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2º Bachillerato

EL TORO EN LA OBRA DE MIGUEL HERNÁNDEZ


(Ramón Fernández Palmeral)

El símbolo del toro se ha asociado desde la antigüedad a los valores más importantes de la naturaleza. Tiene
que ver con la energía salvaje, primitiva e indómita, lo cual le identifica con los dioses más poderosos de la
mitología. Un toro raptó a Europa. La curvatura de sus astas se han asociado a los astros, una constelación
tiene el nombre de Tauro. La lucha del hombre y el toro representa el combate por dominar la fuerzas de la
naturaleza. Todas las culturas lo tomaron como emblema: las pinturas rupestres de Altamira, griega, minoica,
hindú, egipcia o romana. En la mitología griega el héroe Heracles ( el Hércules romano) llegó al reino de
Tartessos y robó los bueyes rojos del rey Geryon que tenía tres cabezas, después abrió el estrecho y creó las
columnas de Hércules (Calpe y Abila en Libia). También se asocia al toro por sus grandes atributos con la
fertilidad, con la lluvia y el agua. Ha sido cantado por los clásicos griegos y latinos, por nuestros clásicos:
Lope de Vega, Góngora, Quevedo...

Por la tradición taurina de la Vega Baja (Alicante), la vida de pastor y los deseos de triunfar, no es extraño
que Hdez, en sus primeros años se sienta incorporado humanamente al símbolo del toro, quizás, más que
otros poetas. Ante su anunciada tragedia personal, presiente su vida unida a la trágica vital del toro bravo.
Algunos ejemplos de ello:
− Enigmáticas metáforas gongorinas presentaciones del toro “por el arco, contra los picadores” en la
octava real [III,TORO] de Perito en lunas.
− A Miguel metamorfoseado con el toro en la pradera “un toro solo en la ribera llora (soneto 26, El
rayo que no cesa), será toro de lidia en “Como el toro he nacido par el luto/ y el dolor” (soneto 23,
El rayo que no cesa).
− Y aparecerá el toro en sus obras de teatro por la tradición española de los encierros.

Sin embargo, es algo más que la fuerza bruta, que el poderío de una isla negra en movimiento, “Ínsula de/
bravura”, es la representación del amor y de la muerte, donde el poeta toma al toro animal burlado en la
plaza por el capote, al igual que el enamorado burlado por el amor de una o varias mujeres. Además, como el
toro de lidia encerrado, sin libertad, acosado, humillado y torturado es un símbolo trágico de su propia
tragedia. El toro representa además en Hdez el poder desmesurado, el toro que sabe que va a morir, con su
sangre sagrada, vertida en un cáliz de acero, en una espada o en un estoque. El toro unido a la fuerza poética
natural de Hdez alcanza una simbiosis desmesurada, de energía potente, única, jamás poeta alguno lo elevó
tan alto en la lírica. No hay poeta en la lengua castellana que haya alcanzado tan altas cotas de lirismo,
energía y fuerza evocando al toro como herramienta de expresión artística. También podría parecer que el
toro es el anuncio de una guerra civil como escenario telúrico de una tragedia.

El toro junto con el cuchillo, representan los dos símbolos más empleados por Hdez para representar el
destino trágico del amor y, en general, de su existencia.

El soneto 23 (El rayo que no cesa) es uno de los más perfectos y conmovedores de La Literatura española,
por su imagen desgarradora de una tragedia hispana que sucede cada tarde y, a la vez donde el poeta se
metamorfosea en un minotauro convertido en un amante burlado , que sufre los desengaños y, que sin
remedio, considera que es su destino trágico e inevitable. Este amor bravío se identifica con el toro de lidia
que se crece con el castigo, porque su casta y virilidad le obligan al destino para el que nació: dejarse la vida
en la arena de un circo, que como los gallos de pelea, impregnados de sangre y espolones, insisten en la
lucha hasta morir.
El toro en Quevedo es un toro que al vengarse de su sentencia a muerte, gime, brama y cornea al viento y a
cuanto le rodea, se duele. Es el toro como ser vengativo que se niega a ser sometido a su destino trágico
porque como el hombre, no desea perder la libertad de los campos, tampoco desea perder el sultanato de las
dehesas de España.
El toro en Hdez 2º Bachillerato

“El tema central del soneto es (como en toda la obra) la magnitud de un anhelo amoroso condenado a la
frustración […] lo que importa es la expresión del impulso viril y del destino trágico, elementos temáticos
que cobran toda su fuerza en la comparación con el toro[...]” (Lázaro Carreter y Vicente Tusón].

En este soneto el toro es el propio poeta viril que sufre la burla de amor no correspondido, el dolor, la
rebeldía y se desespera, porque está marcado por el luto y el dolor, ha nacido para el llanto y la sangre, es su
destino, es la nobleza del amante en el “amor cortés”, porque el objeto último es sufrir por amor porque se
ensalza en el castigo, se eleva a un estado superior del alma.

Como el toro he nacido para el luto


y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto

María de Gracia Ifach ( Miguel hernández. Antología,Losada, 1960) opina: “ El deseo insatisfecho y su
anhelante afán de perpetuarse “como el toro te sigo y te persigo” clamarán por estos versos apasionados[...]
se ciñen a un sentido dionisíaco inconfundible, materializando la deificación de la amada en antitéticas
reacciones vitales y poemáticas”. Veamos al toro-poeta:

Soneto 26, segundo terceto

v12. Bajo su frente trágica y tremenda


v13. un toro solo en la ribera llora
v14. olvidando que es toro y masculino

Un poeta se compara con un toro triste porque merodea sin destino. Habla de “un toro solo en la ribera
llora”, el toro es el poeta que llora, porque ha visto pasar a los hortelanos al atardecer, cantando y ellos van
al beso, en cambio él llora porque está en otra senda “que no conduce al beso aunque es la hora”.

En el poema Llamo al toro de España (de El hombre acecha) el toro representa, no a la España geográfica
sino al pueblo español, a los españoles agredidos en su libertad.

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