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El Banco Mundial asienta que los gobiernos y los universitarios no son sensibles a las
necesidades del mercado global. Por esto se propone cambiar la asignación de
presupuestos según criterios clásicos (matrícula y prestigio), a los criterios por rendimiento
según lo que indiquen los consumidores. Es decir, las universidades deberán reorientarse
(es decir, re-asignar presupuestos) según las necesidades de los "consumidores" (las
compañías privadas). El Banco Mundial ubica al profesorado como un elemento a
"reajustar" según este criterio mercantil. La libertad académica y la definitividad son un
estorbo, igual los sindicatos y asociaciones académicas. Es decir, se necesitan menos
académicos e investigadores, y "diferentes" académicos, investigadores, trabajadores
manuales y administrativos. En suma: readiestramiento y reestructuración. (Todo esto se
detalla en el Boletín de Canadian Association of University Teachers, traducción de Luis
Bueno Rodríguez, UAM-I).
Es obvia la coincidencia de este planteamiento con la ofensiva privatizadora y
reclasificadora que los gobiernos han dirigido en contra de las universidades publicas.
De pronto, los estudiantes huelguistas son sufridas ovejas conducidas por un perverso
pastor (que enseña la barriga, ¡horror!), y sólo esperan ser rescatadas por la clara
inteligencia que entiende que "no-es-el-momento-para-radicalismos". Vueltas que da el
mundo, los argumentos que ayer las autoridades usaron en contra de ellos (cuando
encabezaban los movimientos), son ahora esgrimidos frente a estos enemigos "ultras" que
son, es innegable, muy cómodos, dan la coartada perfecta que justifica la falta de
argumentos para las posiciones propias y la falta de ascendencia moral en un movimiento
que, ¿no se dan cuenta?, es nuevo en su fondo y en su forma. (...)
En este caso, ni siquiera la "ultra" dirige (y ellos lo saben) y una nueva generación está en
la universidad planteando no sólo la renovación del liderazgo estudiantil, sino también la
concepción misma de ese liderazgo.
¿Los estudiantes se gritan en las asambleas y se amenazan? ¿Y en el Congreso de la
Unión? ¿No son los diputados y senadores el máximo poder de la federación? ¿No han
llegado hasta los golpes?
¿Los estudiantes se pasan horas y horas en asambleas, discutiendo sin llegar a acuerdos?
¿Era diferente cuando los "moderados" lidereaban el movimiento?
(...) Algunos hechos reales y "olvidados" por los medios de comunicación: la "ultra" no ha
violado, ni golpeado ni encarcelado a ningún estudiante, no ha tratado de imponer un
reglamento de pagos a espaldas de la comunidad universitaria, no ha levantado actas
policiacas en contra de universitarios, no ha promovido las clases extramuros y no (es
evidente) ha orquestado una campaña de medios en contra del movimiento. (...)
Será la práctica y no el discurso la que, al paso del tiempo, defina radicalidades y
consecuencias. Entonces veremos dónde están los "claudicantes", "dialoguistas",
"entreguistas" y algún otro "istas" que se me escapa pero que no han cambiado mucho de
ayer a hoy. (...)
Por lo pronto, en manifiesto del 22 de junio.
"Hemos sostenido todo el tiempo nuestra disposición e interés en que se abra el diálogo,
reivindicando una bandera que el movimiento estudiantil ha reivindicado por años, que es el
diálogo público y abierto. (...) Porque no tenemos nada que esconder, porque queremos
que todos nos vean y nos escuchen, porque queremos que todos sepan cuáles son
nuestros argumentos y cuáles los de las autoridades.
¿De qué se asombran? ¿De que sostengamos con firmeza las características de este
diálogo, de que queremos hacer honor a las mejores enseñanzas del movimiento
estudiantil? ¿De que se sorprenden que se planteen condiciones elementales para el
diálogo, si lo que se pide es que se deje de reprimir, que se paren las actas, que le paren a
la labor de sus corruptas clases extramuros contra la huelga? Esto es lo planteado".
Parece que está claro.