Professional Documents
Culture Documents
Comisión 2
Impreso en la Argentina
Editorial Miradas
www.lasegundatirania.blogspot.com
1
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
INDICE
Conclusiones……………………………………………………………. Página 16
Anexos:
Aprobación del reglamento de estudios y autorización de textos de lectura
15/10/1952………………………………………………………………. Página 17
Texto de la ley 14.126 Sobre Implantación en las escuelas del Libro “La Razón de
mi vida” y Promulgación del Poder Ejecutivo Decreto 2.915……….. Página 29
Fallo de la junta de Recuperación Patrimonial (1º Instancia) Sobre los Bienes mal
habidos por Juan Domingo Perón…………………………………….. Página 52
Sentencia sobre los Bienes mal habidos por Juan Domingo Perón (fallo de
Cámara)………………………………………………………………… Página 59
Sentencia sobre los Bienes mal habidos por Juan Domingo (fallo de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación)…………………………………….. Página 95
2
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
3
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Expediente número 7.711/1955. – Nelly Haydeé Rivas: s/ relaciones con Juan Domingo
Perón. Fecha de elevación 16/1/1956.
Nota: Delito imputado a Perón: estupro. Se pidió interdicción de bienes de la causante y
sus padres. Solicitose que el asunto pasara al juzgado de menores para considerar
situación de la patria potestad.
4
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
5
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
6
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
7
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
8
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
9
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
10
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
II
Asunto: Corrupción moral del país. Deformación espiritual de los niños: Acción
peronista en la escuela primaria. Los textos de lectura.
11
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
estudio y aprobación de textos de lectura para la enseñanza primaria que, con respecto
al anterior, contenía las siguientes modificaciones substanciales, en cuanto concernía a
las “condiciones didácticas y contenido literario” (anexo 3 – V, artículo 47).
El inciso a) del correspondiente artículo (artículo 33) del reglamento de 1941 decía:
Que responda a un plan didáctico racional en que respecta a la graduación de las
dificultades y al proceso pedagógico de la enseñanza.”
En el inciso a) del artículo 47 del reglamento de 1951 se expresaba:
“Que responda a las nuevas concepciones pedagógicas, de acuerdo con un plan
didáctico que consulte la orientación de los programas en vigencia”
“Que consulte la orientación de los programas en vigencia” es expresión vaga, porque
no se sabe bien si se refiere a los programas de lectura o a los programas en general.
Después de aprobados y editados los libros, que se ajustaron a la nueva prescripción,
puede afirmarse que corresponde la segunda y no la primera interpretación, pues la
mayoría de los libros satisfacen el aspecto político de los “programas de
desenvolvimiento” mucho más que a la estructura del programa de lectura.
El inciso b) del mismo artículo del reglamento de 1941 decía:
“Que se halle inspirado en la orientación patriótica de la escuela argentina y en el
respeto a las instituciones nacionales”
En el inciso b) del artículo 47 del reglamento de 1951 se leía:
“Que se inspiren en la orientación espiritual, filosófica, política, social y económica de
la nueva Argentina y en el sentido histórico de la nacionalidad, para fortalecer en el niño
argentino la voluntad de servir a la patria, a la familia y a la humanidad.”
Ambos incisos, pues, constituyen la clave que transformó substancialmente el contenido
y la orientación de los libros de texto, al darse en ellos una importancia fundamental a la
“orientación espiritual, filosófica, política, social y económica de la Nueva Argentina”;
con ello se estaba diciendo que ésta debería ser la base de todo libro y que el libro
debería servir a esta finalidad.
Que ningún libro se desviara de la “orientación patriótica de la escuela argentina” (la
orientación basada en el conocimiento de nuestra historia limpia en defensa de la
libertad y la democracia y de los héroes que cimentaron la nacionalidad y la
organización definitiva del país), era una exigencia fundamental y justa; pero, que se
exigiera responder a la “orientación espiritual, filosófica”, etcétera. “de la Nueva
Argentina”, era hacer que los libros sirvieran a la causa de un partido político y de
vehículo para que se ignorara a los héroes de la nacionalidad y se recordara únicamente
a los gobernantes “milagrosos”, capaces de hacer lo que “nunca se había hacho”, según
la peregrina opinión oficial.
Bien es verdad que el mal provenía del “segundo plan quinquenal”, en cuyo capítulo IV
se establecía (IV – F.): “En materia de educación, el objetivo fundamental de la Nación
será realizar la formación moral, intelectual y física del pueblo sobre la base de los
principios fundamentales de la doctrina nacional peronista”, etcétera.
El 18 de Julio de 1952 se promulgó la ley 14.126 (anexo 4), sobre implantación en las
escuelas del libro “La Razón de mi vida”, obligatorio como texto de lectura en los
grados 5º y 6º de la enseñanza primaria. Sin embargo y aunque tres días después el
Ministerio reglamentaba su empleo en el sentido establecido por la ley (anexo 4 –
páginas 689 y 690), ello no tuvo influencia alguna sobre los criterios reglamentarios,
relativos a los textos de lectura.
12
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
13
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
insidiosamente la aclaración del maestro, en dicho sentido, desde las primeras páginas.
Véase, por ejemplo:
Página 1: Eva
Página 2: Evita mira a la nena.
Página 3: Perón ama a los niños.
Página 4: ¡Es linda mi escuela! Se llama Eva Perón.
Página 5: Los niños van a la escuela. A la escuela de la nueva Argentina.
Y así sigue en aumento, página tras página, sin preocuparse del método, del que no se
habla en ninguna parte del libro y que aparentemente responde al “global” o, mejor
dicho, al “método global inorgánico”. Es que el propósito de la autora responde, pura y
exclusivamente, a crear en el niño una mente desviada y un espíritu idolátrico y no a
formar un futuro ciudadano argentino.
La autora lo es, también de un texto para cuarto grado, en el cual a manera de prólogo
dedicado a los “niños de la patria”, define mejor su propósito, al decir:
“Os dedico este libro como maestra argentina, bajo la advocación de la Jefa Espiritual
de la Nación y Mártir del Trabajo, Eva Perón; vibrantes sus páginas de justicialismo, la
doctrina del general Perón, justa, humana y llena de ideales de paz y fidelidad, para
todos los hombres del mundo”.
Este texto consta de 87 lecturas, desarrolladas en 234 páginas; de ellas solamente 28
lecturas, que ocupan 67 páginas, no tratan asuntos políticos ni se refieren al ex
presidente o a su esposa. Muchas son las páginas transcriptas de La Razón de mi Vida,
“para comentar en clase” o fragmentos de discursos del ex mandatario, con el mismo
objeto. Y acompañan al texto 21 láminas alusivas, directa o indirectamente, a motivos
políticos; pero todas se incluyen indiscutiblemente, con fines de propaganda política.
Otros autores no llegan a tales extremos, y los menos sólo han puesto lo mínimo, acerca
de estos aspectos y en la forma más incidental posible, para responder a las exigencias
reglamentarias. Es lo que ocurre con los textos Mariposas, Abejitas, Alegría, Ya se leer
y Facetas: en ellos no se ha sacrificado el principio fundamental de la enseñanza de la
lectura, a los propósitos de predisponer la mente infantil a favor de la política oficial y
la idolatría peronista.
Entre los libros citados en primer término (Evita) y los últimos (Mariposas, Abejitas,
etcétera), hay una gama de textos que, unos más y otros menos, satisfacen los citados
propósitos políticos y de idolatría (anexo 6).
Al ceñirse a las exigencias reglamentarias nuevas, muchos autores olvidaron o dejaron
de lado las finalidades del texto, en la enseñanza de la lectura.
Así, la graduación correspondiente fue alterada sin escrúpulos: ahora, las palabras
generadoras fueron, APRA algunos, Eva y Perón, contra todo buen juicio pedagógico
(véase, al respecto, anexo 2, artículo 54 –a-, 1º y 2º). Así, los temas carecieron de
interés para los niños, porque no pueden ser temas para alumnos de 1º ni de 2º grado:
segundo plan quinquenal, “independencia económica”, “día de la recuperación
nacional”, etcétera; como tampoco puede admitirse que un cuento ni una composición
sobre un asunto cualquiera se refuerza en su construcción para terminar con una alusión
directa al ex mandatario o a su mujer; como en el caso, verbigracia, del texto para tercer
grado Ronda del gran amor, de Amalia Luisa Bruzzone, donde se relata la leyenda de la
iguana, terminándola con el injerto de una alusión al ex presidente, que nada tiene que
ver con el relato.
Por medio de los textos de lectura, también se ha tratado de disminuir o de eclipsar el
valor y los méritos de nuestros héroes y de los hechos del pasado histórico, que nos
dieron libertad e independencia, haciendo resaltar los méritos y los hechos de los
gobernantes depuestos. Ellos tendría a producir una confusión de valores en la mente de
14
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
los niños, destinada a conseguir que quedaran grabados los últimos, haciendo creer que
el país surgió en el concierto universal por arte, virtud y poder de un hombre y una
mujer; hombre providencial y omnipresente, y mujer que todo lo “purificó” y que,
luego, se transformó en hada, en ángel. En imagen destinada a ser venerada, dentro de
los cánones de una nueva religión.
A tales fines concurrían eficazmente las reglamentaciones para la selección de textos de
lectura, de 1951 y 1952; concurrían los autores y concurrían quienes tenían en sus
manos la aprobación de los textos. Y, también, las casas editoras, más interesadas en sus
beneficios, que en contribuir a la elevación moral y a la perfección mental de la
infancia.
Y si a pesar de todo, la deformación perseguida no alcanzó todo el resultado que se
buscaba y esperaba, fue por obra del maestro y la maestra de escuela que, en su gran
mayoría, se mantuvieron fieles a su noble misión de forjadores del ciudadano argentino
del futuro, dentro de la “orientación patriótica de la escuela argentina”, como lo
establecía el reglamento de 1941.
Esta pléyade de maestros conscientes de su deber, también tenían calidades para escribir
libros de lectura y aumentar así sus magros emolumentos; pero, prefirieron no hacerlo y
padecer necesidades antes que contribuir a envenenar el alma limpia de los niños de su
patria, ajustándose a las reglamentaciones de 1951 y 1952. Ellos, pues, merecen bien de
la patria.
En cambio, los que tuvieron más espíritu comercial que de maestros, y los que
respondieron a otros sentimientos igualmente condenables y escribieron libros
destinados a instalar en los niños el veneno de una doctrina perversa y antipatriótica,
merecen el repudio de la escuela y deben ser castigados; a sus efectos, corresponderá
que el Ministerio de Educación adopte las medidas que estime más aleccionadoras.
Los primeros supieron, además, hacer sentir su acción morigeradota, aplicando con alto
espíritu pedagógico y patriótico el limitado derecho de repudio de los textos malos o
indeseables que los acuerda el capítulo “II – De la elección”, del reglamento en vigor y
es elocuente, al respecto, en la Capital Federal, cómo ninguno de los 503 votos que
sumaban los electores del 13 de Septiembre de 1954, concede su favor al texto Evita,
antes citado, mientras que Mariposas, también citado, figura entre los más votados
(anexo 6).
De los segundos, el tácito juicio condenatorio de sus colegas, expresado en la tabla del
anexo 6, es de una elocuencia terminante.
Aparentemente, en las provincias prevalece un criterio distinto. Allí (anexo 7) repuntan
los votos a favor de los libros “peronizantes”, como resultado de la política aplicada en
los nombramientos de maestros, para cuyo cargo fue condición primordial la militancia
política en el partido oficial, por encima de la preparación profesional, de donde resultó
la elección de gran cantidad de personas sin título habilitante para la enseñanza. Este
mal es de gravísimas consecuencias y exige pronto y eficaz remedio.
Ante los hechos que anteceden y las comprobaciones realizadas en los treinta y cinco
textos de lectura que figuran en el anexo 6, la Comisión investigadora Nº 2 ha llegado a
las siguientes
15
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
CONCLUSIONES:
1 Dentro del capítulo B, “Corrupción moral del país, por acción o influencia del ex
presidente” (del plan de trabajos de esta Comisión), la educación peronista tendiente a
lograr en el niño:
a) el endiosamiento del mandatario depuesto y de su mujer, y
b) la deformación del concepto de patria y de respeto a los próceres y los símbolos de la
patria, trocándolos por los símbolos y las figuras del peronismo, tuvo su expresión más
elocuente en el libro de lectura de la escuela primaria.
2 A tal efecto, el 29 de Enero de 1951 y el 15 de Octubre de 1952 se modificó la
reglamentación del 21 de Febrero de 1941, que garantizaba la selección más
conveniente de los textos, desde el punto de vista pedagógico y del de la orientación
“patriótica de la escuela argentina”, reemplazándola por disposiciones que suprimieron
el concurso de obras y la Comisión de Selección que velaba por el cumplimiento de las
exigencias establecidas y, lo que es peor, impuso la “orientación espiritual filosófica,
política, social y económica de la Nueva Argentina”, de sello netamente político-
oficialista y destinada a convertir al libro en instrumento deformador del verdadero
concepto de patria, de héroes de la nacionalidad, de dignidad personal y demás virtudes
ciudadanas.
3 Entre los 35 libros de lectura examinados hay dos gradaciones extremas: los
decididamente “peronizantes” y los que cumplen en el menor grado posible con las
imposiciones políticas reglamentarias, entre ambos extremos; los demás satisfacen en
medida varia las exigencias perniciosas de la reglamentación, sea porque sus autores
peronistas tuvieron escrúpulos docentes que limitaron sus entusiasmos políticos, o bien
porque sus autores liberales, pero cortos de genio, temieron cumplir insuficientemente
con la nueva reglamentación.
4 La imposición legal del texto de lectura para 5º y 6º grado, así como los indignos
legisladores y de las indignas autoridades que gobernaban la enseñanza en la época del
régimen depuesto.
5 Frente a ellos, la mayoría de los maestros profesionales opuso una firme resistencia
pasiva a la educación política y a la deformación espiritual del niño, impidiendo así que
el “adoctrinamiento” perseguido alcanzara toda la amplitud que los textos aprobados
permiten suponer.
6 Al lado de estos maestros celosos de su misión, aparecen los nombrados por el solo
hecho de ser “peronistas” militantes; ello constituye un grave problema educacional,
que requiere eficaz y pronta solución, en salvaguardia de la cultura argentina.
7 En cuanto a los autores de libros de texto que llevaron su obsecuencia a extremos
repudiables, tal como se comprueba elocuentemente en sus obras, esta Comisión
Investigadora estima que se han hecho pasibles de sanciones ejemplarizadoras, por parte
del Ministerio de Educación, pues han inferido serio agravio al espíritu docente que
debe prevalecer en todos los pedagogos del país, por imposición misma de la importante
función que les cabe en la formación de la ciudadanía y de la creciente grandeza de la
Nación.
8 La comprobaciones realizadas ponen de manifiesto hasta que punto de perfección
maquiavélica había alcanzado la organización ideada por el mandatario depuesto para
favorecer la absoluta sumisión del país a su voluntad omnímoda y su eternización en el
poder, contra todo principio constitucional de libertad y democracia y contra los más
sagrados derechos del hombre, como tal y como ciudadano. Por ello, esta Comisión
Investigadora estima que es indispensable realizar una intensa campaña de
16
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
ANEXOS:
Expediente Nº 91.794/50
Considerando:
Que las modificaciones propuestas por la Dirección General de Enseñanza Primaria
alteran sustancialmente la anterior reglamentación (fojas 46 a 55 de estas actuaciones).
Que el proyecto formulado concuerda en un todo con el espíritu y la letra de la
resolución del 26 de Septiembre antes citada;
Por ello, y atento a lo informado por la Dirección General de Enseñanza Primaria, el
ministro de Educación de la Nación,
Resuelve:
1º Apruébese el siguiente Reglamento sobre Estudios y autorizaciones de los libros de
lectura y textos auxiliares para la enseñanza primaria:
Artículo 1º Los libros de lectura y textos auxiliares para las escuelas dependientes de la
Dirección General de Enseñanza Primaria serán autorizados por resolución ministerial
tramitada ante la citada Dirección General.
17
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Artículo 27.-
Artículo 28.- Son requisitos especiales para el libro destinado al primer grado inferior,
además de los indicados en el artículo 26:
a) Que sea un libro donde el niño ejercite, en lecturas sencillas, graduadas y amenas, lo
que va aprendiendo con la guía del maestro y con el instrumental didáctico adecuado;
b) Que cualquiera sea el método utilizado se tenga en cuenta que la enseñanza de la
lectura y la escritura debe ser simultánea.
Artículo 29.- Son requisitos especiales para el libro destinado a los grados infantiles y
elementales, hasta el 4º inclusive, además de los indicados precedentemente:
a) Que las dos terceras partes, por lo menos, de las lecturas en prosa, sean originales del
autor del libro;
b) Que las transcripciones, trátese de fragmentos o de obra completa, se hagan con
fidelidad estricta al texto original.
Artículo 30.- Para los libros destinados a los grados quinto y sexto, regirán los
requisitos establecidos en los artículos 26 y 29, si se trata de obra original en las tres
cuartas partes, por lo menos, de sus lecturas, en prosa. Si se trata de selección
antológica, se exigirán, además, las siguientes condiciones especiales:
a)…………. b)……….
b) Elementos ilustrativos
Artículo 31.- Para la apreciación de los elementos ilustrativos se tendrá en cuenta los
siguientes requisitos:
a) Las ilustraciones deberán ser adecuadas al fin a que se destinan, tanto por su tamaño
y ubicación en la página como por la manera de destacar en ella al aspecto que
especialmente interesa;
b)…
g) Ilustraciones que deberán llevar los libros:
En todos los grados: Los símbolos nacionales, Retrato de San Martín, Retrato de
Belgrano, Retrato de Sarmiento. Mapa político de la República Argentina.
Primer grado inferior y superior: Himno Nacional (parte que se canta).
Segundo grado: Himno Nacional (parte que se canta). El Cabildo de Buenos Aires. Casa
de Tucumán.
18
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Tercer grado: Himno Nacional (completo). El pueblo quiere saber de lo que se trata.
Declaración de la Independencia. Preámbulo de la Constitución Nacional. Día de la
lealtad. Derechos del niño y de la ancianidad.
Cuarto grado: Himno Nacional (completo). El Cabildo del 22 de Mayo de 1810.
Facsímiles del acta de la Declaración de la Independencia Política y del preámbulo de la
Declaración de la Independencia Económica. Retrato de Rivadavia. Preámbulo de la
Constitución Nacional. Día de la lealtad. Derechos del niño y de la ancianidad. Galería
de los presidentes argentinos.
Quinto grado: Himno Nacional (Completo). La Primera Junta de Gobierno. Retrato de
Brown. Nuestra Marina en la Antártida. Facsimilares del acta de la Declaración de la
Independencia Política y del Preámbulo de la Declaración de la Independencia
Económica. Día de la lealtad. Derechos del niño y de la ancianidad. Galería de los
presidentes argentinos.
Sexto grado: Himno Nacional (Completo).Preámbulo de la Constitución de 1853 y
1949. Día de la lealtad. Día de la lealtad. Derechos del niño y de la ancianidad. Retrato
de Urquiza. Retrato de Alberdi. Retrato de Mitre. Galería de los presidentes argentinos.
c) Presentación material
Artículo 32.- ……….
Disposición transitoria
2º Déjese sin efecto la “Reglamentación del concurso estudio y aprobación de textos de
lectura para la enseñanza primaria”, aprobado por resolución de fecha 29 de Enero de
1951 (fojas 48 a 55),
3º De forma.
Artículo 1º.- Los textos de lectura para las escuelas dependientes del Consejo Nacional
de Educación serán aprobados por concurso.
Artículo 2º.- La aprobación se acordará por un período de tres cursos escolares, al cabo
del cual caducarán simultáneamente todas las autorizaciones y se realizará un nuevo
concurso.
Artículo 3º.- Los libros cuya aprobación haya caducado podrán presentarse nuevamente
a concurso. En este caso se seguirá el mismo trámite y la comisión deberá repetir el
estudio de ellos y considerar las observaciones de que hubiere constancia sobre la
eficacia y el valor didáctico de los mismos, para lo cual podrá requerir a las
inspecciones generales informes sobre lo comprobado en la práctica escolar.
Artículo 4º.- A los efectos de la aprobación, los libros podrán presentarse impresos o en
copias a máquina o manuscritas, en número de seis ejemplares los primeros y de tres,
por lo menos, los demás. Los ejemplares definitivamente impresos que se presentaren
para este o cualquier otro trámite de la aprobación, deberán ir en todos los casos
rubricados por el autor o por quien lo represente.
Artículo 5º.- La presentación podrá hacerse en cualquier fecha; pero solo serán tomados
en cuenta para cada período los libros que hayan tenido entrada hasta el primero de julio
del año en que se llame a concurso.
Artículo 6º.- La comisión estudiará los libros y propondrá antes del treinta de noviembre
la nómina de los que a su juicio merezcan ser aprobados. El número de estos podrá ser
19
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
menos pero no mayor de doce para cada grado. El Consejo se pronunciará sobre dicho
dictamen dentro de los treinta días de elevado.
Artículo 7º.- Para la presentación de los libros destinados a primer grado inferior,
cuando se trate de obras no impresas, se tendrán en cuenta los siguientes requisitos:
a) Cada página de la copia deberá corresponder exactamente a una página de libro
impreso;
b) La distribución del material en cada página de la copia se hará de acuerdo con lo que
corresponda al texto impreso y se indicarán con blancos o recuadros, los espacios
destinados a las ilustraciones, cuando no se incluyan estas o sus esquemas;
c) La parte del texto que deba ir impresa en tipografía cursiva será destinada con
claridad, ya subrayándola, ya empleando distinto color de tinta, o por otro medio
cualquiera;
ch) Si no se acompaña la ilustración correspondiente a cada palabra generadora, el
motivo o el tema de aquella será explicado someramente en el espacio a ese efecto o al
pie de la página;
d) En caso de llevar la obra equipo para la ejercitación del alumno, deberá acompañarse
un modelo o facsímil del mismo o su descripción detallada, trátese de un auxiliar anexo
a ella o independiente.
Artículo 8º.- En la nota de presentación, sin perjuicio de otras informaciones que el
interesado considere oportuno agregar al efecto del estudio y apreciación de la obra, se
expondrá suficientemente el plan de ésta y se consignarán los siguientes datos:
a) Para todos los grados, excepción hecha de primero inferior: total de lecturas, con
indicación por separado de las en prosa y las en verso;
b) Para 4º, 5º y 6º grados: total de lecturas destinadas especialmente a los varones; idem
a las niñas; idem de interés común;
c) Para las obras de carácter antológico o que contengan más del cincuenta por ciento de
lecturas no originales: total de trozos de autores nacionales; idem de autores extranjeros
de habla castellana; idem traducidos;
ch) Para todas las obras presentadas en originales manuscritos o a máquina: total
aproximado de páginas que tendrá el texto una vez impreso.
Artículo 9º.- Se considerará definitiva y válida por un período de tres cursos escolares la
aprobación acordada a los libros impresos que se incluyan en la nómina a que se refiere
el artículo 6º y que no hayan sido objeto de observación por parte de la comisión o del
Consejo; y condicional la de los presentados en copias a máquina o manuscritas y la de
los impresos observados.
Artículo 10.- Las obras podrán presentarse para la aprobación condicional con
seudónimo o sin mención del autor; pero en todos los casos éste o quien lo represente
deberá constituir domicilio a los efectos de las notificaciones, reposición de sellado y
demás trámite a que hubiere lugar.
Artículo 11.- Los libros aprobados condicionalmente serán sometidos a nuevo estudio
una vez impresos o corregidos, según se trate de obras no impresas o impresas
observadas; a este efecto se presentarán antes del quince de mayo siete ejemplares
terminados.
Artículo 12.- Acordada por el Consejo la aprobación condicional a que se refiere el
artículo 9º, la comisión pondrá una copia de la parte pertinente del dictamen a
disposición de los interesados, quienes tomarán conocimiento de las observaciones
formuladas sobre sus respectivas obras, a los efectos de las enmiendas y de la impresión
para la nueva presentación.
Artículo 13.- La comisión se expedirá con anterioridad al treinta de junio acerca de los
libros presentados a segunda aprobación y propondrá la nómina definitiva de los que a
20
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
2.- De la Comisión
Artículo 22.- El estudio de los libros sometidos a aprobación estará a cargo de una
comisión presidida por un inspector general e integrada por el director de la Oficina de
Información, el director de la Biblioteca Nacional de Maestros y cuatro funcionarios
técnicos designados por el Consejo. Dentro de los treinta días de aprobada la nómina
definitiva de que habla el artículo13, el Consejo designará al inspector general y los
cuatro funcionarios técnicos que integrarán la nueva comisión.
Artículo 23.- En los casos de licencia, inhibición o renuncia del titular, la presidencia
será ejercida por el subinspector general de la jurisdicción de aquel. Cuando la ausencia
o el impedimento sea ocasional, la comisión designará un presidente ad hoc.
Artículo 24.- En los Casos de licencia, inhibición o renuncia de uno o más de sus
miembros, la comisión será integrada automáticamente con los subinspectores generales
de la capital, provincia, territorios o particulares, en el orden indicado.
Artículo 25.- Al constituirse, la comisión designará secretario a uno de sus miembros.
21
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Artículo 26.- El secretario tendrá a su cargo, además de los libros de actas, entradas y
salidas y copiador de informes, un fichero con los antecedentes de todas las obras y un
archivo en el que se conservará un ejemplar de cada una, incluso de las no aprobadas.
Artículo 27.- A los fines del artículo 50 de la reglamentación general referente al trámite
de los expedientes, como asimismo a todo cuanto incumba a las tareas que le son
propias, la comisión tendrá asiento en la Oficina de Información.
Artículo 28.- Las decisiones de la Comisión. En lo que concierne a la aprobación o al
rechazo de las obras, se tomarán por mayoría absoluta del total de los miembros que
reglamentariamente la componen:
Artículo 29.- En el informe que eleve el Consejo, la comisión hará constar los
desencuentros de carácter general o parcial que se produzcan con motivo de la distinta
apreciación de las obras.
Artículo 30.- La comisión queda facultada para solicitar directamente de las oficinas
técnicas y administrativas del Consejo las informaciones, datos y elementos de juicio
que estime necesarios para el cumplimiento de sus funciones. Queda también autorizada
para proponer al Consejo el nombramiento de subcomisiones compuestas de tres
maestros por cada grado, las que tendrán a su cargo las tareas de colaboración que la
Comisión considere oportunas.
3.- De la elección
22
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
23
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Artículo 53.- A los efectos de la Aprobación, los libros serán estudiados teniendo en
cuenta:
Artículo 53.- Los requisitos fundamentales del libro en cuestión a las condiciones
didácticas y al contenido literario, son las siguientes:
Artículo 54.- Son requisitos especiales para el libro destinado a primer grado inferior,
además de los indicados en el precedente artículo:
24
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
a) Que las dos terceras partes, por lo menos, de las lecturas de prosa sean
originales;
b) Que las transcripciones, trátese de fragmentos o de obras completas, se hagan
con fidelidad estricta al texto original;
c) Que no se incluyan ejercicios de léxico, cuestionarios ni ningún otro texto
adicional destinado a impartir conocimientos que por su naturaleza correspondan
al maestro. Esta prohibición no comprende las máximas, proverbios o consejos
que, según práctica corriente, se agrega como pie de página al final de
determinadas lecturas.
Artículo 57.- Para los libros destinados a los grados quino y sexto regirán los requisitos
establecidos en los artículos 53 y 56, si se trata de obra original, en las dos terceras
partes, por lo menos, de sus lecturas de prosa. Si se trata de selección antológica,
además de estos mismos requisitos o de lo pertinente de ellos, según sea el caso, se
exigirán las siguientes condiciones especiales:
a) Que la mitad, por lo menos, del texto sea original de autores nacionales,
incluyéndose como tales a los extranjeros que traten sobre temas argentinos;
b) Que se agregue una noticia bibliográfica de cada autor, acompañada, si se cree
oportuno, de un breve juicio crítico de su obra;
c) Que en las transcripciones de capítulos, partes o fragmentos de una obra se
mencione ésta o se agregue, si es necesario, una breve nota explicativa que
facilite la comprensión del trozo;
ch) Que al pie de cada trozo se haga constar la edición utilizada para la transcripción
y se indique el año o el número de la misma;
25
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
d) Que las notas aclaratorias del texto se refieran solo a las voces y giros anticuados
o a los tecnicismos regionalismos y licencias del idioma.
b – Elementos ilustrativos
Artículo 58.- Para la apreciación de los elementos ilustrativos se tendrán en cuenta los
siguientes requisitos:
26
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
destinadas a difundir el conocimiento del país, en las cuales los lugares deberán
aparecer con las características que los singularizan como netamente nacionales,
es decir, que nunca pueden atribuirse a otras regiones de la tierra.
Artículo 59.- Las condiciones que deberán reunir los libros en cuanto a su presentación
material son las siguientes:
a) Papel mate de color blanco marfil o agarbanzado, no translucido y de ochenta
gramos por metro cuadrado, como mínimo. Las láminas de color podrán ser
impresas en papel ilustración o satinado;
b) Impresión en tinta negra mate;
c) Composición tipográfica en medida no menor de veinte cíceros ni mayor de
veintiséis, con interlinea proporcionada al cuerpo de la letra, de dos puntos como
mínimo. El margen será de un centímetro y medio en el interior de la página,
como mínimo y de dos en el exterior. Se empleará tipografía de ojo grande, sin
perfil demasiado fino y de cuerpo de letra adecuado a cada grado escolar. Según
la siguiente escala mínima:
Primero inferior: Cuerpo veinticuatro para las primeras palabras y
ejercicios y hasta de 18 para los ejercicios y lecturas subsiguientes.
Primero superior: Cuerpo 18 para las lecturas iniciales y hasta el 14 en
las siguientes.
Segundo grado: Cuerpos 14 y 12 respectivamente.
Tercer grado: Cuerpos 12 y 10, respectivamente.
De cuarto a sexto grado: cuerpo 10
Esta escala regirá solo para la parte general del texto, o sea la destinada a la
lectura propiamente dicha, autorizándose para las notas, en todos los grados, el empleo
de cuerpos menores que los fijados, hasta el 8 inclusive. En los libros de primer grado
inferior, para la parte del texto que deba ir en cursiva, se empleará un tipo de letra sin
perfil y de trazos sencillos e inconfundibles, sobre todo para las mayúsculas. La
encuadernación será encartonada, de pliegos cosidos sobre cañamazo con hilo o con
alambre inoxidable y lomo de tela reforzado.
27
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
28
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Por tanto: Téngase por ley de la Nación, cúmplase, comuníquese, publíquese, dese a la
Dirección General del Registro Nacional y archívese.
29
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Expediente 50.152/52.
VISTO:
CONSIDERANDO:
Que dicha ley determina el uso del libro La Razón de mi vida de Eva Perón, jefa
espiritual de la Nación, en los establecimientos de enseñanza primaria, media y
superior, en la forma que se indica en sus diversos artículos;
Que corresponde a este Ministerio impartir las instrucciones pertinentes a fin de
que las finalidades requeridas por la ley se alcancen plenamente en el más breve tiempo;
Que la introducción del libro de Eva Perón, La razón de mi vida, como texto
obligatorio en los diversos ciclos de la enseñanza nacional persigue un ideal educativo
claramente definido, cual es el proporcionar al alumno la visión clara de la gestión de
esta nueva Argentina, de los trabajos y sacrificios que debieron afrontar quienes la
impusieron aclarándola en la conciencia del pueblo, y de los ideales inmediatos y
mediatos logrados y buscados al ratificar la irrevocable decisión de construir una
Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana;
Que ese aspecto educativo se completa y perfecciona en la tibieza de amor que
irradian esas páginas: amor a la patria, amor al pueblo, amor a los humildes y
desheredados, amor, en fin, condensado y sublimado en el amor al hombre con el que
unió su existencia;
Que esa disposición de espíritu constituye la virtud esencial del hombre
argentino, que la educación debe cultivar intensamente en los niños, en los adolescentes
y en los jóvenes, pues por ella y solo por ella se logrará afirmar en nuestro pueblo las
virtudes ciudadanas, políticas, sociales y domésticas que asegurarán la grandeza de la
patria;
Que se muestra en las páginas de este libro el ejemplo de una vida consagrada
por entero y sin retaceos al servicio de la República y al bienestar del pueblo, ejemplo
que vale, en su palpitante realidad, lo que no valen las lecciones, los consejos o los
preceptos, para la recta formación de las nuevas generaciones;
Que ese mismo fervor de la vida anima la forma literaria en que está realizada la
obra y le confiere la alta jerarquía que distingue y caracteriza las páginas inmortales de
la literatura universal, en las cuales la verdad y la sinceridad ponen en olvido las galas y
artificios de la retórica;
Que están dispuesto por ley el uso del libro de Eva Perón, la Razón de mi vida,
como texto de lectura para los grados quinto y sexto de la escuela primaria, resulta
innecesario aprobar otros títulos para los referidos grados;
Que la reglamentación para el concurso, estudio y aprobación de textos de
lectura para la escuela primaria exige (artículo 47 – b) que los mismos se “inspiren en la
orientación espiritual, filosófica, política, social y económica de la Nueva Argentina y
30
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
RESUELVE:
31
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
32
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
I – Introducción
33
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Por otra parte y como lo explica el profesor Rafael Lemkin, de la Universidad de Yale,
ex consejero fiscal norteamericano en los juicios de Nüremberg y gestor principal de la
Convención del 9 de diciembre de 1948, también constituye genocidio: “en el campo
político”, la destrucción “de instituciones de gobierno propio”; en el campo cultural, la
prohibición o destrucción de “instituciones y actividades culturales” y la distorsión de la
educación racional, “a fin de impedir un pensamiento humanístico”, que se considera
peligroso por cuanto conduce a la independencia de juicio; y “en el campo religioso”, la
interferencia con las actividades de la Iglesia, por cuanto pudiera contribuir a condenar
los actos y fines de la tiranía gobernante.
En lo relativo a la sanción del delito y sus concomitantes, la Convención estipula en su
artículo 5º el compromiso de que las partes contratantes adopten las medidas y
promulguen las leyes punitivas correspondientes. También estipula (artículo 7º), que el
genocidio y demás delitos concomitantes no serán considerados delitos políticos a los
efectos de la extracción, por cuyo motivo ésta deberá ser concedida.
Complementariamente, cabe señalar que entre los considerandos de la Convención se
deja sentado el concepto de que para liberar a la humanidad de un flagelo tan odioso se
necesita la cooperación internacional.
La definición contenida en el artículo II de la convención parece haber sido inspirada
por las persecuciones de los nazis contra los judíos; pero es evidente que cuadran en ella
de modo perfecto los procedimientos criminales aplicados por los Estados policiales a
cuantos no se someten dócilmente a los despóticos caprichos de sus autoridades;
persecución, cárcel, tormentos, mutilación, confinamiento en campos de concentración,
muerte, destrucción de la familia, etcétera, mas la negativa sistemática a cuanto
signifique libertad de cultura, de religión, de opinión, etcétera, para los componentes del
grupo indócil.
Aunque votada por la misma asamblea general un día antes que la Declaración de los
Derecho Humanos (anexo 14), la Convención contra el delito de Genocidio y
Concomitantes es una consecuencia natural de aquella y uno de los instrumentos de
derecho internacional destinados a imponer en el mundo los principios fundamentales
que ella establece.
De ello resulta que si “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derecho” (artículo 19); si “tienen derecho a la vida, la libertad y la seguridad” (artículo
3º); si “nadie debe ser sometido a torturas o a tratamientos o castigos crueles,
inhumanos o degradantes” (artículo 4º), si “nadie debe ser sometido a arrestos,
detenciones o destierros arbitrarios” (artículo 7º); si “todo acusado de un delito punible
tiene derecho a ser considerado inocente hasta que se pruebe su culpabilidad de acuerdo
con la ley “en juicio público, en el que debe contar con todas las garantías necesarias
34
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
para su defensa” (artículo 9º), y sin ninguna de estas reglas se observa y respeta, como
tampoco se observa y respeta ninguna ley nacional inspirada en iguales principios, la
acción punitoria contra los culpables de tales atentados de lesa humanidad debe
alcanzarlos en donde se los encuentre, porque “los juicios originados por crímenes no
políticos o actos contrarios a los propósitos y principios de las Naciones Unidas, no
constituyen persecución” (artículo 12).
35
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Luego, al estipular los procedimientos para alcanzar los objetivos perseguidos, se sienta
la norma a seguir, ordenando: “Al atentado contestar con miles de atentados”, o sea
estableciendo la ley del desorden y el terror, por medio de la turba desenfrenada e
irresponsable, como el “malón” salvaje de las pampas y no como la “guerrilla”
organizada y reconocida por las leyes de la guerra.
Bien puede escribir ahora el ex gobernante que “la fuerza es el derecho de las
bestias”, porque, indudablemente, fue su doctrina de gobierno.
También expresa dicha orden general Nº 1 “que para cumplir este propósito (“al
atentado contestar con miles de atentados”) se han confeccionado listas de objetivos,
de locales y organizaciones extranjeras enemigas de nuestro gobierno, que actúan
en común con los complotados, y de personas opositoras que deben ser suprimidas
sin más en caso de atentado al excelentísimo señor presidente de la Nación”; algo
así con un apres moi le déluge, que revela una mentalidad cobarde y morbosa.
Y, en efecto, las listas fueron hechas y distribuidas a las fuerzas de choque, con una nota
preliminar que dice, entre otras cosas (anexo 6):
36
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
“En este momento el gobierno no tiene oposición; tiene opositores. Estos, que no
tienen a quien dirigir, emplean otros métodos, que son la mentira, el rumor, la
calumnia y la infamia. Estas normas solamente pueden tenerlas los hombres
débiles, y ellos no encontrarán hombres débiles, sino hombres que están
37
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
“Después del gobierno, nuestro gobierno, el gobierno del pueblo, el gobierno de los
descamisados, el gobierno de los pobres, de los que tienen hambre y sed de justicia.
Se ha dicho que sin libertad no puede haber justicia social. Yo respondo que sin
justicia social no puede haber libertad. Ustedes, compañeros, han vivido en la larga
etapa de tan mentada libertad de la oligarquía, y yo les pregunto, compañeros, si
había antes libertad o la había ahora. A los que afirman que hay libertad en los
pueblos donde el trabajador esta explotado yo les contesto con las palabras de
nuestros trabajadores: Una hermosa libertad, la de morirse de hambre” (Del
discurso del 19-V-1949)
“Sabemos que, frente a las fuerzas del bien, quedan los reductos de la reacción y de
la regresión. Ellos tendrán también ocasión de decidir en las justas democráticas
que se aproximan. Vencedores podrán imponer su voluntad; vencidos, esperamos
que se sometan a la suprema decisión del pueblo” “Lo que si deben saber es que ni
la ayuda foránea, ni el desorden, ni las malas prácticas les ayudarán a doblegar la
38
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
(se oye una explosión) “Compañeros, estos, los mismos que hacen circular los
rumores todos los días, parece que hoy se han sentido más rumorosos,
queriéndonos colocar una bomba (otra explosión). Ustedes ven que cuando yo,
desde aquí, anuncie que se trataba de un plan preparado y en ejecución, no me
faltaban razones para anunciarlo” (2). “Compañeros: Creo que según se puede ir
observando, vamos a tener que volver a la época de andar con el alambre de fardo
en el bolsillo” (NOTA del transcriptor: como usaban los Mazorqueros de Rosas, en los
tiempos de su Tiranía que fue la primera)
(La multitud aclama ¡Perón! ¡Perón! Y dice: leña, leña.) “Eso de dar leña que ustedes
me aconsejan, ¿Por qué no empiezan ustedes a darla? Compañeros: Estamos en un
momento en que todos debemos prepararnos seriamente, porque la canalla no
descansa, porque están apoyados desde el exterior…” “Decía que es menester velar
en cada puesto, con el fusil al brazo… Todo esto nos está demostrando que se trata
de una guerra psicológica organizada y dirigida desde el exterior, con agentes en
lo interno. Hay que buscar a esos agentes, que se pueden encontrar si uno está
atento y donde se los encuentre, colgarlos de un árbol… Pero, compañeros, quiero
decirles que las organizaciones, nuestros partidos políticos y cada ciudadano de la
República tienen es estos momentos la responsabilidad de enfrentar con hombría y
con decisión todo ataque llevado subrepticiamente a la república. El gobierno, el
estado y el pueblo unidos son invencibles; solo falta que nos decidamos a realizar.
Yo no podría pedirle al pueblo el apoyo para otra cosa, pero para eso le pido y
deseo el apoyo total y sincero del mueblo. Ese apoyo ha de ser para combatir a los
malos peronistas y a muchos que se mueven entre nosotros disfrazados de
peronistas. Para eso, especialmente, necesitamos el apoyo del pueblo, el apoyo
desinteresado, el apoyo sincero, el apoyo que nos puede llevar a la depuración de la
República y de nuestras propias fuerzas. Por eso debo anunciarles a todos los
compañeros, especialmente trabajadores, que para nuestro movimiento empieza
una nueva etapa, una etapa que ha de ser de depuración, una etapa que ha de ser
de energía terrible para los que sigan oponiéndose a nuestro trabajo. Si para
terminar con los malos de adentro y los malos de afuera; si para terminar con los
deshonestos y los malvados es menester que cargue ante la historia con el título de
tirano, lo haré con mucho gusto. Hasta ahora he empleado la persecución; en
adelante emplearé la represión. Y quiera Dios que las circunstancias no me lleven
a tener que emplear las penas más terribles” (la turba grita: ¡La vida por Perón! ¡La
vida por Perón!) (Del discurso del 15-IV-1953 en el mitin de adhesión de la CGT a la
política del ex presidente.) (Esa noche las bandas de asalto quemaron el Jockey Club,
La Casa Radical, La Casa del Pueblo y la sede del Partido Demócrata Nacional.)
“Es indudable que existe, indiscutiblemente, una acción organizada para preparar
el descrédito del gobierno mediante el ataque directo a sus componentes”. “…como
norma natural, frente a una oposición encontrada y violenta que no se aviene a
acomodarse a las formas normales o naturales de la convivencia política, no
podemos emplear otro sistema que el mismo que ellos emplean: sino estaríamos
expuestos a tener que perder nuestro tiempo en solucionar los problemas que ellos
39
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
nos van presentando en todas las ocasiones.” (La noche anterior fue quemado el
Jockey Club y la sede de tres partidos políticos.) (Del discurso del 16-IV-1953, en
reunión de gobernadores de provincia.)
“Hace 15 días la sangre generosa de cinco compañeros fue vertida en esta plaza
por la mano traidora de la reacción. Esa misma traición, servida desde el interior,
a sueldo desde el exterior, pretende alterar el orden de la República.
“…Los radicales -autores, según parece, de los cinco asesinatos- (3) han producido
su consabida declaración, su consabido manifiesto de siempre. En él repudian que
el pueblo les haya desocupado la covacha inmunda de sus porquerías. También
repudian que se hayan destruido otros edificios, pero olvidan que cinco
trabajadores argentinos han perdido la vida. Yo les pido, compañeros, que no
quemen mas ni hagan esas cosas. Porque, compañeros, cuando haya que quemar,
voy a salir yo a la cabeza de ustedes a quemar. Pero entonces, si eso fuera
necesario, la historia recordaría la más grande hoguera que haya encendido la
humanidad hasta nuestros días. Los que creen que nos cansaremos se equivocan.
Nosotros tenemos cuerda para cien años. Por eso, hoy, el Día del Trabajo, debemos
juramentarnos todos los trabajadores para vencer, cueste lo que cueste y caiga
quien caiga. Que para ello, compañeros, nos sirva de acicate el recuerdo del crimen
de Chicago y los miles de crímenes que se están planeando en sus cercanías.” (Del
discurso del 19/V/1953.)
40
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
“A todo político que anda alterando el orden hay que ponerlo en un lugar donde
no altere más. No interesa quien es ni cuántos son. A todo el que no quiera vivir
tranquilo y en orden, hay que sacarlo de circulación y ponerlo donde no pueda
alterar el orden.”
“Yo tengo las organizaciones peronistas, que me están pidiendo “piedra libre”
hace más de un mes; pero, ¿Qué vamos a gastar pólvora en chimangos? ¿Para qué
vamos a realizar una acción en masa contra cuatro o cinco gatos locos que están
haciendo bochinche?”
“Todos los partidos que hay son adversarios del peronismo, porque si no, serían
peronistas. Yo no apoyo otro movimiento que el peronista, y quien sostenga lo
contrario no solamente es un falsario y un miserable sino un traidor a nuestro
propio movimiento.”
“No tomar medidas enérgicas sin reflexionarlas. Pero, cuando uno las ha
reflexionado y está convencido que es necesario tomarlas, hay que llevarlas hasta el
último extremo.” (A los gobernadores de provincia en Olivos, el 10--/X/1954 para
decidir una campaña en contra y la persecución a la Iglesia Católica.)
41
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Días después resuelve poner en práctica una nueva táctica de engaño, preparatoria de su
propósito de “aniquilar a las fuerzas adversarias, dirigentes y perturbadores”, expresada
en la Orden General Nº 1, y llama a todos a la conciliación y a que la oposición exprese
su pensamiento (6/VII/1955):
“…nos disponemos con mayor buena voluntad escuchar a los hombres
responsables, que encontrarán en nosotros no sólo la sinceridad y lealtad que
anhelan sino también la buena voluntad y consideración que nos merecen como
compatriotas y conciudadanos. Deben estar convencidos que no omitiremos
esfuerzos y sacrificios en el servicio de la Nación y que la pacificación de ella es y
ha sido siempre un imperativo de nuestro deber.”
Para reforzar estas mansas declaraciones e infundir plena confianza a los adversarios
políticos, el 16 de julio de 1955, en reunión con los legisladores peronistas que habían
ido a expresarle su adhesión y decirle que el 16 de junio cada uno de ellos estuvo en su
puesto de combate, listo a sancionar cualquier ley que el Poder Ejecutivo deseara o
necesitara, el ex mandatario declara:
“La revolución peronista ha finalizado: comienza ahora una nueva etapa, que es de
carácter constitucional, sin revoluciones, porque el estado permanente de un país
no puede ser la revolución. ¿Qué implica eso para mí? La respuesta es muy simple,
señores: yo dejo de ser el jefe de una revolución para pasar a ser el presidente de
todos los argentinos, amigos o adversarios.”
42
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
(NOTA del transcriptor: Perón autorizo a los dirigentes de la oposición, por breve
tiempo, a que se exprese por los medios de comunicación, especialmente por radio.
Recuérdese, que les era prohibido hacerlo por cualquier medio, recuérdese la censura
que sufrió el diario “La Prensa” y su cierre, la distribución no equitativa del papel para
imprimir los diarios –“La Nación” tenia comprimida en pocas hojas sus ediciones
porque no se le entregaba papel, mientras que otros diarios oficialistas disponían de la
cantidad que requerían sin problemas como es el caso del siempre servil al gobierno de
turno diario “Clarín”- entre otras muchas censuras y violaciones a la libertad de
expresión generadas desde el peronismo y el propio Perón.)
Téngase presente que no obedece a un impulso, sino a cálculo puro, tal como lo dijera él
mismo muchas veces y últimamente el 6 de julio (1955), a los legisladores peronistas:
“Nunca he sido hombre de pasiones ni impulsos; cuando yo hago una cosa la hago
después de haberla meditado profundamente; no obedezco a ninguna insinuación
ni inclinación sugerida, porque el responsable soy yo y yo defiendo como a mí me
parece mi responsabilidad.”
43
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
contestación para nosotros es bien clara: no quieren la pasificación que les hemos
ofrecido. De esto surge una revelación bien clara; quedan solamente dos caminos:
para el gobierno, una represión ajustada a los procedimientos subversivos, y, para
el pueblo, una acción y una lucha que condigan con la violencia a que quieren
llevarlo.
Por eso, yo contesto a esta presencia popular con las mismas palabras del 45: a la
violencia la hemos de contestar con una violencia mayor. Con nuestra tolerancia
exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente, y, desde ya,
establecemos como una conducta permanente para nuestro movimiento: aquel que
en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades
constituidas o en contra de la ley o la constitución, puede ser muerto por cualquier
argentino.
Esta conducta, que ha de seguir todo peronista, no solamente va dirigida contra los
que ejecuten, sino, también, contra los que conspiren o inciten.
Hemos de restablecer la tranquilidad, entre el gobierno, sus instituciones y el
pueblo, por la acción del gobierno, de las instituciones y del pueblo mismo.
La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es
contestar a una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los
nuestros caiga, caerán cinco de ellos.
Compañeros y compañeras: hemos dado suficientes pruebas de nuestra prudencia.
Daremos suficiente pruebas de nuestra prudencia. Daremos suficientes pruebas de
nuestra energía. Que cada uno sepa que donde esté un peronista estará una
trinchera que defiende los derechos del pueblo. Y qe sepan también, que hemos de
defender los derechos y las conquistas del pueblo argentino, aunque tengamos que
terminar con todos ellos.
Compañeros: quiero terminar estas palabras recordando a todos ustedes y todo el
pueblo argentino que el dilema es bien claro: o luchamos y vencemos para
consolidar las conquistas alcanzadas o la oligarquía las va a destrozar al final.
Ellos buscarán diversos pretextos. Habrá razones de libertad, de justicia, de
religión o de cualquier otra cosa, que ellos pondrán por escudo para alcanzar los
objetivos que persiguen. Pero una sola cosa es la que ellos buscan: retrotraer la
situación a 1943.
Para que ello no suceda estamos todos nosotros, para oponer a la infamia, a la
insidia y a la traición de sus voluntades, nuestros pechos y nuestras voluntades.
Hemos ofrecido paz. No la han querido. Ahora, hemos de ofrecerles la lucha y ellos
saben que cuando nosotros nos decidimos a luchar, luchamos hasta el final.
Que cada uno de ustedes recuerde que ahora la palabra es la lucha y la lucha se la
vamos a hacer en todas partes y en todo lugar. Y, también, que sepan que esta
lucha que iniciamos no ha de terminar hasta que no los hayamos aniquilado y
aplastado.”
Cabe tener en cuenta que el plan anterior, a base de las masas obreras, se había resentido
grandemente el 16 de junio, por cuyo motivo el ex mandatario procuraba ahora
reanimar y excitar a los obreros, para recuperar su condición de “fuerza de choque”. El
16 de junio se los había “arreado” a la Plaza de Mayo, para que fueran a “defender al
líder” (anexo 11) y allí habían comprobado su impotencia frente a las balas y las
bombas revolucionarias, pues centenares de ellos quedaron en el lugar inmolados por la
cobardía de quien, en vez de ponerse a la cabeza de ellos, como lo había dicho y
repetido en tantas ocasiones, no tuvo empacho en declarar ese mismo día:
44
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
“Les hablo desde nuestro puesto de comando que, como es lógico, no puede estar
en la sede del gobierno, de manera que todas las acciones que se han realizado
sobre esa casa han sido tirando sobre un lugar inerme, perjudicando solamente a
algunos ciudadanos que han muerto por el efecto de las bombas” (16/VI/1955, a las
18 horas)
Y dos días después completaba el cuadro de su vituperable actitud, diciendo:
“Se trataba, indudablemente, de un golpe de mano dirigido contra la Casa de
Gobierno. Ese fue el objetivo centralizado de la intención del fuego y del
bombardeo enemigo. Cuando el ataque se inició contra la Casa de Gobierno,
nosotros, por nuestros servicios de información, ya habíamos sido advertidos con
anterioridad, lo que nos permitió establecer inmediatamente nuestro puesto de
comando y responder a las acciones que el enemigo inició sobre la Casa de
Gobierno. Es indudable que de haber permanecido el gobierno en su sede natural,
habría sido destruido” (diario La Nación del 18/VI/1955).
En consecuencia, el forzado entusiasmo guerrero de los obreros, puramente obreros, y el
bastante incierto (aunque ruidoso) entusiasmo de los fanáticos y de los obligados por las
gangas que disfrutaban, redujo la belicosidad de las masas peronistas a expresiones
mínimas.
Por eso, para infundirles nuevos bríos, el ex mandatario había recurrido a la magia de su
renuncia, que esgrimió en la jornada del 31 de agosto (1955), diciendo al final de su
incendiario discurso de la tarde:
“Y ahora, compañeros, he de decir, por fin, que yo he de retirar la nota que he
pasado, pero he de poner al pueblo una condición: que así como antes no me cansé
de reclamar prudencia y de aconsejar calma y tranquilidad, ahora les digo que
cada uno se prepare de la mejor manera para luchar…
Pueblo y gobierno hemos de tomar las medidas necesarias para definir con la
mayor energía todo intento de alteración del orden. Pero yo pido al pueblo que sea
él también un custodio. Si cree que lo puede hacer, que tome las medidas más
violentas contra los alteradores del orden.”
Su objetivo era continuar gobernando (pues ya había lanzado la idea de una nueva
reelección) y, para lograrlo, no se paraba en medios: estaba decidido a llegar hasta el
crimen en masa, hasta “aniquilar y aplastar” a quienes quisieran impedirle imponerse a
la voluntad de la República y perpetuarse en el poder.
45
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
En el “Plan Político” del año 1951 (Capítulo II de la directiva general para los
ministerios, organismos, reparticiones, etcétera), dictado por el ex mandatario por
intermedio de Control de Estado, al referirse a los partidos políticos se expresa (anexo
13):
“El nacionalismo: En su parte opositora presenta una doble cara. Tiene su línea política
definida con la cual aspira llegar al poder mediante formas constitucionales de acción y
a su vez, posee un aparato de inteligencia para distribuir sus fuerzas en organismos del
Estado, especialmente Fuerzas Armadas y clero; en forma tal, que sus equipos
mantengan vinculaciones y contactos clandestinos.
La forma de actuar para atraer a este partido como adicto debe ser el apoyo moral y
material a la fracción que ha dado pruebas de respaldar incondicionalmente al gobierno:
la Alianza Libertadora Nacionalista.
Los órganos de lucha directa, cada uno en su esfera de acción, tenderán a cooperar o
facilitar lo expresado en el párrafo anterior.”
La Alianza Popular Nacionalista era, por lo tanto, una verdadera banda de facinerosos, a
órdenes directas del mandatario depuesto, tanto, que el Tribunal Superior de Honor
considera deshonestas esas relaciones, porque “un general de la Nación, ni puede
apoyarse en delincuentes comunes ni asumir públicamente su defensa sin mengua del
prestigio que corresponde a la alta jerarquía que inviste”.
En las actuaciones de la Comisión Investigadora Nº 59 (anexo 14) no consta que los
“jefes de manzana” encargados de quemar el barrio Norte de la Ciudad (de Buenos
Aires) (anexo 9), pertenecieran a la rebautizada Alianza Popular Nacionalista, como
tampoco que pertenecieran a la misma asociación los individuos que prendieron fuego y
saquearon el 15/IV/1953, el Jockey Club, la Casa del Pueblo, la casa Radical y la sede
del Partido Demócrata Nacional, ni los que cometieron iguales crímenes 16/IV/1955
contra el Palacio Arzobispal y las Iglesias de Buenos Aires, de Santo Domingo, San
Ignacio, San Nicolás de Bari, San Miguel Arcángel, Nuestra Señora de la Piedad, San
Juan Bautista y San Francisco. Ello podría significar que ha existido otra organización,
del tipo de las que el Código Penal define como “asociación ilícita” y que habría sido la
encargada de cumplir tales misiones.
Sin embargo, cabe de tener presente que en los noticiosos cinematográficos pasados en
los días de la revolución pudieron verse individuos con brazales como los de la Alianza,
facilitando la obra incendiaria de la curia eclesiástica el 16/IV/1955. ¿Serían de los
halcones negros citados por la Comisión Investigadora Nº 59 (anexo 14)
46
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
IV – Razonamiento
Ante los hechos comprobados, que ponen frente a frente, por un lado, el instrumento
creado por la civilización y los sentimientos humanitarios de los pueblos libres y
democráticos del mundo, para reprimir y proscribir el vandalismo anacrónico de unos
pocos pero temibles individuos desorbitados y, por el otro, un verdadero gangster
47
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
48
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
b) Instigación directa y pública a cometer genocidio (artículo III inciso c), por su
discurso del 15/IV/1953, en el cual, después de decir: “creo que, según se puede
ir observando, vamos a tener que volver a la época de andar con el alambre de
fardo en el bolsillo” (refiriéndose a un discurso suyo de años anteriores, en que
aconseja a la multitud a armarse de sogas y alambres para colgar a los
contrarios), respondió a las turbas que gritaban “¡leña, leña!”: “eso de la leña
que ustedes me aconsejan, ¿Por qué no empiezan ustedes a darla?” y esa noche
ardieron las cedes de tres partidos opositores y el Jockey Club.
También por su discurso del 31/VIII/1955, en el cual incitó a la violencia,
autorizó a matar a los adversarios “en cualquier lugar” y en la proporción de
cinco por cada peronista que cayera, y expreso: “…hemos de defender los
derechos y las conquistas del pueblo argentino aunque tengamos que terminar
con todos ellos”; agregando después: “que cada uno de ustedes recuerde que
ahora la palabra es la lucha y la lucha la vamos a hacer en todas partes y en todo
lugar. Y también que sepan que esta lucha que iniciamos no ha de terminar hasta
que no los hayamos aniquilado y aplastado”; para terminar diciendo: “¡Desde
hoy, han de venir acciones y no palabras!”.
c) Tentativa de Genocidio: (artículo III, inciso d), por su orden general Nº 1, con
que ordenó la acción de sus “fuerzas de choque”, dándoles la “misión
fundamental de aniquilar las fuerzas adversarias, dirigentes y perturbadores”,
imponiéndoles la consigna: “al atentado, contestar con miles de atentados”, en la
persona, la familia y los bienes de los opositores, cuya nómina acompaña y entre
los cuales figuran hasta las representaciones diplomáticas de Chile, Estados
Unidos y Uruguay. Además por haber organizado y preparado el incendio y
destrucción del barrio Norte de Buenos Aires, como lo declara él mismo en
reunión de gabinete.
d) Complicidad en el genocidio: (artículo III, inciso e), por haber permitido (si no
es que lo ordenó) el incendio y destrucción de las cedes de los partidos Radical,
Socialista y Demócrata Nacional y la casa Central del Jockey Club, en la noche
del 13/IV/1953, a raíz de su discurso enconado de ese mismo día y por haber
admitido (si no es que lo ordenó) la pasividad de la policía y los bomberos, que
nada hicieron por impedir el saqueo y la destrucción ni por aprehender y castigar
a los ejecutores materiales.
Asimismo, por haber permitido (si no lo ordenó el directamente o en plan
preestablecido) el incendio y destrucción de la Curia Eclesiástica y nueve
iglesias católicas de Buenos Aires en la noche del 16-17/VI/1955, como
represalia por los bombardeos del reciente movimiento revolucionario.
Para la debida apreciación del caso que consideramos es preciso tener en cuenta que la
falta de ratificación argentina de la citada Convención Internacional y de la concordante
ausencia en el país de la legislación punitiva y preventiva, recomendada en el artículo V
de aquella, por deliberada omisión del régimen depuesto, privan al gobierno de la
Revolución Libertadora de los recursos y resortes jurídicos creados por dicho
instrumento internacional.
49
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Pero desde que la impunidad de los culpables de tan repugnantes delitos es contra el
espíritu de la Asamblea general de las Naciones Unidas, que sancionó la referida
convención con el voto expreso de la República Argentina, y como el causante,
consiente de aquella omisión y culpable de tales delitos, ha huido y se cobija hoy al
amparo del derecho humano que proteje a los exiliados políticos en el campo
internacional, la cuestión debe llevarse a la Organización de Estados Americanos y a la
Organización de las Naciones Unidas, por vía diplomática correspondiente, para que,
sin faltar a las prescripciones formales establecidas para la vigencia y efectividad de los
resortes jurídicos contenidos en la convención del 9/XII/1948, aquellas entidades
promotoras y fiscalizadoras de los compromisos interestatales promuevan el
cumplimiento del principio de la cooperación internacional (tercer párrafo de los
considerandos de la convención) y el del castigo de los culpables de los delitos de
genocidio y concomitantes, recomendando a las partes contratantes firmantes y
adheridas (artículo XI) que:
1º- Declaren a Juan Domingo Perón culpable de los delitos de asociación para cometer
genocidio, instigación directa y pública a cometer genocidio, tentativa de genocidio y
complicidad en el genocidio, que la Convención para la Prevención y sanción del Delito
de Genocidio considera punibles en su artículo III.
2º- Declaren que, de conformidad con los términos del artículo XII de la Declaración de
los Derechos Humanos, del 10/XII/1948, y a los del artículo VII de la Convención
citada, dicho individuo no tiene derecho a ser amparado como exiliado político.
3º- Declaren al causante persona no grata y que, por lo tanto, no se autorizará su entrada
ni su permanencia en el respectivo país.
4º- Declaren la interdicción judicial de los bienes que posea en el respectivo país hasta
tanto pueda probar la propiedad legal de los mismos, enjuicio en el cual la contraparte
sea el gobierno argentino.
V- Argumentación corroborante
A los fines de una información complementaria, cabe expresar que las declaraciones
internacionales arriba mencionadas podrían encontrar fundamentos complementarios en
las siguientes circunstancias:
De este modo, es de esperar que se produzca la sanción universal de quien abrigara las
monstruosas ideas de asesinato en masa de un numeroso grupo de compatriotas y
extranjeros indóciles a su despótica autoridad y de que se aplique el espíritu que
50
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
IV – Proposiciones
Notas
(1) Corrobora y da la medida del proceder del ex mandatario para con los opositores lo
ocurrido en el caso del doctor David Michel Torino, de Salta (anexo 15).
(2) Existen vehementes sospechas de que fue una maniobra del gobierno y la policía
pues nunca se comprobó nada.
(3) Lo cual da gran verisimilitud a la hipótesis de que fue una maniobra del gobierno y
la policía
(4) Aunque sea un testimonio desagradable, en su espontanea declaración pública del
4/X/1955 el ex vicepresidente pinta esta comedia con veracidad: “Cuando los
acontecimientos estrechan su cerco alrededor de Perón y siente los impactos de la
opinión pública agraviada por la quema de la bandera y de los templos, proyecta su
penúltima farsa: el ofrecimiento de su renuncia al partido y a la CGT, en documento que
es modelo de hipocresía y simulación.”
51
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Fallo de la junta de Recuperación Patrimonial (1º Instancia) Sobre los Bienes mal
habidos por Juan Domingo Perón
FALLO 1ª Instancia.
CUERPO IV
Autos y Vistos:
a- Que a fojas 1/13 se presenta, por medio de apoderado, Juan Domingo Perón
formulando el reclamo a que se refiere el artículo 3º del decreto ley 5.148/1955,
oponiendo una excepción de incompetencia de jurisdicción y arguyendo la
inconstitucionalidad del mencionado decreto al que ataca por violatorio de los artículos
22, 26, 29, 35, 38, 68 incisos 23, 89, 90, 95 y 96 de la reforma constitucional del año
1949, correspondiente a los artículos 31, 14, 18, 28, 17, 67 incisos 23,94, 95, 100 y 101
de la Constitución de 1853 que rige en la actualidad. En el mismo escrito procura la
justificación de su patrimonio señalando para ellos que se halla formado por bienes que
fueron adquiridos en parte por donaciones que fueron efectuadas en los años de su
gobierno, ofreciendo, asimismo, la prueba que hace a su derecho;
b- Que a fojas 19/22 se dictó resolución intimando al presente para que dentro
del término de cinco días discrimine detalladamente los bienes que integran el indicado
patrimonio, bajo apercibimiento de estarse a los inventarios que se hayan practicado, y
para que dentro del mismo plazo indique cuáles de dichos bienes fueron adquiridos por
donaciones, acompañando los instrumentos que exige el artículo 3º del decreto-ley
5.148/1955, bajo pena de tenerse a la totalidad de su patrimonio como adquirido en
dicha forma; ambos apercibimientos se hacen efectivos a fojas 97 por no haberse
cumplido con las intimaciones antedichas;
c- Que a fojas 22 se ordena la recepción de la prueba, la que se produce
íntegramente según resulta de los informes de fojas 44, 46, 49/63, 65/66, 67, 72, 74/82,
84/97, 89, 90/91, 98, 102/104, 138/140, 173, 174, 193, 203/205 y 206.
d- Que a fojas 137, con fecha 19 de abril, se corre vista a la Fiscalía Nacional de
Recuperación Patrimonial, la que se expide con fecha 29 de junio en la forma que
resulta del dictamen de fojas 135/72;
e- Que por cuerda separada corren agregados los siguientes antecedentes que son
tenidos especialmente en cuenta para dictar esta sentencia: expediente Nº 71, Comisión
Nº 2 de la Comisión Nacional de Investigaciones, caratulado: “sueldos percibidos por el
ex presidente, declaración de réditos, informes del Registro de la Propiedad; expediente
Nº 220 de la Comisión Nacional de Investigaciones, caratulado: “Perón, Juan Domingo.
Quinta San Vicente”; copia de la declaración jurada de bienes de Juan Domingo Perón
suministrada por la Escribanía General de Gobierno; copia de los inventarios de bienes
muebles realizados por la Escribanía General de Gobierno; expediente Nº 2.345 de la
Comisión Nacional de Investigaciones, caratulado:”Perón-Dodero. Procedimientos”;
expediente Nº 4.174 de la Fiscalía Nacional de Recuperación Patrimonial, caratulado:
“Estancia Laguna del Norte y La Perseverancia, S.A.”; expediente Nº 11.563 de la
Comisión Nacional de Investigaciones, caratulado: “Aloé, Vicente Carlos. Tenencia de
acciones y valores por cuenta de tercero. Perón empresario, órganos y medios de
52
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
CONSIDERANDO:
53
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
54
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
55
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
56
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
FALLA:
57
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
58
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Fallo en Cámara
CUERPO V
SALA EN LO CONTENCIOSOADMINISTRATIVO
Voto de los doctores Juan Carlos Beccar Varela, Horacio H. Heredia y Adolfo Ricardo
Pablo Gabrielli
Vistos estos autos caratulados “perón, Juan Domingo (interdicto), comunica bienes
patrimoniales por intermedio de su apoderado”, venidos a conocimiento del tribunal en
virtud del recurso concedido a fojas 223 vuelta, por la Junta Nacional de Recuperación
Patrimonial, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 5º del decreto ley 5.148/55,
el doctor Beccar Varela, dijo:
59
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
60
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Una semana más tarde -17 de noviembre de 1945- la Junta Revolucionaria, por
decreto Nº 54, dispuso que las personas en la nómina elaborada por la comisión
calificadora –eran unas 165- deberían hacer una declaración jurada de todo su
patrimonio en un plazo de 15 días, en la que podían consignar todas las explicaciones
que juzgasen pertinentes para esclarecer el origen y legitimidad del mismo.
Por el artículo 3º se estableció que “los bienes no incluidos en la declaración a
que se refiere el artículo anterior se considerarán renunciados a favor del fisco nacional,
salvo que se pruebe dentro del término de seis meses que la omisión se debió a un error
excusable. Del mismo modo se procederá respecto a los bienes de personas que no
hicieren su declaración”.
Por último, el decreto Nº 64, dictado por la Junta Revolucionaria el 27 de
noviembre de 1945, creó el Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa, que
debía pronunciarse sobre los enriquecimientos en cuestión; transcribo por su interés los
considerandos en que se fundó la medida;
“La Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela: En
atención a que uno de los principales propósitos de la revolución que derrocó el régimen
de gobierno anterior es el de establecer la moralidad administrativa; en atención a que al
amparo de los privilegios derivados del ejercicio abusivo del poder, se lograron
enriquecimientos indebidos que la conciencia nacional repudia, tanto por señalados
funcionarios públicos como por algunos particulares en estrecha connivencia con ellos;
en atención a que es indispensable restituir al patrimonio público y de los institutos
autónomos de carácter público, previo examen realizado por un tribunal especial que
conozca en justicia de estos hechos, las cantidades adquiridas indebidamente al amparo
del ejercicio del poder, dicta el siguiente decreto Nº 64…”
Dicho decreto estatuye, a la vez, el trámite que debía seguirse ante el jurado.
Cabe destacar la disposición del artículo 7º, según la cual “contra las medidas y
pronunciamientos de cualquier naturaleza emanados del jurado de Responsabilidad
Civil y Administrativa no se concederá recurso alguno por lo que sus decisiones tendrán
fuerza de cosas juzgada”
c) En Francia, si bien la situación no es tan similar a la nuestra como las
analizadas precedentemente, también allí aprovechando el desorden proveniente de la
guerra y de la ocupación enemiga que siguió a la derrota, se produjeron
enriquecimientos indebidos.
Por ello, el gobierno de la liberación dicto la orden del 18 de octubre de 1944,
tendiente a confiscar los bienes ilícitos. Esta ordenanza fue modificada, completada y
codificada por otra del 6 de enero de 1945, que es la comúnmente citada, la que también
sufrió numerosas reformas.
Refiriéndose a la legislación dice Jules Chavenau en La Confiscation des profits
illicites: “Todas las guerras han sido, en la antigüedad como en nuestros días, la ocasión
para ciertos individuos poco escrupulosos, o hábiles para aprovechar las circunstancias,
de realizar ganancias considerables, mientras la masa de la población se sumergía en la
miseria.
La opinión, pues, se ha levantado siempre contra la inmoralidad de estos
provechos (o ganancias), y el poder público, en las diversas etapas de la historia, ha
intervenido regularmente, de una manera más o menos organizada, para ensayar de
hacer rendir cuentas a los aprovechadores, o a lo menos a aquellos de entre ellos que
parecían ser los más abiertamente comprometidos.”
d) En Alemania, si bien con otras características y otros alcances, se dictó
también por los aliados una legislación de emergencia, fundada en razones de justicia y
moralidad, que tuvo por efecto poner en entredicho, a base de presunciones de ilicitud,
61
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
62
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
63
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
64
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
65
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
66
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
67
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Por otra parte, debe observarse que no es el decreto ley por si solo el que
provoca, en todo caso, la consecuencia de la pérdida de los bienes interdictos, sino que
debe concurrir, necesariamente, la ausencia de invocación y prueba de título legítimo.
El decreto ley, por las razones antedichas, se limita a crear una sospecha o
presunción de ilicitud –por contrarios a la moral y buenas costumbres- respecto de los
modelos de adquisición de los bienes declarados interdictos (o de los fondos con que se
los compró).
Si el interesado destruye esa sospecha o presunción, la libre disposición de sus
bienes le es restituida plenamente, como ya ha ocurrido en algunos casos. En esos
supuestos, la propiedad resulta así haber estado sometida a una indisposición
temporaria, pero no ha sido aniquilada, ni mucho menos.
Si el interesado no destruye esa presunción, quiere decir que la sospecha se
confirma, y el desapoderamiento que se opera en consecuencia es justo.
En cuanto a que sea el Estado quien recibe los bienes, ello no le causa a los
afectados ningún agravio distinto del proveniente de la desposesión misma. En
consecuencia, carecen de interés jurídico para plantear tal cuestión que en todo caso,
afectaría a terceros y no a ellos, como queda dicho.
Esta consideración basta para desestimar la objeción que a ese respecto formula
el recurrente a fojas 9. Pero considero útil aclarar que en la mayoría de los casos no
existe o no se conoce un damnificado individual, siendo por ello lógico que sea la
comunidad toda, verdadera damnificada casi siempre, mediante su órgano jurídico, el
Estado, la que reciba esos bienes.
7º Antes de pasar al segundo grupo de impugnaciones, creo convenientemente
analizar aquí si los títulos invocados por el recurrente a los bienes denunciados, o que se
han tenido por tales, son o no legítimos.
Con referencia a la casi totalidad de los mismos se indica como título
adquisitivo, las donaciones que se hicieron mientras el interdicto ocupó la presidencia
de la República u otros altos cargos oficiales.
Sosteniendo la legitimidad de las mismas afirma el recurrente que no se ha
demostrado cuáles son los favores, prebendas o prerrogativas obtenidos por los
donantes, ni se ha probado la sugestiva coincidencia de fechas de que habla la Junta.
Olvida, empero, que de acuerdo con el sistema del decreto es él, precisamente,
quien debía demostrar que las donaciones reconocen causas extrañas a la magistratura o
función pública (artículo 3º, inciso e) y no la Junta lo contrario.
Ello no obstante, y no tanto para refutar este aserto del recurrente, sino más bien
como demostración del estado caótico a que hice referencia más arriba, paso a comentar
algunas de las donaciones que se le hicieron al reclamante mientras ocupó la presidencia
de la República. De este modo, quedará también justificada la razonabilidad de la
presunción creada por el artículo 3º, inciso e), en lo que al presente caso se refiere.
”He resuelto adoptar las medidas necesarias para traspasarle el inmueble del
boulevard Artigas Nº 116 de la ciudad de Montevideo, actualmente propiedad de una
68
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Esta carta ha sido aceptada como auténtica y emanada de su padre, por el señor
Alberto E. Dodero (fojas 22) y por el abogado, consejero y amigo de su firmante, doctor
Rodolfo Mezzera (foja 24)
De las declaraciones del escribano Gaucheron (fojas 194, expediente citado), y
del informe obrante a fojas 74/87 de los autos principales, resulta que Dodero (padre)
entregó a la Señora de Perón el total de las acciones de Territorial La Victoria Sociedad
Anónima de Montevideo, con un capital de $ 200.000 oro uruguayos, y cuyo activo
estaba constituido por la finca del boulevard Artigas Nº 116, de aquella ciudad, y por $
100.000 oro uruguayos en acciones del Victoria Plaza Hotel. En el mismo sentido el
doctor Mezzera en su declaración (fojas 31).
La finca del boulevard Artigas fue vendida y su precio, convertido en dólares
americanos (70.569), fue entregado por Gaucheron al mayor Renner, quien manifestó
en sus declaraciones haberlo puesto en manos del ex presidente. El recibo firmado por
Renner, así como el de custodia de acciones de la sociedad Victoria Plaza, por un valor
nominal de $ 100.000 oro uruguayos, y la totalidad de las acciones de La Territorial
Victoria, fueron entregados por el escribano Gaucheron al interventor guardián de los
bienes del ex presidente, con fecha 27 de octubre de 1955, según consta en acta Nº 47,
del libro de actas (1947) de la Escribanía General del Gobierno de la Nación.
Según declaraciones del señor Alberto E. Dodero, corroboradas por las de Aloé,
del ingeniero Urbano Aguirre, presidente de la empresa constructora Capresa S.A. y
otras agregadas a los expedientes indicados más arriba, Dodero (padre) pagó la
construcción de la casa que se levanta en la quinta de San Vicente, iniciada en el año
1947, y cuyo costo final excedió del millón de pesos moneda nacional. A estar a lo que
resulta del paquete de facturas y recibos acompañados por el señor Dodero (hijo) a la
Comisión Nacional Investigadora, su padre habría costeado también los gastos de
instalación de la referida casa, así como la de la calle Teodoro García, en Belgrano.
De esas facturas resultaría también el pago de varios millones de francos en
conceptos de alhajas y vestidos de la Señora del ex presidente, durante los años 1947 a
1950.
Dando cumplimiento a la promesa hecha por Alberto A Dodero en su carta del
24 de febrero de 1947, y después de las laboriosas negociaciones a que se refieren las
declaraciones prestadas por sus actores en los expedientes de referencia, los hijos de
Dodero, con fecha 25 de febrero de 1954, por escritura pública pasada ante el escribano
Gaucheron, donaron sin cargo ni reserva alguna a la señora de Perón (que ya había
fallecido) “y a sus sucesores”, el dominio de los inmuebles de la avenida Callao
1944/1948 y Gelly y Obes 2287/89.
Lo dicho en cuanto a las “donaciones” hechas por los señores Dodero al ex
presidente o a su esposa. Veamos ahora las negociaciones y disposiciones que el mismo
aprobara durante esos años y que, de un modo u otro, afectaban a los señores Dodero o
a sus empresas.
69
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
70
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
71
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
72
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
73
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
74
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Vuelta al Senado, este cuerpo aceptó la mayoría de las reformas (2 de julio de 1942),
pero diputados, aunque llegó a tener despacho de comisión, no fue tratado.
El trámite referido, así como otros proyectos –entre ellos, el del diputado
Cisneros-, provocaron elogiosos comentarios en los diarios y un prolijo estudio del
Instituto Argentino de Estudios Legislativos, publicado en 1941.
En todos estos antecedentes se da por sentado que el enriquecimiento de los
funcionarios no justificado es ilícito, considerándose necesaria la creación de un tipo
especial de delito que obviase la dificultad de la prueba de los hechos mediante los
cuales se lo configura, a cuyo fin se invierte el onus probandi.
Después de reinstalado en Congreso en 1946 se presentaron varios proyectos en
el mismo sentido, tanto por los legisladores oficialistas como por los opositores, los que
en ningún caso fueron sancionados.
Y este estado de la conciencia social no solamente se tradujo en simples
proyectos sino que también tuvo consagración formal en el decreto Nº 7.633, del 17 de
septiembre de 1943, que creó el delito de enriquecimiento ilícito para los funcionarios o
empleados públicos que directamente, o por personas interpuestas, lucren ilícitamente
en beneficio propio o de terceros, mediante el ejercicio de su cargo o por la influencia
derivada del mismo; impuso la obligación de presentar una declaración jurada
detallando el contenido del patrimonio; y dispuso que los bienes que constituyen el
enriquecimiento ilícito o su valor cuando ellos hubieran salido del patrimonio del
condenado, corresponderían, salvo los derechos de terceros no beneficiados con el
delito, al Consejo de Educación.
Y, por último, los decretos 7.843 del 4 de mayo de 1953 y 1.677, del 5 de
febrero de 1954, reglamentaron las presentaciones de declaraciones juradas de los
bienes de funcionarios y empleados y de sus familiares; y el primero creó los registros
del Personal Civil de la Administración Pública y de Declaraciones Juradas
Patrimoniales, disponiendo, en su artículo 13, que el Ministerio de Justicia debía
proyectar la reforma del Código Penal a fin de incorporar la represión del
enriquecimiento ilícito.
Y bien, tal repulsa por la moral pública es de suyo suficiente para configurar el
ilícito civil, sin que haya menester de una consagración expresa legal.
Aserto éste que se ve confirmado, en primer término, por la propia constitución.
El artículo dice que “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofenden
al orden y a la moral pública solo están reservadas a Dios y exentas de la autoridad de
los magistrados”; lo que, a contrario, quiere decir que cuando actos tales de algún modo
ofendan a esa moral quedan sometidos, por ello, a la jurisdicción de las autoridades, con
lo que está consagrado el principio de su ilicitud.
Consecuentes con ese enunciado constitucional, son muchas las disposiciones
que así lo consignan a texto expreso. En el Código Civil abundan los preceptos sobre el
punto. El artículo 953, al hablar del objeto de los actos jurídicos, excluye del mismo a
los hechos contrarios a las buenas costumbres. Y téngase presente que la norma no
requiere que, para ser tales, deban hallarse prohibidos por la ley, puesto que a
continuación menciona, como otra categoría de ilicitud, a estos últimos (“contrarios a
las buenas costumbres o prohibidos por las leyes”, dice); es decir, que para tornar ilícito
un acto basta con que su objeto sea un hecho contrario a las buenas costumbres, aunque
no haya sido materia de contemplación legal. Análogo principio contiene el artículo 530
respecto de las condiciones, al decir que las mismas dejan sin efecto la obligación
cuando son contrarias a las buenas costumbres o prohibidas por las leyes. Esto se repite
en muy numerosas disposiciones, pudiendo citarse, a título de ejemplo, los artículos
75
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
792, 794 y 795, relativos a la repetición de lo pagado, el 564 que se refiere a los cargos
y el artículo 1.626 sobre locación de servicios.
Toda la construcción jurídica realizada por la jurisprudencia respecto de los
intereses usurarios, constituye otro factor de decisiva importancia para la confirmación
de lo que sostengo. En efecto, el artículo 621 del código consagra un doble principio de
libertad en cuanto las partes son libres para estipular o no intereses y en cuanto pueden
estipular los intereses que quieran cualquiera sea su tipo o monto (ver Salvat:
Obligaciones, 1923, página 193). A pesar de tan expresa disposición, los tribunales, en
nombre de la moral y buenas costumbres, han reducido el interés consignado en las
convenciones privadas, cuando su tasa se consideró excesiva. “Que si bien la ley no
limita la tasa del interés convencional ni coarta la libre contratación de cláusulas que
aseguren el cumplimiento de las obligaciones, prohíbe sin embargo la celebración de
contratos violatorios del orden público, moral y buenas costumbres, cuya apreciación
prudencial corresponde a los magistrados dentro de las circunstancias particulares de
cada caso (artículos 530, 792, 1.167 y concordantes del Código Civil)”, ha dicho la
Cámara Civil 1ª con fecha 21 de mayo de 1926 (J.A. 20:224). Y la Cámara Civil 2ª:
“Que si bien los contratantes tienen, en principio, el derecho de estipular el interés que
crean conveniente (artículo 621 del Código Civil), esta disposición no puede invocarse
para amparar intereses fuera de toda proporción con la índole y convicciones de la
operación realizada, porque ello sería contrario a las disposiciones del mismo Código
Civil, que exigen que los actos jurídicos no contengan cláusulas contrarias a la moral ni
a las buenas costumbres (artículo 953).” (J.A., 33:546.) De sentencias como éstas están
cuajados los repertorios de jurisprudencia (véase: J.A., 29:153 y 182; 28:919; 24:943;
18:478; 26:259; 31:884; 36:1372; 34:445; 38:1070; 42:262; 43:223; 38:285; 42:813;
40:173; 47:848; 51:474; 50:189; 56:155; 60:916; 60:522; 54:932; 63:126; 67:851;
64:122; 64:763; 63:162; 63:227; 64:243; 69:431; 71:874 y 47; 1942-I-500; 1943-II-446;
1943-III-147; 1942-III-117; 1944-I-755; 1944-II-517; 1945-I-474; 74; 112; 1947-II-
108; L.L., 7:214; 8:848; 4:280; 2:831; 8:704; 11:654; 12:896; 15:1059; 9:456; 12:221;
11:104; 20:233; 18:213; 20:412; 35:326; 39:253; 39:37; 41:474; 43:429; 46:265;
51:746; 69:578; 70:562; 70:346; Fallos: 211:228).
Por otra parte, utilizando las disposiciones contenidas en el Código Civil sobre la
causa, los tribunales en Francia como en nuestro país, han realizado una verdadera
policía de moralidad y buenas costumbres sobre las convenciones celebradas por las
partes. Es así como Harven (ver Galli: El problema de la causa y el Código Civil
Argentino, página 112) ha podido decir que el creciente descrédito del concepto
individualista de la libertad para contratar, trajo como correlativo la necesidad de
reconocer a los jueces una intervención mayor en las relaciones privadas, en vista a
asegurar la observancia de una moralidad adecuada a cada época. Si el texto no hubiese
existido, la jurisprudencia lo habría inventado, pero como existían los artículos sobre la
causa, cuyo sentido exacto no se percibía bien, se obtuvo un instrumento cómodo para
aniquilar los efectos de la voluntad individual cuando no está de acuerdo con lo que
debe considerarse la moralidad y el contenido social de las normas jurídicas. Por su
parte, Planiol y Ripert (Traité Practique de Droit Civil Français, tomo VI, página 225),
refiriéndose a las disposiciones contenidas en el Código de Napoleón sobre la causa en
los contratos, dicen: “Pero en el fondo estos tres artículos no tienen otro objeto que
afirmar un principio tan evidentemente necesario que se hubiese impuesto aun en caso
de silencio del código: a saber, que el derecho no puede ni directa ni indirectamente
sancionar un acto jurídico contrario a la moral o al orden público.”
En lo que respecta a nuestro país, la Cámara Civil 1ª, con fecha 25 de Octubre de
1946, ha dicho: “La causa ilícita es tal cuando contraría las buenas costumbres, que
76
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
comportan el respeto debido a las reglas morales impuestas por la convivencia y que,
como cuestión de hecho, queda librada a la apreciación de los jueces, de acuerdo a las
modalidades de cada caso concreto.” (L.L., 44:546.) Doctrina que ha sido
reiteradamente repetida, como puede verse en L.L., 12: 233; 13: 885; 44: 26; 42: 889;
58:364; 64:222; J.A., 3:840; 8:251; 14:1092; 7:276; 12:173; 7:47; 20:951; 26:1267;
22:1101; 30:465; 36:543; 38:995; 53:670; 66:620.
Y, por último, con respecto a la cláusula penal, Colmo (Obligaciones, 1928,
página 137), después de comentar que puede ella resultar excesiva con relación a la
obligación principal y de sostener que la jurisdicción podría atenuarla, agrega: “Bastaría
con aducir, en apoyo legal de tal criterio, que las estipulaciones contractuales no pueden
ser fuente de enriquecimiento de una de las partes en detrimento de la otra, pues supone
una ponderación de ventajas recíprocas, y que lo que puede resultar en contrario es
inmoral e ilícito, por donde no puede fundamentar ningún derecho ni acción alguna
(artículo 502). Si en tal sentido se ha resuelto por nuestros tribunales en más de un caso,
a propósito de los intereses evidentemente usurarios, aunque nuestro código no los
fulmine (artículo 621), como ha ocurrido, por ejemplo, en el caso fallado por la Cámara
de Comercio a propósito de una obligación con intereses mensuales del 20 por ciento
(diario “La Nación” de 27/XI/1914; ver Cámara Civil 1ª en G. F., 21:11; Cámara Civil
2ª en G. F., 63:13; 68:303; 69:49; 71:43); no se ve por qué no cupiera hacer lo propio
ante situaciones como la que estudio fundamentalmente ideológicas a aquellas
(argumento de nuestro artículo 2056).”
La afirmación de ese gran jurista era exacta cuando la formuló, al extremo de
que la Cámara Civil 1ª llegó a decir, con fecha 28 de febrero de 1944, que “El criterio
de reducción de intereses excesivos convenidos en contratos de préstamos de dinero, es
inaplicable tratándose de cláusulas penales” (J.A., 1944-I-543). No obstante, la Cámara
2ª del mismo fuero había ya afirmado lo contrario con fecha 11 de febrero de 1941
(J.A., 73: 678). Con posterioridad, la jurisprudencia se orientó decididamente en el
sentido por él indicado; y fue así como el propio tribunal que había formulado una
afirmación contraria, en sentencia del 2 de julio de 1943, expreso: “Los jueces tienen la
facultad de disponer la reducción a los límites de los intereses usurarios, y en su caso
también de las cláusulas penales para moderar lo que fuere excesivo” (L-L., 39: 253).
Análoga doctrina sostuvo la Cámara Federal de Rosario (L.L., 49:489) y la Sala D de la
Cámara Civil de esta Capital (L.L., 62: 424).
Frente a las conclusiones que quedan expuestas, sólo resta por establecer si el
enriquecimiento con que se ha beneficiado el interdicto a que se refieren estas
actuaciones configura algún supuesto que pugna con la moral y las buenas costumbres.
Resulta de autos que la gran mayoría de los bienes que han acrecentado su
fortuna, mientras ejercía la función pública, tienen origen en donaciones. Es indudable
que nada tiene de particular que el primer mandatario reciba algunos obsequios, pero
cuando tales regalos, por su importancia y cantidad, adquieren proporciones tan
enormes, como ocurre en este caso, esos obsequios se transforman en dádivas (artículo
259, Código Penal), que los más elementales principios de moral y buenas costumbres
rechazan.
Por ello, no es posible afirmar que el decreto ley impugnado haya creado una
categoría de ilicitud nueva, sino que simplemente ha recogido en su texto un instituto
que ya estaba incorporado definitivamente a nuestra legislación. Y, por tanto, mal se
puede sostener, como lo hace la defensa, que el interdicto hubiera adquirido sus bienes
por medios que antes eran lícitos y que ahora se ven convertidos en ilícitos, por el efecto
retroactivo de dicha norma.
77
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
78
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
79
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
arbitraria o con fines persecutorios, sospecha de la que están libres los organismos
judiciales permanentes. Y bien, en el caso no se dan tales posibilidades porque de las
decisiones de la Junta Nacional de Recuperación Patrimonial puede recurrirse para ante
este tribunal, que está facultado para revisar su decisión. Con ello, se desvanece toda
sospecha de arbitrariedad y la prohibición constitucional no juega.
Por estas circunstancias, la Corte en el caso “Frigorífico Anglo Sociedad
Anónima c/ Gobierno Nacional sobre revocación de multas impuestas en virtud de
preceptos de la ley 11.226, dijo “…que ningún precepto constitucional se opone a que
el Congreso –procurando con la sanción directa e inmediata de tales infracciones hace
más eficiente su control y prevención- faculte al Poder Ejecutivo a obrar como juez
administrativo e imponer sanciones como la multa cuya legitimidad se cuestiona,
siempre que se deje expedita la instancia judicial; y con este criterio ha dictado los
preceptos similares de las leyes de aduana, de impuestos internos, de ferrocarriles, la Nº
8.999, etcétera, que facultan al poder administrador a imponer sanciones diversas que
no excluyan la decisión judicial sobre su procedencia definitiva…”. Y más adelante,
haciéndose cargo de la impugnación de inconstitucionalidad por supresión de la
instancia inferior, agregó: “el actor sostiene que la ley 11.226 es también repugnante a
la Constitución Nacional porque, suprimiendo la primera instancia judicial, crea una
jurisdicción de excepción contraria al principio del artículo 18 constitucional”.
“Tampoco es real ese supuesto agravio. Aparte de que ninguno de los preceptos de la
Constitución hace imperativa la existencia de la instancia múltiple, no se percibe que se
vulneren las garantías consagradas en los artículos 16 y 19, con el procedimiento
establecido por la ley 11.226. Y no es superfluo recordar que ese procedimiento no es
novedoso en nuestra legislación, pues las leyes 11.575 y 11.110, han instituido también
el recurso de apelación directa ante la Cámara Federal, o ante el juez civil en turno, y su
constitucionalidad ha sido plenamente reconocida” (171: 366).
Esta doctrina fue repetida por el Tribunal a propósito de las facultades
jurisdiccionales conferidas a organismos administrativos: en materia de leyes obreras
(198: 79; 187: 79; 195:50; 191:327); en asuntos impositivos (198:142y 310; 193:404);
respecto de multas por agio (201:428; 207;90; y 165); con relación a la Cámara de
Alquileres (201: 492); sobre multas municipales (193:408; 202: 524).
80
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
el recurrente ha oído y ha podido ejercitar sus medios de defensa (121: 399; 123: 253;
137: 255; 138: 188; 138: 395; 149: 272; etcétera).
En cuanto a la proscripción de la prueba testimonial, el recurrente persigue una
declaración teórica, ya que no intentó valerse de tal medio probatorio, y, por ello, el
tribunal no puede considerar esa defensa. Lo mismo cabe concluir respecto a la
impugnación por el hecho de que los bienes de los interdictos que no se hayan
presentado en término a formular sus reclamaciones, pasan a poder del Estado, toda vez
que el recurrente se presentó y dedujo todas sus defensas.
81
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
82
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
III.- Los antecedentes expuestos revelan que en toda época han constituido una
preocupación de los pueblos el evitar y reprimir actos contrarios a la moral
administrativa realizados por funcionarios inescrupulosos en beneficio personal o de
terceros.
Esa misma preocupación se evidencia a través de los fundamentos del decreto
ley 5.148/55 que persigue como finalidad esencial “la responsabilidad de los
funcionarios y empleados públicos cuyo enriquecimiento injustificado, así como el de
sus cómplices, es conducta reprochable, desdorosa y prohibida…”
Tendiente a lograr ese propósito, el decreto ley mencionado crea un organismo
que denomina Junta Nacional de Recuperación Patrimonial al cual le atribuye funciones
jurisdiccionales para decidir sobre la legitimidad de los bienes sometidos a
investigación; establece también las reglas a las que debe ajustarse el procedimiento, los
plazos para cumplir los actos procesales, la carga de la prueba –que se impone al
investigado-, los medios de prueba –de los que se excluyen los testigos- y por último el
recurso ante la justicia. Determina igualmente que hasta tanto se dicte la resolución
definitiva los bienes de las personas alcanzadas por el decreto ley quedan interdictos.
IV.- Comprendidos entre esos bienes los del ex presidente Juan D. Perón
(artículo 14 del decreto ley), su representante letrado –no obstante ajustarse a las
exigencias establecidas tendientes a demostrar el origen de los mismos- impugna dicho
régimen legal por considerarlo incompatible con la Constitución Nacional. En ese
83
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
sentido, formula tres especies de objeciones: 1) porque crea una comisión especial con
atribuciones jurisdiccionales, propias de la justicia; 2) porque restringe el derecho de
defensa en juicio; 3) porque afecta derechos adquiridos al amparo de leyes anteriores.
1º -Antes de entrar a estudiar la primera de las objeciones formuladas conviene
dejar debidamente caracterizada la naturaleza jurídica de la Junta Nacional de
Recuperación Patrimonial y de la Materia propia en que interviene.
84
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
naturaleza pública de los intereses cuya tutela se persigue, sean juzgados por
funcionarios u órganos administrativos con formalidades especiales (Fallos, 157:286),
siempre que se deje expedita la instancia judicial (Fallos, 177: 194; 198: 142; 201: 428)
y se respeten las garantías y derechos que consagra la Constitución Nacional y, en
particular, la de la inviolabilidad de la defensa en juicio (Fallos, 198: 78; 207: 293; 209:
28). El esfuerzo constitutivo de la Corte Suprema, respecto a la validez constitucional
de la jurisdicción administrativa, se lo ha resumido en estos términos: “a) que no se
prive a los jueces de la decisión en las causas de derecho común que tradicionalmente
les corresponde, ni substraiga a su conocimiento otros supuestos que aquellos en que
una clara razón de conveniencia pública lo haga necesario; b) que se arbitre un
procedimiento que otorgue a los interesados adecuada audiencia y oportunidad
suficiente de prueba; c) que se conceda contra la resolución final administrativa de
cierta gravedad un recurso para ante los tribunales de justicia” (Esteban Imaz, La
jurisdicción administrativa independiente y la Corte Suprema, en Boletín del Instituto
de Enseñanza Práctica de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, tomo 8, Nº 36,
página 55).
85
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
negocios privados –aunque con la intervención del Estado- y también porque existen
principios contenidos en el Código Civil, como los artículos 953 y sus concordantes (18,
21, 530, 1167, etcétera), en cuanto declaran la nulidad de actos jurídicos que tienen un
objeto ilícito, contrario a las buenas costumbres o prohibido por las leyes, que por su
generalidad tienen un fin común y se apoyan recíprocamente.
Relacionando lo expuesto con la primera de las objeciones que se hace al decreto
ley 5.148/55, se concluye que la naturaleza jurídica de la Junta por él creada y la índole
de la materia que es de su competencia, así como también el contralor judicial que sobre
sus decisiones definitivas tiene la justicia por medio del recurso que autoriza al artículo
5º, permite afirmar que, bajo ningún concepto, puede ser equiparada a una “comisión
especial” de las que la constitución rechaza.
Las resoluciones definitivas que la Junta se halla facultada a decidir, solo pueden
considerarse como tales con relación al propio organismo, como ocurre, por ejemplo,
con las decisiones jurisdiccionales de muchas de las juntas reguladoras de la economía.
Eso no quiere decir, sin embargo, que sean irreversibles por el Poder Judicial; si así
fuera, evidentemente, se estaría en presencia de normas inconstitucionales y podría
decirse con razón que las facultades acordadas para dictar resoluciones con ese alcance
serían contrarias a la norma constitucional que prohíbe al presidente de la República y
consiguientemente a sus órganos administrativos, “ejercer funciones judiciales”. El
contralor jurisdiccional que cumple el Poder Judicial es lo que da certeza a los derechos
y garantías de los habitantes consagrados por la Constitución Nacional.
86
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
87
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
interés público que han determinado su sanción. Ello justifica los medios arbitrados, que
sin ser contrarios al orden legal, quizá en otras circunstancias no habría habido
necesidad de recurrir a ello. “Las condiciones extraordinarias –ha dicho la suprema
corte de Estados Unidos- pueden exigir remedios extraordinarios. Pero necesariamente
el argumento se detiene bruscamente ante un intento de acción justificada, que se halla
fuera de la esfera de la autoridad constitucional” (A. L. A. Schechter Poul-try Corp. V.
United States, 295 U. S. 490). Nuestra Corte Suprema, por su parte, tiene expresado que
“hay restricciones a la propiedad y a las actividades individuales, cuya legitimidad no
puede discutirse en principio sino en extensión. Tales son las que se proponen asegurar
el orden, la salud y la moralidad colectivas…” (Fallos, 136: 171).
La justificación jurídica de leyes dictadas en circunstancias excepcionales por
las que puede atravesar un Estado, cualquiera sea el origen de éstas, en lo que atañe al
derecho público positivo, se ha dado en los siguientes términos. “La Constitución, ante
todo, y las leyes, protegen por declaraciones y garantías individuales y colectivas, los
atributos de la personalidad, su libertad, su honor, su propiedad, su integridad física y
moral. Pero el deber de asegurar el bienestar general, la seguridad colectiva, la salud y
la moral públicas –todo lo que entra en el derecho de conservación- es deber especial
del Estado. El peligro colectivo afecta la existencia misma de los elementos
constitutivos del Estado, por ejemplo, de la población; por lo demás, es deber del
Estado, asegurar también la integridad física y moral de los individuos, en si
considerados, no ya en su conjunto; pero la acción del Estado como poder
administrador, se dirige, en primer término a la colectividad y solo mediatamente mira
el interés individual. Contra ese peligro, reacciona el Estado –es decir, sus órganos- aún
a falta de normas que autoricen la reacción y sin necesidad de invocar subjetivos, sino
como obra el individuo amenazado por un peligro en su persona o en sus bienes, si ese
peligro es grave e inminente. Esa reacción no constituye un derecho orgánico, según
dijimos, sino el ejercicio de una actitud de defensa a otra acción o situación cuyas
consecuencias no podrían evitarse ni repararse de otro modo para volver las cosas al
estado amenazado por la situación peligrosa” (Bielsa), El estado de necesidad con
particular referencia al derecho constitucional y administrativo (Anuario del Instituto de
Derecho Público, Rosario, tomo 3, mayo 1939, abril 1940, página 61).
88
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
89
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
90
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
91
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
VII.- Desde que la humanidad existe, desde que de ella tenemos conocimiento
por la historia, ciertas palabras, como deber, justicia, honradez, honestidad y muchas
otras que llevan en si la idea del bien tienen para ella un solo significado: lo que se
estima como más puro, la aspiración superior de nuestros pensamientos y la regla de las
acciones. Este principio, que no ha nacido de ninguna convención humana y que
precede a todas las leyes –muchas de las cuales lo consagran-, emana de lo más íntimo
de la conciencia de ese “tribunal interior e inflexible que –al decir de Platón- reside en
nosotros y que no deja sin castigo ningún crimen en la vida”.
92
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
93
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
94
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Comparto plenamente las razones que fundan el fallo de fojas 260, contra el cual
se ha deducido recurso extraordinario ante vuestra excelencia. Por ello he de limitarme a
una breve consideración de los agravios enumerados en el escrito de fojas 310, ya que
los mismos fueron exhaustivamente estudiados por él a quo con motivo del recurso de
apelación interpuesto contra la decisión de la Junta Nacional de Recuperación
Patrimonial.
1º Es infundado sostener que la medida dispuesta en el decreto ley 5.148/55 para
el caso en que no se demuestra la licitud de la adquisición de los bienes de las personas
allí enumeradas, importe la confiscación total de bienes prescrita por la Constitución
Nacional, artículo 17
Tal como lo pone de manifiesto el fallo recurrido, lo prohibido por nuestra Carta
Magna no es todo comiso o desapoderamiento de bienes, sino la confiscación “total”
impuesta como “pena”, es decir, como un mal impuesto al delincuente en “retribución”
de su delito.
El desapoderamiento de bienes dispuesto por ley en concepto de “restitución” o
de “reparación” no constituye, como es evidente, confiscación en el sentido de la
mencionada cláusula de la Constitución Nacional, como no lo es, por otra parte, el que
resulta de la multa o el comiso, aunque de hecho pudiera insumir el patrimonio de una
persona.
La obligación de restituir lo mal habido, lo adquirido ilícitamente, fundamento
del decreto ley 5.148/55, no viola, pues, por si, bajo este aspecto ningún precepto
constitucional.
95
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
96
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
de adquirir la propiedad que antes no lo eran, sino que pone de relieve una ilicitud que
ya era tal ante la ley y la jurisprudencia vigentes en la época en que los bienes pasaron a
poder de los interdictos. La existencia de esa ilicitud, frente a las normas de derecho
común, ha sido establecida irreversiblemente por la sentencia recurrida.
SENTENCIA:
97
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
98
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
99
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
100
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
101
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
a) Que, como primer motivo del recurso, se alega que el decreto 50148/1955 –
que creó la Junta Nacional de Recuperación Patrimonial- es violatorio del artículo 18,
Constitución Nacional, y está en contradicción con lo manifestado, en noviembre
12/955, por el propio gobierno provisional al proclamar el restablecimiento del Poder
Judicial en toda su plenitud, que la Junta Nacional de Recuperación ha actuado en el
caso como “comisión especial”, dependiente del Poder Ejecutivo y que su
inconstitucionalidad no se salva por otorgarse contra las resoluciones de la junta
recursos ante el Poder Judicial.
Que, como bien se expresa en la sentencia recurrida, la Junta Nacional de
Recuperación Patrimonial es un organismo con funciones jurisdiccionales y no un
tribunal de justicia, de los mencionados por el artículo 94 de la Constitución (NOTA
actual artículo 108 – reforma de 1994), y que responde a finalidades de bien público
claramente enumeradas en el decreto 5.148/55. Conforme a él y a los antecedentes ya
citados, estuvo dentro de los objetivos de la revolución, no sólo el restablecimiento de
las instituciones subvertidas, sino también la privación de las garantías adquiridas
ilícitamente por todos aquellos que detentaron el poder o se valieron de él durante el
régimen depuesto, transfiriéndolas al Estado en beneficio de la comunidad. Así ha
podido considerar el decreto que, para cumplir estos objetivos de carácter patrimonial,
era “urgente y necesario seguir y salvar las deficiencias y obstáculos de orden procesal
que presenta el régimen jurídico vigente, no establecido para situación tan excepcional,
arbitrando las normas y procedimientos adecuados al logro de los fines primordiales de
la revolución”.
La posibilidad de una legislación especial con impostergables necesidades
públicas, ha sido reiteradamente reconocida por esta corte, aún en épocas de normalidad
institucional, como compatible con los principios y las normas de la Constitución. Así,
en Fallos: 193, 408, dijo “que la jurisprudencia, encargando la complejidad de las
funciones de la administración, ha encontrado admisible que cierto tipo de negocios o
infracciones, por razón de la naturaleza pública de los intereses cuya tutela se procura,
sean juzgados por funcionarios y formalidades especiales. El tribunal ha contemplado
alguno de esos supuestos y admitido la validez de los procedimientos arbitrados con el
fin de hacer posible y eficaz la aplicación de las disposiciones legales que rigen o
sancionan los asuntos de que se trata (Fallos: 156, 81; 157, 386; 187, 79; 190, 101; 191,
497 y 514 y otros). Esta doctrina ha sido posteriormente mantenida en Fallos: 198, 142;
201, 428 y los allí citados.
Lo mismo se ha declarado por la Corte Suprema de los Estados Unidos, de cuyo
sistema constitucional deriva en buena parte el nuestro: “No constituye un requisito
indispensable del debido procedimiento –decía el Chief Justice Stone, exponiendo la
opinión de la corte- que cualquier trámite que afecte a la propiedad o libre disposición
de objetos de propiedad, se efectúe exclusivamente por vía judicial. Dicho
procedimiento legal no condena los trámites legales referentes a derecho de propiedad
que, por la admisión del recurso posterior ante los tribunales, aseguran a las partes
disconformes una posibilidad apropiada de ser oídas. Ejemplos familiares ofrecen las
resoluciones y providencias de los organismos (agencies) administrativos que
determinan derechos, sujetos a la subsiguiente revisión judicial” (Anderson National
Bank v. Luckett J. E. y otros, 321 U.S. 233).
102
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
103
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
cosas –que toda legislación seria debe respetar en primer término- las que exigen que
sea el funcionario quien produzca la prueba de la legitimidad de su enriquecimiento, no
el Estado la de la ilegitimidad; es aquél el que está en las mejores condiciones para
suministrar esa prueba, en tanto que para este existiría, si no una imposibilidad, una
grave dificultad evidente.
Tampoco puede constituir óbice constitucional la exclusión de una cierta clase
de prueba –en este caso la de testigos-, pues la facultad de hacer tal exclusión entra en el
ámbito de los poderes normales del legislador, en atención a la naturaleza y
modalidades de la relación jurídica a legislar. El Código Civil, verbigracia, contiene
exclusiones de esa índole que nunca han dado motivo a reparos constitucionales
(artículos 255, 1.017, 1036, 1190 a 1194, etcétera).
En cuanto a la impugnación del decreto citado por condenar a la pérdida de los
bienes a quienes no se presentan a justificar la legitimidad de su adquisición, es extraña
al recurrente, como señala la apelada, desde que él se ha presentado. La cuestión tiene,
un carácter puramente abstracto y no puede fundar el recurso ni ser decidida por el
tribunal en esta ocasión.
104
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Florentino Rocha Dçiaz, de la Agencia ANA, resultando contener dos sobres cerrados y
lacrados, con el sello de la Presidencia de la Nación, con las siguientes leyendas:
“Declaración de bienes del presidente de la Nación, general de brigada Juan Perón
hacha el día siete de junio del año mil novecientos cuarenta y seis.- Juan Perón.-
General.” El segundo dice: “Declaración de bienes de la señora María Eva Duarte de
Perón el día siete de junio de mil novecientos cuarenta y seis –Juan Perón.- General.”
Abierto el primero de ellos por los mismos señores fue retirado un pliego que dice: “En
la Cuidad de Buenos Aires, a los siete días de junio de mil novecientos cuarenta y seis,
declaro bajo juramento, a los fines de establecer mis bienes al día de la fecha, que no
poseo sino lo que a continuación detallo; a) Bienes personales: una quinta, con casa
habitación en el pueblo de San Vicente, provincia de Buenos Aires, en total dieciocho
hectáreas. Un automóvil Packard, efectos personales; b) Bienes testamentarios
indivisos. Parte correspondiente en la testamentaria de mi padre, Mario Tomás Perón,
que corresponde, indivisa y bajo la administración de mi madre, lo siguiente: un
establecimiento de campo en Sierra Cuadrada, Comodoro Rivadavia, Chubut,
comprendido campo, instalaciones y hacienda; una bóveda en el cementerio de la
Chacarita. Un terreno en el pueblo de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires. Es
cuanto poseo y en este acto declaro no deber ni haber debido nada a nadie.- Juan Perón.-
General.” A continuación el excelentísimo señor presidente pide que se dé lectura del
certificado expedido por el Banco Hipotecario Nacional con fecha treinta de noviembre
próximo pasado, en el que consta que es deudor de dicha institución del préstamo Nº
472.512 suburbano, por la suma de cincuenta mil pesos moneda nacional, con garantía
hipotecaria sobre el inmueble ubicado en el pueblo de San Vicente, provincia de Buenos
Aires. En este estado procede a depositar el sobre que contiene la declaración jurada de
la señora María Eva Duarte de Perón, en otro que cierro y lacro con el sello de la
Presidencia de la Nación, al que se le pone la siguiente leyenda: “Sobre que contiene la
declaración jurada de bienes de la señora María Eva Duarte de Perón al siete de junio de
mil novecientos cuarenta y seis. Buenos Aires, tres de diciembre de mil novecientos
cuarenta y nueve”. Este sobre queda depositado para su guarda y custodia en la
Escribanía General del Gobierno de la Nación, a mi cargo. Con lo que termino el acto,
firmando el excelentísimo señor presidente de la Nación, general de brigada don Juan
Domingo Perón, los señores ministros y periodistas presentes y los testigos del acto que
lo fueron los señores Emilio Solari Parravicini, director de “Noticias Gráficas” y Emilio
Rubio, director del diario “El Mundo”, por ante mí, de todo lo que doy fe. Juan Perón.-
Milton Brackern (“New York Times”).- Enrique Faltisek (“Continental Headlines”).-
William Harsen.- José Pedro Correch (“La Nación”).- F. Rocha Díaz (ANA).- Ernesto
Muello (“La Razón”).- B. Gache Pirán.- Enrique B. García.- Ramón A. Cereijo.- A.J.
Cámpora.- J.C. Barros.- R. A. Ares.- A. Gómez Morales.- Raúl A. Apold.- E. Solari
Parravicini.- Emilio Rubio.- Carlos Martínez Cuitiño.- Raúl de Oromi.- Rodolfo G.
Valenzuela.- Hay un sello.- Ante mí: Jorge E. Garrido. (Testimonio del acta labrada,
folios 325/330, del Libro de Actas de la Escribanía General de Gobierno de la Nación,
fojas ¾ del expediente caratulado: “Expediente 52 –comisión 2-, extracto escribano
general de gobierno. Copia de la declaración jurada de bienes de Juan Perón”. Agregado
al expediente Perón, Juan Domingo, s/comunica bienes patrimoniales por intermedio de
su apoderado.)
105
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
desprende del documento, a los muy modestos que contenía su declaración jurada; en
septiembre 17/1955 ante el escribano doctor Raúl F. Gaucherón, otorgaba poder general
amplio a favor de Ignacio Jesús Ciacleta y Atilio Renzi (fojas 118 de estos autos), para
que “administren libremente todos sus bienes, muebles, inmuebles, semovientes,
créditos, acciones, títulos, dinero, establecimientos comerciales, industriales y todo lo
que en el presente y en el futuro constituya su patrimonio; ya se encuentren en esta
República como en el extranjero, a su solo nombre o en condominio con terceros;
etcétera” (cláusula 1ª); y entre otros actos, los facultaba para que “otorguen préstamos
de dinero a otro papel moneda nacional de curso legal, por los plazos, formas de pago,
pactos, garantías, intereses, etcétera, que vieran convenir”. Etcétera (cláusula 5ª).
La investigación realizada posteriormente al triunfo de la revolución, ha
revelado que el presidente depuesto poseía, solamente en este país, una fortuna
cuantiosa; además de los bienes que él declaró antes, uno de ellos, la quinta de San
Vicente, con mejoras introducidas por valor de pesos 3.410.000, fojas 18 de la carpeta
“antecedentes obra Parque 17 de de Octubre y Residencia Teodoro García Nº 2102”,
agregada a estos autos, era propietario de la finca de la calle Gelly y Obes Nº 2287/89,
de esta Capital, que consta de planta baja, 8 pisos y terrazas; del edificio de la calle
Callao número 1944, integrado por planta baja y 8 pisos, con 17 departamentos; de otro
inmueble situado en la calle Teodoro García Nº 2102, con tasación judicial de $
545.300; de otro situado en Casa Grande (provincia de Córdoba), con valuación fiscal
de $ 160.000. Poseía acciones por valor de $3.000.000 del Establecimiento Santa María,
Monte, (provincia de Buenos Aires), que Juan Duarte entregó a Héctor J. Díaz,
presidente entonces del Banco de la Provincia para ser depositadas en dicho banco, con
la manifestación de que solo podía disponer de ellas J. D. Perón” (fojas 76 y 77 de estos
autos); acciones de La Territorial la Victoria S.A., del Uruguay, por valor de 200.000
pesos oro uruguayos. En dinero, aparte de diversas sumas en depósito bancarios por
valor de $ 50.000, más o menos, tenía a su sola disposición y sin cargo de rendición de
cuentas, la suma de $ 5.623.707 correspondientes a la Fundación Eva Perón. Además,
en las diversas residencias del ex presidente se encontraron 1.250 plaquetas de oro y
plata, 756 objetos de platería y orfebrería. 650 alhajas (aros, anillos, etcétera), 144
piezas de marfil, 211 motocicletas y motonetas, 19 automóviles, 1 avión, 2 lanchas, 394
objetos de arte, 430 armas antiguas y modernas, además de otros objetos valiosos.
El apoderado de Perón, en su escrito de presentación ante la Junta Nacional de
Recuperación Patrimonial, después de manifestar que “en los años de gobierno de mi
representado innumerables entidades nacionales y extranjeras han obsequiado a mi
mandante con objetos preciosos de toda índole y que se hallan debidamente valoradas e
investigados”, etcétera, pretende que esos objetos pertenecen a Perón “en forma
legítima”, conforme a las disposiciones del Código Civil relativas a las donaciones
(fojas 7/9).
El apelante no ha acreditado, con respecto a la casi totalidad de los
enriquecimientos patrimoniales de Perón, que ellos hayan tenido una causa jurídica
válida. En el párrafo antes transcripto y en las diligencias de prueba que propuso ante la
Junta Nacional de Recuperación Patrimonial, solo ha invocado que dichos
enriquecimientos se deben a las “innumerables” donaciones hechas a Perón durante el
desempeño de su cargo de presidente de la República. Este fenómeno de la donaciones,
debe señalarse de inmediato, es engaño a las tradiciones civiles y políticas de nuestro
país. Ningún presidente argentino ha recibido jamás tal suma de regalos de valor. No
bastaría para explicar aquel hecho, mucho menos para justificarlo, invocar la
popularidad del ex presidente, pues también fueron indiscutiblemente populares Mitre y
Sarmiento, por ejemplo, en el siglo pasado (NOTA se refiere al siglo XIX), Sáenz Peña
106
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
e Yrigoyen en el actual (NOTA se refiere al siglo XX), y todos ellos dejaron el poder
más pobres que en el momento de asumirlo. Las constancias de autos, por otra parte, y
entre ellas las propias manifestaciones hechas por el apoderado de Perón en este juicio,
revelan que la gran mayoría de esos regalos no provinieron de elementos populares,
sino de empresas comerciales del país y del extranjero, que tenían relaciones de
negocios con el gobierno argentino. Además, los obsequios espontáneos que hace el
pueblo a sus gobernantes populares son ordinariamente de poco valor económico, en
parte por la modestia de los recursos de la gente del pueblo y, en parte, porque la
riqueza del obsequio ofende y hiere al natural decoro de un gobernante democrático.
La explicación de la extraordinaria cantidad e importancia de las donaciones
hachas a Parón, reconoce obviamente otras razones: merced al empleo de los ingentes
recursos del Estado, él había acumulado en sus manos una enorme suma de poder.
Como decía la proclama revolucionaria, antes citada, el dictador había “aniquilado los
derechos y garantías de la Constitución y suprimido el orden jurídico por su voluntad
avasalladora y despótica”. Cuando esto llega a ocurrir en un país, los ciudadanos sienten
que no gozan de “derechos” sino de meras “concesiones” de la autoridad, que esta
puede suprimir o desconocer en cualquier momento y a su arbitrio. Es preciso, por
tanto, a quienes no quieran correr riesgos, apaciguar y complacer con “donaciones”
importantes o con expresivas declaraciones de lealtad. En todo el país y dentro de todas
las actividades, agentes vinculados al gobierno recolectaban periódicamente fondos para
regalos a Perón o a su esposa u organizaban adhesiones colectivas a la política y a la
persona del ex presidente.
Todo esto no puede evidentemente ser puesto al amparo de las disposiciones del
Código Civil relativas a las donaciones válidas, cómo pretende el apelante. Se trata, es
cierto, de donaciones, pero que tenían una causa ilícita y, por lo mismo, ningún título
legítimo puede fundarse con respecto a las cosas así adquiridas. Es bien significativo,
sin duda, que el apoderado de Perón en este juicio no haya formulado en ningún
momento una negativa, ni intentado siquiera una refutación, de los hechos esenciales
invocados por el decreto Nº 5.148/55 para disponer el desapoderamiento de los bienes
mal habidos; en particular, “que es público y notorio que bajo el régimen depuesto,
valiéndose de la suma del poder público, del aparato de la organización estatal y hasta
de las formas legales ostensibles, se han constituido fortunas fabulosas al margen del
esfuerzo y trabajo honesto que justifican y dignifican la propiedad”. Nada de esto ha
sido controvertido por el apelante en las diversas instancias, habiendo limitado sus
impugnaciones a los aspectos legales del decreto citado.
La adjudicación al Estado de los bienes obtenidos por medios ilícitos o con
causa lícita, constituye una sanción que el derecho privado ha incorporado a los códigos
modernos, a partir del de Prusia de 1794 (Confr. Von Tuhr, Tratado de Obligaciones, I,-
51, VI-2 y nota 2; código de España, artículo 1305; de Panamá, artículo 1156; de Cuba,
artículo 1305; de Portugal, artículo 692; de Méjico, artículo 1895; proyecto argentino de
1956, artículo 853). El decreto Nº 5.148/55 está dentro de la tradición jurídica al
disponer que enriquecimientos ilegítimos obtenidos por los funcionarios del régimen
depuesto y sus cómplices pasen al patrimonio de la Nación. Las ganancias
constitucionales de la propiedad y de la defensa en juicio, invocadas por el recurrente,
no protegen situaciones como las de esta causa.
Mucho habría retrocedido moralmente la humanidad, si en 1957 un tribunal de
justicia de cualquier país del mundo pudiese declarar legítimo lo que hace mas de 30
siglos se denuncia como corruptor y deshonesto. En las leyes que Moisés dictó para su
pueblo ya se contenía este precepto categórico: “No recibirás regalos, porque
deslumbran aún a los prudentes, y pervierten las sentencias de los justos” Vulgata
107
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Latina, Antiguo Testamento. Libro del Éxodo, parte III, capítulo XXIII, versículo 8). En
tiempos más recientes, los corregidores y gobernantes que se nombraban para América,
debían prestar juramento por el que se obligaban “a no tener ni celebrar negocios dentro
de su jurisdicción, ni procurarse granjerías, ni por si ni por interpósita persona”; “la ley
8, título 2, libro 5, de las Recopilaciones de Indias, imponía la obligación de hacer
inventario de los bienes que tenía el corregidor en el momento de subir al gobierno, y
este inventario, que se entregaba a las Audiencias Reales, se conservaba como
antecedente para cuando cesaba en el mando y se iniciaba el juicio de residencia, a
efecto de comprobar si la fortuna había aumentado en su gobierno, pues por ese solo
hecho era sospechado de mala conducta en el manejo de los intereses que se le habían
confiado” (Aristóbulo del Valle, Derecho constitucional, página 57; Confr. Además,
Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias, Madrid, 1774, 3ª edición, II, 10 y 147).
No es exacto, conforme a lo ya expresado, que Perón hubiese adquirido
legítimamente los objetos donados según la ley común anterior al decreto Nº 5.148/55,
de modo que este decreto introduzca una “calificación nueva”, según sostiene el
apelante. Con prescindencia de este decreto, Perón había obtenido esos objetos
ilícitamente, con una causa contraria al orden público y a las buenas costumbres civiles
y políticas del país (artículos 19, 21, 953 y concs., C.C.). El decreto no crea ninguna
nueva fuente de ilicitud, sino que sólo dispone lo conducente para su investigación y
para la entrega al Estado de los beneficios mal adquiridos.
Tampoco dicho decreto tiene naturaleza penal, como no la tienen en cuanto a la
privación de los bienes las leyes de los países extranjeros que han legislado
especialmente sobre el enriquecimiento ilícito de los funcionarios. La idea moral que
preside estos ordenamientos, es la de que las ganancias resultantes de la actividad
reprimida tienen una fuente impura; y se reconoce sin divergencias que dentro del
régimen legal de los bienes, la apropiación por el Estado de las ganancias ilícitas carece
de carácter penal (Jules Chaveneau, La confiscation des profits, París 1947, ps. 10 y
98).
No puede aquí hablarse, en consecuencia, de que la privación de esos bienes
signifique una confiscación prohibida por el artículo 17 de la Constitución: “Confiscar –
dice Joaquín V. González recordando un fallo de esta Corte- es aplicar al erario o tesoro
público, o al fisco, los bienes de algún delincuente sentenciado por un delito, y, por
consiguiente, un castigo que deja a un hombre sumergido en la miseria, privado de los
derechos sagrados de propiedad, impedido de disponer de ellos”. Y agrega: “Fruto de la
crueldad y de la ignorancia antiguas sobre los verdaderos derechos de la personalidad
humana, esta pena que en sus orígenes importaba la “muerte civil”, sirvió a los
gobiernos despóticos para perseguir a los hombres y enriquecer al fisco a expensas de la
fortuna privada… Al suprimirla de nuestras leyes, la Constitución era consecuente con
su sistema de garantías y derechos que dignifican a la persona…(y) al mismo tiempo se
reparaba una serie de actos dictados por los gobiernos de desorden o de barbarie de
nuestro pasado, especialmente el tirano Rosas, que hizo de la confiscación un recurso
ordinario contra los amigos de la libertad, que él encarcelaba, o mandaba fusilar, o se
expatriaban (Manual de la Constitución Argentina, Nº 129). Por lo demás, como lo tiene
declarado esta Corte, “las confiscaciones prohibidas por la Constitución son medidas de
carácter personal y de fines penales por las que se desapodera a un ciudadano de sus
bienes; es la confiscación del Código Penal, y, en el sentido amplio del artículo 17, el
apoderamiento de los bienes del otro, sin sentencia fundada en ley o por medio de
requisiciones militares”, etcétera (Fallos: 105, 50; 115, 111; 128, 114; 137, 212).
Ninguna semejanza tiene, desde luego, esta confiscación prohibida por la Constitución,
con la privación de las ganancias al funcionario que las obtuvo ilícitamente durante el
108
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
109
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
FOTOS
110
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
111
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
112
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
113
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
114
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
115
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
116
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
117
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
118
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
119
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
120
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
121
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
122
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
123
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
124
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
125
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
126
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
127
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
128
Comisión Investigadora Nº 2 de las Irregularidades Administrativas imputables a Juan Domingo Perón
Impreso en la Argentina
Editorial Miradas
www.lasegundatirania.blogspot.com
129