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Ya, supongo que con más calma y con la mente más fría, dirigió un mensaje a
la nación desde los Pinos que, al parecer fue grabado y editado.
1ª. Subieron a la tribuna bajo el argumento de que la zona del congreso estaba
sitiada y suspendidas las garantías, por lo que no bajarían de ella en tanto no
se retirara el ejército. (Cabe recordar que un par de legisladores de diferentes
partidos se habían quejado de lo mismo en tribuna y recibieron aplausos
estruendosos, como haciendo un llamado al Presidente por esa acción).
Pero, de repente, los gritos ya no eran en contra del “estado de sitio” sino de
reproche a las elecciones, a la negación del “voto por voto; casilla por casilla”.
Coreaban un “Sufragio efectivo no imposición…” ¿Qué relación había de esta
queja con la justificación inicial?
Sí, los mexicanos somos muy exigentes, pero no permitimos que se le falte al
respeto a nuestro presidente y, en la mente de muchos no se justificaba una
acción como esas. Dejaron como “mártir” al presidente Fox.
Tal vez haya quienes estén satisfechos con lo acontecido, pero lo responsable
debió ser asumir la línea de la institucionalidad, la vía del respeto, la
tolerancia,… Fox, increíblemente, logró contenerse. Y es que, por momentos,
se veía al presidente en la indecisión de si entraba o no al salón. Sabía que
podría ser agredido, no sólo verbal, sino físicamente, pero a pesar de ser muy
impulsivo ganó la razón y, ¿Por qué no? ¡Hasta la estrategia! Fox no entró.
Los que se equivocaron en la estrategia fueron los Legisladores del PRD pues,
a pesar de que muchos estarán de acuerdo con esa actitud, la imagen, ante la
gran cantidad de ciudadanos que estaban atentos al evento, y los que leyeron
los periódicos al día siguiente u oyeron la radio, esa no es forma de tratar a
nuestro presidente, lo apreciemos o no; hayamos votado por él o no; le
hayamos reconocido algo de trabajo o no.
Si, pierde México. Caemos en una incertidumbre de ¿que más se hará y hasta
donde llegará?