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PREFACIO ute libro indaga de qué manera creamos una persistente alc inacién de nosouos mismos, de los ots y del mundo, a fracturar nuestra experiencia presente en diferentes partes separadas por fronteras, Ffectuamos una divisiGn antficial en compariimientos 4e lo que percibimos:sujeto frente a objet, vida frente a muerte, ‘mente y cuerpo, dentro y fuera, raze instinto, y asf ecurrimos ‘un divorcio causante de que unas experienciasintrfieran con fotras y exista un enfrentamiento entre distintos aspoctos de Ia vida. El resultado de semejante violencia recibe muchos of70s ‘nombres, pero no es més que la infelicidad. La vida es una suee- sin de batallas, un sufrimiento constants, pero todas las batallas de nuestra experiencia -nuestros conflictos, angusias, sufi= 'mientos y congojas~ se generan en las demarcaciones que equi voosdamente le imponemos. Esta obra examina de qué modo creamos esas demarcaciones y eémo podemos abordarlas, ‘,Adénde dirigimos en busea de ayuda y orientacin para su- perar nuestros confictos y pugnas? Hoy e8 considerable la con fusién al respecto, En primer lugar, nos encontramos ante una «gan variedad de posibles enfoques, tanto orientales como occi- : un ab ‘29 de amor con la totalidad de universo. Las calles eran mis, el tempo ers mio, la gente era mi, Eran mos los cies, lo mismo que el sly Ia una y Is estrellas, todo el mundo eran, y Yo el nico espectador que govaba de &L Nad sabia de groseras propiedad, ni froneras ni dvisio- ‘es; pues fod las propiedad y Is divisiones eran mis: mos Tos tsor0sy quienes los pesefan. Y asi me eortompieron con muchas alhargeas y ube de aprender las saci triguivelas de teste mundo, qu ora desaprendo para volver. por af decid, a ‘converte en un chiguilloa quien see permit entrar ene ei no de Dios, (Trabeme) ‘Atal punto estédifundida esta vivencia o experiencia de fa ‘dentidad suprema que se ha ganado, junto con las doctrinas que 5 La concienca sin fromeras Se proponen explcarla, el apelativo de «ta filoofia perenne» Abunda las pruebas de que este tipo de experiencia 0 conve Iiento es el nicleo central de tod religisn importante ~hinduis ‘mo. budismo, ioismo, crstanismo, islamismo y judaismo» de ‘modo que ests justficado habla de la «unidad tascendnns de las religiones» y dela unanimidad de la verdad primordial, tema central de este libro es que esta modalidad de la pe. ‘cepein, esta unidad de la concienciao identidad suprema, cons, tituye la naturalezay condicin de todos los seres sensible, pore ve Paulatinamente vamos limitando nuestro mundo y nos spar, {amos de nuestra verdadera naturaleza al establecerfronteeas Entonces nuestra conciencia, originariamente pura y unitiva, funciona en diversosnivetes, con diferentes identidadesy Hinites Aistintos. Bstos diferentes niveles son, bésicamente, las maltiples ‘maneras en que podemos responder, respondemos, ala preguntes Quin soy», Es ineégnita de quiénes somos probablemente ha atormenta- o al huranidad desde el amanecer dela cviizaciém,y hoy si. {gue siendo uno de los interrogantes humanos ms perturbaderes, ‘Las miltiples espuestas que se han propuesto para este engine ‘van de lo Sagrado a lo profano, de lo complejo alo simple, de lo cienifico a lo romantico, del plano politica al individual, Peco 20 ver de examinar la multitude respuestas posible a esta pre junta, echemos una mirada a un proceso muy especttice y bis £0 que se da cuando una persona se formula lor interropantes, i Quinsoy?, gen qué consist mi verdadero ser, zy mien, dad fundamental?», y lego responde a ellos. Cuando alguien nos pregunta: «;Quién eres?»,y procedemos 8 darle una respuesta més o menos rizonable, sincesay dtallade 2aué es lo que en realidad hacemos? ;Qué sucede en nuceteg ‘mente mientras lo hacemos? En cierto sentido, estamos denon biendo nuestro ser, tal como hemos llegado a conoverlo, incl endo en nuestra descripein la mayor de los hechos importa tes, buenos y malos, dignos e indignos, cientifics y pocticos, filossticosy religisos, que tenemos por fandamentales en log 16 Intoducin: :Ouién soy? be tefere a nuestra identidad. Elector podrie, por ejemplo, des- eribirse como «una persona tnica, un ser dotado de certs po- {enciales: soy bondadoso, pero a veces soy cruel, aectioso, pero en ocasiones hostil; soy padre, soy abogado, me gustan la pesca ¥ el baloncesto..». ¥ asf podria ampliar su lista de lo que siente Yy piensa 1. Sin embargo, hay un proceso atin més bésico que subyace en ‘odo ol procedimiento para establecer una idemtidad. Cuando uno Tesponde a la pregunta «:Quién soy?s, sucede algo muy simple Cuando describe 0 explica quién «es», incluso cuando se limita a Percibitlo interiormente, lo que en realidad esti haciendo, asa. biendas o no es traar una linea © Kite mental que atraviesa on Su totalidad el campo de fa experiencia, ya todo lo que queda dentro de ese limite lo percibe como «yo mismo» o lo laine ast, ‘mientras siente que todo To que esté por fuera del limite queda excluido del ayo mismo». En otras palabras, nuestra ides , ya no hay dentro ai fue 'y por lo tanto no hay dénde raza lane. Alo largo de estr obra volveremos a examinar una y otra ver esa percepeidn sin fronteras que se conoce com la identidad su prema; pero, de momento, valdrfa la pena investigar algunas de las otras maneras, més familiares, en que se pueden definir los I= mites del alma. Hay tantos tipos diferentes de linea limitrofes ‘como individuos que la trazan, pero todas ellas se reducen a unas cas clases fécilmente reconacibles, La fromtera ms comin que trazan los indviduos (0 que acep- tan como vida) es la de la piel, que envuelve la total del or zganisio. Aparentemente, se trata de una demarcacisn entee lo ‘que uno es y lo que no es que goza de universal aceptacién, Todo Jo que esté dentro del limite de la pel es, en algn sentido, «yo», mientras que todo lo que esté fuera de ese limite es «no-yow Algo que esté fuera de limite de lapel puede ser «mom, pero no {es«yom, Por ejemplo, reconazco «ami» coche, «i trabajo, «min 18 Inroductdn: :Quién sy? asa, «mi» familia, pero desde Iuego nada de eso es ditectamen- {fe «yo» de la misma manera que lo son todas las coses que estin ((dentzo de mi piel. El limite de la piel es, pues, una de tas fronte ‘\ras més basicamente aceptadas entre lo que uno es y Io que noes. Podriamos pensar que este limite dela piel estan dbvio, tan auténtico y tan comin que en realidad es la nica frontera que puede tener el individuo, salvo quizas en los raros casos de uni dla de la conciencia, por un lado, y de psicosisirremediable por Lotro, Poo fo cierto es que hay oto tipo de fea limitofe, su ‘mamente comin y bien establecido, que muchisimos individuos twazan, Pues la mayoria de las personas, aunque reconozcan y ‘acepten como un hecho que fa piel es un limite entre lo que und es y loque noes, trazan otra demareacign, para ellas mis signifi- { cativo, en el interior mismo del organism. Sil lector le parece rara la idea de una linea limtrofe ene n terior del organismo, permttame que le pregunte: «Siente que ts- ted es un cuerpo, o sient que tiene un cuerpo?». La mayorta de los individuos sienten que tienen un cuerpo, como si fueran ss {duetos 0 propietarios tl como puedea serlo de un coche, una casa ‘cualquier otro objeto, En estas circunstancias, parece como sel ‘cuerpo no fuere tanto «yo» como «mio», y lo que es «miow, por definicién, se encuentra fuera del limite entte lo que uno es y Io {que noes. La persona se identifica ms bésia eintimamente con tna sols faceta dela toalidad de su organism, y esta feta, que siente como su auténtica realidad, se conoce con diversos nom: bres Ia mente, lt psigue, el ego o la personalidad. ~ Bioldgicamente, no hay el menor fundamento para esta diso- icin oescsign radical entre la mente y el cuerpo, la psique y el soma, e ego y la came; pero psicol6gicamente a disociacion ad vel del organismo total, l medio aparece como algo que est fue {12 del limite del sf mismo, ajeno, externo, «lo que no es uno» |, Pero en el nivel de fa persona, e! medio ambiente del individuo \ ands su cuerpo y algunos aspectos de su propia psique aparecen ‘Somo algo exter, ajeno, «que no es yoo: Los diferentes niveles del espectro representan no sélo dife- rencias en la identidad, por més importante que esto sea, sino ‘umbign en aquellas caracteristicas que directa o indiectamente ‘estén ligadas con la identidad, Pensemos, por ejemplo, en un pro- blema corrinte: el «conflicto consigo mismo». Puesto que hay diferentes niveles del yo, es obvio que tambin hay diferentes ni- Veles de conflicto coasigo mismo. La razén estriba en que, en cada nivel del espectro, la linea limitrofe de o que es la identidiad de una persona se traza de diferente manera. Pero, como bien S- ben los expertos en temas militares, una linea limfirafe es tam bign una finea de batalla en potencia, ya que delimita los territo- ros de dos campos opuestos y potencialmente en pugna. Asi, por ejemplo, una persona que esté en el nivel del organismo total en- contrari‘a su enemigo potencial en su medio ambiente, pues éste se le aparece come extranjero,extemo y, por consiguiente, como tuna amenaza para su vida y su bienestar. Pero una persona que ‘esti en el nivel del ego, no sdlo encuentra que st meio es tet torio extranjro sino que lo es también su propio cuerpo, lo eval 26 Introduecin: (Quién soy? significa que la naturaleza de sus conflictos y perturbaciones es diferente en sumo grado, Una persona asi ha desplazado ta linea limitrofe de «lo que uno es», y, por consiguient, ha desplazado la fnea de batalla de sus conflictos y sus guerra personales. En este caso, su cuerpo se ha pasado al enemigo. Esta lea de batalla puede adguirir una gran importancia en el nivel de la persona (miscara, porque aqut el individu ha tra zado Ia linea limitrofe cate faceas de su propia psique, de modo ‘que la binea de batalla se encuentra ahora entre et individuo en cuanto persona y su medio, pero también su cuerpo y certs as pectos de su propia Lo que aul importa es que cuando un individuo dibuj los I mites de su alma, establece al mismo tiempo las batallas de su ‘alma, Los limites de Ia identidad de un individuo demarcan qué aspectos del universo han de ser considerados «uno mismo», y ‘ales serinconsiderados «lo que no es uno», «diferente de uno ‘mismo». De manera que en cada nivel del espectro som diferen- tes los aspectos del mundo que se le aparecen al individuo como ‘lo que no soy, lo ajeno y extranjero, Cada nivel ve diferentes ‘procesos del universo como exirafias al. ¥ puesto que, como en Cierta ocasién senal6 Freud, todo extrano parece un enemigo, cada nivel esté potencialmente comprometido en diferentes con- fictos con diversos enemigos. Recvérdese que toda linea lim trofe es también una linea de batalla... y que en cada nivel el ene rmigo es diferente. Dicho en la jerga psicolégica, los diferentes ‘sintomas» se originan en distintosniveles. ET hecho de que los diferentes niveles del espectro posean ea racteristicn,sintomas y potenciales diferentes nos leva a uno de Jos aspectos més interesantes de este punto de vista En la actu lidad hay un interés inererblemente amplio, y que no deja de cre cer, en toda clase de escuelasy téenieas que se ocupan de 10s di versos aspectos de la conciencia, Mucha gente recurre a la Psicoterapia, ef andliss junguiano, el misticismo, Ia psicosinte- Xis,el zen, el andlisis ransacciona, el rolfing, el hinduismo, la bioenergstca, el psicoandlisis,cl youay la terapia guestitica, Lo a La concienci sin front que tienen en comtin estas escuslas es que, de una manera o de tr, tos intentan efectuar cambios en la conciencia de una per sona, Poro a acaba la similitu, Fl individuo sinceramenteinteresado en aumentary enrique ‘x su conocimiento de si mismo, se encuentra con una variedad tan asombrosa de sistemas psicolégicos y religiosos que apenas sabe por dénde comenzar o a quién creer. Incluso si estudia culdadosamente todas las escuclas importantes de psicologia © de religion, lo mas probable es que termine su estudio tan con- fundido como cuando lo empez6, porque estas diversas escuelas, tomadas en conjunto,indiscutiblemente se contradicen entre sf. Por ejemplo, el budismo zen le dice @ uno que se olvide del ego, aque lo trascienda o que vea a través de 6; poro el psicoandlisis le ayuda a reforzar, fortalecer y consolidar el eo. ;Quién tiene ra z6n? El problema es muy rea, tanto para el profano interesado como para el terapeuta profesional. Tantisimas escuela diferen tes, ods en conflicto y todas procurando entender a la misma persona. ;0 n0 es asf? Es decir, japuntan todas elas al mismo nivel de la conciencia de a persona? 0 se tata mas bien de que esos diferentes enfoques se centran de hecho en diferentes niveles del yo? {No pdria ser ue estos enfoques tan diferentes, lejos de estar en conflcto 0 de scr contradictoros, reflejaran realmente diferencias muy concretas en os diversosniveles del espoctro de la conciencia? ;Y no seria posible que esos diferentes enfoques fueran,rodos ellos. més ome- nos correcos cuando se emplean en su propia nivel principal? Si asi fuera estariamos en condiciones de introduc conside rable orden y coherencia en un campo que, de otra manera, es de una complejidad enloquecedora. Entonces se pondria de mai fiesto que todas estas escuclas psicolégicas y religiosas diferen- {eso representan tanto maneras contraditoris de enfocar alin dividuo y sus problemas, sino que son més bien enfoques ‘complementarios de diferentes niveles del individuo. Ast enten: dido, el vasio campo de la psicologta yd la religisn se descom. ponen en cinco o seis grupos practicables,y es evidente que cada 28 Inroduecibn: (Quien uno de tales grupos apuntapredominantemente a una de las prin= cipales bandss del espectro, De este modo, para no dar més que unos pocos ejemplos muy breves y generales el objetivo del psicoandlisis y de la mayoria ‘de las formas de terapia convencional es remediar la radical es sin ene los aspectos conscientes ¢ inconscientes de ka psique, «de modo tal que la persona se pongaen contacto con la totalidad de su mente». Estas terapias apuntan a reunificar Ia persona, © mascara tras la que se ocultan los aspectos inaceptables de su £0, y a sombra,o proyeccién al exterior de esos aspectos, para crear un ego sano y fuerte, lo que equivale a deci una imagen de s{mismo exacta y aceptable. En otras palabras, son todas ella e rapiasorientadas hacia el nivel del ego. Intentan ayudar al indi Viduo que esta viviendo como persona para que Wuelva a carto- srafiar su alma como ego. Alemés de esto, la meta de la mayoria de las Hamada terapias bbamanisticas es cura la escsign entre el ego y el cuerpo, re-unir Ja psique y el soma para as revelar el organismo total, Por es0 a a psicologia humanistice llamada la Tercera Fuerza (si se consi ‘era que Tas dos principales fuerzas, en psicologa, son el psicoa- nilisis y el conductismo)~ se la designa también como «movie ‘miento de potencial humano». Al extender la identidad de la Persona desde la mente o ego hasta la totalidad del organismo ‘como ta se liberan fos vastos potenciales del organism total, po: nigadolos a disposicin dl individu. Si profundizamos ain mas, ncontraremos que la meta de dis- ciplinas como el budismo zen o el hinduismo vedanta es curr la cseision entre el organismo total y el medio, para revelar una iWentidad una identidad suprem~ con el universo entero. En ‘otras palabras, apuntan al nivel de a conciencia de unidad, Pero 10 olvidemos que entre el nivel de la conciencia de unidad y el nivel del organismo total estin las bandas transpersonales del es- pectro. Las terapies que se dirigen a este nivel se interesan pro- fundamente por los procesos que se dan en Ia persona, pero gue son realmente «supraindividuales» 0 «colectivos» o stransperso. 29 La conciencia sin fonteras nales». Incluyo hay quienes se refieren un «yo transpersonal>, {ue si bien no es idéetico al Todo (entonces seria conciencia de unidad), trasciende no obstante los limites del organismo indivi ul. Entre las terapias que se dirigen a este nivel se encuentran Ia psicosfnesi, el andlisis junguiano, diversas pricticas prelimi {nares del yoga, las técnicas de meditacin trascendental y otras. ‘Todo esto es, naturalmente, una versién muy simplificada de las cosas, pero sefala con eficacia de qué manera, en general, la ‘mayor parte de las principales escuclas de psicologia, psicoter: pia y religion no hacen ms que dirigitse a los diferentes niveles| Drinicipales del espectro. Algunas de estas correspondencias se ‘uestran en la fig. 2, donde se enumeran ls escuelas principales 4e «terapia junto al nivel del espectro hacia el que apuntan prin- ‘ipalmente. Como ocurre con cualquier espectro, estos niveles se superponen bastante entre si, por lo que no se puede hacer ningu- 1a clasificacién absolutamente distinta y precisa de los niveles ni de las terapias que se drigen a cada uno de ellos. Ademés,cuan. ‘do eclasifico» una terapia sobre la base del nivel del espectro al ‘ual se dirige, ello significa el nivel mas profundo que reconoce, sea explicita 0 implictamente, esa terapia, En términos genera. les, veremos que una terapia del nivel que sea, reconoce y acep- ta a existencia potencial de todos los niveles que estén por enci- :ma del suyo propio, pero niega la existencia de todos los que estén por debajo, ‘A medida que una persona (profana o terapeuta) se familiai- ‘ce mas com el espectro-con sus diversos niveles, con diferentes potenciales y problemas diferentes, més capacitada estard para ‘rientarse (1 orientar a su cliente) en el viaje que Hevaa la com: prensin al desarrollo de une mismo. Podri reconocer maf cilmente en qué niveles se originan los conflicios y problemas presentes, yaplicar asia cualquier eonficto dado et proceso «te: rapéutico> adecuado para ese nivel. También es posible que le- {gue a reconocer con qué potenciales y niveles quiere establecer contacto, y qué procedimientos son los ms apropiados para faci- Iitar este desartoll, 0 Inrodueciin: ;Ovién soy? El desarrollo se entiende aguf como un ensanchamiento y ex- [pansion de los propios horizontes, una ampliacién de los propios limites, exteriormente en perspectivae interiormente en protun- didad. Pero ésa es con toda exactitud In definicisn de descender por el espectro. (0 de uascender» por ék; todo depende del éngu: To que se prefiera. En este libro hublaré de wdescender> simple ‘mente porque combina mejor con la fig. 1). Cuando una persona, _ Le ciento es que vivimos en un mundo de conflicto y oposi cidn porgue es un mundo de demaycaciones y fonteras. Y pues- toque cada linea froteri2a es también una linea de batalla, henos aga con Ia dificil situacin humana: cuanto mis firmes son nues- tras fronteras, mas encamnizadas son nuestras batallas. Cuanto ‘mds me afer al placer, mas temo ~necesariamente~ al dolor (Guanto mas voy en pos del bien, tanto ms me obsesiona el mal 0 {La concienca sin fromteras ‘Cuuntos ms Exitos buseo, mayor serd mi terror al fracaso. Cuan to mayor sea el afén con que me afero a la vida, més aterradora ‘me parecer la muerte. Cuanto mayor sea el valor que asigne a una cosa, més me obsesionar su pérdida. En otras palabras, la mnayoria de nuestros problemas To son de demarcaciones y de lo ‘opuestos que éstas crea “Ahora bien, la forma en que de ordinario intentamos resolver estos problemas es tatar de extirpar uno de fos opaestos. Enea: amos e problema del bien y del mal procurando exterminar el tal: enfrentamos el problema de Ia vide y 1a muerte intentando fcultar la muerte bajo simbolicas inmoralidades. En filosofia, resolvemos las oposiciones conceptuales dejando de lado uno de Tos potos, o bien procurando reducirlo al otro. ET materialisia se ‘empefia en reducir el espritu a materia, en tanto que el idealista se esfuerza por redacir Ia materia aespirtu, Los monistas inten: tan reducir la pluralidad 2 a unidad, lo pluralist procuran ex plicar la unidad como pluralidad. Lo que importa es due siempre tendemos a trata I demarc ion como si fuera rea, y después manipalamos los opuestos asi ‘reados. Aparentemente, jamas cuestionamos la existencia de Ia ‘demareacin como tl. ¥ como ereemos que ésta es rea, magi ramos tecamente que los opuestos son irtevoncliables, algo que ‘esti para siempre separado y aparte. «El este ese este, y el oeste, tf oeste, y nunca se encontrardn los dos». Dios y el diablo, la vida y la muerte, el bien y el mal, el amor y el odio, uno y los otros. fodas, decimos, cosas tan diferentes como el dy la noche. TEntonces suponemos que la vida seca perfectamente placen tera con sélo que pudiéramos anular los polos negativos eind- ‘seables de todos los pares de opuestos. Si pudiéramos conguistar el dolor, ef mal, la muerte, el sufrimiento, la enfermedad, para {que slo hubiers bondad, vida, alegria y salud... eso sera rea mente vivir bien. Y, en efecto, tal es precisamente la idea que del cielo tienen muchos pueblos, idea que ha legado a significa, en ‘verde la trascendencia de todos los opuestos, el lugar donde se ‘acumulan todas las mitades positivas de las parejas de opuestos, 8 Dividido por ta mitad en tanto que el infiemo es l ugar donde amontonamos todas Tas ‘mitades negativas: el dolor el sulrimiento, el ormento, la angus {jay in enfermedad, Fsta meta de separarlos opuestos y después aferrarse alas mi tades positivas o corre en pos de elas, parece ser una caractes- tica distintiva de la ivilizacién oecidental progresista de su reli- ‘a como de su cienca, su medicina o su industria. Et progreso, en iltima instancia, es simplemente avanzar hacia lo posible y Js, / alejarse de lo negativo. Y sin embargo, pese alas obvias ventas 4/V de la medicina y la agricultura, no hay ni la més leve prueba de 1 5) que, después de siglos de acentuar lo positive ytatar de eliminar Jo negativo, la humanidad sea ms feliz 0 esté mas contenta 0 _mas en paz. consigo misma, De hecho, las pruebas de que sedis pone hacen pensar precisamente lo contraro: que vivimos en la stra de la angustia», del «shock del futuro», de una frustracién y una alienacign que alcanzan proporciones de epidemia, de abu. ‘imiento en medio de la riqueza y de desorientacién en el reino de la abundancia, Parece como si el «progreso» y la inflicidad bien pudieran sor el anverso y ol reverso de una misma e inestimable moneda, Pues la misma urgencia por peogresar implica un descontento com el estado actual de las cosas, ce modo que cuanto mas inten: ‘a uno progresar, tanto mas agudamente descontento se sient. Al perseguir ciegamente el progreso, nuestra cvilizacién ha institu- sionalizado, en efecto, la frustracién. Porque en nuestro intento de acentuar lo positive y eliminar lo negativo, hemos olvidado por completo que lo postivo sélo se define en funcién de lo ne {gativo. Bs posible que los opuestos sena tan diferentes como el ¢- diay la noche, pero lo esencial es que sin la noche, ni siquicra se- rlamos eapaces de reconocer algo que pudiéramos Hamar dia. | Destrur lo negativo es, al mismo tiempo, destruir toda posibili dad de disfrutar de lo postivo. Asf, cuanto mayor es nuestro &x- ton esta aventura del progreso, tanto mas fracasamos en reali { dad y, por consiguiente, tanto mis se agudiza nuestra sensacin de frustracin total | Se 29 Lar concienca sia fomteras La ruiz de toda la dificultad se encuentra en nuestra tendencia ‘ considerar com irreconciliables, como totalmente separados y ‘ivoreiados el uno del otro, Inclso las oposiciones més simples, ‘como puede seo Ia de comprar y vender, son consideradas como ‘dos acontecimientos diferentes y separados, Pues bien, es verdad {que comprar y vender son en cierto seatido diferentes, pero tam: bign son -y esto es lo importante completamente inseparables, Fn cualquier momento en que alguien compra algo, hay también ‘ofro que, ea ka misma accidn, ha vendide algo. En otras palabras, ‘comprar y vender son simplemente dos aspectos de un sola he- cho, a suber, de la transaccién come tal. Y si bien los dos aspec- tos de la transaceign son «diferentes, e1 hecho Gnico que ambos representan es uno y el mismo "Exactamente de la misma manera, todos los opuestos compar- ten una identidad implicita, Es decit, que por més vividamente ‘que pocdan impresionamos las diferencias entre tales opuestos, Siguen siendo, empero, del todo inseparables y reciprocamenté ‘ependientes, y por la sencilla razin de que ninguno de ellos po- Aria existrsin el otro. Visas asf las cosas, es obvio que no hay ‘dentro sin fuera, arriba sin abajo, ganancia sin péedida, placer sin {Wolorni vida sin muerte, Die el antiguo sabio chino Lao Te: ‘ay diferencia entre et st ye no? ‘Hay diferencia entree ben y el mal? {Debo tener Io que os hombres teen? ;Queé desatino! Tener y no lence nicen juntos Difiiy fil se complementan ite largo y corto hay contrast ‘Alto bajo uno or se apoyan lente y el dors se sigue Y precisa Chuang Tee: As. quienes dicen que quisiran enero jut sin st concep- to comlative lo inusto, ol buen gobiemo sin el suyo, et des 0 Diiaido por ta mitad _obieeno, no capt los grandes principio del univers i Ian turleza de toda creacign, Lomismo sera hablar de la existe el Cielo sin la de la Tera, ode prinipionegativo sin el post tivo, cosa claramente imposible. Sit embargo, las gents siguen Aiscutiendo de esto sin cesar: pentes ast dcben de ser tontas ob Taeas, La unidad intema de los opwestos est lejos de ser una idea exclusiva de Tos misticos,orientales u occidentales. Si echamos ‘un vistazo ala fisica actual, el dominio en que la inteligencia oc- cideatal ha hecho sus mayores avances, 0 que encontramas es ~via versién de la realidad como unién de opuestos. En la teoria de la relatividad, por ejemplo, los eanocidos opuestos repose y ‘movimiento- han llegado a ser totalmente indistinguibles; dicho dd otra manora, «cada uno es ambos». Un objeto que a un obser vador se le aparece en reposo est al mismo tiempo, para un ob- servador diferente, en movimiento. De la misma manera a esci- ‘sid entre ondas yparticulas se desvanece en «ondiculas», y el contraste entre estructura y funcién se evapora. Ineluso la afeja separaciéa entre masa y energta se ha desplomado con la ecua cidn E = me ce Einstein, y estos antiguos sopuestos» se apare cen ahora como dos menos aspectos de una tnica realidad; una realidad de la cual Hiroshima da tan violento testimonio. De la misma manera, oposiciones tales como lade sujeto y ob- {eto, o lade tiempo y espacio, se revelan ahora en una teciproca fnterdependencia, al punto de que forman un continuo entreteido, ‘una tnien pautaunifieada, Lo que Vamamos «sujeto» y «objeto ‘no son—com comprar y vender- otra cosa que dos maneras dife- rentes de abordar el mismo proceso. Y como lo mismo es vido para el tiempo y el espacio, ya no podemos hablar de un objeto ‘que esté localizado en el espacio 0 que suceda en el tiempo, sino solamente de una ocurrencia espaciotemporal. La fisica modema proclama, en una palabra, que Ia realidad no puede ser conside- ada més que como una unién de opuestos. Tal como lo expresa f biofisico Ludwig von Bertalanfly: La conciencia sin fromeras ‘Silo que se ha dicho es verdad, la realidad esto que Nicos de Casa llamabs Ia coincidenia oppostoran. El pensamiento Aiscursivo nunca representa otra cos que un aspecto dela reai- dad fundamental, que e I terminologia det Cusano se lamba Dios; por més pede agota su mahiplicidad infinta. De gut ‘gue la realidad fundamental sea una unidad de opuestos. Desde ef punto de vista de la coincidentia oppositorum, ola coincidencia de los opuestos» los que consierdbamos opuests to- talmente separados e ireconcliables esutan ser, segdn Von Berta Janfly,«aspectos complementarios de una y la misma realidad ‘A todas estas razones se debe que Alfred North Whitehead, uno de Tos fikésofos mis influyentes de este siglo, haya elabor «do 5a Filosofia del «organismo» y de la wexistencia vibrator, ‘en virtud de la cual podemos pensar que todos los «elementos fundamentales son, en esenci vibrators». Es decir que todas las cosas y sucesos que habitualmente consideraanos ireconcilis bles, comio la causa y el efecto, el pasado y el futuro, el sujeto y ‘el objeto, en realidad son exactamente como la cresiay el seno de ‘una ola, de una tnica vibracion. Porque una ola, aungue sea un hecho tinico, slo se expresa mediante los opuestos: la eresta y el sono, el punto alto y el punto bajo. Y por esa misma razén, la rea- Tidad no se encuentra inicament en la cesta 0 en el seno, sino en la unidad de ambos (saad de imaginaros una ola con eres, pero sin seno) Es obvio que no existe una cresta sin seno, un punto alto sin tn punto bajo. Cresta y seno ~y, de hecho, todos los ‘opuestos~ son aspectosinseparables de una Gnica actividad sub- ‘yacente, Asi, tal como lo express Whitehead, cada elemento del “universo es cun vaivén vibratorio de una energa.o actividad sub- vyacentes °""En ninguna parte se ve esta unidad interior de los opuestos ‘con mayor claridad que en la teorfa puestaltica de la percepcién ’Segiin la Gestalt, jams aprehendemos ningtin objeto, aconteci- riento o Figura, a no ser en relacin con un fondo que Ie sirve de contraste. Por ejemplo, algo que lamamos «claro» es, en reai- 2 Divide por la mitad dad, una figura clara que se destaca contra un fondo oscuro, ‘Cuando en una noche oscura levanto los ojos al cielo y percibo el brillo de una estrella, lo que en realidad estoy viendo lo que re gistran verdaderamente mis ojos~ no es Ia estrella por separado, sino la toalidad del campo, a estructura «estrella billante mds fondo oscuro». Por mas drstico que sea el contraste entre el b- lo de la estelay su fondo de oscuridad, lo importante esque sin cada une de ellos jamais se podria percibir el otr. «Luz» y «0s: coridad» son, pues, dos aspectos correlativos de una nica es- tructura sensorial. De la misma manera, no puedo peteibir el mo- ‘vimiento a no ser en relacin con cl reposo, ni el esfuerzo sin el sescanso, la complejidad sin la simplicidad ola stracciGn sin el { rechazo. ‘7 Tgualmente, jams se da una sensacién de placer que no esté cen rlacién con el dolor. Seria posible, por cierto, que en este mo- ‘mento estuviera sintiéndome comodisimo y muy complacido, | pero jams seria capaz de darme cuenta de elo, sino fuera por la | existencia de un fondo de incomodidad y dolor. Por eso siempre " parece como si el placer y el dolor so alterasen, porque tinica- ‘cnte en su allernancia y contraste reefprocos se puede recono- cer la existencia de cada uno, Asi, por mds que me complazca el ‘uno y que abomine del otro, cl intento de aislarios es fil. Como dirfa Whitehead, cl placer y el dolor no son mis que la cresta y el seno, inseparables, de una nic ola perceptual, e intentaracen- ‘ar fo positvo la cresta— y eliminar lo negaivo ~el seno—es un \ intento de eliminar en su totalidad la propia ola perceptual Quizé podamos ahora empezar a entender por qué Ia vida, ‘cuando se Ia considera como ut mundo de opuestos separados, eS hasta tl punto frustrante, y por qué el progreso ha llegado a con- verte en la actualidad, no en un crecimiento, sino en un encer Alintertar separa ls opuestos para aferramos aaquélos qu con- ( ‘Sideramos positives, tal como el placer sin dolor, la vida sin la ‘were, el bien sin el mal, en realidad nos empefiamos en atrapar | fas sin realidad alguna. Lo mismo dra qu qusgrmos 8 La conciencia sin fromteras ‘oncretar un mundo de crestas sin senos, de compradores sin ven sedores, de i2quierdas sin derechas, de dentros sin fuera. Ya sei gh 6 Witgenstein que, como nuestros objetivosno son elevados, sino ilusorios, nuestros problemas no son difieiles sino absurdes. ‘Que todos los opuestos ~por ejemplo, masa y energia,sujeto y objeto, vida y muerte— sean cada uno el ot en una medida tl {que son perfectamente inseparables, es cosa que a la mayoria de nosotros sigue parecisndonos difiil de ereer. Pero esto se debe finicamente a que aceptamos como real Ia demarcaciGn entre los ‘opuestos, Recusrdese que son las demarcaciones como tales Tas {que crean la existencia aparente de opuestos separados. En una palabra, decir que «la realidad fundamental es una unidad de YY opuestos es tanto como decir que en la realidad fundamental no +hay fronteras, en ninguna part, E hecho es que las fronteras nos tienen tan fascinados, hasta tal punto estamos bajo el hechizo del pecado de Adan, que hemos olvidado por completo Ia verdadera naturaleza de las demarea- tones. Porque éstas, del tipo que sean, no se encuentran nunca en fel mundo real, sino s6lo en la imaginacién de los custéprafos, Certo que hay muchas eases de fins enel mundo natural, como Ta linea de la cosa, stuada entre ls continents y los océanos qe los rodean, De hecho, en la naturaleza hay toda clase de ineas y stuperficies: los contornas de as hojas la piel de los organismos, hhorizontes y lineas do érbotes y de lagos, superfcies de luz y de sombra,y lineas que delimitan los objelas y el medio en que es tin. Es obvio que todas esas superficies y lineas estin efectiva- ‘mente ahi, pero som lineas que ~como la linea dela costa entre la tierra y el agua no representan, como generalmente se supone, ‘una mera separacién entee terra y agua. Come tan a menu ba sefalado Alan Watts, las Hamadas «ines divisorias» tambin re presentan, precisamente, los lugares en que la tiera y el agua se focan. Es decir, son lineas que amen y aproximan tanto como di vidden y distinguen. Dicho de otra manera, jess Hneas no son fronteras! Como pronto veremos, hay una gran diferencia entre tuna linea y una frontera, i Divilidopor a ita Lo importante s, pues, que ls lineas unen los opuestos en Ia ‘misma medida en que los dstinguen, y tales, por cierto, la esen- cia y la funciGn de todas Ias Linas y superfcies reales en la nat raleza. Delimitan explicitamente los opuestos, al mismo tiempo {que implicitamence los unifican. Dibujemos, por ejemplo, la I rea que representa una figura e6ncava, dela siguiente manera céncava (convexs) Se observa de inmedisto que con la misma linea he ereado también una figura convexa. A eso se refiri6 el sabio tavista Lao ‘Ty€al decir que todos los opuestos se originan simultneay re procamente. Como lo eéncavo y Jo convexo en este ejemplo, Ile- gn juntos ala existencia. “Ades, no podemos decir que la nea separa to eéncavo de Jo convexo, poryue no hay ms que una linea, totalmente com= partida entre ambos. Leos de separa lo eéncava y lo convexo, la linea hace absolutamente imposible la existencia del uno sin el otto. Debido a esa tnica linea, de cualquier manera que dibuje- ‘ms algo céncavo, hemos dibujado también algo convexo, por ‘que la linea exterior de lo céncavo es la linea interior de lo con- ‘exo. Ast, jamés se encontraré algo c@ncavo sin algo convero, porque ~coma todos Ios opuestos~ ambos estin predestinados a ‘esta siempre en fntimo y reciproco contacto. Lo importante es que la totalidad de las lineas que encontra- ‘mos en Ia naturaleza,e incluso las que trazamos nosotros mis ‘ios, no distinguen simplemente los diferentes opuestos, ito que flambién los vinculan en una unidad inseparable, En otras pala- / bras, una linea no es una demarcacién, porque una line, ya sea | mental, natural o Iégica, no slo divide y separa sino que también | une y aproxima, Por otra paste, las fronteras son puras ilusiones: | fingen separar lo que de hecho no es separable. Fn este sentido, el mundo real contiene ineas, pero no tiene fronteras 4s La conciencia sin fromteras Una linea real se convierte en demarcacién ilusoria cuando ‘nos imaginamos que sus dos lados estén separados y no tienen re- lacién entre si esto es, cuando reconocemos la diferencia exter- na de los dos opuestos, pero ignoramos su unidad interna. Una i- nea se convierte en frontern cuando nos olvidamos de que el interior coexiste con el exterior; cuando imaginamos que no hace mds que separar, pero sin unir al mismo tiempo. Esté bien trazar Tineas, siempre que no las tomemos por demareaciones. Esté bien sistingurel placer del doo, pero es imposible separar el uno del ot. Actualmente generamos la ilusi6n de las demarcaciones de ‘manera muy semejante a como lo hizo Adan en primer lugar, por- que los pecados de fos pares han recafdo sobre sus hijos © hija. -Empezamos ya sea por seguir las lineas de Ia naturaleza—ta linea de Ta costa, la del bosque, ta del horizonte, las supertcies roco- sas, la superficie dela piel y otras~ por trazar nuestras propias| Jineas mentales (que son las ideas y conceptos). Mediante este proceso seleccionamos y clasificamos aspectos de nuestro mun- do. Aprendemos a reconocer la diferencia entre el interior y ol ex= terior de nuestras clases: entre lo que son rocas y lo que no son ocas, lo que es placer y lo que no es placer, lo que es alto y lo que 1 es alto, lo que es bueno y lo que no es bueno. Nuestras lineas corren ya peligro de convertrse en demarca- , «placer» se pueden per- fectamente despreader y separar de las palabras que usamos para hablar del exterior de Is clase, como «oscuro», «abajo» y «dolor “>= De esta manera podemos manipular les simbolos indepen- no cama ia ed Peto vivitos on st mundo de los mapas as palabras como 8 fuera cl mundo rel En pos dels hellas de Adin, nos hemes rerdido totalmente en un mundo de mapas y demareacones pi Tamente fantésticas. Y esas demarcactones isso, on Tos pesos que rea, se han convertido en nuestra apsionadas tals AP MTa mayor pare de nuestros «problemas vials» se basan, ‘pues, en Ia ilusién de que es posible separar y aistar entre si los fopvesos, yen acreeneia de qe a debe hacene. Peo, como 1 dos fos opucsos son aspecton de une sole realidad subyaceat, hace eo es como intent separa totalmente los dos extremes de una banda de poma. Lo ico que se puede hacer estar cada ‘ex-con mds face. hasta que alo se ompe violentamen ‘= "Podrfamos asf comprender que en las tradiciones misticas del ” rs

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