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“El hombre Postorgánico: Los caminos de la

evolución”

Este ensayo gira en torno al hecho de encontramos en una nueva fase de la


evolución, caracterizada por la aparición del "Homo ciberneticus (hombre
cibernético)" que sucederá al "Homo sapiens sapiens (hombre reflexivo)", y
las implicancias identitarias.

Autora Prof. Lucia Tosolini


“En los bajorrelieves o en las pinturas, los esqueletos de las danzas macabras simbolizan la fragilidad de
la existencia. Nos recuerdan a todos la igualdad ante la muerte. En los grabados de Vesalio lo que pone
de manifiesto, en esa serie de esqueletos, es la estructura que sostiene el edificio del cuerpo humano…”
Jacob, Francois
De este modo se plegaban Vesalio y Harvey a la gran revolución copernicana

LOS CAMINOS DE LA EVOLUCIÓN

En oportunidad de cursar con el Profesor Luis Baggiolini uno de los módulos


del posgrado de Nuevas Infancias y Juventudes, en la presentación1 que el
hiciera en clase, de los tópicos a desarrollar, se mencionó que en 1996
comenzaron a utilizarse y cubrir el planeta, organismos genéticamente
modificados, tanto vegetales como animales. Esto permite pensar que de la
evolución natural propuesta por la teoría sintética de la evolución estamos
migrando rápidamente a la evolución artificial.

Al respecto Paula Sibilia se pregunta si estamos frente a la era de la


postnaturaleza, y se responde: quizás sí un universo postmecánico e
informatizado. Esto está abonado por la idea de un código de la vida basado
en información. La biología molecular contribuye a imponer el modelo
digital. La barrera que siempre separó las diversas especies puede ser
atravesada, superando la escisión entre naturaleza y artificio. La
postevolución aparece como una nueva etapa en larga historia de la
producción humana de la sociedad occidental.

Otra contribución teórica está dada por el cambio de paradigma


mecanicista. El mundo y la naturaleza en particular dejo de ser un
mecanismo, un gran reloj que debía ser aceitado para su correcto
funcionamiento y se transformó en un software que debe ser editado y
modificado.

Después de una larga trayectoria en historia evolutiva, y de apreciaciones


tales como las del palentólogo Stephen J.Gould, que sostiene: “somos una
entidad improbable y frágil, afortunadamente próspera después de varios
comienzos como una pequeña población en África y no el previsible
resultado final de una tendencia global”; el hombre es el único animal capaz
de creer que es el único capaz…

Homo sapiens tiene sus peculiaridades, sin duda. Somos una especie única
en muchos aspectos. Pero no tanto como siempre hemos pensado.

Repasando un poco la evolución del concepto de hombre, veremos que


durante la mayor parte de la historia occidental -influenciada por la visión
religiosa dominante- se le ha considerado un punto y aparte, una excepción
al resto de la vida, la cima de la creación. Un paso atrás, desde luego,
respecto a la concisa definición platónica de "bípedo implume". O la de
"animal racional" de Aristóteles. Sólo con el reciente auge del pensamiento

1
Presentación PowerPoint elaborada por Prof. Luis Baggiolini

2
crítico y del método científico se ha recuperado la definición materialista y
zoológica griega, y nos hemos dejado de monsergas.

Pero los memes2 tradicionales pesan, y mucho. Aún es común que mucha
gente considere al hombre como el único ser dotado de alma, el único ser
espiritual, el único ser religioso y demás necedades. Aunque nadie -como
decía Ramón y Cajal- nunca haya encontrado el alma en la punta del bisturí.
Afortunadamente, esta visión animista está en claro retroceso, conforme la
sociedad del conocimiento va extendiendo la visión científica del mundo.

Algunas de las peculiaridades que se han citado como exclusivamente


humanas son:

-El hombre es el único animal capaz de usar herramientas. Esta afirmación


sustentada por pensadores de la talla de Engels y Freüd se mantuvo
indemne hasta que observaciones etológicas obligaron a abandonarla. El
Homo habilis -no en el sentido paleontológico, sino conceptual-se ha
devaluado.

- El hombre es el único animal capaz de fabricar herramientas. Esta tesis


vino a suplir la anterior, pero se ha desmantelado recientemente. El Homo
faber ha muerto.

- El hombre es el único animal tecnológico. Es decir, el único en mejorar la


técnica. Error. Corvus moneduloides, lo hace

Dejando de lado las capacidades técnicas, también se dijo que el hombre


era el único animal en hacer el amor frontalmente, hasta que se observó
que los bonobos también lo hacen.

Y que el hombre es el único animal que se sonroja y que llora. Tal vez sea
porque es el único que tiene motivos para ello.

Yo lo matizaría. La selección memética complementa la selección natural, se


superpone, la ayuda, no la sustituye totalmente. Para que haya selección
memética los animales han de ser capaces de innovar y aprender, y para
eso hace falta un buen cerebro y un organismo adecuado. Y los dos son el
resultado de la selección natural.

La selección natural sólo queda en un segundo plano en cuanto a que deja


de ser la fuente principal de innovación, el motor del cambio, que en el
hombre pasa a ser la selección memética. Lo que sí que cambia son algunos
criterios de selección: si antes los aspectos físicos eran el factor principal de
selección, ahora en el hombre el intelecto -la forma en que un individuo
organiza y maneja sus memes- pasa a ser tan o más importante.

La transmisión cultural empieza a ser estudiada por la biología y,


especialmente, por la etología, que no tienen reparo en hablar, en sentido
fuerte, de evolución cultural más que de mera transmisión cultural. Este

2
Un MEME, es según las modernas teorías de difusión cultural, la unidad teórica de difusión cultural para
su transmisión de una generación a otra

3
estudio se efectúa en el seno de una concepción amplia de la cultura
entendida de manera informacional: una cultura es información
transmitida entre miembros de una misma especie, por aprendizaje social
mediante la imitación, por la enseñanza o por asimilación.

Desde el ámbito de la semiología hay, también un señalamiento acerca de


la transmisión cultural sustentada en procesos que impregnan el conjunto
del tejido social y que van más allá de las consabidas presiones de los
medios de comunicación. En este sentido, Umberto Eco señala que “desde
hace varios decenios circula la teoría según la cual los medios de
comunicación no siempre crean opinión, sino que refuerzan la que ya
circula. [...]3

Ahora bien los interrogantes que surgen son ¿cómo se desarrollan y


transmiten estos flujos de ideas?, ¿por que razón se adueñan rápidamente
de amplias capas de la población, incluso a miles de kilómetros de distancia,
de manera relativamente independiente de los medios de comunicación,
como señala Eco? La cultura se transmite entre individuos de una misma
especie y en este proceso de transmisión se produce un proceso evolutivo.

Desde hace tiempo varios autores han señalado las similitudes entre la
evolución cultural y la evolución biológica. Popper, por ejemplo, señalaba
las semejanzas entre el proceso del progreso científico y la selección
natural, y mucho antes Leslie White también hizo consideraciones parecidas
para el conjunto de la cultura. Pero desde Richard Dawkins4 se ha dado un
paso más, ya que este autor considera la evolución cultural análoga a la
evolución biológica y, en general, análoga a todo proceso evolutivo.

Así entonces, del mismo modo que la vida evoluciona por la supervivencia
diferencial de los genes, – entidades reproductoras de los organismos vivos,
sometidos a selección natural –, la cultura evoluciona mediante la
supervivencia diferencial de replicadores culturales, a los que Dawkins llama
“memes”, o unidades mínimas de información y replicación cultural, y que
se someten también a un proceso de selección.

Retomando las ideas de Dawkins, nuestra naturaleza biológica se constituye


a partir de la información genética articulada en genes, y nuestra cultura se
constituye por la información acumulada en nuestra memoria y captada
generalmente por imitación (mimesis), por enseñanza o por asimilación,
que se articula en memes. Otros autores han señalado una idea semejante
y han propuesto otros términos para designar estas unidades mínimas de
información cultural. Así, por ejemplo, Wilson y Lumsden han propuesto el
término culturgen, y aunque en las obras de dichos autores hay un más
amplio tratamiento cuantitativo de la transmisión de los culturgenes, se ha
acabado imponiendo la terminología de Dawkins, aunque no todos los
defensores de la teoría “memética” compartan todas las tesis de dicho
autor.

3
L’Espresso, Roma, 22 de noviembre de 1997. Citado por El País, 23-XI-1997.
4
DAWKINS, R (1986) El gen egoísta, Salvat: Barcelona.

4
Desde la perspectiva de la teoría de los memes podemos decir que
poseemos dos tipos distintos de procesadores de información: a) el
genoma o sistema de genes situados en los cromosomas de las células de
cada individuo, que determina el genotipo, y b) el cerebro y el sistema
nervioso, que permite el procesamiento de la información cultural. El
acervo genético de nuestro genoma se puede escindir en unidades mínimas
de información que son los genes, trasmitidos sexualmente mediante su
replicación de una generación a otra. La información cultural se transmite
de cerebro a cerebro (por enseñanza, imitación o asimilación) y puede
dividirse en unidades simples (tales como una idea, un concepto, una
técnica, una habilidad, una costumbre, una manera de fabricar un utensilio,
etc.), que, no sin cierta ambigüedad, Dawkins llama memes.

La tesis “fuerte” de Dawkins es que los rasgos culturales también se


replican. Si los rasgos genéticos se transmiten por replicación de los genes,
los rasgos culturales se transmiten por replicación de los memes o unidades
de información cultural. Por analogía con la agrupación de los genes en
cromosomas, se considera también que los memes se agrupan en
dimensiones culturales, que pueden aumentar con nuevas adquisiciones
culturales. La gran diferencia es que, mientras los cromosomas son
unidades naturales e independientes de nuestras acciones, las dimensiones
culturales son construcciones nuestras. Así, la cultura no es tanto un
conjunto de formas de conducta, sino más bien información que especifica
dichas forma de conducta.

Una explicación para la forma en que difunden los memes es la que la


correlaciona a la transmisión de las epidemias y, como en el caso de éstas,
pueden dar lugar a memes endémicos. Parafraseando (y caricaturizando) la
tesis de los sociobiólogos según la cual un organismo es el medio del que se
valen los genes para perpetuarse, un cerebro humano es el medio del que
se valen los memes para propagarse y replicarse. 5

Esta conclusión poco simpática para la soberbia individual debe ser pensada
en el marco de la concepción evolutiva e interaccionista del yo: un individuo
es, a la vez, el fruto de la evolución biológica y de la evolución cultural
generada en interacción con otros yoes, tesis que forma parte de la
revolución en contra del narcisismo antropocéntrico, como lo fue en su
momento la revolución copernicana, el darwinismo o la teoría freudiana del
inconsciente. Desde este punto de vista esta tesis se vincula a la concepción
estructuralista de la muerte del sujeto y al fin del dualismo y del
racionalismo cartesiano.

Ahora bien, mientras los procesos evolutivos biológicos se rigen por el


modelo darviniano, la evolución de la cultura, con intervención humana
directa, parece alcanzar un modelo de prototipo lamarckiano de transmisión
de caracteres adquiridos, lo que permite una evolución rapidísima –
potenciada por la velocidad casi instantánea de los medios de comunicación
comparada con los procesos darvinianos. En cualquier caso, la constitución
genética humana está determinada por unos 6.000 millones de nucleótidos
Pero las neuronas del sistema nervioso son 10.000 veces mas numerosas y

5
DENNETT, Daniel, (1995) La conciencia explicada. Paidós: Barcelona

5
las conexiones entre ellas todavía muchísimo mas. De esto se desprende las
dificultades para la creación de un modelo matemático, tan necesario para
acompañar a las construcciones teóricas, que permita entender la evolución
cultural, no obstante, esta tarea empieza a ser arremetida por los autores
mencionados y por los teóricos de la inteligencia artificial (en este sentido
van los estudios de D. Dennett, D. Davidson y otros filósofos).

Pero para poder construir ideas alrededor de esta nueva mirada evolutiva
del hombre, y pensando en esto del homus cibernético quiero recurrir,
como indiqué al comienzo del trabajo, a autores de otros campos
disciplinares y pensar que ideas del campo de la cibernética y de la teoría
general de sistemas anclan en este concepto de hombre cibernético.

Una visión sistémica de un organismo viviente, lleva a considerarlo como


“un conjunto de elementos en interacción.” Si bien esta afirmación es
bastante amplia y aplicable a diferentes tipos de sistemas, físicos o
biológicos, en relación con estos últimos, aplicar dicho enfoque permite
comprender a los seres vivos, independientemente del nivel de organización
al que pertenezcan, como una totalidad donde los fenómenos no ocurren
desligados unos de otros sino que se relacionan en función del
mantenimiento de las funciones vitales. Estas relaciones implican entonces
la existencia de distintos tipos de estructuras, de funciones propias de las
mismas, de procesos de transformación de materia y energía, de circulación
de información y de mecanismos de regulación y control de dichos
procesos.

El concepto de sistema en general está sustentado sobre el hecho de que


ningún sistema puede existir aislado completamente y siempre tendrá
factores externos que lo rodean y pueden afectarlo, por lo tanto podemos
referir a Muir que dijo: "Cuando tratamos de tomar algo, siempre lo
encontramos unido a algo más en el Universo".

Ahora bien, cuando nos referimos a los sistemas vivientes estamos


hablando de complejidad biológica, y aquí hacemos referencia a la vida
como sistema complejo. Se establecen así distintos niveles de lo complejo
para cada organismo o estructura biológica, donde cada escalón enmarca
un salto de complejidad y viene seguido de un largo periodo de estabilidad
en el que el nuevo nivel se afianza y alcanza la supremacía.

La complejidad se define como cantidad de información necesaria para


describir un sistema. Así cuanto más complejo es un ser vivo más
información hay contenida en él. A su vez, un ser complejo que contenga
mucha información será, altamente no-entrópico u ordenado. Cuanto más
orden más información para establecer dicho orden. Cuando hablamos de
orden nos estamos refiriendo a los enlaces, interrelaciones entre las
diferentes partes del sistema vivo siguiendo algún tipo de jerarquía y
estructura definidas. O, dicho de otra forma, información no es sólo cómo
hacer las células de nuestro cuerpo, sino también las relaciones e
interacciones que mantendrán entre ellas.

Aquí es necesario recurrir a la cibernética, ahora bien a que nos referimos


cuando de ella hablamos, pues originalmente fue definida como la ciencia

6
del control y la comunicación en sistemas complejos (seres vivos,
computadoras), es importante mencionar en este punto como son
equiparados estos términos ya desde tan temprano recorrido. Pero la
versión moderna de la misma (von Foerster) se refiere a ella como al
estudio de las relaciones (de organización) que deben tener los
componentes de un sistema para existir como entidad autónoma, existir
como tal en algún espacio o dimensión, autogobernándose.

La aplicación del enfoque cibernético se realiza para poder interpretar los


resultados de la organización de distintos componentes en estructuras cada
vez más complejas hasta llegar hasta la organización de todo un sistema
social. En principio necesitamos echar mano de la cibernética de segundo
orden (de los sistemas observadores) y quien mejor explica las
características del sistema humano desde esta perspectiva, es Humberto
Maturana,6 quien muestra que lo central es la autonomía operacional del ser
vivo individual. Particularmente dio cuenta de la dimensión en la cual surge
y existe la autoconciencia operando en términos de lenguaje social. Al
respecto explicitó que los fenómenos asociados a la percepción se entendían
solo si se entendía el operar del sistema nervioso como una red circular
cerrada de correlaciones internas, “y simultáneamente entendía que la
organización del ser vivo se explicaba a si misma al verla como un operar
circular cerrado de producción de componentes que producían la misma red
de relaciones de elementos que los generaba (teoría que posteriormente
denominó autopoiésis)7

Francisco Varela8 amplía los conceptos anteriores, especialmente el de


autonomía operacional del ser vivo, al de los sistemas autónomos en
general (concepto de clausura operacional)

Estas estructuras cibernéticas de segundo orden (Sistemas autónomos


autopoiéticos) pueden entrar a su vez en acoplamiento estructural con otros
organismos, que permiten la mantención de la individualidad de ambos en
el extendido acontecer de sus interacciones. Estamos así frente a un
acoplamiento de tercer orden. Lo que algunos autores mencionan como las
sociedades complejas por evolución cultural. Los centros urbanos en las
sociedades humanas son vitales para la supervivencia de la especie. La
agrupación de individuos favorece la cooperación en detrimento de la
competencia lo que lleva a proyectos más ambiciosos para el ser humano.

Un camino que ha tomado la naturaleza para formar sociedades complejas


es el de desarrollar una especie con suficiente inteligencia como para pasar
sus conocimientos a las generaciones siguientes, con una capacidad que le
permita abstraer a partir de ideas nuevos proyectos o posibles funciones de
algo que solo está aún en su cabeza. Así surge una especie, el homo
sapiens que evoluciona genética y culturalmente. Y esta evolución cultural
es mucho más rápida, como ya lo explicáramos, y produce también sus
propios saltos de complejidad social. Poco a poco el ser humano pasará de

6
Neurobiólogo chileno, elaboró una tesis sobre la cognición humana, los primeros conceptos
están en su obra Biology of Cognition
7
MATURANA, H. VARELA, F. (1996) El árbol del conocimiento. Editorial Universitaria:
Santiago de Chile
8
Biólogo chileno discípulo de Maturana y von Foerster

7
esconderse en cuevas a construir poblados primero, ciudades después y
estaciones orbitales finalmente.

Difícilmente puede sobrevivir un ser humano fuera del colectivo. El hombre


es dependiente de su propia tecnología. De la misma forma que las células
en un ser pluricelular los hombres dependen totalmente del resto de sus
congéneres para sobrevivir.

La evolución puede presentarse en forma competitiva. Esta competencia


da lugar a la microevolución o evolución a pequeña escala, gradual. Pero
existe la alternativa de la cooperación y el reparto de los recursos entre
varios individuos de una especie o incluso entre especies distintas en
estrecha simbiosis lo que da lugar a más complejidad pues crea
interrelaciones y estas son el motor de la macroevolución.

Estas interrelaciones son información y una vez establecidos y reforzados


esos lazos, el nuevo organismo compuesto lucha por sobrevivir como un
todo. Cada avance en la complejidad tiende a mantenerse. Pero lo cierto
es que una vez alcanzado ese nivel de orden superior, la vida batallará
para mantenerlo. Según la definición termodinámica de vida ésta es una
región localizada donde se incrementa el orden. Bien, pues eso es, por
regla general, lo que ocurre con los saltos de complejidad, sobrevienen y
perduran, nunca hay retrocesos evolutivos ni con los mayores cataclismos.
Tales accidentes solo frenan el proceso pero no lo hacen retroceder.

Pierre Lévy en su obra Inteligencia colectiva se refiere a esta estructura


operacional de tercer orden como “la ingeniería del vínculo social, que es
el arte de hacer vivir colectivos inteligentes y de valorizar al máximo la
diversidad de las condiciones humanas. El corazón de la ingeniería del
vínculo social es la economía de las cualidades del hombre”

Ahora bien, lo que aparece como relevante en la actual sociedad de la


información, es la profundización de la fusión entre el hombre y la técnica
En palabras de Sibilia9, refiriéndose al contexto de la digitalización universal
que signa nuestra era, “el cuerpo humano, en su anticuada configuración
biológica, se estaría volviendo obsoleto. Intimidados (y seducidos) por las
presiones de un medio ambiente amalgamado con el artificio” De aquí se
desprende la urgente necesidad de “compatibilizar con el tecnocosmos
digital… mediante la actualización tecnológica permanente”

Pero antes de transitar la virtualización completa (digitalización) del espacio


humano, me gustaría reseñar la cultura Cyborg, antesala de aquella.
Podríamos decir que los Cyborg son la expresión perfecta de lo post-
humano, entendido no como la sustitución de la humanidad, sino como una
revisión del concepto tradicional de lo que es humano, donde desaparecen
las fronteras entre organismo vivo y tecnología.

El término Cyborg (cibernetic organism) fue creado en 1960 por Manfred


Clynes y Nathan Kline, investigadores del Rochland State Hospital. Y

9
SIBILIA, Paula. 2006. El hombre postorgánico. Buenos Aires: FCE

8
manifestaba la fusión entre un organismo vivo y una máquina con el fin de
mejorar o sustituir las funciones orgánicas mediante el empleo de la alta
tecnología. Esta expresión va a comprenderse mejor a través de la
literatura y la ficción, los Cyborg empezaron a formar parte del imaginario
popular gracias al cine: Blade Runner, el cine de Cronemberg, la literatura
de ciencia ficción: Ph. Dick, S Lem.

La hibridación es para Haraway10 una de las características principales de la


civilización actual, “A finales del siglo XX todos somos quimeras, híbridos
teorizados y fabricados de máquinas y organismo, en una palabra somos
Cyborg” Y este concepto también lo trabaja Paula Sibilia en su texto ya
mencionado quien se pregunta “¿aún es válido –o siquiera deseable-
persistir dentro de los márgenes tradicionales del concepto de hombre?... ¿
o quizá sería conveniente reformular esa noción heredada del humanismo
liberal?

Con la revolución informática que se inicia a mediados del siglo XX, la


automatización llegó al tratamiento de la información, por lo que penetró en
dominios que antes parecían reservados al procesamiento cerebral.

Ahora podemos fabricar robots o máquinas inteligentes, que trabajan


“inteligentemente” Lo increíble es que no todo se acaba aquí. La nueva
frontera de la tecnología de la inteligencia es capaz ahora no sólo de actuar
en el mundo, sino de colaborar con los procesos informáticos de tipo
neurofisiológico.

Ahora bien a la tecnología aplicada al cuerpo, es antigua, por ejemplo en la


cirugía. Pero la novedad aquí es que el automatismo de las tareas
informáticas puede intervenir en nuestro organismo subsanando sus
defectos y mejorando sus prestaciones, especialmente sensoriomotrices.

Así un dispositivo electrónico implantado en una estructura nerviosa dañada


(por ejemplo, una prótesis coclear como sustitución de la cóclea, parte del
oído interno que transforma los estímulos sonoros en impulsos nerviosos
codificados) permite oír a algunos pacientes sordos. Los implantes
intraoculares, sin ser un módulo electrónico entrarían dentro de esas
modificaciones. Así, con la implantación de biochips en ciertos fragmentos
del sistema nervioso (neuroprótesis), es viable lograr en pacientes la
recuperación de sensaciones o del control de movimientos perdidos (en
sujetos tetrapléjicos y en el futuro en otras enfermedades que afectan la
motricidad).

En relación con la interfaz máquina-cerebro, son numerosos los


experimentos ya realizados, como notables son las investigaciones que se
están ejecutando en el campo de la neurorrobótica, ocupándose de la
implantación de chips en el sistema nervioso. En los próximos años la
incorporación de la tecnología “inteligente” a los controles excitables podrá
perfeccionarse, abaratarse comercialmente y extenderse a nuevas
situaciones.

10
HARAWAY, Donna (1991) “Manifiesto cyborg” Blog Tecnoliberación

9
Estamos ante una nueva modalidad tecnológica en la que la creación de
máquinas, típica del Homo sapiens, una vez más prolonga la acción del
hombre en el mundo de la materia, esta vez en su propio organismo.

Levy, se refiere a esta imbricación en términos de intercambio: “Los


transplantes organizan una intensa circulación de órganos entre los cuerpos
humanos: de un individuo al otro, pero también entre los muertos y los
vivos; entre la humanidad, pero igualmente entre las especies. Nos
trasplantan corazones de babuinos e hígados de cerdo, e incluso se nos
suministran hormonas producidas por bacterias. Los implantes y las prótesis
enturbian la frontera entre lo mineral y lo vivo: gafas, lentes de contacto,
dientes postizos, silicona, pacemakers, prótesis acústicas, implantes para el
oído y filtros externos en lugar de riñones sanos”

Efectúa en su texto apreciaciones tales como los cambios en la socialización


de elementos como los ojos (las córneas), el esperma, los óvulos, los
embriones y, sobre todo, la sangre. Y a ella se refiere especialmente “Una
sangre desterritorializada fluye de cuerpo en cuerpo a través de una
enorme red internacional en la que ya no es posible distinguir los
componentes económicos, tecnológicos y médicos. El fluido rojo de la vida
irriga un cuerpo colectivo, sin forma, disperso. La carne y la sangre, puestas
en común, abandonan la intimidad subjetiva y pasan al exterior. Pero esta
carne pública regresa al individuo trasplantado, al beneficiario de una
transfusión, al consumidor de hormonas. El cuerpo colectivo vuelve a
modificar la carne privada, y a veces, la resucita o la fecunda in vitro.”

Hoy cada cuerpo individual trasmuta en parte receptora de un enorme


hipercuerpo híbrido y mundializado.

Ante esta situación surgen las ineludibles reacciones excesivas que ven en
este nuevo frente tecnológico una amenaza, mientras que en el opuesto se
presenta la utopía de la creación de una nueva especie de hombre “mitad
humano” y “mitad máquina” (el “hombre biónico”, el cyborg). Lo cierto es
que estamos ante nuevas subjetividades, que deben ser analizadas, sin
demonizar el fenómeno.

Lo que se perfila en el horizonte no es la figura del cyborg de la ciencia-


ficción, sino la persona humana en una nueva etapa de su desarrollo
tecnológico. Este desarrollo debe estar al servicio de los fines más hondos
de la existencia humana.

Para algunos autores es evidente que el Homo Sapiens ya no es el último


estadio de la especie humana, ocupando ese lugar el Homo Cyberneticus,
lo que no implica necesariamente una instancia superior. Si por lo general
entendemos cibernética como la instancia histórica, social y tecnológica
producida por la confluencia de la informática y la robótica, el homo
cyberneticus agrega a ello, otro hecho de no menor valor: la bioingeniería,
que en este caso abarca tanto las manipulaciones genéticas como los
llamados implante. La cyber-otredad ya está en marcha, expresión que
refuerza semánticamente la forma híbrida de este nuevo estadio de la
especie humana. Es decir, si el homo sapiens era naturaleza y cultura a la

10
vez, el homo cyberneticus es tecnología en la naturaleza, al punto que se
requiere una definición nueva de lo que sería lo natural y lo artificial.

Pierre Lévy en su texto ¿Qué es lo virtual? Nos advierte: “Hoy en día, un


movimiento general de virtualización afecta no sólo a la información y a la
comunicación, sino también a los cuerpos, al funcionamiento económico, a
los marcos colectivos de la sensibilidad o al ejercicio de la inteligencia. La
virtualizacíón alcanza incluso a las formas de estar juntos, a formación del
«nosotros»: comunidades virtuales, empresas virtuales, democracia virtual,
etc. Si bien la digitalización de los mensajes y la extensión del ciberespacio
juegan un papel capital en la mutación en curso, se trata de una marejada
de fondo que desborda ampliamente la informatización”11 Frente a este
acontecer hay apreciaciones dramáticas como las sugeridas por Jean
Baudrillard que presentan al fenómeno como una especie de desaparición
universal, como amenaza de un apocalipsis cultural, o como la de Paul
Virilio que lo plantea como una aterradora implosión del espacio tiempo.
Frente a estas visiones, Levy defiende una hipótesis diferente: “entre las
evoluciones culturales en marcha en este giro hacia el tercer milenio —y a
pesar de sus innegables aspectos sombríos o terribles—, se expresa una
continuación de la hominización”

En el mismo sentido, Michel Serres, filósofo francés e historiador de las


ciencias, mantiene una opinión resueltamente optimista sobre el desarrollo
de las nuevas tecnologías, pues inscribe las actuales transformaciones de la
sociedad en la continuidad de la evolución del hombre.

La existencia del Homo Cyberneticus se desarrolla en un doble espacio: por


un lado, la realidad física, por el otro, la digital Este morar en dos
orientaciones divide al homo cyberneticus entre la ciudad moderna de la
sociedad industrial y la ciudad virtual de la sociedad postindustrial y
cibernética. Ya no se trata meramente del trato con un igual, cara a cara
ese otro ahora puede estar tras de una pantalla, o poseer dispositivos
biocibernéticos diferentes al propio.

La ciudad virtual desterritorializa a la persona y a las comunidades.12 La


velocidad de transmisión de la información tiene su correlato en la pérdida
de corporeidad del sujeto. Lo material trastoca y alcanza una brevedad
hecha de pixeles en una pantalla o de códigos binarios en un bioimplante.

En referencia a estos dos espacios entre los que se mueve el hombre, Roy
Ascott, propone una arquitectura de la cyberpercepción que “dejaría de
lado el yo aislado y monádico para dar paso a múltiples yoes conformados
en un espacio telemático, donde se produce un sistema holomático: la
conexión en un punto entre el individuo y la red supone que al mismo
tiempo está conectado virtualmente a toda la red”

La desbiologización y la pérdida del cuerpo del homo cyberneticus son


indudables: el crecimiento del uso de los implantes y cambios debido a las

11
LÉVY, Pierre. (1999) ¿Qué es lo virtual? Paidós: Barcelona
12
ASCOTT, Roy. (2000) La arquitectura de la cibercepción, en Ars Telemática, Comunicación, Internet y
Ciberespacio. Làngelot: Barcelona.

11
cirugías desplaza el cuerpo del homo sapiens como condición esencial para
una presencia identitaria. La diferenciación entre sexo y género como
modos consolidados va trasmutando. Las identidades de género se va
fragmentando, diluyendo.

El homo cyberneticus no utiliza máquinas fuera de sí para lograr lo que por


sí mismo no alcanza: las incorpora. Miniaturiza (micro, y nano)
instrumentos y los carga en su cuerpo. Si el homo sapiens y el homo faber
modificaban el paisaje, actualmente el homo cyberneticus lo crea en dos
sentidos: por un lado, crea naturaleza (productos transgénicos), y por el
otro crea su propia naturaleza (lente intraocular). El cuerpo no es el simple
resultado de la expresión genotípica en el fenotipo, obra de la genética
sobre la que nos hemos erguido a través de cientos de siglos. El cuerpo hoy
va siendo patrimonio del flujo de información cibernética. El cuerpo es
carne, sí, pero a ella se le suma metal, plástico y silicio.13 Así, los límites de
lo artificial con lo natural se van fundiendo. “¿Qué es lo natural, qué es lo
artificial?”, se pregunta, Donna Haraway. “Nada es artificial, se responde. Y
si lo es, pronto dejará de serlo. El homo cyberneticus deja atrás al hombre
centro de la creación como afirmaban los pensadores medievales y también
al hombre dueño de lo existente que postulaba el pensamiento ilustrado, el
homo cyberneticus se convierte en el creador de naturaleza, quiere
convertirse en el diseñador de su propio proceso evolutivo”

Así es que la postmodernidad altera la idea del yo fijo y estático


proveniente de los albores del pensamiento, por una imagen de yo fluido en
su identidad, sexo, credo, raza. Se requieren otras definiciones, que tengan
en cuenta una identidad pluriforme y provisoria. Se reconfiguran las
subjetividades. Esta es la “radiación de fondo”14, lo que hace ruido y
tensiona, a la que hacen referencia los posthumanistas cibernéticos, o sea
la nueva situación del hombre, donde se conjugan la informática, la
robótica, los wetwares (organismos a la vez biológicos y robóticos, incluidos
los humanos), y los wearables (aparatos que conectan todos los
componentes electrónicos y digitales del entorno y de la persona), es decir,
la vida artificial,15 es decir el homo cyberneticus, el último hombre en la
frontera con la máquina, ya incorporada en sí mismo.

Las relaciones que fundara el homo sapiens destacaron en la máquina como


instrumento. Ahora, las relaciones del homo cyberneticus parten de la
máquina, pero culminan en que somos una extensión de la máquina. Ante
este fenómeno epistático surgen dos posturas, el tecnofundamentalismo
frente a la tecnofobia. Este hecho esbozado está inscripto en una realidad
histórica más vasta. La simbiosis hombre-máquina se ubica entramado con
otros, no menos fundamentales, entre los que cabe mencionar uno: la
relaciones de las culturas en situaciones nunca antes sucedidas, lo que tiene
carácter planetario en lo territorial, global en su dimensión social, pero
heterogéneo en su realización. A todos llega en todas partes pero instancias
diversas, en una doble tensión: universalismo y particularismo. Si bien la
tecnología cambia e iguala en su uso a la especie humana, no toda la
especie humana se constituye idéntica en sus lugares.
13
HARAWAY, Donna, op cit.
14
En referencia al origen del universo y el ruido remanente de la explosión inicial (Big Bang)
15
Adaptado de texto de Wikipedia

12
En este sentido nada nos está garantizando la continuidad de la especie. En
esta línea, hay autores como Franco Volpi16 que sugieren un humanismo
que “se abra al crecimiento técnico-científico sin nostalgia por el originario
estado de naturaleza perdido, pero que no lo subordine por otra parte al
imperativo de la técnica fuera de toda regla” Mientras que para Peter
Sloterdijk,17 es necesario distinguir la diferencia entre natural/cultural y
natural/artificial, a la vez que tomar en consideración que “el dominio de la
escritura/lectura se ha reemplazado por lo retórico/visual”, lo que requiere
nuevas definiciones del vocablo “máquina”. Este autor afirma que “la
relación sujeto/objeto deja paso a la relación sujeto/tecnología, y habla de
un “código antropotécnico” para la selección de nuevas formas del ser
humano a través de la biomanipulación: las Reglas para el parque humano.
Cabe recordar aquí su ejemplo de que el corsario sabía donde acababa su
cuerpo y empezaba el garfio, pero con las nuevas prótesis esa distinción se
harto complica y ya no tiene sentido”

En este punto retomo a Donna Haraway, por cuanto sus apreciaciones son
bien originales, empujando más allá las mutaciones, esta autora “afirma el
cyborg como una nueva instancia para lo femenino, y en su Manifiesto
Cyborg habla de nuevas definiciones sexuales postgénero y de las
posibilidades de reproducción no orgánicas de la especie”

Ante estas permutaciones, Paula Sibilia expresa: “Mientras se va esfumando


la metáfora del hombre maquina -que motorizaba el arsenal de la
tecnociencia prometeica- y cede su lugar al modelo del hombre información,
podría decir que el materialismo se ha extendido hasta sus últimas
consecuencias. Pero tal vez no sea tan así ya que la materialidad de la
sustancia que constituye a todos los seres vivos es bastante ambigua. Al fin
y al cabo, el ADN es un código: es pura información”

Sibilia además hace referencia a la decodificación digital que a pasos


agigantados se está realizando, lo que permite obtener información en ese
formato digital, si pensamos que allí se encuentra encriptada la información
que luego va a expresarse en el fenotipo, ya sea en forma de estructura,
comportamiento, o “aburrido mando biológico”18 y que sólo es cuestión de
tiempo, el poder interferir en los procesos de transcripción, y obtener de
esa manera organismos a la carta.

Como puede leerse en el texto de Sibilia: “en los laboratorios donde se


realizan las investigaciones y los descubrimientos biotecnológicos, los
materiales genéticos se fusionan con los dispositivos informáticos”

16
VOLPI Franco: El hombre entre nihilismo de la técnica y responsabilidad ético-política, pp. 83-92.
América y al idea de la nueva humanidad, Sociedad Argentina de Filosofía, Tomo IX, Córdoba, 2003. En
Konvergencias Blog de Daniel López Salort -

17
SLOTERDIJK Peter: El post-humanismo: sus fuentes teológicas, sus medios técnicos. Conferencia en el
Aula del Rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía, el 9 de mayo de 2003; Critica de la
Razón Cínica. Siruela Ediciones, 3º edición, Barcelona, 2006. En Konvergencias Blog de Daniel López
Salort -

18
Expresión utilizada por Ridley, en su obra Genoma

13
Aquí se presenta otra discusión respecto de la materialidad del ADN, y en
ese sentido, Paula Sibilia nos recuerda que en “la física contemporánea…la
materia deja de ocupar un lugar en el espacio y pasa a estudiarse como un
forma de energía. Esa energía inmaterial suele adquirir, cada vez con mayor
frecuencia, el rostro de la información”

Paul Virilio señala al respecto: “la noción de información tiende a


generalizarse, en detrimento de las de masa y energía”19

Para ir cerrando este trabajo y compartiendo las apreciaciones de Levy


respecto de la necesidad de “pensar con la mayor urgencia en la
virtualización”, por cuanto genera, según este autor desestabilización y
sufrimiento cuando no se la comprende; es que quiero acordar con él, que
“la virtualización es el movimiento por el cual se ha constituido y continúa
creándose nuestra especie” a la vez que tener en que algunas corrientes de
pensamiento sostienen que “la virtualización es inhumana,
deshumanizante, como la más aterradora de las alteridades en curso” para
poder convenir en su intención es humanizarla, analizándola.

Dice Levy: “Numerosos intelectuales de hoy, orgullosos de su función


«crítica» creen hacer una labor honorable propagando el desasosiego y el
pánico a propósito de la civilización emergente. En cuanto a mí, por medio
de un trabajo de poner en palabras, de construcción de conceptos y de
integración en la cultura, he querido acompañar a algunos de mis
contemporáneos en su esfuerzo por vivir un poco menos en el miedo y el
resentimiento. He querido dotar de herramientas, por medio de una
cartografía de lo virtual, a aquellos que, como yo, intentan con gran
esfuerzo convertirse en actores.”

Esta es la idea con la que permanezco, la de ser un actor social activo,


sobre todo teniendo en cuenta nuestro oficio de “pasadores de cultura”20

BIBLIOGRAFÍA

ASCOTT, Roy. (2000) La arquitectura de la cibercepción, en Ars Telemática,


Comunicación, Internet y Ciberespacio. Làngelot: Barcelona.

DAWKINS, R (1986) El gen egoísta, Salvat: Barcelona.

DENNETT, Daniel, (1995) La conciencia explicada. Paidós: Barcelona

HARAWAY, Donna (1991) “Manifiesto cyborg” Blog Tecnoliberación

JACOB, Francois, (1997) El juego de lo posible. Barcelona: Grijalbo.

19
VIRILIO, Paul (2005) El arte del motor Buenos Aires: Manantial
20
Término utilizado por Hassoun, en su obra Contrabandistas de la memoria

14
L’ ESPRESSO, Roma, 22 de noviembre de 1997. Citado por El País, 23-XI-1997.

LÉVY, Pierre, (2004) Inteligencia colectiva en www.inteligenciacolectiva.bvsalud.org

LÉVY, Pierre. (1999) ¿Qué es lo virtual? Paidós: Barcelona

MATURANA, H. VARELA, F. (1996) El árbol del conocimiento. Editorial


Universitaria: Santiago de Chile

RIDLEY, Matt, (2001) Genoma. Madrid: Punto de Lectura.

SIBILIA, Paula. 2006. El hombre postorgánico. Buenos Aires: FCE

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técnicos. Conferencia Aula Rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía,
el 9 de mayo de 2003; Critica de la Razón Cínica. Siruela Ediciones, 3º edición,
Barcelona, 2006. En Konvergencias Blog de Daniel López Salort

VIRILIO, Paul (2005) El arte del motor Buenos Aires: Manantial

VOLPI Franco: El hombre entre nihilismo de la técnica y responsabilidad ético-


política, pp. 83-92. América y la idea de la nueva humanidad, Soc. Argentina de
Filosofía, Tomo IX, Córdoba, 2003. En Konvergencias Blog de Daniel López Salort

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