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ye matila c.ghyka matilacghyka ‘elnumero de oro | - el numero de oro ; los ritmos poseidon ee , if It poseidon En los dos volimenes de EL NUMERO DE ORO, sque es una continuacién y una ampliacién de la «stética de las Proporciones en la Naturaleza y en las «rtes), Matila C. Ghyka aporta su contribucién a la rcepcin de los conceptos y de los invariantes sgicos y afectivos que han sido las ideas-motrices de ecidente, las de Numero, Ritmo, Proporcién y ‘rmonja (condensadas por el autor en Ley del Ni- “iero) € injerta sobre este rigor geométrico el culto, Terviente de la Belleza de las Formas. En el primer volumen, LOS RITMOS, el autor ~voca las similitudes de forma y ritmo entre la vida y 4 materia no organizada, expone una nueva teorf bre los trazados arquitecténicos egipcios, griegos y Sticos, y define y analiza las diferentes categorias “al ritmo considerado como expresidn estética, exa- inando los ritmos irreversibles, que se desarrollan ‘sn el tiempo (miisica, poesia), en el espacio (arqui- tectura y plastica), y en el dominio de lo reversible y ate lo continuo, de la proporci6n y del ciclo creador, 1 que lama mediterréneo, en el que se manifiesta en sorma caracteristica el sentido de la proporcién y de 1 ritmo espacial, regulados por una voluntad mate- \ética En el segundo volumen, LOS RITOS, Ghyka uueba la transmision continua a través de las edades 1 simbolo pitagorico, el simbolo estrellado de la "ina proporcién —el pentagrama—, de sus variantes v de los trazados geométricos emparentados con él. Jas cadenas de transmision, no estén constituidas solamente por las técnicas secretas de los arquitec- «Js, sino también por otras corrientes: kabala, ma- esi, sociedades secretas, Sobre EL NUMERO DE ORO, Paul Valéry, el reeta de Cimetiére Marin, ha expresado: “Este libro Ataba, Ahora existe. Condensa lo que hay de preci en estética. El eterno deseo de encadenar la orfologia fisica y biolbgica a Ia ciencia de las * mas creadas por la sensibilidad humana.” editorial poseidon 79 EL NUMERO DE ORO I LOS RITMOS 73 MATILA C, GHYKA Obras det autor ublicadas por Eorrontat, Paseinow: esommen on us mororcows ca varosaca =» BX, NUMERODEORO Y EN LAS ARTES EL NUMERO DE ORO RITOS ¥ RITMOS PITAGORICOS EN EL Vol. I: Los armos DESARROLLO DE LA CIVILIZACION OCCIDENTAL Vol. II: Los rros I LOS RITMOS EDITORIAL POSEIDON BARCELONA A | LA PRINCESA MARIA CANTACUZENE en recuerdo de su acogida en Tetzcani de Moldavia donde atin brilla en las nubes el viejo suetio hiperbéreo y donde fue comenzado este libro Titulo oxiginl: Le nombre at 1. Le eydhmes ‘Traduceién de francés J. Bosch Bousquet © Editorial Poseidon, S.RLL,, Buenos Aires, 1968 © Editorial Poseidon, S.L., 1978, Llansi,S1, Barcelona - 15, Espa Primesaedicin espatols Printed in Spain Impreso en Espafa ISBN: 84-85082-11- (obra completa) ISBN: 84-85083.09-1 (tome primero) Depésito Legs: B:30,530-1978 ROMARGRAF, 5.4, Juventud, $$ L'Hosptaet de Llobsosat Bareclons CARTA AL AUTOR Querido sefior: Su manuscrito me ha acompafiado en todos mis cortos paseos por los alrededores de Paris, Le he dedicado el poco de espiritu que me queda después de un afio de laborioso trabajo. Estoy seguro de que lo gustaré mejor atin, cuando haya podido meditar mds profundamente en su plena y preciosa sustancia. Este libro faltaba. Ahora existe. Condensa lo que hay de pre- ciso en estética. Me maravilia su amplitud de informacién. Admiro, sobre todo, el modelado personal que supo imprimir a una materia tan considerable y tan compleja. El eterno deseo de encadenar ta morfologia fisica y biotégica a la ciencia de las formas creadas por la sensibilidad y por el trabajo humano; la necesidad de com- parar y de conjugar las estructuras y arquitecturas naturales y las construcciones del artista, la matemética que aparece 0 que asoma en las primeras y las fé?mulas, aparentemente arbitrarias, que sir- ven en las artes, es el tema, cuya extensién ha explorado, cuyas partes ha ordenado y cuyos problemas ha enunciado con tanto ézito. iQué poema el andlisis de Bt Canta usted esa prodigiosa y proteica expresin, esa magnitud cuya udicwidad y proliferacién hacen pensar en. algiin importante “invariable” de nuestro sistema sensorial, y la celebra con una cien- cia y un entusiasmo que a mi me resulta deticioso. Porque pre- tendo —y lo he hecho precepto de mi estética personal— que en el orden del espiritu hay potencias de pasién y de “sentimiento” tan fuertes aunque mds raras—, que en el orden del “corazén” No obstante, no puedo menos de observar que este ntimero phi, de propiedades maravillosas, podria seducir a los artistas para ser- virse de él descuidando la magnitud de ejecucién, la materia y la localidad de las obras. Pero en todas las construcciones, ya se trate 10 EL, NUMERO DE ORO de méquinas, edificios u obras de arte, se plantea el gran problema dela Somidam are el proyecto o el modelo y Ie obra. Lo que es posible y conveniente en cierta escala, no lo es en ira. Incluso en el orden mecénico este problema sélo estd resuetio de un modo imperfecto. No sé si en el orden estético se haya planteado alguna vez en toda su generalidad. Ahora bien, la tendencia det espiritu es concebir las formas, las relaciones, la dependencia de las partes, sin reparar en la materia ni en la magnitud, La geometria pura vive de esta ignorancia, No se preocupa de las unidades de medida, y se declara “verdadera” en toda la escala, a Pero lo propio del técnico y del artista es, por el contrario, insti- tuir y mantener, durante su operacién, un temperamento, o cam bios tan intimos como sea posible entre lo que desea y busca y lo que le ofrece o le niega el conocimiento que tiene de su materia y del estado final y real de su obra. De estas observaciones resulta que se puede imaginar facilmente una especie de conjlicto entre la particularidad de la produccién de las obras de arte, en que cada una es una solucién singular de un problema que jamés se repro- auciré exactamente, y la generalidad det precepto estético que re- presenta y precisa el ntimero phi, el cual no debe uiilizarse ciega xy brutalmente, sino considerarlo como un instrumento que no puede Prescindir de ta habilidad y la inteligencia del artista. ;Al contra- rio! Debe excitar al artiste a desarrollar estas cualidades, y aqui es donde intervienen las propiedades, ten notables, de vuestro Nimero de Oro. Leyendo sus paginas, no puedo evitar el pensar un poco en la Literatura, Por desgracia, este arte cede a los otros, en lo que con- cierne a la biisqueda de razones intrinsecas, ta obseruancia de pro- porciones y de condiciones formales... Nada hay en ella de sec- cién aurea. Siempre sofié con edificar alguna obra secretemente armada de convenios razonados y fundados sobre la observacién. precisa de las relaciones entre et lenguaje y el espiritu y siempre he retrocedido ante la dificultad excesiva —el inmenso trabajo de rehacer una concepcién tan neta de la literatura, que permita ra20- narla—. Y lwego: ;para qué?, me dijo el tiempo, Creo —y se lo auguro— que su notable sintesis tendré lo que merece. No sélo en cuanto a la acogida, sino a su influencia. El equilibrio entre el saber, el sentir y el poder esta hoy rato en las CARTA AL, AUTOR u artes. El instinto sélo da fragmentos; pero el arte magno debe corresponier al hombre completo, La Divina Proporcion es la me- aida generatizata, Una especie de misticismo, un esoterismo (que fue tal vez nece- sario) se reservaron en otro tiempo estas verdades, muy delicadas y dificiles de establecer. ;Han daitado, por esta restricciém, al pro- greso de las investigaciones; 0 fueron més bien afortunados al hacer Uegar hasta nosotros resultados de experiencia convertidos en prin- cipios tradicionales, que, sin esta transmisién oculta de poderes, hubieran podido perecer en el curso de las edades? No lo sé. El celo tiene sus virtudes y su profundidad. El secreto seduce y anima: Pero nuestro tiempo quiere producirlo todo y para todos. Quiere definirlo todo. Sometiendo tat vez a su examen los problemas mé- gicos del arte, pensard que no se trata, en el fondo, més que de encontrar en ei dominio de ta sensibilidad refinada, métodos del mismo poder que los que se han demostrado tan jeeundos en el andlisis del Universo de la Extension... Pavt Vauiny, Xe PREFACIO Este libro es una continuacién y una ampliacién de mi Estética de las Proporciones en ta Naturaleza y en las Artes.' En este pri- mer trabajo, traté de bosquejar: 10 Una teoria matematica de la Forma, comenzando por un repertorio de las formas geométrieas posibles, para llegar al exa~ men comperado de las simetrias y de los tipos morfolégicos que caracterizan las formas naturales, especialmente los sistemas cris- talinos y los organismos vives; 2° Una exposicién de la evolucién de las ideas de proporeién y de armonia, y de los cénones geométricos que, en las grandes épo- cas del arts mediterraneo lato sensu, han podido servir para la composicién de los trazados arquitecténicos. ‘Como las fuentes eseritas son muy discretas y como ning\ timonio gréfico, por lo menos en lo que respecta a la antigiiedad, ha subsistido (ni siquiera los dibujos que ilustran el tratado de Vitruvio) el estudio de estos cénones, 0, mejor dicho, procedi- mientos de composicién, de ajuste proporcional, se reduce a un cierto ngimero de hipétesis recientemente formuladas sobre la ma- teria, Tienen de comtin el hecho de que los métodos graficos que aspiran a ser sus demostraciones tienden a producir trazados en Jos que el tema del conjunto se refleja, se reproduce, segin un cierto ritmo mas o menos velado, en cada una de las partes. Leyes de la analogia (Tiersch), de la repeticién de la forma fundamental, de Ja identidad en 1a variedad, de lo Igual y de lo Semejante..., distintas denominaciones de un mismo principio o de una misma comprobaciSn, derivan en efecto, de los conceptos de simetria y tes- 1 Coleceiin La Pensée Contemporaine, Ediciones de la N.R.F, Paris, 1927, Traduccién castellana: Editorial Poseidon, Barcelona. u EL NUMERO DE OHO de analogia, tal como los entendian los antiguos. La Avatoyia de Platn y de los aritmélogos pitagéricos no es otra cosa que la Proporcién (igualdad, equivalencia o concordancia de dos o més relaciones). La proporcién. geométrica, especialmente myuteroia, significaba en ellos, lo mismo que en Vitruvio, Ja conmensurabi- lidad entre el todo y las partes, correspondencia determinada por una medida comin entre las diferentes partes del conjunto, y entre estas partes y el todo (es la definicién de Vitruvio, y la palabra simetria conserva este sentido, del todo diferente de su significa- cién actual, hasta fines del siglo xv1). Las mas interesantes de entre estas hipétesis concuerdan tam- bién incidentalmente con la teoria pitagérica de 1a armonia de las Esferas, con las ideas filoséficas y cosmogénicas enunciadas por Platén en el més pitagorico de sus didlogos (el Timeo), y con las especulaciones derivadas de Ia analogia, la correspondencia, entre el Macrocosmo (el Universo creado por el Gran Ordenador) y el Hombre, 0 Microcosmo. Y al final del pasaje antes mencionado, en el iinico tratado de arquitectura que nos ha legado la antigtie- dad, Vitruvio da como ejemplo de la euritmia producida por una “simetria” ideal, el cuerpo mismo del hombre. Después de la aparicién de mi obra antes citada, he tenido cano- ‘cimiento de una nueva hipétesis, de un nuevo sistema de canon © ajuste proporcional grafico, que, en cierto modo, sintetiza y con- cilia las dos tesis principales expuestas detalladamente en mi Esté- tica de las Proporciones (la de Lund y la de Hambidge) ; es la hipotesis de Moessel,* de la particién 0 segmentacién polar del circulo fundamental 0 circulo de orientacién. Por otra parte, esta teoria puede reducirse a un punto de partida prictico bastante racional, y de aqui mi primera idea de agregar un apéndice a mi iibro, En el bosquejo de evolucién de la arquitectura mediterrénea y de las doctrinas estéticas relacionadas con ella que acompaiia- ban en mi primera obra a la exposicién de las teorias de Cook, Lund y Hambidge, aparecia ya un poco de filosofia pitagorica o platéniea (que muchas veces es la misma cosa). Como simbolo En 1650, Fréart de Chambray escribe: “Simetria... unidn y concurso keneral,de todas las partes de un edificio, .." 3 Brkst Moessel, Die Proportion in Antike und Mittetalter (C. H. Bleck, editores, Munich) PREFACIO 15 © motivo dominante del trazado he encontrado, con frecuencia, una figura geométrica (el pentagrama) asociada, precisamente, a las tradiciones pitagéricas (también la he encontrado como motivo dominaate en el estudio de las formas vivas) y como properciones frecuentes, por no decir las mas frecuentes, han aparecido temas basados sobre cierta razin (la seccién éurea). Esta razén, este invariante algebraico, puede nacer de una manera abstracta y di- recta d2 una operacidn légiea muy sencilla, Ja més sencilla que puede hacerse, acercdndonos al concepto platénico de proporcién. La he encontrado igualmente en biologia, esquema numérico, sim- bolo resumido de la forma viva (al mismo tiempo que opuesto a los esquemas de equilibrio cristalino de las formas no-vivientes), de la pulsacién de crecimiento, Este “ntimero de oro” resume ari mética y algebraicamente las propiedades de la dominante geomé- trica (el pentagrama) antes citada, En el estudio de la transmisién de estos simbolos 0 trazados por intermediarios generalmente andnimos y raras veces canoce- dores de su sentido 0 sus propiedades, nuevas fuentes me han pro- porcionado indices que permiten un jalonamiento mas preciso de Ja ruta misteriosa, De donde surgieron nuevas adiciones al apén- dice que, bien a mi pesar, se convirtié en un nuevo libro... de dos volimenes. Asi, pues, tedricamente, es mejor haber leido u hojeado mi Estética de tas Proporciones (o tenerla por lo menos como memento de referencia) antes de leer esta nueva obra. Pero me he esfor- zado, no obstante, por darle un caracter auténomo, acortando en Jo positle Io ya expuesto y reduciendo la exposiciin matematica a logstrictamente indispensable. Presento ahora excusas retrospectivas por la acumulacién de proposiciones aritmétieas, algebraicas y geométricas que ha debido dar a mi primer trabajo un aspecto poco atractivo para la gran mayoria de lectores, Mi excusa se basa, ante todo, como lo expuse anterjormente, en que guise hacer un “memorandum” que permi- tiese prescindir de una copiosa coleccién de libros, para el estudio de la “Ciencia del Espacio" y de todos los conceptos matematicos evocades en la obra, Lueyo, y admitiendo al mismo tiempo que el punto de vista geométrico no es el tinico ni tal vez el mas importante de una teoria estética de la Forma, recordaré el argumento de la Paradoja 16 EL NUMERO DE ORO del Abogado, de Edmond Picard: toda causa, la mas mala, la més desesperada, debe ser defendida a fondo. Del trabajo, del brufido de todas las caras surgen las aristas y las formas del cristal, y a veces, para un juez, el “hilo” de la Verdad. Por esto me parecio {itil profundizar, mientras era compatible con el marco y las di- mensiones de la obra, el estudio matematico de las nociones de razén, de proporeién y de armonia. Es claro que se pueden llevar mucho mis lejos las especulaciones puramente matemiticas de que derivan estos tres conceptos; Platén, entre otros, lo hizo en el Timeo (jeroglifico del Numero del Alma del Mundo) , cuyas medi- taciones matematicas no son extravagancias de maniftico que pue- dan separarse del conjunto de sus doctrinas, sino la médula misma, Ja fuente viva de toda su concepeién del Cosmos, de la Armonia y del Amor, Son también la base de los conceptos estéticos de la ‘Analogia, de la Semejanza en la Diversidad, de la Variedad en Jo Mismo, cuyo eco preciso nos transmite Vitruvio, y que, mien- tras tuvieron vida (ya como ensueno filoséfico sobre el esquema ‘Macrocosmo-Microcosmo a través de la Edad Media, 0 como im- pulso creador de ritmo en los comienzos del Renacimiento),, han desempefiado un importante papel generador en Ia evolucién de todo el arte mediterraneo. ‘Como he prometido limitar a lo indispensable el aspecto mate- mitico de esta nueva obra, ya es hora de presentar el plan de Ja Luego de haber vuelto a definir al principio la idea de propor- cién y nociones conexas, evocaré las semejanzas y divergencias de forma y de ritmo entre la Vida y la materia no organizada, y aprovecharé Ja ocasién para dar algunos detalles sobre el ritmo de las proporciones en el cuerpo humano (su morfologia, asi co- mo la de las plantas y organismos marinos han sido ampliamente desarrolladas en la Estética de las Proporciones). Expondré en seguida la nueva teoria (Moessel) de los trazados arquitecténicos egipeios, griegos y géticos, y desarrollaré con mayor extensién ciertas cuestiones esbozadas en ia Estética de las Propor- ciones: composicién de los volimenes arquitecténicos, correcciones Spticas, ritmo poético, relaciones entre ritmos, ritos, magia. Esto por lo que respecta al presente volumen. En el segundo, estimu- Jado por el cortés escepticismo de Salomon Reinach, respecto de la transmisién ininterrumpida del esoterismo matematico pitagérico- DEE «EERE EI PREFACIO a Platénico,* trataré de completar, de todas maneras, la trayectoria de esta traasmisién, y demostrar que el pitagorismo, con su geome- tria, de la que jamés se ha desconectado, se transmitié por una “cadena dorada” no sélo en arte (Platén, Vitruvio, maestros de obra, Paccioli, Leonardo) 0 en matemética (Platon, Nicomaco de Gerasa, Paecioli, Kepler, Descartes, Russell, Einstein), sino en otros dominios, el mas interesante, y atin sensacional, de los cuales me ha sefialado el propio S. Reinach. Porque del magnifico tronco dejado por el Maestro de Samos, han brotado ramas poderosas que forman el noble abanico de la palmera del viajero. ¥ la idea-savia de este arbol gigantesco, mas de dos veces milenario, arbol del Conocimiento y arbol de la Vi hha sido la que he llamado (segin Flaubert) la “Ley del Nimero”, idea matris, base vivificante, tanto, que fue comprendida no sélo por el Arte mediterrdneo, sino por toda la “Aventura” intelectual (en el sentido bergsoniano de la palabra) de la Raza Blanca, * Revue Archéologique (octdic,, 1927). CAPITULO PRIMERO DEL NUMERO A LA ARMONIA Numero, razén, proporcién.—La doctrina pitagoriea de los ‘Numeros.— Pitagoras, Platén y Nicémaco de Gerasa.— Nie meros puros y numeros cientificos.—‘Tetracto, Péntada y Década.— El “Nimero del Alma del Mundo” y'la teoria de Jas correspondencias arménicas en el Timeo.—Macrocosmo ¥ Microcosmo.—La teoria arménica de la arquitectura en Vitruvio.— Analogia, simetzia, euritmia. Filles des nombres d’or, Fortes des foie du ciel, Sur nous tombe et Sendort Un Diew couleur de miel. Cantique des cotonnes, ‘PAUL VALERY. Uno de los métodos posibles cuando se pretende volver a defi- nir, 0 pensar de nuevo en las nociones Hamadas clementales de niimero, razin y proporeién es beber en las fuentes griegas que tratan d2 estos temas. A pesar de su poca originalidad, este pro- cedimiento no suele conducir a una trayectoria mental de “minimo es{uerzo”. Sin embargo, como en Platén y en el tnico tratado completo de la teoria de mimeros que nos legé la antigiiedad, el de Nicimaco de Gerasa,’ se encuentran puntos de partida, y a + Nicémaco de Gerasa (colonia griega de Palestina fundada por vete- Fanos, yevowrss, de Alejandro) apodado “el Pitagdrico”, vivid en el siglo 2 de nuestra era, y estudié probablemente en Alejandria, Dos de sus obras nos han legado intactas: un Menual de Armonia y su Introducciin a ta Ariiméticn CAgipntix% Elonyoyii). También se conserva una gran parte de I EE 20 BL NUMERO DE ORO menucdo de legada, bastante claros, me limitaré a dar textualmente sus definiciones y, a veces, sus comentarios. Como se sabe, la concepeién del Niimero en Platén y la impor- tancia que le otorga (“Los nimeros, dice en el Epinomis, son el més alto grado del conocimiento”.... y luego: “El Namero es el Conocimiento mismo") se derivan del pitagorismo mas ortodoxo? El propio Nicémaco era pitagérico, © més bien neo-pitagdrico de- clarado, y su obra matemética no es sino una compilacion discre- tamente ordenada y claramente redactada de elementos tomados de los trabajos de la brillante Escuela de Alejandria, de los cuales, en general, slo han legado hasta nosotros los titulos, En la base de Jas ideas y de las definiciones que seguirén se encuentra la afirmacién: “Todo esta dispuesto conforme al Numero,’ que ya en el siglo iv a. J.C. pasaba entre los que habian conocido a Jos ailtimos supervivientes de la Escuela primitiva fundada por el Maestro en Sicilia* como le mas importante de sus revelaciones filosofieas. Los comentarios, e incluso las definiciones, parecerdn en el primer momento al lector no familiarizado con la matemitiea sus Teologiimenos Aritméticos (Aritmologia o Mistica del Niimero) en una compilacién debida a Jamblico (Roma, siglo w), autor de la famoss. Vida fe Pitdgoras, que escribié igualmente un comentario importante sobre la Introduecién Aritmética de Nicémaco. La traduccion (en latin) mas céle bre de esta obra es la de Boecio (Roma, siglo v) que ejercid gran influencia durante toda la Edad Media, ‘Me he servido de un modo especial de Ia traduecién inglesa publicada por J Universidad de Michigan (The Macmillan Company, Nueva Yorks 1926), precedida por un precioso estudio sobre Nicomaco ¥ los rate: ticos griegos, por F. E. Robbins y Luis Ch. Karpinski 2 Se sienten tentaciones de decir que Platén (429-347 a. de J.C.) era lun iniciado que no habia prestado el juramento del silencio, 2 ‘Acting BE xe néve' txéouces, probablemente un fragmento del Iéros Logos 0 Discurso Sagrado, eitado por Jimblico Aristogenes de Terento (que en la segunda mitad del siglo tv a, de J.C. Mantuvo relaciones amistosas con los wltimos iniciads del pitgenrioome primitivo), dijo, en prosa, mas o menos lo mismo: Thvayogus. sawe ea soiquara dxeyibev swig deGuois (citado por Estabeo) * No estd demas dar desde ahora algunas breves indicaciones erono= lgicas respecto a la vida de Pitgoras y de la secta 0 Escuela aue él funds Pitdgoras, nacido en Samos entre 560 y 570 a. de J.C, vuslve a le seta después de largos viajes (su estancia en Pgipto es probable, pers les ae Fenicia y Caldea pueden haber sido imaginadas por tacones fe einen ‘cuando en el siglo av se elaboré la leyenda de Pitagoras), Abondene ae DEL NUMERO A LA ARMtONTA 2 gtiega como envueltos en una metafisics a priori, desconcertante ara el honesto racionalismo que presidié nuestra iniciacién mate- matica Pero advertira poco a poco, que el tono desacostumbrado de este pute de partida no impide a la razén dominar con firmeza el desarrollo y el encadenamiento de las ideas, y que este pequefio repaso de gimnastica mental helénica permite seguir ulteriormente sin esfuerzo la evolucién y las vicisitudes sufridas hasta nuestros dias por un sistema conceptual de extraordinario vigor, que per- manece mis vivo que nunca, a pesar de su niicleo cristalino de pensamiento puro. Y descubrira tal vez que el sospechoso destello de la nube metafisico-teolégica no era oropel sino claridad y que la Teoria de Niimeros de hoy comienza a parecerse de extrafio ‘Atlevo Samos a causa de Ja tirania de Polierates y llega a Sicilia hacia el 829. Su ensefianza tuvo tal éxito que sus discipulos se apoderaron del poder politico, primero en Crotona (Liga Crotoniata) y luego lo exten dieron sobre una serie de ciudades y sobre una gran parte de la Magna Grecia (Sibaris cae en 510). El Maestro murié hacia el afio $00, pero la dominacién politica pitagériea en Sicilia durd hasta cerca del 450. Bn esta, época se desataron revueltas populares en las cludades sticesivamente ava~ salladas y Ios miembros dirigentes de la secta, asediados por la plebe en Metaponto, perecieron easi todos en un gigantesco incendio. Entre el Pequefisime nimero de los que escaparon se citan a Filolao de Crotona (que fue acusado de haber vendido al tirano Dionisio de Siracusa los libros secretos que contenian la ensefanza de La secta pitagériea, libros que, sein Didgenes Leercio, Platén se habria procurado en seguida), y a Lysis, que se tadiod er Tebas con la familia de Epaminondas. Arquitas de Tarento, iseipulo de Filolan, fue uno de los grandes matemiticos de la Antigedad y consiguié reconstituir un estado pitagérico: fue Regente de Tarento Siete vecgs generalisimo, Platén se relacioné con él durante su primer viaje @ la Magna Grecia (388-387) y puede admitirse con Didgenes Laereio que Je debe su jniciacién en las doctrinas pitagdrleas. Las ideas y los ritos con- tinuaron transmitiéndose de un modo mis o menos esatériea en pequefios grupos aislados, siendo su Tama especialmente custodiada por los platonicos pitagéricos ‘Speusipo, sobrino de Platin, muerto en 388, escribio un tra- tado sobre los Nimeros pitagsricos del que ha legado hasta nosotros un equeno fragmento). Aristégenes de Tarento, diseipulo de Aristoteles, que hacia fines de! siglo w eseribié una biogvatia de Pitagoras, declara haber conocido a los Gllimos pitagéricos, pero se ve, a través de las burlas de Jos poetas eimicos, que la secta subsistia en Grecia en el siglo tt, Pero fue fen Alejandra, hacia fines del siglo 12 a, de J.C, donde comenzé a retonar Ja doctrina que como neopitagorismo debfa desempefiar Un papel muy im- portante, tarto en la eapital del Imperio romano como en Egipto y en Sitia, RE IS :’' ama, 22 EL NUMERO DB ono modo a la de Platén y de Nicémaco, esperdndose que nuestra Fisica y nuestra Cosmogonia se unan a las del propio Téros Logos. Observemos ante todo que Ia misma palabra Logos, significa en griego razén, razonamiento y relacién (el juicio, facultad esencial de Ja inteligencia razonante, es, por lo demas, la justa percepcién de las relaciones entre las ideas o las cosas). Este mismo término, ‘a palabra por esencia (como més tarde el “Verbo” en el Cuarto Evangelio), significa también la Inteligencia divina ereadora (Nieéd maco lamara indiferentemente al Dies ereador: § reyviie hiyos, 6 Texvitus* eds). Como Platén, Nieémaco distingue dos clases de nuimeros: el Nimero divino, o Niimero-Idea, y el numero cientifico, El primero es, naturalmente, el modelo ideal del segundo, es decir, de lo que consideramos generalmente como nlimero; pero a causa de que en el mundo material son las formas (que dependen de canti- dades, de calidades y de disposiciones) las tinicas cosas permanen- tes, y de que la estructura de las cosas (copia del modelo o para. digma percibido por el Logos como resultante de la Idea y del Niumero) es su tinica realidad, é1 (el Numero Divino) sera también, més generalmente hablando, el Arquetipo director de todo el Uni. verso creado, En los Theologumena Arithmeticae, Nicémaco trata de este ‘Nimero-Idea 0 Niimero Puro, en la Introduccién a Ja Aritmética del niimero cientifico y asi, 1a teoria de los nimeros estaba divi- dida en dos disciplinas; la primera: Aritmologia (Mistiea del Nii. mero) de tendencias metafisicas, que se ocupa del Niimero Puro, 1a segunda, Aritmética propiamente dicha, que trata del numero cientifico abstracto, segin un método silogistico riguroso de tipo euclidiano, Pero esta Teoria de los Nimeros cientificos se ditige también al filésofo, no al principiante. Finalmente, una tercera ciencia, 9 mejor, una téenica (lo que hoy lamamos Aritmética) relegada a un grado inferior, era el Céleulo propiamente dicho con niimeros coneretos, Era la aritmética para negociantes 0 ioywuyi, { ‘leeds Aéyos, 0 Diseurso Sagrado, atribuido Pitégoras, pero redac- ado probablemente después de su mucrie, durante el periodo Croteniata {principios del siglo v a. de J.C.) y del cual Delatte (Estudios sobre te Literatura pitagoriea, Paris, 1919, Champion, ed.) pudo reconstitulr, un cierto niimero de versos. 4 xazsions: el que eompone con arte; la creacién puede ser simple recom= pposiciin del caos, seleccién DEL NUMERO A LA ARMONTA 23 Un escolio sobre el Carmides de Platén dice a este respecto: “La Logistica (el cdleulo) es Ja teoria que se ocupa de los abje- tos enumerables y en ningiin caso de los (verdaderos) ntimeros, No considera, en efecto, el nimero en el sentido propio de la pala- bbra, pero supone que 1 es la unidad, y que todo lo que puede ser enumerado es niimero (asi en lugar de la triada, toma 3, en lugar de la década, 10) y les aplica los teoremas de la aritmética Esta distincién parecer mucho més clara si se recuerda que los Sriegos no empleaban simbolos exclusives, de cifras, para repre- sentar niimeros, aunque fueran coneretos, sino que se servian de letras del alfabeto y de algunos signos suplementarios (los pitagé- ricos empleaban en Sicilia grupos de puntos, lo que los llevé direc tamente a las propiedades estereométricas de los ntimeros y a los “nimeros figurados” de los que hablaremos mas adelante). Las ci- fras drates y el sistema decimal hicieron tan facil el céleulo (lo que lamamos aritmética), que olvidamos la distincién entre Filo- sofia del Niimero, Teoria de los Niimeros y Caleulo, y la diferencia entre mimeros ordinales y cardinales, y hemos tenido que esperar a la ereacién de la teoria de Conjuntos de Cantor-Russell para des- cubrir de nuevo que la cifra 2, el ntimero dos, la diada 0 par, y 1a idea de Dualidad eran cosas muy diferentes. ‘Tratemos, pues, de olvidar las cifras y de pensar en mimeros puros y nos parecera entonces tan razonable como a nuestros dos antiguos guias admitir gue, estando el Cosmos ordenado y ritmado, el Niimero es, segin la expresién de Nieémaco, la esencia eterna de Ia realidad. Los principios (iozal, origenes) del Niimero y del resto de todas les cosas son, dice, copiando también en ésto la terminologia del Tingeo, “Io Mismo” y “Io Otro” ¥ (0 la cualidad de “ser la misma cosa” 6 de ser “otra cosa") 1" cuando el Todo hubo comenzado a ordenarse. .. todos los elemen- tos recibieron de Dios sus figuras por la accién de las Ideas y de os Nameros...” (Timco), “BI Caos primitivo, fatto de orden y de forma, y de todo To que aife~ rencia segin las categorias de la cualidad, de la eantidad, ete, fue organi- zado y ordenado segin el Numero” (Niebmaeo de Gerasa, T. A.) 5 Moderato de Cadiz (célebre pitagérico y matematieo de la época de Nerén, autor de un tratado que se ha perdido titulnda Escotios pitagdricos, citado por Porfirio, dice: Los pitagéricos llaman “Uno” a Ia idea de iden tidad, de unidad, de igualdad, de concordia y de simpatia en el Mundo, y “Dos” a la idea de “lo otro", discriminacién, desigualdad. 24 BL. NUMERO DE ORO La ciencia moderna acaba de legar a una actitud espiritual andloga al suprimir de nuevo las barreras entre la matematica y 1a 16gica: la teoria de conjuntos, de clases y de relaciones de Cantor- Russell-Whitehead y la Axiomética de Hilbert, son capitulos de una ciencia unica, la nueva “logistica”, cuyos elementos, fichas simbélicas, representan indiferentemente ficciones légicas, niime- os o configuraciones geométricas, Desbrozado asi el terreno, cedo la palabra a Nicémaco de Gerasa, cuyo prefacio de su Introduccién a la Aritmética parecer ahora suficientemente ¢laro: “Los antiguos, que bajo la direccién espiritual de Pitigoras fue- ron los primeros en dar a la ciencia una forma sistematica, han de! nido a Ja filosofia como el amor al Conocimiento.... Las cosas incor. porales —como las cualidades, las configuraciones, 1a igualdad las relaciones, las disposiciones... ., los lugares, los tiempos... son Por esencia inmutables e incambiables, pero pueden participar accidentalmente de Jas vicisitudes de los euerpos a los que son afectados. Y si accidentalmente el Conocimiento se ocupa también de los cuerpos, soportes materiales de las cosas incorporales, es, sin embar- #0, a éstas a las que se aplicaré de un modo mas especial. Pues estas cosas inmateriales, eternas, constituyen la verdadera realidad, Pero lo que esta sujeto a formacién y destruceién.., (la materia, Jos cuerpos) no es actualmente real por esencia "Todo lo que Ja naturaleza ha dispuesto sistematicamente en el Universo parece haber sido, tanto en sus partes como en el con- Junto, determinado y puesto en orden de acuerdo con el Nimero, or la prevision y el pensamiento de Aquel que creé todas las cosas) pues el modelo estaba fijado, como un bosquejo preliminar, por Ja dominacién del Numero preexistente en el espiritu del ‘Dios creador del mundo, numero-idea, puramente inmaterial en. todos sus aspectos y, al mismo tiempo, la verdadera y eterna esencia, de manera que de acuerdo con el Namero, como de conformidad, en un plano artistic, fueron ereadas todas les cosas, y el Tiempo, el movimiento, los cielos, los astros y todos los ciclos de todas lac cosas.” Observemos que Nicémaco de Gerasa no fue ni un fildsofo, ni tun matematieo notable como Eudoxio Diofanto, Bra un profesor ¥ un ensayista pitagérico, a la manera de los horbres mundanee EE __ DEL NUMERO A LA ARMONTA 5 ‘Su gran ideal parecié ser 1a composicién de un tratado de armonia Para una dama patricia a quien dedicé un pequeio manual sobre @l mismc tema (por desgracia ni el tratado grande ni el nombre de Ja dama han Megatio hasta nosotros, pero del manual prepara. torio se ceduce que debfa tener una cultura matematica y musical oo comin). Pero se desprende una cierta grandeza de la grave- dad litirgica con que enuncia en el prefacio de su “iniciacién mate. matica” el artfeulo fundamental del eredo de la Escuela* Después de esta introduccién viene la definicién del nimero Cientifico (Emormiowis éerdude) de que se ocupa especialmente su tratado (volveremos a encontrar mas adelante el niimero “divino”) Dice cue el mimero es: Una multitud limitada™ (hoy dirfamos: conjunto numerable finito) ; es el zooéms propiamente dicho, 0 Una combinacién de ménadas, es decir, de unidades, Citemes aquf un pasaje del contemporaneo de Nicémaco: Ten de Esmirna,"" que glosa este segundo aspecto del niimero: ® La sevta pitagérica primitiva constaba, ademis de Ia secta religiosa, de la Escuela filoséfica y det elub politico. La doctrina religiosa y filosética de Pitigores fue condensada después de su muerte (ocurrida probablemente 4 comienzos del siglo v) en os versiculos déricos del Iéros Logos. Liege de la matanza de Metaponto y la dispersiin de la cofradia ciiliana, los equefios cendictlos reconstituidos en Grecia y en Calabria agrupan dos géneros de adeptos: los mateméticos y los acusmitieos, Estos dltimos se limitaban a transmitir un formalismo ritual que pretendia seguir a la letra todos tos preceptos del Maestro. El giro fanético y puritano de pricticas gue pareces haber degenerado en supersticiones pueriles en los, medios poco cultivadas en que se recluté este avatar democritico de la secta excite J hostilidad y la burla. Los “acusméticos” son, en efceto, ios pitagoricos de quienes se burlaron Tos poctas cémicos. Los acusmaticas redactaron a su manera una especie de catecismo por preguntas y respuestas: los “acus- mata’. Jémblico nos ha transmitido algunos de sus fragmentos sen la compilacién (perdida) de Aristoteles sobre el pitagarieme, 2» Conceptos bisicos: wireBos-magnitud (continua) ios multitud de elementos distintas (hoy decimos “con- junto”) ; vlixov cantidad oo quantum roodens ¥ dubs niimero; ‘nina caudal, Sueesién que fluye, 4 Tedn de Esmima (florecid hacia 125 d, de J.C.) escribié un libro matemitico destinado a facilitar el estudio de los textos de Platén (Expo, 26 EL NUMERO DE ORO “Los pitagérieos consideraban todos los términos de la serie natural de los nlimeros como prineipios, de manera que, por ejem- plo, “tres” (la trfada) es el principio de tres de entre los objetos sensibles, y “cuatro” (la tétrada), el prinelpio de los cuatro, etc...." Es casi heralmente Ja definicin de niimero de Bertrand Russell eomo “clase de clases”. Estas unidades, estas ménadas, pueden ser puntos, y entonces dan nacimiento al mundo a la vex geométrico y algebraico de los niimeros “figurados”, planos (triangulares, cuadrados, pentagona- les, ete.) y sélidos (nimeros piramidales, etibicos, parelelepipe- dos, ete, que los primeros Madeyacizo de la secta pitagdrica estu- diaron ya en Sicilia.” Sea un caudal, una afluencia de ménadas, xocdmrocyya é wowdScov avyrsinsvor. Es esta tercera definicién del nimero, como una serie animada que brota de la ménada (traduccién abstracta de In “turgencia puntual"' © crecimiento geométrico de los niimeros figurados antes mencionados), variantes de la cual se encuentran en los neo-pita- géricos Teén de Esmirna y Moderato de Cadiz, la mas original y la més genuinamente pitagérica. También aparece en nuestros sitio Rerum Mathematicorum ad legendum Platonems utitivm) que ha He gado hasta nosotros, en el cual se encuentran muchas materias tratadas or Nieémaco (los niimeros figurados, por ejemplo). Declara explicita~ mente que su aritméifea esti tomada de la tradicién pitagorica 8 He dicho ya (Estética de las Proporciones) cuanto este estudio de tos niimeros figurados (poligonales, poliédricos, ete.), 0 geometria diferen- cial de los antiguos —que Platén utiliza en el Timeo, el Teéteto, ete, quien, gracias a Nicdmaco y a cu vulgarizador Boecio, goz5 de honores todavia durante la Edad Media y el Renacimiento, y sobre el ctial Descartes me- Git6 serlamente en 10s afios que precedieron a su “iluminaeion" del. 10 de noviembre de 1619—, puede ser preciosa atin en nuestros dias (esti~ io de 10s cuerpos regulares en los espacios de mas de tres dimensiones, teoria de las combinaciones maltiples, etc.) del que yo me he servido para el estudio del crecimiento homotétieo. Nicémaco se ocupa de él con pre- sileccién y enuncia el importante teorema de Hipsietes sobre los gnomones © ctecimientos geométricos de tos nlimeros poligonales erecientes, Speusipo, sobrino de Platén, se sirvié de las obras de Filolao para componer un libre sobre Jos Nimeros Pitagéricos, uno de cuyos. pasaies (conservado) habla de los niimeros piramidales, Los tratados sobre los niimeros figurados de Felipe de Opus (diseipulo de Patan) y de Hipsicles (siglo 1 & de J.C.) se han perdido; pero, afortunadamente, nes ha ile- ado el de Diofanto de Alejandria, DED EEE SLCEEUS|}R’SE S SZ iS Scere DEL NUMERO A LA ARMONTA a dias reencarnada en el niimero-cortadura 0 nmero-segmento de Dedekind. Podemos resumir estas concepeiones sobre los mimeros tanto “divinos" como “cientificos" exponiendo que en el mundo pereep- tible donde sélo Ja estructura, la forma y el ritmo tienen un eardc- ter de realidad, del mismo modo que en el dominio de la Idea Pura, el Numero es la esencia de la Forma, o la Forma por exce- lencia, y ahora podemos pasar al examen de los vinculos’o rela- clones entre los niimeros. Al concepto general de relacién entre dos objetos 0 dos dimen- siones Nicdmaco lo Nama ogiots. La relacién que dice cualitativa, como doble, triple, ete., rola oxiios © razén propiamente dicha (en el sentido moderno de la razén-medida en Algebra y en aritmética, dénde se -rata, por ejemplo, de dos longitudes con respecto a la misma unidad, la razén © es la medida de la magnitud @ si se b toma 1a magnitud b como unidad) es, como lo hemos visto, el “Toges" En Fuclides, cuya teorfa de razones y de proporciones est ba- sada en los trabajos de Eudoxio, diseipulo de Platén, encontramos la rigurosa definicion siguiente: “Razin es la relacién cualitativa en lo que se refiere a la dimen- sidn entre dos magnitudes homogéneas. La proporcién (dvahoyia) es Ja igualdad de razones,” ‘Traducido al élgebra, esto conduee a la ecuactén general de la proporcién geométrica entre cuatro magnitudes “.—£ (propor- x b in distortinua) Esta razén, comparacién de dos magnitudes o de 1os ntimeros coneretos que Ias miden ™, es la proyeccién en el plano matema- ™ Cuando a y b son miimeros eoneretos, ol simbolo “- se puede sustituir b Por su resuliado, el cociente de la operacién aritm 4 ‘a dividido por b”, 5 decir, que la razén —, por ejemplo, es equivalente a 4; la razén— a 1 5 28 EL NUMERO BE ORO tico de Ja operacién elemental del juicio: percepcién exacta de las relaciones entre las cosas 0 las ideas (es una medida, un “peso” ideal). La comparacién entre dos 0 mis razones, y la’ percepeién de su equivalencia, de su armonia, de su “analogia”, operacion ya mas sintética de la inteligencia, que armoniza, que ehlaza diversos juicios © percepciones elementales, tiene también como proyec- cién esquemitica en el plano de Ios ntimeros 1a ecuacién de pro- porcién anterior: = & ’ a Cuando los dos mayores intermediarios b y c son iguales, obte- a a nemos la proporcién “continua” “—°. (Jamblico™ reserva Ia Palabra dvaioyia para esta proporcién continta, y Hama to 2 Ja geométrica “discontinua” de cuatro términos diferentes) De aqui la observacién de Nicémaco de que siendo la razén una relacién entre dos términos, y la proporeién una combinacién 9 correlacién de dos razones por Io menos, se necesita un minima de tres términos para establecer una proporcién Observemos que levando més lejos el “Principio de Bconomia” (Entia non sunt multipticanda) podemos obtener una proporeién yor de modo que 4 y 1,6 serdn, en este caso, “ntimeros-medidas’, razones de luna magnitud medida con la unidad de medida. En este sentido todos lee niimeros sean enteros o fraccionarios rationales, y aiin los inconmensurss bles (aigebraicos como V2 0 trascendentes como x), pueden representar razones, es decir, ser concebidos como nimeros-medidas La gucesion de todos los niimeros “reales” (racionales, algebraicos y trascendentes) entre Oy un ndmero dado a, se puede poner en “correspondencia univoca ¥ rear, boca" con Jos puntos de un segmento de recta si se toma a como medida de este segmento. Hay correlacidn, correspondencia absoluta, entre el cone tinuo de los nimeros-medidas, y el continuo yeamétrico, Los grieyos preferian reservar el nombre de nimercs a los numerables Centeros) y daban a los niimeros-medidas e] apelativo y la forma de sean nes 0 de relaciones. 14 Jénablico frecuentd en Roma los cireulos neoplaténicos y neopitag’- rico del siglo w de nuestra era. Escribié una vida de Pitigores ovata Hegado hasta nosotros, ¥ euyo interés proviene de que utilies, directa o indirectamente, las obras perdidas de Hericlides del Ponto, Aristogenes de Tarento y Timeo de Tauromenio, los tres del siglo w a. de J.C. Times de Tauromenio compuso su trabajo sobre la Sociedad pltagérica, dec, bués de haber investizado en los archivos de las ciudades de Sielia y deta Magna Grecia IEE ESS DEL NUMERO A LA ARMONIA 29 continua partiendo solamente de las dos magnitudes @ ¥ b: su suma, ¢-+ b da la tercera magnitud, y la proporcion mis ceneilln atb_a Gp” 708 G4 inmediatamente la proporcién continua mas a caracteristica (la que los alemanes Haman Die Stetige Proportion, o Propercién continua por excelencia) basada en la razén de le «Secclor, durea”, Traducida al lenguaje vulgar, esta ecuacion dice eye 7azia entre In suma de dos magnitudes consideradas y una de ellas (iz mayor) es igual a la razin entre éstay la otra (la menor).” Aplicada a las longitudes que dividen un segment AC en dos partes A'B y BC por un punto B, de tal modo que SCAB. AB BC correspende a lo que Euclides lama “divisién de una longitud en media y extrema razén”. Tanto geométrica como algebraieamente, es tamb-én la particién asimétrica més “Iégica” y mas importante 2 causa de sus propiedades mateméticas, esteticas, ete.® Esta razén fue lamada divine proporcidn por él monje bolofiés Fray Luca Paccioli di Borgo, que le consagré el magnifico tratado q, Néase en la Estética de tas Proporciones, capitulo 1, un estudio deta- ado en este sentido sobre el “invariante” mis interesanie de los numeres algebraices, Recordaré solamente aqui que si en la proporcién 2+ =f S¢ divides todos os términos por b, se obtiene (reemplazando * por > XOX!=X+1, ceuacién cuyas raices son 14V5 _ tae. y love 2 2 BI valor aumérico de 1a razén 0 “niimero-medida’ . 618. V5 4 p M+). vas, fs la expresién aritmética de Ia seceién aurea o miimero de oro. Siguiendo Ja sugestidn de Sir Th. Cook y Mark Barr (en The Curves of Life, Cons table, edit), 1o he designado por el simbolo #, De la ecuacion anterior se 1 1 deduce no silo B=O+1y¥ B=14-, (r= 2618... =1,018.., a 0,618...), sino en general: ge = 9-14 gn-2 8 decir, que en la “serie " 0 progresién geométrica (0 proporcién con- tinua desatrollada) 1, 6, 2%, @%..., g»..., todo término es igual a la soma 30 EL NUMERO DE oRO Divina Proportione ilustrado por su amigo Leonardo da Vinci. Mas adelante encontraremos nuevamente la divina proporcién. Los griegos, Nicémaco entre otros, escribjan en general una proporcion (no solamente una proporcién geométriea continua sino también las proporciones aritméticas 0 arménicas que encontra- remos mas adelante) bajo la forma de progresién o de serie, es decir, que hablaban de: la proporcién 1, 2, 4, 0: la proporcién 1, 3, 9, 21, BL. Este concepto de proporcién desempeiié un papel dominante en sus especulaciones filoséficas y cientificas. La teoria pitagérica de la armonia musical que es puramente matematica (y que, segiin la opinién general de los antiguos, se debe atribuir al propio Pit. goras) esté fundada en la teorfa de las proporeiones (sus elemen- tos eran las longitudes de los segmentos de las cuerdas sonoras, inversamente proporcionales al ntimero de vibraciones). Igual que con nuestra nueva terminologia russelliana y einsteiniana, la mis- ma frase puede representar indiferentemenie un teorema de geo- metria tensorial, una ecuacién de calculo diferencial absoluto, una ley fisica, una “funcién proposicional” légiea; también en Platon y sus discipulos pitagéricos la misma frase puede leerse como una roposicién de geometria, de miisica, de estética general, de cosmo- gonia o de metafisica; pasan sin esfuerzo de los nimeros cienti- ficos a los ntimeros puros, de la armonia a la inteligencia pura, y reeiprocamente, en torno a los invariantes que jalonan los cami- hos del conocimiento. Pero los invariantes que les eran familiares y que estaban to- davia vives y activos en el pensamiento de Leonardo da Vinci, Shakespeare ", Kepler y Descartes, no son ya los nuestros. Incli- de Jos dos precedentes. Asi esta serie es la tinica progresién geométzica que sea una serie “aditiva en dos tiempos”, pues participa a la vez de le natu raleza de la serie geométrica y de la ‘serie aritmética De agui se deduce que longitudes proporcionales a los términos de esta serie tendrin propiedades geométricas y graficas notables (dos long! tudes cuya razén es @ permiten construir con regla y compas por simples adiciones 0 sustracciones la serie geemétrica entera). ‘There's not the smallest orb tzhich thou behold'st But in his motion Like an angel sings Such harmony i im immortal souls. Et Mexcapen ne Venveta, Acto V, Escena 1 f DEL NUMEHO A LA ARMONIA a nado sobre ellos como sobre bellos cuerpos exénimes tendidos en el marmol, trato de resucitarlos para la comprensién de lo que igue. iQué se me perdonen las repeticiones y 1a monotonia de esta operacién! Platén es probablemente el pensador que mas ha meditado sobre la proporeién y la armonfa, Su jeroglitico sobre el Namero © més bien el Ritmo del Alma del Mundo, cuyo esquema mate- mitico y musical no ha sido rigurosamente reconstituido hasta el siglo xmx (por A. Boeckh, cuyos largos estudios a este respecto comenzaton en 1807) muestra la forma en que la “‘tetractys” pita- g6riea pedia intervenir en los problemas de “armonia general”’ Plator. se ocupé también de modo muy especial (siempre en el Timeo) de las proporeiones entre sélidos, y a ello debemos uno de sus teoremas, Encontraremos sus ideas a este respecto en el capi- tulo tv. Las definiciones que he dado antes convienen a las propor ciones propiamente dichas, o “analogias” del tipo “geométrico”, basadas sobre la igualdad de dos 0 mas razones ", y cuyos elemen” tos son entre s{ como los términos de una progresién geométrica 1A, ERA En una proporcién 6 progresién geométriea continua a, b, ¢, ~ His legs bestrid the ocean; his rear'é arm Crested the world: his voice was propertied As all the tuned spheres, and that to friends; ANTONIO ¥ CLEOPATRA, ‘Acto V, Hscena Il 1 La rexén propiamente dicha ©, 9 némero-medida de una magnitud ° fen funcién de otra (togos), s6lo es un caso particular del concepto de rela- cidn (oxo) entre dos magnitudes de Ta misma especie. Hay otras, por eiemplo, la relacién que los griegos Hamaban “euantitativa” (noah ozsios): fiferir (en mas © en menos) de otra magnitud de una cierta cantidad (es Ja relacién que existe entre los términos de tna serie aritmétiea: , a+ k, @+-2k,...a+nk...), Nioémaco sefiala diez tipos de relaciones funcio- nales de este género entre dos magnitudes ineluyendo las de maltiplo y submiltiple (asociadas @ la nocién de razén simple). Peto en las consi deraciones Je estétien geométrica que seran necesarias en el curso de este libro nos ocuparemos sélo de la razin propiamente dicha 0 nimero- medida =, > | 32 EL NUMERO DE on el término intermediario se Hama media geométrica entre los otros os; es decir, que, si —> (por consiguiente b* = ac), b=-VaE boc es la media geométrica entre a y ¢ Por ejemplo: la progresién geométrica 3, 6, 12, de donde 6*=3 x 12=36. En una proporcién Beométrica de cuatro téminos (del tipo discontinuo 0 separado) <= tenemos dos medias, b y ¢ entre los dos términos extremos boa De este tipo de proporcién (geométrica) me he ocupade en la Estética de las Proporciones y me ocuparé aqui ocasionalmente, ¥ de modo muy especial del ‘tipo continue (que puede ser pro: Tongado en un mimero indefinido de términos, y que reproduce en tal caso la pulsacién de una progresién geométrica de razén constante) de Ja que fluye la semejanza (homotecia) de las figu- Tas en geometria, y Ia analogia de los planos 0 de los volimenes fen arquitectura, Pero, Jo mismo que el concepto griego de razon © telacién numérica es més general que el de razén o niimero- medida propiamente dicho, la nocién de proporcién fue a su ver Seneralizada, y la “analogia” propiamente dicha 0 proporeién goo- ‘métriea no es mis que uno de los diez tipos de “‘correlaciones entre relaciones” tan gratos a Nicdmaco y a Teén de Esmirna, Segiin Nicémaco la proporcién es 1a combinacién de dos 0 més relaciones. No implica necesariamente la igualdad de dos razones intciales, pero puede también considerar entre ellos una diferencia u otro tipo de correlacién o de comparacién, Para todos los tipos de combinaciones de razones (0 de rela- clones) —agrega—, es decir, para todo tipo de proporcién, el me. nor niimero de términos que se pueda emplear es tres, ‘Hemos visto anteriormente el ejemplo del tipo => de ta boc Proporeién geométrica continua (la raz6n entre el primer término ¥ el término medio es igual a la razén entre éste y el termine extremo; b= ae. Ejemplo: 2, 4, 8) Los otros dos tipos usuales de proporciones son: La proporcién aritmética cuyo término medio excede al pri- mero en una cantidad igual a la que éste es excedido por el tltimo, de suerte que (este término medio o media aritmética) es igual a lg DEL NUMERO ALA ARMONIA semisumé de los extremos ¢—b = b —a, o bien, b= 2+" (ejem- 2 plo: 2, 4, 6), y la proporcién arménica (en la que el término me- io exeede al primero en una fraceién de éste igual a la fraccién en que aquel es. sobrepasado por el tiltimo término) : b a=) 4 rien b =—2#¢ c ate Estos tres tipos principales de proporeiones, ya establecidos por los pitagéricos de Sicilia, fueron probablemente transmitidos a Platon per Arguitas de Tarento'* durante su primer viaje a la Magna Grecia. Eudoxio y los discipulos inmediatos de Platén ele- varon este niimero a seis agregandoles los tres tipos “sub-contra- ios”, y les neo-pitagéricos Mionidas y Eufranor inventaron otras cuatro hacia el siglo ra, de J.C. (véase Jamblico, V. P.) elevando asi su niimero total a diez (también hemos encontrado que este niimero fue grato a los pitagéricos en el niimero de los tipos de relaciones) Nicémsco y Teén de Hsmirna emplean un método “logistics” muy elegante para establecer, dadas tres magnitudes, estos diez tipes de proporciones por medio del prineipio de “lo Mismo y lo Otro” y del “Principio de Economia" (he aplicado mas atrés estos misiros principios para establecer ldgicamente la seceién aurea Partiendo simplemente de dos magnitudes). En estos diversos tipos de proporciones como en a proporeian continua geométrica, el tér- mino intermedio se llama media o mediana. Ejemplo: 6, 8, 12. x Basa 0-65 ade 36 (ote nate 4, pga 20, La amiad entre Arquitas y 2atén esté atestiguada por la séptima carta de este dima “Arauits fue el primero que tel oftialmente del foeoro potions de ta duplicaciin del cubo (Diogenes Loereo), gue no es ino tm caso parti= ular del problema de intercalar dos medias geométrias entre dos némeros slidos” © volimenes. Platin eheontrd sna solueiin, (mecinica) Gel Pres blema y también es el autor de un teorema sobre Ins Telacones entre veld meres que encontraromos tn otto capitulo % "Ambos ctan como inspirador del método a Eratéstenes (276-194 a de J.C), conservator de la famosa Biblioteca de Alejandeia, y autor de un Platdniexs 0 comentario matematico sobre el Times. Nicémaco thee este tespecto; “El principio que gobierna estas cuestiones (de. propor hes)... puede demostrar que todas las eepecies tompleles fe designe side It aides tan eps pueden acre Se aa emo de una madre y de una rales 1 34 EL NUMERO DE ORO Armonizar 0 llenar el intervalo entre dos términos dados consis- te en encontrar la media que dé nacimiento a la proporeién, Platon aplica indiferentemente estas expresiones a proporciones del dom. nio de la matematica, de la miisica, de la cosmogonia. El “problema arménico” general consiste (Republica) en poner en proporcin los intervalos por medio de términos que se den en razones defi- nidas con los términos iniciales, a fin de obtener la consonancia (owgevia) 0 acorde de los intervalos.®” Intercalar el término me- dio en un silogismo, montar una cadena de silogismos en “sorites” y tender asi un puente entre dos islotes de consonancia, relacionar Por el destello de la metéfora precisa dos imagenes que se barian en las olas del ritmo prosédico, juntar por la euritmia basada en Ja analogia de las formas las superficies y los vollimenes arquitec. ténleos, como lo dice el mismo Platén en el Teéteto y el Timeo, y como lo detalla muy claramente Vitruvio..., todas estas opera- clones son paralelas, “andlogas” a la creacién de la armonia musi. cal que los pitagéricos toman preferentemente como modelo o como ¥ Teén: “Lomaremes ast tres magnitudes y las proporciones que resi den en clas, intercambiaremos los términos, y temostraremos qu ted la matemiética esté constituids por las proporeiones entre cantidades y ave sa grigen y sus elementos se resumen en la esencia de la proporcion trie avadorlas pine). Fe aqut estos diez tipos de proporciones escrito bajo la forma de igual- Gades, con ejemplos numéricas correspondientes, bee a2.3) =£ age e—b b § > OHH 28.2 pay bee O36 S86 6, S-£ ny (8, 5, 6) is (4, 6 7) 3 49) a5, er wm comme método combinatorio fundado sobre cierto grupo de transfor- por ge ae 18 iualdadinicial emplen Nicomaco para Seen ee iti © “TIRES funcionales” Craaones lato tenend See eeeE magni tudes, 22 En ta teorta griega de | r et iega de la armonia musical, el intorvato es el con ‘Risto formado por dos Tonos y in racbn que ioe weet tare intervalo DEL NUMERO A LA ARMONIA 35 ejemplo. ¥ en el capitulo ya mencionado en que el Timeo trata del Ritmo del Alma del Mundo, Platén emplea el doble-tetracto musical de los pitagéricos, Q4+34547 + @+44+648) 36, Suma de Tos cuatro primeros nimeros pares y de los cuatro pri- eros impares, como cuadro para establecer la séptupla gama celeste *t cuyes tonos permitian orquestar la armonia de las Esferas. Ignoramos si Nicémaco y los demis neo-pitagéricos poseian ln clave del jeroglifico de Platén. Su explicacién completa no se en. cuentra en ninguno de los comentarios sobre el Timeo que han le. gado hasta nesotros, y, como he dicho antes, ha sido recientemente descifrado por los comentadores modernos, Pero la influencia en el pensamiento europeo de este pasaje y de los que exponen respec- tivamente la correlacién, entre el Ritmo del Alma del Mundo y el del alma del hombre, y la importancia morfoldgica de los cinco Poliedros regulares, fue inmensa* tanto en la filosofia (teoria del 8, en este ease, poner entre dos tonos otros unidos a les dos primeros por Fazones sencillas tales que del nuevo intervalo comprendide entre Hoe consecutivos resulte el acorde 0 consonancia (sinfonia) de los intervalen {Los tonos estén simbolizades. por los dos términos numéricos, que. cnet: dran el intervalo, los cuales no son proporeionales al mimnero de Ins vibra clones como er Ta teorla arménica moderne, sino a 1a Tongitud de las euerdas vibrantes (inversamente proporcianales al nimero de vibraciones), Jo que en ambos casos da para los intervalos de la gama diatiniea lag 23 razones muy sexcillas 2, 3, ete V2 21 Une primero en uma progresién compleja (1, 2 3, 4, 9, 8, 27) dos rogresiones geométricas (1, 2, 4, 8 y 1, 3, 9, 27), luego llena con dos Fepeticiones todes los intervalos con medias aritméticas y arménicas, obte- niendo finalmente una escala musical de 96 términos y 35 tonos y “leimmas” en luger de los 5 tonos y de los 2 “eimmas” de la gama clasica. Quienes se interesen por los detalles completos de esta “armonizacién” 0 ajuste de proporciones del Ritmo del Alma del Mundo, los eneontraran en Ia erudita introduccién a 1a edicién del Time publicada bajo los auspicios fe la Asociacién Guillaume Budé (Coleceién de las Universidades de Fran- sociedad de ediciin “Les Belles Lettres Los comentarios de Plutarco sobre el Timeo (De Animae Procrea~ Hone in Timaeo), de Calcidio y de Procio han liegado hasta nosotros, pero entre los autores que se han perdido podemos citar a Jenécrates, Eratie, tenes, Crantor, Fudoro, Clearco, Teodoro, Panecio, Adrasto y Pasidonio de Apamea. Teén y Niedmaco declaran que sus tratados son’ especialmente ‘Whtes para estudiar 1a matemiitica necesaria para comprender a Platon

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