De un rojizo pasional, de un ayer ciertamente trapo; Siempre vibrantes, acompaados de musas escarlatas Transitaban por mis emotivos campos, Salpicando sus aromas y sus colores; Andanzas juveniles colmadas de caricias aventureras Tambin de rosas pobl mis caminos, diseminadas Por doquier a corazones palatinos, que en tpicos Encuentros mis afanes fueron bien favorecidos. Navos en alta mar buscando puerto o refugio, Notas languidecientes de orfeones dominicales, Apresuraban mis pasos para estrechar dulces Y amorosas manos a quienes debo un tributo, Diciendo un adis un tanto esquivo, A ellas mi amor debo, pues son ahora De mi mente an inquilinas, que sin pagar Renta son muy alegremente favorecidas.