You are on page 1of 7

Clase 4: Sueños.

La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

Hola Alejandro Criscuolo. Salir


Portada » Conceptos Basicos del Psicoanalisis » Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente

CLASE 4: SUEÑOS. LA VÍA REGIA PARA EL CONOCIMIENTO DE LO INCONCIENTE CONTENIDOS RELACIONADOS A


ESTA CLASE
Dra. Norma Dembo
BIBLIOGRAFÍA

Al descubrirse, entre 1880-82 que los síntomas neuróticos poseen un sentido, se abrió el camino que llevó al IMPRIMIR
descubrimiento del procedimiento que hoy conocemos como cura psicoanalítica.

Los pacientes así tratados presentaron espontáneamente sueños, y al analizar estos sueños se develó que también MENU
ellos tienen un sentido.
MIS CURSOS

En la antigüedad los sueños ocupaban un lugar muy sobresaliente en la vida de las personas, y de hecho sabemos CONCEPTOS BASICOS DEL PSICOANALISIS

que ningún gran guerrero marchaba a la batalla sin ser acompañado por su oniricomántico.

Tanto Julio César como Alejandro Magno, en cuanto despertaban se reunían con su interpretador de sueños para
tomar las más importantes decisiones.

Pensamos que hoy el ser humano cuenta con el psicoanálisis y con la posibilidad de emprender las hazañas de su
vida prestando atención a sus sueños, pudiendo analizarlos, con la gran ventaja de que los actuales
interpretadores de sueños a su vez analizan los suyos, con lo cual pueden acceder a un conocimiento más
fidedigno y científico de lo que ocurre en lo inconsciente.

Entonces la primera premisa para nuestro estudio es no desdeñar los sueños que tenemos; entender que, como
dice el conocimiento popular, un sueño es un anhelo, algo que deseamos que se cumpla y solemos tratar de sacar
de nuestra memoria cuando su contenido nos es desagradable.

Los sueños tienen una característica que todos conocemos: tienden a ser olvidados muy rápidamente, queremos
asirlos y no podemos, se nos escapan.

Esto se debe a que provienen de lo más profundo de nuestro ser, que están anudados a deseos prohibidos, que
concientemente preferimos dejar a un lado.

Preguntémonos junto con Freud: ¿qué es un sueño? ¿Cuáles son los rasgos comunes que comparten los sueños? [1]
El primero es que soñamos cuando dormimos, en ese estado donde no queremos saber nada del mundo exterior,
nos retiramos del mundo que nos rodea, de los estímulos, no queremos ser molestados.

Pero algo dentro nuestro permanece activo, algo que nos hace preguntarnos con Freud, “¿Por qué la vida del alma
no se duerme?”

Algo no deja que nuestra alma repose, descanse, se le presentan estímulos ante los cuales se ve obligada a
reaccionar.

Pensamos entonces que hay estímulos que perturban el dormir y que, para preservar ese dormir, se reacciona
soñando.

Cuando soñamos vivenciamos lo que vemos en imágenes, o lo que oímos, como una alucinación que no nos
sorprende porque sabemos que es natural que soñemos; es algo esperado y compartido por todos, es un rasgo
común.

Pero lo que conocemos del sueño no lo transmitimos de la misma manera, sino que lo relatamos, lo contamos con
palabras que incitan en quienes nos escuchan, imágenes y sonidos que seguramente no son exactamente iguales a
los que hemos visto en nuestra pantalla del sueño.

Algunos sueños son muy breves, otros muy largos y detallados, algunos constan de una sola palabra, o de una única
imagen.

Hay sueños que nos son más o menos comunes a todos, son aquéllos que, ante un estímulo fisiológico o del mundo
externo se crean para que podamos seguir durmiendo.

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 1 de 7
Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

Los llamamos sueños de comodidad.

Por ejemplo, cuando tenemos mucho deseo de orinar y soñamos que vamos al baño y satisfacemos nuestra
necesidad, aunque al cabo tengamos que despertarnos para cumplirla realmente. O los sueños de sed, donde
soñamos que bebemos y nos calmamos, aquéllos donde el despertador excita un sueño que nos dice que nos hemos
levantado y hemos comenzado a prepararnos para nuestra diaria tarea.

Nuestro lenguaje conoce también aquellos sueños que llamamos diurnos.

Son aquéllos donde nos dejamos llevar por nuestras fantasías y nos imaginamos las cosas tal como deseamos que
sean y también podemos vernos sorprendidos por ideas que no deseamos.

Lo más sorprendente es que popularmente se conozcan como “sueños”, ya que no comparten los rasgos que hemos
visto tienen los sueños.

La gran diferencia es que en los sueños diurnos nada se ve, sino que se piensa. Nos dice Freud que emergen en la
prepubertad, casi al final de la niñez y que persisten luego hasta que se llega a la madurez donde pueden ser
abandonados o continuar presentes.

Para poder interpretar un sueño tenemos que tener un método, método significa camino, un sendero por el cual
llegar al conocimiento de lo que el sueño expresa, sabiendo, en primer lugar, que el sueño es un fenómeno
psíquico, no somático.[2] Como el sueño es un fenómeno incomprensible, lo lógico es preguntar al soñante por
aquello que ha soñado, ¿sabrá él el significado de su sueño?

Seguramente no, pero podrá ir asociando con los elementos, las imágenes, las palabras que constituyen su sueño.

Lo más probable es que ante nuestra pregunta nos diga que no se le ocurre nada, esto es una forma de decirnos
que algo se le ocurre, que algo sabe de todo esto, pero no sabe que lo sabe, agregaríamos que muchas veces no
quiere darse por enterado.

Ya contamos, siguiendo a Freud, con dos premisas, dos supuestos que hacen que nuestro trabajo vaya en una
determinada dirección. El primero, que el sueño es un fenómeno anímico; el segundo, que en el ser humano hay
cosas anímicas que él sabe sin saber que las sabe.

Si nos trasladamos por un momento a 1889, podremos reconocer que ya la hipnosis había descubierto este
fenómeno. Al hipnotizar a una persona y darle una orden post hipnótica, ésta trata de explicar de variadas
maneras por qué, por ejemplo, está abriendo un paraguas aunque no llueve.

Veremos que da todo tipo de razones, hasta que, en determinado momento, presionado por el interrogatorio,
termina descubriendo la verdad.

Así ocurre también cuando preguntamos por las asociaciones de un sueño, la respuesta más habitual es: “no se me
ocurre nada”.

Existe un rasgo claro que comparten el estado hipnótico y el estado de dormir; es el soñar.

Tomemos esto como una tercera vía para el acceso al estudio del sueño:

Estímulos que perturban nuestro dormir, los sueños diurnos y los sueños sugeridos del estado hipnótico.

Partimos para nuestra tarea de un tercer supuesto, el soñante sabe de qué se trata.

Nuestro método entonces comenzará por preguntarle acerca de todo lo que para él tiene que ver con su sueño; le
pediremos que asocie con situaciones del día anterior, con ocurrencias que tenga acerca del sueño, con los
personajes y los lugares que ha recorrido a través de lo que ha visto.

Y a través del sueño se acordará de vivencias remotas y situaciones que pensó que no recordaba.

Si algo nos demuestra un sueño y su método de investigación, es que el ser humano carece del libre albedrío que
alguna vez creyó tener. Nuestra libre asociación en verdad corresponde a un determinismo que gobierna la vida
anímica. Así en nuestra asociación libre respecto de una representación de partida, descubrimos que asociamos,
pero no libremente como creemos, nuestras ideas están anudadas a nuestros recuerdos infantiles, a nuestras
vivencias, a un determinado camino de pensamiento al que pertenecen, y nosotros no estamos enterados de esto.

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 2 de 7
Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

Cuando nos relatan un sueño vislumbramos que existe un contenido conocido, conciente, formado por los
elementos oníricos mismos y las representaciones sustitutivas adquiridas por asociación de ellos y otro contenido,
“inaccesible a la conciencia del soñante” o “inconciente.” [3]
Decimos entonces con Freud que “el sueño como un todo es el sustituto desfigurado de algo diverso, de algo
inconciente, y la tarea de la interpretación del sueño consiste en encontrar eso inconciente.”[4]
Existen tres reglas muy importantes a tener en cuenta respecto de interpretar un sueño, 1) hacer caso omiso de
cuán extraño nos parezca el relato del sueño, o si es claro o confuso; 2) evocar para cada elemento las
representaciones que se nos presenten, sin reflexionar sobre ellas y sin importar cuán lejos nos lleven del
elemento onírico; 3) esperar a que lo inconciente oculto se instale por sí solo.

Lo genuino no es el sueño recordado sino su sustituto desfigurado que, por asociación, nos lleva a otras
formaciones sustitutivas; a poder llegar a lo genuino, a poder hacer conciente lo inconciente.

Nos damos cuenta que no importa, entonces, cuán fiel sea nuestro relato del sueño.

De este descubrimiento acerca del método de la interpretación de los sueños, surgió el método psicoanalítico,
cuya regla fundamental, “inquebrantable”, es que tanto en la asociación de un sueño como de cualquier idea, al
paciente o al que está analizando su propio sueño “ no le es lícito excluir de la comunicación ocurrencia alguna
por más que contra ella se eleve una de las cuatro objeciones, a saber, que es demasiado trivial, demasiado
disparatada, que no viene al caso o es demasiado penosa para comunicarla.”

A medida que vamos avanzando en nuestra tarea nos damos cuenta que esta regla fundamental por fuerza será
desobedecida, circunstancia que podemos ver en nosotros mismos; tratamos de llevarla a cabo pero aquellas
objeciones críticas de las que hablamos se hacen presentes; entendemos que hay una resistencia contra la cual
deberemos luchar al investigar el contenido de las representaciones, resistencia que se presenta más allá de toda
convicción teórica.

Podemos decir que esas objeciones a determinadas ideas muestran con certeza que allí se encuentra lo más
valioso a investigar, lo que quisiera permanecer oculto; lo más resistido nos muestra lo más inconciente.

Si la resistencia es poca, intuimos que el sustituto está cercano a lo inconciente; si la resistencia es importante
conlleva mayores desfiguraciones de lo inconciente, nos habla de una mayor distancia desde el sustituto a lo
inconciente.
Existen en la obra de Freud una buena cantidad de ejemplos de todo tipo de sueños. Remitimos al lector a
disfrutar su lectura, ya que volcarlos aquí excedería la extensión de esta clase.

Llamaremos con Freud contenido manifiesto del sueño a lo que el sueño cuenta, y pensamientos latentes del
sueño a aquello oculto a lo cual debemos llegar persiguiendo las ocurrencias. [5]
Profundizando en el análisis de los sueños vemos como muchas veces su expresión en imágenes plásticas,
concretas, toman como punto de partida la literalidad de ciertas palabras. [6]
Encontramos que los sueños de los niños pequeños se nos muestran claros, coherentes, fáciles de comprender y,
según Freud, indubitables.

Aunque también descubrimos que la desfiguración onírica se instala generalmente después de los cinco años, y en
niños un poco mayores descubrimos ya todos los caracteres de los sueños de adultos.

Cuando un niño nos relata su sueño no es necesario preguntarle nada, no debemos aplicar ninguna técnica; sí
descubrimos que queda claramente anudado a alguna vivencia del día anterior. “El sueño es la reacción de la vida
anímica, durante el dormir, a esta vivencia del día.” [7]
Los sueños de los niños no carecen de sentido, tal como los de los adultos son actos psíquicos de pleno derecho,
pasibles de ser comprendidos.

Pero como los sueños de los niños están desprovistos de desfiguración, el contenido manifiesto y el latente
coinciden. En el sueño de un niño, como dijimos, vemos la reacción a una vivencia del día que dejó una añoranza,
en verdad, un deseo incumplido.

“El sueño brinda el cumplimiento directo, no disfrazado de ese deseo.” [8]


Repasando todo lo visto hasta ahora podemos inferir que el sueño no sólo no es algo que perturba nuestro dormir
sino que, muy por el contrario, se descubre como guardián del dormir. Lo vemos claramente en aquellos sueños
que denominamos sueños de comodidad.

Con los sueños de los niños descubrimos que el motor del sueño es un deseo, el cumplimiento de ese deseo es el
contenido del sueño. El sueño no expresa sólo un pensamiento, sino que el deseo se figura como cumplido

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 3 de 7
Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

alucinatoriamente en la pantalla del sueño.

En esto la desfiguración onírica cumple un importante papel, es aquello que hace que el sueño se nos presente
como ajeno e incomprensible.

Nuestros deseos se cumplen inconcientemente, pero “desfigurados”, ya que de acuerdo a su tenor son sometidos a
lo que conocemos como censura onírica, que es en gran parte la causante de la desfiguración del sueño. A las
modificaciones y reordenamientos Freud los reúne bajo el nombre de “desplazamiento”.

Unos renglones arriba, al hablar de la técnica de interpretación nos encontramos con aquello que
llamamos resistencia. Eso mismo en el trabajo del sueño lo apuntamos como censura onírica.Esta censura no ha
dejado de trabajar y ha intentado mantener la desfiguración a veces muy insistentemente. Así como es más
intensa la resistencia frente a la interpretación de determinado contenido, así también es mayor la censura frente
a contenidos prohibidos, incestuosos, sexuales, socialmente incorrectos, egoístas, aquellos que moralmente en la
vida despierta trataríamos de reprimir de nuestras ideas concientes.

Realmente, el yo propio del soñante es el protagonista principal de sus propios sueños, aunque sepa ocultarse en
el contenido manifiesto.

Este “egoísmo” del sueño nos remite directamente a nuestra actitud cuando nos disponemos a dormir, sólo nos
interesa nuestro descanso y nada queremos saber de que nos perturben, nada acerca del mundo exterior.

“Estos deseos censurados parecen subir de un verdadero infierno; tras la interpretación, en la vigilia, ninguna
censura nos parece suficientemente dura contra ellos.” [9]
Es que estos sentimientos se albergan en toda alma humana, aunque nos desagraden; y así, soñamos con hechos
censurables, en forma desfigurada, hechos que se cometen a diario como crímenes por aquellos en quienes esta
censura no está presente, o es débil.

Recordemos junto con Freud el dicho de Platón, “los buenos son los que se conforman con soñar aquello que los
otros, los malos, hacen realmente.”

Tengamos en cuenta que el psicoanálisis no sólo pone en evidencia los deseos oníricos malos, censurados, sino que
al sofocarlos y hacerlos irreconocibles está poniendo en evidencia la importancia que le da el ser humano a las
leyes fundamentales con las que convivimos.

Pero aún dejando de lado la censura onírica no podríamos comprender claramente los sueños; aún así el contenido
manifiesto no sería exactamente igual a los pensamientos oníricos latentes.

Cuando indagamos las relaciones entre elementos oníricos y lo genuino en ellos, distinguimos hasta ahora tres
relaciones: cuando una parte nos señala un todo; la de la alusión y la ilustración en imágenes. Ahora hablaremos
de la simbólica.

“Llamamos simbólica a una relación constante entre un elemento onírico y su traducción, y al elemento onírico
mismo, un símbolo del pensamiento onírico inconciente.” [10]
Como los símbolos son traducciones fijas, nos recuerdan cómo antiguamente se interpretaban los sueños. Aún hoy
muchas veces vemos que esto se hace habitualmente como único camino para su comprensión.

Pero esta técnica contrasta con nuestra trabajosa labor, y en modo alguno puede sustituir a la asociativa o
compararse con ella.

Pero es complementaria y dentro de nuestro método brinda resultados útiles; por otro lado, no es exclusiva del
sueño.

No muchas cosas son pasibles de figuración simbólica en un sueño. La única típica es la persona humana como un
todo representada por la casa; también los padres, simbolizados por seres grandiosos, poderosos; el nacimiento,
generalmente en relación al agua; el morir, por el partir; los hermanos, tiernamente por animales pequeños; la
desnudez, por vestidos.

Vamos viendo que se borran las fronteras entre figuración simbólica y figuración alusiva.

Pero la inmensa mayoría de los símbolos oníricos son sexuales. Cada uno de los contenidos sexuales pueden ser
representados por muchísimos símbolos.

Para los genitales masculinos el sagrado número 3, bastones, paraguas, palos, armas, cuchillos, dagas, por su
propiedad de penetración; también por el volar, dada su capacidad de erección; entre los animales, por supuesto

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 4 de 7
Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

la serpiente.

Para los genitales femeninos, pozos, cuevas, cavidades, cestas, bolsos, carteras, moluscos valvados; la manzana
ofrecida por Eva, flores, alhajeros, etc.

Para las relaciones sexuales, las actividades rítmicas, el danzar, cabalgar y trepar, etc. [11]
Ahora estamos en mejores condiciones para comprender una gran cantidad de sueños; poseemos en nuestro
conocimiento dos técnicas complementarias entre sí:la interrelación de los elementos del sueño a través de la
asociación, que nos permite llegar desde el sustituto a lo genuino; y la sustitución de los símbolos por su
significado.

“El trabajo que traspone el sueño latente en el manifiesto se llama trabajo del sueño, y el trabajo que progresa
en dirección contraria, el que desde el sueño manifiesto quiere alcanzar el latente, es nuestro trabajo de
interpretación. El trabajo de interpretación quiere cancelar el trabajo del sueño.”

¿De qué operaciones consta el trabajo del sueño?


La condensación es la primera de la que nos ocuparemos, la descubrimos viendo que el sueño manifiesto tiene
menos contenido que el latente, pareciera una traducción resumida de éste.

La condensación ocurre porque algunos elementos latentes se omiten completamente. De muchos complejos del
sueño latente, sólo una mínima parte pasa a lo manifiesto, porque elementos latentes que tienen algo en común
se funden en una unidad. Esta es la condensación característica.

Todos la conocemos; en un sueño vemos un personaje desconocido que tiene rasgos de otros muy conocidos por
nosotros; es como si se superpusieran varios individuos condensados unos con otros, obteniéndose una imagen
poco nítida, borrosa, pero que al analizarla nos dice mucho.

La segunda operación del trabajo onírico es el desplazamiento. Sabemos que es obra de la censura onírica. Un
elemento latente no es sustituido por uno propio sino por otro más alejado, una alusión, y el acento psíquico se
traspasa de un elemento importante a otro insignificante. Efecto que hace ver al sueño como descentrado,
extraño.

Tanto el pensamiento de vigilia como el chiste tienen como mecanismo la alusión,pero de una manera diversa; se
mantiene bastante claramente la relación de contenido con lo genuino, rápidamente se desanda el camino.

En el sueño, la censura onírica sólo ha alcanzado su meta cuando se torna inhallable el camino de regreso de la
alusión a lo genuino.

La tercera operación del trabajo onírico es la transposición de pensamientos en imágenes visuales.

Un sueño puede descomponerse en sueños parciales, de acuerdo con los temas principales que trate, o las series
de pensamientos contenidos en el sueño latente.

En el trabajo del sueño se transponen en imágenes pensamientos latentes vertidos en palabras. Pero nuestros
pensamientos proceden de imágenes sensoriales, las imágenes mnémicas, que sólo más tarde se conectaron con
palabras y éstas, a su vez, con pensamientos.

Vemos entonces que el trabajo del sueño actúa de manera regresiva y en el curso de esta regresión deja de lado
todo lo que había sumado, añadido, lo conquistado en el desarrollo progresivo desde las imágenes mnémicas hasta
los pensamientos.

Lo que conocemos como elaboración secundaria, es una pieza del trabajo del sueño a la que compete producir un
todo más o menos entramado, ordenando el material de una manera que muchas veces resulta un malentendido
total, y donde se hacen intercalaciones donde parece necesario.

El trabajo del sueño trasporta los pensamientos latentes,bajo el influjo de la censura onírica, a otro modo de
expresión. Este modo nos resulta incomprensible y se remonta a estados de nuestro desarrollo intelectual
superados hace mucho, al lenguaje figural, a lo simbólico, quizás a condiciones que han existido antes de que se
desarrolle nuestro estado discursivo. Por eso llamamos arcaico o regresivo al modo de expresión del trabajo
onírico. El estudio más profundo del sueño nos lleva a conocer el comienzo del desarrollo intelectual del ser
humano; en esto tiene un profundo punto de unión con el pensamiento infantil.

El trabajo del sueño nunca se limita a traducir los pensamientos a estos modos de expresión arcaicos o regresivos
de los que hablamos. Hemos visto que generalmente agrega algo que no pertenece a los pensamientos diurnos,

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 5 de 7
Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

pero que es el verdadero motor de la formación del sueño.

Se trata del deseo, inconciente, para cuyo cumplimiento es remodelado el contenido del sueño.[12]También los
sueños de los adultos, a través de un trabajo, son cumplimientos de deseos.

Para concluir diremos que el sueño es un acto psíquico de pleno derecho, que tiene un sentido tal como los
síntomas neuróticos, que es pasible de ser interpretado y que al hacerlo en forma completa se da a conocer como
un cumplimiento de deseos.

Descubrimos también que es la vía regia, el mejor camino, para el descubrimiento de los fenómenos inconcientes.

CUESTIONARIO ORIENTATIVO
¿Cuáles son los rasgos comunes que comparten los sueños?
¿A qué llamamos sueño de comodidad?
¿Qué es un sueño diurno?
¿Cuáles son las vías para el acceso al estudio del sueño?
¿Por dónde comienza nuestro método?
¿Cuáles son las tres reglas para interpretar un sueño?
¿Qué podemos decir de la asociación libre?
¿Qué es el contenido manifiesto y qué el latente de un sueño?
¿Qué característica tienen los sueños de los niños pequeños?
¿Cuál es el motor de un sueño?
¿Qué es la resistencia?
¿A qué llamamos trabajo del sueño?
¿Cuáles son las operaciones del trabajo onírico?
¿Por qué decimos que el trabajo del sueño actúa de manera regresiva?
¿Qué es la elaboración secundaria?
¿Por qué llamamos arcaico o regresivo al trabajo del sueño?
¿Qué es un sueño?

1 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, página 75.
2 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, Página 91
3 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 7º

conferencia.pág.103

4 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 7º

conferencia. pág.103

5 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 7º

conferencia.pág.109

6 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 7º

conferencia, página 110

7 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 7º

conferencia, página 116

8 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 8º

conferencia, página 117

9 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 8º

conferencia, página 131

10 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen

15, 10º conferencia, página. 137

11 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15, 10º

conferencia, página 143

12 Freud, Sigmund [1916]. “Conferencias de introducción al psicoanálisis” en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978, Volumen 15,

11º conferencia.

Deja un comentario
Conectado como Alejandro Criscuolo. ¿Quieres salir?
Comentario

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 6 de 7
Clase 4: Sueños. La vía regia para el conocimiento de lo inconciente | Cursos Virtuales APA 05/10/12 14:10

Publicar comentario

Notificarme los nuevos comentarios por correo electrónico. También puedes suscribirte sin comentar.

PORTADA APA - ATENCION A LA COMUNIDAD COMUNICACION


APA Asociación Psicoanalítica Argentina Orientación Clinica Prensa y Difusión

CURSOS DE EXTENSION BIBLIOTECA APA - NEWSLETTER


Cursos Presenciales Busqueda On-line en Apa!base
Cursos Virtuales Solicite una Busqueda
Maestrias Tesauro

Copyright 2011 Asociación Psicoanalítica Argentina - Dir: Rodríguez Peña 1674 (C1021ABJ) C.A.B.A. Argentina Tel: (54 011) 4812-3518 - E-mail: info@apa.org.ar

http://cursosvirtuales.apa.org.ar/cursos-virtuales/conceptos-basicos…ase-4-“suenos-la-via-regia-para-el-conocimiento-de-lo-inconciente”/ Página 7 de 7

You might also like