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TESIS DE JURISPRUDENCIA Y AISLADA

Por criterios jurisprudenciales nos referimos, en primer lugar, a las tesis que
constituyen criterios obligatorios y que son conocidas con el nombre de
"jurisprudencia definida", "jurisprudencia obligatoria" o sólo "jurisprudencia";
en segundo término, a aquellas tesis que conforman criterios de interpretación
que pueden llegar a aplicarse pero que carecen de obligatoriedad y a las que
se suele llamar "tesis aisladas" o simplemente "criterios"; y por último, a las
tesis que habiendo tenido carácter obligatorio o sólo la posibilidad de ser
aplicadas, han perdido su vigencia.
Tenemos así, que la información jurisprudencial almacenada en el Sistema
podemos clasificarla en dos grandes grupos: los criterios jurisprudenciales
obligatorios y aquellos que no lo son.
Por lo que se refiere a los criterios jurisprudenciales obligatorios, el Sistema
contiene aquellas tesis vigentes emitidas según las dos actuales formas de
establecer jurisprudencia obligatoria: la reiteración de criterios y la
contradicción de tesis; formas previstas en los artículos 192, 193, 197 y 197-A
de la vigente Ley de Amparo.
En cuanto a los criterios jurisprudenciales no obligatorios, éstos integran el
mayor volumen de información jurisprudencial contenida en el Sistema, y
comprenden:
a) Tesis aisladas que se encuentran en proceso de conformación de
jurisprudencia definida por reiteración de criterios;
b) Tesis aisladas cuyo proceso de conformación de jurisprudencia definida por
reiteración de criterios se ha interrumpido por la emisión de un criterio
contrario a los que con anterioridad se habían pronunciado;
c) Tesis aisladas, o incluso jurisprudencia definida por reiteración de criterios,
que han dejado de tener vigencia por la desaparición del precepto legal que dio
origen a la interpretación en ellas contenidas;
d) Tesis que se extrajeron de ejecutorias que no cuentan con el requisito de
votación que exige la Ley de Amparo para integrar jurisprudencia definida;
independientemente de ser una o hasta cinco las ejecutorias que sustentaron
los criterios interpretativos plasmados en dichas tesis;
e) Tesis de jurisprudencia definida por reiteración de criterios que han perdido
su vigencia al emitirse, conforme al procedimiento señalado en la Ley de
Amparo en los artículos 197 y 197-A, una sentencia que, decidiendo el criterio
interpretativo que debe prevalecer, ha determinado su no aplicabilidad, y
f) Tesis de jurisprudencia definida que han dejado de ser aplicables al haberse
interrumpido, conforme a lo dispuesto en el artículo 94 de la Ley de Amparo,
los criterios de interpretación contenidos en ellas.
Ante lo prescrito por los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, ambos en su
segundo párrafo, al establecer: “las resoluciones constituirán Jurisprudencia,
siempre que lo resuelto en ellas se sustente en cinco sentencias no
interrumpidas por otra en contrario...”. Debemos preguntarnos, ¿qué sucede
cuando la Suprema Corte funcionando en Pleno, alguna de sus Salas o los
Tribunales Colegiados, han realizado interpretaciones de la ley derivadas de
sentencias en asuntos de su competencia, sin que se haya presentado el
número de cinco requerido para crear Jurisprudencia? ¿Habrá que esperar a
que se dicten las cinco resoluciones para conocer la interpretación judicial?
Siendo ello contrario al menor sentido jurídico, existe la posibilidad de que un
criterio interpretativo no obligatorio pueda darse a conocer mediante la
publicación de tesis aisladas, las cuales, no obstante que carecen de la fuerza
obligatoria de la Jurisprudencia, son en cambio, útiles para normar el criterio de
los jueces y fortalecer el fundamento de sus sentencias, pues gracias a estas
tesis es posible adecuar las normas jurídicas a las variadas situaciones
concretas que se encuentran regidas por ellas, más aún cuando no existe
dispositivo legal que prohibida a los jueces adoptar en los casos concretos el
criterio sustentado en tesis aisladas que aún no constituyen Jurisprudencia.
Tenemos entonces dos tipos o clases de interpretaciones judiciales. Aquellas
que el Pleno de la Corte, sus Salas o los Colegiados elaboran en forma de tesis
aisladas, o sea, interpretaciones que merecen respetabilidad y pueden ser
tomadas en consideración por los tribunales del país, tanto por la autoridad del
órgano que las emite, cuanto por la valía de su contenido, aún cuando
carezcan de la fuerza obligatoria con que se encuentra revestida la segunda
categoría de las interpretaciones judiciales: la Jurisprudencia firme o definida.
En principio, cabe mencionar una precisión. No debe confundirse la tesis
-aislada o jurisprudencial- con la ejecutoria o sentencia de la cual deriva, y que
en sí, resolvió el caso concreto que dio origen a la tesis de jurisprudencia. Se
trata de dos figuras diferentes, aún cuando relacionadas por un vínculo de
origen. La tesis es la expresión por escrito, en forma abstracta, de un criterio
jurídico establecido al resolverse un caso concreto por parte de la Corte o los
Tribunales Colegiados. Consecuentemente, la tesis no es un extracto, una
síntesis o un resumen de la resolución. De la sentencia emana, pero se eleva
del caso concreto que le dio origen, al nivel de abstracción indispensable para
colocarse en el nivel de criterio jurídico interpretativo, general, impersonal y
abstracto (acuerdo 5/1996 del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación)
Precisado lo anterior diremos que las tesis de jurisprudencia se encuentran
compuestas por tres partes: Rubro, Texto y Precedente.
El rubro, es el enunciado gramatical que identifica al criterio interpretativo
plasmado en la tesis. Su finalidad es reflejar en forma concisa, congruente y
clara la esencia de tal criterio para facilitar su localización al proporcionar una
idea clara del mismo. Su ubicación se encuentra al principio del cuerpo de la
tesis, escrito con letras mayúsculas en su totalidad.
El texto, es el cuerpo principal de la tesis y contiene el criterio jurídico
interpretativo emanado de la ejecutoria que le dio origen, en consecuencia,
debe derivar en su integridad de la resolución correspondiente y encontrarse
redactado con claridad, de modo tal que pueda ser comprendido sin recurrir a
la resolución de donde dimana, no debiendo formularse con la sola trascripción
de ésta o de un precepto legal.
El precedente de la tesis, se forma con los datos que identifiquen la ejecutoria,
señalándose en su orden, el tipo de asunto, el número del expediente, el
nombre del promovente del juicio, la fecha de resolución, la votación, el
ponente y el secretario. Pero, tratándose de contradicciones de tesis o de
conflictos competenciales, no debe señalarse al denunciante, sino a los
tribunales o juzgados contendientes.

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