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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Sede Académica de México

Población y Desarrollo Sustentable en América Latina

Jorge Miguel Veizaga R.∗

1. Introducción

En tanto que ya no es posible pensar al desarrollo desde el punto de vista clásico,


es decir, como la simple expansión – acumulación del capital y la búsqueda
irrestricta de mayores tasas de ganancia, la relación entre población y desarrollo
ha tenido que ser re-pensada en los términos que exige la nueva concepción del
desarrollo.

En efecto, el surgimiento y consolidación de la noción de sustentabilidad del


desarrollo, ha llevado a los círculos académicos e instancias encargadas del
diseño y ejecución de políticas a evaluar conceptos que estaban estrechamente
relacionados a lo que se conocía y aceptaba como desarrollo. Entre ellos no
solamente el papel del crecimiento demográfico sino también el de otros factores
implícitos en la dinámica demográfica. Asimismo, re-surgieron en su momento las
discusiones sobre los niveles de sustentabilidad de los diferentes estilos de
desarrollo que estaban siendo puestos en marcha, en particular en los países en
desarrollo y de allí, las prescripciones sobre lo que debería hacerse o no, sobre lo
que era sustentable o no.

Probablemente se traten de viejos problemas que, a la luz de una nueva


concepción del desarrollo, genera nuevas interrogantes las cuales (dado que

Participante del Programa de Maestría en Población, VI Promoción 2003-2005, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales. Sede Académica de México.
J. M. Veizaga R.

ahora se reconoce una mayor complejidad en los mencionados problemas), no


han quedado resueltas, al contrario, su pertinencia es tan advertida como actual,
las formas en que la relación entre población y desarrollo sustentable se expresa
son crecientemente complejas, y por tanto, la necesidad de discurrir, investigar y
explorar sobre dicha relación es en extremo importante.

2. La población, ¿es un problema para el desarrollo sustentable?

Durante mucho tiempo se ha discutido si el crecimiento demográfico es un factor


que promueve o inhibe los procesos de desarrollo económico, inclusive, hay
posturas que afirman la neutralidad de la población como factor per se; gran parte
de la discusión está referida al debate Malthus vs. Marx, o bien, entre “pro-
natalistas” y “controlistas”.

De acuerdo con Bajraj et al (2000), el destino de los ecosistemas depende de


factores demográficos vinculados con la localización de la población, su cantidad y
algunos rasgos socio-demográficos de la población, lo que tiene que ver con el
debate clásico ya mencionado, es decir, se asume que existe un vínculo estrecho
y directo entre la población (cantidad y distribución) y su carácter de aliciente o
impedimento para el desarrollo; pero Bajraj et al afirman seguidamente: “existe la
convicción de un conjunto de factores de intermediación influyen decisivamente
sobre el efecto final que el cambio demográfico tiene en los ecosistemas...” (op cit,
7).

Si se considera que para el desarrollo sustentable, los ecosistemas son arte y


parte fundamental del mismo, lo anterior denota una posición muy semejante a la
de los marxistas y de hecho, es coherente con la teoría del desarrollo dependiente
de los países en desarrollo, que fuera asumida en su momento por la CEPAL.
Esta postura afirma que el efecto del crecimiento demográfico sobre el desarrollo
dependerá de la manera en que se encuentra organizada la sociedad en un
determinado país/nación, de acuerdo con Marx, “(...) el desarrollo económico

2
J. M. Veizaga R.

guarda relación con la estructura político – económica de la sociedad y en modo


alguno con el crecimiento demográfico” (Weeks; 1984: 278).

Las propuestas actuales van más allá de la visión marxista ortodoxa, así, Leff
reconoce que: “Las relaciones entre procesos demográficos y ambientales son
extremadamente complejas y llevan a cadenas de causa múltiple” (1993: 32), pero
dicha complejidad no se reduce tan solo a dichos procesos, el mismo autor afirma
también que a partir del surgimiento de una perspectiva ambiental en los estudios
del desarrollo se observa que “la población se relaciona con diversos procesos
naturales y sociales, de los que surge todo un conjunto de causalidades e
intermediaciones múltiples que aún no se han estudiado con métodos adecuados”
(op cit, 30-31).

En ese sentido, surge la pregunta: ¿en qué circunstancias o contextos específicos


podría ser la población un escollo para alcanzar el desarrollo sostenible?, es decir,
¿que combinación – casual o causada – de factores económicos, sociales,
históricos, institucionales tendría que suceder para que la dinámica demográfica
hiciera inviable el desarrollo sustentable?

El problema no está precisamente en buscar tales condiciones – digamos –


estructurales, sino en darse cuenta de que la población puede ser un obstáculo
para el desarrollo sustentable si y solo si es el medio por el que se refleja /
expresa un determinado contexto histórico-estructural, es decir, el modo de
producción capitalista en sus diferentes matices. Sobre esto se argumenta más
adelante.

3. El marco analítico de referencia

Como respuesta a la necesidad de considerar los cambios medioambientales, se


ha propuesto un marco analítico en el que “un desarrollo sustentable supone la
manutención de estos equilibrios [eco sistémicos] y la preservación de una base

3
J. M. Veizaga R.

de recursos naturales que satisfaga los requerimientos de desarrollo de las


generaciones futuras”1 (Bajraj et al, 2000: 16).

Asimismo, se considera que existen fuertes conexiones e interacciones entre los


restantes principios que – en parte – definen la actual visión de la relación
población & desarrollo, o sea: los recursos humanos, la equidad social y la
gobernabilidad. Esto significaría que no podría haber sustentabilidad sin equidad
social ni gobernabilidad ni una adecuada consideración y gestión de los recursos
humanos; o bien, el logro de la equidad supone también el logro de la
sustentabilidad. (op cit, 18).

El consenso académico y, en general, el contexto institucional es claro al afirmar


que “se requiere que las relaciones entre población, recursos, ambiente y
desarrollo se reconozcan cabalmente, se gestionen de forma adecuada y se
equilibren de manera armoniosa y dinámica (Naciones Unidas 1995, citado en
Bajraj et al, 2000: 16).

Si bien el marco de referencia está propuesto y resulta bastante coherente y


razonable, su aplicación en los hechos y en general, su aplicabilidad práctica está
en duda2, a pesar de lo cual sus perspectivas no dejan de servir como guía en la
discusión y avance hacia la mejor comprensión de la relación población &
desarrollo.

4. Cuestiones no resueltas en la relación Población – Medio Ambiente –


Desarrollo

Con objeto de estudiar el papel que juega la población y lo que ella implica (p.e. la
dinámica demográfica, estructura, flujos, etc.), en los procesos de desarrollo

1
Al referirse a las generaciones futuras, nos vemos obligados a reflexionar sobre cuántas y hasta cuándo
existirán “futuras generaciones”, dado que el horizonte y la complejidad de esta respuesta escapa los
alcances del presente documento, se asume como infinito el horizonte de reproducción de la humanidad, por
lo que cada vez se que se vuelva al concepto de sustentable, se asumirá como “ideal” dicho asunción.
2
Un claro ejemplo de ello ha sido la decisión de Estados Unidos de no participar del protocolo de Kyoto.

4
J. M. Veizaga R.

sustentable, a continuación se exponen una secuencia de cuatro importantes


temas relacionados con las ideas anteriormente expuestas y son: el carácter del
subdesarrollo como un resultado histórico estructural del desarrollo, los cambios
medioambientales como problemas globales, las características del nuevo orden
económico internacional y como corolario, los problemas de creciente desigualdad
que va aparejada por una falta total de alternativas de solución.

4.1. El subdesarrollo como resultado histórico-estructural del desarrollo y


la deuda ecológica

El desarrollo del capitalismo puede remontarse hasta el siglo XVI, en él influyó de


manera radical el desarrollo de la ciencia y la tecnología, de hecho, su fase
conocida como de “expansión industrial” determinó una especialización funcional
entre regiones: las menos desarrolladas exportaban materias primas (fuerza de
trabajo incluida) a las más desarrolladas que – vía industria movida por
combustibles fósiles altamente contaminantes – transforma la materia prima en
toda una gama de bienes, desde aquellos de consumo “popular” hasta bienes para
el consumo de la elite. Esta dinámica se ha reproducido en el tiempo,
consolidando su clasificación de las regiones y sub-regiones como centrales y
periféricas (Sunkel; 1980: 20-25).

Este orden de cosas ha tenido como resultado: a) la extensión – con diferentes


matices – de la promesa del desarrollo, es decir, la consolidación del carácter
“deseable” de una cultura (la occidental) y sus patrones de producción – consumo,
b) la categorización de los países y regiones como “desarrolladas” y “en vías de
desarrollo” y c) el reconocimiento del carácter depredador de la ola desarrollista
que ha consumido una gran parte de los bosques naturales del planeta y ha
agotado enormes superficies agrícolas3. A partir de tal constatación, se puede
entender el “dilema” de las economías en vías de desarrollo que buscan el
3
Lo que se conoce como “deuda ecológica” que ha llegado a plantearse como una responsabilidad de los
países industrializados, respecto de ello – además – se ha debatido la idea de cancelar la deuda externa de
los países en desarrollo por dicha deuda: deuda por medio ambiente (Robleto y Marcelo, 1992; Azar, 1995;
Borrero, 1993; citados por Martínez, 1999).

5
J. M. Veizaga R.

progreso pero ya no pueden hacer uso irrestricto & irracional como lo hicieron los
otros países hasta hace pocos años atrás.

4.2. El cambio climático como problema global.

Desde cierto punto de vista, se puede decir que hubo un avance en el


conocimiento del problema ambiental: ha sido reconocido “pública y oficialmente”.
Bien visto, este es un verdadero avance, hasta hace pocos años, y a pesar de los
muchos y serios estudios que se han realizado advirtiendo el problema, todavía se
discutía si había o no un cambio climático4.

En efecto, el paradigmático estudio de Meadows et al (1972) muestra los distintos


futuros posibles consideran los niveles de producción (alimentos & industria), de
contaminación, de población y de recursos del planeta/mundo, los autores
concluyen en la dificultad que implicaría cualquier acción orientada a corregir el
rumbo camino de la sustentabilidad; pero también se puede concluir del
mencionado estudio, la necesidad de actuar rápida, precisa y decididamente
respecto de ese problema.

En tanto que el problema medioambiental es global, las soluciones que se


necesitan también deben ser globales. Guimarães (2003), afirma que las
estrategias orientadas hacia el cambio deben ser individuales al mismo tiempo que
de toda la sociedad; por primera vez los Estados y en general, todas las naciones
sin excepción, deben esforzarse para lograr el desarrollo sustentable.

4.3. Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) y nueva especialización


de los países.

Muchos coinciden en caracterizar al NOEI como una fase de transformación del


capitalismo industrial en capitalismo financiero de gran dinamismo, y la
4
Entrevista a Roberto Guimarães en la Revista Punto de Equilibrio N° 10, Agosto – 2003, Cochabamba –
Bolivia.

6
J. M. Veizaga R.

estructuración del modo de producción flexible y ubicuo5. El NOEI se caracteriza


además por el surgimiento de una nueva especialización funcional entre regiones
y países. Esta especialización, similar a la anterior, traslada las industrias
llamadas “sucias” o contaminantes a los países en desarrollo (industria pesada,
maquila, ensamblaje, etc.) y deja en los países desarrollados las industrias
“limpias”, o menos contaminantes (software, películas, libros, etc.)6.

Asimismo, en el marco de esta nueva especialización, se han establecido políticas


que bajo el disfraz de “ambientalistas” no son más que la expresión de un neo-
proteccionismo para los productos primarios: sello verde, certificados de origen,
entre otros. Por otro lado el NOEI, del que los Estados Unidos de Norteamérica se
ha hecho rector requiere del estricto control de los recursos naturales en general y
de los combustibles fósiles y otros minerales en particular: petróleo, gas, uranio y
otros.

4.4. Desigualdad creciente y crisis de alternativas

La creciente desigualdad de riqueza y en general, de la calidad de vida de la


población ha sido bastante documentada. Fucaraccio (1994), reconoce que la
creciente riqueza cada vez más concentrada y el creciente desperdicio de
recursos son problemas emergentes estrechamente vinculados con la población;
así, la desigualdad puede ser vista en varias esferas, es el caso de la desigualdad
al ocasionar el daño medioambiental.

En tal sentido, Leff (1993)7 cita, respecto de los habitantes de los países
desarrollados: “que representan el 25% de la población mundial, utilizan el 75% de
toda la energía producida, consumen 79% de todos los combustibles comerciales
85% de todos los productos de madera... producen casi el 75% de todas las

5
Soportado y favoreciendo al mismo tiempo el desarrollo de nuevas tecnologías de comunicación, transporte
y producción.
6
Apuntes de clase, Población & Desarrollo (Prof.: De Luca, M.), FLACSO México - 2003
7
No queda claro si es una cita del FNUAP, 1991; pp.: 35-36.

7
J. M. Veizaga R.

emisiones de bióxido de carbono... más un porcentaje igualmente


desproporcionado de otros gases que causan el efecto invernadero”.

Por mucho tiempo se ha pensado que la pobreza y más específicamente, los


“pobres” son los que más daño ocasionan al medioambiente, así, el mencionado
autor rescata la información del FNUAP (1991) donde se afirma que “es posible
que los 100 millones de pobres causen más daño al medio ambiente que los otros
3000 millones de habitantes en su conjunto”. La siguiente pregunta es, ¿por qué lo
hacen? Para Bajraj et al (2000) la respuesta más objetiva es que la incapacidad de
un manejo sustentable del capital natural se debe a la pobreza, falta de
conocimiento, ausencia de tecnología, inaccesibilidad al crédito, carencias de
infraestructura, etc. Es decir, si los campesinos cortan la leña es porque no les
queda otra alternativa; no existe en los países en desarrollo, ni en las ciudades la
infraestructura, ni en los presupuestos los recursos, ni en los gobiernos la
capacidad de gestión para el desarrollo sustentable y ello debido a la
especialización entre países vista más arriba. El corolario sería: la población pobre
ha sido llevada a contaminar por la evolución de un sistema desigual (es la
inmensa mayoría), los ricos contaminan por sus patrones de consumo (una
minoría muy dañina)8.

No es que haya una crisis de alternativas – en sentido estricto – si no más bien, la


imposibilidad de aplicarlas9, lo que sucede es justamente lo no deseable: se
aplican alternativas incompletas que probablemente terminarán causando más
daño y/o confusión10. Ya lo anunciaban Meadows et al (1972), al proponer una
especie de “locura”: la disminución drástica de la producción industrial y del
crecimiento poblacional y el desarrollo de acciones que fueran a reparar el daño
ambiental (op cit, 211). Sin embargo – y aquí es donde entra la “población” como
8
A propósito, véase Guimarães (2003).
9
Se han realizado estudios que prueban que la producción de energía limpia y barata (solar, eléctrica) y su
difusión son perfectamente factibles, pero son los intereses de las compañías petroleras – por ejemplo – los
que están en juego cuando se plantean tales estrategias y se termina por desecharlas.
10
Es el caso de las normas ISO de calidad ambiental y otros tantos intentos de incorporar al juego de las
fuerzas del mercado las “externalidades” relacionadas con lo medio ambiental y aunque se han hecho
esfuerzos interesantes por valorarlas, muchos coinciden al afirmar que ése es un tema complejo y cualquier
cálculo será apenas aproximado (Martínez, 1999: 47, 68-83).

8
J. M. Veizaga R.

problema para el desarrollo sustentable –, tales alternativas se han visto reducidas


a una sola: la reducción – total - del ritmo de crecimiento de la población.
Por mucho tiempo la idea de la población como escollo para el desarrollo y por
tanto, idealizada como “estacionaria”, dominó la escena político-académica,
actualmente se acepta que el problema es más complejo y dependiente de
innumerables factores.

5. Los desafíos que ha de enfrentar el desarrollo sustentable en América


Latina (a manera de conclusiones)

Por lo visto, es muy exiguo el margen de acción que le queda a América Latina
como región cuyos países se encuentran en vías de desarrollo. No obstante es
preciso hacer “algo”. Entre los desafíos que será necesario enfrentar se destacan:

Reflexionar sobre la idea de que no existen problemas ambientales per se, lo que
existen son problemas económico – sociales, de organización y gestión, de
equidad. Lo que se llaman “problemas ambientales” son las manifestaciones de
los anteriores.

Que académicos y “tomadores de decisiones”, reconozcan que la población puede


ser un obstáculo para el desarrollo sustentable siempre y cuando sus condiciones
materiales de vida y en general, las condiciones sociales y económicas no
permitan conductas ambientalmente sustentables.

Reconocer los efectos nocivos de las visiones antropocéntricas (hasta ahora


dominantes) sobre la relación Sociedad & Naturaleza debería como mínimo llevar
a alentar la producción ambientalmente amigable y cambiar los actuales patrones
de consumo – en particular, el de las elites – por otros sustentables (Bajraj et al,
2000: 16).

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J. M. Veizaga R.

Finalmente, es importante observar que la dimensión principal de la


sustentabilidad es la dimensión ética; mientras haya individuos manipulando a
otros no podrá haber desarrollo sustentable, ni para uno ni para toda la población.
Por tanto, la población si puede ser un obstáculo para el desarrollo sustentable, en
particular cierta pequeña parte de ella que consume y derrocha y vive como si sólo
existiera ella y hace que muchos otros tengan que (sobre)vivir dañando al
medioambiente.

Bibliografía

Bajraj, Reynaldo F., Miguel Villa, y Jorge Rodríguez, 2000, “Población y desarrollo en
América Latina y el Caribe: un desafío para las políticas públicas”, CEPAL, Serie
población y desarrollo núm. 7, Proceso Regional de Población CELADE, Santiago de
Chile.

Fucaraccio, Angel, 1994, “Temas de Población y Desarrollo”, en Raúl Benitez Zenteno y


Eva Ramírez Rodríguez (coords.), Políticas de Población en Centroamérica, el Caribe y
México, INAP, IIS-UNAM y PROLAP, México.

Guimarães, Roberto; [2001] 2003, Entrevista en la Revista “Punto de Equilibrio, N° 10,


Cochabamba – Bolivia.

Leff, Enrique, 1993, “La interdisciplinariedad en las relaciones población–ambiente. Hacia


un paradigma de demografía ambiental” en Haydea Izazola y Susana Lerner (comps.)
Población y ambiente ¿nuevas interrogantes a viejos problemas? SOMEDE-COLMEX-
Population Council, México.

Martínez - Alier, Joan; 1999, “La economía ecológica como ecología humana”, en Ricaldi,
T. (Comp.), La economía ecológica: Una nueva mirada a la ecología humana, CESU –
UMSS, Cochabamba – Bolivia.

Meadows, D.; Meadows, D.; Randers, J.; Behrens, W.; 1972, Los límites del crecimiento.
Fondo de Cultura Económica, México.

Sunkel, Osvaldo y otros, 1980, Estilos de desarrollo y medio ambiente en la América


Latina, Serie en El trimestre económico, Fondo de Cultura Económica, México.

Weeks, John R.; 1984, Sociología de la población, Ed. Alianza, Madrid.

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