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Diaz Rivera v. Municipio de Caguas formaba que el Municipio había tomado la determi-
LEANDRO DIAZ RIVERA, Recurrente, nación de suspenderlo de su empleo por un término
de cinco (5) días efectivo el 29 de junio de 1998.
v.
MUNICIPIO DE CAGUAS, REPRESENTADO Posteriormente, con fecha 3 de julio de 1998 se le
POR SU ALCALDE HON. WILLIAM MIRANDA envió otra comunicación al recurrente donde se le
MARIN, Recurrido. indicaba que se le formularían cargos y que sería
separado permanentemente de su empleo en base a
CASO NUM. DT 98-08-210 una serie de alegadas violaciones a las normas de
KLRA20010391 conducta plasmadas en el Manual sobre Procedi-
mientos Disciplinarios para los Empleados del Mu-
nicipio de Caguas, en adelante el Manual. Además de
EN EL TRIBUNAL DE CIRCUITO DE APELA- las imputaciones señaladas tales como el uso de len-
CIONES guaje obsceno e indecoroso en el lugar de trabajo se
En San Juan, Puerto Rico, a 14 de diciembre de 2001. encontraban también los hechos acaecidos el 26 de
junio de 1998 donde según el testimonio de un acom-
Nec. 14, 2001. pañante del Alcalde del Municipio, este último fue
agredido por el recurrente en un acto público en el
REVISION JUDICIAL DE RESOLUCION ADMIN- cual el Alcalde se iba a dirigir a la concurrencia cerca
ISTRATIVA EMITIDA POR EL JUNTA DE AD- de la Casa Alcaldía. Cabe señalar que el recurrente
MINISTRACION DE PERSONAL fue sometido a un proceso criminal por estos hechos
SOBRE: DESPIDO y fue encontrado culpable.
Panel integrado por su presidente, el juez Soler El Municipio indicaba que las normas infringidas
Aquino y los jueces Salas Soler y Escribano Medina eran las siguientes:
Norma 15: “No observar normas de comportamiento
RESOLUCION correcto, cortés y respetuoso con supervisores, com-
pañeros o ciudadanos”.
ESCRIBANO MEDINA, JUEZ PONENTE Norma 20: “Conducta incorrecta dentro o fuera del
trabajo de naturaleza tal que afecte el buen nombre,
refleje descrédito o ponga en dificultad al Municipio
*1 El señor Leandro Díaz Rivera, en adelante el re- o al Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto
currente, nos solicita la revocación de una resolución Rico”.
dictada por la Junta de Apelaciones del Sistema de Norma 25: “Cometer o provocar agresión o desorden
Administración de Personal (J.A.S.A .P). Dicho foro dentro de las propiedades del Municipio”.
administrativo declaró No Ha Lugar la apelación que Norma 33: “Realizar un acto o usar lenguaje
el recurrente hiciera de la decisión del Municipio de amenazante, indecente y obsceno”.
Caguas, en adelante el Municipio, destituyendolo de
su puesto por razones de conducta que lesionaban la
imagen del Municipio y que afectaban el fun- El 10 de agosto de 1998 el recurrente radicó una
cionamiento normal de las labores públicas. apelación ante J.A.S.A.P. solicitando que se le rein-
stalara inmediatamente en su empleo y que le fueran
satisfechos los haberes dejados de percibir por con-
I secuencia de la destitución alegadamente discrimina-
toria tras haber sido sancionado de una manera de-
El recurrente se desempeñaba como empleado del sproporcionada en relación a los hechos imputados, a
Municipio cuando recibió una notificación de 26 de saber actos relacionados a su ejercicio a la libre ex-
junio de 1998, suscrita por la Directora de Recursos presión. El recurrente, Presidente de la Federación de
Empleados Municipales del Turabo, actuaba como trativa celebrada ante dicha Junta de Apelaciones del
líder sindical y en ocasiones había denunciado fallas Sistema de Administración de Personal, según surge
de la Administración Municipal cuestionando los del propio informe del oficial examinador, como
alegados estilos discriminatorios de administración tampoco se aplican conforme establece el Manual
contra los empleados que éste representaba. sobre Procedimientos Disciplinarios para los Em-
pleados del Municipio de Caguas”.
*2 El Municipio contestó la apelación y alegó que la
conducta agresiva del recurrente era un riesgo a la Examinadas las posiciones de las partes y el derecho
seguridad de otros empleados del Municipio y le- aplicable procedemos a resolver.
sionaba la imagen y el buen funcionamiento de la
función pública. II
*4 Por estas razones la Ley Núm. 81 del 30 de agosto Por la aplicación directa sobre los empleados munici-
de 1991, según enmendada, conocida como la Ley de pales de la Ley de Etica Gubernamental del Estado
Municipios Autónomos del Estado Libre Asociado de Libre Asociado de Puerto Rico, Ley Núm. 12 de 24
Puerto Rico, en su Artículo 12.011, 21 L.P.R.A. sec. de julio de 1985, 3 L.P.R.A. secs. 1801 et seq., de-
4562, dispone, en lo pertinente, que: bemos considerar ciertas disposiciones que arrojan
luz sobre la procedencia de las actuaciones del Mu- tervención de funcionarios del orden público en los
nicipio en este caso. Entre las prohibiciones éticas de predios aledaños a la Casa Alcaldía del Municipio de
carácter general que señala esta ley se encuentra el Caguas. Las leyes y las determinaciones judiciales
mandato de que ningún funcionario o empleado que gobiernan la sana administración pública son las
público desacatará, ya sea personalmente o actuando normas imperantes en el caso ante nuestra consid-
como servidor público, las leyes en vigor en nuestra eración y éstas guían y rigen sobre los reglamentos de
jurisdicción. Artículo 3.2(a), 3 L.P.R.A. sec. 1822(a). personal promulgados que también sean aplicables.
Por otro lado, el Artículo 3.8(4), 3 L.P.R.A. sec.
1828(4), de esta ley dispone que: La suspensión sumaria con sueldo de un empleado
(4) La violación de cualquiera de las disposiciones de municipal que ha incurrido en actos de violencia es
este subcapítulo puede ser penalizada, en los casos una actuación adecuada y sensata en vista de que la
aplicables, con cualquiera de las siguientes sanciones jurisprudencia ha indicado que no es necesaria la
administrativas impuestas por la autoridad corre- celebración de una vista previa al despido cuando el
spondiente: patrono entiende que la presencia de dicho empleado
*5 (A) Amonestación escrita. representa un peligro significativo para los demás.
(B) Suspensión de empleo y sueldo. Cleveland Board of Education v. Loudermill, 470
(C) Destitución o despido. U.S. 532, 544-545 (1985).
En nuestra jurisdicción impera el principio jurídico Estamos viviendo una época en que se está utilizando
general, de arraigo constitucional, de que las medidas la violencia como si fuese un ejercicio válido de la
disciplinarias impuestas a empleados públicos deben expresión y peor aún se le ha ido perdiendo el respeto
guardar proporción con la falta cometida. Soto v. a las posiciones de jerarquía y figuras de autoridad.
Adm. Inst. Juveniles, 148 D.P.R. ---- (1999), 99 J.T.S. Esa conducta no tiene cabida ni en la función pública
109.La destitución de un empleado público es un ni en el campo sindical. Debemos ceñirnos al pre-
‘castigo extremo’, que procede únicamente cuando la cepto divino enunciado en la epístola del apóstol San
falta de dicho empleado es de eminente gravedad. Id. Pablo a los Romanos, capítulo 13:1 “todos deben
someterse a las personas que ejercen autoridad.
En Torres Solano v. P.R.T.C., supra, a las págs. 515 Porque no hay autoridad que no venga de Dios, y las
516, se resolvió que, conforme a los parámetros que que existen fueron puestas por él”.
rigen el empleo público, la agresión física de un em-
pleado contra otro es causa justificada para su de- *6 Entendemos que la situación fáctica y jurídica de
spido aunque sea su primera falta. Claro está, debe- este caso no amerita que revoquemos la determi-
mos señalar que en este caso el Reglamento de la nación del foro administrativo. El recurrente no pre-
Teléfonica tipificaba esa conducta como causa para la sentó evidencia suficiente que lograra derrotar la pre-
destitución. sunción de regularidad y corrección de la cual goza la
decisión administrativa. No se trató de una decisión
El efecto directo de una agresión a un compañero de arbitraria o caprichosa que no estuviese sostenida por
trabajo es el daño físico, la humillación y el la totalidad de la prueba desfilada.
menosprecio de la dignidad humana del agredido,
que además, puede causar daños directos a la prop- III
iedad de la agencia, así como distraer la atención de
los demás compañeros de labores. Id. En la cadena de Dado que el recurrente no logró demostrar que la
eventos directos detiene así la continuidad y regulari- resolución de J.A.S.A.P. adoleciera de alguna falla
dad en la prestación de servicios en menoscabo de la que nos moviera a expedir el auto de revisión, se
eficiencia y productividad de la agencia. Id. deneiga el mismo.
Los hechos de este caso demuestran que la conducta Lo acordó y manda el Tribunal y lo certifica la
del recurrente infringió esta norma de sana y segura Señora Secretaria General.
administración pública al estar envuelto en conducta
agresiva contra otro empleado del Municipio la cual
desembocó en una trifulca que hizo necesaria la in- AIDA I. OQUENDO GRAULAU
SECRETARIA GENERAL
TCA,2001.
2001 WL 1757967
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