2. Sobre la dindmica relacional
«La identidad ya no se encuentra sélo en la rafz,
sino también en la relacién.»
Epouarp Guissant, Poétique de la relation
La falta de interés especifico de los jévenes por la tecnolo-
gfa y la importancia que conceden a sus amigos, asf como la
manera en que la utilizan para mantenerse en contacto, en rea-
lidad, revela una comprensién intuitiva de lo mejor que pro-
porciona la web. Asf pues, la web, reducida a su definicién mas
sencilla, de hecho, no es mAs qué ‘tifia herfafnienta ‘para’ésta-
biecerrelaciones entre personas, entre datos o documentos y, en
jam la mayoria de los casos, es un hibrido de estos tres elementos.
Lemonde.fr, por ejemplo, pone en relacién al usuario con
diferentes articulos. Estos estan relacionados con otros docu-
mentos 0 sitios de informacién por medio de hiperenlaces. En
un mismo sitio, los blogs y los foros nos permiten entrar en
contacto de forma directa con las personas que escriben y con
los que comentan y participan. Este modelo nunca es total-
mente exacto, pero si entramos en cualquier sitio minima-
mente reciente, observaremos que es omnipresente.
Las relaciones son «concretables» (la propia palabra es
pataddjica, ya que nos encontramos en el mundo virtual) gra-Co
52 LA WEB DE HOY
cias a los enlaces (0 hiperenlaces) que podemos activar. Estos
son propios de la web y son los que la hacen tan diversa.
Nuestra hip6tesis es que, desde 2004, la web ha dado Ju-
gar a la emergencia de una nueva «dinémica relacional». Es-
ta adquirié visibilidad gracias al éxito de empresas como Go-
ogle, YouTube, MySpace o Facebook, y la mantiene gracias a
la participacién de millones de individuos y de pequefios gru-
pos muy informales. La tecnologia estaba ah{. Y los webacto-
res empezaron a usarla de forma masiva.
De hecho, la web se desarrollé con dos velocidades. De-
cenas de millones de individuos, millones de pequefios grupos
y millares de start-ups (nuevas empresas) se lanzaron a probar
suerte casi en todas partes. Pero el entusiasmo no fue tan gran-
de entre las empresas que ya tenfan visibilidad en el mundo
virtual (incluso las que habfan tenido éxito en los inicios de la
web y habjan sobrevivido a la explosién de la burbuja). Algu-
nas de estas empresas vieron Ja oportunidad, cuyo potencial
nos fue revelado por el abrumador éxito de Google, pero los
cambios necesarios para adaptarse les parecfan excesivos.
La dindmica relacional; que caracteriza la web de hoy,
choca con la mecdnica institucional tradicional, y con Ja he-
rencia intelectual y social sobre la que ésta se construy6,
Entendemos por(dindmica»g] conjunto de movimientos
no controlados, no lint miltiples vertientes y causa-
dos por la participacién «de todos». Con «dindmica relaci
nal» destacamos el hecho de que esta dindmica social y tecno-
‘Tégica (participacién mds efectos de redes) esta afectando al
establecimiento de relaci tre personas, grupos y datos.
Por el contrario, la mecdnic? hace referencia al movi-
miento lineal, mds lento y mejor controlado que caracteriza a
las empresas tradicionales. Esta se apoya mds bien en una ges-
tin sistematica de los recursos en funcién de un objetivo que
hay que alcanzar, antes que en una expansién desbocada, desor-
denada y no siempre coherente del universo relacional.
El ejemplo de los medios de comunicacién, que desarro-
laremos posteriormente, ilustra este punto. Por un lado, tene-
“mos los periddicos tradicionales, con sus salas de redaccién,
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL 53
sus periodistas profesionales, sus ingresos publicitarios, sus
modelos de venta, etc., unas mecdnicas institucionales expe-
rimentadas en las que las reacciones de los lectores todavia se
reducen, en muchos casos, a una pequefia seccién llamada
«Cartas al director», con un contenido rigurosamente selec-
cionado. Por otro lado, millones de blogueros apasionados, sin
modelo de ingresos, escrutan, analizan y comparten informa-
ci6n en tiempo real sin preocuparse por el control organizati-
Vo 0 por mecdnica alguna. Ellos establecen relaciones direc-
tas con los lectores, que comentan, mejoran y enriquecen el
contenido de un auténtico movimiento participativo,
El periodista de television estadounidense Dan Rather,
que no habfa contrastado de forma exhaustiva la informacién
de un documento dudoso, durante la campaiia electoral de su
pafs en 2004, pag6 caro su error: r4pidamente criticado por
los blogueros que cuestionaron la veracidad del documento,
tuvo que dimitir unos meses mds tarde. La eficacia de esta di-
ndémica relacional desaffa la lenta mecdnica institucional.
«Dindmica» y «mecdnica» son, por tanto, dos tipos dife-
rentes de movimientos, cuyos modos de desarrollo y objeti-
Vos son distintos, pero que acttian de manera concomitante en
el espacio social, especialmente en aquel que dibuja la utili-
zacion de la web.
La voracidad y la pasion con la que los webactores se han
servido de las herramientas puestas a su disposicidn para es-
tablecer relaciones entre ellos y relaciones entre datos es, sin |
duda, uno de los fenémenos mis sorprendentes de los tiltimos
aii
basdndose en el desarrollo y la distribucién de estas herra-
mientas cuyos usuarios nunca habfan anticipado que un dia
las necesitarfan. sta es, por ejemplo, la apuesta de eBay, cu-
ya plataforma permite que cualquiera pueda convertirse en un |
improvisado comerciante profesional.
De esta forma, eBay y las empresas de su genetacion per-
mitieron que la dindmica relacional de la web entrara en com-
petencia con la mecinica institucional en un amplio nimero
de sectores y de aspectos de la vida de la sociedad. Este es el
De forma simulténea, una industria entera se construy6 ;54 LA WEB DE HOY
caso de los medios de comunicacién, por supuesto, pero tam-
bién de todas aquellas empresas que comprometen cada vez
més a los usuarios en el disefio y el lanzamiento de sus pro-
ductos. Incluso en los sectores mas inesperados. Por ejemplo,
"Procter & Gamble io hace cuando propone a «quien quiera en
ue,
« {la web» resolver —en competencia con su propio centro de
linvestigacién y desarrollo (I + D)— algunos problemas que
Se le plantean. Y esto no ha hecho més que empezar.
Enlaces, flujos y relaciones
‘ikipedia lo expresa sin equivocos.
«El World Wide Web (la “web”) es un sistema de documentos
hipertextuales vinculados entre ellos en internet, que consiste
en una serie de conductos. Gracias al navegador, un usuario
puede ver pdginas web que contienen textos, imagenes y otros
contenidos multimedia, y navegar entre ellos utilizando los
hiperenlaces».!
El texto original, publicado por los investigadores Tim
Berners-Lee y Robert Caillau, el 12 de noviembre de 1990, re-
sulta igual de claro. La propuesta, pensada para el equipo del
CERN (Consejo Europeo para la Investigacién Nuclear), lu-
gar donde fue concebida, plantea establecer un sistema que
permita acceder a los mtiltiples documentos de los colabora-
dores, independientemente de la plataforma sobre Ia cual se
escribieron, y de los servidores en los que se encuentran. «Los
textos estén vinculados unos con otros de una forma que per-
mite_ir de un concepto a otro para encontrar las informaciones
Considerado el antepasado conceptual de este avance tec-
nol6gico reciente, el documento escrito en julio de 1945 por
el ingeniero e investigador estadounidense Vannevar Bush no
habla de otra cosa.’ Bush se interesé también por los proble-
mas que plantean la organizacién tradicional de la informa-
( cin, la inadecuacién de la estructura arborescente y la im-
I
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL 55
portancia de poder proceder por «asociaciones» como lo hace!
la mente humana, Para él: «Lo importante es el procedimien-
to que consiste en relacionar dos elementos».
Una y otra vez, el enlace, la relacign cuya virtud principal,
tablecer rélaciones. Al principio se trata de relaciones entre
ideas, entre documentos, entre fragmentos de documentos
‘hay que precisar que Tim Berners-Lee y Vannevar Bush
siempre Ia plantearon como un dispositivo multimedia aun-
que no utilizaran este término).
Esos enlaces nos llevan a una multitud de sitios, paginas
0 documentos. {as enlaces son el nicleo del funcionamiento
de los motores de biisqueda, que ya se han convertido en los
instrumentos de navegacién més importantes de la web de
hoy.
En esencia, esos enlaces entre
entre nosotros y los datos. Somos nosotros quienes, con fre-
Suan (aunque no siempre), los establecemos, y su valor de-
pende del interés que nosotros, los webactores, sintamos por
ellos, un interés que se mide en funci6n de nuestra insistencia |
en hacer clic en ellos.
Pero el elemento més novedoso, aquel que nuestros cien-
tfficos no parecen haber imaginado, es que la Web’sirve tam:
merene we
ih para establecer relaciones entre las personas. Esta es su
Teenie mas popular. ¥ es, tanibién, él rasgo principal del
e-mail, de la mensdjeria instanténea, de la telefonfa en Linea
“Y dé todos los modos de comunicacién qué ite i t
hoy. Esta dimensién desempefia una funcién relevante en la
dindmica caracteristica de la web.
Los ENLACES CREAN LAS REDES
De una manera més general, podemos afirmar que Jos en:
laces crean las redes. Estas surgen, en forma de Ifneas, en
cualquier representacion grafica de este tipo de relacién. A la56 LA WEB DE HOY
inversa, cuando hablamos de un pafs, de una familia, de una
empresa o de una comunidad, la imagen subyacente evoca,
por lo general, un continente con un interior y un exterior: so-
bre, bolsa o caja. Estamos dentro o fuera, «con nosotros» 0
«contra nosotros», pertenecemos 0 no pertenecemos, «lo que-
remos» 0 «lo dejamos». En realidad, poco importa que no es-
temos todos conectados unos con otros. Hace treinta afios que
no hablo con mi primo Eric. No por eso dejamos de pertene-
cer a la misma familia. Justine, de Rennes, no tiene la m4s
minima idea de quién es Tonin, de Marsella. Sin embargo,
ambos pertenecen a la misma entidad: Francia.
Pero todo empieza a cambiar cuando se plantea el pro-
blema en términos de redes. Cuando prevalece la nocién de
enlace, el envoltorio no impor Ja fr ‘a pierde im-
‘tancia, ifi mos todo: g
—Cionados mediante flujos,.
La referencia més explicita procede del sencillo titulo
del libro de Laszl6 Barabdsi (uno de los mascarones de
proa de la jovencfsima «ciencia de las redes»), Linked, The
New Science of Networks‘ [Enlazados: la nueva ciencia de
las redes].
Los enlaces que unen los puntos (0 nodos) son lo esen-
cial. Los nodos mds importantes —o hubs (cubos)— no ad-
quieren su papel estratégico debido a un determinado tamaiio
que habria que poder medir, sino por el hecho de que un ma-
yor ntimero de enlaces los ponen en relacién con un elevado
numero de otros nodos, como nos explica Barabdsi por e-
mail: «El verdadero mensaje de Linked es que los hubs, esos
nodos con un gran nimero de enlaces, permiten que sé mian> :
tengan las redes»,
nlaces los ed (y no el envoltorio),
Jas relaciones (y no la pertenencia).
Y las relaciones se vuelven imprescindibles para entender
el mundo.
LAszlé Barabasi nos lo ha explicado de la siguiente ma-
nera durante una entrevista:* «Las redes son la nueva geo-
metrfa del mundo moderno. Comprenderlas se ha converti-
SoS
r
&
:
i
seaienigiieieenasarmaneaeae
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL 57
do en la disciplina que fue la ciencia de la cartografia hace
siglos».
Pero si bien su proyeccién grdfica evoca una red de ca-
rreteras, de hecho, los enlaces no son més que la representa-
cién de flujos, de intercambios, de interacciones y de los
movimientos complejos que resultan de todos ellos. Los en-
laces afiaden a la dindmica propia de cada nodo (preferimos
este término a «nudo», pues este Ultimo remite a una inte-
rrupcién de los flujos contraria a lo que nos parece esencial)
la de las relaciones realizadas y la de las relaciones por rea-
lizar. Esta dindmica actual y potencial es la que cuenta, la
que se debe analizar y comprender, tanto con respecto al sen-
tido como a la intensidad y la calidad del tréfico (el sentido
en que se realiza esta activacién, la velocidad que pasa por
cada enlace y 1a naturaleza de lo que ocurre en cada uno de
ellos).
La fase actual centra la investigacién en la cantidad, in-
cluso en la direccién de los enlaces que unen diferentes no- |
dos. Pero Laszlé Barabdsi apuntaba en su entrevista: «A lo!
largo de los enlaces se produce un gran mimero de San
dindmicos. Comprenderlos es 1a proxima frontera de la inves-
tigacién en materia de redes». z
La dindmica esté en los flujos representados por los enla}
ces, en la diferencia, en la distancia, en los intercambios, en
las modificaciones y en el movimiento al que inducen.
Aprender a mirar el flujo antes que los nodos supone pa
sar de una concepci6n estatica (y répidamente conflictiva) de
la identidad a.una dindmica relacional siempre hecha de ten-|
siones, én constante via de superacién,
“~Volvamos ahora a la distincién entre la primera y la se~
gunda fase de la web. En Ja primera fase, la web, marcada li-:
teralmente por el texto fundador, consistia, en esencia, en un
conjunto de fragmentos de documentos relativamente esta-
ticos. Se pasaba de uno a otro activando enlaces, pero los |
fragmentos en cuestién eran otros tantos destinos, y nos que- \
dabamos en el marco de la metdfora de los viajes, de los des-
plazamientos.58 LA WEB DE HOY
Mas dindmica, la segunda fase, que se aprecia mejor
% veremos a encontrar mas tarde vinculado a una de las he-
rramientas més importantes: los flujos RSS). La informacién
; Ajax, otto elemento distintivo de la web actual, sobre el que
volveremos mas adelante, aparece entonces como una técnica
que permite introducir la fluidez y, con ella, el movimiento en
la pagina, con lo que puede desempefiar un papel activo en la
dindmica relacional.
__ Nuestra primera aproximacién a la web, caracterizada to-
davia por metaforas procedentes de las industrias de los trans-
portes y de las comunicaciones, como «autopistas de la infor-
macién», «velocidad de transferencia» 0 «conducto», nos ha
Nevado a verla como una estructura.
La evolucién posterior nos invita a conceder una mayor
importancia a las relaciones, a los flujos, a lo que se inter-
cambia, a las redes sociales que Se articulan alrededor de la
red técnica y cuyas imigenes, inspiradas en Ta Tontaneriay el
transporte por carretera, nos dan una imagen imperfecta de
ell os
—
FLUJO, METABOLISMO Y SOCIEDAD
Hay dos maneras de hablar de una red. La primera hace
referencia a los nodos y a los enlaces que los relacionan, y la
segunda insiste en los flujos que circulan. Todo ocurre como
si el término, més bien estatico, de «enlaces» nos impidiera
ver de lo que realmente se trata: la red est4 hecha de flujos
jue transita CL los.
Por esta raz6n, podemos afirmar que los flujos estén en el
centro de Ja vida, como lo explica Fritjof Capra: «El metabo-
lismo es el flujo ininterrumpido de-energia que pasa por una
red de procesos bioquimicos y que permite que el organismo
se mantenga, se tecupere y se perpettie. Este metabolismo cons-
tituye la caracterfstica mas esencial de la vida».’
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL 59
Ademéas de su famoso Tao of Physics, Capra es autor de
dos libros clave para entender la importancia de las redes: The
Web of Life’ y The Hidden Connections, en los que explica la
funcién de éstas en el Ambito biolgico, cognitivo y social. En
un encuentro con él,'° nos explicd que las ve como «un conjun-
to unificador de motivos de organizacién que atraviesa toda vi-
da, a todos los niveles y en todas sus manifestaciones». Pero to-
la la precauci6n de distinguir siempre entre «el proces:
flujo y ef motivo de lated». La dingmica y la arguitéstura.
Laszid Barabasi parece proponer un andiisis parecido. Al
final de su fibro" plantea el problema de lo que denomina «dy-
ics of linkings». Cuestionado sobre lo que queria decir
sa expresi6n, invita a hacer la siguiente distincién: «Las:
redes representan la arquitectura de la complejidad. Como to
da arquitectura, ésta cumple una funcién. Las personas viven
en un edificio, caminan de una habitacién a otra, y asf sucesi-
vamente. De la misma manera, los mensajes circulan por los|
enlaces de internet: a lo largo de los enlaces entre las células |
se producen reacciones quimicas; y la informacién se trans- |
mite a lo largo de los enlaces de las redes sociales».
Este complejo se explica con una dindmica de flujos sobre
una aguitectura reticular. Laigmagen dared permite mostrar
Tenemos la costumbre de hablar de «enlace social», de
«tejido social», y de otras tantas imagenes estaticas. «Noso-
tros tenemos una sociedad porque las personas deciden inte-
ractuar», nos recuerda Lészlé Barabdsi. La relacién dindémica
se encuentra en la base del dispositivo social,
HACIA UN «INDIVIDUALISMO RETICULAR»
La tecnologia no basta para explicar el éxito de la web
de hoy. Este se debe a una dindmica social istente ala
1a dindmica social preexistente a |:
que la web permite expresatse m La web nos ayuda a
resolver mejor los problemas que caracterizan esa dinémica
social. yI
60 LA WEB DE HOY
Para entender de qué se trata, conviene tener en cuenta
(muy brevemente) la evolucién social global de los tiltimos
cincuenta afios. Una de las expresiones més sencillas para dar
cuenta de esta evolucién (a pesar de todos los contraejemplos
que puede suscitar) es la de «la incredulidad con respecto a
los metarrelatos»,"? que es la base de aquella corriente tan mal
calificada como «posmoderna». Las grandes instituciones in-
tentan basar su legitimidad en grandes relatos fundacionales
que cada vez nos cuesta mds aceptar sin rechistar (desde la re-
ligién revelada del Pequefio libro rojo pasando por la «mi-
si6n» de las empresas).
Como los relatos cumplen una funcidn estructuradora en
la organizacién, el escepticismo creciente frente a éstos sdlo
puede provocar una relacién diferente con las formas de or-
ganizacién. Y con ello también se altera la relacién entre in-
dividuos y grupos.
El auge incontestable del individualismo nos lleva a no
soportar m4S-@ aquellos grupos y comunidades que mantienen
Jas caracteristicas de antafio. Queremos que sean més flexi-
» bles. Pero también queremos que se adapten, no que desapa-
rezcan, pues atin necesitamos a los demés.
La férmula mas conocida (no nos satisface del todo pero
| por ahora nos resulta vitil) es la del «individualismo reticular»
(networked individualism) propuesta por Barry Wellmann,
profesor de la Universidad de Toronto."
Mientras que las relaciones de antafio estaban principal-
mente determinadas por los lugares (la aldea, el barrio, la Ila-
mada desde un teléfono fijo a otro, por ejemplo), internet y la
telefonfa mévil privilegian las relaciones de persona a perso-
na y los grupos flexibles. En vez de depender de una sola co-
munidad, primero local, tendemos cada vez mas a conec-”
tarnos a una gran variedad de redes menos densas y mas
dispersas geogréficamente. Wellmann utiliza el termino «glo-
calizados» para sefialar que son, a la vez, locales y globales.
Nosotros preferimos usar el término «translocales», en la me-
dida en que muy pocos grupos, instituciones o fendmenos son
realmente globales. En cambio, estas redes incluyen a varios
et EPIC EE eames renee erties eentenereene eon
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL ol
individuos que participan en lugares diferentes 0 a personas y
grupos con actividades que realizan en varios lugares (inmi
grantes, trabajadores temporales, profesionales méviles, em.
presas multinacionales, etc.). Poco importa que estos lugares
incluyan barrios de una misma ciudad, y ciudades de un mis
mo pais o situadas en paises diferentes. Y poco importa que
todo el planeta esté implicado.
ellmann define el individualismo reticular como una
_actitud en la que el individuo es més importante en la gestion
“Ge esas redes que el grupo (ya se trate de la familia o de la
empresa en la que él 0 ella trabaja).""
En un artfculo de referencia, escrito en 2001, este autor |
oponia esta nocién a la de «pequeiia caja», que definfa de la}
siguiente manera: «Los miembros de las sociedades tradicio- |
nales, organizados en pequeiias cajas, se relacionan en gene-
ral con otros miembros de algunos grupos a los que perte
necen: en casa, en el barrio, en el trabajo. [...] Con frecuencia
esos grupos tienen limites que delimitan lo que se incluye, asf
como una organizaci6n estructurada y jerarquica: capataces y
empleados, padres ¢ hijos, pastores y fieles, dirigentes y miem- |
bros. En sociedades como éstas, cada interaccién esta en su |
itio: un grupo a la vez».'>
Algunas personas, recuerda Wellmann, siguen funcionan
do esencialmente dentro de esas «pequefias cajas» tradiciona
les, y la mayoria de la gente pasa parte de su tiempo en este ti
po de grupos. Pero actuamos cada vez més «de! ti mo
comunidades parciales» de padres, vecinos, amigos 0 compa
“Heros de trabajo. Ademiés, y este también es un rasgo signi
cativo, nuestras «actividades y relaciones son informales ail
vez de estar estrus anizada». rT
La evolucién se entiende con facilidad si 1a ilustramos
con la evolucién de las lamadas telefénicas. El numero de
una linea fija se corresponde con un lugar que pertenece con
frecuencia a un grupo tradicional (empresa, hogar, etc.). En}
cambio, un ntimero de teléfono mévil permite una comunica
ci6n de persona persona indépendientemente del lugar y de!
grupo. «EI paso a un mundo sin hilos, personalizado, abre la|
62 LA WEB DE HOY
puerta al individualismo reticular en el que cada uno cambia
cuando quiere de enlaces y de redes.»"* La. gente mantiene sus
conexiones, por supuesto, pero lo hace como indivi
cada uno gestiona sus redes para obtener, de acuerd
necesidades de Ia informacién, una colaboracién, un aj
«Antes pertenecfamos a un grupo y no tenlamos mucho
margen de maniobra», nos explica Jeffrey Boase, uno de los
colaboradores de Wellmann. «Bn una aldea, todo el mundo se
conoce. Hoy, nuestras redes estan mds diversificadas y mas
extendidas. Tenemos mis libertad para elegir entre diferentes
tipos de relacién y para mantener aquellas que queremos
mantener. Y el e-mail ayuda mucho.» Resulta especialmente
titi] para mantener el contacto en el marco de unas redes ex-
tendidas y dispersas. Y esto es atin mas cierto en el caso de la
mensajeria instanténea.
La evolucién del mercado laboral, en el que se forman
equipos effmeros (ad hoc) en torno a un proyecto, con profe-
sionales que, con frecuencia, no integran ninguna estructura
de empresa, y que cambian de equipo cada seis 0 diez meses.
constituye otro ejemplo interesante del fenédmeno que deseri.
bimos aqui.
En cualquier caso, lanocién de «indiyidualismo.tceticu-
‘Jar tiene la veptaja de que indica que acién la que
cambia, y el inconveniente de que hace que Ja balanza se in-
iduo. Esta expresion indica que hay
que conisiderar al indiyiduo de manera «distinta, pero no in-
cluye la connotacién de que los grupos también han cambia-
do. ¥ esta confusién se mantiene de forma clara, por ejemplo
en Estados Unidos, en el uso de la palabra «comunidad». Qui-
2A deberia buscarse un equilibrio utilizando la nocion de «co-
munidad reticular», que serfa otra manera de designar lo que
habitualmente denominamos «red social». Para destacar am-
bas vertientes, as{ como la dindmica que las anima, utilizamos
la expresién «dindmica relacional».
Elestudio titulado The Strength
za de los vinculos en internet], reali
of Internet Ties! [La fuer.
7ado por el Pew Internet
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL 63
Project and American Life Project, muestra, basandose en da-
tos cuantitativos, que internet cumple una funcién relevante en
la vida de casi la mitad de los estadounidenses (45 %). Resul-
ta avital» para decenas de millones de personas para:
* obtener informacién profesional complementaria (21 millo-
nes);
+ ayudar a una persona afectada por una enfermedad grave
(17 millones);
« elegir una escuela para uno mismo 0 para un nifio (17 mi-
Ilones);
+ comprar un coche (16 millones);
+ hacer una inversi6n o tomar una decisién financiera impor-
tante (16 millones);
+ encontrar un lugar nuevo para vivir (10 millones);
* cambiar de empleo (8 millones).
informacién en la w ente tam-
bién busca en ella el apeye-y-los.consejas de sus amigos y de
_sus conocidos. Y el tiempo n ella no afecta a
nes personales. Al contrario. «El estudio con-
firma que cuantos més e-mails enviamos, mds tiempo pasa-
mos con la gente 9 més tiempo hablamos con ellos por te-
1éfono"” —nos explica Jeff Boase—. La encuesta también
confirma que cuanto més vemos a nuestras relaciones en per-
sona més e-mails les enviamos.» «Los usuarios de internet
tienen mas posibilidades de recibir el apoyo de los miembros
de su red social cuando se enfrentan a momentos trascenden-
tales de sus vidas», afiade Boase.
Es decir, que las relaciones alimentan las relacit (aun—
ul
que utilicen diferentes medios). De ahi la nocién de «dindmi-
ca, is
La flexibilidad cada vez mayor en Ja relaciones entre in--
dividuos y grupos es un rasgo caracterfstico de nuestro tiem-
po. Aunque no renunciamos a las relaciones de pertenencia,
tendemos a multiplicar las relaciones reticulares transitorias,
de alcance limitado, menos rigidas y mas dindmicas.64 LA WEB DE HOY
La web, que ya ha alcanzado una fase de madurez, es una
herramienta que tendemos a usar cada vez més, debido al cam-
bio ques roduciendo en el tejido social tradicional y
orque las estructuras organizativas (instituciones y mercado)
nos satisfacen cada vez menos, ===
Esta circunstancia tiene como consecuencia que recurri-
mos cada vez con més frecuencia a esta posibilidad participa-
tiva que ofrece la web, tanto para intercambiar como para pu-
blicar, como hemos comentado en la introduccién.
Todos somos{web pe Mae ne GT
Al ver esto, los inversorés, las entidades de capital-riesgo,
las start-ups y las grandes compaiifas estén llegando a toda
velocidad, como demuestra el extraordinario poder de atrac-
cidn de las conferencias organizadas por Tim O’Reilly en tor-
no al tema de la «Web 2.0», expresién acufiada por él. Ya en
su tercera edicién, a finales de 2006, tuvo que ampliar las pla-
zas y afiadir a la «cumbre» de otofio una «exposicién» de pri-
mavera en la que participaron un gran ntimero de pequefias
empresas atrafdas por la perspectiva de aprovechar la veloci-
dad de la ola.
Pero en el verano de 2007 ya empezaba a dar Ja impresién
de que eran demasiadas.
Cuando observamos las empresas que se crearon para
ofrecer servicios y herramientas de intercambio de documen-
tos (miisica, fotos, videos, etc.), debemos reconocer que no
destacan por su originalidad. Esto no significa que estemos
ante una burbuja a punto de estallar, sino mas bien que se ha-
ce inevitable que el mercado se consolide, «EI capitalismo
siempre necesita alguna buena caida para seguir en el buen
camino», recordaba hace poco tiempo Gerar Baker en el Ti-
mes de Londres.”
Por su parte, las instituciones tampoco son indiferentes a
la ola. Pero avanzan muy lentamente, como veremos en mu-
chos de los casos tratados en este libro. Detrds de todas las
razones esgrimidas, nos encontramos siempre con la com-
prensible duda: ante la ausencia de modelos econémicos efi-
cientes, los riesgos son evidentes, mientras que las perspecti-
i
SRE
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL 65
vas de ganancia son aleatorias, sobre todo en los mercados de
tamafio modesto.
Ademis, parece que Ia participacién de los usuarios, la
posible emergencia de una inteligencia colectiva y la amena-
zante sabiduria de las masas pueden llegar a impresionar y
asustar a los que dominan el pensamiento tradicional. Sobre
todo cuando es evidente que esa participacién implica, en
cierto modo, tarde o temprano, un desaffo a las estructuras de
funcionamiento tradicionales de los poderes.
La razén por la que las instituciones no se fian de la dind-
mica relacional es, casi siempre, el temor a perder el control.
Lo podemos comprobar en los sitios de los medios de comu-
nicaci6n tradicionales, que todavia se niegan a aceptar colocar
comentarios al lado de sus articulos 0 que los comprueban to-
dos antes de colgarlos en su pégina.
Y, sin embargo, las instituciones actiian o, mas bien, «se
mueven». Ya sea por la presién del mercado, por algunos di-
tigentes mds audaces 0 porque sus empleados (sobre todo
los mds jévenes) lo exigen, las instituciones avanzan a su
ritmo y con la preocupacién de mantener un cierto equili-
brio.
Aparece entonces de manera clara la tensién que se ge-
nera con el impulso relacional, como lo demuestra la adap-
tacién de las empresas y, en concreto, de las empresas de ser-
vicios.
En busca de la eficacia relacional
En este contexto, la época parece caracterizarse por la
tensi6n entre el crecimiento relacional, impulsado por un gran
niimero de webactores y de start-ups, por un lado, y la lenti-
tud de la mecinica institucional, por el otro
La biisqueda
de relacién
veces), y con la lentitud (siempre) delas instituciones y de su
mecanica prudente.66 LA WEB DE HOY
Al mismo tiempo, la dinémica en marcha, y sin frenos en
ciertos espacios, parece conducir a un principio de retrai-
miento frente a ofertas como las de Facebook o Twitter.
Twitter
Twitter.com es un hibrido entre SMS, mensajeria instantinea y blog.
Permite enviar y recibir, en ef mévil o en el ordenador, mensajes de 140 ca-
racteres como maximo.
El sitio invita a los que se registran en él a contestar a una sola pre-
gunta: «Qué ests haciendo?».
Las respuestas literales son legisn, por ejemplo: «Acabo de perder el
bus», 0 «Estoy comiendo un bocata», Si los blogs permiten publicar para
millones de usuatios el relato de la vida de un gato, con Twitter podemos
seguir cada minuto de su vida y mantenernos informados det momento en
que se rasca, ronronea o engulle su comida,
Podrdn verlo si entran directamente en su pagina principal, a la que lle-
gan todos los mensajes 0, mejor atin, visitando Twitlervision.com, Se en-
contrarén con un mapa del mundo sobre el que apatecen los mensajes, con
la foto de su autor, a medida que se cuelgan en la red. Es fascinante,
Todo el mundo puede ver los mensajes que se envian 0, si se quiere, se
pueden restringir a una red de amigos. A la inversa, cada uno puede ins-
ctibirse en el sistema de distribucién que mds le convenga.
Sencillo y répido, el servicio proporciona una instantaneidad sin es-
fuerzo tanto a las redes sociales mas flexibles como a las més densas.
En inglés, nvitter quiere decit «gorjear», y nvit, «imbécil». El fundador
es Eyan Williams.' conocido por su participacién en Ja creacién de Blog-
ger, un programa de blogs absorbido por Google.
Cada usuario puede limitar los mensajes que recibe. Y esta herramien-
ta pueden utilizarla pequeftos grupos cuyos miembros quieran mantener
un contacto intenso o que tienen que desempefiar una tarea concreta en un
plazo relativamente corto. De esta forma, se puede coordinar la tarea de
equipos de trabajo como, por ejemplo, el de reporteros durante una gran
manifestacién o durante una catéstrofe. También puede ser itil para difun-
dir noticias breves entre un gran niimero de personas. Algunos blogueros
lo utilizan de forma regular. En Estados Unidos, la campaiia presidencial
de 2008 se esté caracterizando por el uso que hacen fos candidatos, los ac-
tivistas y los periodistas de estas herramientas.
Pero el problema que plantea este sitio, que esté de moda en la prima-
vera de 2007, es que acabamos por ser enterrados por un alud de noticias de
dudosa utilidad. La saturacién acecha y, sin embargo, este tipo de servicios
SOBRE LA DINAMICA RELACIONAL. 67
se estin multiplicando (e1 propio Williams ha creado Pownce.com, un si-
tio que permite intercambiar documentos). Esto mismio afirmaba la blog-
ger y creadora de empresas Mary Hodder, en junio de 2007, cuando ade-
Janté la nocién de «exceso de informacién social»?
«Es terrible —dice—. Sé tantas cosas, hasta el més mfnimo detalle, so-
bre Jos amigos que pertenecen a las mismas redes sociales que ya no tene-
mos nada que contarnos cuando nos vemos. Ya sé todo lo que han hecho.
Me aburren», nos confesé durante nuestra entrevista,
Y es que si bien la dindmica social permite satisfacer una
profunda necesidad social, también tiene tendencia a emba-
larse. La «bestia» (es decir, nosotros, que la constituimos) tie-
ne que encontrar su equilibrio, alcanzar su madurez. El mer-
cado lo necesita si quiere evitar el sobrecalentamiento, y los
webactores también si no quieren sucumbir al exceso de in-
formacién social, y también las instituciones si quieren po-
nerse al dfa. z
Después del entusiasmo que suscité el descubrimiento de
una dindmica relacional nueva, muchos usuarios empezaron a
preguntarse si no les conven{a gestionarla de una manera mds
eficaz so pena de verse superados por ella.
Asi pues, nos guste 0 no, Ia tendencia es buscar una ma-
yor eficacia relacional.
El verdadero desaffo consiste en aprovechar todas las
oportunidades que nos ofrecen estas nuevas herramientas y
los efectos de red que permiten, sin dejarse desbordar por
ellas. Las historias que contamos en este libro son la del sur-
gimiento de una dindmica relacional que ha crecido y la de la
busqueda de una mayor eficacia cuyas formas apenas pode-
mos vislumbrar.