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Cuando la relacin del alumno con la escuela nace de una buena percepcin,
la participacin es un vehculo para el desarrollo de sentimientos de
pertenencia[1]. El saberse perteneciente no resulta nicamente del estar-en
un grupo, ni siquiera entrar y salir a su antojo; la pertenencia se incoa cuando
la persona tiene ocasin de aportar al grupo a travs de la encomienda y
realizacin de tareas o encargos. Sentirse-parte es saberse incluido en un
todo en el que se es protagonista y no un mero seguidor. El ser humano
desarrolla su capacidad de iniciativa y su sentido de responsabilidad a travs
de los distintos cargos que tiene acceso en cada grupo[2]. Es una suerte de
relacin mutua: el grupo me asegura ubicacin, el estar dentro, y yo reafirmo
esa consideracin contribuyendo a mantenerlo en aquellas tareas que se me
ha encomendado. Sin participacin el sentido de pertenencia es efmero.
Por tanto, se torna en un reto atractivo para la escuela el procurar que sus
alumnos satisfagan su sentimiento de arraigo o de pertenencia. Cada ser
humano tiene necesidad de tener mltiples races. Tiene precisin de recibir
casi la totalidad de su vida moral, intelectual, espiritual, por intermedio de los
ambientes de los que naturalmente forma parte[3]. Existencialmente, cuando
un alumno no se siente y no se sabe radicado en su comunidad educativa,
pierde el bien ms profundo () el lazo misterioso y cordial con las cosas de
su mundo por el que estas se hacen valiosas para l y otorgan arraigo y
sentido a su vida[4]. Es sintomtico que cuando un alumno se encuentra
ajeno o fuera de contexto tiende a reemplazar sus vnculos personales por
objetos o sucedneos quimricos.
[1] Frigerio, Graciela, et al., Las instituciones educativas: cara y ceca, Ed.
Troquel, Argentina, 6ta Ed. 1996, pg. pg. 104.
[2] Sacheri, Carlos, El orden natural, IDEP, Lima, 1981, pg. 158.