“Aquí se dan las características de quienes serán reformadores, quienes sostendrán el estandarte del tercer mensaje angélico, aquellos que se reconocen como pueblo guardador de los mandamientos de Dios, y quienes honran a Dios, y están fervorosamente comprometidos, a la vista de todo el universo, en edificar las ruinas antiguas. ¿Quién es el que los llama, Los reparadores de portillos, Los restauradores de calzadas para habitar? Es Dios. Sus nombres están registrados en el cielo como reformadores, restauradores, que están levantando los cimientos de muchas generaciones” (Review and Herald, 13 de octubre de 1891; Seventh-day Adventist Bible Commentary, tomo 4, pág. 1151).
“Aquí se dan las características de quienes serán reformadores, quienes sostendrán el estandarte del tercer mensaje angélico, aquellos que se reconocen como pueblo guardador de los mandamientos de Dios, y quienes honran a Dios, y están fervorosamente comprometidos, a la vista de todo el universo, en edificar las ruinas antiguas. ¿Quién es el que los llama, Los reparadores de portillos, Los restauradores de calzadas para habitar? Es Dios. Sus nombres están registrados en el cielo como reformadores, restauradores, que están levantando los cimientos de muchas generaciones” (Review and Herald, 13 de octubre de 1891; Seventh-day Adventist Bible Commentary, tomo 4, pág. 1151).
“Aquí se dan las características de quienes serán reformadores, quienes sostendrán el estandarte del tercer mensaje angélico, aquellos que se reconocen como pueblo guardador de los mandamientos de Dios, y quienes honran a Dios, y están fervorosamente comprometidos, a la vista de todo el universo, en edificar las ruinas antiguas. ¿Quién es el que los llama, Los reparadores de portillos, Los restauradores de calzadas para habitar? Es Dios. Sus nombres están registrados en el cielo como reformadores, restauradores, que están levantando los cimientos de muchas generaciones” (Review and Herald, 13 de octubre de 1891; Seventh-day Adventist Bible Commentary, tomo 4, pág. 1151).
santos del Altsimo quebrantar, y pensar en cambiar los tiempos y la ley; y sern entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Y la tierra se contamin bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Durante la dispensacin cristiana, el gran enemigo de la felicidad del hombre hizo al sbado del cuarto mandamiento objeto de ataques especiales. Satans dice: Obrar en forma contraria a los propsitos de Dios. Dar a mis secuaces poder para desechar el monumento de Dios, el sptimo da como da de reposo. Borrar su recuerdo. Pondr en su lugar un da que no lleva las credenciales de Dios. Inducir a los que acepten este da a que lo revistan de la santidad que Dios dio al sptimo da. Mediante mi vicerregente, me exaltar a m mismo. El primer da ser ensalzado, y el mundo protestante recibir este falso da de reposo como verdadero. Daniel 7:25, Isaas 24:5; Profetas y Reyes, pg. 136.
Reedificarn las ruinas antiguas, y
levantarn los asolamientos primeros, y restaurarn las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones Y los tuyos edificarn las ruinas antiguas; los cimientos de generacin y generacin levantars, y sers llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. En el tiempo del fin, ha de ser restaurada toda institucin divina. Debe repararse la brecha, o portillo, que se hizo en la ley cuando los hombres cambiaron el da de reposo. El pueblo remanente de Dios, los que se destacan delante del mundo como reformadores, deben demostrar que la ley de Dios es el fundamento de toda reforma permanente, y que el sbado del cuarto mandamiento debe subsistir como monumento de la creacin y recuerdo constante del poder de Dios. Con argumentos claros deben presentar la necesidad de obedecer todos los preceptos del Declogo. Isaas 61:4, 58:12, 13; Profetas y Reyes, pg. 136.
No pensis que he venido para abrogar la ley o
los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Pero ms fcil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley. Cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeos, y as ensee a los hombres, muy pequeo ser llamado en el reino de los cielos; ms cualquiera que los haga y los ensee, ste ser llamado grande. El monumento de Dios, su sptimo da de reposo, ser ensalzado. Los que son leales, , han vuelto sus pasos hacia el camino de los mandamientos de Dios, para respetar, honrar y glorificar al que cre los cielos y la tierra. Las fuerzas opositoras han deshonrado a Dios al abrir una brecha en su ley, por la autoridad papal, para librarse de la conviccin, los hombres han procurado destruir toda la ley. Han podido destruirla? No; porque la ley de Dios permanece inmutable y eterna, y que su monumento, el sbado, permanecer por los siglos sin fin, sealando al nico Dios verdadero para distinguirlo de todos los dioses falsos. Mateo 5:17, Lucas 16:17, Mateo 5:19; Mensajes Selectos, tomo 2, pg. 122.
Y quin es aquel que os podr hacer dao, si
vosotros segus el bien? Si alguna cosa padecis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentis por temor de ellos, ni os conturbis, sino santificad a Dios el Seor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razn de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcis haciendo el bien, si la voluntad de Dios as lo quiere, que haciendo el mal. Debemos mantener la verdad porque es la verdad, frente a la oposicin ms implacable. Los cristianos son probados, no slo por la ira, el desprecio y la crueldad de sus enemigos, sino por la indolencia, inconsecuencia, tibieza y traicin de los que se dicen sus amigos y ayudadores. Se los hace objeto de burlas y oprobio. 1 Pedro 3:13-17; Profetas y Reyes, pg. 475, Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pg. 299.
Porque la porcin de Jehov es su pueblo; Jacob
la heredad que le toc. Le hall en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruy, Lo guard como a la nia de su ojo. la iglesia, aunque dbil y defectuosa, constituye el nico objeto en la tierra al cual Cristo otorga su consideracin suprema. l la observa constantemente lleno de solicitud por ella, y la fortalece mediante su Espritu Santo. El Seor tiene sus agentes designados, y una iglesia que ha sobrevivido persecuciones, conflictos y tinieblas. Jess am a la iglesia y se dio a s mismo por ella, y l la restaurar, refinar, ennoblecer y elevar, para que subsista firmemente en medio de las influencias corruptoras de este mundo. Hombres designados por Dios han sido escogidos para velar con celoso cuidado y vigilante perseverancia, para que la iglesia no sea destruida por los malos designios de Satans, sino que subsista en el mundo y fomente la gloria de Dios entre los hombres. Habr siempre un fiero conflicto entre la iglesia y el mundo. Deuteronomio 32:9,10, Zacaras 2:8; MS, T. 2, p. 457 [1902], E.U.D, pg. 60, TM, p. 52.
Entonces tus odos oirn a tus espaldas
palabra que diga: Este es el camino, andad por l; y no echis a la mano derecha, ni tampoco torzis a la mano izquierda. Entonces ensear a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirn a ti. El pueblo del Seor est procurando reparar la brecha que ha sido hecha en la Ley de Dios. Esto perturba a los enemigos de nuestra fe, y ellos emplean todos los medios de que disponen para estorbarnos en nuestra obra. Sin embargo, la muralla derribada se va levantando con firmeza. Se est amonestando al mundo, y muchos ya se apartan de la costumbre de pisotear el sbado de Jehov. Dios acompaa esta obra y el hombre no puede detenerla. Los ngeles de Dios cooperan con los esfuerzos de sus siervos fieles, y la obra progresa constantemente. Encontraremos oposicin de toda clase, como la encontraron los que edificaban las murallas de Jerusaln; pero si velamos, oramos y trabajamos como ellos lo hicieron, Dios pelear nuestras batallas y nos dar preciosas victorias. Isaas 30:21, Salmos 51:13; Testimonios para la Iglesia, T. 3, pgs. 627, 628, t. 9, pg. 274.
Est ahora atento tu odo y abiertos tus ojos
para or la oracin de tu siervo, que hago ahora delante de ti da y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; s, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moiss tu siervo. Y se levant el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habis pecado, por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, aadiendo as sobre el pecado de Israel. Ahora pues dad gloria a Jehov Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras. Y les respondi toda la asamblea, y dijeron en alta voz: As se haga conforme a tu palabra. En la obra de reforma que debe ejecutarse hoy, se necesitan hombres que, como Esdras y Nehemas, no reconocer paliativos ni excusa para el pecado, ni rehuirn de vindicar el honor de Dios. Nehemas 1:6-9, Esdras 10:10-12; Profetas y Reyes, pg. 498.