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Isaas: 52,13-53,12
Palabra de Dios.
R/ Te alabamos Seor.
Salmo responsorial: 39
R/. Aqu estoy, Seor, para hacer tu voluntad
+ Cuntas maravillas has hecho, Seor, Dios mo, cuntos planes en favor
nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan
todo nmero. R/.
+ T no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el odo; no
pides sacrificio expiatorio. R/.
+ Entonces yo digo: Aqu estoy, como est escrito en mi libro, para hacer tu
voluntad. Dios mo, lo quiero, y llevo tu ley en las entraas. R/.
+ He proclamado tu salvacin ante la gran asamblea; no he cerrado los
labios; Seor, t lo sabes. R/.
+ No he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu
salvacin, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R/.
Da litrgico: Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio segn san Lucas (22,14-20):
Llegada la hora, se sent Jess con sus discpulos y les dijo: He deseado
enormemente comer esta comida pascual con ustedes, antes de padecer, porque les
digo que ya no la volver a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
Y, tomando una copa, pronunci la accin de gracias y dijo: Tomen esto,
reprtanlo entre ustedes; porque les digo que no beber desde ahora del fruto de la
vid hasta que venga el reino de Dios.
Y, tomando pan, pronunci la accin de gracias, lo parti y se lo dio,
diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes; hagan esto en memoria
ma.
Despus de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: Esta copa es la
nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes.
Palabra del Seor.
R/ Gloria a ti, Seor Jess.
Reflexin
Sabemos de sobra que Jess no fue un sacerdote ni promovi el sacerdocio.
Por el contrario. Fue un laico muy crtico de todo tipo de estructuras que daaban la
vida, incluso de las estructuras religiosas dominadas por los sacerdotes del templo de
Jerusaln, quienes no le perdonaron haberse metido con su negocio. Cuando vieron
que se les estaba saliendo de las manos, las autoridades judas, en cabeza del Sumo
Sacerdote y sus secuaces, persiguieron, lo apresaron, le hicieron un juicio amaado y
lo entregaron a Pilatos, representante del imperio romano, para que lo asesinara.
Todo lo hicieron con una aparente legalidad, en nombre de Dios y nombre de la
Ley, como tantas cosas en este mundo.
Y hoy, como tantas paradojas de nuestra fe, se nos propone la fiesta de Jess