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Visión Holística

La teoría de sistemas, todos los sistemas están englobados en


sistemas más grandes. Además estos sistemas se rigen por las
mismas reglas, y se observan comportamientos similares. Tanto en
células, como en cuerpos, como en el universo, hay una serie de
elementos que están interrelacionados y que son interdependientes,
es decir que si alguno es alterado modifica al resto; son sistemas. Si
el nivel celular y el astronómico se rigen por las mismas reglas, ¿por
qué obviamos lo que nos dice la ciencia a nivel de sistemas humanos?
Como primer artículo sobre este interesante intento de buscar el
paralelismo de los sistemas, vamos a hablar del caos. Sin entrar
demasiado en conceptos de física entenderemos el caos como el
desorden, la falta de equilibrio.
Malas noticias para los amantes del orden, el universo ( recordemos
que somos parte de él, que no es algo que se guarde en los libros de
ciencia) tiende al caos. La segunda ley de la termodinámica dice que
en cualquier sistema cerrado el desorden, la entropía, va aumentando
a medida que el tiempo pasa ( de hecho, parece que. según Stephen
Hawking, la flecha del tiempo y la de la termodinámica van en la
misma dirección, así que el hecho de que no recordemos el futuro
indica que nos movemos hacia el caos). Bajaré este concepto a
términos más cotidianos para que sea fácil de ver, si hay un puzzle
ordenado dentro de una caja y la vamos sacudiendo el puzzle
probablemente se irá desordenando, porque es mucho más probable
el desorden que el orden.
Así que si a menudo se pregunta por qué siempre surgen problemas
que desbancan situaciones de equilibrio, piense que usted y su
organización como parte del universo están sujetos a su orden, que
irónicamente es desorden.
Es más, sus intentos de orden, generan más desorden a nivel global
que orden a nivel particular.
Espero que nadie haya saltado por la ventana, aun, ante tal
exposición de un destino tan aciago.
Hasta que universo colapse aún queda mucho, y se pueden hacer
muchas cosas.
Ante las situaciones de caos caben dos respuestas, por un lado se
puede ser reacio al cambio e intentar volver a la situación inicial, o se
puede aceptar la nueva situación y generar un nuevo equilibrio; pero
éste no va a ser tal, porque recordando la segunda ley de la
termodinámica, el caos aumenta. Así pues es la adaptación al propio
caos lo que hará que nuestros equipos evolucionen y sobrevivan. Esto
que se le determina retroalimentación positiva ( en contraposición a
la negativa que pretende volver al estado inicial), fomentará la
creatividad de los individuos y permitirá que el desarrollo de nuestra
organización vaya parejo al del entorno. Además este tipo de
retroalimentación tiene efectos no lineales, es decir que pequeñas
modificaciones no generan pequeños cambios, sino grandes.
Conocido es el ejemplo de la mariposa que genera un huracán.
Por último, comentar que según Lorenz, el del modelo matemático
que explica porque la mariposa puede generar el huracán, es que
partiendo de un modelo de flujos se obtiene que aunque se parta de
diferentes puntos de origen se tienden a estar dentro de unos valores
determinados, y conforme va girando, ya que tiene forma de bucle,
va cambiando a otro nivel; pero la cantidad de vueltas que da antes
de “saltar” es impredecible. Yo diría que todos tendemos a equilibrios
donde estamos cómodos y son la parte no azarosa de nuestra vida,
pero en un determinado momento este equilibrio salta, y tenemos
que movernos hasta el siguiente nivel.
Es curioso como la ciencia tiene tanto que decirnos de nuestros
comportamientos, que a veces asumimos según nuestra lógica y que
luego no resultan ser así. Como que el tiempo no es absoluto y que en
diferentes puntos del espacio fluye con distinta velocidad, relativa, el
tiempo es relativo. En el próximo artículo intentaremos aproximar
este concepto a nuestro entorno organizacional.
Desde un enfoque holístico somos parte, participante, del universo.

Nuevos líderes para una nueva visión de la


administración

Todo indica que hace falta un cambio radical en la forma en que las
empresas son manejadas.
La situación ha llegado a un punto crítico.
Gerentes estresados, empleados presionados,
trabajo a destajo y sueldos recortados, caída en la
productividad, “quintas”, luchas de poder,
insomnio, corrupción, dobles mensajes,
enfermedades crónicas, taquicardia, “serruchadas
mutuas de piso”, números “dibujados”, intereses
personales que priman sobre los generales,
“overtime” indiscriminado, vacaciones
postergadas, despidos masivos, entre otras,
parecen ser las “delicias” inevitables del actual mundo empresario.
En su carrera por el éxito económico las empresas lamentablemente
se han enredado en esta telaraña de mutua tortura diaria.
Y lo más preocupante es que las empresas cada vez más influyen en
el modo en que vivimos, y con cada vez más poder establecen el
camino por el que evoluciona el mundo.
Las empresas generan de una u otra forma la tecnología, los
productos y los servicios que prácticamente determinan nuestra
forma de vida.
Es más, muchos grupos y empresas multinacionales hoy ya son tanto
o más influyentes y poderosos que países enteros... y siguen
avanzando.
Y a partir de su amplia influencia las empresas han llevado su estrés
interno a la sociedad, a las familias, a la vida personal.
La calle está que arde.
Esto es un hecho.
Sin embargo, este problema encierra una oportunidad...
¿Una oportunidad..?
Si. Sobre la base de este poderío económico y de gestión, la
empresas se yerguen como formidables agentes de cambio en el
mundo actual.
Es así que, si pudiéramos lograr que las empresas en su conjunto
enfoquen sus esfuerzos hacia el desarrollo de un determinado
objetivo, la enorme energía desplegada generaría con seguridad un
rápido avance hacia dicho objetivo.
¿Y si pudiéramos hacer que dicho objetivo fuera la genuina evolución
de la sociedad..?
Es decir, si fuera posible, a través de un nuevo
paradigma de gestión, lograr que las empresas
dirijan todo su poderío hacia la evolución positiva y
hacia el desarrollo de una superior calidad de vida,
sus efectos serían probablemente mucho más
fuertes y profundos que los que un gobierno sería
capaz de lograr.
Esta nueva forma de ver al rol de las empresas en
el mundo actual, y en Argentina en particular,
podría generar cambios que tal vez hoy mismo las
instituciones no logran comenzar.
El poder de las empresas e iniciativas privadas, alineado bajo esta
nueva visión de la administración podría ser una clave para la
solución de nuestros múltiples problemas.
Posicionar a las empresas en este nuevo rol y orientar sus energías
hacia la mejora de la calidad de vida requiere sin duda de un nuevo
paradigma de gestión.
Un nuevo paradigma de la administración.
Un nuevo paradigma de la función del Gerente.
El manejo de las empresas bajo este nuevo paradigma, visto como
medio para un mejoramiento del sistema global, conforma una nueva
visión de la administración.
Una visión refrescante de la administración... más amplia, más
integradora...
Una visión que “humaniza” la administración...
Que la lleva de los números, las estadísticas y los balances hacia las
necesidades de la gente...
Hacia el fin que las empresas nunca deberían
haber perdido de vista... lograr la superación
del hombre y el avance hacia superiores
niveles de calidad de vida.
Una visión de la administración que podría
terminar definitivamente con la artificial
dicotomía “capitalismo vs. socialismo”...
Un modelo en el cual ambas ideologías se
integran... poniendo todo el “know-how” y
poderío de gestión y tecnológico de las
empresas en pos del fin más elevado... el
“desarrollo de la humanidad”
Un modelo que daría a la Administración un sentido más allá de lo
técnico y económico...
A este nuevo modelo lo podemos bautizar como
“Administración Holística”.
¿Perdón..? ¿"Administración holística"?
SI.
"Holística", del griego "holos", "todo".
“Administración holística” es una nueva forma de administrar las
empresas... con un objetivo básico, no ya de "rentabilidad
económica”, sino de “rentabilidad social”, o sea, de generación de
una superior calidad de vida... teniendo en cuenta TODOS sus
impactos en el sistema.
En el nuevo paradigma el valor agregado no se mide en $, sino en
incremento de la calidad de vida.
La definición clásica de empresa es simple: "un conjunto de personas
con el objetivo común de ganar dinero".
En este nuevo modelo la mismísima definición de empresa es
diferente: “un conjunto de personas con el objetivo común de mejorar
la calidad de vida en la sociedad”.
Este simple cambio en la definición del concepto de “empresa”
generaría cambios muy profundos en todos los criterios que se
utilizan actualmente para la toma de decisiones gerenciales.
Es interesante ver como, desde sus orígenes, la evolución de la
ciencia de la administración gradualmente nos está llevando, de
manera natural e inexorable, hacia esta nueva visión holística de la
administración.
Veamos como se fue dando esta evolución.
La administración nació como una ciencia dedicada al estudio de las
mejores prácticas en el manejo de las empresas, siempre con el fin de
lograr mayores niveles de eficacia y eficiencia.
Desde principios del siglo pasado, y por
décadas, en un contexto relativamente
estable, con medios de comunicación
relativamente lentos y por lo tanto con una
baja velocidad de cambio contextual, la
problemática de la administración se centró
"hacia adentro" de las empresas.
El estudio detallado del contexto no era lo
fundamental, ya que éste variaba lentamente.
Los niveles de demanda eran estables y
suficientes para todas las empresas.
La competencia era leve o inexistente en
algunos casos.
Este marco dio forma a la administración de
empresas en su forma "tradicional".
En la administración “tradicional” se trataba principalmente de
controlar, registrar, ordenar, mantener. Nadie hablaba de la
necesidad del "cambio"...
Era un paradigma de la administración centrado en el
"mantenimiento"... en desarrollar todas aquellas tareas requeridas
para sostener la organización en un contexto relativamente aislado y
estable.

Veamos algunas ideas centrales de la "Administración


tradicional":
• Supervivencia aislada
• Contexto estable
• Poca o nula competencia
• Enfoque "hacia adentro"
• Órden
• Control
• Mantener
• Estructura
• Registros
• Normas y Procedimientos
• Gestión "operativa"
• Visión de corto plazo
Así transcurrió la mayor parte del siglo pasado.
Sin embargo, llegó el momento (década del 70) en el cual la
tecnología y los medios de comunicación "explotaron” en su
desarrollo y difusión... disparando un proceso generalizado de cambio
en el cual hoy aún estamos inmersos. Un proceso turbulento,
originado en la interconexión abrupta de múltiples culturas y
mercados que anteriormente operaban de manera aislada.
Un proceso hoy conocido como "globalización"
Mercados aislados se pusieron en contacto. Culturas aisladas se
conectaron. Y comenzó la fusión.
El “postmodernismo” hizo punta como corriente cultural. La cultura
imperante comenzó a ser justamente la “mezcla de culturas”
antiguamente aisladas.
A nivel comercial la competencia se hizo más cruda.
Empresas locales se encontraron frente a frente con competidores
globales, infinitamente más poderosos.
La demanda ya no alcanzó para todas las empresas, y éstas debieron
empezar a competir agresivamente para lograr clientes... y para
subsistir.
Desafortunadamente muchas no lo lograron.
Comenzó así la era de la competencia, y las empresas debieron
desarrollar "know-how" para participar en esta nueva lucha...
¿Y de dónde tomaron ideas para ese nuevo contexto
competitivo..? De la única experiencia que existía sobre lucha
ultra-organizada entre grandes organizaciones. La "guerra".
Es así que muchas de las técnicas de
competencia feroz entre empresas que hemos
visto desarrollarse en las últimas décadas, y
que generaron muchos de los “excesos”
mencionados, provienen ni más ni menos que
del ámbito militar.
Así comenzó a hablarse de "tomar posiciones"
o "posicionamiento", de "aplastar a la
competencia", "capturar al cliente", de
"amenazas, fortalezas, debilidades", "campo de batalla", "marketing
de guerra", "estrategias de ataque y defensa", de “tácticas”, entre
otros.
Así nació y se desarrolló el nuevo paradigma de la administración en
ese momento. La "Administración Estratégica".
Ya no era suficiente con mantenerse, ahora había que competir,
luchar contra otros.
El contexto ya no era estable... y la demanda dejó de ser suficiente
para todas las empresas.
El contexto se complicó enormemente.
Mientras la “Administración tradicional” se ocupaba de "mantener" a
las empresas, casi desconociendo la existencia de competidores, la
“Administración estratégica” se ocupó de "cambiar" a las empresas,
cambiarlas “estratégicamente", para hacerlas continuamente más
competitivas frente a otras.
El “planeamiento estratégico”, herramienta emblemática de la
administración estratégica, surgió para cambiar a las empresas. Para
cambiarlas CONTRA otros, contra la competencia. Para GANAR.
Algunos elementos del paradigma de la "Administración
Estratégica":

• Competencia
• Ganar, perder
• Oportunidades y Amenazas
• Atacar, defenderse
• Enemigos
• Campo de batalla
• Ser el primero
• Aplastar a la competencia
• Estrategia de ataque, estrategia de defensa
• Súper-tecnología
• Productividad, a costa de las personas
• Tomar posiciones, posicionamiento

Así se desarrolló profusamente la ciencia de la Administración


estratégica, durante las décadas del 70, 80 y 90.
Pero tarde o temprano el sentido común resurgió... y durante la
década del 90 muchos empezaron a notar que había algo que “no
cerraba” en la Administración estratégica.
Había un error de “principios”.
La idea central de “competir” para “destruir a la competencia” tenía
algo de intrínsecamente negativo.
No es difícil ver esto sabiendo que muchas de las estrategias de
competencia provenían de la práctica de la guerra.
La desesperación por la competencia también trajo otros efectos
negativos, como la depredación de los recursos naturales, la
destrucción sistemática de muchas áreas de nuestro querido y, por
ahora, único planeta.
La Administración estratégica vino acompañada a su vez por una
feroz competencia en el ambiente de trabajo, dando origen a los
famosos "yuppies" ultra-competitivos, desesperados por el poder y el
dinero, con la misma enfermedad que atacó a muchos jerarcas
políticos y militares del pasado... y del presente.
La “enfermedad” de la guerra había avanzado sobre el campo de las
empresas... "algo" estaba definitivamente MAL.
Afortunadamente poco a poco distintas personas, de distintas
extracciones, comenzaron a ver que la competencia feroz podía
parecer un buen camino para el ganador, pero que de ninguna
manera era una salida positiva para el sistema en general, para la
sociedad, para los países en su conjunto, para la gente.
Así empezaron a surgir ideas novedosas que comenzaron a romper
con el paradigma de la competencia y la depredación, ideas tales
como la de las "alianzas", la de "acuerdos de cooperación", la de las
"comunidades económicas", la de los "joint-ventures", la del
"liderazgo participativo", la del "desarrollo sustentable", la de la
“ecología", entre otras.
Así nació una nueva forma de ver a la administración de
empresas.
Una nueva forma de manejar a las empresas, ya no caracterizada por
el cambio estratégico “contra otros”, sino por el cambio “CON otros”.
Y no un cambio para “ganar” sino un cambio para “progresar”... Y no
para el progreso de MI empresa, MI país, MI equipo, MI gerencia, MI
sueldo , MI familia, sino para el progreso del Sistema Global, en un
ambiente de cooperación y asistencia mutua a nivel mundial.
Esta es la que bautizamos como "Administración holística", una visión
de la administración que se sincroniza perfectamente con ideas
filosóficas del fin del milenio, ideas que tienen que ver con la
posibilidad de un mundo mejor, un mundo en el que reine la
convivencia en paz, entre personas, empresas, países... entrelazados
por la comprensión, la solidaridad, la cooperación.
¡Veamos algunas refrescantes ideas de la "Administración
Holística"!

• Cooperación
• "Con otros"
• Alianzas
• Integración
• Consideración a la persona
• Responsabilidad social de las empresas
• Sentido al trabajo
• Progreso sin depredación
• Ecología
• Ergonometría
• Reciclabilidad
• Conciencia planetaria
• Convivencia
• Desarrollo sustentable
• Ayuda mutua
• Empresas al servicio de la calidad de vida
La nueva Administración holística, o visión holística de la
administración, es el nuevo modelo de manejo de las empresas hacia
un mejoramiento del sistema global:
• Administrar para el progreso de la empresa Y el contexto
• Administrar para el progreso de la empresa Y sus integrantes
La Administración holística es ya una realidad aplicada por muchas
empresas, tal cual lo muestra David Bollier en su libro “Aiming
higher” (“Apuntando más alto”), en el cual describe más de 20 casos
reales de empresas exitosas que aplicaron conceptos de la
administración holística, combinando buena gestión con visión social.
La Administración holística apunta a manejar a las empresas como
siempre deberían haber sido manejadas, es decir, para que éstas
funcionen como verdaderos agentes de progreso para la sociedad
entera.
Esto implica un rol casi "sagrado" para los “nuevos Gerentes”, ya que
en esta visión prácticamente se tornan en verdaderos líderes del
progreso de nuestra civilización.
Es claro que para que esta nueva visión de la administración
logre predominio se requiere de un nuevo modelo de
"Gerente".
Como tal vez diría Freddy Koffman, se necesitan "metamanagers".
¿Y cómo surgirán estos "metamanagers"..?
¿Cómo se dará este verdadero salto “cuántico” en la modalidad de
management de nuestras empresas e instituciones..?
Algo es claro, este cambio solo será posible a través de la
transformación personal de una masa crítica de nuevos líderes... que
adopten la nueva visión y la hagan realidad a través de su influencia
personal.
Lo lógico... Nuevos líderes para un nuevo paradigma.
Nuevos líderes que surgirán entre nosotros.
Entre aquellos que logren esa transformación personal requerida.
Un cambio personal profundo que dará origen a los líderes de la
nueva administración.
Una nueva generación de líderes.
Una nueva “raza” de gerentes.
Los antiguos griegos llamaban a este cambio interno “METANOIA” (de
“Meta”: más allá y “Noios”: conocimiento)
Más allá del conocimiento. Más allá del limitado conocimiento actual.
Y para poder impulsar esta “Metanoia”, la capacitación es
imprescindible.
La “Metanoia” no se concretará si la capacitación no vuelve a ser un
valor central en nuestra sociedad.
Pero esta nueva capacitación tiene que ser “diferente”.
No debe apuntar solamente a incorporar nuevos conocimientos,
técnicas, procedimientos o métodos.
Sino que debe apuntar a generar el cambio personal requerido.
A generar un “click mental” en las personas. A disparar un
proceso de cambio interno.
No solo a cambiar ideas y habilidades técnicas. Sino a iniciar cambios
profundos en aspectos de la personalidad.
A esto llamamos “aprendizaje real”, en contraposición al “aprendizaje
artificial”, o mera incorporación de técnicas y herramientas.
Sabemos que el “aprendizaje real” es el único que llevará a los
gerentes actuales a transformarse en los líderes del nuevo
paradigma.
Y sabemos que no es fácil... pero también sabemos que es totalmente
posible.
Lo he comprobado en decenas de casos de personas ya han iniciado
este proceso de cambio personal.
Un proceso de cambio que nos lleva indefectiblemente hacia
superiores niveles de eficacia y eficiencia, a través del cambio de
actitudes y creencias profundamente enraizadas.
Un cambio que surge a través de la revisión y flexibilización de
nuestros paradigmas cristalizados.
Una transformación que se incorpora a la persona misma... y que
luego se refleja naturalmente en todos sus actos.
Este cambio personal no es algo fácil.
No se puede “comprar”.
Es difícil.
Si... difícil... ¡pero para nada imposible..!
Descristalizar las estructuras mentales que traban el desarrollo de
nuestras habilidades fundamentales está al alcance de nuestra
mano... Solo debemos decidirnos.
Y encarar así el camino correcto para aumentar drásticamente la
eficacia de las empresas en la generación de progreso genuino en la
sociedad.
Esta es la capacitación que realmente hace falta. Una capacitación
transformacional.
La única que puede ayudarnos a “destrabar” nuestro infinito
potencial.
Si las estructuras mentales básicas no se descristalizan, ninguna
capacitación podrá ser realmente efectiva.
Duro... pero totalmente cierto...
Capacitación sin cambio de estructuras mentales es capacitación
“superficial”... y por lo tanto solo aporta beneficios marginales.
Imaginen a un Gerente que no sabe comunicarse ni establecer
relaciones personales positivas.
Un gerente “malhumorado”... O “descontrolado”...
O que no puede salir de la rutina y meditar acerca del largo plazo...
Qué está siempre “en reunión”... y en general tratando de resolver
problemas que pudieron ser previstos...
O sea, como suele decirse, “apagando incendios”...
Este señor puede poner mucho empeño... Trabajar 14 hs por día...
Puede aprender y memorizar todas las técnicas de management que
existan en el mundo...
Puede manejar todas las palabras de la jerga del management...
Puede leer un libro y conocer los principios de la negociación
efectiva...
Pero nunca llegará a ser un excelente gerente...
Ni un gran negociador...
Ni un estratega...
Ni hablar de llegar a ser un gran líder...
Por más que haga innumerables cursos de management, mientras no
aprenda a controlarse, pensar, comunicarse y relacionarse mejor todo
será casi inútil...
El autocontrol, la mentalidad estratégica y el manejo de la
comunicación son, entre otras, características imprescindibles para el
nuevo modelo de Gerente / líder.
Nuevos líderes se necesitan. No hay duda.
Argentina en particular necesita más que nunca subirse
urgentemente a este nuevo paradigma de la administración.
Las empresas deben enfocar su poderío para dar su aporte clave para
la solución de raíz de los problemas de la sociedad. El Gobierno solo
simplemente no puede... o no sabe... o no quiere.
Argentina necesita nuevos emprendimientos y la gente
necesita trabajar.
Los nuevos líderes tienen la misión “posible” de generar estos nuevos
emprendimientos... Los nuevos emprendimientos que generarán los
puestos de trabajo que la sociedad hoy necesita.
Y si los nuevos líderes no salen del ámbito académico, de las
Universidades, de Ciencias Económicas en particular... Si no surgen
entre la gente más formada de nuestro país... ¿de dónde van a
surgir?
Sugiero que Ud. se pregunte: ¿Qué quiero?
¿Ser líder o ser seguidor...?
¿Generar cambios o hacer más de lo mismo?
¿Transformar a las organizaciones o sumarme a la red de
complacencia o corrupción..?
¿Ser un empleado perdido dentro de una organización o ser
protagonista del cambio que se viene?
¿Generar soluciones o ser parte del problema..?
¿Generar nuevas ideas o generar quejas continuas..?
¿Crear productos o consumirlos obedientemente?
¿Inyectar energía a mis congéneres o absorbérsela con mi perenne
actitud negativa..?
¿Generar riqueza genuina o reclamar que me la preste “alguien”?
¿Prepararme para ayudar a otros o reclamar ayuda todo el tiempo?
¿Brindar mi hombro a quien necesita apoyo o buscar un hombro para
apoyarme..?
¿Hacerme cargo o buscar culpables..?
¿Inyectar optimismo o quemar a todos con mi pesimismo..?
¿Ser una “bendición” o una verdadera molestia..?
¿Quiero ser una carga o un motor?
¿Quiero ser luz u oscuridad?
Ud. puede elegir ser uno de los nuevos líderes...
O no...
¿Ud. quiere aportar al cambio..?
¿Quiere subirse al nuevo paradigma...?
¿Quiere ser un verdadero líder del cambio..?
¿Quiere encarar una misión valiosa para el país..?
¿Quiere capacitarse para hacer lo que hace falta..?
¿O simplemente verá los cambios que sucedan haciendo zapping
frente al televisor..?
La oportunidad es monumental.
Y está al alcance de su mano.
Ud. decide.
Visión Reduccionista
Gran parte del progreso que se ha
obtenido en cada uno de los campos de las
ciencias se debe a el enfoque
reduccionista, el cual estudia un fenómeno
complicado a través del análisis de sus
partes o elementos.
Los fenómenos no solo son estudiados por
el enfoque reduccionista, existen
fenómenos que solo son explicados
teniendo en cuenta a todo lo que le
comprende.
Si los sistemas se van haciendo más complicados, la explicación de
los fenómenos que presentan los comportamientos de esos sistemas
toman en cuenta su medio y su totalidad.
El enfoque reduccionista tiende a la subdivisión cada vez mayor del
todo, y al estudio de esas subdivisiones mientras que el enfoque de
sistemas trata de unir las partes para alcanzar la totalidad lógica o
una independencia relativa con respecto al grupo que pertenece.
El reduccionismo, como tendencia del pensamiento, podría ser
definido sintéticamente como: "El todo puede ser explicado nada más
que con la suma de sus partes constituyentes". Tal postulado nos
permite deducir, sobre su base, que se pueden explicar las
propiedades y leyes de los sistemas más complejos por las leyes y
propiedades de los sistemas más simples. Esto no puede ser
confundido con el concepto de reducción en la ciencia, el cual se
puede señalar como "una de las formas en que se expresa la
conexión necesaria entre los elementos de una teoría lógica o
científica general". La reducción permite establecer un nexo racional
entre las diferentes proposiciones de una teoría determinada que
poseen distinto grado de generalidad; por tanto, la reducción, en sí
misma, se transforma en una necesidad para el desarrollo de la
propia teoría en un campo concreto del conocimiento humano.
Por otra parte, el antirreduccionismo
(algunos pensadores utilizan el
concepto de holismo como sinónimo),
postula la irreductibilidad del todo a la
suma de sus partes. Dicho de otra
forma, las propiedades y leyes de un
sistema complejo no pueden ser
explicadas por las propiedades y leyes
de los sistemas más simples.
Si consideramos como verdaderos los
postulados que señalan diferentes tipos de movimiento del mundo
objetivo (materia) y que existe una relación jerárquica entre estos
tipos de movimientos (unos inferiores y otros sucesivamente más y
más superiores), entonces los postulados de los reduccionistas se
pueden expresar como la negación de la especificidad cualitativa de
la forma superior del movimiento (sistemas complejos o altamente
complejos) o la reducción de la forma superior del movimiento a la
inferior. Por otra parte, los postulados de los antirreduccionistas
indican la hiperbolización de la especificidad cualitativa de la forma
superior del movimiento (sistemas más complejos), es decir, su
aislamiento de las correspondientes formas superiores del
movimiento (sistemas menos complejos que se constituyen en
elementos de un sistema más complejo). Estas posiciones son
absolutamente contradictorias.
Si son estos los enfoques de los científicos en la solución de los
problemas científicos, quiere decir que el conocimiento tiene sólo dos
fuentes posibles: a) las leyes que surgen de la naturaleza de un
sistema concreto (física, química, etc.) o b) las leyes que surgen de la
naturaleza de los sistemas complejos (objetos complejos de
investigación, por ejemplo: la vida) y que no pueden obtenerse de las
leyes descubiertas en sistemas concretos que se corresponden con
movimientos de la materia de orden inferior.
El problema que surge entonces, si estos enfoques son los
predominantes en la ciencia, es conocer cuál sería el papel que
cumplen aquellas investigaciones que se pretenden realizar utilizando
enfoques y métodos científicos generales e integradores de la ciencia.
En este tipo de investigaciones, se presupone que se utilizan
diferentes disciplinas con un enfoque integrativo, tales como el
sistémico, el complejo y el global. Estos enfoques y métodos, en un
grado u otro, consideran las leyes particulares de cada una de las
disciplinas concretas que se unen para tratar de explicar un
fenómeno que, en principio, no es posible hacerlo con una de estas
disciplinas en forma aislada. Siempre esta unión busca encontrar
explicaciones del objeto estudiado sobre la base de las leyes
descubiertas por las disciplinas específicas, pero también busca
encontrar nuevas leyes que explican el objeto estudiado desde un
ángulo totalmente nuevo y con características nuevas que se
resumen, por lo menos, en forma no aditiva.
Este tipo de enfoques y
métodos supone que existe
una correlación entre las
formas inferiores y superiores
del movimiento (sistemas
inferiores y superiores), la
cual se basa en la existencia
de la unidad indisoluble entre
estos dos elementos
opuestos (contradicción): la
especificidad cualitativa de la
forma superior y la presencia
del enlace indisoluble de la
forma superior e inferior. Es
precisamente este enlace el que permite concebir las investigaciones
interdisciplinarias y meta disciplinarias, no sólo como una forma
casual en el devenir del desarrollo histórico-gnoseológico del proceso
del conocimiento humano, sino que constituye una necesidad, por
tanto, una ley que comienza a expresarse en forma independiente.
El presente ensayo tiene como objeto analizar el reduccionismo y el
antirreduccionismo científico y el papel que juegan la utilización de
los enfoques y métodos científicos generales e integrativos en el
proceso de avance del conocimiento humano.
Surgimiento del Reduccionismo
En el curso del desarrollo de las ciencias naturales, como de toda la
ciencia en general, se manifiestan dos tendencias con carácter
contradictorio, las cuales aparecen en la historia de distinta manera
en sus distintas etapas: una de las tendencias se caracteriza por la
integración de los conocimientos (unificación en un sistema general,
descubrimiento de sus interconexiones); la otra, se dirige a la
diferenciación de los conocimientos (ramificación posterior,
separación de unas ramas
del conocimiento de otras).

En las distintas etapas


históricas predomina
una sobre la otra. En la
primera etapa (Antigua Grecia), no existe diferenciación de las
ciencias o esta diferenciación se encuentra en estado embrionario. En
este período no se marcó aún la tendencia a la diferenciación, y
tampoco se desarrollo el proceso inverso (integración). Entre estas
dos tendencias existe la misma correlación que entre análisis y
síntesis; la síntesis surge y se hace posible en forma posterior al
análisis del objeto de estudio.
La segunda etapa en el desarrollo del conocimiento se caracteriza por
el proceso de diferenciación de las ciencias, el cual se manifiesta
claramente en la época del Renacimiento. Dicha diferenciación tiene
como causas las necesidades crecientes de la técnica y de la
producción. Las ciencias en esta época se caracterizan por el
predominio del método analítico unilateral de investigación de los
objetos. Pero en la medida de que esta desmembración de la
naturaleza para su estudio se acentuaba, al mismo tiempo, se
reforzaba la opinión de que el análisis era el problema final de la
investigación en la naturaleza. Se absolutizaba este método y todas
aquellas consecuencias que él producía. Sin embargo, este método en
su tiempo tenía carácter progresivo, porque permitía conocer las
leyes específicas de cada objeto de estudio, sin lo cual el cuadro de la
naturaleza quedaba poco claro. Pero, como resultado de la práctica
secular de los naturalistas, se creó una sólida tradición: "fijar rupturas
absolutas y límites rígidos entre los distintos fenómenos de la
naturaleza".
En la tercera etapa, que se prolonga hasta hoy, la posterior
diferenciación de las ciencias se transforma en la premisa y el
componente de la integración. El proceso de la ciencia en la
actualidad aparece como la realización de la unidad interna de las
tendencias opuestas; al mismo tiempo, cada una de estas tendencias
aparece sólo como uno de los lados de un proceso único de desarrollo
del conocimiento científico. Por tanto, el surgimiento y diferenciación
de las ciencias crea la necesidad de una visión integradora de los
conocimientos diversos adquiridos en los distintos momentos de esta
etapa.
Las tres etapas antes descritas constituyen el marco general que nos
permite comprender el surgimiento de los métodos de análisis y
síntesis y la dialéctica asociada al predominio de uno u otro en la
investigación científica, así como la necesidad de este predominio en
cada etapa analizada. Desde luego, estos no son los únicos métodos
que fueron utilizados por los generadores de conocimientos, pero son
los que explican mejor la aparición del reduccionismo en la ciencia.
De este modo, el surgimiento y diferenciación de las ciencias
empíricas y de las técnicas aplicadas, crea la necesidad de una visión
integradora de los conocimientos logrados. Aún más, esta integración
es necesaria, toda vez que en el desarrollo de este conocimiento se
ha enfatizado el método analítico. Este proceso de diferenciación
afecta incluso al interior de una misma ciencia.
A pesar de esta diferenciación, de todas formas se observa que existe
la unidad de la ciencia. La unidad dentro de una ciencia en particular
se manifiesta con el surgimiento de la física como ciencia de
vanguardia. La física clásica se guía por un conjunto de principios que
sirven de base para la formación de las teorías. Esta ciencia logra una
unidad conceptual cualitativamente superior a las otras ciencias (a
excepción de las matemáticas). Esta disciplina es la primera en usar
métodos matemáticos, logrando gran nivel de posibilidades de
comprobación lógica y empírica. Su desarrollo está basado en gran
parte en la aplicación del método hipotético deductivo y
experimental, confirmándole un carácter integral a sus distintas
ramas. La física posee una unidad que se debe no sólo a sus métodos,
sino a su propia diferenciación interna, dando origen a la posibilidad
de interrelacionar diversos fenómenos de índole aparentemente
distintos. Esto origina la concreción de un mundo físico que se
transforma en modelo a todas las demás ciencias. Estas últimas, en
esta etapa, se caracterizan por la falta de madurez en alcanzar
sistematicidad e integración interna. En estas condiciones, la ciencia
que alcanza mayor madurez, se transforma en ciencia líder y sus
métodos y conceptos se extrapolan a todas las demás, sin considerar
la especificidad de sus propios objetos de estudio. Esta tendencia se
conoce como reduccionismo.
Muchos de los esquemas de explicación usados en la ciencia son de
este tipo, y se utilizan primero que otros al abordar un nuevo objeto
de estudio. Es decir, que la investigación comienza con un intento de
reducir una totalidad dada a otra ya conocida. El reduccionismo, por
tanto, responde al principio de la simplicidad en la ciencia,
simplicidad que consiste en la indicación de no introducir sin
necesidad, en la explicación teórica, nuevas entidades, ya sean
conceptos, sustancia, etc. Este principio desempeña, como veremos
más adelante, un papel de enorme importancia en la construcción y
en la formación de hipótesis en las ciencias, y provee al científico de
un criterio para la selección de ellas.
Este enfoque expresa también la tendencia monista de comprensión
del mundo, al tratar de explicarlo basándose en una unidad elemental
que le subyace a aquella ciencia cuyo objeto de estudio esté
construido por esas unidades. Se trata de la fiscalización de toda la
ciencia, la reducción del objeto de estudio de otras a sus métodos
(cuestión que trataremos más adelante).
El grado de avance de la comprensión del mundo en este período
puede medirse por el nivel de concientización que logran la filosofía,
la ciencia y la técnica, de la sistematicidad del mundo. Es decir, por la
forma y el grado en que se comprende al mundo y las cosas como
sistema. Y no sólo por esto, sino cómo y qué niveles y qué
propiedades develan los sistemas que conforman los objetos de su
estudio.
El análisis va necesariamente acompañado de la síntesis (como ya
hemos visto), pero de una síntesis que reflejará el nivel que se ha
logrado en el análisis y que corresponde a este. El nivel de análisis de
esta etapa aporta un material insuficiente para una comprensión
sistémica y dialéctica de la naturaleza. La comprensión es
esencialmente metafísica. Esta imagen del mundo, imagen de
inmutabilidad de las cosas, comienza a cesar a finales del siglo XIX
con la aparición de la filosofía clásica alemana con Kant, Schelling y
Hegel, que introducen la idea dialéctica del desarrollo.
Reduccionismo y Antirreduccionismo
"El problema fundamental que se plantea ante el reduccionismo no es
la cuestión de la existencia de la especificidad cualitativa de las
formaciones materiales más complejas, sino la cuestión del carácter
de esta especificidad". El reconocimiento de esta especificidad es
premisa inicial, tanto del reduccionismo como del antirreduccionismo.
Sobre esta base es posible señalar que el carácter de esta
especificidad es algo primario, inicial, no deducible de ninguna parte
(antirreduccionismo), o la misma puede ser explicada, reducida a
niveles inferiores y más fundamentales a la vez, de tal modo que sea
posible la deducción teórica de los niveles más complejos. También el
reduccionismo plantea que la especificidad cualitativa de los sistemas
complejos deben entenderse simplemente como producto de la
complicación regular de las formaciones menos complejas, como el
resultado del proceso dialéctico de la transición de los cambios
cuantitativos en cualitativos, y no se debe interpretar bajo la
introducción arbitraria de la comparación superficial de una esfera de
materias con relación a otras.
Por otra parte, es necesario diferenciar el mecanicismo y el
reduccionismo. La diferencia existente entre estos dos conceptos
hace necesario un enfoque distinto al querer criticar el mecanicismo.
Es posible encontrar una conceptualización simplista del
mecanicismo, el cual consiste como una tentativa de explicar las
regularidades específicas de las formas más complejas del
movimiento, sobre la base de las más simples. Tal conceptualización
se toma por reducción, por negación de la especificidad cualitativa de
la correspondiente forma superior. Pero semejante punto de vista
resulta cercano a la segunda metafísica: "el antirreduccionismo que
absolutiza la especificidad de las formas más complejas y cierra las
vías para su explicación".
Por el contrario, desde un punto de vista dialéctico, el reduccionismo
(a diferencia del reduccionismo mecanicista) no niega la especificidad
cualitativa de la esfera de materia, cuya teoría se reduce a cierta
teoría más fundamental (por ejemplo, la termodinámica a la
mecánica estadística o la química a la mecánica cuántica). A la
inversa, como resultado de la reducción, esta especificidad cualitativa
obtiene una profunda explicación teórica y no se describe
simplemente como inicialmente dada.
REDUCCIONISMO Y FISICALISMO
El reduccionismo coincide con
el fisicalismo. El término
fisicalismo se usaba
ampliamente por los
neopositivistas. El fisicalismo
neopositivista actuaba, ante
todo, como programa
lingüístico que procuraba
interpretar la unidad de la
ciencia, no en las vías de su
desarrollo real, sino en las de
la reconstrucción lógico-lingüística de su lenguaje.
Por fisicalismo se entenderá la concepción del carácter mono
fundamental de la ciencia. Se pueden diferenciar, en la esfera d e las
ciencias naturales, tres niveles de carácter fundamental, los cuales
fueron designados como global, disciplinario e intradisciplinario. El
carácter fundamental global consiste en la no deductibilidad de las
posiciones fundamentales de una u otra ciencia de ninguna otra
disciplina científica. La ciencia se denomina fundamental (en el
sentido del carácter fundamental global) cuando sus posiciones
fundamentales no puedan ser teóricamente deducidas de ninguna
otra ciencia y únicamente pueden ser argumentadas por la referencia
a todo el conjunto de los datos experimentales correspondientes.
Entendido así, el carácter fundamental caracteriza el lugar de cada
disciplina científica en el sistema de las ciencias naturales. En
dependencia de que una o varias ciencias pretenden el carácter mono
fundamental y polifundamental de la ciencia.
El fisicalismo es la concepción del carácter monofundamental de la
ciencia que afirma que sólo la física posee el carácter fundamental
global. Como se conoce, en la historia de las ciencias naturales, han
pretendido realmente el estatuto de ciencias fundamentales tres
disciplinas: la física, la química y la biología. Como resultado del
desarrollo de la física y de la creación de la mecánica cuántica, el
problema del estatuto fundamental de la química recibió una
resolución denegatoria. Esto sólo quiere decir que los conceptos y
leyes fundamentales de la química han tenido una explicación física.
El problema de la relación de la física y la biología no tienen hoy una
solución rigurosa. El examen metodológico se podrá realizar tomando
como modelo el problema solucionado de la correlación de la física y
de la química, pero considerando que, en tanto modelo, puede tener
defectos que impliquen sesgos en las conclusiones, si es posible
tenerlas.
El hecho de que la teoría cuántica explicara muchos fenómenos
químicos que antes la física clásica no podía realizar, permite plantear
que, al analizar los fenómenos de reducción, es posible que una teoría
no reducible hoy pueda serlo mañana. Por tanto, es posible plantear
dos alternativas al examinar las relaciones entre la física y la biología:
a) en los resultados de los procesos de investigación se pueden
encontrar nuevas propiedades físico-químicas, para cuya exploración
no son suficientes las leyes conocidas de la física y la química y b)
para explicarnos las singularidades y particularidades fundamentales
de la vida son suficientes las leyes descubiertas hasta ahora de la
física y la química. Claro está que es válido sentenciar que, si
introducimos metodológicamente otros conceptos concernientes con
la teoría sistémica, es posible señalar que también puede ocurrir que
la biología tenga leyes que son altamente específicas para este nivel
de organización de la materia. "O la biología contiene algo
sustancialmente ajeno a la física y a la química o la vida es una
manifestación especial de procesos físicos y químicos que decursan
en los complejos sistemas descubiertos, o la biología se opone a la
física, o las contradicciones entre la biología y la física son aparentes
y el vitalismo en cualquiera de sus formas es inconsistente".
Los problemas que emanan de estos planteamientos son
muchos:
1) ¿Será necesario crear una nueva física: la física-biológica?
2) Si no se excluyen cambios radicales de la física en el futuro
¿existe algún fundamento para que estos sean estimulados
por los datos biológicos?
3) ¿Existe un límite de la aplicabilidad de la biología?
4) ¿Es posible seguir trabajando con un instrumento conocido
(la física) en la esfera conocida, (la biología) aunque no
suficientemente?
5) ¿Existe un límite de aplicabilidad de la física? Al respecto, la
creación de la termodinámica del desequilibrio, teoría de las
estructuras disipativas y la sinergética hacen convincente
llegar a este límite y plantearse la posibilidad de que tenga
lugar el nacimiento de una nueva física.
6) ¿Es la biología una forma totalmente nueva de
manifestación de la materia en donde transcurren fenómenos
tan altamente específicos que, aunque las leyes de la física y
la química operan efectivamente, estas leyes lo hacen bajo
una forma funcional respecto a otras que emanan
precisamente de esta nueva organización de la materia?
En el campo de la biología las posiciones antirreduccionistas parecen
ser mayoritarias. La incorporación de la integridad y la historiología
constituye un antecedente que se opone al reduccionismo.
Pero el problema es que el reduccionismo no niega el carácter
sistémico e histórico del carácter fundamental de la biología; como se
ha planteado, el mismo propone el camino de la investigación de
estos. En relación con el carácter sistémico, corrientemente la
objeción que se atribuye al reduccionismo es la afirmación de que las
propiedades del todo no son obtenibles de las propiedades de sus
partes componentes. Pero, al parecer, esta es una tesis muy vaga,
pues todo dependerá del nivel del estudio del todo en el que hayan
sido seleccionados los elementos correspondientes, la correcta
selección de ellos para enfrentar el estudio de la correspondiente
actividad. Las propiedades del todo no son deducibles de las
propiedades de los elementos en el nivel descriptivo cuando no hay
una teoría suficientemente buena que permita realizar tal selección, y
la doctrina del reduccionismo afirma la posibilidad de construir tal
buena teoría.
La historiografía es un aspecto fundamental de la vida. El fundamento
del evolucionismo científico está representado por la teoría de
Darwin. La física se oponía al darwinismo, la termodinámica daba
señales de simplificación en una dirección de la evolución. El principio
de la selección natural era ajeno a la física. Sin embargo, el desarrollo
de la termodinámica del desequilibrio ha permitido abordar un poco
más la evolución desde el ángulo de la física. Con esto, la teoría de la
selección natural no pierde su papel fundamental en la biología y
tampoco niega la existencia de leyes biológicas específicas. El
problema que surge consiste en el planteamiento incorrecto del
problema relativo al carácter de las leyes biológicas.
El reduccionismo niega la especificidad de las leyes biológicas en el
sentido de la afirmación de su carácter antifísico, de su no
deductibilidad a partir de las leyes físicas, de su no explicabilidad
sobre la base de las leyes de la física. Pero el mismo reconoce su
especificidad como leyes de organización de la materia en un nivel
cualitativamente nuevo que surgen conjuntamente con este nivel y
no existen en los niveles inferiores. La reducción siempre presupone
la existencia de antemano de dos teorías que se relacionan con
diferentes niveles de organización del mundo (dos formas distintas
del movimiento de la materia): la primera se considera fundamental,
explicativa y, la segunda, derivada, explicable. La segunda, conserva
su significación de disciplina fenomenológica descriptiva
(termodinámica fenomenológica o la genética de Mendel) cuando no
está reducida y, en caso que lo fuera, se convierte en ciencia de más
alto nivel teórico (termodinámica estadística o a la genética
molecular), y no solamente pierde su importancia, independencia o
significación sino que, por el contrario, ampliando su instrumental
cognoscitivo, conduce a una concepción más profunda en su esfera
de la materia. Pero de esto no se puede derivar de que el
reduccionismo sea una orientación fiel y el antirreduccionismo es un
error. Tal deducción es simplemente incorrecta.
La oposición de ambas formas de abordar el mundo es un rasgo
necesario, constante (desde que la historia del conocimiento humano
lo permite) e inseparable del conocimiento humano. Esto no sólo está
relacionado con los aspectos comentados, sino que afecta a todas las
directrices metodológicas fundamentales.
Al estudiar la oposición del empirismo y el racionalismo como
directrices metodológicas complementarias que se excluyen
mutuamente, se llega la conclusión que, dada estas condiciones, sólo
en forma conjunta son capaces de entregar un cuadro completo o,
más exactamente, aproximarse a un cuadro completo del
conocimiento humano en uno o más objetos de estudio.
Si la reducción es cierto tipo de relación entre teorías, es necesario
conocer este tipo de relación para que se haga factible la reducción:
1) La relación de inclusión es la relación entre teoría general y
particular. La creación de teorías particulares no es
consecuencia de la reducción, sino de la aplicación de lo
general a lo particular.
2) La creación de una nueva teoría (teoría fundamental) puede
ser producto de la alianza de dos o más teorías. Aquí no hay
reduccionismo. Un ejemplo es la teoría de la alianza: interacción
electromagnética e interacción electrodébiles.
3) La relación de teorías que satisfacen el principio de la
concordancia no se debe confundir con la reducción. Por
ejemplo, la mecánica clásica se deduce de la relativista o la
inversa. En el caso del movimiento de la mecánica clásica a la
relativista existe la creación de una nueva teoría y en el caso
inverso una relación de transición límite.
El conjunto de ideas planteadas
anteriormente nos muestran que no se
tiene bien entendido el papel de
reduccionismo en la ciencia y el mismo
ha sido criticado duramente por varios
autores. Pero, al mismo tiempo, todo
parece indicar que el reduccionismo en
sí mismo no es capaz de explicar
fenómenos complejos, especialmente
aquellos en que están involucrados
aspectos sociales y culturales en los
cuales se ha señalado que se
caracterizan por tener leyes propias,
tales como la autoconciencia, la actividad creadora y la ética.
El reduccionismo tiene claras limitaciones, pero no ha agotado ni
agotará su capacidad de entregar conocimientos nuevos al saber
humano. Estas limitaciones radican fundamentalmente en la esfera
de los conocimientos en que están involucrados sistemas que son
productos de movimientos de la materia altamente organizados. Este
tipo de conocimientos se abarcan con enfoques tales como el
sistémico, complejo y global como ya se ha planteado anteriormente.
Sin embargo, existen otras limitaciones relacionadas con estos
enfoques, las cuales consisten en que muchas teorías que sustentan
el movimiento y desarrollo de estos sistemas carecen de posibilidades
de comprobación empírica rigurosa; cuando ésta existe requiere de
grandes períodos de tiempo y recursos humanos y económicos para
su comprobación y que son difíciles de obtener y, por último, los
postulados sustentadores de tales teorías y enfoques son muy
generales. Esto ocurre de tal forma que, aunque la lógica general
indica como reales ciertos postulados de estas teorías, las mismas no
han alcanzado un pleno desarrollo y madurez.

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