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Vivir al ras

Notas y comentarios sobre la charla de Marcelo Percia en la CPO


La charla tuvo lugar el viernes 26 de junio del 2009 en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros y fue
organizada por la Lista Verde/Anusate. Lo que siguen son algunas notas tomadas durante la charla, con
algunos comentarios insertados entre corchetes. [f.i.]

Exposición, existencia, exilio, todos esos términos que


podemos leer en Heidegger, Bataille o Nancy, significan:
ser “fuera de sí”, es decir, estar en el mundo, “estar
embarcados”, ser frágiles y, por tanto, precarios,
inestables… Pero cuando el mundo, o bien una situación
existencial cualquiera, se convierte en una especie de
inmanencia compacta, cerrada sobre sí misma y en ese
sentido sobreexpuesta, entonces se rechaza la exposición
insuperable de nuestra existencia en favor de protecciones
terribles, de reclamos de seguridad auto-destructivos, que
tienden siempre a superar -cerrar, completar, evacuar- la
exposición de nuestra existencia.

entrevista con Frederic Neyrat | 21 de junio del 2009


http://blogs.publico.es/fueradelugar

Junar al paciente

 La experiencia de capacitación para enfermeros del Hospital Estéves1 fue


hace unos 13, 14 años. En ese momento, había unas 1500 pacientes
internadas en el Hospital.

 Nos interesaba pensar, investigar la convivencia enfermero/paciente, el


modo de habitar juntos el hospital

 En un momento, comenzamos a trabajar la diferencia entre “junar” al


paciente y diagnosticarlo.

 El diagnóstico requiere de cierto fanatismo y de estrechez mental: se trata


de eliminar todas las variables, salvo las que se quiere reconocer. Se trata de
una operación relativamente simple. Prácticamente cualquiera que disponga
del DSM-IV lo puede hacer.

 Junar, en cambio, es tener visto a alguien. Funciona como una especie de


prevención contra la “malicia”.

 Y la “malicia”, en la clínica de las psicosis, es cuando los pacientes hacen


fracasar nuestras expectativas.

 No hay peor encierro que estar encerrado en las expectativas del otro.

 Y nuestras expectativas son la moral de la voluntad que surge en el trabajo


con las psicosis: esa condensación de los ideales sociales.

 La expectativa, en las psicosis, es vivida como una demanda absoluta.

1 La experiencia se desarrolló en el Hospital José Esteves entre octubre de 1996 y junio de 1997. Impulsada por la
Directora Provincial de Capacitación para la Salud de la Provincia de Buenos Aires, el Director del Hospital Esteves
y Profesores de la Cátedra de Teoría y Técnica de Grupos de la Facultad de Psicología de la U. B.A.

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 La malicia, en las psicosis, es revelar que esos ideales sociales no valen
nada.

 Junar –a diferencia de diagnosticar- puede ser también percibir la


inteligencia del otro para defenderse de la violencia del mundo.

 También puede implicar hacer la vista gorda: dejar que algo acontezca.
Permitir que ese modo de defensa opere.

 Es así como fuimos pensando al junar como un elemento para la


construcción de un nuevo modelo clínico para el trabajo con las psicosis.

 Otros de los ejes de trabajo de la capacitación fueron el salir a tomarle el


pulso a las emociones y el salir a auscultar los recuerdos.

 Lo que nos proponíamos con esto era construir un puente entre la clínica de
la palabra y la reminiscencia y la clínica como inclinación sobre el cuerpo
del otro.

 Esa clínica de la inclinación sobre el cuerpo del otro, habitual en los


enfermeros implica otra relación con los cuerpos, otro lenguaje corporal
puesto en juego en el diálogo con los pacientes.

 Esto lo pensábamos en el marco de lo que denominábamos clínica del


mientras tanto, que fue derivando en el Programa de Externación Asistida
(PrEA). De lo que se trataba era de pensar pequeños espacios de
convivencia como espacios clínicos. Casas clínicas, casas de convivencia.

La leyenda Oliveros.

 La ví cuando entré en la dirección y ví un colectivo de trabajo.

 La leyenda es siempre una mirada exterior. Nadie participa a sabiendas de


una experiencia legendaria.

 La leyenda tiene una potencia: la capacidad de avivar la imaginación y el


entusiasmo del que escucha. Construye una zona de deseo.

 Pensar es pensar lo no pensado. La leyenda es el lugar donde lo impensado


ocurrió. Es por ello condición del pensamiento. Una mentira necesaria para
el desarrollo del pensamiento.

Clínica de los arrasados.

 La cuestión del arrasamiento tiene que ver con intentar pensar en situaciones en donde
la existencia está arrasada. La memoria, las emociones, están al ras.

 Los psicofármacos vienen a dar sosiego a esa violencia que desborda el cuerpo del
psicótico. Pero lo que construyen son cuerpos adormecidos, anestesiados.

 Intentamos ir componiendo algunas figuras para pensar: el arrasado – la existencia


arrasada – el cuerpo arrasado.

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 La hipótesis es que hay algo así como una producción de criaturas arrasadas. Es decir,
de algo que responde a una serie de estímulos.

 Lo que resulta evidente es que cambió el paisaje –el hábitat, el territorio- de las psicosis

 Hoy la psicosis está entremezclada como nunca con el abandono. Es el mundo arrasado.

 Es importante poder establecer una distinción entre la pobreza y el vivir al ras en el


mundo cultural.

 La pobreza es sufrimiento de la desigualdad integrada sistémicamente: el pobre ocupa


un lugar –el lugar del oprimido, del desposeído no deja de ser un lugar- en el mundo
cultural.

 El arrasado es una criatura viva de la que podemos pensar que, si falta en el mundo, a
nadie le hace falta.

 Un arrasado es alguien que, si muere, nadie lo piensa.

 Quienes trabajamos en los manicomios somos testigos de algo que la sociedad


contemporánea quiere negar

 El manicomio es un anticipo de lo que está por ocurrir en toda la sociedad.

 Es por ello que, necesariamente, la clínica de las psicosis tiene que tener un discurso
político.

 La demanda absoluta es quedar a merced del capricho de un Otro poderoso. Ese Gran
Otro es de terror. No hay apelación, no existís. No sólo podés desaparecer sino –lo que
es peor- nunca haber desaparecido.

 Sin embargo, algo de la vida aún late en la existencia arrasada.

 El arrasado: la existencia de los sin existencia.

 Ya no sabemos qué es Futuro. Presente es el lugar del que nos queremos ir. Pasado es
algo difuso que no nos interesa. Pero qué podría querer decir Futuro, ya no lo sabemos.

 Los manicomios –espacio de alojamiento de esa forma de existencia social


contemporánea que son los arrasados- son un breviario concentrado de todos los
horrores del mundo social.

 La noche como condensación del amor y del odio.

 El robo en el psiquiátrico es la intensificación del despojo.

 La cama es la experiencia fundante de la interioridad

 Si la psicosis es la experiencia de un mundo sin frontera, sin bordes, donde todo te


afecta entonces la clínica de las psicosis es una inteligencia de la distancia.

 ¿Dónde situar el acto clínico? La problemática reclama una inteligencia clínica de la


construcción de la distancia y la proximidad.

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 En nuestro trabajo en asambleas con los pacientes, hemos desarrollado la invención de
la figura del corresponsal. Los corresponsales recogen las palabras de los “participantes
externos” –pacientes que se sitúan a distancia de la asamblea pero en cierta relación
con ella- y las llevan al interior de la asamblea.

 La clínica de la psicosis pasa por la construcción de límites en subjetividades excedidas.

 Existen al menos tres condiciones del Hospital Psiquiátrico: localiza la condensación de


los horrores de la sociedad actual; constituye la anticipación de lo que va a venir en la
sociedad; funciona como reservorio emocional de la civilización (de intensidades
emocionales ya olvidadas, perdidas en el mundo social)

 La psicosis es la experiencia del exceso: un cuerpo que no puede con tanta emoción.
Enunciados como “esto que me pasa es mucho para mí” intentan dar testimonio de ello.

 También esos momentos en los que se dice que “la emoción te invade”. La emoción no
es (sólo) propia. Es la emoción del mundo.

 El loco tradicionalmente fue descripto como un visionario. Alguien que poseería un ojo,
un oído, una piel de más. Pero a la vez un cuerpo que no soporta tanta intensidad.

 Se trata de cuerpos exhaustos (a diferencia de los cuerpos cansados). [“el cansado no


puede llevar a cabo nada más, pero el agotado no puede ya posibilitar”. Deleuze. “El
agotado”]

 El estar al ras es puro exceso.

 Es posible situar algunas de las diferencias contrastando la borrachera pretérita y la


borrachera contemporánea.

 La borrachera pretérita es la borrachera apalabrada. Deshinibitoria. Con testigo


“dudoso” (otro borracho) como condición de la palabra. [La borrachera como
dispositivo que dispone condiciones para el ejercicio de una modalidad de enunciación
específica]. El testigo “dudoso” (al que siempre es posible poner en cuestión, en tanto
borracho) es un testigo que sabe guardarse las cosas a la espera de que sean precisos los
testigos.

 Por su parte, la borrachera contemporánea es una borrachera sin angustia. Se trata de


pasar directamente al estado del ras. Una intensidad vacía. Sin lazo. Sin memoria.

 La idea de una criatura en el ras es la de alguien desalojado/sustraído del lenguaje.


Desalojado de su potencia. [Una especie de vida desnuda, de subsistencia separada de
toda forma-de-vida, de toda virtualidad]

 El mundo social necesita despojarlos del lenguaje, porque si pudieran articular su


experiencia sería insoportable.

 La experiencia del arrasado es la de una intensidad sin potencia

 La experiencia del arrasado es también una experiencia del no-lazo [de los n-lazos al
no-lazo: el hombre sin vínculos, que no puede no de producir de conexiones pero
tampoco puede desear producir otra cosa que conexiones precarias, lábiles, rápidamente
desmontables]

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 Es también una experiencia de proximidad. Porque los arrasados se juntan en
ranchadas. [¿Una proximidad a-social, que no hace lazo?]

 Ser sujetos del lenguaje es ser sujetos de una intemperie. Porque el lenguaje no alcanza.
Pero se trata de una experiencia del desamparo completamente distinta a la de la
intemperie social, que es la del arrasado

 Lo que se pone en juego aquí es la forma específica que toma la ambivalencia del lazo
en el mundo en que vivimos

 La experiencia de la intemperie social está fundada en el problema de cómo vivir en un


mundo en el que el lazo no sea necesario. Toda conexión que se establece es una
conexión provisoria. [una sociabilidad instrumental. una sociabilidad de subsistencia]
Sin compromiso. Sin fidelidad. Sin códigos.

 El arrasamiento pensado como experiencia (a)social de (no)lenguaje con el otro y con la


sustancia

 Una experiencia subjetiva insustancial que se ve empujada hacia la mínima intensidad


del corte en la superficie del cuerpo o la mínima intensidad de la sustancia tóxica

 Los Cortes en el cuerpo, ¿son para ver el espejo de la humanidad del otro en su
reacción? ¿son para ver si hay algo adentro? ¿Son respuestas ante la dificultad de existir
bajo la amenaza de lo insustancial?

 [Hay cortes que, en su repetición, hacen textura sobre la piel, como si fueran un intento
de constituir la superficie corporal del arrasado] [En otras oportunidades, el corte puede
implicar un intento por sangrar de existencia, por encontrar en ese desborde de la sangre
una imagen para el desborde subjetivo que lo localice en un punto (corporal) acotable]

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