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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD CATOLICA CECILIO ACOSTA


FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL
MENCIÓN: DESARROLLO SOCIAL
ASIGNATURA: SEMIÒTICA DE LA COMUNICACIÓN

DIFERENTES TIPOS DE LENGUAJE Y MODELOS SEMIÒTICOS DE


UMBERTO ECO Y ROLAND BARTHES

PRESENTADO POR:

DOUGLAS GONZALEZ
C.I: 10.084-740

PROFESOR: RADAMES LARRAZABAL

SECCIÓN: N-1

MARACAIBO, MAYO DE 2010


EL CÓDIGO LINGÜÍSTICO
Cuando nos comunicamos utilizamos un código; es decir, un conjunto de
elementos que se combinan siguiendo ciertas reglas para dar a conocer algo.
Las sociedades humanas se caracterizan principalmente porque, valiéndose de
unidades sonoras significativas, logran comunicarse a través del código más
complejo: las lenguas humanas o códigos lingüísticos.
El código lingüístico es el conjunto de unidades de toda lengua que se combina
de acuerdo con ciertas reglas y permite la elaboración de mensajes. Las
diversas comunidades humanas del mundo han organizado sus propias
lenguas utilizando sonidos articulados que se asocian a distintos significados.
El emisor y el receptor deben utilizar el mismo código para que la comunicación
sea posible. Aunque todos los otros elementos del circuito comunicativo
funcionen adecuadamente, la comunicación no tendrá éxito si es que emisor y
receptor no comparten el mismo código.
En la redacción de un periódico encontramos estilos lingüísticos muy
diferentes según el tipo de escrito. El lenguaje es el principal instrumento que
tiene el periodista para expresarse. De aquí se deriva la importancia no sólo de
decir las cosas sino de contarlas de una determinada forma. La mejor noticia
puede resultar incomprensible si no se redacta correctamente. Actualmente
casi todos los medios de comunicación disponen manuales para establecer las
normas internas para elaborar las noticias.

EJEMPLO: Un ejemplo de código lingüístico gestual es el lenguaje de los


sordomudos. Cuando observamos las noticias en la televisión sale en la parte
inferior derecha un traductor de señas para los sordos mudos.

Códigos Paralingüísticos

Los Códigos Paralingüísticos se caracterizan por el conjunto de signos no

verbales que acompañan la comunicación lingüística y que complementan la

comunicación, especialmente la interpersonal, como los gestos del rostro y

ademanes corporales.

Los códigos paralingüísticos son considerados el principal vehículo para la

comunicación emocional.
Ejemplos:

La clave Morse es un ejemplo del lenguaje paralingüístico, se usaban para

enviar información en la primera guerra mundial, desde los campos de batallas

hasta barcos, submarinos y ciudades.

En este sentido decimos que se refiere a sistemas o conjuntos de signos que


aunque no se identifican con el lenguaje están próximos a él, al cual apoyan,
complementan o sustituyen en los procesos de la comunicación. Cuando nos
comunicamos intervienen una serie de gestos o actitudes corporales que
emiten mensajes, muchas veces enfatizan lo que estamos diciendo, sustituyen
por completo las palabras o en otros casos desmienten nuestro mensaje verbal
y es a esto que llamamos códigos paralingüísticos.

Código Extralingüístico.

El código extralingüístico se refriere al conjunto organizado de signos, el cual

mantienen autonomía funcional con respecto al lenguaje, a pesar de que se

emplea combinatoriamente con los signos lingüísticos. (Guiraud, 1960).

El código Extralingüístico se caracteriza por su autonomía funcional con

respecto al lenguaje y con la falta de relaciones directas de re codificación

sustitución o auxiliar dad con el mismo.

En éste sentido muchos códigos lingüísticos se pueden emplear

combinadamente con signos lingüísticos. Los códigos extralingüísticos pueden

ser significantes tanto para el hablante como para el oyente, o sólo para uno de

ellos.
Ejemplo:

Cuando preguntamos ¿Qué hora es? Durante una conferencia, se interpreta


como “Estoy aburrido, ¿falta mucho para que termine?”

Modelo Semiótico de Umberto Eco

Las reflexiones sobre los signos y sus modos de funcionamiento en el mundo


social, desde su nacimiento hasta mediados de la década del ’60, carecieron
de argumentos y estrategias metodológicas precisas. Esta apreciación surge
tras una rápida recorrida por la historia de esta disciplina. Y es pertinente a
pesar de los esfuerzos desplegados desde la primera década del s. XX por el
ginebrino Ferdinand de Saussure, cuando propuso en su Curso de Lingüística
General una ciencia que estudia la vida de los signos en la sociedad. A pesar,
también, del manto estructuralista que cubrió el período 1945/1965, bajo la
presencia dominante del antropólogo Lévi-Strauss. Finalmente, a pesar de la
sistematización de Roland Barthes, expuesta Elementos de Semiología (1964).
Estos y otros pensadores propusieron pasos decisivos para su constitución; sin
embargo, no existe la menor duda de que uno de los más exitosos en
semejante pretensión ha sido el académico italiano Umberto Eco.

La cultura como proceso de comunicación

Este intelectual contemporáneo escribió un texto fundamental para una


disciplina que en opinión de sus practicantes se encontraba en construcción.
Un texto “casi” incuestionable hasta mediados de la década del ’70. Su título:
La Estructura Ausente. Introducción a la semiótica (1968) (de ahora en
adelante, LEA). Los objetivos de su autor: i) la institucionalización de un campo
del saber (la semiótica), ii) la construcción de una persuasiva sistematización
teórica (a partir de la combinación de teorías y conceptos lingüístico-
semióticos, filosóficos y antroposociológicos, entre otros), iii) una recuperación
de la antropología levistraussiana a partir de la crítica de su estructuralismo
ontológico y la apropiación de las imágenes de la cultura como proceso de
comunicación, y iv) la aplicación sistemática de modelos analógicos para la
comprensión de fenómenos socioculturales (la “obra de arte” como recurso
epistemológico). Finalmente, Eco asume la impronta de Barthes: la semiología
política: una apuesta desde la izquierda progresista para que se “haga nuestra
voluntad” y no la deseada por capitalismo, los medios de comunicación o los
factores estructurantes del sentido y de la acción social.

Desde las primeras páginas de LEA, Eco muestra el estado del arte de aquello
que denomina el campo semiótico a mediados de los sesentas. Una disciplina
que se encontraba en “vías de difusión y definición” (Eco, [1968]1989:23) y que
recurre permanentemente a sus dos padres fundadores (Saussure y Peirce)
para avanzar en la precisión de sus límites. Y en una síntesis digna de
imitación, detalla un conjunto de investigaciones que incluyen desde “los
sistemas de comunicación más ‘naturales’ y ‘espontáneos’ -menos ‘culturales’-,
hasta los procesos culturales más complejos” (Eco, [1968]1989:12).
Este relevamiento le permite a Eco determinar a aquello que denomina los
umbrales la semiótica. El primero, umbral inferior, refiere a todas aquellos
áreas del conocimiento que decididamente no se constituyen a partir de la
noción de sentido. Y menciona: los estudios neuro-fisiológicos sobre
fenómenos sensoriales, las investigaciones cibernéticas aplicadas a los
organismos vivientes, las investigaciones genéticas -en las que también se
utilizan los términos “código” y “mensaje”-. Y la razón es simple: se encuentran
en el universo del pasaje de señales. En cuanto al segundo, umbral superior,
está representado por los estudios que refieren a todos los procesos culturales
como procesos de comunicación (“aquellos en los que entran en juego agentes
humanos que se ponen en contacto sirviéndose de convenciones sociales”).

Ahora bien, Eco se manifiesta realmente preocupado por determinar el umbral


superior, por “el linde entre aquellos fenómenos culturales que sin lugar a
dudas son signos (por ejemplo las palabras) y aquellos fenómenos culturales
que parecen tener otras funciones no comunicativas (por ejemplo, un
automóvil, sirve para transportar y no para comunicar). Pues entiende que si no
se resuelve este problema “ni siquiera podemos aceptar la definición de la
semiótica como disciplina que estudia todos los fenómenos culturales como
procesos de comunicación” (Eco, [1968]1989:26 y ss.).

Y su interés en resolver las cuestiones de frontera, esconde una disputa


anterior: la protagonizada por Barthes (y su semiología de la connotación)
contra Luis Prieto y Georges Mounin, entre otros (partidarios de una semiología
de la comunicación). De esta manera, Eco ingresa al conflicto decidido a
manifestar su apoyo a la posición barthesiana, aunque para ello deba realizar
un gran esfuerzo silogístico, de pruebas y contrapruebas. Sólo reconociendo
esta diferencia epistémica -y en el fondo política-, se pueden comprender las
famosas dos hipótesis sobre las que se asienta la siguiente conclusión: “la
semiótica estudia todos los procesos culturales como procesos de
comunicación; tiende a demostrar que bajo los procesos culturales hay unos
sistemas; la dialéctica entre sistema y proceso nos lleva a afirmar la dialéctica
entre código y mensaje” (Eco [1968]1989:33

El modelo de comunicación: elementos y funcionamiento

A los efectos de una divulgación pedagógica, esta propuesta será expuesta a

partir de las siguientes dimensiones: i) una descripción sucinta de sus

elementos, ii) la dinámica de su funcionamiento y, finalmente iii) las ventajas y

desventajas como modelo explicativo. Sin embargo, es oportuno señalar -tal

como consignará en parágrafos posteriores- que este “Modelo de

descodificación…” fue adoptado por la comunidad de semiólogos de

orientación estructuralista debido a sus bondades respecto de otros circulantes


en su momento. Aceptación y vigencia sostenida hasta principios de la década

del ’70, cuando diversos intelectuales producen en forma explícita y simultánea,

el cuestionamiento al estructuralismo levistraussiano y las lingüísticas

saussureana y estructuralistas. En este sentido, es importante destacar que el

mismo Umberto Eco, en tanto intelectual crítico con capacidad de autocrítica,

participó activamente de las discusiones, reconoció las limitaciones de su

modelo y fue capaz de elaborar hacia mediados de los años setentas, una

propuesta cualitativamente diferente.

Roland Barthes
Luego de leer y analizar los modelos de la semiología se logra distinguir que
Roland Barthes asume que los elementos se restringen a únicamente 4
dicotomías las cuales son:
1. LENGUA Y HABLA
2. SIGNIFICADO Y SIGNIFICANTE
3. SINTAGMA Y SISTEMA
4. DENOTACION Y CONNOTACIÓN
Por lo leído en todas las explicaciones de cada una de las dicotomías se afirma
que Barthes las adopta de Saussure ya que de alguna manera u otra es
mencionado el conocimiento de Saussure en ellas y al parecer Barthes tiene
alguna admiración por el anterior… pero bueno prosigamos a lo importante que
son las dicotomías..
Barthes en los elementos desarrolla una expansión del significante y plantea
una idea de proponer el signo semiológico… un signo social aplicado a
estructuras sociales…cada una de las dicotomías que cuentan con este
paralelismo otorga ejemplos de la misma sociedad.

LENGUA Y HABLA
La primera tarea que se explica es delimitar y desarrollar un concepto de
LENGUAJE y posteriormente el de LENGUA Y HABLA, sin embargo esto lo
menciona Saussure y no Barthes, por lo que el término de LENGUAJE
concluye como un conjunto de signos articulados y a través de esos signos
articulados se comunican las personas, un conjunto sistemático de signos que
permiten las comunicaciones como actividad del lenguaje entre la misma
sociedad.
La Lengua la propone como una parte de este Lenguaje, pero esa parte es
ESCENCIAL y un resultado social de la capacidad del lenguaje y un conjunto
de elementos necesarios que adopta la sociedad para que los individuos
puedan ejercer esa capacidad de comunicarse.
El Habla por el contrario es un acto persona e individual, sin omitir de elección
propia e inteligencia. Dentro de esta Habla, se distinguen dos cosas, las
combinaciones por las que se usa un código de la lengua y el mecanismo que
permite comunicar estas combinaciones.

Fue Roland Barthes y Christian Katz quienes inspirados en el modelo del


estructuralismo lingüístico comenzaron en la década de los sesentas un
análisis semiótico más a fondo sobre los medios de comunicación de masas y
diversas facetas de la vida cotidiana.

Ellos analizaban los lenguajes de la moda, la publicidad y los espectáculos.


Roland Barthes creó una nueva teoría sobre los
fundamentos de Saussure y transformó la relación entre el significado y
significante en la creación de los mitos en la vida social. Los llamó forma y
sentido y al resultado final la significación. Barthes cita en Mitologías: "El
desarrollo de la publicidad, de la prensa, de la radio, de la imagen, sin hablar
de la supervivencia de una infinidad de ritos comunicativos
(ritos de la apariencia social) hace más urgente que
nunca la constitución de una ciencia semiológica.

¿Cuántos campos realmente insignificantes recorremos en


un día? Pocos, ninguno tal vez. Estoy frente al mar; es indudable que, en sí
mismo, no me transmite ningún mensaje. Pero ¡cuánto material semiológico en
la playa! Banderines, inscripciones, carteles, vestimentas, hasta un bronceado,
todo me envía
mensajes". Con esta cita podemos darnos cuenta de lo que propone Barthes,
todo mensaje contiene un concepto o forma que es la simple representación
del mensaje; por ejemplo los signos lingüísticos como las letras o las frases, las
imágenes, las fotos o un cuadro. Se convierte en mito cuando le damos un
sentido, cuando tratamos de simbolizar lo que vemos y descifrar el mensaje o
más bien el meta mensaje que quiere significarnos.

Con esta muy breve explicación podemos ya hacer una relación y


ejemplificación así como una analogía entre la semiótica y los mensajes que
nos transmiten diariamente los medios de comunicación audio, visuales o
impresos.

La política como toda forma de actividad social está expuesta a ser analizada
semióticamente y eso fue lo que sucedió en varios artículos impresos editados
en plena campaña electoral presidencial como fue en el caso de la Revista
Proceso y muchas otras ediciones de giro político y económico.

Es por eso que la semiótica juega un papel tan importante, ya que permite
profundizar y escarbar unos centímetros más en los mensajes que nos son
dados continuamente, tratar de percibir esa manipulación y alternar por la
mejor opción. Si la comunicación y la política estarán siempre íntimamente
ligadas es menester de cada uno de nosotros segmentar y jerarquizar los
signos que recibimos y tratar de formar una conciencia en este mundo de
mitos.

En la actualidad nos encontramos totalmente inmersos en los mensajes, signos


y símbolos y sus diferentes inclinaciones. Es necesario fomentar en nosotros
mismos una cultura crítica y constructiva para así tratar de decodificar
parcialmente lo que se nos quiere decir realmente.

Bibliografía

Bernstein, Basil 1971. Class, Codes and Control. Volume 1: Theoretical studies
towards a sociology of language. London: Routledge & Kegan Paul

Fawcett, Robin P. 1980. Cognitive Linguistics and Social Interaction. Towards


an integrated model of a systemic functional grammar and the other
components of a communicating mind. Heidelberg: Julius Groos Verlag
and Exeter University.

www.semioticaunica.blogspot.com

María Teresa Palau. Introducción a la Semiótica. México 2002

Fernando Carlos Vevia Romero - 2000 - Introducción a la semiótica

Jean-Marie Klinkenberg- Manual de Semiótica general - Página 221

Las tres "T" de la comunicación en Venezuela Televisión, teoría y


Televidentes - Página 105

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