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La arquitectura y el sitio

El medio natural comprende todos los seres vivientes y no vivientes que existen de
forma natural en la Tierra. En el sentido más purista, es un ambiente o entorno que no es
el resultado de la actividad o la intervención humana. El ambiente natural puede ser
contrapuesto al “ambiente construido”.

La topografía (de topos, "lugar", y grafos, "descripción") es la ciencia que estudia el


conjunto de principios y procedimientos que tienen por objeto la representación gráfica
de la superficie de la Tierra, con sus formas y detalles, tanto naturales como artificiales
(ver planimetría y altimetría). Esta representación tiene lugar sobre superficies planas,
limitándose a pequeñas extensiones de terreno, utilizando la denominación de geodesia
para áreas mayores. De manera muy simple, puede decirse que para un topógrafo la
Tierra es plana, mientras que para un geodesta no lo es.

Para eso se utiliza un sistema de coordenadas tridimensional, siendo la X y la Y


competencia de la planimetría, y la Z de la altimetría.

Los mapas topográficos utilizan el sistema de representación de planos acotados,


mostrando la elevación del terreno utilizando líneas que conectan los puntos con la
misma cota respecto de un plano de referencia, denominadas curvas de nivel, en cuyo
caso se dice que el mapa es hipsográfico. Dicho plano de referencia puede ser o no el
nivel del mar, pero en caso de serlo se hablará de altitudes en lugar de cotas

Llamamos hidrografía al estudio de todas las masas de agua de la Tierra, y en


sentido más estricto a la medida, recopilación y representación de los datos relativos al
fondo del océano, las costas, las mareas y las corrientes, de manera que se puedan
plasmar sobre un mapa, sobre una carta hidrográfica.

Emparentada con ella está la hidrología que se dedica al estudio de la


distribución y las propiedades del agua de la atmósfera y la superficie terrestre.
Esto incluye las precipitaciones, la escorrentía, la humedad del suelo, la
evapotranspiración, el agua subterránea y el equilibrio de las masas glaciares.

No obstante esta diferencia, usaremos los términos casi como sinónimos, ya


que la parte de la hidrografía que nos interesa aquí es aquella que crea relieve,
por lo tanto la que está en contacto con la superficie terrestre, y por eso mismo
la que es objeto de un análisis hidrológico.

La hidrología es esencial en el modelado de la corteza terrestre. Esa


influencia se manifiesta en función de la distribución de las masas de rocas
coherentes y deleznables, y de las deformaciones que las han afectado, y son
fundamentales en la definición de los diferentes relieves.

Recordemos que un río es una corriente de agua que fluye por un cauce
desde las tierras altas a las tierras bajas y vierte en el mar o en una región
endorreica (río colector) o a otro río (afluente). Los ríos se organizan en
redes. Una cuenca hidrográfica es el área total que vierte sus aguas de
escorrentía a un único río, aguas que dependen de las características de la
alimentación. Una cuenca de drenaje es la parte de la superficie terrestre
que es drenada por un sistema fluvial unitario. Su perímetro queda delimitado
por la divisoria o interfluvio.

Los trazados de los elementos hidrográficos se caracteriza por la


adaptación o inadaptación a las estructuras litológicas y tectónicas, pero
también la estructura geológica actúa en el dominio de las redes
hidrográficas determinando su estructura y evolución.

La vegetación de nuestro país es sumamente heterogénea. El Instituto Nacional de


Estadística, Geografía e Informática (INEGI) utiliza un sistema de clasificación jerárquica que
considera en su nivel más alto las formaciones que son categorías vegetales caracterizadas
principalmente por rasgos fisonómicos y ecológicos (e.g., bosque, selva, matorral, etc.),
dentro de las cuales se incluyen los tipos de comunidad que se definen por sus rasgos
fisonómicos, ecológicos y florísticos (e. g., chaparral, rosetófilo, sarcocaule, mesófilo de
montaña, etc.) y los tipos de vegetación que combinan el nombre de la formación y el tipo
de comunidad (e. g., bosque mesófilo de montaña, matorral sarcocaule, etc.). Los tipos más
ampliamente distribuidos en el país son los siguientes (Mapa a):

Bosque de coníferas. Vegetación dominada por árboles perennifolios del grupo de las
coníferas, entre las que se cuentan pinos (Pinus) y oyameles (Abies) como los más
ampliamente distribuidos, si bien también hay otros géneros importantes como los pinabetes
(Pseudotsuga), los enebros (Juniperus) y los cedros (Cupressus). Generalmente se presentan
en climas templados y fríos de las partes altas de las cordilleras. Las coníferas, en especial
los pinos, constituyen los árboles más intensamente explotados en el país con fines
industriales. En algunos casos este tipo de vegetación se ve favorecida por el disturbio
antropogénico como los desmontes o incendios.

Bosque de encinos. Vegetación dominada por árboles de hoja ancha principalmente


encinos (Quercus), la mayoría caducifolios, Frecuentemente se les llama también bosques de
latifoliadas. Se les encuentra sobre todo en climas templados en las montañas,
frecuentemente por debajo del piso altitudinal de las coníferas, aunque en ocasiones pueden
desarrollarse en sitios francamente cálidos. Se les aprovecha especialmente para producir
carbón y criar ganado. Estas actividades en general resultan en la degradación de la
vegetación e incluso en su desaparición. Debido a que los suelos de los encinares son
frecuentemente muy fértiles, las actividades agrícolas son comunes en ellos.

Bosque de coníferas y de latifoliadas (encinos). En algunas zonas coexisten los dos


grupos de árboles formando bosques mixtos. Frecuentemente esta coexistencia es favorecida
por las actividades humanas. La explotación de estos bosques es similar a la de los bosques
de pino o encino.

Bosque mesófilo de montaña. Vegetación que se caracteriza por una densa cubierta de
árboles donde coexisten numerosos géneros, como Liquidambar, Magnolia, Juglans, Ostrya,
Clethra, Podocarpus, Turpinia, Oreopanax y muchos más. A menudo también hay pinos y
encinos. Una de sus características más importantes son las afinidades templada y tropical
de las especies del dosel y sotobosque respectivamente. Esta vegetación se desarrolla en
altitudes donde se forman bancos de niebla. El bosque es exuberante, con gran cantidad de
helechos y lianas, así como de plantas que crecen sobre los árboles. Una porción importante
de la flora del bosque mesófilo es endémica. Superficies importantes de este bosque se han
desmontado para establecer cultivos, y en varias regiones se siembra café bajo la copa de
los árboles.

Selva perennifolia y subperennifolia. Vegetación dominada por árboles de muchas


especies, en climas lluviosos y cálidos. La copa puede rebasar los 40 metros de altura y
conserva una parte importante de su follaje durante el año. Según la altura del dosel se
dividen en selvas altas (vegetación arborea de más de 30 metros), medianas (entre 20 y 30
metros) y bajas (frecuentemente entre 4 y 15 metros de altura del dosel). Bajo los árboles
más altos hay varios estratos de vegetación de diferentes estaturas. Es una de las
comunidades biológicas más diversas del mundo. Grandes áreas de este tipo de selvas han
sido transformadas en pastizales para la ganadería o están sujetas a diferentes formas de
agricultura. La explotación de algunas especies de alto valor comercial, como la caoba
(Swietenia) o el cedro rojo (Cedrella) y de varios productos forestales no maderables, es
común dentro de estas selvas.

Selva caducifolia y subcaducifolia. Vegetación dominada por árboles de diferentes


especies de hoja caduca, que se desarrolla en ambientes cálidos con diferencias muy
marcadas entre las temporadas de lluvias y de secas. De manera semejante a las selvas
perennifolias se dividen en medianas y bajas en función de la altura de la vegetación arborea
dominante. El dosel rara vez rebasa los 15 metros de altura, aunque en algunos casos llega
a los 30 metros.

La condición de subcaducifolia o caducifolia depende de la proporción de árboles que pierden


el follaje en la temporada seca. Muchos de los árboles almacenan agua en sus tallos, como
es el caso de los copales (Bursera), pochotes (Ceiba) y de varias cactáceas columnares. Esta
vegetación frecuentemente está sujeta a la agricultura de roza, tumba y quema y a la
ganadería extensiva. Estas actividades la degradan fuertemente, por lo que puede ser uno
de los ecosistemas tropicales más amenazados del mundo.

Mezquital. Vegetación dominada por árboles espinosos, principalmente mezquites


(Prosopis). Se le encuentra en climas más bien áridos. Estos árboles permanecen verdes
durante la temporada seca, ya que emplean las aguas subterráneas mediante sus largas
raíces. Por esta razón crecen en suelos profundos y planos, lo que ha resultado en una fuerte
destrucción de su hábitat, muy apto para la agricultura. Otros mezquitales están sujetos a
una fuerte presión ganadera.

Matorral xerófilo. En esta categoría están incluidos un conjunto grande de tipos de


vegetación (matorrales rosetófilos, sarcocaules, crasicaules, etc.). Vegetación dominada por
arbustos, típica de las zonas áridas y semiáridas (de ahí el nombre xerófilo). Se trata del tipo
de vegetación más extenso en México. El número de endemismos en estas zonas es
sumamente elevado. Debido a la escasez de agua y a que los suelos son pobres y someros,
la agricultura se practica en pequeña escala, salvo donde hay posibilidades de riego. Por el
contrario, la ganadería está sumamente extendida, y zonas muy grandes de matorral xerófilo
están sobrepastoreadas.
Pastizal. Vegetación dominada por herbáceas, principalmente gramíneas (pastos, zacates o
graminoides). Se le encuentra en cualquier clima, pero principalmente en las regiones
semiáridas del norte y en las partes más altas de las montañas (por arriba de los 4 000
metros). Casi todos los pastizales de nuestro país se emplean para la producción ganadera,
casi siempre con una intensidad excesiva. Otros pastizales fueron bosques o matorrales, y la
acción del ganado y el fuego los mantienen en esta forma alterada. A éstos se les conoce
como pastizales inducidos.

De la superficie remanente de estos tipos de vegetación en el año 2002, el matorral xerófilo


era el más abundante, y el mezquital y el bosque mesófilo de montaña los más escasos
(Figura a).

Otros tipos de vegetación como los manglares, popales, tulares, palmares, vegetación de
petén y chaparrales se encuentran ocupando superficies mucho menores y están
relacionados a condiciones climáticas, edáficas o hidrológicas muy particulares.

elementos urbanos disponemos de diferentes familias de productos, para dar solución a las
necesidades del entorno.
Estos grupos están formados por las marquesinas con sus complementos, los paneles y
estructuras luminosas para la comunicación, las papeleras urbanas, bancos, fitones, jardineras,
barandillas, vallas de contención y complementos, así cómo también aparcabicicletas, ceniceros
para exterior y de otros elementos que visten un municipio.

EN COMUNICAL conseguimos con estos productos, soluciones en seguridad, calidad de vida y


decoración
http://club.telepolis.com/geografo/geomorfologia/hidrograf.htm

http://app1.semarnat.gob.mx/dgeia/informe_04/02_vegetacion/recuadros/c_r
ec1_02.htm

http://www.wikipedia.com

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