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PLURALISMO RELIGIOSO
AUTOIDENTIFICACIN RELIGIOSA
1965
2007
DE LOS ESPAOLES
Fuente: Demoscopia
Catlicos practicantes
Catlicos no practicantes
Pertenecientes a otra religin
Indiferentes
No creyentes (ateos e indiferentes)
NS/NC
83
15
0
2
0
36,3
37,5
4,5
10,8
9,7
1,8
El testimonio silencioso
Notemos que Jess no dice que debemos ser la luz del mundo, sino
que somos la luz del mundo. Esto me parece importante para evitar una
concepcin activista de la evangelizacin. El testimonio no es
primariamente una cuestin de obrar, sino una cuestin de ser. Si una
comunidad cristiana es verdaderamente tal, se convierte sin ms en anuncio
del Evangelio; si un cristiano lo es realmente, ejerce sin ms una atraccin
sobre los dems. O, como deca Bergson, los santos no tienen necesidad de
exhortar; les basta existir; su existencia es una exhortacin.
Dentro de esta tradicin, para que la Iglesia lleve a cabo la misin que
le ha sido encomendada anunciar y extender el Reino de Dios lo nico
decisivo es que en ella se haga presente la escatopraxis (la praxis del final
de los tiempos); es decir, una alternativa radical de vida basada:
Esa falta de atractivo que la Iglesia tiene para muchas personas nos
retrotrae a la famosa polmica de los aos sesenta del siglo pasado sobre si
no deberamos optar acaso por una Iglesia de minoras. Desenfocaramos la
cuestin si pensramos que lo que aqu se discute es el nmero de los
cristianos. Ortega, en su famoso libro La rebelin de las masas, explica ya
que ser masa o minora no es cuestin de nmero, algo cuantitativo, sino
ms bien algo cualitativo: masa son quienes no hacen ningn esfuerzo de
perfeccin y minora son las personas que se exigen mucho a s mismas;
de modo que una u otra calificacin no se basa en que haya mucha o poca
gente: Delante de una sola persona podemos saber si es masa o no.
DILOGO INTERRELIGIOSO
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Aunque no se puede descartar que, como fruto del dilogo interreligioso se produzcan conversiones en uno u otro sentido, el fin del dilogo
no es se, sino el enriquecimiento mutuo.
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Podra ser que el dilogo nos descubra cosas que contradicen nuestras
convicciones o las del grupo religioso al que pertenecemos. Es necesario
estar dispuesto a poner en tela de juicio las precedentes certezas si stas
dejaran de serlo en el transcurso del dilogo. No es una tarea fcil. Cuando
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