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Desde mi perspectiva laboral docente se ha encontrado con cuestiones que no son muy
diferentes a nuestra época como estudiantes, es decir, en muchas de las ocasiones es
preferible evaluar los procesos y productos del estudiante. Como pueden ser trabajos,
escritos o ensayos, reportes, maquetas, proyectos, exposiciones, entre otros; sin embargo
los profesores califican según sus perspectivas propias y en ocasiones se basa en su criterio,
pero sin utilizar criterios definidos o planeados. O para ahorrarse todo ese trabajo de
evaluación, terminan de nuevo en el examen escrito final; y sabemos que caemos en
aspectos memorísticos.
En cuestión de su carga laboral será la forma en que califique estos aspectos, además de
que siempre estarán en cuestión a las necesidades de las escuelas, padres de familias,
directores, y nivel educativo (SEP). Ya que estos se basaran en la calificación del estudiante
para encasillarlo en un buen o mal estudiante; sin observar y conocer el desempeño del
alumno.
El cambio se debe enfocar en los docentes de todos los niveles para cambiar la forma de las
evaluaciones ahora basada en Competencias, donde los estudiantes deberán demostrar sus
“evidencias de aprendizaje”, pero de igual manera deberán de autoevaluarse, comprender y
reflexionar que fue lo que aprendieron y como lo pueden aplicar. En vez de enfocarse en
lograr el tan ansiado 10, que ahora ya no debe ser sinónimo de calidad.
Sus orígenes históricos han ido cambiando, tanto que en la actualidad hace referencia a
criterios de desempeño que deberán ser evaluados por parte de los estudiantes a través de
una guía escrita. También se le conoce como Matriz de Valoración, y puede ser
contemplada como una estrategia de evaluación alternativa, bajo ciertos criterios
específicos y fundamentales que permitan valorar el aprendizaje, los conocimientos y/o
competencias, logrados por el estudiante en un trabajo o materia particular. La característica
principal que encuentro es que estos “criterios” ya no solo son de uso común del docente
como en la Evaluación tradicional; sino que ahora esta matriz de valoración debe ser
presentada a los alumnos antes de cada evaluación.
Debemos de comprender que una Rúbrica busca generar criterios de autoevaluación, tanto
de manera cuantitativa como cualitativa en los estudiantes, como en sus evidencias de
aprendizaje. Buscando que sea una evaluación autentica en los estudiantes para generar en
ellos un aprendizaje real basado en competencias.
Finalmente las rúbricas deberán centrar los criterios de evaluación, de las evidencias de
aprendizaje y lograr que aparezcan los juicios de una autoevaluación. Siendo que las
rubricas evalúen el real desempeño de los estudiantes basado en las competencias que se
requieran acrecentar durante su proceso de aprendizaje del estudiante.