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Curso: Decimo A
Muchas personas creen y afirman que los jóvenes no conocen el amor y sin este
es imposible conocer el desamor, pero es en realidad tan cierto lo que dicen? ¿a
caso son los adolescentes seres sin sentimientos, sin la capacidad de amar y sentir
dolor? ¿Son tan falsos que su amor no puede considerarse verdadero?, estas son
preguntas de las que partimos y las que esperamos resolver a lo largo de la
investigación.
Objetivos
• Uno de los principales objetivos es saber el índice de amor y desamor que
hay en la población juvenil, así como en las contemplaciones de suicidios
que los mismos tienen o no.
• Detectar las causas del suicidio y buscar posibles métodos de ayuda para
resolver este problema.
• Determinar si existe o no el amor verdadero a tan temprana edad, y
determinar como afecta la sexualidad en las relaciones amorosas.
• Como las culturas juveniles influyen en el pensamiento y puede llevar
incluso al suicidio, por cusa de su filosofía.
Subtemas
• Causas del desamor.
• Consecuencias del desamor.
• ¿Existe el amor entre jóvenes?
• ¿Es real o falso?
• Psicología del amor y desamor en la juventud
• El amor juvenil, ¿solo amor de cama?
• El desamor al punto del desprecio del si mismo.
• Desamor y culturas juveniles ¿Emos?
• El amor como causa de distracción escolar.
• La lucha del joven por amor.
• Suicidio y sus causas
• Como prevenirlo
• Psicología del suicida
Extracción de
información
ANALISIS PSICOSOCIAL DEL AMOR
Y DESAMOR
XAVIER SERRANO HORTELANO
En mayor o menor medida, con mayor o menor fortuna, todas las personas conocemos
la experiencia del amor, del enamoramiento, y también del desamor y de las
consecuencias emocionales que implica. Amor es un concepto abstracto, por tanto
subjetivo, de fácil y lógica interpretación, que se puede vivir en determinados
momentos de la vida y ante determinados objetos, entendiendo por objetos, aquello que
recibe el afecto. Amor puede sentirse hacia un animal, una casa (objeto físico), una
entidad espiritual, y también hacia la pareja. Hoy hablaré sobre el sentimiento que se
comunica, que se vive con otro, que permite, facilita y desarrolla la institución de la
pareja y legalmente, en un momento determinado, posiblemente el del matrimonio.
Ante este concepto abstracto nos preguntamos por la función de esa particularidad del
ser humano, cuya respuesta se podría entender desde las religiones, la filosofía y la
psicología, entre otros.
Puede darse, por ejemplo, el sentirse atraído y enamorado de dos personas a la vez. Lo
primero que hay que tener en cuenta es que hablar de modelos en la relación humana,
desde el punto de vista científico, es absurdo porque existen muchas formas de relación.
Ahora, desde el punto de vista ético habrá que ver si esto se produce de manera
clandestina, oculta, o es transparente y aceptado por todos los implicados. Si una de las
personas está oculta ya no hay igualdad de planos. Y en esa no igualdad, es difícil que
se pueda hablar de una relación amorosa.
Hay muchas modalidades en el momento social actual, nuevas formas de relación que
no sabemos que consecuencias pueden tener porque es muy poco el tiempo de
existencia. Podemos opinar ideológicamente, pero no científicamente. Las que si están
estudiadas, y en lo que nos centraremos en adelante, son las consecuencias traumáticas
de una separación destructiva y las consecuencias favorables de una separación
cómplice, constructiva.
En general, hay dos niveles de referencia. Primero, el modelo que nuestros padres nos
han dado, es decir, la referencia educativa, y segundo, la experiencia que hemos vivido
a nivel afectivo, emocional y energético con la primera pareja que se da en nuestra vida,
con nuestra madre. El primer elemento fusional en el que se crea realmente una
dinámica de dos, profunda y con un amor auténtico es la relación entre la madre y el
bebé tanto a nivel intrauterino como extrauterino. La que condiciona inconscientemente
nuestra forma de relacionarnos con aquel a quien amamos, porque en el fondo, el amor
se reconoce por nuestras memorias anteriores como concepto abstracto en el constructo
psíquico que se basa en experiencias vividas. Por eso hay personas que se fusionan
excesivamente con el compañero/a y viven una dependencia extrema, porque,
generalmente han vivido una separación o una relación muy corta con la madre en ese
momento primitivo, y viven en esa nueva persona, hombre o mujer, un desplazamiento
de afectos maternos. Por lo tanto volver a perder a la madre es algo que no se puede
soportar, y de ahí la entrada en depresión o en respuestas violentas y maniacales para
evitar el contacto con la depresión.
Nacemos con la capacidad de amor, de abrirnos al otro, porque solamente si hay un
movimiento hacia fuera nuestra estructura está en movimiento, está reciclándose
energéticamente y por lo tanto está viva.
Un ser humano que esta solamente en una situación de narcisismo permanente, es decir,
en el que solo se ve a sí mismo es una persona que progresivamente va imaginando la
realidad y desarrollando una dinámica patológica. En última instancia, podríamos decir
que el psicópata es el sujeto que ha llevado el narcisismo al extremo de imaginar la
realidad de contacto con el otro, sin emocionalidad, hasta el punto que puede destruir
sin alterarse. Hay mucho psicópata cívico, no solo en las cárceles.
La psicopatía social existe como fenómeno en cuanto que se dan ciertos círculos y en
ciertas personas en el momento en que se cierran a la posibilidad de amor, de
expandirse, de entrar en relación con el otro, por diversas circunstancias, no por un
cuestión voluntaria. Esto está vinculado a la educación, en la que el niño ve reprimidas
sus respuestas, sus capacidades y sus necesidades expansivas, y va refugiándose en un
imaginario que le impide el contacto con la realidad; cuando no se vibra y no se siente
al otro cualquier comportamiento destructivo puede ocurrir, el impulso surge en forma
caótica y no hay emocionalidad, por lo tanto no hay censura ética que lo frene.
Las familias en que alguno de los dos padres viven esta situación son muy conflictivas
porque el nivel de violencia es muy alto y los hijos, que la reciben continuamente, no
tienen posibilidad de canalizarla; el modelo de referencia que tienen es de petrificación,
es decir, de ausencia de experiencia emocional. Por lo tanto, lo único que queda es la
posibilidad de expresión de esa emoción fuera del núcleo familiar y esos niños
empiezan a necesitar la emergencia de las pulsiones destructivas que viven en la familia
y que no pueden expresar en otros círculos.
En cierta forma los mecanismos sociales en los que estamos inmersos facilitan esta
falta, creando modelos de referencia que limitan la posibilidad de construir un modelo
propio de identidad, forzando ritmos y dinámicas que distresan y rompen nuestra
capacidad de actuación espontánea y en el fondo, facilitando un individualismo basado
fundamentalmente en el amor a los objetos, al tener, en vez de favorecer el ser y el estar.
Como decía Erik Fromm, prevalece el tener sobre el ser. Entonces podemos hablar de
una sociedad que tiende cada vez más a valorar al ser humano positivamente por tener
muchos objetos, y entre esos objetos muchas veces están las personas, y entre esas
personas muchas veces está la pareja. Aveces se está con alguien porque es estético. En
muchas sesiones depareja que hacen terapia aparece esa sensación, sobretodo en la
mujer, de sentirse "florero", es decir, sentir que su pareja está a su lado porque viste
bien, porque es bonita y queda bien en las reuniones de sociedad. Pero sin sentirse
amada, se siente poseída. La pertenencia prevalece sobre el "estar con" y ese es un
problema que se ve frecuentemente en terapia de pareja, así como cuando el periodo
inicial de enamoramiento se va modificando y empieza a convertirse en una realidad
que pierde la perspectiva y el motivo inicial de encuentro se difumina y se convierte en
un intercambio, en una permanencia por mantener intereses y necesidades comunes.
Cuando empezamos una relación todos y todas sabemos que esa relación puede
terminar, pero ya en la legalización de la institución se hace hincapié "Hasta que la
muerte nos separe", significa, hasta que algo externo a nosotros nos separe", lo cual
limita ya la libertad de decisión, del "hasta que la muerte de aquello que ha motivado
nuestro encuentro nos lleve a separarnos". Es decir, hasta que la función termine, deje
de existir, acabe su cometido. Y si la función que tiene la pareja humana es la de
desarrollar la capacidad amorosa de cada individuo, puede ocurrir que ese sistema
empiece a no ser válido para el desarrollo personal de uno de sus miembros y a partir de
ese momento tiene que haber un replanteamiento real y una asunción de la crisis. No es
como antes, algo ha ocurrido que lo que era ya no es y por tanto tenemos que afrontar
una realidad nueva de las cosas. Esa realidad nos puede llevar a modificar la relación
para cualitativamente aumentar la capacidad de placer, de desarrollo, de expansión, de
comunicación.
Ese conflicto puede venir motivado por un cambio de valores individuales, por un
cambio de trabajo, por la entrada de una tercera persona dentro del marco sexual, por el
nacimiento de un hijo, por el fallecimiento de un familiar de uno de los miembros de la
pareja, o por cualquier otra circunstancia cotidiana que influya directamente en la
psicología de la emocionalidad, y eso repercute en su ecosistema mas próximo. La
pareja es un sistema vivo, nadie puede garantizar qué nos va a ocurrir mañana como
pareja porque nadie nos puede garantizar qué nos va a ocurrir individualmente. En
momentos determinados, el impacto se produce de forma traumática porque hemos
perdido la capacidad de darnos cuenta de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y
perdemos el contacto con lo que está pasando con nuestro compañero/a quien de pronto
expresa su falta de deseo sexual, su poca motivación para compartir actividades, la
presencia de una tercera persona, o su interés en la separación. El problema es de los
dos, de quien no se da cuenta y de quien creía que el otro se estaba dando cuenta. Llega
un momento en el que el bloqueo en la comunicación lleva al uso del imaginario y a
crear e interpretar la realidad.
En ese momento es cuando, necesariamente, tenemos que asumir la crisis que implica
un replanteamiento a tres niveles fundamentales: el cognitivo, es decir, cómo nos
comunicamos, qué niveles de transmisión de valores, ideas, aficiones, proyectos existe
con esa persona. Un segundo factor, qué nivel de intercambio emocional existe, de
afectos, cariño, tristeza, anhelos, frustraciones. Y por último qué capacidad de placer
tengo con esa persona, de goce, de abandono sexual. Un buen test permanente en la
pareja es ir analizando cual de estos aspectos va debilitándose en la relación, pero los
tres tienen una importancia muy grande porque en el fondo estamos hablando de un
sistema que comparte la vida cotidiana. Habrá momentos de la vida en que se dará mas
importancia a esa empatía sexual y momentos en que será mas importante la afectiva, la
cognitiva, o la identificación laboral y social. Depende de momentos vitales, de edades
y de circunstancias pero tienen que estar presentes porque significa que está habiendo
una globalidad de la relación. Si esto no sucede, se está evitando el crecimiento, el
desarrollo de facetas vitales para las dos personas y que van a vivir fuera de la relación.
Es necesidad, se parcializa, y empieza a separarse y a romperse progresivamente la
pareja.
Esos tres niveles nos hablan del momento real de la pareja y nos lleva a plantearnos la
posibilidad de replantear o de darnos cuenta de que es un momento definitivo donde ya
no hay posibilidad de reconstruir y es cuando, en el último acto de amor, se debería
buscar la muerte de ese sistema desde una perspectiva de transformación creativa para
cada uno de los miembros, no como un fracaso, sino como un acto de cambio y por lo
tanto de final que facilita una transmutación.
Lo mas importante es que el proceso de separación sea progresivo, que tenga un cierto
ritmo y que sea lo menos violento y lo mas compartido posible, que sea un proceso de
complicidad donde los niños, a partir de determinada edad, puedan también participar,
es decir, ser conscientes de lo que está pasando. Normalmente se vive la separación
como algo que corresponde solamente a la mujer y al hombre, y en cuanto que ya hay
hijos, y por lo tanto hay un sistema familiar mas complejo, hay que tenerlos en cuenta
desde el principio para que ellos entren en esa realidad. Es un gran error separar la
realidad de los adultos del mundo de los niños porque los niños captan lo que ocurre,
aunque nosotros queramos evitar los conflictos, las discusiones, los afectos negativos, y
además sienten que no se les tiene en cuenta, que no se les reconoce, que viven esa
experiencia en soledad, con lo cual se agrava el conflicto, porque el niño se aísla,
sintiéndose desplazado de la realidad familiar.
Por eso es importante que desde el principio el niño pueda vivir la separación como un
proceso lo mas natural y humano posible - porque es humano, y el ser humano vive
pulsiones y afectos de todo tipo- y forma parte de la realidad que el niño tenga acceso al
mundo del adulto, a conocer esa dinámica de desamor, sobretodo con la idea de que el
desamor es el de los padres, no hacia ellos. Hay un mecanismo inconsciente que se
produce en los niños, y es que si no se les hace conscientes de la realidad del adulto y de
las causas de la separación, que puede ser simplemente el desamor -no tiene que haber
grandes odios ni gran destructividad- pueden sentir que son ellos los culpables de este
paso. Algo han hecho mal en su imaginario, y esa es una carga que siempre llevan, que
se observa después en la psicoterapia de adultos cuando han sido hijos de familias
separadas. Para evitar esa culpabilidad tiene que compartir en comunicación con esa
situación de desamor y participar en el proceso. Eso es algo que se hace en la terapia de
familia de los procesos de separación.
Como expresé anteriormente, la idea de separación se vive como idea de muerte, y por
tanto como algo terrible, porque en ese momento conectamos con el miedo a nuestra
muerte ya que generalmente la relación que se crea con la pareja es fusional, psíquica y
emocionalmente hablando, hasta el punto en que existe una referencia yoica en el otro.
En el momento en que el otro realmente no está, tenga la sensación de que no está, o de
que no va a estar, la persona entra en el pánico de perder su propia sensación de existir.
Por eso en muchas separaciones aparecen las respuestas depresivas. Entra en auténtica
depresión porque empieza a vivir una emocionalidad totalmente vacía, pierde el sentido
de su realidad, de su vida. Esto significa que en ha creado una dependencia muy grande
en la cual el otro "le ha robado el alma", hablando poéticamente, y se producen
reacciones de pánico muy fuertes, intentando por todos los medios frenar ese proceso y
evitar el conflicto, el movimiento y el sufrimiento. Se coloca en una situación de
búsqueda de estabilidad, de estatismo y ahí es donde aparece el sufrimiento crónico y la
institución empieza a pervertirse, porque se crean mecanismos para evitar la asunción
de la realidad, de que posiblemente el sistema ya no facilita la función originaria. Digo
posiblemente porque primero es importante asumir la crisis y permanecer en ella,
intentar transmutar juntos, es decir, intentar que ese cambio sea positivo para los dos y
esa relación se modifique. Eso puede ocurrir dentro de la pareja o con la ayuda de un
especialista en terapia de pareja, que tiene una cierta funcionalidad y dinamización de
impulsos estáticos, siempre que las dos personas sientan que, solos, no tienen capacidad
de resolución.
No necesariamente hay que esperar a la decisión de la separación, sino que puede haber
un plano preventivo, cuando llega un punto en que se vive una crisis por infidelidad, por
enfermedad de uno de los miembros de ese sistema, o por cualquier circunstancia que
lleva a un conflicto, una tensión exacerbada que no se palia, no se reduce. Por otra parte,
en cuanto menos participen familiares en los conflictos de pareja, mejor, porque hay
interferencias inconscientes, intereses, afectos que pueden evitar la objetividad de la
situación. En este caso es mas positivo el consejo de un amigo porque puede ser mas
objetivo. De todas formas, en un conflicto de dos es muy difícil que participe alguien
que tiene vínculos afectivos.
Si de esta manera se intenta durante un tiempo un cambio que no se produce, y esa
relación facilita el sufrimiento, aunque sea de una de las dos personas, hay que
plantearse la finalización como algo positivo. El fracaso está en la cobardía de no
asumir la soledad coherente, la realidad, que implica el dejar que la otra persona viva
libremente y pueda seguir creciendo porque una relación se crea y se mantiene cuando
es mutuo el deseo de entregarse a ella. De lo contrario se convierte en un constante
mensaje de "tu me vas a evitar el sufrimiento estando conmigo". La otra persona entra
en la defensa y de ahí en la violencia y la destructividad, situación que puede
permanecer en el tiempo, afectando, como ya he dicho, a todos los miembros del
sistema familiar.
Los seguimientos que hemos hecho desde la psicología de las familias que viven en
dinámicas destructivas han mostrado la existencia de dos tipos de destructividad. La
digital que es directa, y la analógica que es sutil, como el chantaje, la amenaza, la
culpabilización. Como ejemplo cito a una pareja que, cada vez que él se imaginaba que
la mujer iba a decirle algo conflictivo, él entraba en una reacción cardiaca que le llevaba
al hospital. Automáticamente la mujer paraba porque "no podía sentirse responsable de
la muerte de su marido". Así estuvieron diez años hasta que llegaron a la consulta y
desciframos la clave del "enfermo imaginario" (la obra de teatro de Moliere). No se iba
a morir, pero ella, con razón, no se arriesgaba y así se frenaba el movimiento. El mismo
sufría porque se daba cuenta de que estaba creando una reacción de evitación del
conflicto y su mujer no estaba feliz, pero él no podía evitar esa situación psicosomática.
Otro ejemplo es el de las culpas vinculadas a los hijos, los chantajes afectivos,
culpando al otro por el futuro malestar y conflicto de los hijos, a partir del abandono. El
chantaje económico, donde la mujer tiene todavía una situación de debilidad frente al
hombre a niveles legales y jurídicos: "Si me dejas, no hay dinero". Ocurra así o al
contrario estamos entrando en dinámicas de perversión, donde ya no hay amor sino
destrucción mantenida, y cuestionamos la causa por la que se mantiene esta situación,
en la que ya no hay deseo sexual o muy poco, ni deseo de comunicación, en la que se
llevan vidas paralelas y se comparte el espacio -algunas horas en la noche- y en la que
no hay una transmisión de afectos, no se vibra con esa persona. Las respuestas son
muchas, desde intereses múltiples hasta incapacidades personales, y ahí es donde la
psicoterapia puede ayudar, cuando realmente una persona no puede abandonar a su
pareja porque se siente culpable, y no se da cuenta de que con su actitud está reforzando
la patología de su cónyuge, que el otro siga convencido de que esa forma de actuar
victimista es la adecuada, es la que permite un poder, manteniendo la doble patología.
El que hace de víctima se sigue sintiendo víctima y el que desarrolla un sadismo
masoquista, pasivo, sigue desarrollándolo. Este chantaje es mucho mas duro aveces que
la reacción violenta porque cuando hay odio directo, digital, cuando hay violencia física
o infidelidades manifiestas, por ejemplo, empieza a haber motivos concretos y es mas
fácil dar el paso.
En la situación en que uno quiere dejar la relación y el otro no, los dos miembros de la
pareja sufren. Por eso es importante buscar una resolución, que dependerá en gran parte
de la respuesta psíquica, de la capacidad de tolerancia y de adaptación, de la búsqueda
de recursos externos, compensatorios. Aparentemente quien sufre es la "víctima" , quien
siente que el otro le hace daño, que es malo, que está provocando el disturbio, que
quiere irse, que ha dejado de amar, que ha perdido la pasión, que no lucha, que no
mantiene la familia, pero ese discurso repetitivo y culpabilizador, hace sufrir
permanentemente a la otra persona porque, en principio, ella no quiere hacer sufrir.
Simplemente está encontrándose por un momento vital en el que ya no está cumpliendo
las expectativas que la otra persona tiene y a partir de sentirse culpabilizado, se siente
con una gran responsabilidad que también le hace sufrir hasta el punto de mantener una
relación que ya no le da placer. Si no hay un deseo de reencuentro por parte de los dos,
siempre va a existir una dinámica de poder. El deseo puede ser diferente, una persona se
puede sentir muy enamorada del otro y el otro puede solamente sentir una atracción o
un deseo de cambio. Pero si quiere continuar la relación puede haber una posibilidad de
encuentro y reconciliación. En el momento en que una de las dos personas no quiere, se
acaba el sistema o se entra en un sufrimiento, que curiosamente es compartido, que es lo
contrario de lo que en un inicio los unió. Si les unió un amor compartido ahora les une
el sufrimiento compartido.
Por eso es importante tener en cuenta que, los procesos relacionales no solamente se
pueden explicar corticalmente. No somos libres de nuestras emociones y por lo tanto,
solamente tomando en cuenta esa dinámica inconsciente, podemos comprender mas
globalmente la realidad y ser mas tolerantes, que no quiere decir débiles, sino
acercarnos a la realidad del otro. Si eso se vive, sea el tiempo que sea, cuando llega el
momento de reconocer la falta de funcionalidad de esa pareja, vamos a vivirlo
satisfactoriamente porque reconoceremos que gracias a compartir la vida con la otra
persona hemos podido crecer y desarrollar una capacidad vital que es la capacidad de
amar.
Filosofía emo
• Para los que se hacen llamar 'Emo', su personalidad tiene mucho que ver con su
exterior. Así por ejemplo, el estar extremadamente delgado es sinónimo de la
vida que quieren llevar. Esta vida es deprimente, sin sentido y sufrida. Si una
persona quiere ser 'Emo' deberá ser delgado a cualquier precio, de lo contrario
será rechazado por su comunidad y será llamado "casposo" o "lámpara".
• De igual forma, para ser 'Emo' es necesario ser alto. Si es bajo de estatura,
deberá usar plataformas para verse alto. Son las reglas de la comunidad.
• Asímismo, el pelo siempre les cubre la cara puesto que quieren pasar de
agache. Son antisociales y no les gusta ser vistos. También significa que su
existencia es sombría y triste.
• Los 'Emo' viven en constante depresión debido a que según ellos, el mundo es
miserable y denigrante.
• Sus habitaciones suelen tener poca luz, cubrelechos de un solo color y cama
sencilla y dura, de esta forma, al levantarse cada mañana recordarán lo miserable
de su existencia y permanecerán en un estado de depresión todo el día.
• Los 'Emo' no creen en religiones ni en dioses.
• Sus símbolos son: calaveras, corazones rotos y estrellas rosadas
• Las parejas sentimentales deben ser también 'Emo'. Deben compartir su dolor
en todo momento. Si el 'Emo novio' está llorando, la 'Emo novia' debe llorar
también. Los dos se cortarán la piel con cuchillas al mismo tiempo, se
vestirán igual al punto de no saber quién es el hombre y quién la mujer. El 'Emo
novio' deberá regalarle a su 'Emo novia' un Cd de su música preferida en el
cumpleaños.
Lo bueno
Emo es una cultura de adolescentes y jóvenes entre los 14 y 21 años. En esta etapa
se crean fuertes lazos de amistad con los compañeros y se exploran sentimientos de
pareja. Por esta razón, es bueno encontrarse con amigos que compartan sus gustos y
creencias más allá del furor de una moda.
Lo malo
La OMS (2004) afirma que anualmente está muriendo cerca de un millón de personas a
causa del suicidio (el 1.4 del total de muertes), cifra que supera la suma de todos los
homicidios y guerras. A lo cual hay que añadir las cantidades de familiares y amigos del
suicida «cuyas vidas quedan devastadas emocional, social y económicamente». Dice
que las tasas más altas se encuentran en el este de Europa y las más bajas en
Latinoamérica, los países musulmanes y algunos países asiáticos, y que la información
al respecto sobre los países africanos es escasa.
De otro lado, mientras entre 1994 y 1997 la tasa Colombiana osciló entre 4 y 4.2
suicidios por cada cien mil habitantes, en 1998 se elevó a 5 y así se mantuvo en 1999
(ver tabla: Colombia, tasas 1994 - 2003). Medicina Legal (Forensis, 2003) deja ver la
coincidencia entre este aumento y las crisis del Upac, el desempleo y la coyuntura
económica.
Causas y métodos
En Colombia, entre los 560 casos en los que se pudo establecer el factor detonante del
suicidio, predominan el conflicto de pareja y las razones económicas (ver tabla:
Colombia, factores detonantes).
Los métodos más empleados en Colombia durante 2003 (ver tabla: Colombia, métodos)
fueron, en su orden, tóxicos o venenos, armas de fuego, ahorcamiento o suspensión y
lanzamiento al vacío, con diferencias importantes entre hombres y mujeres (ver:
Masculinidad, otro factor de riesgo).
Jorge González, psicólogo epidemiólogo del Instituto de Medicina Legal, afirma que
«en Bogotá, hasta hace unos años, el arma de fuego era el método más usado, pero con
las campañas que ha venido haciendo la Alcaldía, este método ya no prima, prima ahora
el ahorcamiento». Sin embargo, agrega que «no podemos decir que el hecho de que
haya habido restricción en armas de fuego haya evitado suicidios». Por su parte, la
OMS (2004) hace énfasis en que las restricciones en el acceso a armas de fuego están
asociadas con la disminución de su empleo en suicidios en algunos países» y Medicina
Legal (Forensis, 2002) dice que dado que muchos de los suicidas son personas con
ocupaciones relacionadas con la posesión de armas, «se hace indispensable una
adecuada valoración psicológica antes del ingreso a los diferentes cuerpos de defensa
estatal o vigilancia privada».
El porte de armas y el consumo de alcohol son aspectos en los que el Estado puede
intentar intervenir, sin embargo, dada la complejidad del fenómeno, los resultados no
parecen demostrar la eficacia de las medidas. Mientras que las políticas de salud pública
han logrado reducir otro tipo de muertes violentas, el suicidio sigue siendo un fenómeno
difícil de abordar. Según González, en el periodo 2002 - 2003 en Bogotá bajaron las
muertes violentas en un 20 por ciento, excepto el suicidio, que subió. «La Alcaldía
estaba empeñada en disminuir homicidios y accidentes de tránsito -cuenta el
funcionario-, pero el suicidio es un fenómeno más complejo. No es tan fácil como poner
un semáforo para evitar que la gente se mate. Su complejidad incluye factores
familiares, sociales, culturales. Modificar, por ejemplo, una estructura familiar es muy
difícil, tenemos que llegar allá, pero requiere un gran esfuerzo»
¿Qué bandada de relámpagos acaba de aflorar en mi mente
para que esta noche mi vida haya tenido tanto miedo de mí?
El miedo, Émile Verhaeren
El enfoque de la prevención
Medicina Legal (Forensis, 2002) dice que el suicidio puede abordarse «desde dos
puntos de vista totalmente diferentes e irreconciliables: el primero, la determinación
autónoma y libre de un sujeto de poner fin voluntariamente a su vida; y el segundo, el
de una persona que, pese a su expresión manifiesta de morir, debería ser salvada».
Agrega que quienes optan por la segunda alternativa -la de salvar a la víctima- «ponen
de manifiesto que la vida es un derecho fundamental e inalienable de la persona (solo
vulnerado en contadas excepciones como, por ejemplo, con la pena de muerte legal), y
que, por consiguiente, deben existir personas o instituciones obligadas a evitar que el
suicida cumpla con su propósito».
Por su parte, Nora Cifuentes anota que no hay cifras sobre cuántas vidas han sido
salvadas gracias a que contaron con ayuda profesional. Y agrega que ni siquiera de la
planeación durante periodos largos del suicidio se puede deducir que haya una decisión
irrevocable de morir, puesto que los estados de crisis pueden ser largos y dar lugar a
periodos largos de ideación, lo cual no significa que la persona no puede
Entre 1991 y 2005, los suicidios aumentaron en Colombia 195 por ciento, al pasar de
605 casos anuales a 1.786. En el año 1999 las necropsias por suicidio alcanzaron un
máximo crecimiento de 245 por ciento respecto al año base de referencia. En el período
analizado el número de habitantes aumentó 28,3 por ciento, lo que significa que los
suicidios crecieron nueve veces más rápido que el poblacional (cuadro 1). El
crecimiento en el número de suicidios tiende a concentrarse en edades más tempranas,
esto es, nuestros jóvenes se están matando ¿por qué?
Esta sociedad no ofrece alternativas a los jóvenes, a pesar de representar una cuarta
parte de los 47 millones de personas que habitan en su territorio. El desempleo los
golpea con mayor dureza, la educación plena sólo beneficia a uno de cada tres jóvenes,
la formación que reciben los niños en sus hogares forma caracteres histéricos y con
poca resistencia a la frustración, la publicidad y la cultura de masas les genera
expectativas de consumo y modelos de vida inalcanzables que no pueden satisfacer, la
sociedad promueve un individualismo competitivo que los aísla, la familia igualmente
los presiona hasta que, todo en conjunto, termina por hacerlos estallar.
Al no entender los factores estructurales que lo aliena y las fuerzas económicas que lo
excluye termina el potencial suicida por pensar que se trata de un fracaso personal y los
profesionales de la salud por dictaminar un simple desajuste emocional o conflicto
familiar. No, las causas de esta mortandad de jóvenes hay que buscarla en la
organización y funcionamiento de la sociedad colombiana que nos esta enfermando
mentalmente a todos.
En efecto, la salud mental de los colombianos está en crisis. Más de dos mil casos de
suicidios en un sólo año, en su mayoría de jóvenes, evidencia la grave situación que
vive el país. Cuatro de cada 10 colombianos presentan al menos un trastorno mental en
algún momento de su vida. La etapa entre los 14 y 27 años es aquella en que aparecen
por primera vez la mayoría de los trastornos, en especial los relacionados con la
ansiedad, el abuso del alcohol y otras sustancias psicoactivas, al igual que los trastornos
afectivos.
Entre los hombres el abuso de alcohol es un problema más común en tanto que entre las
mujeres, la depresión mayor. El trastorno de atención (5 años) y la fobia específica (7
años) son los dos padecimientos más tempranos. La ansiedad de separación de la
infancia (8 años) seguida por el trastorno de conducta y el trastorno oposicionista
desafiante (10 años para ambos) aparecen después. Para los trastornos de la vida adulta,
los trastornos de ansiedad se reportaron con edades de inicio más tempranas, seguidos
por los trastornos afectivos y por los trastornos por uso de sustancias.
De acuerdo con la evaluación, realizada por el Banco Mundial en 2001, se concluye que
Colombia no cuenta con una red de protección social efectiva capaz de enfrentar las
consecuencias sociales de las crisis [1].
La grave situación de los suicidios en Colombia hay que comprenderla en relación con
en el contexto social, político, económico y cultural que induce las patologías colectivas
e individuales.
Con el fin de explorar la relación entre los suicidios (variable dependiente) y los
fenómenos sociopolíticos de pobreza, violencia y desempleo (variables independientes)
se realizó un análisis estadístico [2] encontrándose dos situaciones diferentes: i) entre
los años 1991 y 1995, la capacidad predictiva del modelo es media, esto es, el cambio
estructural que registró la tasa de suicidios (incremento de 141 por ciento) se explica
sólo en parte por estas variables sociopolíticas, por tanto, el análisis debe orientarse
también hacia otras dimensiones de la cultura, las relaciones personales, las condiciones
de vida en las familias y la cotidianidad; ii) entre 1996 y 2005, los cambios en las
variables sociopolíticas predicen por encima de 80 por ciento los cambios en la tasa de
suicidios, cuando esta última variable tiende a estabilizarse en un nivel bastante alto en
relación con el principio de la década de 1990.
Para profundizar esta exploración se miró la relación estadística entre cada par de
variables estudiadas [3], encontrándose una asociación alta y positiva entre la tasa de
desempleo y la tasa de suicidios (0,71); al contrario, la correlación con la tasa de
homicidios es baja (-0,48) y con la pobreza insignificante (-0,19).
Los jóvenes sin empleo y sin futuro
Durante las últimas tres décadas, el sistema mundo capitalista en su fase global y
financiera, expulsa de la explotación a la exclusión a la mitad de la población del
mundo. Por ello, para mantener el poder recurre al terrorismo de Estado, al crimen, las
mafias y los regímenes totalitarios. De la explotación a la exclusión, de ésta a la
eliminación e incluso a desastrosas explotaciones.
De acuerdo con el trabajo clínico de Viktor Frankl, hay una clara implicación y
consecuencia en los problemas sociales y económicos sobre la psique [4]. La razón
psicológica puede atribuirse, según Frankl, al sentimiento de impotencia que embarga a
los desocupados al tener que afrontar las necesidades económicas y asumir la
frustración generada por un sistema que promueve el consumo deshumanizado como
valor fundamental de la existencia. Amargados y enojados, los desocupados pasan la
mayor parte del día en casa, tienen suficientes motivos para estar de mal humor y
encuentran tiempo suficiente para hacer pesar ese mal humor sobre quien está junto a
ellos. En tales familias domina, en consecuencia, una atmósfera continua de
nerviosismo, inquietud y violencia, con grave peligro para la salud psíquica de los
jóvenes. Un agravante mayor es la angustia que se agrega porque estos jóvenes tampoco
encuentran trabajo para contribuir al sostenimiento de la familia. Un fenómeno
particular de esta situación es la neurosis de desocupación, cuya característica principal
es con frecuencia una apatía general de grado muy elevado.
Frankl es optimista con las nuevas generaciones. Esta nace de una nueva realidad y
anhela una nueva ética, o sea, realizar valores. Nada puede volver a una persona capaz
de soportar dificultades subjetivas y objetivas más que el sentimiento de tener una tarea,
una misión que llevar a término.
En resumen, vivimos en una sociedad que produce marginación y exclusión, pobres que
no le sirven al sistema para su reproducción. Dicha marginación y exclusión es caldo de
cultivo para el suicida ¿qué podemos hacer por ellos?, ¿qué pueden hacer ellos por sí
mismos? También hay que considerar que el suicida se encuentra solo entre 7.000
millones de personas en el mundo. Hay que acogerlo por tanto, es uno a quien hay que
amar. Es alguien a quien hay que motivar a que asuma la vida sin ambages, es decir,
consciente de lo dura y difícil que es. Para adolescentes y jóvenes el suicidio se haya
asociado a “ausencia de futuro”, en general a la inexistencia de un proyecto de vida y a
la falta de reconocimiento de un espacio dentro de la sociedad.
Un contexto lleno de valor y sentido es el presupuesto básico para la realización de
cualquier proyecto de vida. Los seres humanos como portadores, creadores,
descubridores y realizadores de valores producto de la dinámica evolutiva y dialéctica
sistémica existencia-conciencia-praxis, logran que éstos puedan convertirse en fuerzas
en movimiento, esto es, fuerza transformadora directa. Por tanto, es necesario
profundizar el compromiso del sujeto con la dimensión cultural, social y política del
ser-en-el-mundo.
2. Generalidades
La adolescencia es definida como una etapa del ciclo vital entre la niñez y la
adultez, que se inicia por los cambios puberales y se caracteriza por profundas
transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras
de crisis, conflictos y contradicciones, pero esencialmente positivos.
3. El comportamiento suicida
El comportamiento suicida abarca las siguientes manifestaciones:
Pregunta Problema
¿Es tan baja la autoestima y el autocontrol de algunos jóvenes, a tal punto de vivir
simplemente por la existencia y convivencia con otro ser (amado), y sin él, dejar de ver
los colores de la vida, el sentido que por naturaleza ella tiene, y al final terminar
acabándola? ¿Es el suicidio en realidad la solución a los problemas adolescentes?
¿Cómo se puede prevenir?
Encuesta
1. Genero : M_____ F_____
2. Edad: _____
3. ¿Ha estado usted enamorado? _________________
4. ¿Piensa que el amor en la etapa escolar puede ser real? Si_____ No______ y
porque??
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10. Esta de acuerdo con las culturas juveniles en las que el suicidio es parte de su
filosofía Si____ No______ y porque??
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Aunque es difícil de lograr muy importante que entre los jóvenes y adultos busquen
posibles soluciones a esta realidad tan dura que es el suicidio, porque al morir el joven
no muere el solo sino sus aspiraciones y sus sueños, al igual que de cierta forma mueren
sus padres y todo la sociedad que se cobija bajo el manto de su muerte,. Para poder
hacerlo es importante creer una sociedad familiar más unida, si esto se tiene el joven
tendrá fortaleza y apoyo para afrontar su vida con valor.
Bibliografía
• http://www.revistafuturos.info/futuros14/suicidio_adoles1.htm
• http://www.unal.edu.co/uncontexto/inf_especial_002.htm
• www.voltairenet.org/image/article139303.html