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CONTENIDO Número 23
Educación
La evaluación educativa en México
Ética y publicidad
Pedagogía
Lectura y escritura para el aprendizaje del idioma
inglés
Educación
La docencia: función sustantiva de la universidad PORTADA:
"Vista de Dordrecht" fragmento. 1650. Óleo
La técnica y la educación sobre lienzo. Aelbert Cuyp
(Alemania 1620 - 1691)
Grandes Educadores
San Ambrosio y la educación
Compromiso con
la Verdad
E n la relación humana dada entre los sujetos de la educación, entre el docente y el discente,
existe un estrecho vínculo que va más allá de una simple puesta en “sintonía” o de un acuerdo más o
menos claro en torno a aspectos teóricos o prácticos de una profesión o una actividad determinada; esta
relación va dirigida a la totalidad del ser humano, a la formación de la persona, es por eso que surge la
necesidad de que en la relación maestro - alumno reine la verdad como eje central del quehacer educa-
tivo.
El concepto central de la ética, como bien afirmara Don Manuel Vargas de la Torre (Academia
No. 1, marzo de 1998), es el bien moral, y “el bien moral es la perfección del ser humano”, de ahí que
en el acto educativo el bien buscado - en un acto de colaboración del educador con la obra de Dios - sea
el de llevar al alumno a que alcance su plenitud, que desarrolle al máximo sus potencialidades, y que
ponga en acto sus virtuales capacidades; que sea un hombre o una mujer íntegros, conscientes de su
papel en el mundo y con claridad de su destino trascendente.
Decirlo es fácil, pero ante la creciente e inquietante aparición o reedición de teorías que tratan de
explicar las cosas como simple resultado de fenómenos mecánicos naturales, así como la “masificación”
de la vida moderna; con el bombardeo de ideas contrarias al orden natural a través de los medios
masivos de comunicación, se hace más exigente ese compromiso de servicio a la verdad, amándola,
buscándola, reconociéndola, escudriñándola, aceptándola y transmitiéndola (actividad propia y esen-
cial de la docencia), con empeño y rectitud, fundado todo en las reglas del amor, la justicia y la hones-
tidad.
El compromiso del maestro es hacer que la verdad haga eco en el alma de sus alumnos, ponerlos
en camino a su conquista y que se comprometan con ella. Ese es precisamente el reto de los docentes
del siglo XXI, y en ese sentido es importante considerar que la educación es el mayor bien, el tesoro
más preciado que podemos dejar a las nuevas generaciones.
El editor
E D U C A C I Ó N
La evaluación educativa
en México
Por: Rocío Gómez Sustaita
“El que desea alcanzar un objetivo distante, debe dar muchos pasos pequeños”.
H oy en día la calidad es uno de los factores más importantes para el desarrollo de una nación y el
aspecto educativo no es la excepción. Se considera que para alcanzar niveles de excelencia se debe contar con
un sistema de calidad aplicado a todos los factores que intervienen en la enseñanza. En México se cuestiona
sobre la educación desde el nivel primario hasta los niveles de posgrado y se pretende establecer estándares que
permitan visualizar si se cumple con la misión educativa o si es necesario realizar cambios para llegar a ella.
En el ámbito universitario, la calidad se deriva del cumplimiento de los objetivos para lograr la misión
educativa ( docencia, investigación y extensión) y puede abarcar aspectos genéricos, como la calidad del plan de
estudios, la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje, la calidad de los resultados a corto, mediano y largo
plazo, la calidad de la integración social y profesional de los egresados a la sociedad y la calidad de servicio,
hasta aspectos específicos como los elementos del entorno, los elementos o insumos materiales, personales y el
desarrollo del proceso educativo.
Lo anterior puede revisarse de manera particular, es decir, aplicando estándares o indicadores de rendi-
miento dentro de la propia institución, o a través de revisión externa, con organismos pares o instituciones de
evaluación de la calidad.
La calidad se define en administración como un sistema en el que intervienen insumos o “input”, es decir
elementos de entrada que deben reunir características de calidad; “proceso”, esto es, una serie de pasos que de
uno a uno, originen o trasformen el insumo inicial o materia prima en un elemento diferente y finalmente el
producto terminado u “output”, que representa el elemento producido por el isnumo y el proceso.
Este proceso para ser controlado requiere de lo que se denomina un sistema de calidad, no sólo de ese
proceso, sino del resto de los procesos del sistema. Con esta consideración se puede concluir que para que esta
calidad sea total, es necesario que todos los procesos del sistema cumplan con los requerimientos necesarios. La
opción más generalizada actualmente para comprobar la calidad en educación son los indicadores de rendimien-
to escolar, los cuales pueden ser implementados de acuerdo a las características propias de la institución, adap-
tando o adoptando los que ya existen y generando a través de su aplicación una cultura de calidad.
Como indicadores de rendimiento podemos entender “datos en series temporales que reflejan y registran
cambios a través de un número significativo de dimensiones relevantes, a través de los cuales se juzgará la
eficacia y eficiencia de un sistema para alcanzar unos objetivos”.
Foto: Y. Velasco
(Morris, 1998).
En este aspecto actualmente interviene la evaluación educativa como un sistema que comprueba la calidad
del proceso a través del cual se forma al estudiante.
Sin embargo, los indicadores de rendimiento deben ser estandarizados, para medir la misma calidad en
instituciones diferentes por lo que diversos países se han unido para convenir qué indicadores son pertinentes,
es decir, unificar los criterios de medición con un sistema parecido al que realizan los estándares ISO (International
Standard Organization) en la industria. Actualmente existen amplios trabajos de investigación educativa en
torno a la evaluación y a la implementación de un organismo que le dé continuidad (IFIE, 2000). En este sentido
es importante señalar que los actores principales en la evaluación de la calidad son los siguientes:
1. Alumnos, que deben de reflejar una base inicial para poder realizar el proceso
educativo.
Alumnos,
2. Instituciones, al contemplar las diferentes necesidades de requerimientos para institución
llevar a cabo el proceso educativo. educativa,
3. Profesores, en los aspectos de formación del currículum de acuerdo a los requi- profesores,
sitos propios de cada disciplina, como en la impartición correcta y oportuna del progra- sociedad y
ma. gobierno
son los acto-
4. Sociedad, ya que esta debe ser no sólo beneficiada por los resultados del proce- res principa-
so educativo, sino también debe ser la que establezca con base en ejecución de lo apren-
les en la
dido, si éste cumple o no con sus expectativas.
evaluación
Por último, vale la pena comentar que el gobierno federal pretende establecer de la cali-
funcionalmente a partir de enero del 2002 (Reyes 2001), el Instituto Nacional de la dad de la
Evaluación Educativa (INEE), que tendrá entre sus funciones el determinar las enseñanza
bases para la evaluación educativa en México, que aunque se establece como una
norma en la Ley General de Educación, no se detalla el procedimiento para llevar-
Modelo de calidad de la
enseñanza. Martínez
Modelo de calidad global de la enseñanza 1997
Fuente: SECAI
Objetivos Acceso
Perfiles
educativos estudiantes
profesionales
(1) (2)
Necesidades
Calidad servicio
Calidad proceso
sociales
(6) 3.2 (3)
Recursos Proceso Marco
humanos E-A normativo
Recursos Factores Gestión
materiales didácticos educativa
3.3 3.4 3.1
Actuación
profesional y
social
(6)
CALIDAD
CALIDAD DE RESULTADOS
DE INTEGRACIÓN INMEDIATOS
(4)
(5) Resultados FINANCIACIÓN
Integración inmediatos
la a cabo. Este instituto deberá establecer los lineamientos para las diferentes instituciones del país. Es
una realidad que México ingresó al programa de indicadores World Education Indicators Programa
(WEI) desde 1994 y, probablemente, el Instituto de Evaluación sea una de las medidas para establecer los
indicadores del programa en el Sistema Educativo en México.
Bibliografía
La autora es pasante de la Maestría en Educación por la U.A.G. Actualmente es Secretaria Escolar de la Coordinación
de Humanidades y catedrática de la facultad de Educación.
Ética y
publicidad
L a publicidad es una gran herramienta de relaciones públicas utilizada para comunicarse tanto con los
públicos internos como con los externos. Posee dos objetivos básicos: informar y persuadir, y - si bien estos dos
propósitos son distintos - ambos son con frecuencia simultáneos.
Los publicistas pueden contribuir a un auténtico desarrollo de las personas porque la información suministrada
a través de los medios debe estar al servicio del bien común. La sociedad tiene derecho a ser informada con base a la
verdad, la justicio, la libertad y la solidaridad.
No hay nada intrínsecamente bueno o intrínsecamente malo en la publicidad porque ésta es sólo un instrumen-
to que puede ser usado bien o mal. Puede tener resultados benéficos, pero también puede tener un impacto perjudi-
cial sobre individuos y sociedades.
«Si la publicidad presenta al público unos artículos perjudiciales o totalmente inútiles, si hacen promesas falsas
en los productos que se venden, se fomentan las inclinaciones inferiores del hombre, los difusores de tal publicidad
causan un daño a la sociedad humana y terminan por perder la confianza y la autoridad. Se daña a la familia y a la
sociedad cuando se crean falsas necesidades, cuando continuamente se les incita a adquirir bienes de lujo, cuya
adquisición puede impedir que atiendan a las necesidades realmente fundamentales. Por lo cual, los anunciantes
deben establecer sus propios límites de manera que la publicidad no hiera la dignidad humana ni dañe a la comuni-
dad. Ante todo debe evitarse la publicidad que sin recato explota los instintos sexuales buscando el lucro, o que de tal
manera afecta al subconsciente que se pone en peligro la libertad misma de los compradores».
La publicidad puede jugar un importante papel en el proceso por el cual un sistema económico, guiado por
normas morales y una sensibilidad hacia el bien común.. Esta es una parte esencial del funcionamiento de la moderna
economía de mercado, que hoy se da en muchas partes del mundo y que -si están de acuerdo con las normas morales
basadas en el desarrollo integral del hombre y del bien común- parece actualmente ser el instrumento más eficaz para
colocar los recursos y responder eficazmente a las necesidades.
La publicidad puede ser un instrumento útil para apoyar honesta y éticamente una responsable competitividad
que contribuya al crecimiento económico y al servicio del auténtico desarrollo humano. Pero como contraparte la
publicidad puede traicionar su papel como fuente de información ocultando hechos importantes.
La publicidad también puede ser, y con frecuencia lo es, un instrumento al servicio del «fomento del
consumismo». «No es malo el deseo de vivir mejor, pero es equivocado el estilo de vida que se presume como mejor,
cuando está orientado a “tener” y no a “ser”, y que se quiere tener más no para ser más, sino para consumir la
existencia en un goce que se presupone como fin en sí mismo».
Algunas veces los publicistas hablan de ello como parte de sus tareas para “crear”
necesidades de productos y servicios, es decir, para provocar a la gente a sentir y a
«Para el recto actuar por antojos hacia cosas y servicios que no necesita. «Al dirigirse directamente a
sus instintos, prescindiendo a su realidad personal, consciente y libre, se pueden crear
empleo de los hábitos de consumo y estilos de vida objetivamente ilícitos y con frecuencia incluso
medios es perjudiciales para su salud física y espiritual».
necesario que
todos los que
los usan, co- ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA PROPAGANDA
nozcan y lle-
La propaganda puede hacer una buena contribución a la democracia, puede ayu-
ven a la prác- dar informando a las personas sobre las ideas y propuestas políticas de partidos y
tica las nor- candidatos, incluyendo nuevos candidatos desconocidos para el público. Pero así como
mas del orden la mercadotecnia política puede apoyar y ayudar al funcionamiento del proceso de-
moral, la ley mocrático también puede obstaculizarlo.
natural que
Esto sucede cuando, por ejemplo, los costos de la propaganda limitan la partici-
obliga a todos pación política a los candidatos o grupos ricos o exigen que los candidatos al poder
los hombres». comprometan su integridad e independencia por una excesiva dependencia hacia quie-
nes aportan los fondos.
A los publicistas se les ofrece la oportunidad de ejercer una influencia positiva sobre el contenido de los
medios. Esto pueden hacerlo sosteniendo las producciones de excelente calidad; intelectual, estética y moral de
interés público en general.
La publicidad puede enriquecer la vida simplemente siendo ingeniosa, divertida y teniendo buen gusto. Algu-
nos anuncios son obras maestras de arte popular, con vivacidad e impulso únicos.
La publicidad también puede tener influencia perniciosa sobre la cultura y los valores culturales. Debe consi-
derarse también el daño cultural hecho a las naciones en vías de desarrollo y sus pueblos, por anuncios cuyo
contenido y métodos reflejan aquello que predomina en el «primer mundo», y están en contraposición con los sanos
valores tradicionales.
Los comunicadores también pueden encontrarse tentados a ignorar las necesidades educacionales y sociales
de ciertos segmentos de la población - los más jóvenes, los más ancianos, los pobres - que no presentan al modelo
demográfico de los tipos de audiencias que los publicistas desean conseguir (edad, educación, ingresos, hábitos de
compra y consumo, etc.).
En muchos casos, las instituciones de bienestar social, incluyendo aquellas de naturaleza religiosa, usan la
publicidad para comunicar sus mensajes constructivos y útiles que educan y motivan a la gente y son en muchos
modos beneficiosos.
La publicidad puede ser de buen gusto y estar en conformidad con las normas morales e incluso, moralmente
elevada, pero también puede ser vulgar y moralmente degradante. Con frecuencia se apela deliberadamente a moti-
vos como la envidia, status social y la codicia.
Los publicistas comerciales en ocasiones incluyen temas religiosos para vender productos. Es posible hacer
esto con buen gusto, de modo aceptable; sin embargo la práctica corriente es reprobable y ofensiva cuando implica
aprovecharse de la religión o se le trata con poca seriedad.
En otros casos, la publicidad se usa para promocionar productos e inculcar actitudes y formas de comporta-
miento contrarias a las normas morales. Esto sucede, por ejemplo, con la publicidad de algunos contraceptivos, los
abortivos y productos que dañan la salud.
«Para el recto empleo de estos medios es totalmente necesario que todos los que los usan, conozcan y lleven
a la práctica en este campo las normas del orden moral. El orden moral al cual se hace referencia , es la ley natural
que obliga a todos los hombres».
En este contexto, los medios de comunicación social tienen tan sólo dos opciones: o ayudan a la persona
humana a crecer en su conocimiento y práctica de lo que es verdad y bueno o son fuerzas destructivas en conflicto
con el bienestar humano. Lo que es especialmente cierto en el caso de la publicidad.
Los publicistas son moralmente responsables de las estrategias que incitan a la gente a un comporta-
miento determinado: Si una iniciativa publicitaria pretende animar a que la gente elija o actúe de modo moral-
mente correcto, beneficioso para ellos y otros, las personas comprometidas en esto actúan moralmente con
corrección; si con publicidad buscan impulsar a la gente hacia su autodestrucción y destruyen la auténtica
comunidad, hacen mal.
Esto se aplica también a los recursos y las técnicas de publicidad: es moralmente erróneo el explotar, corrom-
per y usar métodos de persuasión y motivación corruptos. Dentro de este marco muy general, podemos identificar
varios principios morales de especial importancia.
1. Veracidad
«A nivel individual y a nivel social, la Verdad y la Libertad son inseparables; sin la Verdad en la base, puede no
existir un ejercicio auténtico de la Libertad.»
Pero un principio fundamental consiste en que la publicidad no debe engañar deliberadamente, ni implícita o
explícitamente ni por omisión.
El justo ejercicio del derecho a la información reclama que el contenido de lo que se comunica sea Verdad y
dentro de los límites fijados por la Justicia. Aquí se incluye la obligación de evitar cualquier manipulación de la
Verdad por cualquier razón.
Un «requisito imperativo» de la publicidad es que respete a la persona humana y su derecho/deber a hacer una
elección responsable. Se vulneran todos estos bienes cuando se explotan las bajas inclinaciones del hombre, o se
disminuye su capacidad a reflexionar y decidir.
La publicidad puede violar la dignidad de la persona humana tanto a través de lo que se publica y la forma en
que se publica así como a través del impacto que ella pretende para aumentar su audiencia: tales como el reclamo a
la lujuria, la vanidad, la envidia y la avaricia, y de las técnicas que manipulan y explotan la debilidad humana.
La responsabilidad social es un concepto tan amplio que podemos señalar aquí sólo algunos de sus muchos
problemas relacionados con el tema de la publicidad.
La publicidad que fomenta un estilo superfluo de vida, que derrocha recursos y daña el medio ambiente ocasio-
nando importantes preocupaciones ecológicas.
La publicidad que reduce el progreso humano a la adquisición de bienes materiales y cultiva un opulento estilo
de vida expresa una visión falsa, destructiva, de la persona humana, igualmente perjudicial, tanto para individuos
como para sociedades.
En conclusión, los publicistas tienen la seria obligación de expresar y fomentar una auténtica visión del desa-
rrollo humano en sus dimensiones material. Han de poseer una conciencia sensible, altas normas éticas y un robusto
sentido de responsabilidad. Pero incluso para ellos las presiones externas; desde los clientes que contratan su trabajo,
hasta la dinámica competencia interna de su profesión, pueden crear una fuerza que les reduzca a un comportamiento
carente de ética.
Los publicistas pueden jugar un papel constructivo en el desarrollo de la economía, el desarrollo de la auténtica
democracia en nuestros países y contribuir a enriquecer la vida cultural de los pueblos, a comunicar mensajes de fe,
esperanza, amor a la patria, compasión y servicio al prójimo, de caridad hacia el necesitado, mensajes relacionados
con la salud y la educación, de apoyo a la familia, mensajes que eduquen y motiven a la gente en el intercambio de
información e ideas y en el formato de la solidaridad entre individuos y grupos, que eliminen sus aspectos socialmen-
te perjudiciales y observen un alto estándar ético con relación a la veracidad, la dignidad humana y la responsabili-
dad social.
Los publicistas ofrecerán una especial y significativa contribución al progreso humano y al bien común.
BIBLIOGRAFÍA
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* Actas y documentos pontificios. Ética en la publicidad. Ediciones Paulinas 122 (22-02-97) 28 pp.
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Públicas, I, 1 (XI-00), pp. 12-16.
* Noguero Gram, Antonio. Comunicación organizacional versus Relaciones Públicas. Asociación Latinoamericana de Carreras Universitarias
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* Moore H, Frazier y Canfield Bertrand, R. Relaciones púbicas: principios, casos y problemas. México, D.F. Compañía Editorial Continental.
542 pp.
* Palenque Suárez, Elizabeth. Contribución a las relaciones públicas en la comprensión de la responsabilidad social de las organizaciones.
Asociación Latinoamerica de Carreras Universitarias de Relaciones Pùblicas, I 1 (XI - 00) pp. 34 - 49.
* PRORP. Código de ética. Accedido en línea (26-III-01) en http://www.proprp.com.mx./paginas/codigo.html
* Solórzano Hernández, Emilio. Relación humana, legitimidad y acción comunicacional. Universitarias de relaciones públicas, I, 1 (XI-00), pp.
5-11.na de Carreras Universitarias de Relaciones Públicas. I, 1 (XI-00), pp. 5 - 11
Estracto de la conferencia dictada por el autor: «La Ética y las Relaciones Públicas» en el Primer Congreso
Internacional de Relaciones Públicas ALACAURP, de la UAG, en noviembre del 2001
E D U C A C I Ó N
El teatro
y su valor educativo
Por: Ma. Elena Romo Limón
U
Foto: Difusión DCD
no de los géneros literarios que han
impactado más en la transmisión de la cultura es
el teatro., sin embargo, por la inercia de la mo-
dernidad en muchos planteles educativos ya no
se practica en toda su amplitud, pues solamente
se utiliza la dramatización como técnica educa-
tiva.
El teatro es un reflejo de la vida humana y su valor educativo radica en la imitación del bien y en represen-
tación de las consecuencias del mal. Los símiles le ayudan al hombre a reflexionar sobre sí mismo y sobre lo que
lo rodea y a identificarse con lo positivo.
Ante la televisión y el cine, más que el aspecto cronológico, la ventaja inminente del teatro estriba en la
forma vívida como se desarrollan los argumentos y en su capacidad envolvente. Los espectadores se funden con
el actor, se convierten en testigos de su personificación y rebasan los límites imaginarios del proscenio cuando
los sentimientos y las pasiones se conjugan con lo histriónico y lo real.
El arte dramático cuenta con una enorme fuerza que lleva de manera contundente
a la persuasión y ésta es la fuerza del ejemplo. El hombre es imitado en sus aspectos «La repre-
miserables o sublimes. Juan Miguel de Mora (1970, p. 255) indica que “el teatro es el sentación
ser humano mirándose a sí mismo desde todos los puntos de vista posibles, examinán-
dose, estudiándose, observándose, ora complaciéndose en la observación, ora reaccio-
de los ar-
nando contra ella, según se vea las partes agradables o desagradables de sí mismo o, quetipos
precisando más, según como esos aspectos le sean presentados”. logra que el
espectador
Aristóteles en su Poética, que representa el primer escrito de crítica literaria en el se sienta
cual propone una teoría general sobre la literatura y los géneros literarios, al abordar el
comprome-
tema del teatro y de forma más concreta el de la tragedia griega, hace referencia a esa
imitación a la que llama mímesis. Este genial filósofo acuñó también el término catar- tido para
sis, que significa el efecto que la representación de la tragedia produce en la emoción, actuar de
la imaginación y la conciencia moral del espectador. forma acor-
de con los
En la catarsis, que Aristóteles atribuía exclusivamente a la tragedia, se encuentra ejemplos
la clave para el teatro educativo. La representación de los arquetipos logra que el espec-
tador se sienta religado, comprometido, urgido por su conciencia para actuar de forma
positivos»
acorde con los ejemplos positivos. Nadie quiere sentirse identificado con el antagonista
y ningún escritor que se precie de ser ético haría apología del protagonista inclinado
hacia la maldad.
Es precisamente el teatro griego el que marca la pauta para infundir el saber humano. En este sentido
María Ardueza (1997, p. 15) señala que “el drama era para los griegos un rito sagrado, fuente de sabiduría”. Es
lógico que en esta cultura, madre de la filosofía y la primera en intuir grandes verdades, surgiera una manifesta-
ción artística para mostrar al pueblo la concepción de lo divino (encausado hacia lo mitológico) y lo terreno.
Vasto sería hablar del teatro griego y de su valor, de la forma como se trasladan las pasiones y el sufrimien-
to a todos los momentos históricos. Los tipos humanos y la problemática planteada en las tragedias son tan
actuales como en el momento que emergieron de la pluma de Esquilo, Sófocles y Eurípides porque la naturaleza
humana no es tornadiza. El hombre sigue viendo hacia arriba para encontrar una explicación de su existencia y
un equilibrio entre su realidad y una realidad superior.
En el teatro griego las nociones de “conciencia” y de “razón” eran personificadas por el coro, que también
actuaba como un personaje colectivo. Este elemento señalaba a los otros personajes sus errores (provocados por
lo que los griegos llamaban “falla trágica”) y les llevaba a un verdadero arrepentimiento hasta el momento de la
sublimación.
Una de las tragedias más educativas y moralizantes es Antígona, escrita por el maestro Sófocles y cuya
temática principal gira en torno a la obediencia de las leyes divinas sobre las leyes humanas. Antígona en una
actitud enhiesta responde al rey Creón, quien la ha condenado a muerte, haciendo una alocución sobre las leyes
divinas: “No son leyes de hoy, no son leyes de ayer... son leyes eternas y nadie sabe cuándo comenzaron a vigir
¿Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre,
fuera el que fuera?”
Ubicado en el Renacimiento encontraremos a otro gran genio creador del teatro: William Shakespeare.
Cada una de sus tragedias encarnan una pasión humana, como la abnegación filial, el odio, el amor, los celos, la
ambición, la venganza. La calidad educativa del teatro de este autor radica en las reflexiones y en la fuerza
filosófica. “En el teatro de Shakespeare se pueden encontrar buen número de observaciones filosóficas acerca
de la vida y el misterio del destino, así como abundancia de reflexiones morales acerca de la conducta humana”
(Chávez y Oceguera, 1997, 181).
En las páginas indelebles de la literatura y de la filosofía se han acuñado frases que Shakespeare puso en
boca de sus personajes, por ejemplo “El ser o no ser”, que expresara Hamlet ante el cuestionamiento siempre
presente de la vida y la muerte o el grito que la conciencia le emitiera a Macbeth: “Macbeth, tú no puedes dormir
porque has asesinado el sueño”, después de haber segado, por ambición de poder, la vida de su rey.
En el contexto de la cristiandad los primeros indicios del teatro religioso aparecen en el Medioevo con los
dramas litúrgicos, que eran representaciones de la vida de Cristo. El drama litúrgico tiene algunas variantes
como el drama escolar que muestra la vida de los santos. Estas obras se escriben en latín. La primera represen-
tación en castellano es el Auto de los Reyes Magos. Durante este periodo surgirían otras obras de carácter
religioso y algunas de carácter profano.
En América, durante la Conquista, el teatro ritual y mitológico practicado por los aztecas sirvió como
antecedente que permitió a los frailes la evangelización, representando pasajes de la biblia y la vida de los
santos en la lengua de los naturales. Las Pastorelas son un vestigio de aquélla gran hazaña realizada por los
evangelizadores para explicar en forma viva la religión. Se puede decir que este tipo de representación es el
primer vínculo para lograr la conversión de los indígenas.
En otros momentos históricos algunos pedagogos cristianos también recomendaban el teatro para la for-
mación de las virtudes. Grandes santos como San Pedro Fourier y San Juan Bosco utilizaban este medio como
excelente y atractivo “...a San Pedro Fourier se le ocurrió preparar dramas, sainetes, comedias, diálogos y
recitales, donde mientras se hacía reír y se emocionaba a los oyentes, se iban enseñando verdades de la religión
y de otras ciencias” (EWTN).
Por su parte, San Juan Bosco en su infancia descubrió el atractivo que tenía realizar algunas suertes de
saltimbanqui para atraer a la gente. Mientras realizaba los trucos llevaba la palabra de Dios y lograba que ese
grupo que se acercaba inicialmente por simple diversión y curiosidad rezara junto con él. Estas prácticas las
efectuaba también en su juventud para aleccionar a sus colegas. Ya como sacerdote y gran protector de la
jóvenes recomendaba dentro de su método pedagógico el teatro como un atractivo para alejar del vicio a los
discípulos.
Don Bosco aprovechaba la inclinación de los jóvenes por las diversiones para enseñarles de una manera
dulce y espontánea, sutil y seductora, que lograba llenarlos de grandes esperanzas. Muchas almas cambiaron
mas que la vida de la calle, su destino eterno.
De forma general se han mencionado aquellos momentos históricos en los cuales el teatro ha brillado
gracias a los objetivos genuinos de cultivar en el hombre los virtudes y los valores, de una manera tan completa
que sería difícil abstraerse de ella. Debemos recordar que el teatro además de todas sus potencialidades educa-
tivas, es también arte y el arte invita a la perfección.
Cuando el alumno se convierte no sólo en espectador, sino en el “hacedor” del teatro adquiere ante todo un
sentido de disciplina, en el cual tiene que coordinar y combinar todos los elementos que hacen posible la
representación; apreciará la estética y tendrá siempre presente el gusto por lo bello. Aprenderá el sentido del
trabajo en equipo, el orden, la constancia, la elocuencia, la expresión corporal y la obediencia.
La compenetración con los personajes que aparecen en los argumentos le ayudará a comprender la natura-
leza humana, la forma de conducirse de los hombres en todo los tiempos, el triunfo del bien sobre el mal, el valor
de la historia y la tradición, la diferencia y semejanza entre los pueblos y la fuerza de los arquetipos.
El teatro de valores le da al alumno la convicción del mensaje que pretende transmitir. Esas vivencias
nunca se olvidan y hará de ellas receptáculo de recuerdos menudos que influirán a lo largo de su existencia. “El
estudio y práctica del teatro y de las artes en general permite el acceso a entrenamientos valiosos sin los cuales
Foto: Difusión DCD
la figura humana bosquejada a través del proyecto
educativo quedaría incompleta y privada de sus fun-
ciones contemplativas, críticas y estéticas”.
(Contreras, 1999).
Bibliografía
* Chávez, Pedro y Oseguera, (1997). Eva Lydia. Literatura Universal I. 2ª ed. Publicaciones Cultural.
* Contreras, Marta. (1999) Teatro y Educación. http://www.educ.cl/-docliter/teayedu.htm
* EWTN. Fe. San Pedro Fourier. www.ewtn.com/spanish/Saints/Pedro_Fourier.htm
* Instituto Nacional para la Educación de los Adultos. (1995). Secretos para hacer teatro. Arbol Editorial (Col.
Cántaro).
* Mora, Juan Miguel de (1970). Panorama del teatro en México. Editorial Latino Americana.
* Sófocles. (1982). Las siete tragedias. Porrúa (Col. Sepan Cuántos. No. 14).
13
P E D A G O G Í A
C onstantemente nos preguntamos cómo ayudaremos a nuestros estudiantes para que realicen escri-
tura en una lengua extranjera. Nos percatamos de que en el salón de clase podemos auxiliarlos siendo mentores
o mediadores de estrategias para que desarrollen sus habilidades de lecto escritura. Además de mentores pode-
mos convertirnos en modelos para enseñar la forma de escribir.
La tutoría personalizada es una de las primeras recomendaciones que pueden servir de apoyo para que
nuestros alumnos escriban creativamente lo que sienten, ven, escuchan, perciben y lo que desea compartir con
sus compañeros de manera escrita y después en forma oral.
Para esto, debemos diseñar diferentes estrategias. Tenemos como opciones para ello la presentación de
carteles (material didáctico no alfabético), juegos organizados y modelando escritos propios. Estos van a des-
pertar la creatividad espontánea del lenguaje escrito en una lengua extranjera. Facilitarán el que el alumno
realice nuevos escritos de una manera más organizada (Atwell, p.21).
Es importante subrayar la forma y la organización para
llevar a cabo nuestros proyectos de lecto escritura en len-
guas extranjeras. Debemos tener el compromiso persistente,
primero con nosotros mismos, de mostrar cómo escribir; para
después poder invitar a nuestros alumnos a que participen y
formen parte de nuestros proyectos, y así puedan desarro-
llar la escritura fácilmente.
Enseñar a escribir a nivel secundaria no es como improvisar en una banda de jazz, donde una trompeta
toca a una escala, y los otros instrumentos siguen la melodía. (Calkins, p.162)
Comprender los cambios psicológicos de nuestros estudiantes, nos brinda herramientas que fortalecen el
desarrollo del lenguaje escrito. Lenguaje que les ayudará a expresarse de manera clara y precisa en su vida
diaria y futura.
Porque desarrollar el hábito de escribir, es hablar de desarrollo sólido, de un puente comunicativo entre
nuestros alumnos y la sociedad. El cual se desarrolla diariamente con paciencia, esmero y dedicación. ( Atwell,
p.75)
La sociología didáctica tiene un valor muy importante, ya que invita a nuestros alumnos a la lecto escritura
alfabética y no alfabética, aprendiendo la manera correcta de escribir o leer una palabra, o una frase que incremente
su vocabulario.
Nos referiremos a la sociología didáctica como a todos los elementos externos que utilizamos en nuestras
aulas para invitar a nuestros alumnos a la lecto escritura diaria. Despertar el interés de autocorregirse o ser
corregido por sus compañeros y profesores, descubrir temas de su interés que generen ideas o solución a proble-
mas de manera escrita. Que lo inspiren a escribir poemas y a redactar historias.
En décadas pasadas toda la literatura sobre la enseñanza de escritura estaba enfocada a la educación
primaria. Pero esto ha cambiado gracias a la contribución de Atwell con su libro “In the Middle” y Tom Romano
con “Clearing the way”. Estos fueron los primeros libros que tratan el tema de la vida y la experiencia de la
escritura en educación secundaria en los Estados Unidos.
Para convencer a nuestros estudiantes de su potencial académico, tenemos que demostrarles las expectivas
que tiene cada un ellos. (Calkins p.80)
No podemos exigir a nuestros alumnos que escriban. Podemos guiarlos o invitarlos a escribir lo que ellos
quieren expresar a sus compañeros y a nosotros, lo que quieren compartir de su manera de pensar.
Es importante reconocer lo que están escribiendo, respetando sus ideas, sus posibles soluciones a problemas
que tiene que resolver y no esperar que nos presente los primeros escritos sin errores. Ayudarles a madurar y a
corregir sus deficiencias de manera íntegra y armoniosa.
Cada día que compartimos nuestras ideas, es reafirmar lo que quiere escribir, lo que desea expresar, para
después compartirlo con los demás. Debe estar claro que la escritura, vista como una de las formas de lenguaje,
es todo un proceso. Y cuando este proceso está fortalecido con palabras de estímulo facilita el desarrollo de
habilidades.
La diversidad de técnicas que utilicemos con nuestros estudiantes día a día facilitarán este proceso tanto
para el profesor como para el alumno. No podemos cuartar con autoritarismo su manera de percibir lo externo,
sus fantasías, sus alegrías y sus tristezas.
A nuestros alumnos les gusta ser tomados en cuenta, que sus ideas
sean escuchadas y compartidas con los demás. Teniendo estos pun-
tos bien definidos nuestra misión en el desarrollo de la lecto es-
critura alcanzará sus logros. Entonces podemos alegrarnos de
la formación integral de nuevos ciudadanos en nuestra socie-
dad, que saben leer y escribir, que saben pensar y escuchar,
que saben sentir y expresar, que saben decir y compartir con
los demás, quienes también conforman una sociedad. (Atweel.
p.80)
Nuestra misión como mediadores del desarrollo de habilidades lecto escritoras debe de estar bien fortale-
cida con técnicas motivadoras. Guiados por este principio, pronto nuestros alumnos estarán siendo motivados
continuamente, con reforzadores lecto escritores.
Algunas veces los talleres de lecto escritura en educación media no funcionan en su totalidad por el
horario que se ha establecido a las clases (de lenguas extranjeras) que es un tiempo estimado de cuarenta y cinco
minutos por día, con una frecuencia de cuatro días a la semana. Es importante recordar que los talleres de lecto
escritura son flexibles y pueden fraccionarse durante la semana.
Las fotografías, recortes, revistas, periódicos, y carteles son generadores creativos en el proceso enseñan-
za aprendizaje de lenguas extranjeras, y también motivadores que incrementan el vocabulario. Se pueden reali-
zar actividades sencillas con estos materiales sin tener que mencionarles a nuestros estudiantes que hoy vamos
a leer o hoy vamos a hacer una composición.
El alumno preguntará sobre el vocabulario del idioma Inglés u otra lengua extranjera. Es en este
momento cuando está empezando a leer de manera no-alfabética, se está divirtiendo, está aprendiendo,
está compartiendo y nosotros estamos logrando nuestro objetivo.
Cuando nuestros estudiantes hacen preguntas referentes a nuevas palabras de la lengua extranjera
podemos anotarlas en el pizarrón, entonces estamos empezando a modelarles.
¿Cuándo se va a realizar escritura? Cuando nuestros alumnos comiencen a hacer sus ano-
taciones del nuevo vocabulario estarán haciendo escritura (para esto es importante que ten-
ga en su libreta una sección exclusiva a vocabulario).
Es importante subrayar que no estamos hablando de comprensión lectora, sino de la iniciación o motiva-
ción a la lectura en una lengua extranjera, para que esto ayude a desarrollar la comprensión lectora más adelan-
te. Se recomienda preguntarles a los alumnos si saben de qué se trata el contenido del artículo de la revista o del
periódico. Estos serán indicadores de que los alumnos están desarrollando habilidades de lectura de compren-
sión, por la estructura gramatical, personajes, detalles, adjetivos, etc.
Muchos de nosotros podemos hablar de las diferentes formas de cómo llevar acabo nuestros talleres de
escritura, esperando tocar o motivar a todos nuestros estudiantes mediante conversaciones acerca de la lectura.
No necesitamos decirles lo importante que es la lectura y la escritura, sino modelarles el hábito, cariño, y agrado
por ellas, que son formas de expresión, que es todo un arte y una experiencia gratificante. (Calkins p.168)
Mediante la escritura y la lectura se está aprendiendo una lengua extranjera, nuestra propia lengua, mane-
ras de expresión, formas de comunicarnos, vocabulario, estilos de escritura, lectura, y así aprendemos a expre-
sarnos de una manera sencilla, clara y precisa. Son componentes necesarios en la alfabetización de una lengua,
de una sociedad, de una nación y sobre todo, de una CULTURA.
Bibliografía:
Secuelas de la discordia
entre fe y razón
Por: Antonio Caponnetto
L a realidad indica que la separación se ha impuesto dejando secuelas, que no llamaremos irre-
parables pero sí difíciles de modificar.
Una de esas secuelas es lo que bien ha calificado el Cardenal Danielou, el escándalo de la Verdad.
No se admite que la verdad sea proclamada y testimoniada sin mediatizaciones de ninguna índole. No se
admite la verdad perenne, inequívoca, absoluta, innegociable. No se soporta siquiera la sola idea de la
verdad invicta, sin cambios ni retaceos. Segura, inconmovible y diáfana, tal como es. De la Verdad se
escandalizan los eclécticos y relativistas, los pragmáticos y los nihilistas, los ignorantes de todo jaez y los
vencidos bajo el aprobio de una contracultura mentirosa. La reciente reacción, durante el pasado mes de
septiembre, ante la Declaración Dominus lesus de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, nos
lo ratifica y confirma. No hay sectario, cabalista, heresiarca o vulgar espíritu medroso que no se haya
rasgado las vestiduras ante la proclamación sin embages de la Verdad Crucificada.
Sin embargo, a pesar de quienes se escandalizan, la Verdad sigue siendo un bien de derecho común,
porque es el alimento de la inteligencia de toda creatura sana que sabe afirmar el principio de identidad.
Sigue siendo el bien de la sociedad, pues si se le suprime, como de hecho ocurre, no puede haber paz ni
justicia, sino fraudes y recelos. Y sobre todo, sigue siendo el bien de Dios, Verdad por esencia; Camino,
Verdad y Vida; fuente de toda verdad; palabra y ley verdadera. El que niega la Verdad niega a Cristo; pero
como “Crux stat; dum volvitur orbis”: la Cruz permanece mientras el mundo cambia, según el emblema
cartujo, la Revolución no prevalecerá sobre la Revelación.
RECUPERACIÓN DE LA CONCORDIA
Hay caminos o vías posibles para restablecer la concordia olvidada entre la ciencia y la fe. No son recetas
que puedan aplicarse al modo casuístico; más bien podría remendar las antiguas Ordenanzas que procuraban
imbuir un estilo al que se lanzaba a la acción.
Es preciso ante todo reconocer una Verdad que no viene de mi; que no brota del sujeto, inmanentemente;
sino que se me impone, no al modo de una coacción sino de una revelación. Verdad que me exige reverencia y
homenaje, gratitud y obediencia, docilidad a lo real. Disposición para decirle a Dios, como el patriarca Abraham:
Adsum; heme aquí, Señor (Gén, 22,1). Esta afirmación de la verdad supone la confrontación irreductible con
todos los matices y los grados de la mentira; la adecuación de la inteligencia a la realidad y la conformidad de la
propia voluntad con la Voluntad del Padre. No es hombre de ciencia el que niega este lúcido acatamiento en
nombre de la libertad. Es el insensato del que hablan las Escrituras. No es hombre de fe el que desecha el
entendimiento para distinguir y discernir estas encumbradas realidades. Es apenas un supersticioso. Se pregunta
Gilson en El Filósofo y la Teología, cuál es el arte de ser tomista. “Un tomista es un espíritu libre” -responde con
agudeza-. Esta libertad no consiste en no tener Dios ni maestro, sino más bien en no tener otro maestro que Dios,
pues El es la única protección del hombre contra las tiranías del hombre [...] Como la caridad, la fe es liberadora.
Cuando invocando la ciencia moderna, por ejemplo, se quiere llamar opción de género al pecado contra
natura, o derecho al cuerpo al asesinato de un inocente, la fe y la razón debe alistarse codo a codo para preservar
esa verdad que no es mía, pero a cuyo servicio he de estar, oportuna e inoportunamente. Y cuando la misma
fatuidad cientificista pretenda desalentarnos o acomplejarnos, acusándonos de faltar a la solidaridad con postu-
ras tan irrevocables, recordaremos una vez más con San Agustín: la mayor caridad es la Verdad.
En segundo lugar, se necesita ejercitar ese clásico principio metodológico del auditus fidei, que sin preten-
siones de traducción especial parecería indicarnos el valor de lo escuchado y oído en la Fe. Será esa atención
prestada a lo sobrenatural, esa acogida a lo trascendente que podamos cultivar en nuestra interioridad, lo que
nos dará la medida de nuestra auténtica estatura racional. Pocos lo han dicho mejor que San Buenaventura en su
Itinerarium mentis in Deus (Prologus, 4): “No es suficiente la lectura sin el arrepentimiento, el conocimiento
sin la devoción, la búsqueda sin el impulso de la sorpresa, la prudencia sin la capacidad de abandonarse a la
alegría, la actividad disociada de la religiosidad, el saber separado de la caridad, la inteligencia sin la humildad,
el estudio no sostenido por la divina gracia, la reflexión sin la sabiduría inspirada por Dios”.
Todas las ciencias pueden ser oídas en la Fe. Si nos dedicamos a la historia escucharemos entonces la voz
de los santos en el tiempo; si a la medicina, la del dolor lacerante de quienes se saben prontos a la muerte y
buscan alivio; si a las matemáticas, la de las proporciones danzando en numérica sinfonía como un eco lejano de
una exactitud ordenadora inicial; si al derecho, la de los nobles códigos que garantizan la equidad para las
almas; si a la geografía, la de los horizontes que limitan con la patria celeste. Todos los saberes pueden contem-
plarse y practicarse en armonía con el Plan de Dios.
Cerrando su Fides et Ratio, nos recuerda el Papa un antiquísimo texto monástico, que bien vendría de
colofón para estas Ordenanzas que estamos proponiendo. Es aquel en el que el Pseudo Epifanio llama a María
Santísima “la mesa intelectual de la Fe”. Porque Ella, con su “hágase en mi según tu palabra”, se convierte en el
gran arquetipo de la razón dócil, despierta y atenta a los reclamos de la Fe; en el bello paradigma de una
inteligencia ascendente y de una credulidad fundante. Por eso los santos monjes de la tradición eclesiástica
sostenían orgullosos que era necesario philosophari in Maria.
Filosofar en María es reconocerla como Sedes Sapientiae, como sabedora de las esencias que no cambian,
como contempladora de la inmovilidad del Ser. Es emular su sencillez y su silencio, su humildad inefable y su
alegría serena. Es escoltarla en su estremecedora obediencia y acompañarla en el dolor del Calvario. Y es
además aquí, por sobre todo, vueltos filialmente ante Nuestra Señora de Guadalupe, proclamada Emperatriz de
América, pidiéndole que se cumplan aquellos versos inspirados de Perfecto Méndez Padilla:
Esta concordia entre la fe y la razón que estamos proponiendo, este filosofar teologante -como diría Pieper-
cristiano y mariano, y por lo mismo, capaz de amalgamar la ciencia y la creencia, necesita ser percibido como un
ideal posible. Como un móvil que el hombre puede encarnar y vivir.
Siempre será significativo al respecto abrevar en el modelo irremplazable y perenne de Santo Tomás de
Aquino. Porque pocos como él concretaron con tanta fuerza la unidad del creer y del entender, conduciendo la
inteligencia a sus mejores cumbres y acrecentando la fe con un esplendor irradiante. Su vida es la de un santo y
un sabio. Su ciencia, la arquitectura admirable, fruto de un intelecto dotado para la visión universal. Su piedad
y devoción, las de un niño; su perseverancia y tenacidad en la defensa de la verdad, la de un atleta de Dios. Su
Fe la de los mártires del Coliseo. Su humildad, la virtud extraordinaria que lo llevaba a inclinarse ante el
Sagrario, pidiendo que la gracia copiosa le abriera la mente día a día, librándola de toda posibilidad de error.
Chesterton lo ha llamado con justicia “aristócrata intelectual... el más valiente y magnánimo de los lebreles del
Cielo”. Y Louis de Wohl, en aleccionadora novela, nos lo retrató con la maestría de “una luz apacible”. Quien
tuviera el privilegio de canonizarlo, el Papa Juan XXII, resumió su figura con palabras inspiradas: “su doctrina
y su ciencia”, dijo “no pueden explicarse sin el milagro”.
Abramos las páginas de la Suma. Santo Tomás habla de los atributos divinos, y se funda desde luego en los
datos de la fe. Invoca al Libro del Exodo, pero a renglón siguiente, ya
está razonando las famosas cinco vías. Al tratar de la simplicidad de
Dios, las objeciones que presenta son bíblicas. La solución que aporta
es racional. A la sabiduría divina la demuestra por un texto del Após-
tol de los Romanos (11,23). Sin embargo, relacionando la ciencia con
la inmaterialidad, adjunta inmediatamente la explicación filosófica.
En el Tratado de la Trinidad, la distinción de las divinas personas se
apoya en la Revelación; las nociones de relación, de procesión, de
persona son accesibles por medio de la argumentación racional. En
los Tratados de la Encarnación, de los Sacramentos o de las Virtudes,
siempre la razón y la fe se complementan orgánicamente, sin inconve-
nientes. La razón conoce y demuestra; la fe certifica y afianza. El
objeto de la razón puede admitir posibilidad de error; la fe es inequí-
voca y certera. Fe y razón libran juntas el buen combate de la visión,
del asentimiento y de la ciencia.
A imitación de Santo Tomás, entonces, y a pesar de nuestras humanas limitaciones, hemos de querer
consagrarnos al estudio, a la actividad académica y universitaria, a la investigación científica, al apostolado
intelectual. A pesar de las penurias, de las adversidades, de los enemigos de la Iglesia y del odio del mundo.
Hasta que al final de nuestras vidas, podamos decirle con Santo Tomás al Señor:
“Te recibo a Ti, rescate de mi alma, viático en mi último viaje. Te recibo a Ti, por cuyo amor durante toda
mi vida he estudiado y velado, he predicado y he enseñado, sin haber dicho nunca nada contra Ti. Me ofreces
recompensa por mi trabajo. Señor, yo no quiero otra cosa mas que a Vos mismo.”
Bibliografía Consultada
-Alcántara Herrera, José. Los ateos y los milagros, México, Tradición, 1986.
- Castellano, Filosofía de la Religión, Buenos Aires, Difusión, 1947.
- Catecismo de la Iglesia Católica, Buenos Aires, Asociación de Editores del Catecismo, 1992.
- Chesterton, Gilbert, Santo Tomás, Madrid, Espasa Calpe, 1973.
- Danielou, Jean, Escándalo de la Verdad, Madrid, Guaderrama, 1692.
- De Wohl, Louis, La luz apacible, Madrid, Palabra, 1998.
- Díaz Araujo, Enrique, Fe y razón, en Gladius, n. 43, Buenos Aires, 1998.
- Eliade, Mircea, Historia de las creencias y de las ideas religiosas, Madrid, Cristiandad, 1978, vol. I.
- Eymieu, Antonin, La parte de los creyentes en los progresos de la ciencia en el siglo XIX, México, Jus, 1949.
- García Vieyra, Alberto, Temas fundamentales de catequesis, Santa Fe, San Jerónimo, 1995.
- Gilson, Etienne, El filósofo y la teología, Madrid, Guaderrama, 1962.
- Gilson, Etienne, La unidad de la experiencia filosófica, Madrid, Rialp, 1966.
- Gorotiso Heredia, Luis, Península de Cielo, Buenos Aires, Centauro, 1947.
- Graneris, José, La religión en la historia de las religiones, Buenos Aires, Excelsa, 1946.
- Juan Pablo II, Veritatis Splendor, Buenos Aires, Paulinas, 1993.
- Juan Pablo II, Fides et Ratio, Buenos Aires, Paulinas, 1998.
Última parte de la conferencia dictada por el autor en el Primer Foro Internacional Fe y Ciencia en la Universidad
Autónoma de Guadalajara en octubre del 2000
E D U C A C I Ó N
La Docencia: función
sustantiva de la Universidad
T oda institución de educación superior debe cumplir con un nivel de excelencia en sus funciones
sustantivas de Docencia, Investigación y Extensión; sin embargo esto no es fácil, ya que para lograrlo se
requiere de un continuo esfuerzo, de trabajo conjunto, en el que participen todos sus integrantes (autoridades,
administrativos, docentes, alumnos y personal de apoyo), con una actitud responsable y comprometida en el
cumplimiento diario de sus actividades.
La docencia es una actividad compleja, interesante y de gran responsabilidad, ya que se enfoca a lograr el
pleno desarrollo de las capacidades y valores del ser humano. Esta loable labor, aunque la realiza directamente
el profesor con los alumnos, es de índole institucional y está claramente determinada por una filosofía educativa
que permea, orienta y enriquece el currículum.
El currículum es el plan de acción que especifica los fines, programas y estrategias de enseñanza aprendi-
zaje, sistemas de evaluación, así como los apoyos académicos y administrativos necesarios para su eficiente y
eficaz realización.
Su desarrollo o concreción
a través del proceso educativo
DOCENTE ALUMNO
Enseñanza Aprendizaje
Formación disciplinaria y docente, Participación consciente y voluntaria a través
en un proceso de mejora continua de un aprendizaje significativo, activo y
responsable de su propia formación
El alumno consciente de su propia formación y contando con la orientación del docente, debe adquirir
buenos hábitos entre los que se destacan la organización del tiempo y el estudio diario apoyado en estrategias de
aprendizaje, que lo lleven a desarrollar hábitos del pensamiento fundamentales para el trabajo académico.
La función docente debe fundamentarse en el currículum para que el profesor, con una actitud positiva y
comprometida, haga realidad los objetivos educativos. Este compromiso lleva al docente a centrar su atención
en el alumno y a reconocerlo como parte medular del proceso.
De esta manera la labor formativa tendrá claramente determinados los fines pedagógicos y las actividades
adecuadas para lograrlos, entre las que se encuentran las siguientes:
1. Conocer el plan de estudios, identificando la ubicación de la materia que imparte y su vinculación tanto
vertical como horizontal con las demás materias.
2. Analizar el programa de la materia asignada en función del perfil de egreso, identificando las competen-
cias que se deben desarrollar en el alumno.
3. Planear las unidades didácticas considerando los aspectos filosóficos, pedagógicos y didácticos para
lograr los objetivos de aprendizaje.
4. Asesorar a los alumnos en los problemas de aprendizaje que presenten y trabajar coordinadamente con
los servicios psicope-dagógicos en los casos necesarios.
5. Mantenerse actualizado en el área disciplinaria con el objetivo de lograr un manejo adecuado de conte-
nidos, desde el punto de vista científico.
7. Analizar su práctica educativa a través de una reflexión permanente que le permita una mejora continua
del proceso de enseñanza y de aprendizaje.
La educación que reciben los alumnos tiene una trascendencia familiar y social debido a su formación
disciplinaria y humanista que responde tanto a lo que los empresarios demandan, como a lo que es bueno para
los alumnos y aceptable para sus padres.
Es importante que los docentes, elementos clave en el servicio educativo, tengan la convicción de la
necesidad de capacitarse y actualizarse y que lo acepten no como una obligación, sino como el mejor medio para
su superación personal y profesional. Toda institución educativa que desee mejorar la calidad, debe poner al
alcance dichos programas, sensibilizando y motivando a los profesores para que participen de manera volunta-
ria y consciente, lo que repercutirá en beneficio del alumno y de la misma institución.
Una buena estrategia para tener éxito en la formación de los docentes, es integrar equipos de trabajo, en los
cuales las personas involucradas en los programas de capacitación, con la finalidad de tomar decisiones y
resoluciones de problemas en un trabajo de academia, aprovechando las experiencias, conocimientos y capaci-
dades de los participantes, de manera que se promueva una corresponsabilidad en la planeación, ejecución y
resultados del proyecto educativo.
La Universidad Autónoma de Guadalajara cuenta con una amplia gama de programas de formación y
desarrollo docente, entre los que se encuentran los siguientes en el área educativa:
Corresponde a las autoridades de cada una de las facultades de la universidad, determinar junto con el
profesor el plan de formación y desarrollo personal que responda a las necesidades específicas del perfil docen-
te.
Podemos concluir que la docencia, como función sustantiva de la universidad, es una responsabilidad
tanto de la institución como de su planta docente, en un compromiso de trabajo mutuo que requiere de coordi-
nación, cooperación, trabajo en equipo, actitudes positivas y motivación para alcanzar y mantener la excelencia
educativa.
Las autoras son asesoras docentes del departamento de Evaluación e Investigación de la DAPA UAG.
E D U C A C I Ó N
Foto: Yéssica Velasco
La Técnica
y la
Educación
C uando se trata de la técnica, las discusiones pueden ser más o menos acaloradas y esto, al
parecer, debido a la falta de precisión de los términos utilizados. Esto se puede notar en los ejemplos
usados durate la discusión por las partes; por ello atenderemos el problema distinguiendo los diversos
usos del término con la intención de clarificarlo.
PRIMERA DISTINCIÓN
El problema de la técnica puede plantearse a nivel teórico, abstracto, sin considerar alguna técnica en
especial, sino tan solo la noción de técnica. En este sentido es necesario afirmar que la técnica es un
medio por el cual podemos realizar y obtener algo, y podemos juzgar moralmente el medio (técnica) en
sí mismo, o con relación a los tipos de fines.
a) En sí mismo un medio cualquiera puede ser bueno, p. ej. la oración, la pintura o el arte en
general, la ciencia, etc. Por cuanto su propia naturaleza constituye un bien. Puede ser malo en cuanto
por sí mismo produce un desorden o daño, p.ej. el robo, el asesinato, la mentira, etc. O incluso puede
ser neutro por cuanto su naturaleza no signifique ni un bien ni un mal, como puede ser la lectura y otras
acciones.
Foto: Ma. Elena Romo b) Considerando el fin podemos notar
la prevalencia del mal como criterio de jui-
cio, así la ciencia (medio bueno) puede ser
usada como medio para corromper la ley o
adquirir un poder despótico, o abusar de
otros y así de buena, se convierte en mala;
mientras que un medio bueno usado para
un fin bueno es mejor, p. ej. la caridad por
amor a Dios es más perfecta que por simple
amor al prójimo. Pero un medio malo uni-
do a un fin bueno corrompe el fin y el acto,
como sucede cuando una persona roba con
el fin de ayudar a los pobres económica-
mente. En conclusión podemos decir que
sólo es bueno perseguir fines buenos por
medios buenos o neutros.
De este modo vemos que no toda técnica es buena o neutra, sino que en sí misma puede ser mala,
cosa que muchas veces no se considera; y lo mismo debemos decir de las técnicas relacionadas con un
fin, pero es menester hacer notar que sólo existen medios en función de fines, pues sin un fin determi-
nado no hay medio alguno.
SEGUNDA DISTINCIÓN
«Los fines
Es inútil hablar de medios sin fines. Supongamos por un momento la au- vienen a
sencia total de fines, ningún fin existe, nada hay por hacer, alcanzar u obtener
¿para qué necesitaríamos vehículos? ¿Para qué ciencia, tecnología, ganadería,
comple-
etc. si no hay un para qué? Por lo tanto hablar de los medios - técnicas sin consi- mentar la
derar fines es tan absurdo como hablar de respiración sin organismo vivo. técnica en
el ámbito
Así las cosas para discutir de técnicas hay que distinguir los fines y dentro humano y
del mundo humano es inevitable hablar del fin último de la vida humana. Pero sin ella la
situados en este punto podemos observar la ausencia de fines neutros pues toda
la vida humana tiene dimensión ética, hasta el simple paseo a pie según la inten-
técnica no
ción del caminante. Los fines vienen a complementar la técnica en el ámbito es»
humano y sin ellos la técnica no es, aunque la maldad intrínseca de la técnica
pervierta los fines.
TERCERA DISTINCIÓN
C U A RTA D I S T I N C I Ó N
La técnica objetiva es un conjunto de reglas escritas sobre cómo se hace algo. La técnica subjetiva es,
principalmente, un modo de ejecutar una acción. La técnica objetiva puede ser neutra o buena o mala, pero
toda técnica subjetiva se adquiere con un fin y cada vez que se usa, se usa con un fin, por lo tanto nunca está
fuera del dominio de la ética, será, pues, buena o mala éticamente incluso durante su adquisición tanto por su
naturaleza propia, como por el fin con el cual se adquiere (recuerde lo tratado en la primera y segunda
distinción).
Si se consideran bien estas cuatro distinciones las discusiones en torno a la “eticidad” de la técnica
serían menos babilónicas, más fructíferas y más académicas y podremos valorar mejor tanto a los medios -
técnicas, como a los fines.
1. La educación es una obra humana, con plena conciencia y voluntad, realizada libremente, todo lo
cual se expresa en esa consabida intencionalidad; pero precisamente por esto es una obra ética, moral y exige
tal dimensión para ser verdadera educación.
2. No es lícito lograr fines buenos con medios malos. La violación de esta norma moral nos ha dejado
en una sociedad agresiva y destructora, en una “selva de asfalto” donde sólo vale la ley del más astuto; esta
falta nos ha dejado con profesionistas abusivos y corruptos. Por esta realidad que vivimos y que no nos
gusta, hemos de volver a la racionalidad y la verdadera moral.
29
E D U C A C I Ó N
Respondiendo a las
necesidades educativas
Por: José I. Mora Limón
S e afirma con atigencia que las soluciones a los problemas de una nación, está en proporción directa con
la educación de sus integrantes, lo cual es evidente y nadie, en su sano juicio, puede negarlo. Por desgracia, en
México no ha sido posible la atención completa a la población en edad escolar para los diferentes grados. En
cuanto a la educación media superior se refiere, solamente se atiende a un 43%, lo cual significa que 4 millones
de jóvenes quedan sin oportunidad de acceso a una institución.
La situación presentada por las estadísticas compromete, de manera especial, a todos aquellos afortunados
que tienen el privilegio de acudir a una escuela, porque serán los responsables de la dirección del país. Pero el
compromiso es aún mayor para los que brindan este servicio, llámese federación, estado o institución privada.
Ya que no únicamente se trata de facilitar el acceso para buscar la excelencia educativa. Este compromiso
obliga a las escuelas a buscar la excelencia educativa, cuyo proceso es
multifactorial, ya que en él intervienen la planta física, la currícula,
los recursos didácticos y pedagógicos, pero sobre todo la planta do-
cente.
Otro documento emanado del programa es la Guía Docente, que contienen también los objetivos de las
unidades y temas, especifica los recursos didácticos a emplear, además de las estrategias de enseñanza-aprendi-
zaje que utilizará el profesor, previo diseño de un plan de clase para cada día y las actividades de aprendizaje
extraclase, como son las tareas, están contenidas en otro documento denominado Guía de Tareas, las cuales
contienen la referencia exacta de las fuentes a través de las cuales el alumno obtendrá las distintas actividades.
Este documento facilita la colaboración del departamento de tutoría y orientación, y la ayuda de los padres de
familia.
Los diferentes procesos y actividades son desarrollados, bajo el principio de Formación Integral de Cali-
dad. Principio que comprendía las aspiraciones legítimas de la Universidad Autónoma de Guadalajara, plasma-
das en los diferentes perfiles de egreso de los distintos grado. Gracias a esto nuestros egresados poseen los
diferentes conocimientos, habilidades y destrezas que les permiten participar activamente, en el ramo producti-
vo y/o continuar con estudios de nivel licenciatura.
La planta física esta diseñada para favorecer la labor de los docentes quienes se preparan a través de la
participación en Congresos y del estudio de Diplomados, Especialidades, Licenciaturas, Maestrías y Doctora-
dos, con la finalidad de mantenerse actualizados y estar en posibilidad de brindar servicios de calidad.
En la medida en que las instituciones educativas del sector público y privado se comprometan realmente
con la educación, lograremos, gradualmente, un auténtico desarrollo y con éste un mejoramiento de la calidad
de vida de cada mexicano. Este compromiso implica, necesaria y prioritariamente, la revisión y actualiza-
ción de todo el proceso educativo. Es urgente contar con un perfil de egreso para cada nivel, que permita dirigir
todos los esfuerzos de mejora, y que ayude, a vincular armónicamente los diferentes programas.
Pero esta revisión no significa, de ningún modo, que la situación actual de la educación sea mala; simple-
mente quiere decir que es necesario mejorarla en forma constante cimentándola en principios firmes de identi-
dad nacional.
El autor es Ingeniero Mecánico Electricista y postulante de la Maestría en Administración. Actualmente es jefe del
departamento de Matemáticas de la Coordinación de Educación Básica y Media y Secretario académico de la
Preparatoria Nocturana de la UAG.
G R A N D E S E D U C A D O R E S
San Ambrosio y
la Educación
Por: Mario Castañeda Rojas
S an Ambrosio es uno de los más celebres doctores de la Iglesia, junto con San Jerónimo, San Gregorio
Magno, Santo Tomás y San Agustín.
Era hijo de Ambrosio, prefecto del pretorio de las Galias, dignidad que se daba entonces en el imperio y
era el mayor honor y la primera autoridad después del emperador.
Nació en el año 340 en la ciudad de las Galias; fue educado con cuidado, y su educación correspondió a la
piedad de sus padres y a la nobleza de su nacimiento.
Tuvo la dicha de tener una madre distinguida en el mundo por su eminente piedad, pues sus tres hijos
fueron santos. Su hija fue Santa Marcelina, su hijo mayor fue San Sátiro y el menor de todos fue San Ambrosio,
quien los sobrepujó en méritos y en santidad a todos.
El niño Ambrosio mostraba ya en sus más tiernos años un genio tan vivo, tan despejado y tan superior a
todos los de su edad, que procuraron aplicarle con tiempo al estudio de las bellas letras. En poco tiempo se
habilitó en la lengua y ciencia de los griegos, y particularmente en la elocuencia, que era entonces la principal
ocupación de los jóvenes de calidad, aspirantes a los empleos del imperio.
Hacia el año 374, el Emperador Valenteniano I le nombró gobernador de la Emilia, cuya capital era Milán.
El obispo arriano de esta ciudad, Auxencio, oprimía a los católicos. Acogido como un pacificador, Ambrosio,
como simple catecúmeno resultó elegido por aclamación para regir la silla de Milán a la muerte de Auxencio.
Se entregó con admirable ardor al estudio de la doctrina que debería de enseñar. Atrae a Agustín de
Hipona y le bautiza. La historia cuenta que durante el bautismo los dos hombres compusieron en un impulso de
inspiración común los versículos del Te Deum.
Ambrosio entabla amistad con el emperador Teodosio. No obstante que le impone una penitencia pública
después de la matanza de Tesalónica.
Ningún obispo estuvo jamás en más alta reputación que nuestro Santo. De todas partes del mundo venían
a verle, a consultarle y a oírle. Le miraban como el general de los ejércitos del Señor, como el azote no sólo de
los arrianos, sino de todos los herejes de su siglo.
Asistió y también presidió muchos concilios, en los que confundió a Prisciliano, a Joviniano y a todos los
otros enemigos de la fe.
Cayó enfermo en el mes de febrero del año 397 y les dijo a los principales de la ciudad que lloraban
alrededor de su cama “No he vivido entre vosotros de modo que debe tener vergüenza de vivir todavía: tampoco
temo morir porque tengo que tratar con un Señor infinitamente bueno”. Poco antes de morir se le apareció
Jesucristo, quien le llenó de su dulce consuelo y le convidó a la gloria celestial.
Finalmente, el Sábado Santo del 4 de abril del año 397, aquella gran alma fue a recibir en el cielo el premio
debido a los Santos y a su gran virtud. San Honorato, obispo de Vercel le administró el viático pocas horas antes
de expirar.
Sus funerales fueron una pompa célebre, por la cual se empezó a darle los honores debidos a los Santos, y
esta veneración ha ido aumentando con los siglos.
Como murió en un tiempo dedicado al oficio de Pascua o de Cuaresma, la Iglesia ha fijado su fiesta el 7 de
diciembre, día de su consagración. Además de esta fiesta hay otra que se celebra en Milán el 30 de noviembre,
que fue el día de su bautizo.
SUS OBRAS
• De Penitentia.- De la Penitencia, libro I y II. Trata sobre la importancia de la salvación del hombre, que
es pecador a causa del primer pecado del mundo, y que desde entonces mora en lo más íntimo del ser humano y
es acrecentado por los pecados personales. Hace un llamado a la conversión por medio de la penitencia a lo
largo de la vida.
• De Sacramentis.- Es una obra doctrinaria que justifica y explica cada uno de los sacramentos que el mismo
Dios hecho hombre nos vino a dejar y son en la práctica una forma de catequesis a los neófitos para la iniciación a la
vida cristiana.
• De Mysteries.- Son una serie de pláticas dirigidas a los recién bautizados. Trata de introducirlos a la
contemplación de los misterios, como el mismo Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, invitándolos a la
comunión frecuente.
• Hexamerón.- Obra exegética que comprende una serie de 9 sermones de Cuaresma con tinte moralizante
y ético.
• Tratado sobre los evangelios de San Lucas.- Expone y comenta la doctrina de Cristo, de la Trinidad,
Mariológica, de la Iglesia y Sacramental, pero principalmente sobre la Trinidad. Esta obra contiene una inter-
pretación y comentarios muy acertados sobre la doctrina que nos dejó Nuestro Señor Jesucristo.
• De Joseph patriarcha.
• De benedictionibus patriarcharum.- Contiene una explicación mística de las bendiciones de Jacob mori-
bundo a sus 12 hijos.
• De nobuthe israelita.- Expone ante los ricos ambiciosos y ávidos la amenaza divina.
• De interpell atione Job y David.- Expone los lamentos de estos personajes bíblicos.
• Apología prophetae David.- Previene del doble crimen del rey David.
• Enarrationes in duodecim psalmos davidicos.- Exposición de los salmos del rey David.
• De fide ad gratianum.- A instancia de Graciano defiende la divinidad del Verbo contra los arrianos.
• De excessu fratris satyri.-0ración fúnebre pronunciada ante los restos del difunto y el De Fide
resurrectionis. Es un discurso ante el sepulcro de su hermano, que sirve para dar consuelo.
• De obitu Valentiniani.
• De obitu Theodosii.
I D E A S E D U C A T I VA S
Como todo buen obispo no se consideraba digno de serlo, pero a la vez quería ser más perfecto que un
Sacerdote, como lo menciona “Me llamaste al sacerdocio cuando era un perdido. No permitas que perezca
siendo sacerdote. Concédeme en primer lugar que sepa condolerme con afecto íntimo de los pecados” (117, La
Penitencia).
San Ambrosio quería lo mejor para sus hijos espirituales, tratando de conducirlos por el camino recto del
Evangelio. Por eso se desvivía en lo personal para llevar una vida cristiana lo más perfecta posible en la práctica
de las virtudes.
Aunque el fin principal de sus ideas educativas está dirigida por la salvación que consideraba uno de los
más grandes bienes que el hombre puede recibir en base a las Sagradas Escrituras y en la difusión de la verdad.
Considera al alma como esposa de Cristo y presenta su aumento en el conocimiento del Verbo y así no es
extraño que se llegue a la espiritualización del cuerpo venciendo las tentaciones. Cuando el peligro es mayor, hemos
de despertar al piloto que duerme en nuestra alma.
CONCEPTO DE EDUCACIÓN
La educación que San Ambrosio nos propone está centrada en la Educación Religiosa desde el fin mismo
que es buscar la salvación del hombre como el máximo bien, fundamentado en las
Sagradas Escrituras y en la misma tradición familiar y social.
“La escritura nos enseña que en los que merecen elogios conviene alabar no sólo Las virtudes
sus costumbres, sino también sus padres: de tal modo que sea una herencia transmitida, que el alum-
la pureza sin tacha que distingue a los que queremos celebrar” (61, Obras). no debe
practicar son
Después de la educación religiosa nuestro autor nos lleva a una educación moral
las
basada también en las Sagradas Escrituras, desde los hechos de los patriarcas, máxi-
mas, proverbios, hasta la recepción de los Sacramentos, principalmente el Bautismo, cardinales,
que es lo que nos despoja del hombre viejo y nos hace obedecer los mismos misterios además de
y mandamientos de la nueva ley que Cristo nos dejó para la moralización de toda la la piedad, el
humanidad. temor, cono-
cimiento y
“Cada día hemos tenido una instrucción moral cuando se hizo la lectura de los
hechos de los patriarcas o de las máximas de los proverbios, a fin de instruirnos y
consejo de
educarnos, con ellos os acostumbráis a entrar en las vías de vuestros antepasados, a Dios, el po-
seguir su camino y a obedecer los oráculos divinos y así renovados por el bautismo der de la
viváis como corresponde a los que han sido purificados” (83, Sacramentos). lengua, la
bondad, la
FORMACIÓN DEL MAESTRO mansedum-
bre y la pu-
En la educación el maestro juega un papel muy importante tomando como mode- reza.
lo al Maestro divino, después al Sacerdote o persona consagrada a Cristo, por Cristo y
en Cristo, incluyendo sus virtudes como la mansedumbre, la humildad, etc., y los mis-
mos dones de la gracia que nos da el Espíritu Santo. “Pues como dijo el mismo señor Jesús “Recibid el Espíritu
Santo”, a quienes perdonáis los pecados, les quedan perdonados y a quienes los retuvieres les quedarán reteni-
dos” (34, La Penitencia).
Otras virtudes que debe practicar el maestro y enseñarlas con el ejemplo, como la justicia, la caridad, la
piedad filial, hospitalidad, la administración de las riquezas adecuadamente y ser buen predicador. “La nota
característica de la predicación es de ser discreta, sabia, prudente y sobre todo católica. No es rigorista ni
laxista, ni siquiera cuando se habla de la virginidad” (132, Obras).
Nos dice San Ambrosio que hay que considerar al prójimo en el sentido auténtico, no abandonándolo a su
suerte, sino que hay que curarlo, corregirlo, invitarlo al dolor del corazón, a la penitencia y a que guarden la
palabra de Dios. Además de exhortarlo siempre a que reciba los sacramentos en lo más íntimo de su corazón,
con la intención de vencer nuestra carne que quiere imponerse al Espíritu y que se rebela cada día, cada instante.
Lo más sublime no debe de rebajarse, lo santo no debe arrojarse a los perros y las piedras preciosas a los puercos.
De aquí la importancia que tiene el ser buen maestro, que toma en cuenta la fragilidad del hombre y la
divina misericordia. Debe entablar una lucha contra las huestes del mal, buscar el auxilio divino, exhortar a la
penitencia y tratar de llevar al hombre destruido por el pecado a robustecerse por medio de las virtudes, hasta la
misma búsqueda de salvar el alma propia y del prójimo por medio de los Sacramentos. Dios con su misericordia
quiere perdonarnos de nuestros pecados, consolarnos y que lleguemos al cielo.
El Maestro bueno no sólo es consciente de nuestra fragilidad, sino también es intérprete de la divina
misericordia. Quiere perdonar el pecado, quiere ofrecer consuelo, para que la tristeza no domine al pecador por
el tedio de una larga espera (82, Penitencia).
La formación del discípulo, de acuerdo a la concepción de hombre que San Ambrosio nos da, debe ser
congruente con el llamamiento divino, porque el hombre tiene mucho de divino. Debe continuar a lo largo de su
vida en una actitud de penitencia. El alumno es quien más necesita de los consejos e infusión de las virtudes que
San Ambrosio nos da a lo largo de su vida.
“Es preciso que vuestra santidad (Caridad, título de los oradores sagrados, se dirigían a los fieles cristia-
nos), preste atento oído y tenga el ánimo dispuesto, para que pueda retener lo que me sea dado, colegir y enseñar
acerca de la serie de las Escrituras a fin de que tengáis la gracia del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
trinidad cuyo reino es perpetuo desde los siglos y ahora y siempre por todos los siglos de los siglos” (27,
Sacramentos).
“Así acuérdate que recibiste el sello espiritual, el espíritu de la sabiduría y del entendimiento, el espíritu
del consejo y fortaleza, el espíritu de conocimiento y piedad, el espíritu del santo temor y guarda lo que recibis-
te. Dios Padre te siguió, Cristo Señor te confirmó y puso en tu corazón las arras del espíritu” (100, Sacramen-
tos).
“No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla; temed más bien a aquel
que puede perder el alma y el cuerpo en la gehena” (41, Penitencia).
Las virtudes que el alumno debe de recibir y practicar en su vida son las cardinales como principales,
además de la piedad, el conocimiento de Dios, consejo de Dios, temor de Dios, el poder de la lengua, la bondad,
la mansedumbre, la pureza, etc., dejándonos de todo riesgo y peligro que nos haga alejarnos de estas virtudes.
“En verdad todas las virtudes conciernen al Espíritu, pero éstas son como cardinales, como las principales, la
piedad, la fortaleza, el conocimiento de Dios, el consejo de Dios, el temor de Dios. Así como el temor del
mundo es una flaqueza, el temor de Dios es una gran fortaleza” (44, Sacramentos).
“Si nos insultan, dice, bendecimos, si nos persiguen lo soportamos, si nos difamas respondemos con
bondad; hemos llegado a ser como el desecho del mundo. Si tú aras también de este modo sembrarás valores
espirituales. Hará de forma que rechaces el pecado y adquieras buen fruto” (94, Penitencia).
“Hay que hacer penitencia no sólo diligencia, sino también con madurez” (85, Penitencia).
Sobre la pureza en especial el consejo para obtenerla es el control de la carne, alejándonos de cualquier
riesgo, incluso cualquier mirada, cuidando el pudor y mirando con los ojos del alma y no con los ojos corporales
para vencer la misma concupiscencia. Se debe pasar el fuego de la adolescencia, huir de la fornicación y de los
fornicarios, de los lujuriosos y de todos aquellos que alimentan el líbido. “No os mezcláis con ninguno que
llevando el nombre de hermano sea fornicario, avaro o idólatra. A los dos considera como dignos de reproba-
ción y al mismo tiempo desea que puedan tener el perdón. Con esos, ni siquiera comer” (83, Penitencia).
MEDIOS PARA EDUCAR
Los medios para progresar en la vida espiritual y el alimento por el estudio sobrenatural de la palabra
de Dios que San Ambrosio nos propone principalmente son primero la gracia que Dios da al alma del
justo, la misericordia, la oración, los mandamientos, la honra, la tolerancia, la paciencia, la fe, la peniten-
cia, los sacramentos, principalmente el bautismo es una sola fe. “La intervención de su gracia figurada por
la sombra, reveladora en la transfiguración y por el rocío, muestra al Señor en el alma del justo y sirve de
episodio de la entrada triunfante de Jerusalén, considera al alma como esposa de Cristo”. (33, Obras)
“Ora en todo lugar y el Señor ora dentro de tu aposento”. No se contradicen... para que no ores como el
judío a quien se dijo: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. (72,73 Sacramen-
tos)
“El que cree en el hijo tiene la vida eterna, el que no cree al Hijo no tendrá vida, sino que la ira de Dios
permanece en él”. (63, Penitencia)
“Es mayor gracia si tiene en la enfermedad del cuerpo, que en su salud, “te es suficiente mi gracia, pues la
virtud se perfecciona en las enfermedades”. (67, Penitencia)
“Así pues, los que hacemos penitencia, comamos el sano alimento, alegres por la redención, no hay ali-
mento más dulce que la benevolencia y la piedad”. (79, Penitencia)
FUNDAMENTOS RELIGIOSOS
Los fundamentos religiosos que San Ambrosio nos da, están basados en las Sagradas Escrituras como lo
explica en los comentarios que le hace a los Evangelios de San Lucas y en las demás obras de los Sacramentos
y los misterios y la misma penitencia. En el Padre Nuestro, muestra todo una gama de virtudes a las cuales se
deben de atender.
Di pues por gracia “Padre Nuestro, para que merezcan ser sus hijos. Recomiéndate a ti mismo con el favor
y la consideración que merece la Iglesia”. (63, Sacramentos)
“Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad así
en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdona nuestras deudas, así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores y no nos dejas caer en tentación, mas libranos del mal. Oración breve
y llena de todas las virtudes”. (64, Sacramentos)
“Donde está el cuerpo de Cristo también están las águilas, que acostumbran volar para huir de lo que es
terreno, buscando lo celestial. (21, Sacramentos)
“Dice la escritura o más bien el Hijo de Dios: “los fariseos no quisieron ser bautizados con el bautismo de
San Juan, despreciaron los designios de Dios, por lo tanto el bautismo es designio de Dios”. (35, Sacramentos)
“La fe es la firme seguridad de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos y buena seguridad es
la fe en la cual se encuentra el patrimonio de nuestra esperanza”. (92, Penitencia)
“Todo pecado o blasfemia les será perdonado a los hombres, mas la blasfemia contra el Espíritu Santo no
será perdonado. Quien hablare contra el Hijo del hombre, será perdonado, pero quien hablare contra el Espíritu
Santo no será perdonado ni en este siglo ni en el venidero”. (94, Penitencia)
FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS
En filosofía sólo nos aclara los tipos de sabiduría, de ahí que se enfoque a la sabiduría religiosa, como se
lee en sus obras.
“Existen tres cosas que los filósofos de este mundo han juzgado, particularmente eminente, quiero decir
que la sabiduría es de tres clases: o natural, o moral o racional. (41, Obras)
CONCLUSIÓN
De San Ambrosio hay mucho que aprender en materia de educación religiosa o simplemente de religión.
Fue un gran maestro que todo lo que hacía, lo hacía con esmero. Se desvivía por sus discípulos y todo lo ofrecía
a Dios.
Aunque no tuvo una escuela en su planta física como existen hoy, su labor de educación la podemos
considerar que se fundamentó en lo más importante del hombre: la salvación del alma a través de la enseñanza
y la práctica de las virtudes, que lo llevaron a ser uno de los personajes más importantes de la Historia de la
Patrología.
BIBLIOGRAFÍA
U na de las más célebres obras creadas por el genio literario de los griegos es sin duda alguna Antígona,
escrita por Sófocles, poeta nacido el año 496 antes de Cristo, en Colona, pequeño pueblo cercano a la ciudad de
Atenas.
TEXTOS DE SÓFOCLES
Sófocles
37
Coro de ancianos.- Muchas cosas
hay admirables, pero ninguna es más ad-
mirable que el hombre.
malla.
La habilidad del hombre domeña con su ingenio a la fiera salvaje que en el monte vive y al crinado
caballo y al indómito toro montaraz les hace amar el yugo al que sujetan su cerviz. Igual se adiestra en el arte
de la palabra, y en el pensamiento sutil como el viento e interviene en las asambleas que dan leyes a la ciudad.
Sabe también cómo evitar las molestias de la lluvia o de la intemperie. Pero teniendo recursos para todo,
contra la muerte no encuentra remedio; aunque sepa precaverse de las molestas enfermedades procurando
curarlas. Y poseyendo la industriosa habilidad del arte más de lo que podía esperarse, procede unas veces bien
o en otras arrastra hacia el mal conculcando las leyes de la patria y el sagrado juramento de los dioses.
Por eso, quien ocupando un elevado cargo en la ciudad, se habitúa al mal por osadía, es indigno de vivir
en ella. !Que nunca sea mi huésped y menos amigo mío el que tales cosas haga!
(Aquí anticipadamente el poeta ha condenado la impía conducta de Creón, verdugo de Antígona por
haber sepultado a su hermano, según podemos apreciar entre los dos principales protagonistas de la tragedia).
Creón.- Tú que inclinas la cara hacia el suelo, ¿afirmas o niegas haber hecho eso?
Antígona.- Porque no era Zeus quien las había promulgado ni tampoco la justicia compañera de los
dioses ha impuesto esas leyes a los hombres, ni creí yo que tus decretos tuvieran fuerza para borrar o invalidar
las leyes divinas, de manera que un mortal pudiese quebrantarlas, pues no son de hoy ni de ayer, sino que
siempre han estado en vigor y nadie sabe cuándo aparecieron.
Por esto no debía yo, por temor al castigo de ningún hombre, violarlas para exponerme a sufrir el castigo
de los dioses. Sabía que tenía que morir, ¿cómo no? aunque tú no lo hubieses pregonado. Y si muero antes de
tiempo en eso creo yo que gano, pues quien viva como yo, en medio de tantas desgracias ¿cómo no ha de llevar
ganancia con la muerte? Por eso para mí no es ninguna pena el alcanzar muerte violenta; pero sí lo sería si yo
hubiese tolerado que quedara insepulto el cadáver de mi difunto hermano. Eso sí que lo hubiera sentido; esto
no me aflige.
Y si ahora te parece que soy necia por lo que he hecho, puedo decir que soy acusada por un necio mayor
que yo.
El Partenón
(Era creencia común de los griegos que los dioses ordenaban sepultar a los muertos porque si no sus
almas no descansarían y vagarían errantes por el mundo para siempre).
Castigo eterno tan tremendo no puede permitirlo el generoso amor fraterno de Antígona. El coro así lo
comenta:
Coro de ancianos.- ¡Amor invencible en la pelea! !Amor que en el corazón te infundes, que en las tiernas
mejillas de la muchacha te posas y pasas al otro lado del mar y frecuentas las rústicas cabañas! De ti no se libra
nadie entre los inmortales ni entre los efímeros hombres ... Tú has concitado la rencilla en esta familia... Ahora
yo mismo me dejo llevar fuera de lo debido y no puedo contener las lágrimas de mis ojos al ver a Antígona que
marcha a su lecho de muerte.
Antígona (caminando hacia su tumba, escoltada por soldados).- Miradme, ¡oh ciudadanos de mi patria!
comenzando mi último viaje y mirando por última vez la luz del sol, que ya no vere más, por que el dios de la
muerte me lleva sin haber participado en bodas y sin que ningún himno nupcial me haya celebrado; pero yo con
Aqueronte (la muerte) me casaré.
...¡Oh ricos hombres de la ciudad! ¡Oh fuentes y bosques sagrados de Tebas, la de hermosos carros! Os
invoco para que todos a la vez atestigüéis cómo sin que me lloren los amigos, y por qué leyes, me llevan hacia
las rocas montañosas que serán mi sepultura. ¡Desgraciada de mí, que estando entre los mortales no existo ya,
ni me hallo entre los vivos ni entre los muertos!
Vedme aquí que caminando voy. ¡Oh hermano, que tan infaustos honores alcanzaste! Muerto tú me matas-
te viva... Sin consuelos, sin amigos, sin boda, emprendo mi último viaje. Ya no me es permitido ver más esta
sagrada luz del sol. ¡Infeiz de mí! Y mi muerte sin lágrimas, ningún amigo la llora.
Creón.- (a los guardias).- Que os la llevéis enseguda y una vez que la encerréis en aquella abovedada
tumba, como os he mandado, dejadla sola y abandonada.
Antígona (caminando).- ¡Oh tumba, oh tálamo nupcial! ¡Oh subterránea mansión que me has de tener
encerrada para siempre! Ahí voy hacia los míos. Yo soy la última que bajo antes de llegar al término fijado a mi
vida, pero al bajar abrigo la firme esperanza de que he de llegar muy agradable a mi padre, y muy querida de
tí ¡oh madre! y también de tí ¡amado hermano!
(Muere Antígona en su solitaria tumba, a esar de que su nvio, el hijo de Creón, intercede por ella enfren-
tándose violentamente a su padre sin conseguir ablandarlo)
Creón ha ido demasiado lejos en su soberbia impía y Sófocles resuelve el conflicto haciendo que los
dioses lo castiguen con el suicidio de su hijo seguido luego por el de su esposa, sumiendo en dolorosa desespe-
ración al tirano que se atrevió a desafiar las leyes divinas con sus leyes.
El coro sintetiza así la lección que Sófocles se propuso dar a gobernantes y gobernados:
Coro.- La prudencia es la primera condición para la felicidad y es menerster en todo lo que los dioses se
refiere, no cometer impiedd, pues las insolentes bravatas de los soberbios las castigan con atroces desgracias
que les enseñan a ser prudentes en la vejez.