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Hecho ilicito (tort) en el derecho norteamericano Olga Dos Santos - Revista de la Facultad de Ciencias Jurfdicas y Polfticas, N° 76 Universidad Central de Venezuela 1. Introducci6én Il. Concepcién tradicional: 1. Alabama vs Carrol (1892) 2. Criticas a la Lex Loci Delicti Il. Evoluci6n de la jurisprudencia: 1, Levy vs Danicls (1928) 2. Primer Restatement (1934) 3. Walton vs Arabian American Oil Co. (1956) 4. Kilberg vs Northeast Airlines Inc. (1961) IV, Comicnzo de la nueva cra en materia de torts” Babcock vs Jackson (1963). Elementos en los cuales se basa la decisién: interés especial por Ja cuestién debatida y relacién significativa con el caso. Critica a ta de- cision. V. Tendencias postcriores a Babcock vs Jackson: 1, Dym vs Gordon (1965) . 2. Macey vs Rozbicki (1965) 3. Tooker vs Lépez (1969) 4. Segundo Testatement (1971) 5. Neumcier vs Kuchner (1972) 6. Erwin vs Tomas (1973) 7. Rosenthal vs Warren (1973) . La experiencia del Estado de Califomia 9, Comentarios de las relevantes reglas de la jurisprudencia norteameri- cana: dela “rclacién mds significativa”, del “mejor derecho” y de los “in- tereses prevalecientes”. 9 VI. Perspectivas futuras VII. Influencia del desarrollo norteamericano en los sistemas continentales. VIII. Conclusiones 236 OLGA DOS SANTOS I, INTRODUCCION La palabra tort, de origen francés, no tiene traduccién precisa en la lengua castellana, sin embargo esta figura jurfdica ha sido definida por diversos au- tores angloamericanos: Jenks ha definido el tort como “un ilfcito civil, diferente a la ruptura de un contrato, oor el cual el common law concede una accién pastoral para el resar- cimiento del dafio”. Jotlowicz, que considera esta rama del Derecho como “The most case law branch”, cree que la nota comtin a su vario contenido es el indicar “una via para obtener una compensacién econémica por dafios pro- ducidos en materia no contractual”, Para Weir, el Derecho de torts “determi- na cuando una persona debe indemnizar a otra por dafios producidos ilfcita- mente” (1). Dentro de la evolucién del sistema norteamericano, los torts han adquirido una gran importancia al punto de constituir una verdadera rama def Derecho, con matices casufsticos y donde se ha venido librando una batalla de posicio- nes te6ricas diversas. A continuacién trataremos de exponer }a evolucién jurisprudencial en ma- teria de torts, a través del andlisis de los casos pr4cticos que han scrvido de ba- se para su desarrollo dentro del sistema norteamericano. II. CONCEPCION TRADICIONAL 1. Alabama vs Carroll (1892) A. Los hechos E! Sr. Carroll, ciudadano de Alabama, sc desempefiaba como empleado al servicio de la Compafifa Alabama Great Southem Raibood, ia cual operaba un ferrocarrill que se extendfa desde Chattanooga, en cl Estado de Tennessee, a través de Alabama hasta Meridian, en el Estado de Mississippi. En una opor- tunidad en que el Sr. Carrol] iba como guardafrenos en un tren de carga des- (1) Miguel de Angulo Rodriguez: La responsabilidad civil por dafios extracontractuales (torts) en cf Derecho Internacional Privado Inglés, Anuario de Derecho Civil, T. XXII, V.II, Madrid 1970, p. 367. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 237 de Birmingham (Alabama) a Meridiam (Mississippi), result6 seriamente he- tido debido al rompimiento de una unién entre dos carros del tren de carga, lo cual ocurrié en el Estado de Mississippi. El Sr. Carrol demandé en Alabama B. Alegatos del demandante El Sr. Carroll construy6 sus argumentos, para lograr la reparacién del dafio sufrido, bajo el punto de vista de la responsabilidad del patrono, consagrada en la ley de Alabama. El demandante demostré que el eslabén, cuya ruptura produjo el accidente, estaba defectuoso cuando el tren partié de Birmingham. Ademés, éste probé que era responsabilidad de ciertos eripleados de la com- pafifa demandada, inspeccionar ios eslabones que unen los carros de los trenes alo largo de toda Ja Ifnea, siendo el conductor del tren uno de los responsables en dar cumplimiento a tal obligacién. Las pruebas aportadas dabgn base para inferir que hubo omisi6n negligente por parte de tales empleados en ejecutar dicha obligacién, o si ésta fuera ejecutada, se hizo en forma negligente. El demandante alegé que los hechos salfan de la regla general y que debf- a condenarse al demandado al pago de los dajios, de acuerdo con lo estableci- do en la seccién 2590 det Codigo, puesto que las pruebas demostraban que la negligencia que produjo el accidente tuvo lugar en Alabama, y que por ello, in- distintamente de donde se manifiesten las consecuencias de tal negligencia, podrfa acordarse el resarcimiento en Alabama. Finalmente, la parte actora aleg6 la aplicacién analégica de la regla estatu- taria del derecho comin criminal. C. Alegatos de la demandada Presumimos que Ia defensa aleg6 la aplicacién de la lex loci delicti en la for- ma como tradicionalmente venfa interpreténdose, es decir, como la ley del lu- gar donde se produjo cl daiio. D. Decisién de la Corte El sentenciador al analizar los hechos sefiala que el tren cruzé el Estado de Alabama sin que se produjera ningun daiio: el hecho que crea el dercho a de- mandar, y sin el cual ninguna accién podria ser intentada en jurisdiccién algu- na, es cl dafio, el cual tuvo lugar-cn Mississippi; es cn ese Estado donde sur- 238 OLGA DOS SANTOS gi6 la causa de accién, y a cuya ley debe quedar sometida. Conforme a la sentencia, la seccién 2590 del Cédigo de Alabama no tiene eficacia mds alld de los Ifmites de Alabaman. Seguin el sentenciador, laSécci6n 2590 debe interpretarse, a la luz de !os principios universalmente reconocidos de Derecho Privado Intemacionai 0 Interestatal, como si su aplicaci6n hubie- se sido limitada expresamente al Estado de Alabama y como si la primera If- nea se leyera como sigue: “Cuando un dajio personal es recibido en Alabama por un sirviente 0 empteado”, cic. De allf que por cl daiio sufrido fuera del Es- tado de Alabama, laley de éste tiltimo no reconoce el derecho aindemnizacién, porlo que fa parte agraviada debe buscar en la ley local para indagar cudles son sus derechos (2). El Juez sostiene, ademds, que es inaplicable la regla estatutaria det derecho comin criminal: podrfa haber alguna analogfa si cl demandante hubiese sido golpeado en Alabama, y padecido por el goipe en Mississippi, no siendo ¢s- te el caso. Sin embargo, en la doctrina de derecho criminal cuando un acto ile- gal es cometido cn una jurisdiccién o Estado, y sus efectos se producen en o- tra, el crimen se tiene por perfeccionado cn cl Estado donde se manifiesta el resultadoy no donde el acto fue cometido. Por otra parte y respondiendo al argumento del actor en relaci6n ala respon- sabilidad del patrono como parte del contrato que entre cllos existfa, cl senten- ciador aclara que tal alegato sucnacomo si las obligaciones y responsabilida- des legales pudicran calificarse como contractuales, lo cual conducirfa a con- clusione cuya posibilidasd hasta ahora no ha sido sugerida por ningtin tribu- nal o jurista, y que asombraria a la profesién. La Icy no tiene interés en las dis- posiciones contractuaics excepto para determinar la relacion existente. Encon- trada ésta, cl cstatuto le impone ciertas obligaciones y responsabilidades a las partes, sin tomar cn consideracién las estipulaciones contractuales; dicho es- tatuto gobiema la conducta de las personas que se encuentran en una relacién de patrono y empleado y realizan actos dentro del Estado de Alabama. Missis- sippi tiene, en opinién del Juez, igual derecho de establecer reglas guberna- mentales para tales personas dentro de sus Ifmites: cuando su legalidad sale a relucir hay que precisar si el hecho ocurrio territorialmente en uno u otro Es- tado. (2) Roger C. Cramton-David P, Currie- Herma H. Kay: Conflict of Law, Second Edition, A- merican Casebook, West Publishing Co., 1975, C.1, Sec. 1, p. 10. . HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 239 E. Comentarios Enel caso Alabama Great Southem R.R.Co. vs Carrol, la aplicaci6n estric- ta de la regia tradicional (lex loci delicti) condujo a una soluci6n objetiva pe- ro un tanto injusta, por cuanto el lugar donde ocurrié el dafio fue realmente for- tuito, pero en opinién del sentenciador era determinante ya que de no haber- se producido el dafio, nunca hubiera surgido la causa de accién. Ademés, no se toma en consideracién el hecho de la inspeccién negligente efectuada en Alabama por los empleados de 1a compafifa (si hubo alguna), hecho que real- mente tenfa una conexi6n innegable con el accidente ocurrido. 2. Criticas a la lex loci delicti Por muchos afios esta regla de escogenciade la ley disfrutdé de una acepta- ci6n incuestionabte. En el plano teérico, Ja regla tradicional conéordaba con Ta teorfa de los derechos protegidos, la cual disfrutaba de una considerable aceptacién durante la primera mitad del presente siglo. Esta regla consistfa en que tanto los derechos como las responsabilidades en materia de “torts” esta- ban sometidos a la ley del lugar del hecho, entendiéndose por éste “el lugar donde ocurrié el ultimo evento necesario para hacer el actor responsable” (3). Ahora bien, el lugar del hecho es usualmente el lugar donde se produce el dafio, debido a que no puede haber responsabilidad sin laexistencia de éste. En tal sentido, sostiene Reese: “puesto que no puede existir tort sin dafio, esta re- gla, en efecto, provee la aplicacién de la ley del lugar del dafio” (4). En el pasado, Ia gran mayorfa de las decisiones se basaron en la regla tra- dicional. En gran cantidad de casos tanto la conducta dafiosa como cl dafio ocu- rrfan en el mismo Estado, por lo que la aplicacién de la lex loci delicti funcio- n6 razonablemente bien. La aplicacién mec4nica de esta regla se volvié pro- blematica cuando més de un Estdo tenfa una relaci6n significante con el caso concreto, En opinién de Reese, el lugar del dafio tiene una importante conexién con casos de “torts” en los que el dajio se ha producido a una persona 0 a bienes tan- gibles, e incluso en otras formas de dafio. La aplicacién de 1a ley del lugar del dafio podrfa haber sido pensada con 1a finalidad de proteger a la persona con (3) Eugene F. Scoles-Peter Hay: Conflict Of Laws, West Publishing Co., 1982, C. 17, p. 552. (4) Willis LM. Reese: General Course on Private Intemational Law, Recueil Des Cours, Co- Mected Courses of the Hague Academy of International Law, T. 150, 1976 II, p. 107. 240 OLGA DOS SANTOS el derecho que le corresponde, conforme a la ley del Estado donde la misma se encontraba para el momento critico, lo cual podrfa, en todo caso, estar en concordancia con las expectativas de las partes, puesto que es probable que una persona, si entra a considerar su situaci6n, esperarfa que sus derechos estuvie- sen determinados por ta Iey del guar donde él sufrié el dafto. Sin embargo, los casos surgidos han demostrado que no es posible aplicar Ja lex loci delicti en forma inflexible. Inclusive, al ser analizada la sentencia del caso Alabama Great Southem Railrood vs. Carroll por algunos tratadistas, se ha sostenido que el verdadero hecho dafioso fue la inspeccién tealizada en forma negligente en Alabama. No obstante, la Corte Suprema definio como lu- gar del hecho dafioso el lugar donde se produjo el dajio, dandole excesiva im- portancia a este factor fortuito, El autor Morris, al comentar este punto en su obra “The Proper Law of a Tort” scfiala, a modo ilustrativo, que “la ley Ale- mana resuclve este problema con una referencia altcrnativa a la ley del lugar delaconductao del dafio, dependiendo de cual es mds conveniente para la vic- tima”. (5). Ill, EVOLUCION DE LA JURISPRUDENCIA 1. Levy vs Daniels (1928) A. Los hechos El Sr. Sack renté un automévil a la empresa Danicls” U-Drive Auto Ren- ting Co, en Hartford, Estado de Connecticut, y emprendié un viaje llevando por pasajero al Sr. Levy. Cuando el arrendatario conducfa por 1a autopista prin- cipal de Logmeadow, Massachusetts, se detuvo negligentemente en toda la in- tersecciGn de su via con la de sentido contrario, sin advertir en forma suficien- te alos vchiculos que le seguian y sin poner en funcionamiento las luces indi- cadoras traseras; la visibitidad eran sumamente baja debido al terrible estado del tiempo. El Sr. Maginn, conductor del vehiculo que venia detras del condu- cido por el Sr. Sack, se estrellé contra este ultimo en forma negligente, a con- secuencia de lo cual el Sr. Levy result6 seriamente herido. Aparentemente, el Sr. Levy demand6 tanto al conductor del vehfculo en el que viajabaa, como al (5) EF. Scoles-P. Hay: Conflict of Laws, op. cit., p. 553. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 241 Sr. Maginn y a la empresa Daniels’ U-Drive Auto Renting Co., pero esta de- cisiGn va a referirse especificamente a la responsabilidad de ésta ultima. B. Alegatos del demandante El demandante admite que conforme a la ley del Estado de Massachusetts tiene una causa de acci6n contra el Sr. Sack y el Sr. Maginn, en raz6n de sus conductas negligentes, pero alega que la demanda intentada contra Daniels’ U- Drive Auto Renting Co., es de naturaleza contractual por lo que, de acuerdo con los Public Acts de Connecticut de 1925 “cualquier persona que rente a otra un vehfculo automotor de su propiedad es responsable por los dafios a cual- quier persona o bienes causados por su vehfculo mientras esté rentado” (6). Sostiene el abogado de la parte actora que la responsabilidad por dafios cau- sados en el manejo del vehiculo significa que tales dafios han sido consecuen- cia de su manejo negligente: ésta es sin duda, en su criterio, la intencién dela norma, de lo contrario no tendrfa validez, de allf que la demanda se base en el manejo negligente del vehfculo, scfialéndose que cl cstatuto le daal demandan- te un derecho indirecto contra la empresa que rent6 el mencionado vehfculo, derecho que es una consecuencia directa del contrato de arrendamiento. Ade- mds, se argumenta que el propésito de la ley (estatuto) no fue primariamente el otorgar a la persona lesionada un derecho de resarcimiento porlailfcita con- ducci6n del vehfculo, sino més bien el de proteger la seguridad del tréfico en las autopistas, otorgando un incentivo a aquél que arrienda vehfculos de mo- tor para que Io haga a personas competentes y cuidadosas, haciéndolo respon- sable del dafio que resulte del mancjo negligente del vehfculo. C. Alegatos de la parte demandada Prentendfa la demanda que el conflicto planteado era un caso de responsa- bilidad civil extracontractual (tort) y que, en consecuencia, su responsabili- dasd debfa ser determinada por la Ley del Estado de Massachusetts (lex loci delicti). Se dice en el fallo comentado que de resultar cicrta esa posicién de- berfa aplicarse el derecho comin del citado Estado y cn consecuencia, el de- mandante tendrfa, en todo caso, una accién contra Sack Y Maggin por la ne- gligencia de ambos en conducir los vehiculos pero la empresa arrendadora no (6) R.C, Cramton-D.P. Currie-H.H. Kay: Conflict of Laws, op. cit., Sec. 2, p. 76. 242 OLGA DOS SANTOS serfa responsable: “La locus delicti determinarfa la existencia de una causa de accién...” (7). D. Decisién del Tribunal de Connecticut La sentencia sefiala que la ley (estatuto) establece la responsabilidad de la persona que renta un vehfculo aulomotor como parte de todo contrato de arren- damiento de vehiculo automotor en Connecticut: la responsabilidad por el he- cho ilicito cs creada por la ley del lugar det hecho, pero ta responsabilidad que surge de un contrato depende de la ley del lugar del contrato. A continuaci6n transcribimos parte de la decisién: “«, Si la responsabilidad de la demandada bajo este estatuto es contractual, ninguna duda puede surgir en cuanto al derecho del actor para hacer cumplir este contrato... El contrato fue celebrado en Connecticut; al instante de su ce- lebracion la ley hizo parte de! contrato de arrendamicnto la responsabilidad de ja demanda... La ley inserté en cl contrato esta prevision. La Iey no creé la res- ponsabilidad: ésta se impone en caso de que la demandada voluntariamente rente el vehiculo, Si ésta por su acto voluntario celebré el contrato de arrenda- miento, debe aceptar las condicioncs en las cuales la ley permite tal cclebra- ci6n... El derecho del actor como beneficiario del contrato para intentar 1a ac- cién no es mas una duda para este Estado... El contrato fue celebrado para é1 y cada otro miembro de! publico. Que cl beneficiario sea indeterminado no ha- ce diferencia. La lesién determina su identidad y su derecho a fa accion... El consentimiento del beneficiario, de ser requerido, se manifiesta en cl ejercicio de la acci6n en base al contrato. La pretensién de la demandada debié ser de- sechada...” (8). E. Comentarios La anterior sentencia resulta sumamente interesante en el sentido de que desvia completamente la posibilidad de la responsabilidad extracontractual de la empresa demandada. Esto no quicre decir que la mencionada empresa no tenga responsabilidad sino que, conforme se sefiala en la sentencia, ésta se si- tua concretamente en e} Ambito contractual. Para cl Tribunal sentenciador la (7) RC. Cramton-D.P. Currie-H.H. Kay: Conflict of Laws, op. cit., p. 76. (8) R.C. Cramton-D.P. Currie- H-H. Kay: Conflict of Laws, op. cit., p. 78. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 243 obligacién de resarcir el dafio al demandante deviene de la imposicién de és- ta por parte de una ley o estatuto. Es de observar que el demandante no es parte en cl contrato de arrendmaien- to, pero la sentencia lo califica como beneficiario del contratio, quien ha que- dado determinado por cl ehcho de haber sido lesionado, lo cual lo faculta pa- ra ejercer la accién contra quien arrend6 el veh{culo automotor. Obviamente, cl objeto del litigio no fue planteado en la decisién como un caso de “torts” en el sentido en que lo hemos definido al comienzo de este tra- bajo. 2. Primer Restatement (1934) Conforme a la regla tradicional de escogencia de la ley, los drechos sustan- tivos y las responsabilidades que surgen de los hechos ilfcitos son, determina- bles por la ley del lugar del hecho. Esto tiene su fundacién conceptual enladoc- trina de los derechos protegidos (‘‘vested rights”) segun la cual, el derecho al resarcimiento por un hecho ilfcito extranjero debe su creacién a la ley de la ju- risdiccién donde ocurre el dafio, y depende para su existencia y extensién s6- Jo de esa ley. La doctrina de los derechos protegidos ha cafdo en descrédito por no tomar en consideracién los aspectos practicos de los casos concretos. Ade- més, la teorfa ignora el interés que otras jurisdicciones, diferentes a aquélla en Ja que tiene lugar el hecho ilfcito, pudieran tener en la resoluci6n de casos par- ticulares. Es por estas razones que, a pesar de la certeza (aparente) proporcio- nada por la regla tradicional (lex loci delicti), surge toda una tendencia judi- cial hacia su modificacién. 3. Walton vs Arabian American Oil Co, (1956) A. Los hechos El Sr. Walton (demandante), quien es ciudadano y residente de Arkansas (EE.UU), tuvo un accidente automovilfstico cuando se encontraba temporal- mente en Arabia Saudita. Este resulté seriamente herido al chocar contra un ca- mi6n mancejado por un empleado de la empresa Arabian American Oil Co., (demandado), corporacin constituida en Delaware, con licencia para cfectuar negocios en Nueva York y que para ese momento venfa realizando un gran nu- 244 OLGA DOS SANTOS mero de actividades comerciales en Arabia Saudita. El Sr. Walton demanda por ante una Corte en cl Estado de Nueva York. Aparentemente, habfa eviden- cia segun la cual se podrfa haber inferido que, conforme a las decisiones rei- teradas de Nueva York, c] demandado fue negligente y por lo tanto podrfa ser responsable frente al demandante. B. Alegatos del actor El demandante en cl libelo no alegé la pertinencia de la aplicaci6n de la ley de Arabia Saudita, ni durante el curos del proceso la prob6 u ofrecié probar- Ja. Sin embargo alegé que cl caso envolvfaa tales principios rudimentarios de responsabilidad extracontractual que cl Juez, en vista de la no existencia de prucba cn contrario, debfa presumir que csos principios cran reconocidos en Arabia Saudita, y porio tanto, cl demandado tenfa la carga de 1a prueba en con- trario. Otro de los argumentos de] abogado del demandado fue que Arabia Saudi- ta cs un pafs “incivilizado” y que por tanto no era aplicable la lex loci delic- ti, No obstante, la circunstancia de pafs “incivilizado” no fue probada en el pro- ceso. C. Alegatos del demandado El demandado no aleg6, en su contestacién de la demanda, fa aplicabilidad de Ia ley de Arabia Saudita, ni la probé en el proceso, y mucho menos ofrecié probarla. D, El proceso La demanda fue admitida en mayo de 1949. En las audiciencias previas al juicio se discutid el problema de la demostracién de la Ley de Arabia Saudi- ta, Enel juicio, instaurado en 1953, el Juez sefiala que cn su opini6n, la carga de la prucba de la ley extranjera la tenfa el demandante. El abogado del deman- dante indicé que no estaba preparado para probar la ley de Arabia Saudita, por Jo que el Jucz sugicre diferir el juicio hasta que el demandante esté preparado para probarla, lo que no fue acogido por éste Ultimo, prefiriendo su abogado la aplicacién de la ley de Nueva York. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 245 E£, La decisién del Tribunal de Nueva York Debido a la diversidad de elementos, debfa aplicarse las reglas de conflic- to de leyes de Nueva York. Conforme a éstas, la ley sustantiva aplicable en un caso de responsabilidad extracontractual es la ley donde ocurrié el hecho que da lugar a tal responsabilidad, teniendo el demandante la carga de la prueba de dicha ley, conforme a las decisiones de Nueva York. Ahora bien, tomando en cuenta Jo antes dicho, el Juez, en cl caso especffi- co que estamos analizando, decidié no aplicar la ley de Arabia Saudita por cuanto no fue probada en el proceso por el demandante, y cn consecuencia cl Juez deseché 1a demanda, por considerar que tal prucba cra un elemento esen- cial en ese caso y porque hubicra sido un abuso de discrecionalidad bajo las le- yes de Nueva York al aplicar la ley de Arabia Saudita. D. Comentarios En el caso analizado se determin6 que la Icy aplicable como soluci6n era la ley loci delicti (ugar de comisi6n del hecho ilfcito), condicionada a la circuns- tancia de que debia ser probada por cl demandante, esto en virtud de conside- rar la regia general federal (americana) que la ley de un pals extranjero es un hecho que debe ser probado de acuerdo con las reglas para las prucbas. Todo esto obviamente dificulté la soluci6n material del caso: cl desechar la demanda, por considerar que laley extranjera aplicablc no fuc probada, fue una solucién procesal, pero en definitiva cl Juez no aplicé ninguna norma sustan- tiva que hubiese aclarado si el demandado era o no responsable. A mi modo de ver, considerando que los hechos acaccicron alrededor del afio 1949, lo cual podria justificar el desconocimiento del ordenamicnto jurf- dico de Arabia Saudita, debié aplicarse, como solucién al conflicto de leyes, Ja ley sustantiva que tenfa una conexi6n més cereana con la relacién jurfdica existencia entre las partes, es decir, en este caso, la lex fori. No obstante, dado que la soluci6n aplicable conforme a las reglas de con- flicto del Estado de Nueva York era la lex loci delicti, ésta en todo caso debid aplicarse de oficio, promoviendo e} Juez la prueba de la ley extranjera median- te exhorto. 246 OLGA DOS SANTOS 4, Kilberg vs Northeast Airlines Inc (1961) A. Los hechos Enagosto de 1958 un avi6 de la lfnea aérea Northeast Airlines Inc., enel cur- so de su vuelo desde el aeropuerto de Nueva York, se estrellé e incendié en Nantuchet, Massachusetts; como consecuencia de lo sucedido, la Ifnea aére- aes demandada por el representante de los derechos de uno de los pasajeros fallecidos. La demanda presente tres causas de accion, la segunda de las cua- les fue rechazada por la Divisién de Apelaciones, decisi6n que es apelada por el demandante. B. Alegatos del actor La segund acausa de accién presentada alega que, antes de abordar el avié en el Acropuerto de La Guardia (Nueva York), el pasajero fallecido compré ala Ifnea un boleto para su traslado a Nantucket, y que la empresa demanda- da, al causarle la muerte la mencionado pasajero, violé el contrato por incum- plir la obligacién de trasportar con seguridad. Se sefiala ademAs que se causa- ton perjuicios sustanciales al patrimonio del pasajero fallecido y al de aqué- los que de é1 depend{fan, dafios estirnados en ciento cincuenta mil délares (in- cluido el lucro cesante), Se puede inferir que en la segunda causa de accién el demandante pretende la aplicaci6n de la ley que rige el contrato, es decir, laley del Estado de Nueva York. C. Decisién del Tribunal de Nueva York La segunda causa de acci6n es desechada dado que los casos de muerte por error se derivan de los Estatutos (leyes), siendo el que rige Ja acci6n en tales casos el del hecho dafioso. Esto sin embargo, sostiene cl sentenciador, no sig- nifica que no se pueda obtener un resarcimiento superior a los quince mil d6- lares, m4ximo que establece la Ley de Massachusetts: juzga injusta esta timi- -taci6n por cuanto el lugar donde ocurre el accidente es completamente fortui- to. Destaca, incluso, el supueto de un accidente que puede comenzar en un Es- tado y terminar en otro Estado. Afiade que las cortes deberfan proveer de pro- tecciGn a la gente del Estado de Nueva York en contra del trato injusto y ana- crénico en los juicios que derivan de esos siniestros. 1 HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 247 Conforme a lo que sefiala la sentencia, tanto Massachusetts como Nueva York admiten las demandas contra los transportadores en caso de muerte por error, la controversia entre los dos Estados estarfa en el Ifmite maximo del re- sarcimiento: La norma de Orden Puiblico del Estado de Nueva York que pro- hibe la imposicién de limites a tales dafios es concisa, clara y antigua. Ademds desde la Constitucién de 1894 la norma bdsica ha sido que el monto de la re- paraciénno se someterfa a ninguna limitaciGn estatutaria. Por lo tanto, para los tribunales de Nueva York el establecer un tope maximo al resarcimiento, al menor en selaci6n a aquellas personas domiciliadas en Nueva York, es com- pletamente contrario al Orden Piiblico de este Estado, por lo que debe recha- zarse la aplicacién de esa parte de la Ley de Massachussetts. Por tiltimo, es- tablece que debido a lo fuerte de esta norma de Orden Publico, el cdlculo de la magnitud de! dafio se considera como una cuestién procedimental contro- lada por las normas del foro. D. Comentarios Es sumamente interesante observar como en este caso el sentenciador con- cluye que, portratarse de la determinaci6n de la responsabilidad extracontrac- tual en un supuesto de “muerte por error”, la Jey aplicable es 1a lex loci delic- ti, es decir, la Ley de Massachusetts, pero or ser su limitaci6n de la cuantfa del, resarcimiento contraria al orden ptiblico de Nueva York, se rechaza la aplica- ci6n de esa parte de la lex loci delicti. En definitiva lo que se aplicé fue la lex fori ya que la diferencia entre éstay laley de Massachusetts radicaba justamen- te en que por razones de orden publico, no existfa en Nueva York limitacién en relaci6n al monto por el cual podfa demandarse en un caso de “tort” funda- mentado en la muerte por error de una persona. INI. COMIENZO DELA NUEVA ERA en materia de los “torts”. Babcock vs Jackson (1963). Elementos en los cuales se basa la decisién: interés es- pecial por 1a cuestién debatida y relacion significativa con el caso. Criti- ca de la decisién. A. Los hechos El 16 de septiembre de 1960, el matrimonio Jackson en compafifa de la Sra. Georgia Babcock, todos residentes de Rochester, salieron desde esta ciudad a 248 OLGA DOS SANTOS Canadé4 en un paseo de fin de semana. La Sra. Babcock habfa sido invitada por Jos Jackson, y el viaje se efectué en el automévil propiedad del Sr. William Jackson. Aparentemente, éste perdi6 el control del mencionado vehfculo cuan- do se encontraba manejando en la Provincia de Ontario, saliéndose de la au- topista y chocando contra una pared de piedra. La Sra. Babcock result6 seria- mente herida, y luego de su regreso al Estado de Nueva York demand6 al Sr. Jackson. B. Alegatos de la parte actora ‘ La demandante alegé que el Sr. Jackson, quien conducfa en el viaje duran- te el cual se produjo el accidente, habfa incurrido en negligencia. Sin embar- 20 no se observa alegato alguno, por parte de la demandante, en relacién a la aplicabilidad de una ley en particular, lo que hace presumir que tal vez ésta su- ponfa que su caso se resolverfa de acuerdo a Ja ley del Estado de Nueva York, C. Alegatos de parte demandada El demandado pidié que se declarara sin lugar la demanda alegando que la ley aplicable era la ley del lugar donde el accidente ocurrié, conforme ala cual el duefio 0 conductor de un vehfculo de motor, diferente a un vehfculo utiliza- do en el negocio de transportacién de pasajeros, no era responsable por cual- quier pérdida 0 dafio resultante en caso de herida corporal o muerte de cual- quier persona que se encontrase en el veh{culo de motor. D. Decisién. Elementos en los cuales'se basa la decisidn: interés especial por ia cuestién debatida y relacién significativa con el caso. La sentencia definitiva parte; en su andlisis, de Ja siguiente interrogante: {Debe aplicarse invariablemente la ley del lugar donde ocurrié el hecho que da origen a la responsabilidad extracontractual, o debe ser reflejada, en la re- gla de escogencia de una ley, la consideracién de otros factores que son rele- vantes, con el propésito de reforzar o negar una solucién? Comienza dicha sentencia por sefialr que la tradicional regla de escogencia de ley, contenida en el primer “Restatement of Conflict of Laws” ha sido que los derechos sustantivos y responsabilidades extracontrartuales se determinan HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 249 conforme a la ley del lugra del hecho que las originan, basada en la doctrina de los “vested rights”, doctrina que comenzé a caer en descrédito debido, en- tre otras razones, a que no tomaba en consideracién el interés que otras juris- dicciones, diferentes a aquélla en la cual se produjo el hecho que origina la res- ponsabilidad extracontractual, pudieran tener en la resolucién de los aspectos particulares del caso. En apoyo de la tendencia hacia el abandono o modifica- cin de la mencionada regla tradicional, la sentencia indica una serie de casos, como el de Auten contra Auten, el de Kilberg contra Northeast Airlines, Inc. entre otros, en los cuales tas Cortes de Nueva York declinaron la aplicacién de laley del lugar donde ocurrié el hecho que motivé la responsabilidad extracon- tractual, aclarando que tales casos eran diferentes unos de otros, pero que te- nfan dos aspectos comunes importantes: a) El rechazo de Ja lex loci delicti cuando el lugar donde ocurrié el hecho no tenfa un interés relevante con el caso en particular, y b) La aplicacién de la ley de la jurisdicci6n que estuviese mds relacionada con la circunstancia del caso, visto en su totalidad (siendo el lugar donde aca- ecieron los hechos simplemente fortuito). La sentencia analiza seguidamente por qué Ja teorfa de] “center of gravity” (centro de gravedad) o “grouping of contacts” (agrupacién de conexiones) puede proporcionar el mejor enfoque, a fin de relacionar los diferentes intere- ses en los casos de responsabilidad extracontractual con los multiples Estados que puedan estar envueltos, permitiéndose al foro el aplicar 1a norma de 1a ju- risdiccién ms fntimamente relacionada con el objeto del litigio. Se establece que este enfoque ha sido acogido en Ja mAs reciente versién de los “Conflict of Laws Restatement” en cl campo de los “torts”. Tomando como base esta nueva regla, el sentenciador realiza una comparacién entre los intereses y co- nexiones del Estado de Nueva York y los de Ontario en el caso que est4 sen- tenciando, dejando sentado en forma clara que es el Estado de Nueva York el que incuestionablemente tiene un interés dierecto y mayor por las siguientes razones: a) la persona herida era una invitada residente en Nueva York, b) el demandado, quien incurrié en negligencia, residfa también en Nueva York, siendo la licencia y el seguro de su automévil de este uiltimo Estado. La tini- ca relacién con Ontario es que el accidente ocurrié ailf. En tal sentido, la ley aplicable serfa ta del Estado de Nueva York seguin la cual habrfa lugar a orde- nar una compensaci6n por dafio producido al pasajero invitado, a causa de la negligencia del conductor del vehfculo en el que viajaban. A pesar de haber fundamentado esta sentencia en la nueva regla de la agru- 250 OLGA DOS SANTOS pacién de conexiones, la Corte analizala intenciGn del legislador enel supues- to de la norma sustantiva de Ontario, exponiendo que Ontario no tiene interés en negar una soluci6n a un invitado de Nueva York por el dafio sufrido en On- tario, sino que tal disposicién persigue prevenir las demandas fraudulentas contra las compafifas de seguros, por confabulacién entre los pasajeros y los conductores, por lo que fue establecida para proteger las compafifas de segu- ros en Ontario pero no las de Nueva York. Concluye la sentencia reiterando que la ley dela. jurisdiccién que tiene cl in- terés m4s relevante (especial) con el caso en particular debe ser la aplicable, por lo que ordena la revocatoria de la sentencia de la instancia precedente, el pago de los costos y la negacién de la declaratoria sin lugar pedida por la par- te demandada. E. Critica a la decisi6n Resulta sumamente interesante observar como esta Corte de Nueva York se aparta de la solucién tradicional, la cual consagraba la aplicacién de la ley de Ja jurisdicci6n donde ocurrié el hecho que daba lugar a la responsabilidad ex- tracontractual (lex loci delicti). E} sentenciador sostiene en el presente caso, gue el hecho de ocurrir el accidente en Ontario s6lo puede considerarse como unclemento circunstancial y que es la jurisdiccién del Estado de Nueva York Ja que tiene unmayor interés enla solucién del mismo, porlo que decodié apli- car la ley del mencionado Estado, que en este caso coincide con Ja lex fori. Compartimos la solucién acogida por la Corte de Nueva York en esta opor- tunidad; sin embargo, no debemos pasar por alto que refleja unaescogenciacn- tre Ja aplicacién de 1a lex loci delicti y a ley con una mayor conexi6n con el caso, una vez estudiadas y comparadas las soluciones ofrecidas por ambas, descartando la aplicacién de la regla tradicional (lex loci delicti) por conducit aun resultado injusto (razén subjetiva). Ellos nos plantea la interrogante de qué ocurrirfa si fuese la ley de Nueva York la que eximiese de responsabilidad extracontractual al conductor que, por su negligencia, ocasionase un dafio a su pasajero invitado, y por el contrario fuese la leyde Ontario la que lo condena- se ala reparacién de dicho dafio. Creemos que en todo caso, la determinacién de la ley aplicable para los efectos de conflicto de leyes debiera realizarse a priori antes de analizar las consecuencias de la aplicaci6n de la norma sustan- tiva acogida, pues de otro modo estarfamos continuamente cambiando de so- luci6n basados en razones de {ndole subjetiva. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM.., 251 ‘Sin embargo, es importante reconocer la gran importancia que dentro del sistema norteamericano ha tenido esta decision en materia de los “torts”, Ia cual es citada no sélo en los caoss practicos de conflictos de leyes en los Es- tados Unidos, sino que ha sido objeto de estudio por reconocidos tratadistas co- mo Gerhard Kegel (9), y Mariano Aguila Navarro (10). IV, TENDENCIAS POSTERIORES A BABCOCK VS JACKSON 1. Dym vs. Gordon (1965) A. Los hechos Tanto el demandante como e} demandado, ambos domiciliados en 1a ciudad de Nueva York, estaban viviendo temporaimente en Colorado, siendo estu- diantes dentro del programa de verano de la Universidad de Colorado. Las par- tes no se pusieron de acuerdo al salir de Nueva York para encontrarse en Co- lorado ni planearon nunca que el demandante viajarfa en el autom6vil del de- mandado. El 11 de agosto de 1959, sin previo acuerdo, la victima se subi al auto de la parte actora, con el consentimiento de ésta, con el tinico propésito de ser conducida a un lugar de instruccién en Longmont, Colorado. La inten- cidn de ambas partes era que el demandante conducirfa sélo hasta el lugar de destino, no realizando éstos plan alguno para otro viaje. Las lesiones de 1a vic- tima se produjeron por la colisién del vehfculo en el que viajaban contra otro automévil (presumiéndose que el demandado procedié en forma negligente por lo cual se produjo el accidente). B. Alegatos del actor El demandante alega que 1a doctrina sobre conflictos de leyes enunciadaen Babcock (supra) ordena la aplicacién de Ja regla de Nueva York sobre negli- gencia. La vfctima sostiene tal argumento por cuanto el automévil estaba re- (9) Gerhart Kegel: Derecho Internacional Privado, traduccién al espaiiol de Miguel Betan- court Rey, Ediciones Rosaristas, Bogot4, 1982, p. 413. (10) Mariano Aguilar Navarro: Derecho Civil Internacional, volumen II de Derecho Intemna- cional Privado, Madrid, 1975, p. 543. 252 OLGA DOS SANTOS gistrado y asegurado en Nueva York, y ambos (demandante y demandado) te- nfan su domicilio en Nueva York; afiade ademds que el 6rden piiblico de ese Estado imponfa su aplicacién. C. Alegatos del demandado Noes posible precisar en el texto de la sentencia del caso Dym vs Gordom la defensa sostenida por el demandado. Sin embargo, es conveniente sefialar que la ley del Estado de Colorado regula Ja relaci6n “huésped-anfitrién” de manera especial: la conducta del conductro debe haber sido intencional ¢ in- justificable para que se ordene la reparacién del dafio por su tribunal. D. Decisién La Corte opin6 que la serie de elementos sefialados por la victima consti- tuian un intento “cuantitativo” mds que “cualitativo” para justificar esa ley co- mo aplicable, y que ello distorsionaba lo sentado en el caso Babcick llevando, en otras palabras, a la aplicacién de la ley del domicilio. Establece el senten- ciador que, a fin de hallar la ley aplicable, se debe en primer lugar, aislar, iden- tificar el probelma; después, determinar el orden puiblico afectado en cada ju- risdiccién; todo ello para hallarla conexién y el interés superior de una de las leyes en conflicto. Se insiste que en el caso Babcock, el lugar donde ocurrié el accidentes fue enteramente fortuito. En este caso, por el contrario, no parece ser asf. Las par- tes habitaban en el Estado de Colorado al momento de producirse el acciden- tes. Ello, entre otras cosas, implica que, en consecuencia, habfan escogido vi- vir su vida cotidiana bajo el brazo protector de Ia ley de Colorado. Cuando la relacién “huésped-anfitrién” se forms, fue a consecuencia de una actividad ba- sada en Cotorado. Elsentenciador explica que no se trata de tomar en cuenta el lugar ffsico don- de la relacién fue creada, ni tampoco el tiempo de su creaci6n, sino més bien ambos elementos, en conjuncién con Ja intencién general de las partes. Se es- tablece que consideraciones, acerca de dénde y cémo una relacién fue forma- da, son significativas en esta clase de casos, Igualmente se concluye que los alegatos de Ia parte actor acerca de los contactos con la ley del Estado de Nue- vas York constitvyen”... un método para alegar que las partes estaban domi- ciliadas en Nueva York...” Ademis sefiaia el sentenciador que por muy tenta- HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 253 dor que pueda ser otorgarle efectos al orden ptiblico de la propia jurisdiccién (Nueva York), por el slo hecho del domicilio comin de las partes estableci- do en aquélla, serfa despreciar totalmente los “‘intereses” de la jurisdiccién donde ocurtié el accidente, donde la relacién se formé y donde las partes se en- contraban habitanto. Otorgar al domicilio 0 a un pretendido interés publico un status preferencial, serfa sustituir una regla de conflicto con otra tan inflexible y arbitraria como su predecesora, la lex loci. En cuanto a la importancia del orden publico local, se establece que “... los - principios que justifican la negativa a aplicar la ley extranjera sobre la base del orden publico estan bien definidos y una mera diferencia entre lanormaextran- jera y la del doro no es suficiente para fundamentar ese rechazo” (11). . Por otra parte, se aclara que tampoco se trata de que en todos los casos Ja ley aplicable dependa de la existencia de algun tipo de relacién, ni tampoco de que el lugar de formacién de la relacién tenga importancia fundamental. Se trata més bien de hallar “los mds significativos contactos” de las leyes en conflic- to con el caso. La decisién concluye que la tinica conexi6n con la ley de Nue- vas York es el domicilio y por ello no puede ser la ley aplicable. E. Voto salvado del Juez Fuld Estima que no existe diferencia material entre 1a situacién factica que aho- ra se analiza y aquélta del caso Babcock. En cuanto ala aplicacién de la ley del Estado de Colorado, la cual tenfa aparentemente un interés especial con el ca- SO por ser su objetivo primario la proteccién de los conductores demandados de Colorado, y sus aseguradores, en contra de reclamos y demandas fraudu- lentas de “huéspedes ingratos” considerd el Juez disidente que de ninguna ma- nera se estaba sirviendo al orden publico de Colorado mediante la aplicaci6n de su ley auna acci6n como la presente, que es trafda a colacién en Nueva York y no envuelve a residentes de Colorado 0 a sus aseguradores, sino a nuevayor- kinos y a un vehiculo asegurado allf. Opina que ta proteccién que querfa brin- dar la ley de Colorado estaba dirigida a sus residentes, por cuanto una compen- saci6n indebida, impuesta a uno de sus residentes con motivo de demandas fraudulentas por este tipo de relaciones, podfa ser tan econémicamente perju- dicial para el demandado que lo convierta en una “carga publica”. Desde otro (11) Caso citado en R.c. Cramton. D.P, Currie- H.H. Kay: Conflict of Laws, op. cit., C.2, Sec. 3, p. 234. 254 OLGA DOS SANTOS punto de vista, la proteccién de Colorado a fas victimas para evitar dafios no compensados, también tendrfa sentido s6lo con respecto a sus residentes, por la misma raz6n anotada. Concluye el magistrado que en el contexto de esta demanda entre residen- tes de Nueva York, planteada en una Corte de Nueva York, no tiene ninguna relevancia este tipo de consideraciones para justificar la aplicacién de la ley de Colorado. F. Voto salvado del Juez Desmond Este voto saivado se basa en la opinién de que “acumular contactos” con una jurisdicci6n determinada, o encontrar el “centro de gravedad” de la situacién 0 sopesar los “intereses” de dos Estados, nunca puede ser una manera satisfac- toria para decidir demandas especfficas. Se afirma que, as{ como lo demues- tra este caso, los Jueces siempre pueden estaren desacuerdo con respectoa cual es ese centro de gravedad, o cudles los intereses que deben prevalecer. Pero, en definitiva, si en algo esta claro et Juez disidente es respecto a que ningun Estado puede tener interés en la reparaci6n del dafio por “hechos ilfcitos”a ser aplicada en otro Estado, a personas domiciliadas en ese otro Estado. G. Comentarios Los problemas del criterio de flexibilidad, presente en el caso Babcock que, como dijimos anteriormente, marcé una nueva era en materia de responsabi- lidad extracontractual por hecho ilfcito en el sistema norteamericano, se evi- dencian en forma obvia en Dym vs Gordon. En la opini6n de autores como Weintraub, en este caso hubo probablemente una errénea aplicacién del caso Babcock (12). El interés del Estado de Colorado fue destacado en forma exa- geradaa fin de proteger al conductor demandado. Esta sentencia demuestra c6- mo la exagerada discrecionalidad en manos del sentenciador puede conducir a soluciones diferentes, tal como lo demuestra los votos salvados de tos jue- ces Fuld y Desmond, cuyos criterios de apreciacién son contrarios a la deci- si6n. (12) Wientraub: Comentary on the Conflict of Laws, 2da. Edicién, 1980, p. 268. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 255 2. Macet vs Rozbicki (1965) A. Los hechos “Una pareja de Bufalo (Nueva York) va por tres meses de verano a una ca- sa de vacaciones a Ontario, al otro lado de las cataratas del Niagara; allé Ile- ga para permanecer diez dfas una hermana de la mujer, también de Buifajo; en un viaje a las cataratas la mujer incurre en un accidente ene] automévil del ma- rido y la hermana resulta herida...” (13). B. Decisién En lugar de discutir los aspectos, la Corte solamente conté “los contactos” sin argumentar las politicas 0 intereses relevantes, sefialando que los mas im- portantes estaban relacionados con el Estado de Nueva York. La concurren- cia rechaz6 ese punto de vista pero acepté el resultado por estar interesado el orden publico del Estado de Nueva York. C. Comentarios Se observa mutuamente el poder discrecional del sentenciador, quien en tl- tima instancia va a determinar qué casos interesan al orden publico del Esta- do de Nueva York. 3. Tooker vs. Lépez (1969) A. Los hechos El 16 de octubre, Catharina Tooker, Marcia Lépez y Susan Silk, todas es- tudiantes de la Universidad del Estado de Michigan, quienes, ademas de com- pafieras de clase, compartfan la misma habitacién, emprenden un viaje desde la Universidad hasta Detroit para pasar allf cl fin de semana. Todas iban a bor- do de un automévil deportivo japonés conducido por Marcia Lopez. En el tra- yecto ésta ultima, al tratar de adelantar a otro veh{culo, perdié el control de su (13) G. Hegel: Derecho Internacional Privado, Op. cit., p. 399 256 OLGA DOS SANTOS automévil el cual se volc6, produciéndole la muerte a la conductora y a Cat- harina Tooker, mientras Susal Silk resulté seriamente herida. Catharina Tooker y Marcia Lépez tenfan su domicilio en Nueva York. El au- tomdvil conducido por la Srta. Lépez pertenecfa a su padre quien residfa en Nueva York, lugar en el cual éste registré y aseguré el vehfculo al que nos ve- nimos refiriendo. Oliver Tooker, padre de Catharina y administrador de sus bienes, deman- dé en el Estado de Nueva York al padre de la Srta. L6pez por la muerte injus- ta de su hija. B. Alegatos del demandado El demandado alegé como una defensa atirmativa el “estatuto de invitado del Estado de Michigan, C. Alegatos del actor El demandante, por su parte, aleg6 en oposicién a Ja defensa afirmativa del demandado, que bajo las reglas, imperantes sobre escogencia de Ley eralaLey del Estado de Nueva York y no ta del Estado de Michigan la que debfa apli- carse. D. Decisién La sentencia realiza en primer lugar un recuento de todos !os casos impor- tantes en materia de “torts” que se han presentado, ante las Cortes de Nueva York, desde la decisi6n en el caso Babcock vs Jackson, en el que se desechd la regla tradicional de !a lex loci delictus. Entre los casos que resume estan Dym vs Gordon y Macey vs Rozbicki. , En el presente caso, la sentencia que estamos estudianto sostiene que es el Estado de Nueva York el que tiene un interés real en relacién a si el resarci- miento debe ser concedido: la polftica de este Estado en relaci6n a los heridos en accidentes de transito est4 reflejada en la declaraci6n normativa que cons- tituye el prélogo de la ley del seguro obligatorio. En este sentido, sefiala dicha declaracién que los conductores deben ser capaces de responder financiera- mente por sus actos negligentes, de tal modo que las victimas de accidentes de HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 257 vehfculos puedan ser compensados por los dafios personales y materiales su- fridos por ellas. La grave preocupacién del Estado de Nueva York en lo que se refiere al resarcimiento de los dafios sufridos por Catharina Tooker y por su familia a consecuencia de su muerte injusta es la polftica que la ley de Nueva York refleja. Por otro lado, sostiene la sentencia que la ley de Michigan no tie- ne interés en si al demandante de Nueva York le es negado el resarcimiento por Ja acci6n intentada contra un demandado de Nueva York, donde ademds fue asegurado el veh{culo con cl que se produjo el accidente. El hecho que tanto Ja Sra. Tooker como la Srta. Lopez, ambas faliecidas en el accidente, estuvie- ran en Michigan por cierto perfodo de tiempo es, en opinién del sentenciador, irrelevance. La sentencia continda con cl anélisis del argumento segtin el cual la esco- gencia de la Ley en los casos de hechos ilfcitos debe regirse.por la ficcién de la expectativa de las partes: seguin la Corte este argumento ha sido rechazado, sefialando que la gente acta en 1a mayorfa de los casos como si viviese en un pafs (como unidad) sin tomar en consideracién las diferencias entre las leyes de los Estados que lo forman, por lo.que no es posible evaluar las expectali- vas de las partes en relaci6n a las leyes aplicables a sus actividades y mds atin, las expectativas en relaci6n a la ley aplicable a los “torts”. AdemAs, cuando las normas han escogido obligar al duefio de un automé6vil a proveer un fondo pa- ra resarcit a quienés sean por él lesionado, el il6gico considerar el clemento de expectativa de las partes como un factor para la escogencia de la Ley. Aflade el sentenciador que si habfa que tomar en cuenta la ficcién de la expectativa de las partes s6lo serfa justo inferir que el duefio del veh{culo al comprar una P6liza de seguros en Nueva York intent proteger al pasajero contra dafios por negligencia, asf como asegurar la indemnizaci6n por responsabilidad, en cual- quier Estado en el que ocurra el accidente: La sentencia no entra a resolver en forma conclusiva el problema del otro pasajero que resulté lesionado en el accidente al que nos venimos refiriendo, sin embargo sefiala que la aplicaci6n de la regla de escogencia de ley no im- plica que el pasajero herido deba negérsele el resarcimicnto. Lo que si es una consecuencia implicita del Sistema Federal es que éste le permite a un ciuda- dano de un Estado ser indemnizado por los dafios sufridos en un accidente au- tomovilfstico mientras que le niega a un ciudadano de otro Estado el derecho aindemnizacién por los dafios sufridos en el mismo accidente. La anomalfa no emerge de la regla de escogencia de ley. En defensa de la regla arriba mencionada, criticada porque supuestamente 258 OLGA DOS SANTOS conduce siempre a Ja aplicaci6n de la ley de Nueva York, se establece que no ha sido siempre la ley de este Estado la aplicada y que Ja regla adoptada est basada en la raz6n y la justicia, lo cual podrfa conducir a Ja aplicacién de la ley de otra jurisdiccién. E. Voto salvado del Juez Breitel Segtin este Juez, aparte de las circunstancias de que el demandante y su hi- ja, fallecida en el accidente, eran residentes del Estado de Nueva York, que la hija del demandado tenfa una licencia de conducir del Estado de Nueva York, que el registro de propietario det vehfculo era de Nueva York y que el mencio- nado automévil est4 registrado y asegurado enel mencionado Estado, todas las otras facetas del accidente estaban localizadas en el Estado de Michigan. El mismo viaje en el que se produjo el accidente pudo haberse esfectuado en otro vehiculo, con un grupo de estudiantes de otros Estados 0 del Estado de Michi- gan, 0 traténdose de] mismo automévil, pudo éste estar registrado y asegura- do en el Estado de Michigan y a nombre de Marcia Lépez ya que era en rea- lidad de ella (en opinidn del desidente), por lo que el Juez Breitel sostiene que todas esas circunstancias son accidentales Contintia este magistrado sefialando que, segiin lo establecido en los casos Babcock y siguiente, si el territorio en el cual ocurri el accidente resultaba ser totalmente odventicio para la retaci6n entre las partes, ese factor no determi- narfa la ley aplicable, por tanto, el lugar del hecho podrfa variar sin afectar Ia relacién existente. Igual razonamiento es aplicado a las demas circunstancias consideradas por el Juez Brietel como accidentales 0 adventicias, quien reco- noce que hay situaciones en las que el diffcil precisar qué factores son signi- ficantes y cudles simplemente accidentales, no siendo el presente caso uno de esos. Ademés sostiene que las especulaciones sobre las polfticas de otros Es- tados tienen I{mites debido a la carencia de conocimiento, to cual hace suma- mente diffcil el interpretar sus estatutos, por lo que el foro a veces ha preferi- do aplicar sus normas. Por tiltimo, expone el mencionado Juez que si Ja tendencia presente conti- nia, un enfoque de la ley personal en materia de conflicto de leyes en el cam- po de los hechos ilicitos seguird desarrolléndose, lo cual no es consistente con el desarrollo de la Jurisprudencia Angloamericana y crearfa una divisién en- tre las reglas de conflicto nacionales y las extranacionales, concluyendo que los objetivos de uniformidad no podrfan alcanzarse y que proliferarfan resul- HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 259 tados arbitrarios mas alld de los Ifmites tolerables debido a la selecci6n de la ley del foro. F. Comentarios En la sentencia anterior, donde el ponente fue el Juez Keating, observamos que todo el andlisis esté dirigido a resolver cl caso a favor del demandante por aplicaci6n de ta ley del Estado de Nueva York, lo cual refleja que los parame- tros utilizados son de valoraci6n subjetiva por parie del sentenciador, Esto tl- timo también to refleja el Juez Breitel en su voto salvado, al exponer como de cardcter accidental todo aqucllo que para el Juez Keating tiene relevancia pa- ra el estudio de Ja relacién existente entre las partes y la determinacién de la ley aplicble, fo cual deja en evidencia la incertidumbre del sistema empleado. Lo més importante que debe destacarse, en el presente caso, es el hecho de que al adherirse el Juez Fuld a la opinidn del Juez Keating, plantea la necesi- dad de que se formulen reglas de aplicacién gencral que le permita a los abo- gados en ejercicio, asf como a los juristas, manejar cesta materia con buenos re- sultados. G. Reglas det Juez Fuld Para el Juez Fuld, la Corte de Apelacién tenfa suficiente experiencia en los casos de pasajeros invitados como para proceder ala siguiente ctapa en ia evo- luci6n de la ley: 1a formulacién de unas pocas reglas de aplicacidn gencral, que ascgurasen un nivel justo de previsibilidad. A pesar de cso, no podrfa encon- trarse 0 encuadrarse una regla que garantice un resultado satisfactorio en to- dos los casos, no pudiéndose esperar cl manejo justo de toda una legion de ca- sos de accidentes de trénsito interestatales como si el caso fuese particular y Unico (14). El Juez Fuld expuso los siguientes principios: 1) Cuando el pasajero-invitado y el chofer-anfitrién est4n domiciliados en el mismo Estado, y el carro estd registrado allf, la ley de este Estado debe con- trolar y determinar el cuidado normal que el anfitri6n debe al invitado. 2) Cuando 1a conducta del chofer ocurre en el Estado de su domicitio y ese Estado no lo hace responsable por su conducta, el chofer no debe ser conside- (14) W.L.M. Reese: General Course on Private Intemational Law, op. cit., p. 114. 260 OLGA DOS SANTOS rado responsable a pesar de que tal responsabilidad Je serfa impuesta de apli- carse al heco ilfcito la ley del Estado del domicilio de 1a victima. A 1a inver- sa, cuando el invitado sufrié el dafio en el Estado de su domicilioyy su ley con- templa que pueda reclamar la reparacién correspondiente, el chofer, quien ha entrado dentro del Estado, no podrd alegar la ley de su Estado como defensa, salvo circunstancias especiales. 3) En otras situaciones, cuando el pasajero y el chofer estn domiciliados en diferentes Estados, la regla es necesariamente menos categ6rica. Normalmen- te, la regla aplicable de decisién ser4 aquélla donde et accidente ocurrié, pe- ro no si se demuestra que, al desplazar la regla aplicable normalmente adelan- tardn los propésitos de la ley sustantiva relevante sin perjudicar el trabajo del sistema multiestatal o producir una gran falta de certeza para los litigantes. 4, Segundo Restatemen (1971) Conforme a la Seccién 145 del Segundo Restatement, los derechos y res- ponsabilidades derivados de los hechos ilfcitos estan determinados por la ley local del Estado que, ene] caso concreto, tenga la relaci6n mAs significante con lo ocurrido y con !as partes. El principio general no est4 explfcitamente defi- nido; sus elementos, sin embargo, enunciados en la Secci6n 145 deben tomar en cuenta los principios expuestos en la Seccién 6 del mencionado Restate- ment, que sefialan como directrices las siguientes: a) las necesidades de los sistemas interestatales e interncionales; b) las polfticas relevantes del foro; ¢) las polfticas de otros Estados interesados y los intereses relevantes de esos Estados en la determinacién de un caso particular, d) la proteccién de las expectativas justificadas; e) las polfticas basicas que inspiran la ramia especffica del derecho; f) la certidumbre, previsibilidad y uniformidad de la decisi6n; y g) la facilidad en ta determinacién y aplicaci6n de la ley (15). Los “‘contactos” que debfan ser tomados en cuenta en la aplicaci6n de los an- tes mencionados principios y a fin de determinar la ley aplicable, eran: (15) Gonzalo Parra- Aranguren: Las obligaciones extracontractuales en Derecho Internacional Privado, Revista dela Facultad de Derecho, Universidad Catélica Andrés Bello, Afio Lec- tivo 1974-1975, N® 20, p, 26 HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 261 1, Lugar donde ocurrié el dafio; 2. Lugar donde se produjo 1a conducta causante del dafio; 3. El domicilio, residencia, nacionalidad, lugar de incorporaci6n y lugar de establecimiento principal de las partes; 4) Lugar donde Ia relaci6n entre las partes tienen su centro, si existe algu- na. Los “‘contactos” serfan evaluados de acuerdo a la relativa importancia de ellos con el caso particular: esto obviamente concede una facultad casi omni- moda al Juez, por disponer éste de una amplia libertad de apreciacién (16). 5. Neumeier vs Kuehner (1972) A. Los hechos El 7 de mayo de 1969, el sefior Arthur Kuehner, residente de Bufalo, salié en su automévil desde esa ciudad hasta Frot Erie en la Provincia de Ontario, Canad, donde recogis al sefior Amie Neumier, quien vivfa en ese pueblo con su mujer e hijos. Ambos de dirigfan a Long Beach, en Ontario, pero en un cru- ce de ferrocarril en ¢l pueblo de Sherkston chocaron con un tren de la compa- fifa Canadian National Railway. Tanto el sefior Kuehner como el sefior Neu- meier muricron instanténeamente. La sefiora Neumeier, ciudadana de Canad4 domiciliada en Ontario, deman- da en el Estado de Nueva York tanto a la sucesién del sefior Kuehner como a Ja mencionada compaififa de ferrocarril, pero en cl presente caso s6lo nos va- mos a referir a la acci6n incoada contra los herederos de Keuhmer. B. Alegatos de la parte actora La demandante posiblemente alegé la apticacién de la ley del Estado de Nueva York; éste no aparece expresamente en el texto de la sentencia, sinem- bargo se deduce del mismo, puesto que la actora sostuvo, para rebatir las de- fensas de la parte demandada, que el estatuto de Ontario no era aplicable en es- te caso. (16) M. Aguilar Navarro: Derecho Civil Internacional, op. cit., p. $36. 262 OLGA DOS SANTOS C. Alegatos de la parte demandada La defensa de la sucesi6n de Kuehner fue basada en el estatuto de invitado del Estado de Ontario, conforme al cual el duefio 0 conductor dé un veh{culo automotor no es responsable por los dafios, o por la muerte, del pasajero invi- tado, a menos que el duefio o conductor sea responsable por negligencia gra- ve. D. Decisién E] Juez Fuld, ponente en esta oportunidad, inicia sus razonamientos sefia- Jando que aunque, la Corte (en Babcock) consideré originalmente que el uni- co propésito del estatutode Ontario era la proteccién de los demandados y sus aseguradoras en los supuestos de demandas confabuladas, estudios posterio- res habfan revelado que dicho estatuvo estaba dirigido a proteger a los ducfios y conductores de las acciones intentadas por los huéspedes ingratos. At analizarla sentencia de la instancia precedente (Appellate Division), sos- tiene el Juez Fuld que la misma interpret6 en forma errénea la decisién de 1a Corte en el caso Tooker. Exponer que es de suma importancia tener presente que en el caso Tooker, tanto el pasajero-invitado como el anfitri6n-conductor estaban domiciliados en Nueva York, lugar en el cual también estaba registra- do y asegurado el vehiculo, circunstancias por las cuales era la ley del Estado de Nueva York la aplicable. Para el sentenciador, lo que se diferencia, en forma significante y efectiva, el presente caso es el hecho de que a pesar de estar domiciliado el anfitri6nen Nueva York, el invitado, por cuya muerte demanda la parte actora, tenfa su do- micilio en Ontario, tugar donde ademas ocurrié cl accidente. De manera que, a pesar de tener el Estado de Nueva York un profundo interés en proteger a sus residentes, no puede ignorar el orden publico de una jurisdiccién forénea. Al analizar el aspecto del seguro del veh{culo, sefiala el Juez Fuld que el se- guro obligatorio est4 disefiado para cubrir la responsabilidad del duefio del ve- hfculo, no para crear tal responsabilidad: de allf que no debe recurrirse al re- querimiento del seguro en Nueva York para dictaminar la regla de escogencia de ley. Luego de mencionar que fue en el caso Babcock vs Jackson donde comen- z6 a rechazarse la regla tradicional (lex loci delicti), debido a la necesidad de lograr resultados mAs justos y prdcticos, reconoce la Corte que sus decisiones HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 263 en los casos de accidentes de trdnsito ocurridos entre varios Estados, particu- larmente en los que existe la relacién huésped-invitado, han sido poco consis- tentes. Seguin el mencionado Juez “esto surge, en parte, de la circunstancia se- gin la cual es frecuentemente dificil descubrirlos prop6sitos alas polfticas que han servido de base’a las reglas locales relevantes de las respectivas jurisdic- ciones relacionadas” (17). Sin embargo, afiade que no existe razén por la cual las reglas de escogencia de leyes no puedan desarrollarse exitosamente a fin de asegurar un mayor grado de previsibilidad y uniformidad, en base al cono- cimiento y experiencia adquiridos. De allf que, a pesar de reconocer que nin- guna regla pueda garantizar un resultado satisfactorio para todos los casos, el Juez Fuld sefiala que en la sentencia del caso Tooker v. Lopez él, al opinar, pro- puso 3 reglas, las cuales vuelve a trascribir (18). Aplicando sus propias reglas, el sentenciador considera que el caso encua- dra en el supuesto de la tercera regla segiina cual, cuando al pasajero y el cho- fertienen su domicilio en Estdos diferentes, la ley aplicables debe ser la del Es- tado donde ocurrié el accidente. Considera que al aplicar esta regla no se ade- lanta la finalidad de la !ey sustantiva relevante. Al analizar los efectos que producirfa la aplicaci6n de la ley de Nueva York observa, en primer lugar, que las personas con domicilio en Nueva York es- tarfan expuestas a una mayor responsabilidad que laimpuesta por Ontario a sus tesidentes usuarios de sus autopistas y, en segundo lugar, permitirfa a los de- mandantes elegir el foro que le declare mayor resarcimiento que el tribunal de su domicilio. Concluye el Juez Fuld afirmando que la demandante fallé en demostrar que 1a conexi6n entre e] Estado de Nueva York y la controversia era suficiente pa- fa justificar el desplazamiento de la regla lex loci delicti. E. Opinién de} Juez Breitel Para este magistrado la revocatoria de la sentencia de la instnacia preceden- te debfa tener otra fundamentacién: critica la posicién del Juez Fuld sefialan- do que las nuevas soluciones han estado acompafiadas de toda una competen- cia de ideologfas dirigidas a explicar y reconstruir todo un campo del derecho y aleanzar un principio universal. (17) R.C. Cramton- D.P. Currie- H.H. Kay: Conflict of Laws, op. cit,, Sec. 4, p. 345. (18) Ver p. 29 de este trabajo 264 OLGA DOS SANTOS En opinién del Juez Breitel, la ensefianza del caso Babcock es que la lex lo- ci delicti no puede aplicarse indiscriminadamente y sin excepci6n. Sigue sien- do verdad que la lex loci delicti es 1a regla normal y que para ser rechazada de- be haber.evidencia de varios factores 0 relaciones conectadas con el acciden- te. En el presente caso, por el solo hecho de estar domiciliado en Nueva York uno de los demandados, nadie hubiese declarado como aplicable la ley de es- te Estado: la parte actora no demostré que la relacién con Nueva York era su- ficiente para sustituir la aplicacién de 1a regla tradicional. F. Opinién del Juez Bergan Este magistrado vot6 en favor de la sentencia apelada, pues sostiene que es inadmisible la distinci6n a que conduce la decisi6n formulada por el Juez Fuld como ponente, ya que previene al duefio de un vehiculo en Nueva York de for- mular como de formular como defensa la aplicabilidad de la ley extranjera, cuando demanda un residente de Nueva York, teniendo este Estado “interés” en sus derechos; pero si se tratase de alguien no residente en su territorio, Nue- va York no tendrfa, siguiendo la Ifnea de razonamiento del Juez Fuld, tal “in- terés”, G. Comentarios. Este caso represent6, para el Juez Fuld, la oportunidad para la aplicacién de los principios o reglas que con anterioridad habfa formulado este magistrado. El mismo reconoce que las reglas no pueden producir resultados satisfactorios para tod6s los casos, pero sin embargo debemos admitir que sus reglas cons- tituyen un importante esfuerzo en la biisqueda de una solucién al problema de la falta de certidumbre, creado desde el momento que la regla tradicional co- mienza a ser rechazada, La decision anterior condujo a la aplicaciénde la lex loci delicti como so- luci6n subsidiaria, deciisién que en todo favorecié al demandado ya que, con- forme a la ley de Ontario, éste no era responsable salvo que hubiése incurri- do en negligencia grave, extremo que por lo visto no fue aprobado. HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 265 6. Erwin vs Thomas A. Los hechos El Sr. Erwin, residente de Washington, resulté lesionado debido a la negli- gencia del Sr. Thomas en el manejo de un camion de la empresa Shepler Re- frigeratin, corporacién del Estado de Oregén par la cual trabajaba. El hecho ocurrié en Washington siendo el Sr. Thomas un residente del Estado de Ore- gon. B. Alegatos de la parte actora La Sra, Erwin demandaen el Estado de Oregon, cuya ley permite a la espo- sa obtener resarcimiento por dafios en un caso de hecho ilfcito en el que resul- ta lesionado el esposo. C. Decision El primer lugar, el sentenciador sefiala su posicién en relacién a la aprecia- cién de los intereses y polfticas de un Estado con respecto a otro; en tal sen- tido precisa que “la raz6n pareciera dictaminar que la ley del Estado cuyas po- Ifticas ¢ intereses estén relacionados vitalmente debe aplicarse; 0 su aquéllos no est4n relacionados vitalmente con ninguno de los Estados, la ley del foro debe aplicarse” (19). En segundo lugar, se examinan los intereses relacionados en el prewsente caso: Conforme al ordenamiento jurfdico de Washington, los derechos de la sposa, cuyo marido resulta tesionado, no son suficientemente importantes pa- ra obligar al demandado a reparar el dafio mediante el pago a la esposa por la pérdida sufrida: este argumento coloca Ia solucién del problema en favor de los demandados. En el presente caso, ningiin residente en Washington tiene que responder por dafios puesto que el demandado residen en Oregén, por tal raz6n, Washington no tiene mayor interés, en la opinién del sentenciador, en relaci6n a si otros Estados establecen responsabilidad, en este tipo de deman- das, contra no residentes en Washington. (19) R.C. Cramton- D.P, Currie- H.H. Kay: Conflict of Laws, op. cit. p. 278 266 OLGA DOS SANTOS Por otro lado, se establece que el interés de Oreg6n es obviamente proteger los derechos de las esposas otorgdndoles la facultad de obtener resarcimien- to por los dafios consecuenciales del hecho ilfcito ocurrido contra los esposos; sin embargo, serfa ir mds allé de la intencién de la ley de Oreg6n el pretender que ésta querid proteger los derechos de todas las esposas de la naci6n cuyos maridos han sido lesionados fuera del Estado de Oregon. Pero atin en este tl- timo supuesto, no habfa ofensa sustancial interés de Washington. Este razonamiento lleva al sentenciador a la conclusién de que ninguno de Jos Estados ticnen un interés vital en relacién al litigio: no existe un conflic- to material de polfticas o intereses, poriv cual decide aplicar la ley del foro. Por Ultimo se establece que donde tales pdlicicas e intereses pueden ser identifica- das con cierto grado de seguridad y parezca no existir un conflicto sustancial, el Juez no cree necesario recurrir a la Secic6n 145 del Segundo Restatement. D. Voto salvado del Juez Bryson El desidente expresa que existe definitivamente un conflicto entre las polf- ticas de los Estados de Washington y Oreg6n enel presente caso, debido a que, en su opini6n, no es posible conceder los derechos estatutarios de las mujeres consagradas en el Estado de Oregén a las mujeres del Estado de Washington. E. Comentarios El poder discrecional del Juez conduce en este caso ala aplicacién de la ley del foro, por considerar que ninguno de los Estados relacionados con el obje- to del litigio tenfan interés vital. Vemos aquf como el sentenciador se aparta tanto de la aplicacién de lex loci delicti como de los lineamientos contenidos en el Segundo Restatement. Pareciera que la tendencia es favorecer a la par- tc actora, a fin de que ésta logre el resarcimiento por el perj sado. 7. Rosenthal vs Warren (173) A. Los hechos El Dr. Rosenthal, domiciliado en Nueva York, fue a Massachussetts para ser HECHO ILICITO (FORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 267 operado por el Dr. Warren, médico y cirujado de fama mundial. Después de un corto tiempo de haberse efectuado !a operaci6n, el Dr. Rosenthal fallecio. Et Dr. Warren fue demandado por el Estado de Nueva York por la muerte por error del Dr, Rosenthal cuyos dafios fueron estimados en $1.250.000,00. B. Alegatos del demandado Debfa aplicarse en este caso la segunda regla del Juez Fuld, dado que lacon- ducta del Dr. Warren habfa ocurrido en Massachusetts, el Estado donde esta- ba domiciliado: la ley de Massachusetts limitarfa la extensi6n de su responsa- bilidad hasta por un monto de $ 50.000,00. C. Alegatos de !a parte demandada No podemos precisar cudles fueron sus alegatos, pero presumimos que fun- damentarfa la cuantfa de la demanda en que la ley de Nueva York no imponf- a limitaci6n en relacién al resarcimiento del dafio en un caso de muerte por error, D. Decision La conte rechaz6 los argumentos de la defensa y sostuvo que la ley aplica- ble, en el caso concreto, era 1a de Nueva York, por ir contra cl orden publico las limitaciones en los casos de muerte por error de alguna persona domicilia- da en Nueva York. £. Comentarios EI papel que aquf juega el orden piiblico es de sumo interés ya que va diri- gido a favorecer a los demandantes domiciliados en el Estado de Nueva York, sin entrar a estimar en absoluto cual de las leyes en conflicto tenfa un interés més relevante; se aplicé por tanto La ley del foro en favor del actor, pero po- siblemente él resultado habfa sido otro si se hubiese demandado en el Estado de Massa chussets. El sentenciador se aparta de la aplicacién de las reglas del Juez Fuld porque éstas conducirfan a Ja aplicacién de la ley de Massachussetts. Obviamente el sistema de reglas no puede ser impuesto al menos que se acep- ten los resultados, sean éstos del gusto no no del sentenciador. of ! 268 OLGA DOS SANTOS La decisién probablemente fue apelada pero desconocemos si ha habido sentencia al respecto. 8. La experiencia del Estado de California La muptura del Estado de California con la regla tradicional de la lex loci de- licti no ocurrié en forma brusca. Asf, por ejemplo, en Victor vs Sperry se apli- ca la ley del lugar del hecho pero en otro aspecto se ilustra por qué se recha- za la aplicaci6n de esa regla. En ese caso, el demandante residente de Califor- nia, resulté lesionado en un accidente entre dos vehfculos en México. El con- ductor del veh{culo en el que viajaba chocé contra otro, conducido por un re- sidente de Califomia, pero de la propiedad de un tercer residente del mencio- nado Estado. La Corte determind que los dos conductores habfan proceiddo negligentemente. El problema se present6 en la determinacién de! monto de la reparaci6n del dafio, puesto que la ley de California no establecfa limitaci6n alguna, mientras que la ley de México permitfa s6lo dos délares por cada d{- a de trabajo perdido. La Corte aplicé 1a ley de México por considerar que co- mo el accidente habfa ocurrido en ese pais, la causa de la accién del deman- dante nacién allf y el carécter y medida del dafio se consideraban regidos por la ley de México: esos aspectos eran por tanto inseparables de 1a causa de ac- ci6n. Sin embargo, la Corte rechaz6 las pretensiones del demandante en rela~ * ci6n al duefio del segundo automévil, por considerar que la responsabilidad sin culpa contraviene el orden piblico de la ley del foro (en relacién a esta parte se rechaz6 la aplicacion de la lex loci delicti). La regla del lugar donde ocurrié el hecho fue finalmente abandonada en fa- vor de] andlisis de interés efectuado por el Juez Traynor en el caso Reich vs Purcell. Aquf se demand6 por la muerte por error de la Sra. Reich y su hijo en un choque de vehfculos ocurrido en Missouri, cuando la familia Reich proce- dfa a mudarse de Ohio a Califomia. En cl Estado de Missouri existfa una limi- tacién de haata $ 25.000,C0 en caso de muerte por error (maximo por el cual _podfa acordarse el resarcimiento), mientras que ni en California ni en Ohio se imponfan limitaci6n alguna. Para el rechazo de la lex loci delicti el sentencia- dor establece que el foro debe encontrar la “ley apropiada” a ser aplicada er consideracién a los intereses,en juego, tanto de los litigantes como de los Es- tados. Luego de su andlisis, un tanto carentes de metodologfa, el Juez decide que la ley aplicable es la del Estado de Ohio por haber sido éste el tiltimo do- micilio del demandante para el momento en que ocurrieron las muertes de su esposac hijo (esta solucién fue favorable para la parte actora). Sin embargo las HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 269 erfticas de este caso sefialan que realmente existfa un falso conflicto de Ley en- tre Califomia y Ohio, puesto que en ninguno de esos Estados exist{alimitaci6n de Ia cuantfa por la que podfa demandarse Ia reparaci6n del dajio. Otro de los casos que presenta aspectos interesantes es Hurtado vs Superior Court: los demandantes eran de México mientra que el demandado era un ca- lifomiano, habiendo ocurrido el accidente en Califomia. La Corte decidié adoptar la “‘preferencia del foro” por considerar que la ley de México era ina- plicable, puesto que sélo los demandantes eran mexicanos. La decisi6n en la practica condujo a !a aplicacién de la lex loci delicti puesto que fue en Califor- nia que ocurrié el hecho dafioso. Por Ultimo, la doctrina sefiala como caso de “verdadero conflicto” el de Berhard vs Harrah’s Club: la parte actora aquf es un residente de Califomia que resulta lesionado en un accidente de transido provocado por otros califor- nianos que regresaban intoxicados de un casino en Nevada. La ley de Califor- nia establecfa la responsabilidad civil de este tipo de establecimientos bajo las circunstancias descritas, mientras que la ley de Nevada no contemplaba tal pre- vision. La ley de Nevada estaba dirigida a proteger a los ducfios de clubes con- tra responsabilidades que podrfan arruimarlos mientras que la ley de Califor- hia se dirigfa a proteger a la sociedad contra los actos de los individuos into- xicados. La Corte resolvié la aplicacién de la ley de Califomia por razones de’ ; orden ptblico, afiadiendo que el Club Harrah solicit6 comercio y venta anun- ciando sus actividades en California, locual ha establecido, en opinion del sen- tenciador, un nexo con este Estado quedando voluntariamente sujcto a su Icy. Comentarios Lallinea de casos desde Reich, pasando por Hurtado y hasta Bemhard, com- pleta la ruptura con la doctrina tradicional en California. El lugar del hecho da- fioso contintia siendo un factor importante pero el enfoque ha sido dirigido ha- cia los intereses de California, temperado en algunos casos por el peso de los Ce intereses en los casos de verdaderos conflictos de leyes, a fin de valorarel gr . do de “menoscabo competitive” que puede estar involucrado. 270 OLGA DOS SANTOS 9. Comentarios de las relevantes reglas de la jurisprudencia norteame- ricana de la “relacién mAs significativa”, de] “mejor derecho”, y de los “‘intereses prevalecientes”. La regla de la “relacién ms significativa”, adquiere relevancia a partir de su aplicacién en Babcock vs Jackson, caso que como dijimos marcé una nuc- vaen materia de “torts”. Tal fue su significacién que fue recogida en el Segun- do Restatement y analizada por juristas de diversos pafses. Sin embargo, ha si- do duramente criticada por el poder discrecional que le concede al sentencia- dor, lo cual conlleva a la falta de certidumbre y uniformidad en los resultados. La regladel “mejorderecho”, introducida por Leflar, es definida como la su- perioridad de una regla de derecho sobre otra, en términos de patrones juris- prudenciales socio-econémicos. Los principios de escogencia de ley conteni- dios en el Segundo Restatemente omiten el criterio del “mejor derecho”. La critica, algunas veces severa, ha sostenido que esta regla est4 basada en una preverencia del foro. El “mejorderecho” ha sido aceptado como relevante, pe- ro no siempre decisivo en los casos en que se ha aplicado. Sin embargo, ha si- do usado 0 considerado en forma consistente en s6lo tres jurisdicciones (Nue- va Hampshire, Wisconsin y Minnesota). Por tiltimo, debemos sefialar que la regla de los “intereses prevalecientes” ha sido igualmente criticada, puesto que en ciertas situaciones es diffcil esco- ger cul de los Estados tiene mayor interés de la aplicacién de su propia ley y ello puede representar un obst4culo para la obtencién de una solucidn. Vv. PERSPECTIVAS FUTURAS Las Cortes norteamericanas han tratado, como hemos podido observar, de establecer ciertas reglas a fin de lograr certeza, uniformidad y previsibilidad del resultado, asf como facilitarel logro de una decisién: puede ser que esta ten- dencia continwia enel futuro. Ademés, junto a esta tendencia, se observa la dis- posicién de los Estdos Unidos a participar en la codificacién internacional, aunque existe una corriente que ha tratado de limitar tal iniciativa. Los Esta- dos Unidos estaba en proceso de ratificacién de las Convenciones de la Haya sobre la ley aplicable en materia de accidentes de transito y sobre la ley apli- cable a la responsabilidad derivada del producto; ello constituira un ejemplo de la mencionada tendencia si tales ratificaciones se concretan. Por otro lado, como quedé sentado en los casos analizados, las decisiones HECHO ILICITO (TORT) EN EL DERECHO NORTEAM... 271. se lomaban en su gran mayorfa con el desco de amparar a la vfctima. Pero hay una tendencia actual dirigida a proteger al victimario, es decir, a quien ha cau- sado cl dafio. VI. INFLUENCIA DEL DESARROLLO NORTEAMERICANO EN LOS SISTEMAS CONTINENTALES A pesar de que la Hamada revolucién en materia de “torts” ha tenido cier- to rechazo atin entre autores reconocidos cn los Estados Unidos de América, su influencia en los sistemas continentales ha sido importante. Para ilustrar lo dicho podrfamos citar el comentario de Mariano Aguilar Navarro en relacién ala Convenci6n de la Haya sobre responsabilidad del fabricante por los dafios derivados de sus productos: “Finalmente, la técnica utilizada de la agrupacién de contactos muestra un progresivo acercamiento alas tesis anglosajonas del m4s puro casuismo (“pro- per law”, “social environment”). Avanzando en la direccién apuntada por el Convenio sobre accidentes de carreteras y superando la tacha de incertidum- bre jurfdica que se imputa a aquellas tesis, el presente Convenio trata de evi- tarel cardcter fortuito y frecuentemente irreal de soluciones mAs tradicionales. En dltimo término, se trata, pues de un esfuerzo de conciliacién entre las exi- gencias continentales de previsibilidad y certeza y los criterios angloamerica- nos de localizaciones casuistas” (20). VIE. CONCLUSIONES Toda la evoluci6n jurisprudencial norteamericana reviste una enorme im- portancia, no sélo para la doctrina jurfdica de los Estados Unidos, sino para to- do estudio que sc realice en materia de responsabilidad extracontractual deri- vada de un hecho ilfcito. La revolucién en materia de “torts” no ha tenido undnime aceptacién: sin embargo, hay que admitir que, a consecuencia de la crisis experimentada por la regla tradicional (Jex loci delicti), se hacfa imperiosa la toma de un nuevo rumbo. Pero las nuevas teorfas (‘‘la relacién mAs significativas”’, “interés rele- vante™...) otorgan, en realidad, tal poder discrecional al sentenciador que cre- an cierta incertidumbre ante la imposibilidad de predecir ta solucién judicial. (20) M. Aguilar Navarro: Derecho Civil Intemacional, op. cit., p. 555 272 OLGA DOS SANTOS Elestablecimiento de ciertas regtas de cardcter general resulta siempre prac- tico, Sin embargo, no es posible encasillar todos los diversos supuestos den- tro de f6rmulas rfgidas ¢ inflexibles; de allf la tendencia hacia la busqueda de formulas en las que exista la posibilidad de analizar cada caso, tomando en consideraci6n todos sus aspectos importantes; no obstante, se ha llegado a ta- les extremos en los cuales lo que es importante para un Juez es irrelevante pa- ra otro, La determinaciond e la ley aplicable en esta materia siempre va a encontrar- se con clementos casufsticos, por lo que la evoluci6n doctrinaria y jurispruden- cial norteamericana en materia de “torts”, en nuestra opinién, continuard apor- tando nuevos puntos de vista. Por tltimo, debemos destacar la importancia del orden pablico dentro de los sistemas interestatales, ¢] cual ha favorecido en algunos casos la aplicacién de Ja lex fori: lo que es norma de orden publico para un Estado puede no serlo pa- ra otros, dejando a la sola discrecién del foro escogido por el demandante, la aplicci6n de su ley basada en dicha norma. Ello puede conducir a soluciones extremas como la analizada en el caso Rosenthal vs Warren,

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