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CIRCULAR INFORMATIVA Nº

DE: Dra. MARÍA PILAR CANO STERLING


Jefe de Oficina Jurídica
Alcaldía de Santiago de Cali

PARA: ABOGADOS APODERADOS ALCALDIA DE SANTIAGO DE


CALI.

ASUNTO: ARGUMENTOS DE DEFENSA FRENTE A LOS REGÍMENES


DE RESPONSABILIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.

FECHA: 06 de Abril de 2.010

De la manera más atenta me permito informarles que la Dirección Jurídica de


la Alcaldía de Santiago de Cali con el fin de controlar, prevenir el daño
antijurídico y mejorar los argumentos en la defensa técnica en el Comité de
Conciliación de la Administración Municipal y en los procesos judiciales, con
la presente directriz señala la posición jurídica acerca del:

REGÍMENES DE RESPONSABILIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN


PÚBLICA

La Constitución Política de 1991 dispuso, en su artículo 90, lo siguiente:

“El Estado responderá patrimonialmente por los daños


antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la
omisión de las autoridades públicas.

En el evento de ser condenado el Estado a la reparación


patrimonial de uno de tales daños, que haya sido consecuencia de
la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente suyo,
aquél deberá repetir contra éste”.

El Consejo de Estado expresó que, conforme al artículo 90 de la Constitución


Política de 1991, la responsabilidad del Estado es directa y objetiva, de
manera que la parte demandante deberá probar la conducta de la
administración activa u omisiva, el daño que produjo y la relación de
causalidad adecuada entre aquélla y este, al tiempo que la entidad
demandada sólo podrá exonerarse demostrando fuerza mayor, o un hecho
exclusivo y determinante de la víctima o de un tercero, lo cual implica que no
podrá exonerarse acreditando diligencia y cuidado, ni caso fortuito.

I. FALLA DEL SERVICIO

Según la concepción organicista que asume al Estado como una


organización en la cual el funcionario y el Estado conforman una vinculación
sui generis supone la imposibilidad del estado de obrar sin sus agentes. Es
decir, que el actuar del Estado depende del actuar del funcionario de tal
modo que el hecho de estos agentes constituye hecho propio de la
administración.

La teoría de falla de servicio siempre ha sido el principio general de


imputación de la responsabilidad de estado y se toma como el régimen
común de derecho al régimen de daño antijurídico. Es uno de los títulos de
imputación que surge en bajo diferentes hipótesis:

a) Por la acción de un funcionario público en el desarrollo y ejercicio de


sus funciones que sea a título de culpa grave o dolo.
b) Por la omisión del funcionario que, debiendo prestar un servicio, no lo
presta. (debe haber obligación expresa a cargo del estado)
c) Por el prestación de un servicio en condiciones de retardo,
irregularidad o ineficiencia.

Causales de exoneración:

El estado se libera de responsabilidad por falla de servicio solo cuando logra


demostrar la ruptura del nexo causal mediante:

1. Culpa exclusiva de la victima (Que debe constituir la raíz determinante


del daño)
2. Hecho exclusivo y determinante de un tercero.
3. Fuerza mayor
4. Caso Fortuito.

El Consejo de Estado, en sentencia del 28 de octubre del 76, nos dice que
además de estas causales el estado también se exonera de responsabilidad
cuando pruebe que los actos del agente fueron realizados por fuera del
servicio o con ocasión de falta personal.

2
II. TEORÍAS OBJETIVAS DAÑO ESPECIAL Y RIESGO EXCEPCIONAL

DAÑO ESPECIAL O DAÑO EXCEPCIONALO O ANORMAL:

Principio de la igualdad en la cargas (Art. 13 CP) dentro del actuar de la


administración pública se tiene como principio que todos los administrados,
por el simple hecho de serlo, deben soportar ciertas imposiciones o cargas
públicas.

El daño especial se produce cuando el estado, en ejercicio legítimo de su


actividad, produce un daño o perjuicio a cualquier persona, de forma que
supera las cargas normales que el individuo está obligado a soportar. El
elemento crucial de este título radica en la legalidad y legitimación de la
actuación que genera el daño o perjuicio.

La responsabilidad en este caso no tiene forma de desvirtuarse por ninguno


de las causales de exoneración.

Ha dicho el máximo Tribunal de lo Contencioso Administrativo, que responde


el Estado a pesar de la legalidad total de su actuación, de manera
excepcional y por equidad, cuando al obrar de tal modo, en beneficio de la
comunidad, por razón de las circunstancias de hecho en que tal actividad se
desarrolla, causa al administrado un daño especial, anormal, considerable,
superior al que normalmente deben sufrir los ciudadanos en razón de la
especial naturaleza de los poderes y actuaciones del Estado, rompiéndose
así la igualdad de los mismos frente a las cargas públicas, o la equidad que
debe reinar ante los sacrificios que importa para los administrados la
existencia del Estado. Los actos administrativos, como expresión de la
voluntad de la Administración Pública con la finalidad de producir efectos
jurídicos, deben basarse en el principio de legalidad, el cual se constituye en
un deber ser: que las autoridades sometan su actividad al ordenamiento
jurídico. Pero es posible que en la realidad la Administración viole ese deber
ser, es decir, que no someta su actividad al ordenamiento legal sino que, por
el contrario, atente contra él. Se habla, en este caso, de los actos y
actividades ilegales de la Administración y aparece, en consecuencia, la
necesidad de establecer controles para evitar que se produzcan esa
ilegalidades o para el caso en que ellas lleguen a producirse, que no tengan
efectos o que, por lo menos, los efectos no continúen produciéndose y se
indemnicen los daños que pudieron producirse. Cuando ello pasa y quien se
3
encuentre afectado con la decisión administrativa alegue la causación de un
perjuicio derivado de la ilicitud o ilegalidad de la misma, las acciones
procedentes son las acciones de nulidad o también llamadas acciones de
legalidad o de impugnación. Sin embargo, cuando esto no sucede, es decir,
no se discute la validez del acto administrativo, y sólo se alega la causación
de perjuicios, la acción procedente es la de reparación directa1.

TEORÍA DEL RIESGO EXCEPCIONAL

Según esta teoría, el Estado compromete su responsabilidad cuando quiera


que en la construcción de una obra o en la prestación de un servicio,
desarrollados en beneficio de la comunidad, emplea medios o utilizó recursos
que colocan a los administrados, bien en sus personas o en sus patrimonios,
en situación de quedar expuestos a experimentar un "riesgo de naturaleza
excepcional" que, dada su particular gravedad, excede notoriamente las
cargas que normalmente han de soportar los administrados como
contrapartida de los beneficios que derivan de la ejecución de la obra o de la
prestación del servicio”

Un claro ejemplo es la muerte de conscripto, el fundamento de esta


responsabilidad consiste en el hecho de que dicha conscripción no es
voluntaria y se realiza en beneficio de la comunidad, además de que implica
el desarrollo de actividades de gran peligrosidad.

Sobre las circunstancias especiales en que se encuentran los conscriptos,


permiten afirmar, con fundamento en el artículo 90 de la Constitución Política,
que el régimen de responsabilidad aplicable en caso de daño causado a ellos
sigue siendo objetivo.

1
Ver Sentencia de 28 de octubre de 1976, Exp. 1482; sentencia de 21 de marzo de 1996, Exp. 3575,
Consejero Ponente: Dr. Ernesto Rafael Ariza Muñoz; sentencia de 28 de noviembre de 1996, Exp.
3967, Consejero Ponente: Dr. Libardo Rodríguez Rodríguez; sentencias de 22 de mayo de 1997, Exp.
4207, Actor: Sdad Las Mercedes Ltda. Hnos y Cía S en C.S., M.P. Dr. Libardo Rodríguez Rodríguez;
de 8 de mayo de 1997, Exp. 4208, Actor: Sdad Operaciones Bursátiles S.A. Comisionista de Bolsa,
M.P. Dr. Juan Alberto Polo Figueroa; y de 8 de mayo de 1997, Exp. 4291, Actor: Kokorico Ltda., M.P.
Juan Alberto Polo Figueroa, de la Sección Primera del Consejo de Estado; Sentencia de 27 de
septiembre de 2000, M.P. Dr. Alier E. Hernández Enríquez, Exp. 11601, Actor: Ana Ethel Moncayo de
Rojas y otros

4
III. TEORÍAS OBJETIVAS, UTILIZANDO FACTORES DE IMPUTACIÓN
TALES COMO EL RIESGO EXCEPCIONAL O EL DAÑO ESPECIAL:

1.- VEHICULOS: Se han expedido pronunciamientos en casos referidos al


daño causado con ocasión de la conducción de vehículos automotores, en
los que se ha expresado que la creación de un riesgo excepcional por
parte del Estado, en desarrollo de una actividad lícita y en beneficio de los
administrados, constituye factor de imputación suficiente para atribuir
responsabilidad a aquél, con fundamento en el artículo 90 de la Constitución
Política, en los eventos en que tal riesgo se realice y éstos resulten dañados
en su persona o en su patrimonio.2

Teoría del Riesgo Excepcional = Actividades Peligrosas: Cosas Peligrosas


(Substancias, instrumentos e instalaciones), Métodos Peligrosos, Daños de
trabajo públicos.

2.- ARMAS: Se ha considerado que el riesgo creado por las armas de


dotación oficial, cuya utilización por la Fuerza Pública y otros organismos del
Estado resulta necesaria para garantizar la seguridad de los ciudadanos,
constituye título de imputación idóneo para asignar responsabilidad al
Estado, cuando se causa un daño antijurídico a alguna persona. 3 Daño
especial o daño excepcional y anormal

Ejemplo: cuando un miembro de un organismo armado hiere o mata a


alguien con un arma de fuego, se presume que ésta es de dotación oficial,
por lo cual corresponde a la entidad destruir la presunción, demostrando que
el arma es de propiedad particular

Se estima que en aquellos casos en los que se debate la obligación del


Estado de indemnizar el perjuicio generado por la utilización de armas de
dotación oficial, se debe aplicar el sistema objetivo de responsabilidad por
riesgo excepcional, pues el Estado asume los riesgos a que expone a la
sociedad con ocasión de la utilización de artefactos peligrosos o por el
desarrollo de actividades de igual naturaleza. En tal sentido, para efectos de
determinar la responsabilidad, resulta irrelevante el análisis de la licitud o

2
Ver, entre otras, sentencias del 16 de marzo de 2000, expediente 11.670, actores: Martiniano Rojas y
otros; 25 de mayo de 2000, expediente 11.253, actores: Milton Gamboa Patiño y otros; 15 de junio de
2000, expediente 11.688, actores Hernando Miranda González y otros; 19 de julio de 2000, expediente
11.842, actores José Manuel Gutiérrez Sepúlveda y otros.
3
Ver, entre otras, sentencia del 18 de mayo de 2000, expediente 12.053.
5
ilicitud de la conducta asumida por los agentes estatales, como quiera que es
suficiente para imputar el daño antijurídico, a título de riesgo excepcional, la
demostración de que este fue causado por el artefacto o por la realización de
la actividad peligrosa cuya guarda se encontraba a cargo del Estado. Sin
embargo, éste podrá ser exonerado de responsabilidad demostrando que la
imputación no existe o es apenas aparente, cuando el hecho ha tenido
ocurrencia por la intervención de un elemento extraño: fuerza mayor, hecho
exclusivo de un tercero o de la víctima4.

3.- ACTOS DE TERRORISMO: En fallo del 10 de agosto de 20005, el


Consejo de Estado hizo una presentación de la evolución de la jurisprudencia
colombiana al respecto, que ha resuelto el problema, tradicionalmente,
haciendo referencia a los regímenes de falla del servicio y riesgo
excepcional.6

Así, los daños sufridos por las víctimas de hechos violentos cometidos por
terceros son imputables al Estado, cuando en la producción del hecho
intervino la administración, a través de una acción u omisión constitutivas de
falla del servicio, como en los eventos en los cuales el hecho se produce con
la complicidad de miembros activos del Estado, o la persona contra quien iba
dirigido el acto había solicitado protección a las autoridades y éstas no se la
brindaron, o porque en razón de las especiales circunstancias que se vivían
en el momento, el hecho era previsible y no se realizó ninguna actuación
dirigida a evitar o enfrentar eficientemente el ataque.

También, ha determinado el Consejo de Estado la imputabilidad al Estado


por los daños sufridos por quienes son sometidos a la exposición a un riesgo
de naturaleza excepcional, creado por la administración en cumplimiento del
deber constitucional y legal de proteger a la comunidad en general. Para que
el hecho violento del tercero pueda ser imputable al Estado, se requiere que
éste haya sido dirigido contra un establecimiento militar o policivo, un centro
de comunicaciones o un personaje representativo de la cúpula estatal. Por lo

4
Sentencia de 10 de junio de 2009, Radicación número: 50001-23-31-000-1999-04553-01(18311),
Consejero Ponente: ENRIQUE GIL BOTERO.
5
Expediente 11.585. Actores Noemí Revelo de Otálvaro y otros.
6
Ver, entre otras, sentencias del 25 de octubre de 1991, expediente 6680; 25 de marzo de 1993,
expediente 7641; 12 de noviembre de 1993, expediente 8233; 28 de abril de 1994, expediente 7733;
29 de abril de 1994, expediente 7136; 23 de septiembre de 1994, expediente 8577; 16 de junio de
1995, expediente 9392; 16 de noviembre de 1995, expediente 10.309; 15 de marzo de 1996,
expediente 9034; 18 de abril de 1996, expediente 10.230; 22 de julio de 1996, expediente 11.934; 15
de abril de 1999, expediente 11.461.
6
tanto, se ha considerado que no le son imputables al Estado los daños
causados por actos violentos cometidos por terceros cuando éstos son
dirigidos indiscriminadamente contra la población, con el fin de sembrar
pánico y desconcierto social, y no contra un objetivo estatal específico, bien o
persona, claramente identificable como objetivo para los grupos al margen de
la ley. En síntesis, mayoritariamente los daños que sufran las personas
como consecuencia del conflicto armado interno, le son imputables al Estado
cuando se demuestra que son consecuencia de una falla del servicio de la
administración o del riesgo creado por la entidad estatal con el fin de cumplir
su función de garantizar la vida e integridad de las personas y que el ataque
estuvo dirigido concretamente contra un establecimiento militar o policivo, un
centro de comunicaciones o un personaje representativo de la cúpula estatal.

Cuando el Estado no tuvo conocimiento de alguna amenaza de bomba en la


zona ni de probabilidades de un atentado contra algún ciudadano de la
población; por lo tanto, no tuvo la oportunidad de conocer las circunstancias
especiales que ameritaran una protección también especial. Más aún, no
está demostrado en el proceso que se haya solicitado amparo alguno.
Cuando el grupo al margen de la ley atacó con fines delincuenciales y de
desequilibrio social, lo hizo de manera sorpresiva, fue un acto planeado y
ejecutado sigilosamente, y por lo mismo, al no existir razonables indicios que
indicaran un inminente ataque o el hecho de que existiera una alta
probabilidad del mismo, dicha situación se convierte en un circunstancia
imposible de detectar por los organismos encargados de la seguridad
pública.

Como lo ha manifestado el Consejo de Estado, “si el atentado es


indiscriminado, no es selectivo, y tiene como fin sembrar pánico y
desconcierto social como una forma de expresión; por sus propias
características cierra las puertas a una posible responsabilidad estatal ya que
es un acto sorpresivo en el tiempo y en el espacio, planeado y ejecutado
sigilosamente, y por lo mismo, en principio imposible de detectar por los
organismos encargados de la seguridad pública y como ya se ha dicho, los
deberes del Estado, que son irrenunciables y obligatorios, no significan que
sea por principio omnisciente, omnipresente ni omnipotente, para que
responda indefectiblemente y bajo toda circunstancia”7

7
Consejo de Estado, Sección Tercera, 27 de enero de 2000, Exp. 8.490, actor: Sociedad Minera
Ibérico, demandado: Nación – MinDefensa – Ejercito Nacional. Consejero Ponente: JESUS MARÍA
CARRILLO BALLESTEROS.
7
4.- SERVICIO MILITAR: El régimen de responsabilidad aplicable en caso de
daño causado a quienes se encuentran prestando el servicio militar
obligatorio. Tradicionalmente, El Consejo de Estado había considerado que
el Estado asumía la obligación de devolverlos sanos y salvos, una vez
terminado el período de conscripción. Se dijo, inclusive, que ésta era una
obligación de resultado, cuyo incumplimiento, por lo tanto, hacía responsable
al Estado objetivamente. El fundamento de esta responsabilidad se hizo
consistir en el hecho de que dicha conscripción no es voluntaria y se realiza
en beneficio de la comunidad

5.- PERSONAS PRIVADAS DE LA LIBERTAD: Una de las aplicaciones de


las obligaciones de resultado en el campo de la responsabilidad del Estado,
ha sido el de los daños causados a personas que han sido privadas de la
libertad en sitios de reclusión oficiales.

Sin embargo, y como una excepción a esta regla, en sentencia de agosto 10


de 2001 (Expe. 12947), se dijo: “Precisado lo anterior, la Sala concluye que
las controversias sobre responsabilidad extracontractual del Estado
originadas en daños sufridos por los reclusos, derivados de la prestación del
servicio de salud por parte del establecimiento carcelario, deben resolverse
acudiendo a la noción de falla del servicio, sin perjuicio de que pueda darse
aplicación al principio de las cargas probatorias dinámicas, y, con él, a las
presunciones de falla, cuando el caso concreto lo amerite y, en el entendido
de que el cumplimiento de dicho compromiso, como lo ha precisado El
Consejo de Estado que, excluye “los deterioros normales y explicables de
ella (la salud), a la luz de la ciencia médica.”, 8 o mejor aún, “las
enfermedades y problemas de salud inherentes ordinariamente a la misma
naturaleza del ser humano”.9, pues estas circunstancias configuran una
causal eximente de responsabilidad estatal, cual es el hecho de la víctima.

Se recuerda que la presunción de falla había quedado limitada, desde el 24


de agosto de 1992, a los casos de responsabilidad por daños causados en la
prestación del servicio de salud. Y el criterio que permitió su aplicación
general, en estos eventos, había sido adoptado de manera definitiva por la
Sección Tercera del Consejo de Estado, en sentencia del 30 de julio de

8
Sección Tercera. Sentencias del 4 de noviembre de 1993, expediente No. 8335 y del 2 de junio de
1994, expediente No. 8784.
9
Sección Tercera, sentencia del 21 de julio de 1995. expediente No. 10.147.
8
199210, en la que se dijo que, si bien, en principio, corresponde al actor la
demostración de los hechos de la demanda, con frecuencia se presentan
situaciones que le hacen muy difícil o imposible cumplir con dicha carga, lo
que ocurre, precisamente, cuando se trata de probar circunstancias ocurridas
en desarrollo de intervenciones médicas, especialmente quirúrgicas, que, por
su especialidad y privacidad, y también por encontrarse en juego intereses
personales e institucionales, se convierten en una especie de barreras
infranqueables para el paciente. Así, dijo la Corporación en esa oportunidad,
que resultaría beneficioso para la administración de justicia que los expertos,
satisficieran directamente las inquietudes y cuestionamientos que contra sus
procedimientos se formulan, en vez de exigir a los pacientes la demostración
de las fallas en los servicios prestados y las técnicas científicas utilizadas por
los especialistas. TEORIA DINAMICA DE LA PRUEBA.

6.- SEGURIDAD Y CUIDADO DE LOS PACIENTES: En fallo del 28 de


septiembre de 200011, al decidir un proceso en el que se solicitaba la
indemnización de los perjuicios sufridos por los parientes de un herido que
fue asesinado cuando se encontraba recluido en un hospital público, por
parte de personas ajenas a esta institución, aparentemente miembros de un
grupo guerrillero, la Sala precisó que el contenido de la denominada
obligación de seguridad y del deber de cuidado y vigilancia, que puede
formar parte de aquélla, asumidos por los hospitales y las clínicas en relación
con los pacientes –al cual han aludido en reiteradas oportunidades tanto la
jurisprudencia civil como la administrativa12–, resulta siempre referido al
deber que tienen tales establecimientos de evitar que éstos sufran algún
daño mientras permanecen internados, en desarrollo de actividades que, si
bien son distintas y están separadas del servicio médico propiamente dicho,
son necesarias para permitir su prestación. La responsabilidad por el daño
causado, en estos eventos, resulta claramente objetiva.

En cambio, cuando se trata de la prestación del servicio de seguridad, pero


éste no se encuentra referido, de ninguna manera, a la prestación del
servicio médico, la situación es completamente diferente. Por ello, en el caso
concreto, el Consejo de Estado abordó el problema partiendo de la

10
Expediente 6897.
11
Expediente 11.405. Actores: Juan Bautista Guerrero y otros.
12
Ver, entre otras, sentencias de la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, de 12 de
septiembre de 1985, 1º de febrero de 1993 y 8 de septiembre de 1998, y sentencia del Consejo de
Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, del 21 de enero de 1993, expediente
7435
9
necesidad de establecer si, además de la obligación de seguridad antes
referida, las clínicas y hospitales asumen una obligación adicional, relativa al
deber de protección de los pacientes frente a actos de terceros, o si ésta
corresponde a la Policía Nacional o a otros organismos del Estado
especializados en la prestación de dicho servicio.

7.- COLEGIOS: En relación con las obligaciones que tienen los colegios de
niños, relativas a la seguridad de los educandos, sobre todo, cuando existen
razones para pensar que se deben tomar medidas adecuadas para
garantizarla, el Consejo de Estado ha encontrado que La imputación del
daño deviene de la comisión de una falla del servicio. Así por ejemplo, en
sentencia del 10 de agosto de 2001 (exp. 12555), dijo: “La conducta procesal
de la demandada antes descrita y los testimonios que obran en el proceso
llevan a la Sala a concluir que, la causa adecuada del daño del que fue
víctima John Jairo López Soracá fue el incumplimiento del deber de custodia
y cuidado que tenían las directivas y personal docente del “INEM Santiago
Pérez”, de prevenir de manera razonable la entrada de armas a la institución.
La omisión condujo a que se produjera hecho trágico objeto de este proceso.
“En efecto, las pruebas que obran en el expediente revelan que el centro
educativo no se preocupó, en lo más mínimo, por la seguridad de sus
estudiantes, a pesar de existir antecedentes de porte de armas por los
alumnos de colegio; ni las directivas ni los docentes tomaron medidas
adecuadas para evitar el ingreso de este tipo de objetos. En este caso, la
manipulación imprudente de un arma de fuego por parte de un alumno hirió
mortalmente a John Jairo López Soracá; dicho instrumento se encontraba en
un bolso de libros, que con una simple requisa, a la entrada del plantel,
habría sido suficiente para evitar su entrada a las instalaciones del colegio y
al salón de clases donde se presentó el hecho”.

8.- FALLA DEL SERVICIO DE ENERGIA ELECTRICA: En primer término,


es preciso afirmar que cuando el Estado, en cumplimiento de sus deberes y
fines constitucionales y legales de servir a la comunidad y promover la
prosperidad general, construye una obra o presta un servicio público
utilizando recursos o medios que por su propia naturaleza generan un peligro
eventual o un riesgo excepcional para la vida, la integridad o los bienes de
los asociados, está llamado a responder por los daños que se produzcan
cuando dicho peligro o riesgo se realice, por cuanto de no hacerlo estaría
imponiendo a las víctimas, en forma ilegítima, una carga que vulneraría el
principio constitucional de igualdad frente a las cargas públicas que están
llamados a soportar todos los administrados, como contraprestación por los
beneficios que les reporta la prestación de los servicios públicos. En estos
10
casos la actuación del Estado se encuentra enmarcada dentro de la legalidad
y no existe reproche en su conducta administrativa; es decir, es una típica
responsabilidad sin falta o responsabilidad objetiva frente a la cual la
administración solamente puede exonerarse si demuestra que el daño se
produjo por fuerza mayor o culpa exclusiva y determinante de la víctima.
Riesgo excepcional.

Finalmente, no obstante lo anterior en virtud del principio IURA NOVIT


CURIA le corresponde al juez aplicar el régimen jurídico pertinente. En
efecto, tratándose de acciones resarcitorias- indemnizatorias, el juez puede
de acuerdo con el referido principio y partiendo de los hechos demostrados
descartar el título jurídico invocado por los actores y aplicar el respectivo. La
jurisprudencia del Consejo de Estado, en su Sala Plena de lo Contencioso
Administrativo, ha concluido en varias oportunidades que cuando no se juzga
la legalidad de los actos administrativos, “sino que directamente se reclama
la reparación del daño mediante el reconocimiento de una indemnización, el
juez puede interpretar, precisar el derecho aplicable y si es del caso
modificar, de acuerdo con los hechos expuestos en la demanda los
fundamentos de derecho invocados por el demandante”.

Ahora bien, con lo anterior, se pretende que los abogados apoderados de la


Administración Municipal en procesos de reparación directa conozcan
claramente las posturas del Consejo de Estado y la jurisprudencia
relacionada con los títulos de imputación con el fin de mejorar los
argumentos y la estrategia de defensa de los intereses del Municipio.

Atentamente,

MARÍA PILAR CANO STERLING


Jefe de Oficina Jurídica
Dirección Jurídica Alcaldía.

Preparó y proyectó: Rubén Darío Sánchez Castro y Álvaro Guerrero Moreno


Revisó: Héctor Fabio Martínez.

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