Professional Documents
Culture Documents
FACULTAD DE ECONOMIA
Escapando a los horrores de Speehamland, los hombres irán hacia el refugio de una
utópica economía de mercado-(Karl Polanyi “La gran transformación” 1944. p. 144)
Es decir hasta que punto, de lo que se presenta hoy día como natural y en si mismo es
reciente en la historia humana y comprende un periodo corto. Paradójicamente - es
importante señalarlo - los elementos necesarios a la fundación de la economía vendrán
en la partida; No economistas, ni mismo mercaderes, sino de filósofos y de políticos.
La formidable idea nueva que es avanzada en el curso de los siglos XVII y XVIII
por lo filósofos es que la construcción de la sociedad civil no revela ni un derecho
ni un poder superior, pero es la obra de los individuos, ellos mismos declarados
libres, al momento mismo van alienar esta libertad al Estado El orden burgués se
constituye, en las representaciones y debates políticos, antes mismo que lo
económico sea fundado.
“Esto es mas que el consenso y que la concordia; Es una unidad real de todos ellos
en una sola y misma persona, realizada por el pacto de cada hombre con cada otro, de
tal manera que cada hombre diría a cada otro: Yo autorizo y cedo mi derecho de
gobernarme a mi mismo a este hombre, o a esta asamblea de hombres, con esta
condición: que tu le cedas tu derecho y autorices todas sus acciones del mismo modo”.
Hecho esto, la multitud así unida en una persona recibe el nombre de Estado. (En latín
civitas). Esta es la generación de aquel gran LEVIATAN o mas bien (para hablar con
mayor reverencia) de aquel dios mortal al que todos nosotros debemos nuestra paz y
nuestra defensa, por debajo del Dios inmortal”. (Hobbes, p 177-178)
Thomas Hobbes es uno de los primeros autores en disociar las leyes divinas de las
leyes forjadas por los individuos mismos sobre la base de un contrato social. Sino
también de reconocer el poder y esa libertad inicial del individuo, ellos se encuentran
alienados por delegación a un poder político superior que, según Hobbes es el Estado
absolutista, y que termina en Locke en la monarquía liberal. La libertad esta hecha para
ser cedida, sino ella es rápidamente fuente de anarquía. El Estado es la garantía de
seguridad.
Mandeville, Bernard(1714).-
Es así al término de un largo camino que la noción del interés puede ver el día e
integrase a la noción del individuo libre. Cada individuo. Lanzado a la búsqueda de la
satisfacción de sus pasiones. Persigue la más grande de ellas, el del dinero, pasión
equilibrante donde la consunción concurre al crecimiento de la riqueza social. El
individuo libre, separados de sus semejantes, lanzado a la búsqueda de ganancias, es
ideológicamente creado. Al mismo tiempo. El trabajo puede ser planteando como nuevo
incentivo de la sociedad, medio de realización de la pasión por el dinero.
“Los hombres no pueden adquirir que por el trabajo, y si ellos no tienen pasión, ellos
permaneceran en la ociosidad”(Hume. Citado por Vidonne, 1982, p. 182).
“Si Inglaterra soporta sin grave perjuicio las calamidades de los enclusures, es por que
los Tudor y los primeros Stuart utilizaran el poder de la corona para frenar el proceso
de desarrollo económico hasta que este sea socialmente soportable”, recuerda Kart
Polanyi (1944, p.65).
Durante este periodo, el nivel de los salarios se hunden y el nivel de vida mínimo no es
mantenido sino que a partir de recursos obtenidos de la parroquia, con una
multiplicación por 20 de los impuestos locales de 1796 a 1830. Ultima tentativa de la
sociedad inglesa de sostener el nuevo orden económico en un orden social que
prolongaba los principios de solidaridad de la sociedad anterior. Speenhamland va
producir efectos contrarios a sus objetivos iniciales desacreditando permanentemente
toda forma de hegemonía social sobre lo económico. En efecto, si el sistema comienza
según las modalidades de ayuda a los asalariados, estas locaciones tendrían por efecto
principal de hacer bajar los salarios acordados por los empleadores por debajo del nivel
de subsistencia y se transforma en un mecanismo de utilización de los recursos públicos
para subvencionar a los capitalistas de la época. Esta subvención tuvo un doble efecto.
Ella pone los “menos pobres” en extrema dificultad en el sentido donde todos aquellos
que, resisten al empobrecimiento, buscan evitar de vivir de los ingresos de la parroquia
a ganar su vida por sus propios esfuerzos, no estaban en medida apenas de encontrar
trabajo. Los empleadores preferían emplear a los que se beneficiaban ya de un socorro
público y al cual podían otorgar un salario inferior al minino vital. Ello disminuía las
capacidades de resistencia del campesinado ingles, ya arrojado de sus tierras, a la
inserción en el orden salarial.. Enseguida, y de manera evidente, ello disminuía el costo
de formación de este asalariado.
A causa del costo social enorme que ello representa y de sus efectos paradójicos - una
generalización de la pobreza- el sistema de Sppenhamland termina por hundirse- La
utopía de someter lo económico a lo social termino, victima de sus contradicciones y de
sus ilusiones. Pero el efecto fue decisivo en la historia de la industrialización inglesa:
Spennhamland da el “golpe de gracia” indispensable a la extensión del asalariado y a la
emergencia de una clase de empleadores “modernos”. Y la abolición del sistema de
Speenhamland fue el verdadero acto de destrucción de las formas de resistencia de
lazos provenientes de la existencia campesina del nacimiento del proletariado. Ella
inculca la idea-que no es absolutamente natural en la época-según la cual la seguridad
de un ingreso depende del trabajo asalariado”.
Con la historia, violenta y dolorosa, de la creación del trabajo asalariado, todos los
constituyentes de la formación de lo económico moderno van a ser reunidos, tanto
ideológicamente como prácticamente.
La primera, que muy sucintamente hemos recordado la génesis histórica, es aquella que
nosotros llamaremos: el proceso de individualización privada. Ello reposa sobre una
representación centrada sobre la noción del individuo: La sociedad es una colección de
individuos, libres y separados, en la cual el trabajo permite de satisfacer las necesidades
(individuales) ilimitadas sobre la base del funcionamiento y de la generalización del
mercado, con una garantía de coherencia revelada al Estado, que “absorbe” una parte de
los poderes y de la libertad formalmente reconocida a esos individuos.
Esta primera construcción – establecida, por lo esencial, por los filósofos que fundan el
ideal de la burguesía inglesa oponiéndose a los principios de la sociedad feudal – da una
base a la economía política. Es completamente importante de considerar que la
edificación del sistema ideológico-político burgués ha precedido y preparado la
verdadera (y tardía) extensión de lo económico del capitalismo. Y por tanto no existe
crítica de lo económico sin crítica del político.
Se pasa así – en las teorizaciones de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX –
de la socialización privada defendida por los filósofos a lo que llamaremos: La
socialización mercantil salarial, lo económico en el sentido estricto, fundado y
defendido por los primeros economistas llamados clásicos.
El trabajo – bien entendido: el trabajo asalariado – que era concebido al comienzo como
el incentivo central de la producción mercantil cede el paso a la noción de capital,
conformando y legitimando la separación, del que nos hablo ya Mandeville, entre los
verdaderos individuos libres propietarios de los adelantes en capital, y los individuos
libres de segunda zona, surgidos de la expropiación y del empobrecimiento, vendedores
de su capacidad de trabajo, alienando doblemente su poder.
Será necesario, a pesar de todo, tres siglos – del siglo XVII a comienzos del siglo XX –
para que esta concepción adquiera una forma acabada y llegue a imponerse, allí donde
ella verdaderamente muere, En Inglaterra.
Pretensión totalitaria considerable, que ningún dictador no osera a este punto exprimir:
la reproducción de la existencia vital de los individuos no parece depender que de lo
económico; la reproducción y el uso de la naturaleza no parece depender que de lo
económico; es hasta la pertenencia de los individuos a la sociedad que supuestamente
pasa obligatoriamente por lo económico: el que no entra en el trabajo asalariado, que no
se integra al circuito económico, es un excluido, un “sin sociedad”, que únicamente el
Estado, la familia, la protección social se mantienen en una existencia mínima.
- -El trabajo,
- -El Estado.