Rubén Dario
Retratos y figuras
COLECCION “LA EXPRESION AMERICANA”EL TALENTO DE LOS NEGROS
ACABO DE DEJAR de la mano un libro curiosisimo y
raro. El craca de la literatura de los negros. La erudicién
es mucha y el estilo es agradable, El autor cs un religio-
so. Un obispo. En su libro se encuentra consagracién de
caridad y don de elocuencia. Y detalles que de cierto
seran geatos 2 mis lectores.
Ved, agui primero, las dedicatorias de este libro:
«A, todos los hombres valerosos que han defendido
la causa de los desgraciados negros y mestizos, sea en sus
libros, sea en sus discursos, pronunciados cn las
asambleas politicas, en las sociedades creadas para la
aboliciéa de la esclavitud, el alivio y la libertad del
esclavo».
Y sigue todo un largo rosario de nombres: italianos,
holandeses, americanos, franceses, alemanes, daneses,
suecos, de negros y mestizos y un solo espafiol
—Avendafio— y ningtin portugués, defensores todos
del esclavo.
Luego, este santo y afable obispo afiade: «no debe
extrafiar que ningun escritor espafiel ni portugués —-a
excepcidn de este Avendafio— se preocupase en aquella
época —hay que observar que el libro estd impreso en
1808— de demostraz que el negro pertenece por
derecho propio a la gran familia de la raza humana y co-
mo taf tiene en ella que Henar ciertos deberes, ampara-
do, por lo tanto, en todos sus derechos».
Ai revés del espafiol Avendafo, hubo por aquella
€poca un portugués, J. d’Acumba de Azevedo Cou-
tinho, que desnaturalizando las Santas Escrituras, pre-
83tendi6 justificar la esclavicud en los paises coloniales,
tan diferentes de aquella apacible domesticidad que
existid en ticmpos lejanos en el pucblo hebreo. Lo mis-
mo ocuttid a ciertos librejos de Harris y de Grabowski,
que igualmence invocaban la Bibta, el primero en
Inglaterra, para justificar y legitimar, a su modo, la
esclavitud colonial; el otro en Polonia, para remachar el
pesado hierro que amargaba al campesino en esta co-
marca.
Pero mientras tanto el piadoso y «caricativo» abate
Miguel Karpowitz en sus setmones y José Panlikowski
en sus libros, proclamaban y reivindicaban para todos la
igualdad ante la ley.
Desde lucgo, los amigos y partidarios de la esclavi-
tud han sido, necesariamentce, los enemigos de la huma-
nidad, y por esto la religign de Cristo, campo de
inmensos y positivos goces. la religidn que enjuga las
lagrimas y cuya diestra siempre sc alarga a esparcir bie-
nandanzas, esta religion, digo, se coloco siempre con
bandera de paz y concordia entre amo y esclavo, para
endulzar los signas de la autoridad,; para facilicar y sua-
vizar ef yugo de la obediencia.
Mas no por falra de aucores espafioles y lusitanos,
segiia el auror de este libro, ¢l pueblo de Iberia fue malo
con sus esclavos, a quienes traté sicmpre como herma-
nos «de ocro color»; muy al contrario, y de cllo respon-
deran las antiguas colonias hispanoamericanas y el cada
vez mds floreciente antiguo imperio del Brasil; otros
pueblos hoy influyences y poderosos fueron peores; y
hoy mismo tal vez lo sean, que Bélgica cn Africa, Ale-
mania, aqui y all4; los Estados Unidos en aquellas re-
puiblicas sudamericanas donde ejercen predominio;
Inglaterra por el mundo entero, cambiaron la forma de
84esclavitud; pero la esclavitud existe hoy realmente y
acaso con cacdcter mas grave y crucl, de mds refinada
crueidad, porque el alcohol bajo diferences formas y cn
diferentes nombres, hace horrores en Africa y América,
y no sélo en la raza negra, sino en nuestra raza, en csa
otra esclavitud moderna que los ambiciosos de la tierra
anglosajona impenen al esclavo moderno.
Ciertos prejuicios sobre ia inceligencia de los negros
distan muy mucho de la realidad. Y de esto uno de los
primitivos escablecimientos de cnsefianza de cierta so-
ciedad de educacién creada hace mds de un siglo en
Clapham, cerca de Londres, nos da noticias muy intere-
santes. De ella se infiere que entre individuos de una y
otra raza, 00 hay mds diferencia que la del color. Aqui
en Paris, en el colegio de fa Marche, el cotejo de los re-
sultados es el mismo. Brissoc, director de la escuela de
negros de Filadelfia y en otro centro decente de Bos-
con, los resultados son idénticos y Ramsay, Hawker,
Beckfrit, Skipowcts, pretenden hasta la supremacia de
los negros sobre los blancos, en todos los ramos del ser
humang. Yo creo que en esto hay cxageracién; pero
proporcionalmente, y silos medios de ensefianza fueran
los mismos, si tenemos en cuenta e! mismo mimero de
negros instruidos: obispos, abogados, predicadores y
profesores, y de esto puede servir de dato importante el
nimero de eminencias que se sefialaron en las universi-
dades y seminarios de Lisboa, Rio de Janeiro y otras po-
sesiones portuguesas, el aserto no cs tan dudoso.
Sobre todo jos negros de Abisinia y Guinea poseen
un espiritu vivo y penetrante, son de sano juicio y estan
llenos de gusto y delicadeza.
La brucalidad de los negros es relativa y casi siempre
no es sino el resultado de la opresidn y de la miseria. El
85mismo Clenaid, que es el primero que hablé de esta
bruralidad, reconoce sus aptitudes.
Ensefio —dice— literatura a mis esclavos negtos,
entre ¢lios hallaré mi Diplilus como Craso, mi Titén co-
mo Cicerén, ya escriben bien, y empiezan a conocer el
latin; cl mas inteligeate de ellos me lee admirablemente
2 la hora de las comidas».
Las desdichas del negro le hacen filésofo, Bryan-
Edwards nos dice que un esclavo dormido fue desperta-
do por ef amo: «No oyes a tu amo que te llama?» El
pobre negro abrié, los ojos, pero les cerré enseguida,
respondiendo: «El sucho no tiene amo».
La inteligencia para los negocios, como su fidelidad
y virtudes domésticas son bien conocidas, Niebuhr
habla de Fashan, gobernador de Loheia. Kislar Aga es
mencionado por todos los historiadores de su época co-
mo sabio profundo de Turguia; Stedman conocié a un
negro que recitaba el Cord de memoria, el hijo del rey
de Nimbana, que vino a Inglaterra a seguir sus estudios,
aprendié el hebree con el solo objeto de leer el original
de la Biblia, Labat asegura que son naruralmente elo-
cuentes; Stedman les concede genio poético y musical, y
asi como Francia, Italia y Espafia tuvieron sus trova-
dores, Inglaterra sus troveros, Alemania sus minne singer,
y Escocia sus menestrales; los negros tuvieron sus griofes
y las mujeres de éstos se llamaban griotas. Y bailaban en
Egipto y actuaban de bayaderas en Ja India, pero estos
griotes, fueron los antecesores de Malherbe, Corneille,
Racine, Shakespeare, Poper, Gesner, Klopstok, cte.:
porque en todo tiempo el genio ha sido fa llama oculta
en el pedruzco, que al chocar en ¢l aceto resplandece.
Seguin Pratt, el jornalezo negro de Holanda, Patt es
el padre de la poesia elegiaca en ese pais; y Beronieus,
86obrero formista, fue tan gran poeta, que en ja edicién
hecha en Meddienburgo de sus obras, se le represenca
coronado de laureles por el dios Apolo; Greenstad, sir-
vienta de Maidstone, y una lechera de Bristol, Ana
Jearslcy, fueron excelentes poetisas; las desgracias de su
taza fueron sus mejores versos. Toderini al publicar sus
tres vohimenes sobre la literatura turca en 1787,
asombr6 al mundo haciendo saber que Constantinopla
poseia trece bibliotecas; pero la sorpresa grande fue que
la mayoria de sus obras cstaban compuestas por negros
y mulatos, Entre estos puedo citar a Castaing, Barbaud-
Royer, Boisrond, Millent, Juliano Raymond, codos
mulatos, y la negra Belinda y el negro César, que sus
poesfas fueron cantos populares, y cien mds cuyos
nombres se ignoran. Los escritores negtos son més
numerosos,
Anjbal el negro, cuya educacién fue cultivada al cui-
dado del zar Pedro I de Rusia, fue teniente general y
escribié libros de ingenieria, sicndo condecorado con el
Cordén Rojo de la orden de San Alejandro Newski.
Antonio Guillermo Amo, originario de Guinea, fue
esclavo en Amsterdam del duque Brunswick-Woffem-
harel; estudié cn la universidades de Sajonia y Wittem-
berg, fue astrénomo y hablaba latin, griego, hebreo,
francés, holandés y¥ alemin; publicé numerosas obras
filos6ficas, y el rector de la universidad de Wittenberg
lo Hamé en cierta ocasién sir nobillissime et clarissime.
Laciuz-Gabay eta filipino; fue uno de los que dio su
nombre a la isla de negros de aquel archipiélago; pedgrafo,
publicd mapas, y esctitor, hizo un diccionario tagalo.
Lislet Geoffroy, oficial de ingenieros, hizo observa-
ctones meteoroldgicas, autor de los mapas de la isla de
Francia y de la Reumién. Por sus descripciones se ve en
87él a la persona versada cn botanica, fisica, geogratia
y astronomia.
Jacobo Dalsam, esclavo en Filadelfia, fue uno de los
médicos mds notables de Nueva York. Escribid sobre
medicina.
Tomas Fuller, africano, sin saber leer mi escribir po-
seia una facilidad maravillosa sobre los calculos mas
dificiles,
Benjamin Bannaker, negro de Maryland, notable
astrdnomo, autor de varios almanaques en los cuales se
calcula y se presencan los diversos aspectos de los piane-
tas y los movimientos del Sol y de la Luna.
Othello publicé en 1788, en Baltimore, un Ensayo
contra la esclavitud de los negros, Meno de clocuencia.
Ottobah Cugoano, autor de un libro en inglés, tra-
ducido mas carde al francés, titulado Reflexiones sobre la
trata y esclavitud de los negros.
Jacobo Capitain, pintor, sabia latin, hcbreo, griego
y caldeo. En la universidad de Leyde estudid reologia y
otras ciencias sagtadas. Como poeta escribié varias ele-
gias en ardientes versos latinos.
Francis Williams, delicado poeta, escribié diferentes
trabajos en latin y cn griego.
Gustavo Vassa, escribidé en prosa y en verso; fue
bibliotecario del emperador Francisco I, y el estilo de
sus obras determina la crudeza de cardcter de un
hombre sujeto a la misma nacuraleza, como el de Daniel
de Foe en Robinson Crusoe. Publicé un libro muy curiosa
sobre las supersticiones y costumbres de su pais, relacio-
nandolas con las de los paises que recorrid: Canadd, Es-
pafia, Portugal, Italia, Turqtia, Groenlandia y las
Antillas. Escribfa admirablemente en inglés, cn cuyo
idioma hizo excelentes poemas.
88Sancho, ast llamado por el parecido de cardcter que
ic asimilaba al escudero de Don Quijote, escribié en len-
gua inglesz y en genero epistolar dos volkimenes, mas
tarde reimpresos con noticias de su vida, su retrato pin-
tado por Gainsborough y grabado por Bartolozzi.
Antes de terminar este articulo he de habjaros aun
de la negra Filis Wheatley, poetisa de dulces costumbres
y sensibilidad exquisita. Apasionada por la iectura,
aprendis el lacin leyendo la Biblia. A los diecinueve aiios
publicé un volumen de poesias dei que se han hecho di-
versas ediciones en Inglaterra y en los Estados Unidos.
Los asuntos que tratan son casi siempre religiosos o
morales y respiran una melancolia sentimental tan
extrema que encanta su lectura.
Para que el lector tenga una idea de esta admirable
poctisa, traduzco esta composicion:
Himno a la mafana
Secundad mis esfuerzos, remplad mi lira, inspirad mis cancio-
nes, ninfas veneradas del Parnaso. Derramad sobre mis versos
vuescra dufzura maravillosa, que voy a cantar la aurora.
Salud alba del dia; una decoracién majestuosa y matizada de mil
colores anuncia tu marcha bajo la boveda etérea; la luz se despierta;
sus rayos s¢ amparan del espacio; el céfiro juguetea sobre el follajc;
los pdjaros lanzan sus miradas vivas, agitan sus alas esmaltadas y re-
comicnzan sus armoniesos conciercos.
Verdosos bosquecillos, extended vuestras ramas, prestad al
pocta vuestras sombras solitarias para proregerle concra los rayos
del sol. Caliope, haz resonar tu lira, mientras que tus amables her-
manas atizan ¢e1 fuego del genio. Las cipulas de verdor, los vienros
frescos, el espectaculo de los cielos hacen atluir todos Los placeres
de miaima. Por Oriente avanza con pompa el dominador del dia, a
su resplandor las sombtas huyen; pero ya sus fuegos abrazan el
horizonte, agotan mi voz, y mis cancicos s¢ callan forzosamente en
sus comienzos,Esto es una muestra tomada al azar de esta gentil y
suave poetisa, Todo no €s sino un compendio de este
libro curiosisimo y raro, lleno de uncién cristiana y fit-
mado por un autor religioso.
Nigra sum sed formosa, La masa de los morenos debia
set la reina de Saba. En 1a Bibiia se concentran las Mil y
una noches.
iY qué Califa, Salomén!
Paris, diciembre de 1912.
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