproducen a sí mismas. La coproducción sexual era un elemento clave para
llevar a cabo la campaña de expansión de la vida, tanto en la conquista de la
superficie como en las aguas. Ahora se abría una infinita posibilidad de creación
de nuevas formas de vida, como en efecto sucedió.

A la vida le tomó menos de trescientos millones de años para crear los nuevos
organismos pluricelulares, nada comparado con los dos mil quinientos millones
tomados para llegar a la eucariota y a los vegetales y animales inferiores
invertebrados. Primero se dio la invasión vegetal, ellos constituyen la base de la
escala alimenticia, el soporte de los demás seres vivos. Hemos dicho que las
bacterias y archeas han preparado el terreno, literalmente hablando, sin el lento
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trabajo bacterial transformador de la materia no hubiese sido posible la invasión


vegetal eucariota. La llegada de los vegetales se hizo acompañada de otros
habitantes, también nuevos pobladores, los hongos, trabajadores incesantes en la
transformación inversa de materia orgánica a elementos básicos. De nuevo la
figura de la simbiosis cooperativa.

En las aguas oceánicas, las Algas ya cumplían su importantísimo trabajo de


generar oxígeno, pronto habrían de proveer alimento a la nueva generación que
se gestaba, el reino animal estaba naciendo, organismos invertebrados como las
medusas ya habitaban hasta los más oscuros rincones del mundo oceánico,
arrastradas por las corrientes marinas empezaron a recorrer su inmenso espacio.

Una diferencia esencial entre vegetales y animales es la movilidad. El animal


adopta una característica de algunas bacterias que poseen cilios, especie de
pelos, que le permiten desplazarse. El organismo vegetal depende de los
nutrientes que se encuentran en la tierra y por ello debe fijarse, anclarse en un
solo lugar, echa raíces, que son su órgano digestivo, pues es con ellas que toma
los nutrientes que requiere, ayudado en ese proceso por la acción bacterial.

La ausencia de movilidad le permite al organismo vegetal tener una estructura


más sencilla. Generalmente posee una gran red de raíces pues su existencia
depende de su cantidad y capacidad de absorción. La superficie subterránea de
los vegetales es tan extensa como su superficie externa visible. En cuanto a la
externa, existen dos elementos básicos el de soporte y el de respiración.

La importancia de la respiración vegetal es fundamental para el desarrollo de la


vida, el proceso de tomar energía solar y transformarla en materia orgánica viva
es la síntesis del proceso vital que se ha desarrollado desde la aparición de la
célula, pero quizás lo más importante es que en dicho proceso el reino vegetal
libera oxigeno, elemento esencial para todo la existencia de las demás formas de
vida, en especial el reino animal. Con la respiración vegetal, la vida no solo se
construye sino que se mantiene en su totalidad. Los arboles y todas las plantas
crecen hacia el sol, como buscando en él la vida y para crecer desarrollan una
estructura sólida, pero como hemos dicho, un acuario, pues está compuesto
como todos los seres vivos en más de un 90% de agua.

Los vegetales, todos eucariotas, casi todos autótrofos, se constituyen en uno de


los pulmones del planeta y la fuente de recursos nutricionales para las demás
formas de vida, el primer eslabón de la cadena alimenticia y los únicos capaces
de producir oxigeno a gran escala. Sin embargo son sistemas relativamente
sencillos, más bien rígidos aunque altamente flexibles, siempre en búsqueda de
la luz, pues para ellos es sinónimo de vida. El mismo papel de los vegetales, lo
realizan las Algas en las profundidades acuáticas del planeta pero en mayores
proporciones, aunque la mayoría de ellas son unicelulares.

Como la gran mayoría de los organismos eucariotas, los vegetales se generan


por coproducción sexual. La coproducción sexual requiere que dos organismos
de la misma especie aporten dos semicélulas que han de constituir la base de una
nueva que será el embrión de un nuevo organismo con características similares a
la de sus progenitores, pero por las leyes de la probabilidad, totalmente diferente
a todos los demás miembros de la especie.
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En cada especie que se coproduce sexualmente existen miembros diferenciados,


denominados sexos, las semicélulas se llaman gametos y fecundación es el
proceso mediante el cual los gametos se unen, se funden creando una célula
completa, denominado huevo o semilla, de la cual habrá de devenir un nuevo
ser.

Aquí vemos de nuevo la brillante estrategia de la célula para garantizar la


permanencia de la vida. Cada miembro de la especie posee órganos capaces de
producir estas semicélulas, algunas como la gran mayoría de los vegetales son
bisexuales, es decir producen gametos de ambos sexos. En ellas el aparato
reproductor es la flor, hermosa creación de la vida que engalana de colores y
aromas exuberantes la superficie terrestre con el único fin de atraer
polinizadores. El polen es una especie de bolsa que contiene los gametos
masculinos que han de encontrar en otra flor la oosfera, gameto femenino y que
tras su unión producirán un fruto, en cuyo interior se encuentra la semilla.

El fruto no es más que un medio de protección de la vida con la función esencial


de proveer nutrientes a la semilla hasta que germine y pueda echar raíces, donde
actúa ya como un nuevo ser independiente, singular y único. El nuevo diseño de
coproducción genera nuevas formas de vida de carácter similar a sus
progenitores.

Lo más importante es el proceso que se sucede al unirse los gametos, en ese


instante se empieza la construcción de una nueva célula, cada gameto posee la
mitad de la información que requiere el individuo de la especie para existir, con
la unión se obtiene la totalidad de la información y entonces se conforma una
primera célula que ha de identificar al nuevo ser. Dicho en otras palabras es el
nuevo ser.

El gran misterio de este complejo diseño es uno de los objetivos de la ciencia


moderna ¿cómo logró la célula evolucionar de ser una sencilla cadena proteínica
a construirse como una organización de alta eficiencia y manejo de información
y cómo fue capaz de crear ese mecanismo de coproducción? El cual es altamente
riesgoso para la continuidad de las especies, o sea de la misma vida.

El plan evolutivo pareciera ser calculado con una exactitud impresionante, la


vida vegetal requiere de los medios de polinización para garantizar el proceso,
los principales polinizadores son los insectos, el reino animal. Por ello este
último surge casi simultáneamente con el vegetal, se necesitan mutuamente, el
uno le garantiza al otro su supervivencia.

Las medusas y esponjas, pertenecientes al reino animal habitaban los océanos,


hace cerca de 600 millones de años aparecieron los primeros animales con
esqueleto externo. El esqueleto es la base de la estructura animal que permite su
movilidad. Habíamos dicho que esa es una de las diferencias entre los dos
nuevos reinos de vida. Los animales están constituidos igualmente por células
eucariotas, en su gran mayoría son heterótrofos y se coproducen.

El asunto de la movilidad es igualmente de alta complejidad, por ello la célula


eucariota animal es mucho más compleja que la vegetal, ya que deberá realizar
funciones de transferencia de energía aun no vistas antes, la eficiencia como
15

organización deberá ser mucho mayor y la capacidad. La movilidad implica un


alto consumo de energía, esto exige una exigente manejo del recurso, el
organismo requiere ahora energía para su operación vital, denominado
metabolismo, dicha energía debe estar garantizada, si llega a faltar el organismo
muere inmediatamente y eso está en contra del objetivo fundamental de la
célula.

La demanda de energía para el movimiento es elevada y debe estar disponible


para ser usada a discreción por el organismo, aquí se requiere un balance entre la
cantidad requerida para mantenimiento y la necesaria para el movimiento, el
cual está relacionado con la consecución del recurso mismo, el animal se
desplaza para comer, y come para vivir.

El manejo de la energía en el organismo requiere de una coordinación, sí en un


momento dado el metabolismo exige recurso para su proceso, la movilidad se ve
entonces disminuida. El diseño animal posee todo un sistema que lleva a cabo
esa función coordinadora, el sistema nervioso. Los animales poseen un complejo
sistema de control que no poseen, al menos en ese grado de desarrollo, sus
hermanos vegetales.

El movimiento es un acto voluntario del organismo, el animal se mueve porque


quiere o requiere, no es una actividad metabólica. El sistema nervioso realiza la
compleja interacción y coordinación de todas las partes que conforman el cuerpo
para que se pueda llevar a cabo tal acción. La complejidad del diseño animal es
cada vez más alta, a medida que surgen nuevas especies.

La célula de hace tres mil ochocientos millones de años no es nada comparada


con la eucariota animal. Ésta es un dispositivo completo altamente desarrollado
y diseñado para garantizar la vida, con un complejo y efectivo sistema de
control, además de un manejo de información de alta calidad. Y aunque el
proceso de coproducción tiene sus riesgos, es un sistema que permite la difusión
de la vida de una manera exuberante y vigorosa.

Prácticamente la vida ha logrado establecerse en la superficie terrestre y en los


mares, la aparición de los vertebrados con toda su movilidad ha demostrado que
el diseño funciona y es recurrente, es decir se puede utilizar y reutilizar
muchísimas veces. Ahora el objetivo es llegar a todos los rincones, la vida
misma ha cambiado al planeta, la capa de oxigeno es permanente y en la
proporción propicia, la simbiosis funciona perfectamente y la cadena alimenticia
es relativamente equilibrada.

Los vegetales se coproducen mediante sus frutos y los animales son en su


mayoría son ovíparos, lo que significa que se reproducen por huevos, los cuales
generalmente son puestos por las hembras con inseminación posterior en
algunos o con previa fecundación en otros como los reptiles, las aves y los
grandes dinosaurios.

Capitulo interesante los de estos gigantescos habitantes, grandes depredadores,


seguramente su colosal tamaño puso en grave peligro el equilibrio de la cadena
alimenticia, la capacidad de producción vegetal es alta pero el requerimiento de
los grandes herbívoros debía ser muy superior a esa capacidad. Igualmente la
16

capacidad de coproducción era alta, aunque la mortalidad de los huevos también


debió ser alta, los heterótrofos consumen cualquier forma de proteína viva,
deberían existir dinosaurios especializados en huevos, como lo hacen hoy en día
muchos de los animales: reptiles, aves y mamíferos.

Una sobrepoblación de animales gigantes seguramente causó un colapso y la


vida empezó a perder fuerza, la heterotrofia debió convertirse en la generalidad,
el mundo se tornó sumamente inseguro y empezaron a desaparecer especies
completas tanto vegetales como animales, quizás las bacterias y hongos hicieron
su agosto con la cantidad de desecho para tratar, de nuevo ellos lograron
preservar la vida que estuvo al borde de la extinción. A esto le sumamos algunos
elementos externos como las glaciaciones, las erupciones y uno que otro
meteorito.

Pero la célula tiene un objetivo claro: la permanencia de la vida. El diseño se


reacomoda, se replantea, se ajusta y frente a la crisis surgen nuevas alternativas,
aparecen entonces sobre la tierra nuevos organismos con un sistema de
coproducción nuevo, el nuevo ser ya no es dejado a la intemperie sino que la
madre lo lleva dentro de si hasta que obtiene cierta madurez, el huevo es
empollado en su interior y luego le provee un alimento preparado desde ella
misma, especialmente diseñado para satisfacer las necesidades del pequeño, este
nuevo proyecto los humanos lo hemos denominado los mamíferos.

Hace apenas 200 millones de años aparecieron estos organismos con un sistema
de coproducción más seguro aunque más lento el desarrollo, en su mayoría
omnívoros, es decir que comen de todo, heterótrofos puros, de menor tamaño en
su gran mayoría y con una gran capacidad de adaptación. La célula había dado
un gran paso en su diseño, creando un nuevo modelo más eficiente y que en
poco tiempo abriría paso a una etapa revolucionaria en el planeta.

Antes de continuar con el modelo revolucionario que habría de aparecer en la


Tierra 199 millones de años más tarde, es importante tratar de entender la
complejidad de los organismos generados que poblaban y aún habitan el planeta.
Ante todo estos nuevos organismos no tienen carácter de comuna, actúan como
una unidad independiente, es decir cada célula que lo conforma está identificada
como parte de esa unidad.

Cada organismo pluricelular puede estar conformado hasta por trillones de


células, una organización más grande que la humanidad contenida en un cuerpo
relativamente pequeño y capaz de realizar múltiples actividades voluntarias y no
simultáneamente, en perfecta coordinación sin afectar o poner en riesgo en
ningún momento la integridad del organismo, por ejemplo, un animal en caza
está en pleno movimiento, en su interior todo está coordinado para permitir la
intensa actividad mientras se mantiene el organismo en funcionamiento.

Las células que conforman a la gran mayoría de estos organismos son


heterótrofas, pero entre ellas no se comen, las células conformantes del
organismo no se agreden entre sí, este hecho es muy relevante en cuanto al ser
en sí mismo, aunque posee una actitud heterótrofa hacia el exterior, al interior no
se presenta este fenómeno, salvo en el caso de enfermedad como el cáncer que
cuando es esto lo que empieza a suceder en la práctica.
17

Más interesante resulta aún que entre miembros de la misma especie no se


presenta la heterotrofia, es posible que se maten entre ellos por culpa de la
rivalidad coproductiva, pero no se comen entre ellos. Inclusive las crías
indefensas no son víctima de los adultos de la misma especie, aun en casos de
hambre extrema. Hay un elemento de identidad dentro del organismo y dentro
de la especie que proporciona esa inmunidad. Ese elemento puede ser
denominado como Identidad.

La Identidad es el reconocimiento de sí mismo y como tal es un elemento que


concierne tanto al individuo como a la célula progenitora, las células que
conforman un organismo son idénticas en cuanto a su información genética, es
la misma en todas y cada una de las que constituyen el organismo. Ese hecho
debe garantizar o neutralizar el heterotrofismo natural de estas células.

Realmente las células de un organismo se han convertido en autótrofas. Para ello


basta analizar el proceso nutricional de estos individuos, el organismo toma del
exterior sus alimentos, que son biomacronutrientes, el aparato digestivo los
transforma en micronutrientes aptos para ser absorbidos por las células para su
uso energético y constructivo. Esto es lo que hacen las células autótrofas,
ayudados por bacterias, que existen dentro de los sistemas digestivos animales.

Las células del organismo no se comen entre sí porque tienen un sistema que
suple los requerimientos de manera permanente. Es entonces interesante
entender este comportamiento heterótrofo al exterior y autótrofo en su interior.

Aquí tenemos otros dos elementos importantes para desarrollar más adelante
pero que vale la pena plantear en este momento: la lucha por la supervivencia
celular ha sido, es y será asegurar los recursos y nutrientes que requiere
permanentemente; el otro elemento es que ante la ausencia de estos recursos
sobreviene la muerte, el fin de la célula y por extensión el de la vida. Aun es
prematuro hablar de sentimientos, pero ¿tiene temor la célula de perder la vida?

La célula se autoconstruyó con el único objetivo de propiciar la vida, el diseño


que ha realizado esta claramente enfocado en esa dirección, la célula buscará
siempre y a todo costo la permanencia de la vida, sin importar el medio que se
requiera, la ausencia de nutrientes conlleva a la muerte, el final de la vida,
entonces la célula hará todo lo posible por evitarla. El miedo a la muerte surge
muy posteriormente, con el desarrollo de los organismos pluricelulares, en
especial los denominados superiores.

Con la aparición de los mamíferos la célula ha llegado a ese estadio de la


evolución. Hace apenas cincuenta mil años, nada comparado con los tres mil
ochocientos millones que ha vivido, aparece el modelo cumbre del diseño
celular: El Homo Sapiens. Es éste un animal superior con unas características
diferentes y mejoradas frente a los demás seres vivos existentes hasta entonces.

El Homo Sapiens es un organismo eucariota heterótrofo animal coproducido y


mamífero, conformado por cerca de un trillón de células que poseen diversas
formas y funciones, poseedor de un diseño de alta complejidad con sistemas
captadores de recursos, de distribución, de control, de movimiento y de
protección.
18

Aunque todos los sistemas del Homo Sapiens son muy desarrollados, el de
control posee unas características que permiten al organismo llevar a cabo tareas
hasta ahora no realizadas por ninguno de los seres vivos. Esas características
tienden a fortalecer el objetivo celular, al existir un ser con ellas, la célula está
desarrollando nuevos mecanismos que permitan la trasformación del entorno
vivo y asegurar el mantenimiento de la vida. Después del cuasi fracasado intento
dinosáurico, la célula le ha apostado todo a su nuevo desarrollo.

El organismo humano, el del Homo Sapiens, está diseñado para realizar acciones
que ningún otro animal, ni vegetal, ni bacteria han podido desarrollar. El ser
humano es capaz de estudiar la vida, controlarla y transformarla gracias a su
sistema nervioso central. Con él, el humano posee la capacidad de abstracción,
es decir a partir de un hecho físico, él puede reconocerlo, transformarlo y
comunicarlo. Hasta ahora ningún ser vivo había podido hacer esto de manera
voluntaria. El humano tiene una función cocreadora, o al menos eso pretende ser
el objetivo del nuevo diseño celular.

En los escasos cincuenta mil años de existencia, el organismo humano ha


transformado totalmente la biosfera, o sea la capa de vida de la Tierra, aprendió
a dominar a una buena parte del resto de seres vivientes, otros aún son capaces
de causarle la muerte y ha creado procesos y elementos a partir de los seres
vivos e inanimados que antes la propia célula no había podido realizar. Y en
estos momentos de la historia de la vida la tiene en la cuerda floja, o acaba la
vida existente en el planeta o da un nuevo paso en el proceso evolutivo tanto de
él mismo, cómo de la célula y de la propia vida.

Es posible que el diseño celular vuelva a fracasar por ambicioso, como en el


caso de los dinosaurios o salga adelante triunfador, solo que ahora no depende
de la célula, depende de un organismo que ella misma creo. Finalmente si la
humanidad desaparece por su irresponsabilidad y arrogancia, la sencilla bacteria
volverá a recuperar la vida, como siempre lo ha hecho.
19

Segunda Parte:
Reproducción y Coproducción

La realidad que conocemos hoy del planeta Tierra es el resultado de la terquedad


obsesiva de una minúscula partícula empeñada en transformar la materia y la
energía en vida. Son tres elementos que son sinónimos, ninguno existe sin el
otro. Hemos visto que durante miles de millones de años esa pequeña partícula
ha desarrollado un diseño tal que le ha permitido y garantizado su permanencia
durante tan extenso periodo de tiempo, enfrentado las condiciones más adversas,
variables y extremas.

La célula, para garantizar la permanencia de la vida, comprendió que era


necesario encontrar una manera de mantener la información obtenida y poderla
transferir. En su proceso, la célula entendió que era fundamental reproducirse, es
decir copiarse a sí misma, ésta era la única forma de asegurar la continuidad del
proceso de vida, que se había iniciado en el planeta.
La célula se duplica a sí misma, se crea y se recrea continuamente en un proceso
denominado mitosis. Una vez la célula ha llegado a un tamaño determinado se
produce la división, como una manera de garantizarse su propia vida, pues si la
célula creciera indefinidamente no podría autosostenerse, por ello se divide en
dos iguales, las cuales harán los mismo una vez logren nuevamente ese tamaño
límite.

En los animales, existe una limitación de esa capacidad de duplicación cuando


las células dejan de reproducirse, se inicia el declive del organismo, el
envejecimiento para finalmente producir la muerte.
Todo el mundo celular se reproduce por duplicidad, es decir se copia así mismo,
esto se aplica tanto para las células procariotas como para las eucariotas. No
sucede igual con los organismos conformados por éstas últimas. Estos seres no
se dividen, no se reproducen, se coproducen.

La coproducción es un mecanismo diseñado por la vida para garantizar su


permanencia, su adaptación y su evolución. Con un complicado diseño, los
organismos de cada especie han sido diferenciados, poseen órganos que
producen unas células especiales denominadas gametos que solo contienen la
mitad de la información genética de la especie, cuando dos de estas células
medias se unen se crea una célula completa que inicia la formación de un nuevo
ser.

El diseño está basado en la diferenciación denominada sexual, en general, en los


animales cada especie posee dos clases de individuos denominados macho y
hembra, cada uno se distingue del otro por el tipo de células sexuales que
produce, esa misma diferenciación se nota en su aspecto físico e incluso en su
comportamiento. La semicélula célula o gameto femenino es más grande,
sedentaria y receptiva mientras que la masculina es plena de movilidad, es
pequeña y ágil.
20

Este diseño de perpetuación de la vida es indudablemente el resultado de un


proceso de muy alta inteligencia, por un lado la forma como se asegura la
transmisión de la información genética propia de la especie, por otro lado la
especificación sexual, donde se definen ciertos roles característicos de cada
miembro. Por lo general los gametos masculinos son muy numerosos y se
producen en gran cantidad, mientras los femeninos son escasos y se producen
con lentitud creando un ciclo de fecundidad que se repite periódicamente.

La permanencia de la vida queda garantizada mientras existan suficientes


individuos de la especie tanto femeninos como masculinos. Desafortunadamente
es posible que este objetivo de la coproducción se vea perjudicada por la acción
de los depredadores, entre ellos el ser humano, los cuales ponen en peligro
especies más vulnerables, hay que entender que por naturaleza todos los
animales son depredadores, pues su subsistencia depende de otros seres vivos.

Otra característica innovadora del diseño coproductivo es la adaptación de la


especie, esa adaptación garantiza la permanencia de la vida, el objetivo
fundamental de la célula. Un nuevo elemento se introduce en esta característica
y tiene que ver con la experiencia existencial individual debido a las nuevas
herramientas adquiridas para sobrevivir, esas herramientas son trasmitidas
genéticamente a los nuevos seres coproducidos garantizando la adaptación.

La evolución también es garantizada por la característica descrita en el párrafo


anterior, aquí es posible tener especies mejor adaptadas e igualmente pueden
aparecer nuevas especies que incluyen los avances logradas y nuevas
características. Estas nuevas especies difieren de sus ancestros, permitiendo que
la vida evolucione gracias a la diferenciación.

La fecundación se produce cuando el gameto masculino producido por el macho


penetra en el femenino producido por la hembra, y contenido en ella en el caso
de los mamíferos. El instante de la fecundación, denominado concepción es
cuando la nueva célula se constituye dando comienzo de la vida de un nuevo
organismo llevando a cabo un proceso de creación maravilloso e impresionante,
el cual ha de permanecer durante toda su existencia como ser vivo.

En ese instante se produce una explosión de Energía extraordinaria, un momento


creativo único en la vida del organismo, se constituye su primera célula que en
muy poco tiempo se ha de duplicar, sus hijas harán lo mismo generando cuatro
células que se encargaran de dar forma al nuevo ser. Toda la información
genética se encuentra allí en esa pequeña célula y el proceso que ha vivido desde
hace tres mil ochocientos millones de años se va a repetir durante la primera fase
de este periodo denominado gestación.

La coproducción solo genera una célula que es totalmente diferente a todas las
demás existentes, posee las características completas del ser que va a formar, el
cual es nuevo, distinto y único, sea este una planta, un animal o un humano. La
célula garantiza así su diversificación, adaptación y permanencia.

Es muy importante comprender la magnitud de este evento, primero porque es


único en la vida del ser, segundo porque la célula es capaz de efectuar todo el
proceso de creación de manera recurrente, es decir se repite de igual manera
21

para todos y cada uno de los seres de manera homologa en cada individuo de la
especie. Tercero porque en la etapa de gestación del ser, la célula se replica,
creando nuevas células que con diferentes funciones reviven todas las
experiencias que ella ha ido adquiriendo en su historial de vida.

Es importante comprender que una vez se unen los gametos y se conforma la


célula inicial, el nuevo ser está totalmente definido, las condiciones externas a la
gestación lo afectarán de manera menor. Esto significa que la célula inicial es
todo lo que el ser llegará a ser. Si tomamos una semilla de Naranja, por ejemplo,
veremos al cabo de varios años un árbol robusto. Igualmente si tomamos un
huevo de ave fecundado, en muy poco tiempo veremos el ave adulta volando, de
igual manera con un ser humano, en esa célula inicial puede estar el gran artista
que nos deleitará tres décadas más tarde.

No se sabe dónde queda ubicada esa célula primera una vez se conforma el
organismo, pero ella es la única capaz de crear en su totalidad al ser, las
siguientes duplicaciones van perdiendo esas capacidad, a medida que se
reproducen, es decir que para a las células de segunda generación en adelante ya
no les será posible generar un nuevo ser en su totalidad. Estas células de segunda
generación son las generadoras de los diferentes sistemas del organismo, en el
caso de los vertebrados una es la matriz del sistema nervioso, otra de los órganos
internos, otra genera los sistemas de movimiento y desde la otra se constituye en
todo el sistema externo de protección: la piel.

Cada célula del organismo pluricelular coproducido lleva a cabo una función
específica y cada una de tales funciones ha sido previamente ensayada en el
diseño celular, alguna vez algún ser unicelular desarrollo cierta aptitud y ésta fue
tomada por otro organismo de grado superior. Las primera células se agruparon
en colonias donde cada una actúa de manera independiente pero en ciertos casos
pueden realizar acciones conjuntas. De estas colonias pudieron nacer las
experiencias necesarias para después constituir los tejidos, esenciales éstos para
la construcción de órganos, la base de los de los organismos vivos.

Ninguna experiencia vivida por la célula en sus casi cuatro mil millones de años
ha sido en vano, cada una de ellas se va incorporando en los nuevos diseños que
desarrolla, mejorando procesos para crear nuevos organismos. Estos organismos
son verdaderas organizaciones de altísima complejidad con procesos altamente
evolucionados y cada uno llevado a cabo en forma admirable.

Y esos organismos son autocreados, porque cada gameto es incompleto, de uno


de ellos no se puede obtener un nuevo ser, pero cuando se sucede la unión con el
par complementario se crea por sí misma una nueva célula que genera ella sola
todo un nuevo organismo, el cual puede llegar a tener billones de células que se
alimentan, funcionan y viven en perfecta armonía. Es una obra aun no alcanzada
por el conocimiento de ninguno de los organismos que habitan la Tierra,
incluyendo el género humano.

Este hecho de la coproducción sexual es quizás el avance más importante de la


evolución celular, ya que encontró una forma de diseminar su experiencia mas
allá de limitado espacio celular. Aunque la capacidad de duplicación o
reproducción es realmente muy alta y exitosa, no se debe desconocer que la
22

masa viva más grande en la Tierra, tanto en población como en masa real, es la
bacteriana que se reproducen a sí mismas. Entre estos organismos existe un
fenómeno pseudosexual denominado conjunción donde las bacterias
intercambian información genética entre ellas, mediante un sistema de
comunicación físico entre ellas y que les permite actualizar dicha información.

Con la coproducción la vida adquirió movilidad, no de los organismos en sí, sino


de ella misma en su diseminación y propagación. Ya no dependía de sí misma,
sino de los seres que ella misma producía o de ayuda de elementos externos del
Planeta como el viento y el agua.

Una nueva cooperación surge entre los seres vivos, en especial entre los
individuos del reino vegetal con los del animal, esta cooperación no es más que
una de las estrategias de la vida para su preservación. Los gametos vegetales se
encuentran en las flores, el masculino debe llegar al femenino localizado en otra
flor para que suceda la fecundación. En algunos casos el polen, gameto
masculino, puede ser llevado por el viento o por la lluvia y ocasionalmente
llegar a otra flor donde se encuentre con la oosfera, deberían darse muchas
circunstancias favorables para que ello sucediese, circunstancias que como
hemos visto nunca han sido insalvables para la vida.

Pero el diseño de la vida, sumamente inteligente, desarrolló a los animales, seres


vivos eucariotas dotados, entre otra cualidades, de movilidad. Tanto animales
como vegetales, como toda la vida misma, gozan de muchas variedades, formas,
colores. Los animales adicionalmente gozan de variadas opciones de movilidad:
nadan, vuelan, caminan y se arrastran, ninguno hasta ahora hace los cuatro por sí
solo, pero si existen muchos que por lo menos combinan al menos dos formas de
movimiento.

No hay que olvidar que el objetivo de la célula es preservarse con vida, para ello
debe proveerse alimento suficiente y garantizar su reproducción. Para el vegetal
sexuado, la coproducción en manos de las condiciones ambientales podría llegar
a ser riesgosa, el diseño mejorado de los pluricelulares iba a compensar esta
debilidad vegetal. Las hermosas flores, sus aromas y sus dulces mieles no fueron
creadas para la admiración y goce de los humanos, de hecho cuando ellas
surgieron los hombres aún no existían, las flores fueron parte del diseño de la
vida para atraer especialmente a los insectos, sus más efectivos y numerosos
polinizadores. Los insectos, seres animales, voladores y caminadores que viven
especialmente de los vegetales.

En la práctica todos los animales dependen de los vegetales para su


supervivencia, excepto los carnívoros, que solo comen proteína animal, es decir
se alimentan exclusivamente de otros animales, los cuales, a su vez,
generalmente se nutren de los vegetales. Adicionalmente los vegetales juegan
otro papel aun mas importante en el desarrollo y mantenimiento de la vida: son
los productores masivo de oxigeno, gas letal, pero que en la debida proporción
es el combustible de la casi la totalidad de la vida del planeta. Preservar el reino
vegetal era fundamental en el proyecto de la célula. El oxigeno se constituye en
la energía esencial para llevar a cabo los procesos bioquímicos en las células
aerobias.
23

Si los insectos le facilitaron a los vegetales la coproducción, fueron todos los


animales los que dieron movimiento al reino vegetal. Los herbívoros al
alimentarse transportan las semillas a nuevos lugares, a través de sus
deposiciones las ubican y les proveen un medio donde tanto bacterias como
hongos le ayudaran a enraizar. Las semillas también fueron llevadas por el
viento y el agua a lugares remotos, de esta manera el reino vegetal conquistó la
superficie terrestre, llevando la vida a muchos lugares de la tierra, al reino
vegetal le siguió siempre el reino animal, su dependendiente y depredador.

La estrategia de la célula con los organismos pluricelulares fue exitosa para la


propagación de la vida, el mecanismo autocreador le dio movilidad y diversidad.
Con la diversidad le concedió adaptabilidad y con ésta aseguró permanencia. La
movilidad le permitió acceder espacios que con su escasa movilidad unicelular
no habría podido nunca alcanzar.

Algo mencionado en el capitulo anterior debe ser tenido en cuenta en este diseño
pluricelular, éste modelo terrestre es un dispositivo herméticamente sellado ya
que su interior es un ambiente acuoso, similar al marino, no se debe olvidar que
la célula tiene un origen oceánico y no puede vivir sin agua, ese era uno de los
grandes limitantes del desplazamiento celular. Este diseño encapsulado es una
manera de mantener el preciado liquido contenido, los vegetales habrían de
tomarlo del terreno, a través de su sistema radicular, que es el equivalente del
sistema digestivo y gracias a la transpiración que se sucede en la hojas, el agua
fluye a todo lo largo del organismo. El cambio de presión garantiza el flujo del
líquido y mantiene la cantidad requerida para la supervivencia de las células. La
falta de agua inhibe la fecundación.

El agua es transpirada por las hojas realizando una transferencia de vapor por
dióxido de carbono, elemento esencial para la fotosíntesis. Este proceso permite
la transformación de los nutrientes en la materia viva que ha de constituir el
vegetal. La fotosíntesis es de origen marino, como la célula misma, es la
causante de la presencia de oxigeno en la atmósfera y el inicio de la cadena
alimenticia marina. Aquí se puede ver como la experiencia adquirida y probada
por más de dos mil millones de años fue implementada en los organismos
vegetales terrestres, los conquistadores.

Es en el mar, donde surge la fotosíntesis. Las Algas se encargaron y se encargan


de ello aún en la actualidad. Son organismos unicelulares que en su gran
mayoría habitan en el agua, preferiblemente en la marina. Se unen en colonias y
solo en algunos casos conforman tejidos. Como se mencionó anteriormente una
colonia es un conjunto de organismos unicelulares que se encuentran agrupados
pero no interactúan entre sí, tejido es un grupo de células que realizan funciones
específicas. Las algas fueron las precursoras de la fotosíntesis, por ello son
autótrofas y constituyen la base de la cadena alimenticia acuática. Sin tener
relación filogenética, es decir que no hay vínculos genéticos entre las unas y los
otros, se puede decir que las algas son las precursoras de los vegetales. Dentro
de la cadena alimenticia cumplen la misma función y para el desarrollo de la
vida poseen la misma importancia.
24

Las algas poseen una reproducción diferente a los otros reinos alternando ciclos
sexuales y asexuales, estos últimos no propiamente por duplicación sino más
bien por partición. La reproducción asexual por esporas se realiza por células
haploides, al igual que los gametos que efectúan la coproducción. A diferencia
de esta última en la reproducción por esporas, estas son capaces de producir
mitosis sin intervención externa. La ventaja de la espora es su alta resistencia a
las condiciones ambientales adversas y su posibilidad de permanecer en ese
estado durante largo tiempo sin generar el nuevo ser. Este tipo de reproducción
es usado por las algas, hongos y helechos. Aquí pareciera ser un diseño no muy
seguro o eficiente, por cuanto fue el modelo coproductivo el que se impuso en
los organismos pluricelulares, o fue la etapa previa al mencionado modelo.

Para la vida la importancia de las algas, seres sencillos y autótrofos, es esencial


y de gran magnitud pues ellas producen mayor cantidad de oxigeno que todos
los bosques y selvas de la superficie, es decir que toda la vida del planeta
depende de ellas.
25

Tercera Parte:
Evolución: Célula, Organismo y Vida
Es indudable que la célula posee una estrategia para garantizar su permanencia y
por extensión la de la vida en el planeta Tierra. Tampoco se puede negar que
detrás de ese diseño y esa estrategia existe una inteligencia superior, hasta ahora
inalcanzable por ningún ser viviente, conformado por células, que habite el
planeta.

Revisando la historia de la célula, se puede entender que ha existido un proceso


evolutivo, lento de mucho aprendizaje y de asimilación de la experiencia, esto se
denomina Negentropía en la Teoría General de Sistemas, y esta característica de
la evolución celular es la que ha permitido que la entropía no destruya la vida.

Entropía es una fuerza interna de cada sistema que tiende al desgaste del mismo
hasta llegar a un punto de equilibrio estático que en los sistemas vivos se
equipararía a la muerte, es decir al fin del organismo. La negentropía es una
aptitud para vencer la entropía y superarla, es típica de los organismos vivos,
pues solo ellos son capaces de hacer uso de su experiencia, retroalimentarse y
generar nuevas experiencias de vida, esto se denomina evolución.

Otro elemento fundamental de los sistemas se denomina Sinergia y en el caso de


los organismos constituidos por la Célula, este elemento se encuentra claramente
definido y difundido dentro del organismo, proceso que se realiza a través de la
información genética y el proceso de formación a partir de una primera célula
creadora.

La célula tiene un objetivo claro: crear y mantener la vida y para ello ha pasado
de dejado de ser solitaria a crear grandes organizaciones multifuncionales
sumamente complejas y conformadas por un gran número de integrantes, billones
de células trabajando al unísono. Estas organizaciones celulares son los
organismos vivos que habitan la Tierra.

Para estudiar la evolución hay que tener muy en claro los objetos del estudio, la
célula tiene un proceso, la vida otro, los organismos como grupos otro y cada
organismo en particular poseen otro. Están todos ligados obviamente, el proceso
evolutivo animal no podría comprenderse a profundidad sin entender el de la
célula. De igual manera la vida no puede entenderse sino conocemos el proceso
de cada ser viviente. La evolución de un organismo provee insumos para la
evolución celular y viceversa.

Por lo anterior se analizaran en este capítulo y de manera independiente los


proceso evolutivos de la célula, del organismo como unidad funcional y para
cerrar se estudiará el de la vida.

A simple vista el proceso evolutivo de la célula ha sido simple, de una


protocélula, que se originó a partir de reacciones químicas proporcionadas por el
26

medio ambiente extremo de la Tierra y el Cosmos de hace más de cuatro mil


millones de años, surge la primera célula como organismo vivo estable capaz de
tomar energía y con ella transformar la materia. Posteriormente, millones de
años, después surgen nuevas células mas estructuradas y con mayores
capacidades, más sofisticadas pero aun incompletas, las procariotas. Mil millones
de años más tarde aparecen las eucariotas, células mas robustas y completas,
capaces de llevar a cabo procesos complejos en búsqueda del objetivo de la
célula.

Fig. 1. Etapas evolutivas de la Célula

Pero si ese proceso ha sido lento ya que le ha tomado a la célula más de tres mil
millones de años realizarlo, no ha sido por negligencia o pereza de ella, se debe
más bien a la tenacidad, perseverancia y paciencia, además de una fe ciega en su
objetivo. La célula no es una maquina, porque de serlo usted, yo y todos los seres
vivos igualmente lo seríamos, la célula es un ser vivo inteligente, con una gran
capacidad de análisis y de síntesis, de hecho esto último se refleja claramente en
su vasta creación.

El objetivo de la célula es permanecer con vida. Luchó millones de años para


formarse, encontrar un camino en un ambiente extremadamente difícil, un medio
inorgánico, toxico, altamente variable, de lluvia ácida, un medio completamente
adverso. La primera célula es el verdadero héroe de la vida, venció esas
grandiosas dificultades y se consolidó. Para lograr su supervivencia, la célula
transforma, de hecho ella no es más que un ser transformador, más no solo lo
hace en ella misma sino a todo el entorno. Al lograr imponer la vida en el
inhóspito planeta, la célula lo transformó por completo en un proceso irreversible
y recurrente.

La capacidad de relación surgirá millones de años después, primero la célula


concibió la capacidad de duplicarse, era esencial para lograr su objetivo, sino lo
hacía su proyecto acabaría con su muerte. La duplicación permitió el aumento de
la población y el establecimiento de colonias. Estas agrupaciones no constituyen
en ningún momento una organización, pues sus agrupados no interactúan entre
27

ellos, simplemente comparten un espacio donde cada uno lucha por lograr su
objetivo: sobrevivir.
A pesar de la soledad de la célula en esos tiempos, el resultado de las colonias
fue favorable para el desarrollo de la vida, mayor número de individuos
produjeron transformaciones más contundentes en el medio ambiente y en la
célula misma.
En los conglomerados celulares empezaron a surgir formas de relacionarse, la
primera tuvo que ver con los hábitos alimenticios, las primeras células debieron
ser autótrofas, es decir que por su propia actividad se nutren y se transforman. El
nuevo hábito fue comerse entre ellas, seguramente en algún momento existió
carencia de nutrientes y tuvieron que echarle mano a la vecina. Esto es la
heterotrofia. Suena fuerte escuchar esto, pero el mensaje es que la vida está por
encima de todo, así sea la propia vida.
Sin embargo la heterotrofia abrió el camino de la evolución celular y de los
organismos futuros. En aquel momento aún no existían éstos últimos. La célula
se transformó gracias a la heterotrofia, la eucariota surge seguramente como
resultado de que una célula se comió a otra, en este caso una bacteria, la cual se
transforma en la mitocondria, el motor de la eucariota.
También pudo darse como resultado de un trabajo conjunto, en aquella época aún
no existen tejidos, pues las procariotas tienden a tener malas relaciones, pero esa
forma de trabajo conjunto, aunque no mancomunado y que se denomina
simbiosis es el otro posible origen de la eucariota, donde dos células se unieron
de tal manera que generaron una nueva renovada y más poderosa. Este origen
puede justificar la futura capacidad de este tipo de célula para constituir tejidos, y
de estos órganos que conforman los organismos.
Sin embargo ese camino desde la célula solitaria hasta conformar organismos le
tomó mucho tiempo a la eucariota pues tenía aun mucho que aprender. Los
sofisticados tejidos existentes en los organismos vivos de hoy, que ejecutan
diversas, múltiples y disimiles funciones conformados por células igualmente
variadas en forma y objetivos fueron obtenidos una vez la célula experimentó en
cantidad de individuos unicelulares cada función hoy integrada en los citados
organismos actuales.
Los miles de millones de años de soledad celular fueron un intenso proceso de
aprendizaje y autoconocimiento realizado a partir de reacciones bioquímicas cada
vez más complejas. Toda la interacción celular en los organismos modernos se
realiza de la misma manera, de manera altamente sincronizada con una eficiencia
y eficacia sorprendentes. Ninguna organización humana se puede equiparar a este
sorprendente sistema vivo.
La célula eucariota después de experimentar múltiples funcionalidades y formas
de interacción, además de formas más seguras de reproducción se lanza a la
aventura de constituir grupos celulares capaces de proveerse alimento y por
extensión ser capaces de mantener la vida. Fabricas gigantescas de células que
sean capaces de sostenerse por sí mismas: los organismos pluricelulares.
Las primeras comunidades celulares fueron lógicamente constituidas por
procariotas, y como ya se ha dicho, se denominan colonias y no poseen ningún
tipo de organización. Sin embargo, seguramente, es el primer intento de la célula
28

por crear vínculos y relaciones, indudablemente el primer paso hacia los futuros
desarrollos que habría de concebir.

Desde la aparición de la eucariota hasta la del primer organismo se suceden más


de mil millones de años, periodo que le toma a esta nueva célula experimentar las
múltiples actividades que piensa llevar a cabo cuando se produzca la explosión
vegetal y animal. La eucariota es ya en si un organismo completo, solo le falta
experiencia, madurez y preparación, arduo trabajo que debe acometer al igual que
su antecesora la procariota.

Mas cuando la eucariota decide lanzarse a la conquista del planeta completo con
toda clase de organismos, lo hace con todo el arsenal, muchas opciones de
adaptación en tierra, mar y aire, los hace para condiciones extremas, casi con
agua, en exceso de agua, para el calor más intenso y para el frio más penetrante.
Casi en todos los lugares de la tierra existe algún organismo eucariota, donde no
lo haya, seguramente estará habitado por las súper adaptables y resistentes
bacterias.

La eucariota es un organismo porque está conformada por una serie de partículas


denominadas organelos, los cuales son diminutas estructuras que ejecutan
funciones específicas en la célula. Se debe tener siempre en cuenta que las
denominadas funciones celulares siempre son reacciones físico-químicas:
intercambio de energía y transformación de materia. Un organismo es un
conjunto de elementos que interactúan entre sí para conformar un ser vivo.

Existen organismos uni y pluricelulares. Los primeros son simples, generalmente


son procariotas, pero existen algunos pocos eucariotas como las amebas, estas
últimas son heterótrofas y parásitas. Los organismos unicelulares son los más
numerosos y como ya se ha dicho conforman una parte muy importante de la
biosfera. Los pluricelulares son organizaciones que a medida que evolucionan se
hacen más complejas y diversas.

El diseño del organismo eucariota pluricelular presenta dos opciones que


parecieran reflejar la más antigua diferenciación entre las células: autótrofas y
heterótrofas. Los organismos autótrofos son básicamente los vegetales y los
otros, los que viven de los demás son los animales. Cada tipo de organismo tiene
sus particularidades bien diferenciadas, pero básicamente los vegetales son
independientes pero no poseen movilidad mientras que los animales aunque
libres son altamente dependientes.

No hay que olvidar el objetivo de la célula con relación al organismo: crear


grandes poblaciones celulares autosostenibles, dicho en otras palabras, que
puedan ser capaces de mantenerse con vida, ojala fuese con el mínimo de
recursos, pero eso es otro asunto que se ha de tratar más adelante.

El aspecto de la movilidad implica un diseño más avanzado, cualquier organismo


pluricelular posee un sistema que coordina todas las funciones del mismo, la
alimentación celular tiene prioridad uno, sin nutrientes la célula muere y por
extensión el organismo, el cual debe garantizar que se proveen nutrientes en cada
momento a todas sus células. Los vegetales poseen la savia que se mueve en dos
direcciones alimentadora y recolectora de desechos, porque cada célula produce
29

desechos que son tóxicos y la deficiencia en su evacuación puede igualmente


generar la muerte.

En los animales vertebrados existe un fluido que como la savia se encarga de


distribuir los nutrientes, adquiridos mediante la digestión, a todas las células del
organismo. Igualmente este fluido se encarga de recolectar los desechos celulares
que después han de ser debidamente evacuados. Este fluido esencial se denomina
sangre.

La sangre o la savia transportan energía dentro del organismo, llevándola a cada


uno de los miembros de la entidad viva para garantizar su propósito: mantenerse
con vida. Los organismos requieren de nutrientes, los vegetales lo toman
directamente del suelo, con ayuda de bacterias que se los preparan según su
necesidad. Los animales toman alimentos del exterior, proteína viva bien sea esta
de origen vegetal o animal, en su interior es procesada para convertirla en
nutrientes aptos para ser digeridos por las células, ese proceso es posible gracias
a la presencia de bacterias localizadas en el sistema digestivo interno de los
animales.

La mínima movilidad de los vegetales hace que la existencia de un sistema de


control sea poco requerida, el diseño es más sencillo pues no hay consumo de
energía en el movimiento, ni necesidad de coordinar diferentes órganos y tejidos
para llevarlo a cabo, en la planta, se puede decir que solo existen un dirección, es
hacia donde crece, las células crecen y se multiplican según las condiciones le
sean favorables, entonces el proceso de control está relacionado con el de
nutrición.

En lo animales también lo está, pero la diferencia es que el animal debe buscar el


alimento, para ello tiene su movimiento. El movimiento implica la coordinación
de muchos elementos involucrados en él, huesos, tendones y músculos lo llevan a
cabo, pero solo se ejecuta tras una orden de hacerlo. El movimiento es un acto
voluntario. Al producirse ese acto de la voluntad, se produce la orden y el
movimiento se realiza. ¿Quién da la orden?

La orden proviene del órgano más sofisticado del diseño eucariota, el cerebro. El
acto de voluntad es recibido por este órgano y es debidamente procesado no solo
para dar la orden a músculos, tendones y huesos, sino al corazón para que se
disponga a distribuir energía en aquellos sitios donde se requiera, al sistema
excretor para que trabaje con más agilidad, si es requerido, etc. Una coordinación
de toda la organización. De nuevo, no se debe olvidar que toda la comunicación
es un intercambio de energía: el acto de voluntad, la coordinación, la orden y la
ejecución.

Todos los animales tienen un sistema nervioso central coordinado por el Cerebro,
este sistema ha ido evolucionando a medida que salen nuevos modelos de
animales haciéndose mas y mas complejo a cada paso de la evolución animal, el
cual se mueve por hambre, el hambre es el aviso en el organismo que a las
células les hace falta nutrientes, y es una sensación dolorosa.

Los animales se mueven también para cumplir el segundo objetivo de la célula:


garantizar su permanencia, es decir la coproducción. En el capitulo anterior se
30

vio que como el número de gametos femeninos generalmente era limitado se


producían ciclos de fertilidad. Durante estos ciclos los animales presentan mucho
movimiento, demostrando cual es el mejor, seduciendo a la hembra y copulando,
si es el caso. El movimiento es esencial para la actividad coproductiva.

Los vegetales usan a otros para su coproducción, a los animales, quienes con su
movimiento realizan esta tarea, también como se había visto anteriormente. La
capacidad y el acto de moverse es parte del diseño de la célula para mantener la
vida.

El organismo pluricelular es una organización completa, con objetivos claros y


definidos, con una total identidad de sí misma, con capacidad de aprendizaje y
realimentación, capaz de crear y transformar como lo hace la propia célula.
Todos los organismos vivos modifican el medio ambiente donde se encuentran, y
todos ellos se reproducen de alguna manera, o al menos tienen la capacidad de
hacerlo.

Anteriormente vimos que las procariotas se unen en colonias, las eucariotas


tienen dos opciones: colonias o tejidos. Un ejemplo de colonia eucariota es un
quiste de amibas, no posee ninguna organización en sí, solo un grupo de
individuos devastando a otro organismo.

Las otra opción de las eucariotas son los tejidos celulares, estos son grupos de
células similares que realizan funciones especificas dentro de un organismo. Es
claro que todas las células de un organismo poseen una identidad, genéticamente
son iguales, se diferencian en la función que cada una lleva a cabo. Los tejidos
conforman órganos, o sea elementos mayores que desempeñan funciones vitales
del organismo para mantenerlo con vida y por ende a las numerosas células que
lo conforman.

Los tejidos y los órganos conforman los organismos. Estos organismos


pluricelulares eucariotas, a su vez, también tienen varias opciones de asociación:
como colonias, como superorganismos y como organizaciones. Un bosque o una
manada son ejemplos de colonias. Un panal, un hormiguero, la humanidad son
ejemplos de superorganismos y los estados, las empresas, la ONU son ejemplos
de organizaciones.

Un superorganismo es un grupo de individuos, generalmente de la misma


especie, que trabajan coordinadamente por un bien común, siendo estrictos con la
definición, la humanidad no sería más que una colonia, pero no es el caso en este
momento de tratar este aspecto que será discutido en capítulos posteriores.

También este concepto de superorganismo dejaría un poco afuera a los vegetales


que generalmente no realizan asociaciones, salvo algunos casos de cooperación,
pues son organismos autónomos e independientes, gracias a su autotrofía.

Un superorganismo posee identidad, objetivos, jerarquías y orden. Desde el


punto de vista de la célula, el superorganismo surge para garantizar el alimento
de los organismos y la coproducción, generalmente dependiente de un solo
miembro del superorganismo, conocida en los paneles como la reina, ella es la
genera todos los huevos, nuevos individuos, de la colmena. En este tipo de
31

superorganismos, se repite el esquema del organismo pluricelular, en el cual


todas las células son hijas de una célula madre. Los hijos de esta reina tendrán
funciones según su origen, al igual que las células del organismo.

De esta manera, al ser hijos de una sola madre, se garantiza en buena parte la
identidad de la colmena, es una información transmitida genéticamente, los
zánganos que han fecundado a la reina pertenecen al mismo grupo de tal manera
que la identidad se mantiene.

La organización podría considerarse como un superorganismo, la diferencia


radica en que a diferencia de éste último, los individuos que la conforman no
tienen identidad genética y depende de una decisión individual el hacer parte en
ella, este hecho hace que la organización sea una entidad conformada por seres
vivos con capacidad de tomar decisiones a partir de una reflexión, es decir un
acto de razón.

El único organismo vivo en la Tierra que posee esa característica es el ser


humano. La organización es pues exclusiva del género humano. De nuevo desde
el punto de vista de la célula, los humanos se unen en organizaciones para
atender sus necesidades, básicamente las de alimentación y coproducción.

Sin embargo el ser humano es un organismo altamente complejo, posee la


capacidad de razonar, es decir que el ser humano no solo crea y transforma la
materia, sino que es capaz de crear ideas, de imaginar, de hacer en un mundo
abstracto, distinto y diferente al real. Y allí, encerrada en ese acuario racional la
célula planea su nuevo diseño.

Fig. 2 – Evolución Celular y Orgánica


32

La evolución de la Organización está relacionada con la historia humana y no es


el asunto de este libro, lo importante para tener en cuenta es que la organización
juega un papel importante en el proceso evolutivo tanto del hombre, como de la
vida y por supuesto de la célula. Este tema, el de la importancia de la
organización en la evolución será desarrollado en el capitulo quinto de este
escrito.
33

Cuarta Parte:
Psicología de la Vida
En las tres primeras partes de este escrito se ha analizado el proceso evolutivo de
la célula, de los organismos que ha diseñado, creado y constituido, además de
las entidades que estos organismos a su vez conforman, en fin se ha dado una
visión rápida del proceso de la vida en el planeta Tierra.

El estudio ha sido realizado desde la fisiología y la morfología de la célula, en


este capítulo se analizará el desarrollo de la conciencia de la célula y de los
organismos que ella ha desarrollado. El análisis se llevará a cabo desde la óptica
de la célula, objeto de estudio de este documento pero llegaremos
indudablemente a la conciencia humana, porque este elemento disponible
únicamente en el último escalón del proceso evolutivo celular representa la clave
para la nueva etapa en ese proceso iniciado hace cuatro mil millones de años.

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, Conciencia es


un acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo. El
breve recorrido que se hará en este capítulo es ese precisamente, como se ha
percibido la célula en cada una de sus etapas al igual que los organismos que ha
conformado.

Para iniciar se ha de revisar algunas pistas que se han escrito a lo largo de los
tres primeros capítulos de este libro. Lo primero es que la célula desde su
constitución inicial tiene un objetivo claro: permanecer viva, es decir mantener
vigente su propósito, la vida sin la célula no existiría.

Aspectos relevantes de la célula, desde sus orígenes, son su creatividad, su


tenacidad, su perseverancia, su paciencia, su inteligencia, su capacidad de
aprender de la experiencia y la recurrencia en sus proyectos.

La creatividad de la célula es indudable, durante su proceso ha creado formas,


colores, tamaños, funciones como ningún ser viviente sobre el planeta. Con la
coproducción ha permitido aún más la diversidad y la diferenciación.

La célula es tenaz, ha permanecido fiel a su objetivo, basado en él ha construido


todo el proyecto que ha transformado la faz de la Tierra desde su aparición en
las aguas oceánicas primigenias.

Perseverante en su lucha y en el logro de sus objetivos, la célula ha logrado


desarrollar la vida pese a las adversas condiciones que se le han presentado
durante las diferentes etapas del desarrollo, condiciones que muchas veces han
puesto en peligro todo su proyecto.

Esta pequeña partícula viva ha poseído altísimas dosis de paciencia, lentamente


se construyó así misma, diseñó y desarrolló proyectos de vida de gran magnitud
y complejidad, en aprendizaje permanente, actividades que ha realizado con una
paciencia admirable.
34

Es indudable que la célula es un organismo altamente inteligente, su inteligencia


va mas allá de la comprensión humana. Solo basta observar la magnitud de su
creación.

La célula posee una capacidad de aprendizaje extraordinaria, aprende,


comprende, reflexiona y recrea, esto significa que posee capacidad de revisar
procesos y mejorarlos, el principio de la negentropía.

La recurrencia se presenta en todas las manifestaciones de la célula, diseños que


se repiten indefinidamente, procesos que se reutilizan, experiencias que se
reutilizan, un sistema es recurrente, la célula constituye los más variados
sistemas.

La primera diferenciación celular se presenta en la forma de alimentarse. Las


células primitivas fueron capaces de generar material orgánico a partir de los
elementos disponibles en la Tierra, es decir de autoconstruirse, esta forma de
nutrición se denomina autotrofía. Un organismo autótrofo es autónomo,
individual e independiente.

El cambio en el hábito alimenticio de algunas de aquellas células primigenias


fue un evento muy importante dentro del proceso evolutivo de la vida,
seguramente originado en una fuerte escasez de nutrientes que obligo que las
células se comieran entre sí. La Heterotrofia se presenta cuando el organismo
debe alimentarse de nutrientes preelaborados por otros debido a su incapacidad
de producirlos por sí mismo. Un organismo heterótrofo es dependiente y
depredador.

Durante cerca de mil quinientos millones de años las células fueron solitarias, a
veces se juntaban en colonias, donde mantenían su individualidad y autonomía.
La heterotrofia puede ser una de las causas para el siguiente paso evolutivo de la
célula, pasar de procariota a eucariota, es decir de ser células sencillas a
convertirse en organismos de alta complejidad.

Lógicamente el colonialismo y la interacción permitió la simbiosis, que es lo


mismo que un trabajo en común bien sea esta compartida, impuesta o
indiferente. En el primer caso los organismos simbióticos sacan provecho mutuo
de la unión; en el segundo una se impone a la otra, aprovechando sus recursos y
en el tercer caso una vive de otra, sin causar deterioros en la última.

En cualquier caso la simbiosis también fue un factor fundamental para el


proceso evolutivo celular. Junto con la heterotrofia facilitaron el paso desde la
colonia al tejido, es decir la constitución de unidades inteligentes y funcionales.

La primera etapa de la vida en el planeta Tierra va hasta la formación de


organismos pluricelulares, pues la célula sin cambiar sus objetivos
fundamentales crea nuevos procesos que le han de asegurar su permanencia,
continuidad, proliferación y transformación.
35

Existe entonces una Conciencia Celular enfocada en la supervivencia, es una


conciencia enfocada en la individualidad, la autonomía, de tendencia solitaria,
muy autocreativa, emprendedora, perseverante, paciente y muy centrada en sí
misma. Esta es la primera etapa de la vida.

Fig. 3 – Evolución Celular

La vida sobre el planeta cambia radicalmente con la aparición de los organismos


pluricelulares. La célula constituye una red multifuncional con capacidad de
supervivencia independiente, esas redes están conformadas por cantidades
inmensas de células que habitan el océano, los ríos, las tierras y los aires, dentro
de ellos habita una primera célula madre y sus millones de descendientes, todas
obedeciendo el mismo código genético que les impone una clara identidad,
escrita en cada miembro de la red y que define a cada uno de estos organismos.

Los organismos pluricelulares duraron más de mil millones de años para


conquistar prácticamente todo el planeta, individuos cuya movilidad varía de
estáticos y fijos a altamente volátiles y rápidos. Pareciendo repetir el esquema
celular los organismos pluricelulares conformados por células eucariotas
heterótrofas son igualmente autótrofos o heterótrofos.

Es importante hacer dos anotaciones en este punto, antes de continuar, primero


que las células que conforman estos organismos son eucariotas y heterótrofas, es
decir completas y que potencialmente se podrían digerir entre ellas, pero su
comportamiento dentro del organismo es autótrofo, toda vez que el organismo
posee un sistema de nutrición que distribuye los nutrientes que cada célula
requiere para su operación y mantenimiento, este es un factor importante de
estabilidad del organismo. Ese comportamiento autótrofo se mantiene aun en
casos de hambre extrema, el organismo no se autodestruye.

La segunda anotación importante es la forma de propagación de la vida, es decir


el cumplimiento de uno de los objetivos básicos de la célula. Los organismos
pluricelulares, en su gran mayoría, utilizan la coproducción, la unión de dos
gametos masculino y femenino que provienen de individuos diferentes de la
misma especie y que conforman la célula primigenia del nuevo organismo, esa
36

nueva célula se ha de duplicar creando cuatro células madres que son las
gestoras de todo el organismo, las nuevas células seguirán duplicándose hasta
conformar el embrión y finalmente el ser completo, algunas de aquellas últimas
células han de seguir duplicándose hasta la vejez, cuando cesa la duplicación,
viene la declinación del organismo y finalmente la muerte.

De acuerdo con los dos tipos de organismos, los que se autoconstruyen y los que
dependen de otros, surgieron dos tipos de seres vivos los vegetales y los
animales.

Fig. 4 – Organismos Pluricelulares

Los vegetales precedieron a los animales en la conquista de la superficie


terrestre, en lo océanos las algas, de alguna manera predecesoras de los
vegetales ya estaban establecidas, proveyendo oxigeno y nutrientes a toda la
vida existente.

Las células eucariotas que conforman los organismos vegetales son más
sencillas que las correspondientes de los animales, debido precisamente a que la
complejidad organizacional de los primeros es menor por carecer de
movimiento. Como se describió anteriormente. Los vegetales, por su carácter
autótrofo están fijados a la Tierra de la que se nutren, toman los nutrientes
inorgánicos de ella y gracias a la fotosíntesis, es decir la acción de la luz solar,
los transforman en materia orgánica y oxigeno.

Los vegetales son organismos solitarios, autónomos, individuales e


independientes por cuanto no dependen de otros para su supervivencia.
Ocasionalmente se conforman colonias aunque no hay mayor interacción entre
ellos.

La conciencia vegetal es expansiva, de crecimiento y desarrollo. El ser es


consciente de la necesidad del esfuerzo propio para garantizar la supervivencia.
Es altamente productiva y sirve de apoyo para futuros progresos. Es
autorealizadora.
37

Los organismos animales están conformados por células eucariotas heterótrofas,


de comportamiento autótrofo, totalmente desarrolladas y diseñadas para
constituir seres vivos de alta complejidad debido al movimiento que poseen. Los
animales son organismos heterótrofos, es decir que deben de nutrirse de otros
organismos vivos para su supervivencia, esto los hace dependientes y
depredadores.

La movilidad es una característica definitoria de los animales. Para lograr esta


funcionalidad animal fue necesario desarrollar un organismo más complejo, con
un sistema de control que no poseen sus hermanos vegetales. Este sistema posee
las facilidades necesarias para percibir el mundo en tres dimensiones al estar
dotado de sensores, células cuya función de irritabilidad está altamente
desarrollada, sensores capaces de medir y dimensionar el espacio.

Esa capacidad de percibir el espacio, medirlo y comprenderlo requiere de un


centro operativo de alta capacidad, los animales saben calcular distancias,
velocidades y tiempos. Una comprensión física completa. ¿Por qué el
movimiento, en el diseño celular? Al ser un organismo heterótrofo, debe ir tras
la búsqueda de su alimento. Los herbívoros, aquellos que viven de los vegetales,
deben desplazarse hacia donde exista alimento más fresco y de mejor calidad.

Los omnívoros, es decir los que comen de todo, deberán perseguir a su alimento,
tomarlo, muchas veces a alta velocidad y darle muerte. El sistema sensor está en
permanente alerta durante este proceso generalmente eficiente, midiendo
velocidad, peso, espacio. Simultáneamente el centro de control está verificando
sus propios niveles de energía, coordinado los órganos de movimiento y
nutriendo a todas las células. Ese proceso se está llevando a cabo tanto en el
perseguido como en el perseguidor.

Es importante anotar, como ya se ha hecho en otros apartes de este libro, que


este proceso no es eléctrico, es bioquímico, la comunicación celular se da a
través de reacciones químicas. Sorprendente la magnitud del proceso energético
y químico que se sucede en estos organismos complejos.

Otro aspecto relevante es que los sensores que posee el organismo no solo le dan
la posibilidad de percibir, entender y comprender el espacio y el tiempo, sino
que adicionalmente le da sensibilidad. El organismo animal ve, huele, siente,
saborea, oye, cualidades que no poseen los vegetales. Éstos perciben el mundo y
el espacio de una manera básica, no deben pelear, mayormente, por los recursos
para sobrevivir, no requieren de tanta sensibilidad.

El animal siente, sobre todo siente dolor cuando tiene hambre, ese dolor lo
empuja a la búsqueda de su alimento y del agua. Con el dolor causado por el
hambre, el animal es capaz de dar muerte a otros ser vivo por su propia
supervivencia. Este es un aspecto muy importante, desde el punto de vista de la
célula, la supervivencia es obligatoria para cualquier organismo, está escrito en
la conciencia celular, por la propia supervivencia, el animal acaba con la vida de
otro ser vivo. De este hecho surge la idea que la evolución está asegurada al más
poderoso.
38

A diferencia de los vegetales, la mayoría de los animales suelen ser gregarios, es


decir se agrupan en manadas y colonias. Las razones de este comportamiento
están de nuevo en la conciencia celular que busca la supervivencia de la vida. El
grupo proporciona seguridad, en especial a los más débiles, he aquí un fin
mancomunado. La otra razón es la coproducción, estando en grupo se facilita la
búsqueda de pareja para garantizar la creación de nuevos individuos.

La conciencia animal es por un lado dependiente y depredadora. Por otro es


móvil y sensible. Posee una capacidad de pensamiento y de elaborar procesos
mentales complejos. La conciencia de la vida ha dado un paso muy grande en su
proceso, tiene la capacidad de adquirir conocimiento.

Hace apenas dos y medio millones de años, nada comparado con los cuatro mil
millones de existencia celular, apareció sobre la faz de la tierra un organismo
pluricelular eucariota heterótrofo animal con nuevas características. El género
humano empieza a recorrer los senderos de la vida.

El ser humano posee las características animales bien definidas, es omnívoro y


particularmente frágil e indefenso frente a sus hermanos de espacio vital. Sus
primeros años fueron desastrosos para el nuevo habitante de la Tierra, muchos
intentos fracasaron, las condiciones ambientales adversas lo tuvieron al borde de
la desaparición muchas veces, hasta que el Homo Sapiens logro encontrar el
camino para la adaptación, iniciando una carrera vertiginosa de creatividad y
transformación de la materia, quizás no esperada nunca por la célula que lo
originó.

Como el animal, el ser humano tiene conciencia del espacio y del tiempo pues
posee sensores como aquel. El sistema de control del ser humano es mucho más
desarrollado y complejo que el animal, esto le permite hacer procesos de
pensamiento denominados abstractos. Abstraer es la capacidad de comprender
los hechos y eventos de manera separada del objeto que las realiza. Un acto de
pensamiento es una idea, la abstracción es comprender la idea, luego viene la
realización de la idea, la creación real y consciente.

Parece que el homo sapiens logro sobrevivir por su capacidad de hacer armas,
con ellas pudo cazar, alimentarse y defenderse de las fieras que lo asediaban.
Ese fue un acto de pensamiento, el análisis de un problema, el planteamiento de
una solución y la realización de la misma. Eso es razonar, por ello al ser humano
se le considera como un organismo racional.

El humano no inventó el fuego, lo dominó, marcando un hito en la historia


humana y de la vida: el dominio de los elementos. Con su capacidad el humano
pudo aprender de los animales y vegetales, lentamente se convirtió por sí mismo
en el dueño de la vida.

El organismo humano es poseedor de la conciencia celular que significa su lucha


por la supervivencia y el mantenimiento de la vida; conciencia vegetal
identificada en la autonomía, expansión e individualidad; conciencia animal en
su movilidad, sensibilidad, gregarismo y conciencia racional con la abstracción
y capacidad de transformación del medio.
39

El humano ha sido capaz de transformar su entorno y su propia naturaleza, esto


último es totalmente notorio al ser capaz de establecer procesos de
comunicación y crear el lenguaje, lo cual le permitió expresar y compartir sus
ideas. La capacidad transformadora del ser humano es incuestionable, todos los
seres vivos transforman su entorno, pero el ser racional realmente ha construido
un nuevo mundo desde su aparición.

El elemento gregario del ser humano está fuertemente arraigado, quizás por su
propia debilidad inicial ha hecho que el hombre se una en organizaciones cada
vez más complejas, como el mismo. Otro elemento fortalecido en el humano es
la sensibilidad, su capacidad de abstracción le ha permitido desarrollar
sentimientos, forma de expresar esa sensibilidad. El humano siente y diferencia
el dolor, siente e interpreta el miedo, el hambre, la protección, creando nuevas
formas de interrelación basadas en la interpretación de tales emociones.

Fig. 5 – Evolución y Conciencia.

El ser humano ha evolucionado en todos los aspectos como organismo, pero ha


ido perdiendo su conciencia celular y hasta la vegetal. La autonomía y la
identidad se ven desafiadas por la uniformidad y la homogeneidad a la que la
humanidad está siendo empujada.

¿Qué busca la célula en este diseño humano? El aprendizaje humano le permitirá


a la célula tornarse en un ser totalmente racional, dueña total de su creación y
dominadora del entorno, la misión humana es llegar a su completo
autoconocimiento, es decir ser capaz de llegar a su propia célula matriz e
integrar todo el proceso de la vida en sí mismo, en ese momento la célula dará
un nuevo paso evolutivo y nuevas entidades vivas aparecerán en la Tierra.

Ese es el tema del próximo aparte, donde se discutirá la importancia de la


organización humana en ese proceso.
40

Quinta Parte:
El futuro de la Célula y de la Vida
El futuro de la célula y de la propia vida depende en este instante de su
evolución de solo uno los organismos creado por ella: el ser humano. Es obvio
pensar que la célula no ha hecho todo este trabajo para concluir con él ahora, se
ha visto que ella es recurrente, entonces se debe esperar que el proceso evolutivo
aun no haya terminado.
De hecho el Homo Sapiens, con menos de cien mil años de existencia, tiene
mucho que aprender. En este capítulo se continuará con el estudio de la
conciencia humana, las consecuencias de su racionalidad y la transformación
sensorial que con ayuda de su poderoso sistema de control ha logrado.
Se hablará del tema de Bienestar, considerando necesidades de acuerdo con los
niveles de conciencia planteados en el capítulo anterior. El bienestar es un
elemento que solo el ser humano tiene la capacidad de comprender, implementar
y desarrollar.
Posteriormente se tratará el tema de la organización humana y su papel en el
proceso evolutivo del género, de la célula y de la vida. En el mundo actual, los
seres humanos se mueven y viven en organizaciones de diferente índole donde
buscan su bienestar, ese es el objetivo primario de la organización, pero en el
continuo evolutivo jugará un papel decisivo.
Termina el capitulo con una visión de la nueva célula y la nueva vida tras
superar la etapa humana de la evolución. Y ésta será solo una nueva etapa del
proceso celular, donde quizás sea posible que ella haya vencido su miedo
ancestral a la muerte, después de haberla padecido de las peores formas gracias a
la aventura humana.
La célula se enfrentó durante miles de millones de años a su mayor miedo:
fracasar en su proyecto, perder todo lo que lentamente había construido, la vida
misma. Perder la vida es morir, el mayor miedo de la célula es la muerte misma.
El miedo está allí en lo más profundo de cada organismo, por ello todas y cada
una de las células se empeñan con fuerza a seguir viviendo, luchando,
aferrándose a su existencia, cada una de ellas sabe muy bien que a su muerte,
todo habrá terminado.
El miedo es uno de los motores de la vida, por un lado la lucha por el logro del
objetivo y por el otro el miedo a no lograrlo. Por ello el miedo es parte de la
conciencia celular y al igual que la vida, también ha evolucionado, tomando
forma propia como una entidad no viva que acosa a la vida.
En el capitulo anterior se analizó como el organismo animal desarrolla un
sistema sensorial que le da la capacidad de entender el espacio y el tiempo,
además de comprenderse a sí mismo como una entidad que vive, siente y piensa,
porque el animal tiene la capacidad de pensamiento, su sistema nervioso se lo
permite.
41

En el humano, el siguiente paso evolutivo del organismo celular, la capacidad


del pensamiento se transforma en una verdadera herramienta creativa capaz de
llevar a cabo procesos nuevos para el planeta, para la vida y para la célula. La
capacidad sensorial animal en el humano es potenciada por su capacidad de
abstracción, reflexión y racionalidad.

Ese potencial humano permite un cambio en el sistema sensorial humano: ya no


oye, escucha; ya no ve, observa; ya no siente, percibe; ya no saborea, degusta;
ya no olfatea, percibe aromas. Su capacidad de pensamiento, su manejo del
tiempo y del espacio le permite con sus sentidos no solo vivir, le permite
recordar e imaginar, pasado, presente y futuro en un mismo instante.

La sensibilidad en el humano se magnifica y lo magnifica. Y la posibilidad de


expresarla es la que le permite crear y transformar como ningún otro organismo
lo había logrado antes. Toda emoción al ser magnificada en el organismo
humano se transforma en un huracán intenso a su exterior. Y así como el
objetivo celular se magnifica igual le sucede a su miedo interno.

La célula busca en el diseño humano la posibilidad de dignificarse a sí misma y


a toda su creación, al desarrollar un organismo sensible y racional solo pretende
ella misma generar seguridad en su proceso evolutivo, vencer de cualquier modo
a la muerte, preservarse a perpetuidad. La célula busca su bienestar, para su
bienestar la célula solo requiere de energía disponible, el sol, nutrientes, la tierra
y un ambiente apacible donde pueda propagarse. Esto último fue el elemento
que originó el miedo ancestral en la célula y permitió la adaptación.

Los vegetales tienen unas necesidades similares a las de la célula. El bienestar


vegetal es parecido al de la célula pero en escala mayor. Sin embargo las
condiciones de fragilidad del vegetal pueden ser mayores pues está totalmente
expuesto a depredadores que no solo lo consumen a él sino que también
degradan el ambiente donde se desarrolla. Si el animal herbívoro superpoblase al
planeta el riesgo de desaparición vegetal es inmenso, esta es quizás la causa del
inicio de la desaparición de los dinosaurios y la propagación de los carnívoros.
El miedo vegetal es mayor y está allí en su interior.

El bienestar animal es más complejo. Su esfuerzo por la supervivencia es


enorme, es una verdadera batalla contra el ambiente y contra otros animales,
muchos peligros lo persiguen, su movilidad y su libertad lo exponen a los más
diversos peligros. Es claro que el organismo animal tiene más y mejores
herramientas para su supervivencia, pero igualmente se enfrenta a un mundo
más adverso, más competido y más peligroso. La sensibilidad animal lo
mantiene alerta, el miedo es pues más intenso. La vida animal es una lucha
permanente, un sentirse observado, asechado, perseguido, es darse cuenta que se
es comida para otro, es sentir la muerte a cada instante, y la muerte es el temor
más grande de la célula.

El humano surge de la evolución animal, su fragilidad es mayor. Las crías


humanas son muy dependientes de sus progenitores, no poseen pieles resistentes
al ambiente, ni garras, ni colmillos filudos, poseen solo una capacidad de
aprehender del entorno, de analizarlo, de transformarlo y en su debilidad, el
humano domino al resto de la vida.
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El bienestar humano, al igual que su sensibilidad está magnificado, como sus


necesidades. La nueva etapa celular, la humana es prolífica en inventar y crear, y
se crea nuevas necesidades a cada instante, a cada necesidad surge un nuevo
miedo, pues por cada insatisfacción existe el temor ancestral celular de la
muerte. La mente y sus trabajos se convierten entonces en la principal fuente de
bienestar y de angustia.

Al ser humano no solo le persiguen los animales, con quien comparte su


angustia por la supervivencia, también le persiguen los fantasmas y espíritus que
el mismo crea, ideas que nacen de su propia mente, entregándose finalmente a
ellos por su incapacidad para vencerlos.

La célula ha depositado toda su esperanza de supervivencia y evolución en su


más reciente diseño que tiene más o menos un millón de años, muy poco
comparado con todo el proceso celular y por lo tanto apenas en la infancia del
proceso de aprendizaje.

Durante ese proceso celular, la vida se ha enfrentado varias veces a la


desaparición, por diversas causas externas y de diseño, pero la célula en su
perseverancia y recurrencia ha salido avante. Pero en su historia no se había
enfrentado a un depredador de las características del actual, el humano es el
mayor depredador de la historia vital de la Tierra. Ningún otro organismo le ha
causado tanto deterioro a la biosfera como él, ningún otro ser viviente ha sido
causante de la desaparición de otras formas de vida como el humano, ningún
otro organismo ha consumido tantos elementos inorgánicos y orgánicos de la
Tierra, ningún otro organismo ha causado tanto dolor, tanto miedo, tanta
desolación como el género humano.

La vida animal es, en términos humanos, cruel ¿Y la vida humana? Devastadora


puede ser el término más adecuado. La corta historia humana es un continuo
collar de guerras, de violencia, de destrucción. Atrás se mencionaba que un
elemento importante para la supervivencia del Homo Sapiens fue el invento de
las puntas de lanza. El motor de la creatividad humana ha estado impulsado por
el hambre y el miedo, lógicamente éstas son ancestrales de la célula, pero del
miedo y sus fantasmas, la imaginación humana se ha alimentado en forma
desmedida.

Se puede entonces preguntar si de nuevo ha fallado el diseño celular y la


respuesta contundente es ¡No! La contundencia de esta respuesta se debe a que
el diseño humano esta apenas naciendo, está llevando a cabo un proceso de
aprendizaje que le permitirá a la célula dar un paso en su evolución. La apuesta
es arriesgada, muy arriesgada pero la conciencia humana dará la respuesta
apropiada en el momento adecuado.

La historia humana es la de la guerra, es indudable pero también es una historia


de creatividad y transformación extraordinaria, la inventiva humana no ha tenido
límites y se mueve a velocidades cada vez mayores.

La magnificación propia de la vida humana, que se mencionaba atrás, también lo


ha hecho con el gregarismo animal. Durante sus inicios, la humanidad se formó
por aquella tendencia animal de andar en manadas por seguridad y beneficio
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mutuo, con el tiempo aquellas manadas se conformaron en tribus, especie de


superorganismo que con el tiempo evolucionó a nuevas formas: la ciudad, el
imperio y de allí a las organizaciones actuales.

Fig. 6 – Evolución de la Conciencia

La evolución de la vida, basada en la evolución humana tiene dos niveles a


desarrollar: el personal y el social. Es indudable que la organización es el
próximo nivel de evolución, por lo menos para el organismo humano. El
humano desde su propio trabajo personal está creando un nuevo nivel de
conciencia que se puede denominar Conciencia Organizacional.

La organización humana surge como una manera de solventar las necesidades de


sus conformantes, no importa cuál sea la naturaleza de ellas, los organismos
humanos se unen para proveerse bienestar, es decir suplir las necesidades
ancestrales de la célula: alimento y seguridad. Hemos visto que a medida que la
conciencia ha evolucionado, de igual manera lo han hecho las necesidades, pero
en el fondo siguen siendo las mismas, magnificadas por la mente humanal, la
cual también ha magnificado la inseguridad.

La inseguridad es miedo, el cual al magnificarse se transforma en terror. El


humano viviendo en medio del terror busca protegerse, creando miles de formas
para hacerlo, desde ayudas externas, misteriosas y súper poderosas que lo
protegen y lo atacan, de allí surge la idea de dios, dioses, ángeles, demonios y
otros benefactores y atacantes invisibles desconocidos, abstractos.

Al no poder entender su condición de indefensión, ver su propia fragilidad y


vivir en el terror diseña escudos protectores en su propia mente que le den poder,
poder que él mismo posee pero no es capaz aún de percibir, comprender y
menos aun expresarlo, exteriorizarlo. En aquellos remotos tiempos de la
humanidad, léase bien de la humanidad, pues para la célula han sido apenas
segundos, el humano estableció un grupo de figuras para explicar su origen, su
existencia y sobre todo su dolor. Y desde allí se construyó el proceso evolutivo
humano.
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Y es allí donde tiene su fundamento la organización humana. El humano tiene


entonces necesidades reales y abstractas para solventar, esto le complica la
existencia, y por ello surgen centros de culto que se transforman en religiones.
Surge la necesidad de aprender y conocer, surgen centros de formación que se
transforma en el sistema educativo. Las enfermedades se vuelven epidemias, el
miedo a la muerte o el deseo de la inmortalidad genera una búsqueda por
entender la vida y la muerte, caminos diversos que conducen al desarrollo de la
ciencias modernas.

El organismo humano tiene ante sí dos retos para consolidar el éxito del diseño
celular, el primero es el desarrollo de la conciencia racional o humana, el
humano debe profundizar en el conocimiento de sí mismo para constituirse en
un motor de la evolución, debe llegar a ser capaz de potenciar todo su organismo
celular para permitir el desarrollo de su conformante. El humano debe llegar a
un nivel de conciencia tal que le permita reconocerse como un conjunto enorme
de células luchando por la supervivencia, reconocer y comprender la conciencia
celular, al llegar a ese nivel, la comprensión de la vida a de ser totalmente
diferente.

Porque el ser humano actual aún no posee conciencia vital, el diseño celular
pretende evolucionar a través del organismo humano, pero hasta ahora éste solo
le ha causado daños profundos al proceso. El humano, que cada seis horas sufre
de hambre, aun no es consciente que billones de seres vivos se mueren, en
medio del dolor, de hambre. No solo mueren seres humanos, también lo hacen
animales, vegetales, algas, hongos, y hasta bacterias, ese es el poder devastador
del humano.

El humano, al darse cuenta que es un conglomerado de células, la dignificará y


con ese acto dignificará la vida toda: a las temidas bacterias, a los vegetales que
consume de mil formas, a los animales que igualmente consume y destruye. Y
sobre todo dignificará al humano: a la mujer que ha discriminado y maltratado, a
los niños, a los negros, a los indígenas, a los miserables, a los diferentes, a los
esclavos, a todos aquellos donde el humano ha depositado todo su terror.

Se dará cuenta entonces que la biosfera, el trabajo dedicado de la célula por


cuatro mil millones de años, ahora es de su total responsabilidad. Se dará cuenta
que no puede seguir extrayendo indiscriminadamente minerales porque en poco
tiempo se ha de acabar el sustento vegetal. Se dará cuenta del sufrimiento animal
y aunque no podrá cambiar la naturaleza cruel escrita en su conciencia,
aprenderá a respetarlos y protegerles su ecosistema. Se dará cuenta que de él
depende que los acuarios vivientes que son todos los organismos vivos pueden
desaparecer por su negligencia e incapacidad de manejar el agua.

Se dará cuenta que el esfuerzo realizado por algas y vegetales debe ser ayudado,
pues de él dependemos, no puede seguir contaminando el aire de manera
descontrolada, porque de ese gas tóxico depende toda la vida del planeta.

Y algún día se dará cuenta que el dolor de cada ser humano solo es producto del
terror que el mismo siente a la muerte, se dará cuenta que con su tecnología y
creatividad se pueden alimentar a todos los seres que habitan la tierra, que no
hay más riqueza que una vida exuberante en todo el planeta. Y un día se dará
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cuenta que ha estado equivocado y perdido en creencias absurdas que lo han


alejado de sí mismo, se dará cuenta que es una célula que necesita comer para
sobrevivir y que lo puede hacer de una manera que no tiene que destruir a otro
para hacerlo.

Fig. 8 – La Organización Evolutiva

Y para ello debe nacer paralelamente la organización evolutiva. Una


organización consciente de sí misma, dignificadora de la vida, en especial de la
humana. Construir una organización consciente es el reto actual pues se ha de
constituir por organismos humanos de diferentes convicciones, pensamientos y
orígenes, un organismo plural y diverso, esto ya implica un cambio sobre el
organismo humano y es posible que sea uno de los aprendizajes celulares para su
nuevo diseño.

La organización evolutiva será una entidad que tendrá claridad de sus objetivos
propendiendo en el desarrollo celular, de la vida y del organismo humano. Será
una organización con capacidad racional, sensible, creativa y dignificante. Esa
organización capaz de promover la evolución del organismo humano será la
base del nuevo desarrollo de conciencia celular.

Porque la célula al perder su miedo ancestral a la muerte, liberada de ello, será


capaz de desarrollar todo su poder e inteligencia. Entonces llegará la etapa de la
célula racional, diseño de súper humanos capaces de hacer uso de todo el
potencial de su sistema nervioso central, hoy en día subutilizado.
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El súper humano entonces estará en capacidad de adentrarse en el universo,


dejará la Tierra y buscará nuevos horizontes, nuevos paraísos podrán ser
desarrollados donde la vida será cada vez mas dignificada. Y adquirirá, ese
súper humano consciente de sí mismo y de su organización celular, la conciencia
universal, donde se dará cuenta que cada célula viva no es más que un elemento
constitutivo de la célula universal, la que desarrolló el modelo básico y a la que
pertenece toda la inteligencia creadora, comprenderá que la Energía y la materia
son la misma vida, entonces entenderá porque la una no existe sin la otra.

Fig. 9. – De la Célula Procariota a la Célula Universal

Ibagué, Colombia - Octubre 9 de 2009.

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