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CONSIDERACIONES

PARA EL TRABAJO
COLEGIADO EN
ACADEMIAS

DGB/DCA/2007-04
ÍNDICE

PRESENTACIÓN 1

1. MARCO NORMATIVO 2

2. OBJETIVO DEL DOCUMENTO 3

2.1 Metas 4

3. INTEGRACIÓN DE LOS GRUPOS DE TRABAJO COLEGIADO 4

4. FUNCIONES DE LOS GRUPOS DE TRABAJO COLEGIADO EN 5


ACADEMIAS

5. ESTRATEGIA GENERAL 8

5.1 Descripción del diagrama de flujo. 9

5.2 Actividades: 10

5.2.1 Diagnóstico. 10

5.2.2 Planeación. 11

5.2.3 Acciones. 12

5.2.4 Evaluación. 12

5.2.5 Mejora continua. 13

6. LÍNEAS DE ACCIÓN PROPUESTAS PARA IMPULSAR EL TRABAJO 14


EN ACADEMIAS

6.1. Modalidades para el desarrollo del trabajo colegiado. 14

6.2. Puntos a considerar. 16

6.3 Enfoque. 18

7. EL TRABAJO COLEGIADO EN LA REFORMA CURRICULAR 20

8. CONCLUSIONES 21

BIBLIOGRAFÍA 23

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PRESENTACIÓN

La riqueza del trabajo colegiado en academias consiste en la participación activa


organizada y entusiasta de los docentes que se manifiesta en sus iniciativas plasmadas en la
planeación, realización, y evaluación de proyectos destinados a fortalecer la calidad
educativa que, sin duda, México necesita hoy.

El desempeño académico y la profesionalización docente no se limitan sólo al trabajo en el


aula, ni a la participación en programas de superación y actualización de docentes, sino
también debe considerar el trabajo colegiado, el cual se constituye como una estrategia de
consulta, reflexión, análisis y concertación entre los profesores de la institución educativa,
el Programa de Desarrollo y Plan de Trabajo Institucional, con el quehacer educativo
centrado en el estudiante, con el fin de impulsar actividades académicas en una disciplina o
campo de conocimiento. Todo ello fundamentado en el diagnóstico institucional.

El reto es hacer del trabajo colegiado un medio fundamental para conformar un equipo
capaz de dialogar y concertar, de compartir conocimientos, experiencias y problemas, en
torno a asuntos y metas de interés común, en un clima de respeto y tolerancia, con la
finalidad de lograr un sistema educativo valioso en la adopción y el desarrollo de actitudes,
así como valores para la vida en sociedad.

Por las razones antes mencionadas, la Dirección General del Bachillerato (DGB) considera
que es de la más alta relevancia estimular y enriquecer el trabajo colegiado en academias,
con la participación activa de todos los docentes, a efecto de poder elevar el nivel de
calidad en las instituciones que coordina; con este fin, el presente documento establece
algunas líneas generales de trabajo colegiado que corresponden a la competencia de estas
instancias, con el propósito de que puedan ser analizadas y aplicadas, o en su caso ser
adaptadas a las condiciones propias de cada plantel.

Así mismo, la DGB considera que las instituciones educativas coordinadas no son
estructuras estáticas o inmutables sino que, por el contrario, tienen un carácter dinámico;
están activamente construidas, sostenidas y modificadas por sus miembros mediante
procesos de negociación, son organismos vivos. Lo anterior gracias a las acciones de los
docentes; de aquí la importancia de sus funciones, pues son las que modelan el proceso
educativo y lo transforman; razón por la cual, la planeación académica realizada en grupos
colegiados, es fundamental para gestionar, estructurar y socializar su trabajo, de tal forma
que se vea reflejado positivamente en el proceso educativo.

En este sentido, el presente documento contiene una serie de sugerencias para el trabajo
colegiado que realizan los profesores con dos propósitos fundamentales: planificar el
trabajo docente y fortalecer la superación profesional a través del estudio y análisis de
temas centrales de interés común a todos los profesores.

En primer término, se presentan los objetivos y el significado que tiene el trabajo colegiado,
así como las condiciones que le dan sentido académico. Por otra parte, se sugieren algunas
modalidades para realizar las reuniones colegiadas en la institución y un conjunto de temas

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que pueden ser objeto de discusión o de estudio, ya sea al inicio del semestre o durante su
transcurso. Todos los temas tienen como finalidad orientar el análisis de los logros y
dificultades en el proceso de transformación de las escuelas y responder a las necesidades
de superación profesional de los maestros que comparten tareas comunes por la asignatura,
semestre o grupo que atienden.

Tomando en cuenta que una finalidad del trabajo colegiado es el intercambio de


información y la toma de acuerdos y decisiones, es importante que en este espacio
participen no sólo los profesores, sino también directivos, por lo que su participación en las
reuniones será útil para conocer las experiencias que se van obteniendo al trabajar los
nuevos programas de estudio, y tomar de ellas algunas sugerencias que permitan contribuir
a la formación de los estudiantes de acuerdo con los rasgos del perfil de egreso establecidos
para el bachillerato general.

1. MARCO NORMATIVO

El Programa Nacional de Educación 2001-2006 (PRONAE) estableció en su momento


ideas que encauzaron acciones para “crear las condiciones para contar con una educación
media superior de buena calidad y con identidad propia mediante la reforma del currículo
y la introducción de diferentes elementos pedagógicos relacionados con la educación
basada en el aprendizaje y la formación y actualización de los profesores.” 1 que
consideramos siguen vigentes. Sin duda, una de las principales finalidades del trabajo
colegiado es crear las condiciones para que el servicio educativo se realice de forma
regular, que se oriente hacia la búsqueda de su identidad, así como sentar las bases para
alcanzar una educación de buena calidad.

El primer reto de la gestión, integración y coordinación del sistema es: “lograr la


cooperación entre las escuelas en el terreno académico, favoreciendo un mejor
aprovechamiento de los recursos humanos y de la infraestructura con la que cuentan.”2 Es
de la más alta importancia asumir el reto propuesto para la integración y funcionamiento
del trabajo colegiado.

Otro aspecto vigente del PRONAE se establece en el objetivo estratégico: Educación media
superior de buena calidad, que deriva en el objetivo particular B el cual trata acerca de la
necesidad de “Promover la creación de redes de intercambio y de cooperación académica
entre los planteles de educación media superior y entre éstos y las instituciones de
educación superior, para coadyuvar al enriquecimiento de la formación de los profesores y
para su actualización permanente.” 3

1
Programa Nacional de Educación 2001-2006. Por una educación de buena calidad para todos: un
enfoque educativo para el siglo XXI. Secretaría de Educación Pública, México, D. F., 2001.
http://www.sep.gob.mx/work/appsite/programa/plan.zip p.p.160
2
Ibidem Pág. 168.
3
Ibidem Pág. 176.

2 DGB/DCA/2007-04
A su vez, en el punto 2.3.3. objetivo estratégico denominado: Integración, coordinación y
gestión del sistema de educación media superior, en su objetivo particular 2, “alentar la
cooperación y el intercambio de académico entre las escuelas de educación media
superior, su vinculación con la sociedad y su integración con otros tipos del sistema
educativo nacional”, establece como línea de acción “Apoyar los proyectos que favorezcan
la cooperación, el intercambio académico y la formación de redes de educación media
superior.” 4

Como podemos observar, los objetivos estratégicos son los más ambiciosos, ya que
corresponden a los objetivos a largo plazo que sólo podrán ser alcanzados, con el
cumplimiento de los puntos antes mencionados y con el correcto desarrollo de los cuerpos
de trabajo colegiado dentro de cada plantel, los cuales establecerán los mecanismos de
comunicación efectiva en los distintos niveles, propuestos.

La visión del PRONAE nos indica hacia donde se deben dirigir los esfuerzos dentro del
trabajo colegiado tanto en las habilidades que deben desarrollar los alumnos, como el tipo
de ambiente escolar que debe alcanzarse. “Esta educación desarrollará en el alumno
habilidades de investigación, comunicación y de pensamiento (...) la escuela media
superior será para sus alumnos un espacio de convivencia juvenil ordenada, plural y
respetuosa que fomentará el aprendizaje en conjunto y la discusión en un ambiente de
libertad y rigor académico.” 5

De acuerdo a lo anterior, la Dirección General del Bachillerato promueve por medio de la


Dirección de Coordinación Académica el cumplimiento de la visión establecida en el
proceso de certificación ISO 9000:2000: “La Dirección General del Bachillerato (...)
establece normas, lineamientos y procedimientos que orientan y facilitan el proceso
educativo, (...).”6

2. OBJETIVO DEL DOCUMENTO

Consolidar el trabajo colegiado en academias a través de la participación de la totalidad de


la planta docente y de los directivos de los subsistemas coordinados por la Dirección
General del Bachillerato en cuanto a la planeación, la realización y la evaluación de
actividades de trabajo colegiado, para asegurar la calidad de los servicios educativos que se
ofrecen a través del currículum del bachillerato general.

2.1 METAS

A corto plazo: Promover y fomentar la participación del total de los docentes en las
sesiones de trabajo colegiado, que se desarrollen en los planteles de las instituciones

4
Ibidem Pág. 179.
5
Ibidem Pág. 170.
6
“Filosofía de la calidad”. Subsecretaría de Educación Media Superior, Dirección General del Bachillerato,
Proceso de Coordinación Académica. Fecha de emisión 14 de julio de 2005 nivel de revisión 02.

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coordinadas por el bachillerato general, a partir de acciones de planeación, seguimiento,
evaluación curricular.

A mediano plazo: Aumentar la eficiencia en el funcionamiento de los grupos de trabajo


colegiado para posibilitar el análisis, la reflexión e intercambio académico sobre la práctica
docente en el contexto del bachillerato general.

A largo plazo: Constituir al trabajo colegiado como espacio para la realización de


investigación y propuestas pedagógicas innovadoras que permitan fortalecer la reforma
curricular del bachillerato general.

3. INTEGRACIÓN DE LOS GRUPOS DE TRABAJO COLEGIADO

La propuesta presentada en este documento por la Dirección General del Bachillerato a


través de la Dirección de Coordinación Académica requiere docentes con un importante
conocimiento curricular, así como de su propio campo de conocimiento y de la naturaleza
de las nuevas demandas de los jóvenes que se incorporan al bachillerato general; por ello el
trabajo colegiado podrá organizarse por campos disciplinarios, materias, capacitaciones
para el trabajo, actividades paraescolares, líneas de orientación curricular, y/o grupos
correspondientes a componentes formativos: básico, propedéutico y profesional. Lo cual
requiere también, que los planteles coordinados a través de sus directivos, permitan poner
en práctica y encaucen los conocimientos y la creatividad de los docentes en el trabajo
colegiado, que ha de integrarse de la siguiente forma:

• Cada grupo de trabajo colegiado se constituye con el conjunto total de profesores


que imparten la o las asignaturas que integran las materias disciplinarias o las
capacitaciones para el trabajo, según sea el caso por: academia, disciplina,
actividad o componente referido.

• Para su operación los integrantes del grupo de trabajo colegiado nombrarán un jefe
de academia y un secretario. El primero asumirá la coordinación general del grupo
de trabajo y el segundo será responsable del seguimiento y la organización
operativa.

• Los nombramientos de jefe de academia y secretario deberán ser rotativos, siempre


por consenso del grupo de trabajo y con conocimiento del Subdirector o
Coordinador Académico del plantel.

• Los jefes de academia deben ser profesores líderes por área de conocimiento o
asignatura, capaces de impulsar y dirigir el trabajo colegiado que permitirá dar
organización y armonía a las indispensables tareas que requiere la puesta en
marcha del enfoque psicopedagógico centrado en el aprendizaje.

• Los grupos de trabajo colegiado en academias sesionarán periódicamente, de


acuerdo a las necesidades propias de cada plantel; por lo que es indispensable

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establecer reuniones previas al inicio de cada semestre, con el propósito de planear
el trabajo a desarrollar y evaluar los logros del semestre anterior.

• El jefe de academia propondrá la distribución de funciones como la de secretario,


que son indispensables para funcionamiento del grupo de trabajo, las cuales
podrán realizarse de manera individual y/o grupal, considerando el consenso por
parte de los miembros del grupo de trabajo.

Con estas estrategias, la finalidad que persigue el trabajo colegiado es establecer la


organización y desarrollo de acciones que fortalezcan la vida académica con la integración
de grupos heterogéneos de docentes que compartan y reconstruyan en forma personal, un
conjunto validado y legitimado socialmente de conocimientos, habilidades, actitudes y
valores. Todo ello fundado en los componentes claves de la colegialidad7 que son la
consulta, la comunicación, la continuidad, la coordinación y la coherencia, con el fin de
evitar la fragmentación laboral del trabajo docente.

4. FUNCIONES DE LOS GRUPOS DE TRABAJO COLEGIADO EN ACADEMIAS

Corresponde a los grupos de trabajo colegiado en una institución coordinada por el


bachillerato general, la planeación, realización y evaluación de las actividades docentes, en
la disciplina de su competencia, en lo referente a:

• Conocer, analizar y difundir los fundamentos y criterios normativos del currículum


del bachillerato general.

• Elaborar la planeación académica, previo al inicio de cada semestre.

• Presentar el plan semestral y el informe de trabajo colegiado al Director del


plantel, a través del subdirector del área académica.

• Revisar y analizar los programas de estudio de las asignaturas que imparten.

• Identificar avances y dificultades en el logro de los propósitos de los programas de


estudio y tomar decisiones basadas en la información real de lo que sucede en la
escuela y en el aula para adecuar las formas de trabajo a las condiciones
particulares en las que se desarrolla el proceso de enseñanza.

• Diagnosticar la situación especifica de los grupos atendidos.

• Definir la dosificación programática para los contenidos de los cursos


correspondientes.

7
“El Trabajo Colegiado como Propuesta para la Formación Permanente de los Docentes en la ENEP Acatlán” De
Jesús Domínguez Josefina, Seminario de diagnostico local. http://www.congreso.unam.mx/ponsemloc/ponencias/1391.html

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• Analizar y proponer las estrategias didácticas con las que se desarrollarán los
cursos frente a grupo.

• Diseñar y elaborar los materiales didácticos que apoyarán el desarrollo de los


contenidos en una asignatura.

• Revisar y seleccionar materiales bibliográficos que favorezcan cada curso.

• Sugerir ante las instancias correspondientes (Director y Subdirector Académico de


la institución) los requerimientos indispensables para el buen funcionamiento del
plantel, en lo referente a instalaciones, equipo, recursos y apoyos bibliográficos,
así como en materiales y apoyos técnicos.

• Determinar los momentos, medios e instrumentos para aplicar los diferentes tipos
de evaluación (diagnóstica, formativa y sumativa).

• Analizar los avances programáticos para detectar desviaciones en el proceso.

• Corregir desviaciones en el proceso.

• Enfocar las conversaciones y observaciones frecuentes entre los profesores sobre


la docencia, más que sobre los aspectos personales o sociales.

• Proponer acciones para coadyuvar a mejorar el aprovechamiento académico y la


eficiencia terminal.

• Sugerir mecanismos y estrategias necesarios en materia de superación y


actualización docente.

• Definir y diseñar acciones que apoyen la formación integral del estudiante.

• Divulgar los resultados y productos del trabajo desarrollado entre la comunidad


educativa (a través de boletines, reuniones, periódicos murales, etc.).

• Intercambiar experiencias, problemáticas, propuestas que abarquen materiales


sobre innovaciones didácticas, disciplinarias, etc., tanto al interior de la institución,
como con otras instituciones.

• Estimular y apoyar el trabajo colegiado, destacando el papel del profesor como


recurso de aprendizaje para los compañeros.

• Generar estrategias que favorezcan una gestión eficaz del conocimiento, a través
del intercambio colegiado entre directivos, docentes y personal técnico que
permita la reflexión, el cambio e innovaciones educativas.

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Asimismo, es necesario que cada grupo de trabajo colegiado desarrolle las siguientes
tareas:

1. Elaborar y presentar un plan o agenda de trabajo para cada ciclo escolar o semestre.

2. Elaborar actas de las reuniones y los acuerdos logrados, firmadas de común acuerdo por
todos los participantes.

3. Informar periódicamente a la instancia inmediata superior los resultados o avances del


trabajo colegiado.

4. Informar a la instancia inmediata superior de las acciones realizadas para prevenir o


corregir desviaciones en el plan o agenda de trabajo.

5. Mantener la asistencia puntual y participativa en las reuniones convocadas.

6. Generar un conjunto de normas, así como un ambiente para propiciar un sentido de


pertenencia a la institución compartido entre sus miembros.

En consecuencia el trabajo colegiado es un elemento que permite promover el aprendizaje y


la formación integral de los estudiantes en cada contenido o disciplina, línea curricular,
componente formativo o actividad paraescolar. Para cumplir con su propósito el trabajo
colegiado se tenderá a buscar el desarrollo de las habilidades intelectuales de los alumnos,
sus estilos de aprendizaje, el consenso sobre la conceptualización de los valores; de los
cuales, se desarrollarán los contenidos actitudinales que señalan los programas de estudio y
el impulso para su formación integral, según las características de cada área, todo ello
sumado a un alto grado de acuerdo entre los profesores acerca de lo que los alumnos
pueden aprender; aunado a un contexto social que estimula al profesor a reflexionar sobre
su actuación en el aula (comparándola con estándares de desempeño dentro y fuera del
plantel) procurando que el trabajo se planifique conjuntamente, las decisiones sean
compartidas y las relaciones interpersonales también sean característicamente de
cordialidad y de respeto.

Por ende, la comunicación dentro de la estructura académica entre directivos y docentes


debe ser bidireccional y efectiva, con el fin de combatir el trabajo aislado y acceder a una
situación en la que los académicos constituyan colectivos para desarrollar sus tareas de la
manera más productiva.

5. ESTRATEGIA GENERAL

Las academias o grupos de trabajo colegiado pueden estar estructurados dentro de la


institución y no obstante permanecer inactivos, o bien limitar su papel como instancia de

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apoyo a la organización y administración de los servicios educativos. En otras ocasiones,
pueden estar funcionando pero sin contar con un proyecto definido que oriente su trabajo.

La línea de innovación que presenta la Dirección General del Bachillerato tiene el propósito
de proponer una estrategia de trabajo colegiado dirigida al personal docente y directivo de
los planteles coordinados, para que identifiquen sus principales problemas educativos y
propongan estrategias de solución, mediante el diseño y puesta en marcha de un proyecto
de trabajo colegiado escolar.

Desde un punto de vista general, la estrategia recomendada es promover la planificación


colaborativa y el trabajo colegiado, implicando a las personas involucradas tanto en la
implementación como en la toma de decisiones, esto es: directivos y docentes de los
diferentes campos disciplinarios y componentes formativos.

Las propuestas del trabajo colegiado deben ser lo suficientemente diferenciadas y flexibles
como para reflejar las necesidades específicas y los intereses de cada uno de los planteles
de los subsistemas coordinados por la Dirección General del Bachillerato. Las propuestas
han de ser resultado del trabajo de cada grupo colegiado; toda vez, que sólo los
directamente involucrados, son los que conocen las necesidades y viven el contexto y la
situación determinada de cada plantel. Con el conocimiento que les es propio, el
diagnóstico de la institución y el Programa de Desarrollo Institucional, cada grupo podrá
definir las propuestas que se ajusten a su situación particular. Siguiendo ésta misma línea
de razonamiento, las propuestas de mejora educativa que surjan de los grupos de trabajo
colegiado que tendrán mayor probabilidad de éxito, son las que consideren al plantel en su
conjunto, como unidad de análisis.

A los profesores el trabajo colegiado les da voz; permite que ellos expresen sus puntos de
vista a través de proyectos académicos y los hace participes invaluables del proceso
educativo Al mismo tiempo el trabajo colegiado facilita una organización más horizontal y
corresponsabiliza a las academias en los resultados que obtiene la escuela.

La estrategia sugerida es que los planteles coordinados establezcan y mantengan


expectativas y normas compartidas para el trabajo colegiado; teniendo en mente la mejora
continua de sus prácticas. Como ya se ha explicado no es posible establecer propuestas de
trabajo colegiado únicas e inflexibles, dada la naturaleza tan variada de cada uno de los
planteles coordinados. Sin embargo, si es posible establecer una enfoque general del trabajo
colegiado como un proceso a desarrollar en cuatro etapas de actividades básicas:
Diagnóstico, Planificación, Acción, Evaluación y Mejora continua. Estas etapas
estimulan la iniciativa individual y reconocen la experiencia y el conocimiento de los otros,
creando un contexto social caracterizado por la cohesión.

En el diagrama de flujo presentado a continuación, se describen las actividades a realizar en


planteles para conformar los grupos de trabajo colegiado y posteriormente desarrollalo
como un proceso. Los Directores de planteles y los Subdirectores Académicos se designan
como: Directivos, los profesores de distintas asignaturas de los componentes de
Formación Básica y de Formación para el Trabajo, así como los responsables de las
Actividades Paraescolares en su conjunto están designados como: Docentes.

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5.1 DESCRIPCIÓN DEL DIAGRAMA DE FLUJO

Directivos Docentes Salón de clase

Inicio

Los directivos hacen una


revisión del documento
denominado “Consideraciones
para el Trabajo Colegiado en
Academias” y se comprometen
con el mismo

Constituir los grupos de trabajo Colegiado

1.-Diagnóstico
Establecer los enfoques y problemáticas prioritarias, para
definir la situación específica de cada plantel

2.- Planeación
Organizar el trabajo colegiado estableciendo acuerdos
consensuados en un programa de trabajo.

3.- Acciones
Implementar las actividades específicas a desarrollar,
estableciendo controles para observar los avances y
desviaciones

4.- Evaluación. Valorar la efectividad de las acciones realizadas

5.- Mejora continua


Aprender de todo el proceso, se implementan las acciones
efectivas, se analiza las que no lo fueron y se reinicia el
proceso, a partir de la experiencia obtenida.

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5.2 Actividades:

Es deber de la institución educativa realizar los esfuerzos necesarios a fin de garantizar en


primer término, la conformación y estructuración de los grupos académicos y,
progresivamente, lograr su consolidación. Los grupos académicos estarán más
consolidados mientras más metas (establecidas en el punto 2.1) logren alcanzar.

Las academias representan, dentro de la organización educativa, una alternativa para la


planeación, la coordinación, el intercambio y la promoción en general del trabajo de cada
disciplina. Su propósito fundamental lo constituye el desarrollo de estrategias que permitan
impulsar y favorecer el proceso educativo subyacente a la respectiva disciplina, enfatizando
como eje de estas acciones la participación comprometida de los profesores que agrupa.

En ambos casos, es indispensable para tal propósito fortalecer la participación de los


docentes, así como el establecimiento de metas precisas y el apoyo de las autoridades para
la consecución de éstas. La organización adecuada de las academias es condición
primordial para considerar viable un proyecto de trabajo colegiado, en este sentido, resulta
conveniente incluso especificar las funciones y la naturaleza del trabajo en un reglamento o
manual de procedimientos que oriente su operación.

Una vez que el personal directivo ha tomado conciencia de la importancia del trabajo
colegiado y promueve la creación de los grupos académicos, se han establecido las bases
para llevar a cabo el proceso del trabajo colegiado Con este fin, será necesario llevar a cabo
las siguientes etapas para la organización del trabajo colegiado en academias.

5.2.1 Diagnóstico. La evaluación inicial o diagnóstica, es la etapa en la que se identifican


los problemas más importantes del plantel. Es conveniente identificar primero aquellos
problemas que impiden o dificultan que tenga lugar el proceso de enseñanza centrado en el
aprendizaje: la falta de cobertura, la inasistencia de los alumnos, la impuntualidad de los
maestros, la deserción temprana, la falta de aprovechamiento del tiempo escolar, etc.; se
sugiere que se seleccionen los problemas con base a situaciones concretas y que puedan ser
visualizadas en situaciones mejoradas a partir de la intervención directa y entre cuyas
causas se encuentren algunas que atañen al plantel y a su personal. De la misma forma es
importante en la medida de lo posible llevar a cabo una evaluación inicial general del
plantel, que incluya una encuesta o consulta de opinión entre maestros, padres de familia y
a la comunidad, considerando útil conocer su percepción acerca de los principales
problemas de la escuela. La referencia para la identificación de estos problemas, se insiste,
debe estar centrada en el aprendizaje, por lo que deberá considerarse como una área de
oportunidad para mejorar, todos los factores que incidan de manera directa en el nivel de
aprendizaje y rendimiento de los estudiantes (vgr. docentes, gestión escolar, capacidad
instalada y equipamiento, etc.)

Los problemas a identificar son aquellos que tienen que ver con la vinculación de los
procesos escolares, académicos, sociales que se relacionan con el proceso de aprendizaje de
los estudiantes, de acuerdo al modelo educativo, en este caso, centrado en el aprendizaje.
Mientras estos problemas no se identifiquen y se generen acciones de mejora, no habrá
búsqueda de la calidad, pues ni siquiera podrá darse el proceso educativo plenamente.

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Como ya se ha mencionado para realizar un diagnóstico es necesario la detección de las
principales problemáticas y necesidades a partir de las indicadas para cada factor del
proceso educativo que enfrenta actualmente la institución en el aspecto académico; de la
misma manera es trascendental, la determinación de los recursos y posibilidades con que se
cuenta para enfrentar su solución; de la ponderación de dichos factores se sigue una
búsqueda de consenso sobre consideraciones específicas y acciones subsecuentes a
desarrollar para establecer los enfoques y prioridades académicas, todo ello con el fin de
estar en posibilidad de establecer las actividades y acciones que han de realizar los equipos
de trabajo colegiado, una vez definidos con precisión los problemas existentes y
potenciales, de cada plantel.

Sin duda, algunos de los elementos del diagnóstico ya han sido identificados a través del
trabajo cotidiano; no obstante, siempre es conveniente establecer una estrategia formal que
permita la detección de necesidades en el contexto académico y que eventualmente, pueda
ser insertado en un proceso más amplio de autoevaluación institucional.

Asimismo, el diagnóstico debe considerar el análisis de las alternativas posibles para


emprender el proyecto de trabajo, esto es, identificar las diferentes vías y acciones
específicas para dar solución al problema.

El resultado tanto de la detección de necesidades, como de la identificación de alternativas,


podrá traducirse en el establecimiento de las prioridades a resolver. Cabe señalar también
que en ambos aspectos la participación de los diferentes sectores de la comunidad escolar
(directivos, profesores, estudiantes y padres de familia) puede traducirse en importantes
contribuciones en este sentido.

5.2.2 Planeación. A través de la planeación en el proceso educativo se deben establecer


directrices, definir estrategias y seleccionar alternativas de acción, conforme a los objetivos,
las metas y las políticas institucionales. Asimismo, la planeación permite establecer un
marco de referencia para concretar acciones específicas a realizar en un tiempo y en un
espacio determinados.

Básicamente, la planeación académica se caracteriza por determinar de antemano las metas


y objetivos que se persiguen en el proceso educativo, especificando requisitos de tiempo,
costo y cantidad. Una vez que se han establecido los enfoques y problemáticas prioritarias,
es indispensable organizar el trabajo colegiado estableciendo acuerdos consensuados, en un
programa de trabajo que puede ser anual o semestral en el que se definan acciones
concretas, responsables directos e indirectos, así como los productos a obtener. Esta
planeación permitirá establecer las metas específicas del trabajo colegiado y proceder a su
desarrollo, una vez que se cuente con la autorización de los directivos, así como con los
recursos necesarios. Es importante destacar la necesidad de que se establezca el
compromiso por parte de todos los miembros de una academia o grupo de trabajo, para dar
cumplimiento a las acciones programadas y que, de manera continua, se reporten los
avances y resultados.

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En esta etapa es conveniente efectuar el contraste entre las metas que desea alcanzar la
institución y las posibilidades con que cuenta la misma. A partir de estos aspectos podrán
establecerse perspectivas reales para el trabajo y, en consecuencia, definir actividades
académicas que constituyen las principales prioridades que se consideran viables para
abordarse.

Una vez que se cuenta con grupos académicos estructurados y que se han identificado las
principales necesidades y problemas, es posible pasar a la determinación de los ámbitos y
niveles de acción.

En la definición de ámbitos o áreas de trabajo pueden incidir diversos factores, entre los
cuales se encuentran la relevancia de algunos elementos sustantivos del proceso educativo
(por ejemplo: plan de estudios, metodología de la enseñanza, evaluación, etc.), los intereses
particulares de cada academia, así como las líneas de trabajo que han llegado a ser
tradicionales en la institución, etc. Estos factores deberán justificar su importancia en el
trabajo colegiado, a partir de sus contribuciones al proceso educativo.

En cuanto a los niveles de acción, se distribuirán las responsabilidades del proyecto de


trabajo para cada uno de los involucrados (directivos, jefes de academia, secretarios,
docentes), de acuerdo a la organización que hayan determinado durante la integración de
los grupos de trabajo colegiado y se establecerán las relaciones necesarias para
retroalimentar y enriquecer el trabajo de manera interdisciplinaria.

El profesor simplifica el trabajo con la planeación académica, puesto que constituye en sí


misma una guía que permite prever cuáles son los propósitos de una acción educativa,
cómo realizarla y cómo evaluarla; lo cual, constituye la esencia del trabajo colegiado. El
reto consiste en establecer un equilibrio razonable entre la planificación y el control
emanados desde la dirección del plantel, con las iniciativas individuales y grupales de
profesores y equipos docentes.

5.2.3 Acciones. La instrumentación de un proyecto de trabajo colegiado dentro de una


institución educativa, requiere en primer término de una estrategia general de organización,
a partir de la cual el personal directivo y docente establezcan las actividades a desarrollar,
los ámbitos y los niveles de participación, así como las metas y responsabilidades que ello
implica. En este sentido, las actividades relativas al trabajo colegiado en academias,
constituyen un elemento sustantivo en la resolución de problemas y logro de los objetivos
académicos.

Es de suma importancia implementar las acciones específicas a desarrollar sin demora,


estableciendo controles para observar los avances y desviaciones; de la misma forma,
definir claramente las acciones a seguir para realizar las actividades y cumplir los objetivos
que deben lograse para resolver los problemas o áreas de oportunidad detectadas en la fase
diagnóstica, así como alcanzar los propósitos especificados durante la planeación.

5.2.4 Evaluación. En la cuarta etapa se busca valorar la efectividad de las acciones


realizadas, monitoreando los avances, y evaluando la efectividad de las acciones y de la
implantación de las actividades formativas relacionadas con el proyecto establecido durante

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la planeación. El proyecto escolar, tal y como se concibe en el presente documento, planea
el cambio del quehacer del personal de la escuela. Implica un compromiso de hacer las
cosas -algunas de ellas- de manera diferente. Mejorar solo es posible a través del monitoreo
continuo que permite sistemáticamente revisar que los compromisos se están cumpliendo,
toda vez que el Proyecto Escolar se concibe como una hipótesis: si hago A, lograré B. El
monitoreo consiste en asegurarnos que en efecto hicimos A, así también con la evaluación
de los resultados se trata de ver si logramos B. Se insiste en que el Proyecto Escolar debe
poder definir objetivos en términos medibles y observables. La evaluación, entonces,
consiste en medir u observar dichos resultados, lo que puede irse haciendo a lo largo del
año. No obstante, la evaluación final se tendrá a fin de ciclo, con la cual estableceremos la
Mejora Continua y ahí podremos identificar si la hipótesis inicial fue acertada, de esta
evaluación se rinde cuentas a la comunidad educativa, y de ella se recaba también su
percepción del avance, a fin de iniciar un nuevo ciclo de mejoramiento de la calidad.

Es indispensable insistir en que los planteles tienen que alcanzar resultados académicos
evidentes o demostrables. Transformar la escuela para mejorarla implica, como se decía
anteriormente, reducir el abandono y la reprobación de manera efectiva y lograr en los
alumnos un “valor agregado de conocimiento”, partiendo de la evaluación de su situación
inicial. Esta sencilla afirmación, fácil de enunciar, modifica de manera radical las
actividades de cada plantel, si se intenta cumplirlas sin caer en rutinas y formulismos
perniciosos. Exige de los docentes una serie de actividades académicas orientadas al
conocimiento de la situación inicial de sus alumnos; al establecimiento de posibilidades
pedagógicas de atención diferenciada dentro de una misma escuela, e incluso de un mismo
grupo; al establecimiento de mecanismos y procedimientos que permitan conocer, evaluar y
hacer públicos los resultados alcanzados por los alumnos.

5.2.5 Mejora continua. La etapa final que se integrará como parte de la estrategia general,
es el diseño de los procedimientos y acciones que tendrán como propósito establecer un
método de seguimiento y evaluación del trabajo colegiado. Dicho método deberá llegar a
ser continuo, con el fin de obtener información para realimentar y enriquecer futuras
propuestas. Asimismo, a través de este proceso se facilitará el seguimiento preciso de los
avances y, eventualmente, se podrá llegar a conocer el impacto de las acciones
instrumentadas.

La idea de aprender de todo el proceso, promoviendo en todos una cultura que involucre a
las personas de manera activa y comprometida en la búsqueda de oportunidades para
mejorar el desempeño del proceso educativo, se verá a través del seguimiento, evaluación y
realimentación como el resultado de cada una de las actividades y los proyectos académicos
desarrollados. Esto sólo es posible promoviendo el intercambio de experiencias y resultados
en reuniones, así como generando documentos que reporten las actividades realizadas. Es
necesario enfatizar en las mejoras significativas en el quehacer académico de la institución,
con la finalidad de implementar las acciones que han demostrado ser efectivas, analizar las
que no lo fueron, así como evaluar su posible replanteamiento en nuevos términos, para
próximos proyectos o transformarlas en nuevas propuestas. Una vez que se ha analizado los
resultados de los proyectos académicos producto del trabajo colegiado, se reinicia el
proceso a partir de la experiencia obtenida. A partir de entonces el seguimiento y

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evaluación se establecerán como un suceso natural, que aporta conocimiento para mejorar
cada actividad.

Una primera implicación que se deduce de los puntos propuestos consiste en que el cambio
educativo conlleva un proceso complejo, más complejo de lo que se había creído hasta no
hace mucho tiempo, toda vez que la labor docente ya no es una labor individual, sino
grupal.

6. LÍNEAS DE ACCIÓN PROPUESTAS PARA IMPULSAR EL TRABAJO EN


ACADEMIAS

El trabajo colegiado existe cuando hay temas comunes a discutir y puntos sobre los que se
toman acuerdos, entre estos están el análisis del plan y programas de estudios, los
materiales educativos, las experiencias de trabajo diferentes con cada grupo, así como
cuando se valoran los logros y las dificultades que se van manifestando en el proceso
educativo, son cuestiones que demandan un análisis colectivo que reporta información para
identificar necesidades pedagógicas específicas que deben atenderse. El trabajo colegiado
es una de las estrategias para definir las responsabilidades individuales que implica la tarea
de la educación en el aula con miras al mejoramiento permanente y al fortalecimiento
profesional, tanto de docentes como de estudiantes.

Para que el trabajo colegiado cumpla con sus propósitos, es preciso establecer reglas y tener
claridad en las tareas por desarrollar en las reuniones; a continuación se exponen algunos
puntos que no deben perderse de vista para organizarlas:

• Definir los propósitos y establecer con anterioridad los temas de discusión.

• Asistir y participar en las reuniones contando con información previa sobre el


tema o temas a tratar.

• Definir los procedimientos bajo los cuales participarán los asistentes


(metodología de trabajo).

• Conducir la toma de decisiones, tomar acuerdos y asignar tareas individuales.

• Tener presente que la toma de decisiones en asuntos de carácter académico se


hace a partir del consenso, con ello los involucrados adquieren compromiso en
relación a objetivos y metas concretas, lo cual es una condición fundamental para
que los acuerdos se cumplan.

• Dar seguimiento a los acuerdos que se tomen.

Es importante precisar que en el trabajo colegiado deben participar todas las personas
involucradas en los asuntos que se atienden; sus opiniones deben ser tomadas en cuenta
independientemente de la posición que ocupen en la escuela, a fin de que las acciones o

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decisiones se definan mediante el intercambio de información, la exposición de puntos de
vista y propuestas, y el análisis de las discrepancias.

6.1. Modalidades para el desarrollo del trabajo colegiado.

Como ya se señaló, los temas o propósitos de interés común de los directivos y profesores
son la base del trabajo colegiado; por tanto pueden reunirse para tratar asuntos de interés
general para todos ellos, basándose en:

a) El grupo que atienden. Al reunirse los profesores que imparten distintas asignaturas en
un mismo grupo se pueden analizar:

• Las características del grupo en relación con las formas de trabajo en los distintos
cursos.

• Los avances generales que los estudiantes del grupo logran de acuerdo con los
propósitos de cada curso.

• Las dificultades que pueden ser comunes en los estudiantes del grupo al trabajar con los
programas de las distintas asignaturas.

• Los casos de estudiantes que requieren atención específica y las medidas necesarias
para apoyarlos. (tutoriales)

b) Por el semestre que atienden. Los acuerdos que se toman en esta modalidad involucran
y benefician a un mayor número de maestros y de estudiantes. En estas reuniones pueden
tratarse asuntos relacionados con:

• El conocimiento de los contenidos disciplinarios y formativos del plan y programas de


estudios.

• El conjunto de materiales de apoyo para el estudio sugeridos en el plan y programas de


estudios y estrategias para su análisis.

• Los temas comunes que permiten la articulación o el aprovechamiento de las


conclusiones en los distintos cursos.

• La planeación académica del semestre y la definición de estrategias, criterios e


instrumentos para evaluar: conceptos, procedimientos y actitudes.

• El análisis de los resultados de las acciones llevadas a cabo.

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• Seguimiento y evaluación de proyectos educativos y de las formas de organización
institucional.

• Actividades generales de apoyo a la formación de los estudiantes.

c) Por academia de asignatura o por asignaturas afines. A diferencia de las modalidades


anteriores, estas reuniones representan una oportunidad para analizar y discutir tópicos
relacionados con un campo disciplinario, y contribuyen a la superación profesional de los
docentes. Los profesores pueden abordar temas como los siguientes:

• Nociones básicas que están presentes en el plan y programas de estudio como por
ejemplo enfoque psicopedagógico; ejes problemáticos interdisciplinarios; tópicos de
actualidad; pertinencia, relevancia, secuencia e integración de los contenidos y su
relación con los objetivos de aprendizaje.

• Modelos de enseñanza y de aprendizaje que, de acuerdo con el enfoque de la


asignatura, contribuyen a la comprensión y manejo de los contenidos fundamentales
por parte de los estudiantes.

• Estrategias para desarrollar transversalmente líneas de orientación curricular en las


asignaturas del plan de estudios.

• Dificultades que enfrentan los estudiantes por las características de la propia


asignatura, para analizar temas específicos del curso. (contextualización de
contenidos, complejidad de objetivos, disponibilidad de recursos didácticos para
desarrollar las estrategias de aprendizaje y evaluación formativa.)

• Exploración e intercambio de fuentes de información y recursos que apoyan el


desarrollo de los cursos.

La planeación y concertación de los objetivos, estrategias y proyectos específicos de cada


academia, obedecerán, en gran medida, a las características propias de su organización, así
como a la naturaleza de la disciplina a la cual se aboca, por lo que cada una desarrollará
proyectos particulares que le permitan cumplir con su razón de ser; no obstante éstos se
referirán a las prioridades que se han identificado dentro de la institución.

Cada academia podrá definir uno o varios proyectos de trabajo en función de sus ámbitos
de competencia, así como de sus posibilidades de incidencia en éstos, al especificar los
proyectos en cuanto a sus estrategias particulares, éstos deberán responder a un programa
de actividades y podrán integrarse con elementos como los siguientes: justificación, en
términos de su contribución al mejoramiento académico, objetivos, metas, estrategias
específicas, participantes o responsables, tiempos programados para su desarrollo, entre
otros.

6.2. Puntos a considerar.

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La creación y consolidación de cuerpos académicos no se da tan sólo a partir de
disposiciones administrativas, se requiere de la participación comprometida de los
involucrados para que realmente cumplan una función académica. La estrategia propuesta
por la Dirección General del Bachillerato requiere que sean los actores concretos, docentes
y directivos quienes discutan y decidan sobre las formas, estrategias y acciones que deben
desarrollarse, partiendo de un proyecto educativo específico de acuerdo a las condiciones
de cada plantel, para evitar que desde el exterior se impongan las condiciones y criterios de
acción.

Una pregunta inicial del trabajo colegiado puede ser: ¿Cómo saber si estoy contribuyendo,
y de qué manera, al cumplimiento de la misión del bachillerato general desde mi quehacer
en el aula o desde la gestión específica de mi área de trabajo? Puesto que ésta búsqueda no
puede darse en la soledad de la reflexión individual, es indispensable encontrarla en las
reuniones colegiadas; no obstante tradicionalmente la docencia se ha presentado como un
trabajo aislado, en donde cada profesor parece ser dueño y señor de su espacio y de su
conocimiento. Por lo anterior el trabajo colegiado de la comunidad educativa del
bachillerato general, es propuesto como un espacio de encuentro para la formación
permanente del profesorado, para lograr la disminución, e incluso la eliminación de la
fragmentación y desarticulación del proyecto de formación profesional que produce el
trabajo aislado de los docentes, sin necesidad de imponer controles innecesarios. Estos
espacios deberán desencadenar y articular procesos de formación permanente para convertir
al docente en un participante reflexivo, que no sólo aborde y atienda en su quehacer
docente los problemas bien estructurados que demandan una atención inmediata, sino
también que haga de los problemas que afectan el desarrollo de los proyectos educativos
del plantel que se presentan nebulosos y poco clarificados, su objeto de conocimiento y
estudio junto con otros compañeros y los mismos estudiantes.

La diversidad de visiones, enfoques y planteamientos en el trabajo colegiado contribuirá,


por una parte, a que la comunidad docente haga suyo el proyecto propuesto y conforme al
cual habrá de orientar sus acciones; para ello se deben considerar los siguientes puntos:

• Las escuelas deben diseñar sus propósitos educativos con la finalidad de reducir
las pérdidas como el abandono, reprobación, repetición, escaso aprendizaje, el
tratamiento indiferenciado de todo el cuerpo de alumnos, que no toma en cuenta
las necesidades individuales, genera pérdidas concretas de las cuales no se hace
cargo la institución, por lo que debe contemplarse un modelo de organización que
se adecue a estas necesidades y ofrecer espacios de atención diferencial que las
cubran.

• Se debe generar un clima de ética escolar positivo y seguro.

• Concebir a los planteles como una comunidad ordenada que se expresa en altos
niveles de cohesión y espíritu de cooperación entre los profesores, al mismo
tiempo en un medio de trabajo estimulante para profesores y alumnos.

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• Es necesario un fuerte liderazgo participativo del director del plantel, que preste
gran atención a la calidad de la enseñanza centrada en el aprendizaje.

• Establecer altas expectativas entre los profesores sobre las posibilidades de


aprendizaje de todos los alumnos, concretadas en la obtención, cuando menos, de
los contenidos básicos y el logro de los objetivos de aprendizaje.

• Un ambiente psico-social o socio–afectivo ordenado y seguro, facilitador y


estimulante tanto del aprendizaje como de la enseñanza.

• Un fuerte énfasis en la adquisición por parte de los alumnos, de las habilidades


básicas propias de cada actividad o asignatura del bachillerato general, orientadas
al logro de resultados de aprendizaje.

• Evaluación continua, a partir de evidencias recolectadas durante el seguimiento de


los programas educativos planeados.

• El uso eficiente del tiempo en el aula, mediante la destreza adquirida por el


profesor en el manejo de métodos, técnicas e instrumentos didácticos para orientar
resultados de aprendizaje previstos en la planeación didáctica.

• El alta tasa de contactos familia-escuela y la implicación de los padres de familia


en las tareas de sus hijos.

• Considerar la experiencia previa como predisposición para aprender; el presente


como coordinación de acciones y el futuro como innovación de posibilidades.

6.3 Enfoque.

El análisis de los avances, experiencias, dificultades y retos que se presentan en los


procesos de enseñanza –aprendizaje en los planteles coordinados por el bachillerato
general, constituye una tarea permanente por realizar en estas instituciones. Entre los
aspectos que requieren un tratamiento constante para valorar este proceso en sus distintas
líneas de acción se encuentran los siguientes:

• Promover un ambiente ordenado.

• Compromiso del cuerpo docente con una misión que es compartida y que se centra
en el aprovechamiento de los alumnos.

• Orientación hacia la solución de problemas.

• Personal cohesionado, colaborador a través del consenso, comunicación y


colegialidad.

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• Involucramiento del personal en la toma de decisiones.

• Énfasis de la escuela en el reconocimiento del desempeño positivo.

• Optimizar el uso del tiempo para la enseñanza y el aprendizaje e incrementar el


tiempo instruccional mediante el control efectivo de las pérdidas de días de clase.

• Énfasis en el dominio de habilidades básicas de aprendizaje tales como la


atención, percepción, memoria, leguaje, creatividad. Habilidad verbal, habilidad
numérica y pensamiento.

• Fomentar el compromiso, autoestima y espíritu de colaboración de los docentes en


un sistema de valores compartidos dentro de la institución.

• Retener a la población que accede al bachillerato general.

• Otorgar con calidad y equidad la formación del bachillerato general.

• La buena organización de los sistemas de reemplazos o relevos de profesores.

• La gestión adecuada para solicitar lo necesario para desarrollar las Actividades


Paraescolares que se establecen en el currículo del bachillerato general para dar
relevancia a la formación integral del estudiante.

• Prever e instrumentar el tiempo institucional necesario para desarrollar el trabajo


colegiado que incide directamente sobre el mejoramiento de la calidad de la
educación.

• La preparación, experimentación y evaluación de un conjunto de alternativas


curriculares analizadas de forma colegiada, que permitirán la atención
diversificada y flexible que el alumnado requiere.

• El conocimiento de las características generales de los alumnos que ingresan al


plantel.

• Promover el principio de equidad de género para establecer la igualdad de


oportunidades.

• La contribución de las formas de enseñanza en el aula a la formación de los rasgos


del perfil de egreso.

• Los cambios más importantes que manifiestan los estudiantes en relación con la
reforma curricular.

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• Las acciones de actualización que se realizan en el plantel, con el aprovechamiento
de los recursos educativos propios: la biblioteca, los programas transmitidos por la
señal Edusat, equipos de cómputo, entre otros.

De acuerdo con los temas que interesen a los profesores y con los propósitos que se
planteen para las reuniones de trabajo colegiado, a lo largo del semestre pueden organizarse
seminarios, coloquios, foros o mesas redondas donde se discutan temas diversos.

7. EL TRABAJO COLEGIADO EN LA REFORMA CURRICULAR

Para la mayoría de los mexicanos la escuela es la única oportunidad de obtener los


conocimientos sobre redacción, matemáticas, ciencias exactas, naturales y sociales o
lenguas extranjeras, que fundamenten un comportamiento ciudadano y productivo
calificado y que coadyuven en buena medida a la transformación de su situación actual; es
preciso reconocer que si bien los sectores medios tienen espacios alternativos diversos para
el desarrollo de las actividades grupales indispensables para una saludable transición a la
fase adulta, los jóvenes de los sectores populares dependen muchas veces sólo del espacio
escolar para esa productiva interacción social.

El objetivo del bachillerato general es propiciar mediante opciones prácticas: el aprender a


aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir, aprender a lo largo de la
vida; en resumen, transformar progresivamente los planteles coordinados en Comunidades
de Aprendizaje. Por lo tanto es indispensable recordar que enseñar a aprender es función
ineludible del plantel; los contenidos del plan de estudios en este contexto, deben
considerarse como un medio y un fin. Medio, en cuanto facilitan el aprendizaje para
conocer, abstraer, sintetizar, y para buscar, organizar, relacionar y almacenar información.
Fin, en cuanto proveen de las capacidades necesarias para actuar en distintos dominios de la
vida. Simultáneamente la educación proporcionada por los subsistemas coordinados por la
Dirección General del Bachillerato debe integrar en el estudiante un conjunto de actitudes
de base como la curiosidad, el interés por buscar, la confianza en sí, el espíritu crítico, la
reflexión, la responsabilidad y la autonomía. Estas capacidades y actitudes son la base del
conocimiento científico y además, pueden ser elementos para que los jóvenes en su vida
laboral sean productivos. Para lograr dichas capacidades es necesario hacer el siguiente
planteamiento: ¿cuáles son los conocimientos y las condiciones pedagógicas que potencian
estas características en los alumnos?. Para ello se ha de determinar cuáles son los
conocimientos que están a la base de otros, que abren las posibilidades de seguir
aprendiendo a lo largo de la vida y que sólo la escuela puede transmitir; es por ello que se
ha de actuar en el currículo del bachillerato general para adoptar enfoques de enseñanza
centrados en el aprendizaje, con el fin de que los alumnos construyan su pensamiento a
partir de conocimientos que les sean altamente significativos.

En este sentido, es necesario también complementar nuevos contenidos del plan de estudios
los cuales deben incorporarse de manera creativa en el currículum, al mismo tiempo que las
líneas de orientación curricular lo abordan transversalmente. La necesidad de responder a
múltiples estilos de aprendizaje de los estudiantes hace posible pensar en combinaciones y

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hasta en invertir el orden curricular tradicional, es decir, abordando primero temas más
concretos, específicos o prácticos, después la explicación científica y, si se quiere, al final
la reflexión filosófica; lo cual permite sistemas flexibles, que resultaran más interesantes
para los estudiantes, redundando sin duda en un aprendizaje significativo. Es aquí donde el
trabajo colegiado coadyuva en el propósito de la reforma al buscar nuevas e innovadoras
formas de aprender fundadas en el currículum, sin caer en reducciones de los
conocimientos y habilidades que se requiere desarrollar en los estudiantes.

La organización curricular es el factor convergente consustancial entre los lineamientos


pedagógicos, la organización y gestión escolar interna con miras al procesamiento y la
distribución del conocimiento, de tal forma que el currículum justifica las relaciones
externas de la escuela, organiza contenidos, tiempos, espacios, recursos y formas de
evaluar; delimita los contratos, los tiempos y las finalidades del trabajo de los docentes y
ordena y distribuye la tarea pedagógica de todos ellos; no es una lista de contenidos o un
insumo más del sistema, por lo que la organización curricular es la base de la gestión
escolar y por ende del trabajo colegiado.

8. CONCLUSIONES

Por todo lo anterior es necesario crear una nueva cultura docente y educativa basada en el
conocimiento y la comprensión a fondo de las nuevas propuestas curriculares por parte de
todos los involucrados. La nueva cultura no sólo se circunscribe a los docentes, los
directivos tienen la importante tarea de reconocer la diversidad de los grupos de trabajo
colegiado como una cualidad irrenunciable, ya que es la fuente que los enriquece y en ella
fundar la mejora del servicio educativo de su plantel. Es su deber asumir su responsabilidad
en el desarrollo institucional haciendo cumplir, supervisando, respetando y apoyando los
acuerdos producto del trabajo colegiado, toda vez que el gran reto del personal directivo
es: transformar las normas de control en normas que faciliten y mejoren proceso educativo.

En el bachillerato general se exige una nueva gestión de la cooperatividad del trabajo


pedagógico, cuya unidad debe lograrse mediante la adecuada complementación del trabajo
de muchísimos actores, en particular de los docentes, pero no sólo de ellos; es el trabajo
colegiado, sin duda, la base para lograrlo cuando se concibe como un medio fundamental
para conformar un equipo capaz de dialogar y concertar, de compartir conocimientos,
experiencias y problemas en torno a asuntos y metas de interés común y tiene como base la
participación comprometida y democrática, que debe realizarse en un ambiente de respeto a
la diversidad, en busca de la colaboración que se requiere para generar propuestas y
solucionar problemas de carácter pedagógico que afectan al conjunto de la institución. A
través de la información que se obtiene en el trabajo colegiado los docentes y directivos se
logrará una mejor comprensión del proceso de formación de los estudiantes y mayor
claridad en los propósitos de su tarea educativa.

El clima de trabajo en la escuela mejora cuando los profesores acuerdan formas y


estrategias colaborativas comunes y congruentes, cuando las orientaciones que se ofrecen a
los estudiantes les permiten identificar relaciones claras entre las tareas que desempeñan en
el aula y en la escuela y cuando sienten la confianza de acercarse a sus maestros para

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solicitar apoyo y asesoría. Al trabajar en forma colegiada los maestros toman conciencia de
las necesidades de formación propias y de los alumnos que pueden atenderse a través de
estrategias y acciones específicas que se emprendan de manera coordinada. Para ello
conviene tener presente que el trabajo en aula es la base de la cual parten un gran número
de interrogantes que conducen a la reflexión, a la búsqueda de explicaciones con los apoyos
teóricos y al diseño de propuestas de acción, por lo que no basta la sola presencia de los
docentes o directivos en las reuniones; su participación debe tener sustento en experiencias
e información precisa.

Sirva este documento para promover, orientar y reorientar el trabajo colegiado en


academias de los subsistemas coordinados por la Dirección General del Bachillerato, como
mecanismo para alcanzar la calidad educativa en el contexto de la Educación Media
Superior del país.

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