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Psicología sufí

La psicología de la realidad que no es tan mala como crees.

por Sheij Mohammad Abdullah Ansari

Entre otros temas encontrarás:


El miedo
El dolor emocional
La verdad acerca del pasado
La realidad interior
La verdad es una película
La baja auto-estima
No te preocupes, se feliz
Ser feliz es fácil
Como conseguir lo que quieres

Una guía práctica.


Introducción
Este folleto es una compilación de obras cortas originalmente escritos para mis
estudiantes, los que viven aquí cerca y acuden a las sesiones de meditación y ejercicios
en los centros de trabajos y los que viven en otras partes con quienes nos comunicamos
por Internet.
Este grupo de escritos tratan el tema de la constitución psicológica del ser humano y los
retos interpersonales y emocionales que enfrentamos en la vida. Hablamos de cómo son
las cosas y porque las cosas son así. Espero que con esa información mis lectores estén
más preparados para tomar las medidas necesarias para protegerse emocionalmente
contra los altibajos de la vida. Nadie necesita estar deprimido, triste o sufrir por sucesos
desagradables que nos pasan o de cosas que han ocurrido en el pasado. Nadie debe
sentirse amenazado por lo que dicen o piensan otras personas. Y nadie tiene que tener
miedo de las incertidumbres de la vida. Hay remedios para todas las molestias
emocionales, de las leves como las preocupaciones familiares e interpersonales que
hacen la vida difícil, hasta trastornos emocionales graves que hacen la vida insoportable.
Todos los problemas en la rama psicológica son diferentes grados de la misma cosa.
Saber lo que realmente está pasado es el primer paso en para encontrar una solución.
Para ganar una pelea uno debe conocer el enemigo y las reglas del juego. Espero que
encuentres exactamente esta información aquí en este pequeño libro.

Con lo arriba mencionado no quiero insinuar que la vida no es más que un juego. De
ninguna manera. Esta vida es cosa seria y debemos tomarla en serio. La vida es bonita
para los que han aprendido ver su belleza. Pero, como todo en la vida, desarrollar esa
habilidad requiere trabajo. Vale la pena entrar en ese trabajo.
Conciencia – una batalla contra el Yo Bajo.
Hay una historia de los indígenas norte americanos Cheroqui: un viejito sabio está
explicando a su nieta sobre una batalla interior que él está llevando a cabo. Dice que es
entre dos lobos. Uno es malo: consiste en enojo, envidia, tristeza, remordimientos,
avaricia, arrogancia, auto-lastima, resentimiento y rencor, sensación de inferioridad,
mentiras, orgullo, sensación de superioridad, y egocentrismo. El otro es bueno: consiste
en alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, simpatía, benevolencia, empatía,
generosidad, verdad, compasión y fe. Después de pensar un rato la nieta le pregunta a
su abuelo, “¿Cuál lobo gana?”
El viejo sabio dice, “Al que alimento.”

La verdad es que nosotros tenemos mucho control de las condiciones que afecta nuestra
felicidad y estado de ser. Muchas cosas de la vida están fuera de nuestro control pero
nuestra actitud hacia lo que nos pasa hace toda la diferencia. Nuestro destino está escrito
pero en forma de borrador y los detalles dependen de nosotros mismos. Y son los
detalles los que nos hacen la vida insoportable o bonita y, aún más importante, es nuestra
actitud y conducta basada en esa actitud que está formando las condiciones, favorables o
no, en el Más Allá.

Hay varios puntos a considerar en la historia arriba mencionada. Uno es que el viejito
sabio se refiere a las emociones como lobos, es decir, entidades ajenas. Son negativas o
positivas pero son para dominar y controlar no al contrario. Y, como ya se ha
mencionado, unas son malas y unas buenas.
Aunque parece obvio que las emociones negativas son perjudiciales, son realmente las
fuerzas que guían la vida de la mayoría de la gente en todas partes.

En realidad, el primer paso es la conciencia, o una combinación de conciencia y


conocimiento. Es decir, el primer paso después de que reconoces que hay algo mal, que
hay un problema. Una vez que es claro que existe un problema, hay que investigar las
razones y causas.
¿Dónde está el problema? Si alguien te ofende, si tu negocio falla, si tu matrimonio está
fracasando, si te corren de tu trabajo, si siempre te metes en pleitos o cualquier “tragedia”
o “calamidad” y experimentes emociones como miedo, nerviosismo, enojo, rencor o las
demás emociones negativas o si experimentes estas emociones aún sin una causa obvia,
¿dónde está el problema? y ¿qué provocó la reacción?
Se puede averiguar la respuesta de esta pregunta considerando otra. ¿No es verdad que
confrontado con situaciones idénticas, dos personas reaccionan muy diferente o hasta de
manera totalmente opuesta? Un insulto no tiene efecto en uno mientras que otra persona
se enojaría contundentemente. Una pérdida para uno es el fin del mundo mientras que la
misma pérdida para otro no es gran cosa.
Otro ejemplo de un ángulo diferente. Estás de viaje por varias semanas y durante tu
ausencia sucede alguna desgracia – tu pareja te engaña, tu casa se derrumba, pierdes tu
trabajo, te roban tu caro, o lo que sea. Estás felizmente desfrutando tu viaje y en tu mente
todo es bonito. Regresas a casa y te enteras de la desgracia y te pones mal. Tal vez el
problema sucedió hace mucho tiempo, pero tu no reaccionas hasta que te enteras.
Las reacciones tan distintas o tardías son prueba de que el incidente “provocador” en
realidad no es la causa, que en realidad los problemas estriban dentro de nosotros
mismos. El centro emocional siente una amenaza y su mecanismo de defensa se está
activando de forma equivocada para “proteger” a la persona.

La Luz de Dios está presente en todos. La Energía Divina está presente en todos. ¿Por
qué, entonces, no somos santos? ¿Por qué no nos sentimos bien de todo? ¿Por qué no
anda bien la vida? Es porque nosotros mismos estamos interponiendo obstáculos entre la
presencia y guía de Dios y nuestra conciencia. Dios quiere ayudarnos y guiarnos pero
creemos que sabemos más. La respuesta es quitar los obstáculos que nosotros mismos
hemos puesto. Las emociones negativas son invasoras que arruinan la vida y nos
conducen a remedios aun más ruinosos. El enojo, envidia, tristeza, remordimientos,
avaricia, arrogancia, auto-lastima, resentimiento y rencor, sensación de inferioridad,
mentiras, orgullo, sensación de superioridad, y egocentrismo son nuestros enemigos.
Debemos ganar la batalla contra ellos.
El primer paso en lograr el control de uno mismo es el conocimiento de uno mismo - ¿qué
es lo que está pasando adentro? Esta requiere que nos convirtamos en observadores de
nosotros mismos, empezando con las emociones negativas mencionadas arriba. Para
llevar a cabo este ejercicio es primordial que uno se queda despierto en todos momentos.
Despierto quiere decir, consciente de uno mismo. Hay que estar en un estado de
vigilancia, como un guardián de la puerta del castillo del rey, observando todos los que
entran y cuidando que no entren indeseables. Y, cuando sí entra algo indeseable, como
el enojo o envidia etc. debemos seguirla, mirando para averiguar ¿de dónde viene, qué
quiere y adónde va? Las emociones negativas son como ladrones trabajando en la
oscuridad. Si prendes la luz, se apenan y tienen que detener sus actividades. La
conciencia es como prender la luz. Las emociones negativas no tienen razón y en la
plena luz del día su naturaleza verdadera se revela y su fuerza desaparece.

Entre más poder tienen las emociones negativas menos tiene el individuo. Las
emociones negativas son como dictadores arruinando las vidas de sus súbditos. Ser
súbdito de las emociones negativas es ser esclavo. Sólo con el conocimiento y la
conciencia podemos liberarnos de ellas y encontrar la Luz Divina que está en todos
esperando que quitemos los velos de encima para que pueda llevarnos a una vida mejor.

El hacha Perdida
Un hombre perdió su hacha y sospechaba del hijo de su vecino. El pensaba que el joven
lucía como un ladrón, hablaba como un ladrón, y caminaba como un ladrón. Pero más
tarde el hombre encontró su hacha mientras estaba cavando en su jardín, y la siguiente
vez que vio al hijo de su vecino, veía a un joven que lucía, hablaba, y caminaba como
cualquier otro chico.

Todos han pasado instancias en la vida en que lo que queríamos oscureció la visión tanto
que lo que vemos no era la verdad sino lo que deseamos que fuera. En la vida cotidiana
vemos a menudo como la gente ve las cosas de manera diferente una de la otra. Si diez
personas fueran involucradas en algún suceso, al siguiente día escucharíamos diez
versiones diferentes del mismo acontecimiento. ¿Por qué? ¿No fue que sólo una cosa la
que pasó? ¿Cómo es que todos vieron lo mismo de diferente manera?
En la historia del hacha también podemos ver otro ángulo del tema que nos ayuda
a entender un poco más de este enigma. El hombre perdió el hacha: ¿Por qué no pensó
primero, “Perdí mi hacha, me pregunto dónde la puse”? En lugar de eso el acusó en su
mente primero a otro, él no quiso culparse a sí mismo. Así que para evitar ese
pensamiento no deseable, su subconsciencia inventó una alternativa más aceptable; fue
otro.
La definición clínica de esquizofrenia es el confundir la realidad con la fantasía. Nuestro
amigo del hacha sufre de una forma leve de este padecimiento aunque ningún siquiatra lo
diagnosticaría así; se considera conducta normal. Ser neurótico, es decir, culpar a otros
de nuestros errores, enojarse y deprimirse, etc., son conductas o maneras de ser tan
comunas que encajan dentro del ámbito de la normalidad.
Los sicólogos llaman a estas reacciones mecanismos de defensa. Para no admitir el error
o dañar la imagen que la persona tiene de sí mismo, la subconsciencia inventa maneras
para mantener su auto concepto o fantasías sobre quién es. Durante los años formativos,
se dice que es debido a su ambiente y/o las cosas buenas o malas que pasan, que ciertas
características se forman las cuales se olvidan y pasan a la subconsciencia pero tienen
sus efectos en el comportamiento de la persona.
Generalmente la gente vive con estas características y la gente las acepta o no según
como coincidan con sus propias manías. Si la conducta llega al grado en que la persona
no puede funcionar bien en la sociedad, o la persona siente emociones fuertes como
miedo, tensión, irritabilidad, depresión y tristeza, a tal grado que la vida se ha vuelto
insoportable, se recurre a un profesional por ayuda.
Dependiendo de la teoría del psicólogo se pueden usar varias técnicas para corregir el
trastorno. El sicoanalista buscará en el pasado del paciente para averiguar la “causa” del
problema. Con este entendimiento se espera que el paciente pueda cambiar por haberse
confrontado con la realidad. El adepto en la teoría de behaviorismo (conductismo)
confronta el problema directamente con ejercicios para eliminarlo sin interés en la causa.
En otros métodos el que sufre se reúne en grupos de personas que tienen trastornos
similares con o sin dirección profesional. Con el apoyo de otros la gente aprende como
controlar y vivir con sus problemas.
En todos los casos el origen fundamental, la causa fundamental, la razón esencial del
problema nunca se sabe. La persona A tiene miedo del sexo opuesto porque fue
abusada por su papá, la persona B está perpetuamente enojada porque sus padres le
negaron una bicicleta, o tiene metas inalcanzables, o fue rechazado por una chica, o fue
despedido de su trabajo. La persona C tiene muy baja autoestima porque sus padres la
criticaron continuamente o la compararon con un hermano de altos logros. Y así
sucesivamente. Pero nada de tratar el mecanismo fundamental del ser lo que ocasiona la
reacción que produce el problema. Nada de ¿porqué? una “causa” produce tal reacción.
En todos los casos el profesional o alguien ha determinado ¿cuál es la conducta
apropiada y porqué? cuando en realidad sus conceptos están basados en ideas e ideales
subjetivos que varían de un pueblo a otro, de época en época, de una religión a otra, o de
un país a otro.
En muchos casos la curación es no más que el reemplazar de un malentendido con otro,
un reacción con otra, una fantasía con otra, o digamos, curar una herida profunda con un
curita. Al no llegar al fondo verdadero del problema la solución es sólo temporal o
reemplazada por otros.
¿Por qué, entonces, existe la depresión, el miedo, la ostentación, el odio, la arrogancia, la
avaricia, la intolerancia, la apatía, y otros trastornos e injusticias de la vida? Para saberlo
tenemos que regresar a la creación del ser humano y profundizar en los componentes de
su constitución.

¿Quién eres tú?


Todo el problema origina en el hecho de que no somos uno sino muchos. Fuimos alguna
vez integrados y balanceados, al principio cuando nos creó Dios en el mundo de creación
o el “Jardín del Edén”. Al principio Dios creó a toda la humanidad y todo lo que va a
pasar. Nos mandó aquí a este mundo y a esta vida para conocerlo a Él, crecer y
desarrollarnos a la perfección en que Él nos quiere. No obstante que la mayoría olvida
rápidamente de donde proviene y su tarea aquí, unos pocos sí tienen una chispa de
recuerdo que los impulsa a buscar la verdad. Esta búsqueda empieza con conocimiento
de quien somos y la sicología real del ser humano que causa su olvido y
consecuentemente sus trastornos mentales, problemas y neurosis.
Nuestro ser (o alma) se divide en cuatro partes de las cuales hablamos de dos en esta
ocasión. Las partes que nos conciernen en el sentido práctico de la vida cotidiana y para
el comienzo de la senda que dirige a Dios, son el nafs o ser bajo y el corazón espiritual
que es nuestro contacto con la luz de Dios.
El nafs es más o menos equivalente a lo que los sicólogos llaman el ego pero más amplio
y más complicado. Realmente el nafs es una parte necesaria de nuestra totalidad. Sin él
no pudiéramos vivir. Es el ser o alma terrenal y el cuerpo forma parte del nafs. Es una
herramienta que necesitamos para funcionar aquí en la vida material. Su función es
contener todos los elementos que constituye un individuo, es decir, 1. un cuerpo que
funciona y desempeña un rol en la escena mundial , 2. las emociones las cuales, dentro
de sus usos correctos, son motivadores de acción y logro, y 3. la protección del nafs (ego,
persona) mismo.
Ahora bien, dentro de la esquema del propósito de cada una de éstas categorías el nafs
puede y debe desempeñar su papel perfectamente bien si no por la naturaleza débil del
ser humano. El hombre ha olvidado su propósito y misión original en este mundo/vida y
se enamora del mundo (su primera distorsión emocional, la de la perversión del amor).
Este acto pone en moción las otras emociones y la inercia se hace cargo de todo. Como
en la física, la inercia esta siempre vigente – una cosa en moción sigue en moción hasta
que se encuentra una fuerza opositora que la impide o la desvía. Las emociones crecen y
se exageran hasta un punto en que toda la realidad y percepción es distorsionada y el
hombre llega a un estado de irrealidad en que realmente no actúa por si mismo, es un
autómata, no más que una maquina reactiva que no puede iniciar ninguna acción propia.

Miedo
El miedo es la emoción negativa que genera todas las otras emociones negativas y el
motivo que impulsa la mayoría de las acciones y reacciones nocivas y contraproducentes
en la vida. El miedo es la base de todos los trastornos emocionales y de la conducta anti-
social que infecta nuestro entorno.
Aun más importante, el miedo es el obstáculo principal para los que buscan de desarrollo
espiritual.
El miedo es omnipresente en el mundo – lo tienen los pobres, los ricos, todas las razas lo
tienen, los hombres machos lo tienen, las chica bonitas lo tienen, los poderosos, los
débiles, los malos, los buenos, los belicosos, los pacíficos, los ruidosos, los callados –
casi nadie está exento.
Hay básicamente tres categorías de miedo: miedo innato u original, miedo causado por
nuestras propias acciones y errores y miedo como resultado o reacción a amenazas
reales.
Vamos a empezar con el tercero, el miedo provocado por amenazas reales. Antes de
todo debemos entender que el miedo como emoción es una sensación física. Enfrentado
con una amenaza, digamos por ahora, una amenaza física, el cerebro manda una
selección de químicos (neurotransmisores), a una rapidez increíble, a través del sistema
nervioso que quita el cansancio, agudiza los sentidos y pone todo el cuerpo en un estado
de alerta, listo para defenderse – pelear o huir. Esta es la función básica y correcta del
ser terrenal o nafs. Es algo totalmente fisiológico y práctico. Además de amenazas
físicas como un ataque de un animal en la jungla, un delincuente en la ciudad o un carro
acercándose demasiado rápido, la amenaza puede ser de forma psíquica como el miedo
de perder la fuente de ingresos, la perdida de la novia o novio (o esposo/a), la perdida de
estatus o de algún chisme o lo que va a pensar o decir la gente. Aquí las cosas empiezan
a complicarse, la amenaza puede ser real o imaginaria, serio o trivial – la reacción
física es igual de real. Todo depende de la actitud o creencia de la persona involucrada
– tiene muy poco que ver con la realidad de la situación. Lo que aterroriza a una persona
no es nada para otra. Todo se origina dentro de la persona.
El segundo tipo de miedo proviene de nuestras propias acciones o más bien el miedo de
las consecuencias de nuestras acciones equivocadas. Este miedo está relacionado con
los otros dos. Generalmente actuamos en reacción a algo. Así que si algo pasa que
percibimos como una amenaza (a lo mejor una amenaza a nuestro concepto de quienes
somos – nuestro ego pues) y reaccionamos en defensa con alguna acción media
entupida. Ahora por no admitir que hemos cometido un error, seguimos con otra idiotez
para cubrir el primero y así sucesivamente.
Podemos ver, siguiendo la cadena de sucesos y su trayectoria posible, como es que una
función sencilla para protegernos de daño se convierte en algo mucho más grande, hasta
la realidad central del ser. El nafs o ser bajo crea su propia personalidad o “realidad”
basada en su miedo de ser percibido (por si mismo y/o de otros) menos de lo que le
conviene egoístamente.
Ahora el primer tipo de miedo, el miedo original. Este miedo, una vez empezado, forma
una tendencia temerosa bien establecida profundamente en nuestro ser.
Cuando nacimos nuestro estado original está íntimamente vinculado con Dios. Somos
casi casi uno con Él. Pronto empezamos a cobrar consciencia del mundo. Primero
funciones básicas como hambre y procesos físicos del cuerpo. Entonces vemos cosas,
queremos cosas, el mundo nos fascina. Nuestros gustos y disgustos se refinan. Ya al fin
nos encontramos totalmente involucrados, enlazado con el mundo y la vida. ¿Y qué
pasa? Nos olvidamos de Dios, de dónde viene y a dónde vamos. Por influencias
familiares, sociales y culturales, el ego (el nafs) ha empezado a desarrollar una
personalidad o, usando la palabra con su significado en latín, una persona (en latín
‘persona’ significa ‘máscara’).
El crecimiento de este aspecto del nafs, la personalidad falsa, nos alejamos cada vez más
de nuestra relación original con Dios. El nafs/personalidad cree que él hace cosas, que él
sabe todo y él está en control. Pero en nuestra esencia sabemos que eso no es verdad,
que somos seres totalmente dependientes, que sin Dios no podemos hacer nada. Este es
el origen de una tendencia miedosa. Tenemos miedo esencialmente porque nos hemos
alejado de Dios y eso nos da miedo. Estando inconsciente, este miedo y nuestro
concepto erróneo de lo que somos (que somos tan importantes) el miedo transmuta y se
manifiesta en una gran variedad de formas dependiendo de la historia de la persona.
Pero todo miedo proviene de esta separación temprano de Dios. Por falta de esta
relación íntima con el Creador, la persona lucha contra la mera realidad tratando, de una
forma, de ser Dios. Sin embargo en su esencia sabe que no lo es, que no puede ser, que
sólo Dios es Dios y nada es posible sin Dios. Por eso casi todo el mundo sufre de
complejos emocionales proviniéndose de esta contradicción o conflicto interior.
Sólo restableciendo el vínculo con Dios podemos dominar el miedo. ¿Pero cómo?
cuando el miedo es el primer obstáculo que tenemos que conquistar para empezar a ver,
sentir y experimentar a Dios.
Antes que todo es conocimiento. Sin conocimiento hasta la fe es falsa. Hay tres tipos de
conocimiento. 1. El conocimiento que aprendemos leyendo o que nos enseña alguien
que sabe. 2. El conocimiento que adquirimos a través de la experiencia. Y 3. El
conocimiento que viene directo de Dios por revelación (a través del corazón).
Todos tenemos la potencialidad de recibir guía directa de Dios. A menos que seas un
profeta, esto implica trabajo y la ayuda de un maestro. El primer paso es una
combinación de los primeros dos formas de conocimiento. Acepta lo arriba mencionado
que todos tenemos miedo, que estamos engañándonos a nosotros mismos y empieza un
programa de auto-observación con una honestidad cruel y brutal (pero con comprensión y
compasión). Cada vez que sientas sensaciones de nerviosismo u otras señales de
miedo, presta atención. Observa las reacciones químicas en el cuerpo y como se sienten,
¿qué están haciendo? y ¿cómo te afectan? Entiende que es falso, que la verdad es que
nada va a pasar, no tenemos razón de temer. Haz un estudio de ti mismo, ¿qué te hace
reaccionar con síntomas de miedo? ¿Cuántas cosas?
Ahora, el segundo tipo de conocimiento – aprende de la experiencia. ¿Cuántas veces
han pasado las mismas cosas y qué es lo que pasó? Nada. Todavía tienes vida.
Increíblemente pasamos por tantas cosas, hasta tragedias y seguimos adelante. Todo
depende de la actitud. Aunque no podemos cambiar la situación podemos cambiar
nuestra actitud. Podemos salir bien de cualquier situación – eso es el milagro de la vida.
Debemos entender y creer que nada, pero nada malo puede pasarnos. Todo es para
nuestro bien. Todo lo que parece mal (según nuestros conceptos estrechos) tiene
razones positivas – o como resultado de nuestras propias acciones equivocadas así
sirviendo como aviso o parte de un plan de Dios que conducirá, a final de cuentas, a
aprendizaje, desarrollo y evolución. Si piensas de una forma miope, te duele, te
desesperas, te deprimes y tienes la tendencia a actuar inapropiadamente contra a ti
mismo. Si te relajas y finges ser fuerte (aunque no te sientes tan fuerte) y confrontas el
fantasma de miedo, con el conocimiento de que eso es exactamente lo que es, un
fantasma, gradualmente se deshace, se esfuma, desvanece. Debemos entender, para
repetirlo otra vez, estamos en este mundo de paso. Disfrútalo como un turista. Este
mundo no es la meta. Aun si perdimos todo, saldremos bien. Si vivimos en el nafs
sufrimos continuamente. Si vivimos en el corazón somos invencibles, felices con todo,
aceptando el destino que Dios nos da, buscando y trepando la senda que nos lleva a Su
lado.

Dolor emocional – no. 1


¿Cómo podemos tratar con el dolor emocional – ya sea relaciones rotas, rechazo, amor
perdido, pérdida de la familia o fricción dentro de ella, pérdida de trabajo y/o posesiones,
etc? Es tan fácil decir, “oye, olvídalo, sigue adelante, el pasado es el pasado”.
Intelectualmente podemos ver la lógica de las palabras, pero ¿cómo? Emocionalmente
una pérdida, especialmente de amor, es muy difícil de olvidar sólo porque alguien lo dice.
Estar enamorado. ¿Qué quiere decir eso? Generalmente significa que la persona de la
que se está enamorado cumple con una idea preconcebida, de una historia, un guión, que
se ha formado en la “mente” que se desea ver realizada.
A veces una persona “se enamora” de la idea de ayudar al otro – el otro está incapacitado
de una forma u otra, física, emocional o socialmente y cree que él o ella es la indicada
para darle la felicidad.
En los dos casos vemos el mismo escenario – soy yo él que está dictando lo que debe
pasar, es lo que se quiere.
Un ejemplo de un alcohólico ahogando su dolor en el alcohol. Tenía dinero, carros,
chicas, casas y todo. Perdió todo. Hasta fue a la cárcel. Sintió que no valía la pena vivir.
Pasa el tiempo lamentándose de sus pérdidas y pensando en lo que tenía y lo que pudo
haber tenido. Era tan importante y ahora no era nadie. Su imagen de la vida era
puramente material. Tú eres lo que tienes.
Mira, tenemos un concepto equivocado de la vida, la existencia. La vida no se construye
según nuestros planes. De hecho, no sabemos lo que es mejor para nosotros. Dios sí
sabe y está listo para surtirnos todo para nuestra felicidad y, más importante, para nuestro
desarrollo y evolución. Pero ¿cómo puede hacerlo si estamos llenos de nosotros
mismos?
El ser humano fue creado como recipiente para recibir. La naturaleza de Dios es dar.
Todo lo bueno viene de Dios y todo lo malo viene de nosotros. Armonía cósmica, lo que
nos conduce a la estabilidad, equilibrio y una relación beatifica con Dios, depende de
establecer una relación con Él de receptividad. Para recibir uno debe aceptar.
Una relación con Dios requiere que nos pongamos en un estado de aceptación, un estado
de no hacer, de observar, agradecer y entonces, actuar basado en lo recibido.
Los problemas suceden cuando olvidamos a Dios y actuamos primero según nuestras
propias ideas basadas en reacciones inconscientes de nuestro ser bajo para
“protegernos” y conservar nuestra individualidad – un engaño puesto que el ser bajo (el
nafs) sólo reacciona, así que es un esclavo de su ambiente y las circunstancias – su
(nuestra) “individualidad” es una broma.
Armonía cósmica es recibir y dar. Se manifiesta y se experimenta como un pulso
vibratorio que se puede sentir físicamente. Una vez que uno ha aprendido a aceptar y
recibir de Dios, puede y debe imitar esa característica de Dios y dar también. Así el
individuo se convierte en un canal a través del cual las bendiciones de Dios fluyen. Esto
se logra manteniéndose abierto, en un estado de receptividad y aceptación. Observa y
acepta. Ábrete a todo, ve a Dios en todo, mantén a Dios en mente, en todos momentos,
espera que todo lo que pasa viene de Dios para tu propio bien. Actúa cuando sea tu turno
y no antes. Dios te avisa si esperas con la vasija vacía. Tu cuerpo es una vasija – abre la
mente, no la cierres, llenándola de conjeturas, opiniones y adivinaciones.
Mientras tanto, trabaja para conocerte a ti mismo. Auto-observación, meditación,
contemplación, zikr y otras prácticas de auto-conocimiento y remembranza a Dios. No
vivas en el pasado. No vivas en el futuro. Estás aquí ahora en el momento presente –
disfrútalo.

Dolor emocional – no. 2


Todos los dolores y sufrimientos en la vida vienen debido a un caso de identidad
equivocada. Es decir que nos identificamos con la identidad equivocada.
Bueno, tal vez sería mejor definir términos. Identificar es la tendencia de la gente a unirse
psicológicamente con cosas o personas, sacando así poder u otro beneficio imaginario
para apaciguar sus sensaciones inconscientes de inferioridad – o más bien las
sensaciones de inferioridad de su nafs, él cual es la personalidad falsa que vive dentro –
un producto de miedos y fantasías, un ideal distorsionado, un superhombre/mujer que
quisiéramos ser debido a expectativas no logradas, esperanzas falsas e influencias
culturales y sociales equivocadas.
A diferencia del propósito de la identificación – sentirse más importante y valioso – la
identificación siempre conduce al sufrimiento y dolor emocional. La razón estriba en la
identificación más grande y perjudicial – la identificación con la personalidad falsa (el nafs)
y este cuerpo perecedero que habitamos temporalmente.
Antes de continuar, debo decir que este cuerpo tiene una importancia primordial en
nuestro desarrollo espiritual y conocimiento de él y sus funciones, es imprescindible si
queremos llegar a donde Dios quiere que lleguemos – a Su lado. Sin embargo, esta
importancia no tiene nada que ver con la apariencia del cuerpo – si es delgado o gordo,
bonito o feo, o nada por el estilo. Toda su importancia reside adentro.
Pero eso está perdido a la mayoría de la gente, quien mira nada más su aspecto exterior
creyendo que ese cuerpo es quien es.
Curiosamente vemos cada rato gente que se desespera por cosas que pensamos son
poca cosa – una persona una cosa y otra otra. Y de repente nos quedamos dormidas y
reaccionamos desesperadamente sobre una cosa igualmente irracional – algo que
cualquier otra persona consideraría “poca cosa”. ¿Qué está pasando si es “poca cosa”
para uno y sumamente importante para otro?
¿Quién eres tu? Te digo; si Dios nos crió de Su esencia, somos una chispa de Su
esencia. ¿Puedes lastimar a Dios? ¿Puede sufrir Dio? Si no, ¿cómo es que tu sufres o
tienes miedo? ¿No estás hecho de material divino?
Dijo Jesús, “mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36). También dijo que sus discípulos
no eran de este mundo. Se dice de los sufíes, que tienen un pie en este mundo y el otro
en el otro (un mundo superior). ¿Quiere decir que están en dos lugares al mismo tiempo?
Dice la gente que se habla de forma metafórica. Pero eso no es la verdad. El otro mundo
existe aquí y ahora y se le puede experimentar aquí y ahora.
Para inmunizarte de las amenazas y ataques de este mundo debes desenredarte de los
tentáculos ilusorios que emanan de él.
¿Recuerdas el segundo mandamiento? “No tendrás otros dioses delante de mi. No te
harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra.
No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto...” Es la clásica prohibición contra ídolos
ignorado universalmente por la gente. La razón está mal traducida en la Biblia cuando
dice que Dios es un dios celoso. Que absurdo - como si Dios tuviera emociones humanas
o pudiera ser lastimado por las acciones de la gente. Que es realmente, es enseñanza en
la sicología y funcionamiento de la mente. La mente toma la forma del objeto de su
concentración. El grado y forma de la concentración nos lleva a diferentes estados de ser
y niveles de conciencia. Al concentrar en Dios en Su aspecto más amplio - sin forma, sin
fin, más grande de lo más grande y más pequeño de lo más pequeño, en todas partes y
dentro de nosotros al mismo tiempo – la mente asume el mismo aspecto y se ensancha,
vacía, formando una vasija apropiada para recibir regalos de Dios.
Concéntrate en algo material – una estatua o imagen, un carro, una estrella de una
telenovela, un cantante, etc. – la mente encoge al nivel del objeto de su concentración. El
hombre normal, al ver algo, no importa qué cosa, recibe una avalancha de pensamientos
e imágenes del cerebro, basados en experiencias, influencias culturales y sociales,
deseos y miedos. Todo eso forma su impresión de lo que ve. Por eso todos ven el
mundo de forma diferente, viven en mundos distintos y no ven el mundo como realmente
es. Cada quien vive en su propio mundo de sueño o pesadilla fantaseado por una
colaboración entre el nafs y el cerebro. En estos mundos anda la gente, sujeto a grandes
cambios y altibajos debido a la índole amorfa de sueños.
Dios ha creado un mundo perfecto y lo deja a cargo de los seres humanos quienes lo han
distorsionado y creado un monstruo. Todavía existe el mundo que Dios creó – está aquí y
ahora en frente de nuestras narices. Para ver el otro mundo hay que desarrollar ojos
internos que se encuentran en el corazón espiritual. Sin embargo el corazón está
oscurecido por velos producidos por el nafs – la personalidad falsa está tan grande que
bloquea el ser real del corazón y sus ojos, oídos y otros sentidos internos necesarios para
experimentar la realidad del mundo y la existencia en su totalidad.
El dolor y sufrimiento sólo lo puede sentir el nafs. Tu, tu realidad, siendo divina de origen,
es invulnerable a los ataques mundanos. La prueba de lo que digo y la cura son la misma
cosa – conciencia. Hay que trabajar para desarrollar una presencia inmediata, una visión
libre de miedo, deseo y emociones negativas. Para quitar esos, los cuales son los velos
que cubre el corazón, primero es necesario verlos.
Antes que todo es la intención – haz de Dios tu meta y enfoque de toda tu vida. Una
presencia inmediata o conciencia empieza con la respiración – respiración consciente.
Ahora la observación de uno mismo ya está en marcha – sigue con eso. Al empezar a
observar a ti mismo, te vas a dar cuenta que hay dos, el observador y el observado. El
observador eres tu, colocado en el corazón – mira cuanto tiempo duras allí.
La observación de uno mismo nos da una prueba de la naturaleza dual de todo. Veo el
nafs y veo mi cuerpo mientras también siento yo mismo, algo separado de ellos. Vemos
que somos capaces de concentrarnos en muchas cosas al mismo tiempo. El aire y la
presencia Divina, el nafs y sus maniobras, las actividades corporales y mundanas, el
ambiente en donde estamos. Nota que cuando estamos respirando conscientemente y
observándonos a nosotros mismos, el diálogo interno emanando del cerebro baja hasta
parar casi totalmente. ¿Ahora qué? Depende de qué ves.
El dolor emocional 3
No es ninguna novedad decir que la gente puede ser cruel. Dice y hace cosas
intencionalmente para lastimar a otros. Casi nadie ha escapado a este tipo de trato. Un
momento, una época, o hasta toda la vida, hemos sido el blanco de insultos, rumores
maléficos, abuso verbal y/o físico o maltrato personal o de nuestras posesiones.
Una palabra puede ser como una daga y dejar una cicatriz para toda la vida. Una crítica
de un padre a su hija puede tener efectos desastrosos y hasta ser un elemento crítico en
la formación de su vida, distorsionando su percepción de todo – su auto-imagen,
estabilidad emocional y sus relaciones con otros.
Pero no es la palabra o situación la que hace el daño. Podemos ver que diferentes
personas reaccionan totalmente diferentes. Alguien con padres alcohólicos se puede
seguir el mismo patrón – otro alcohólico más, convertirse en un fanático en contra del
alcohol o un buen samaritano ayudando a los alcohólicos. Sin embargo nadie sale sin
algún efecto. Todos los niños buscan la aprobación y amor de sus padres y cuando no lo
encuentran hay reacciones.
Cuando llegamos a la edad en que pensamos independientemente, es tiempo de evaluar
la situación inteligentemente, reconocer donde hay reacciones dañinas dentro de nosotros
mismos y buscar respuestas, en lugar de cargar fantasmas internos toda la vida.
Nadie puede esperar que un niño va a salir sin afectos de las actos y palabras crueles de
sus padres u otros niños. Como niños somos vulnerables. Y sin la educación apropiada
de los padres quien, al contrario, pueden ser los culpables, la situación no se ve muy bien.
De todos modos, es el mal en la vida que nos incita a buscar respuestas. Es muy rara la
persona con una vida hermosa que encuentre la verdad y las realidades de la vida. Son
los que han experimentado la mala vida, maltrato, tragedia, fracaso, depresión, tristeza,
etc. que buscan y encuentran la verdad.
Este asunto toca varios temas. ¿Quién somos? ¿Qué duele? El pasado, el perdón, el
amor y más.
Si meditas un rato a lo mejor puedes recordar varios, si no muchos, incidentes en tu vida
en que fuiste lastimado emocional o hasta físicamente por alguien. Tal vez también hay
un número igual de tales situaciones inconscientes las cuales aun reprimidas todavía han
dejado sus huellas en tu psique. ¿Por qué? Yo tengo unos tenis que tiene veinte años.
Mis tenis los puedo ver, puedo tocarlos, tienen sustancia, son reales. Unos incidentes
desagradables que me sucedieron hace cuarenta y cinco años y todavía están en mi
memoria. No tiene sustancia, no son cosas reales pero me enojan, me duelen. ¿Por
qué? ¿Dónde me duele? ¿Qué me duele?
Probablemente intelectualmente me entiendes – todo es una ilusión. El incidente no
existe más, no existe una herida física, no existe nada excepto algunos sentamientos.
Pero de todos modos sí hay algo real y la mayoría de la gente experimenta sensaciones
similares.
Regresemos a una situación en tu pasado en que alguien te insultó, te burló o de otra
forma te lastimó emocionalmente. ¿Dónde te dolía? O aun hoy en día, si digo algo feo
acerca de algún aspecto de tu apariencia, tu personalidad, tus habilidades, cualquiera que
sea – tu punto débil, ¿dónde te duele? ¿qué o quién reacciona? Si no eres feo/a,
mentiroso/a, ratero/a, estúpido/a, incompetente, prostituto/a, inútil ¿porqué te importa si
alguien te llama eso u otra calumnia? Pues puede ser que reacciones a la actitud de la
persona – a su violencia contra a ti. Pero sabes que no, la persona atacada reacciona
porque se siente menos, que no es, de una forma, importante, igual a otros o no llega a
igualar la imagen personal que se ha formado de si mismo – su fantasía.
¿Quién? El nafs, la personalidad formada por la vida mundana, experiencias,
acondicionamiento, la cultura, el ambiente, la televisión, la educación familiar y los
mismos nafs de otras personas con quienes nos asociamos. El nafs quiere ser, necesita
ser, importante.
Hemos formado una imagen de quienes somos, todos según su propio acondicionamiento
o influencias ambientales – soy arquitecto, abogado, mecánico, cantante, ejecutivo,
agricultor, doctor, etc. y si no me tratan de la forma en que yo creo es apropiada, me
enojo o me siento insultado.
Soy guapo, inteligente, ágil, informado, importante, etc. y si no me tratan así, me enojo o
me siento insultado.
Todo eso es una ilusión. Es ignorancia. Somos viajeros de otra dimensión pasando por
acá para entender más acerca de Dios y Su Realidad. Somos almas en desarrollo
temporalmente envueltos en un cuerpo denso para andar en este lugar de prueba.
Nuestro aspecto físico y circunstancias materiales son calculados para nuestra educación.
El resto es una fabricación. No tiene importancia en sí más que un reto para superar. El
nafs, la parte del alma encargada de protegernos en este ambiente forastero,
equivocadamente se encarga de proteger la personalidad falsa que él mismo inventó.
El dolor emocional es el resultado de identificarse con una cosa temporal de poca
importancia – la apariencia, la profesión, el ego, el dinero y las posesiones, el estatus, etc.
El ser humano tiene un deseo innato de amar y ser amado. Con la pérdida del
conocimiento o recuerdo de quien realmente somos, ese amor, como la personalidad
falsa o “imagen personal” se ha convertido en algo también falso y superficial, material y
egoísta. Sin embargo el deseo innato queda y buscamos el amor (en todos los lugares
equivocados y en formas equivocadas). Y la sensación de no tener o la posibilidad de
perder tal “amor” enciende el nafs a reaccionar contra la amenaza (un molino de viento) –
enojo, auto-lastima, depresión, tristeza, orgullo y arrogancia, etc. toda la gama de
emociones negativas.
La única manera de terminar con el dolor emocional, las heridas del pasado, las cicatrices
internas, es reconocer y cortar la identificación con la personalidad falsa, dominar el nafs y
regresar a nuestro ser real. Este mundo es una fabricación, una escena, una película,
temporal, sólo condicionalmente real. Darse cuenta de este hecho, con conocimiento
cierto, interno y directo, nos libera de los dolores que son esencialmente imaginarios.
Parte de este proceso incluye “amar a tu enemigo” como Jesús (la paz sea con él) dijo.
Lo que quiere decir, que todos somos hermanos en este asunto, esta escuela de Dios
diseñada para nuestra evolución de seres incompletos a seres perfeccionados,
engendrados de los mismos padres. Los que nos atacan son pobres ignorantes por
quiénes debemos sentir lástima y compasión. Debemos entender que es gente
sumamente infeliz y miserable. Sus reacciones son automáticas originadas por su nafs,
su miedo, su sentimiento de debilidad, de inferioridad e incompetencia. Son personas
falsas, imaginaria, una autómatas, inconsciente, parte de un sueño u obra de teatro.
Nuestra preocupación por nosotros mismos es la raíz de toda nuestra confusión, dolor,
infelicidad y reacciones emocionales perjudiciales. Cambiemos el enfoque a Dios,
recordándonos continuamente la situación real en que nos encontramos y nuestro trabajo
de conocer a Dios y llegar a Su lado, y gradualmente se desvanecerán la confusión, el
miedo y el dolor. Dios nos llenará con Su Luz y energía y todo el aspecto del mundo y
esta vida cambiará de feo a bonito.

Muchos pasados muchos futuros


Vi una película mientras estábamos viajando en autobús. En la película un joven
marinero tenía muchos problemas en llevarse bien con sus compañeros y con la vida en
general. Andaba en un estado de enojo constante con un talante sombrío. Resulta que
fue abandonado por sus padres cuando era bebé y nunca los conoció. Su padre era
alcohólico y murió violentamente y su mamá estaba en la cárcel. Para colmo fue
adoptado por una familia abusiva y fue tratado de forma que condujo a complejos
emocionales etc. Su mamá nunca intentó a recuperarlo después de que fue liberada de la
cárcel. Todo eso se reveló durante sesiones con un psicólogo en la película. El psicólogo
se hizo amigo del muchacho o más bien, se convirtió en sustituto de su papá (resultó que
el psicólogo y su esposa no pudieron tener hijos y el joven sirvió también para ayudar con
ese trauma).
Bueno, el psicólogo mandó al paciente/hijo sustituto a buscar a su familia. Fue traumático
para él porque guardaba resentimientos bien arraigados pero fue, acompañado por su
novia – el primer amor de su vida (bueno, es una película ¿no?). Encontraron a la
hermana de su padre y de allí a su mamá en un barrio bajo. Su madre estaba en malas
condiciones y no muy feliz de verlo. Él la regañó pero la perdonó y la dejó. Regresó a la
casa de su tía donde encontró a todos sus parientes y conoció a su abuela. De allí todo
salió bien y supongo que se casó con su novia y vivieron felices para siempre.
Aunque esta era sólo una película y muy a la “Hollywood”, como se llama un “sob story”
(una historia para llorar), no es una situación rara. Mucha gente sufre de complejos
emocionales, resentimientos, enojo y otras emocionas negativas por el trato que recibió
durante su niñez. Es muy triste ver vidas arruinadas por el abuso de padres u otros a
cargo de su educación. En la historia todo fue resuelto al encontrar a su familia. Pero,
¿Qué hubiera pasado o pudo haber pasado si el joven nunca hubiera encontrado a su
familia o aun peor, los encontrara pero fueran indiferentes o malos?
Hay muchos que son abandonados por sus padres y mueren por conocerlos aún si han
tenido buen trato o aún superior de lo que hubieran tenido si se hubieran quedado con sus
padres biológicos.
Un niño adoptado por una buena familia que nunca supiera el hecho de que fue adoptado
nunca sentiría la falta o tener ganas de buscar a su familia real – sería como cualquier
otro hijo. La sangre no tiene nada que ver. No existe una conexión innata sanguínea que
hace a uno sentir menos por no estar con sus padres biológicos. Al fondo de este anhelo
de encontrar mamá, papá etc. es presión social y cultural. Una estudio de culturas, como
en el pasado o en sociedades “primitivas” (como tribus en áreas remotas) revelaría una
gran variedad de estructuras familiares muy diferentes de la nuestra. Lo que todos
quieren es amor. Lo que no quieren es estar abandonados, sentirse menospreciado, ser
o tener menos que los demás. Así que nuestro joven en la película se sentía ofendido por
el rechazo. Siendo una película todo fue muy sencillo y fácilmente resuelto. La vida real,
sin embargo, no es tan sencilla.
Como hemos dicho, el pasado no es la causa de nada. Pero el abuso, el maltrato u
ofensas del pasado, como en el presente, ciertamente parecen ser lo que provocan el
dolor emocional, trastornos emocionales y hasta conducta antisocial o criminal.
¿Entonces?
La reacción emocional y conducta resultante es una reacción tomando lugar en el
presente contra percepciones actuales. El pasado no tiene nada que ver. Lo que está
pasado es ahora en este cuerpo.
El joven marinero en la película sufría por no tener padres porque fantaseaba como
hubiera sido o debió haber sido si hubiera tenido una familia “normal” y feliz. Y sufría por
ser abusado y menospreciado. Pero fue (pasado) abusado. ¿Quién está sufriendo ahora
(o sufrió en aquel entonces)?
La lógica se nos hace obvio que palabras y acciones del pasado no nos están haciendo
nada ahora. ¿Entonces porque la gente sufre?
Lo que le pasó al muchacho en la película y a otros millones como él no es más que una
variación de lo que pasa a la mayoría de la gente continuamente. Todos los problemas
en la vida se originan de sólo dos desviaciones de la senda recta que son comunes a casi
todo el mundo. Número uno es la concentración en uno mismo. Todo es YO, YO, YO y
este YO obscurece la realidad, tuerce y distorsiona el curso natural y armonioso de las
cosas. Por supuesto todo parece normal porque “el curso natural y armonioso” casi no
existe en el mundo de hoy día. Pero, por lo menos, tú puedes tenerlo en tu vida. Es una
posibilidad para individuos que están dispuestos a trabajar y tienen suficientes ganas.
Ciertamente Dios hizo un mundo perfecto. Buscando esta perfección en nosotros mismos
es nuestro trabajo.
La segunda fuente principal de problemas en la vida es nuestra obsesión por vivir en el
pasado y en el futuro. En cualquier momento el hombre normal está emocionalmente
ligado al pasado y/o el futuro. Nunca está aquí en este momento. Cada cosa, situación y
asunto provoca unas conexiones cerebrales con heridas abiertas del pasado,
inconformidades relacionadas con el futuro, miedo (o enojo) de lo que va a, o podría
pasar, la anticipación de disgustos futuros o decepciones por lo pasó o no pasó.
Valdría la pena estudiar un poco de biología y zoología (pues también la física). Lo que
vemos en la naturaleza de todo el mundo excepto el ser humano, en una perfección
asombrosa. Todo tiene su lugar, todo encaja con todo lo demás, todo funciona
integralmente y sigue un “curso natural y armonioso”. Eso es la naturaleza del mundo
creado por Dios. Sin embargo el hombre tiene libre albedrío, el derecho o capacidad de
hacer líos con todo.
El gran YO o el ego, para hacerlo más consistente con terminología más comúnmente
aceptado (aunque nuestro concepto es más amplio y se puede encontrar en otros lugares
esta serie), nos hace pensar que somos casi dioses. Y, cuando la vida no nos trata como
si fuéramos dioses, cuando las cosas no resultan como creemos que deben o
quisiéramos que fueran, ego lastima, sufre. La gente sufre porque se identifica con su
ego. Pero el ego en un invento que no tiene una realidad verdadera. Para hacer que el
ego fantasmagórico se esfuma y nos deje en paz, permitiéndonos encajar con “el curso
natural y armonioso” de la vida, necesitamos estar despiertos en un estado de vigilia
constante – primero para aprender la naturaleza del ego (nafs) y entonces para rechazar
sus exigencias y engaños.
Vivir en el presente es un tarea dura que exige mucho trabajo y vigilancia pero va mano a
mano con lo arriba mencionado. Todas nuestras fantasías y/o preocupaciones del
pasado y el futuro se relacionan con el ego en su forma más amplia, el ser bajo, el nafs, la
Forma Terrenal. Así vigilar a uno es también vigilar al otro.
Sin embargo el asunto del pasado tiene otros aspectos no tan fáciles de aceptar. He
hechos unos comentarios leves de esta materia en páginas anteriores cuando hablé de
los recuerdos. Vamos a abordar esta cuestión cautamente en las hojas subsecuentes
que seguirán en las semanas próximas.
Antes de que haga unos enunciados planteando los parámetros de lo que vamos a
discutir, debo reiterar que por decirte hechos, no los hace reales o útiles o hacerte entrar
en “el Reino de los Cielos” o elevar tu nivel de conciencia. Sólo son guías o tentaciones
puestas para alentarte a hacer el trabajo necesario a abrir los sentidos interiores para ver
realmente la Realidad. Experimentar la Verdad, a diferencia de sólo conocer el hecho o
conceptos o dogmas, requiere trabajo y la ayuda de un maestro. Eso significa un
compromiso, una decisión.
El pasado nunca muere. El pasado vive en otra dimensión. Nuestro cerebro sólo guarda
percepciones de lo que pensamos qué pasó, pintado por los miedos, deseos y fantasías
del ser bajo. Sin embargo, el cerebro es como una antena a través de la que podemos
recibir señales de esas otras dimensiones. Todo lo que podría pasar y va a pasar y todas
las posibilidades que pueden suceder desde el principio de los tiempos hasta el fin de
todo ya existe en potencial y todo pasará aun acontecimientos contradictorios – aunque
no todo en el mismo mundo. Nosotros tenemos una gran capacidad posible para escoger
y formar nuestro mundo. Hay un sin número de mundos paralelos. Hoy no
necesariamente sigue los acontecimientos de ayer. La relación entre el pasado y el
presente es muy diferente de lo que es normalmente percibido.
Eso y mucho más hablaremos. Corrigiendo los conceptos erróneos de la estructura de la
realidad puede tanto ayudar a gente como el joven de la película que conté como a
funcionar como un mapa para los viajeros por la senda espiritual buscando la unidad
divina.
Por ahora quiero que hagas lo siguiente: empieza y desempeña cada día como si fuera
una entidad o unidad única y separada de todos los demás del pasado y el futuro. Este
día es singular y aislado. Tú no tienes pasado ni futuro. No relaciones nada en este día
con el pasado ni el futuro. No tienes historia. Sólo hoy cuenta.
Bueno, vas a tener que vivir una dualidad porque tienes responsabilidades, citas para
hacer, compromisos para cumplir, etc. Pero hazlos por hoy, no realmente por el futuro.
Haz una lista de cosas que hacer pero hazlo por hoy, una cosa de hacer hoy (la lista) y
mañana empieza de igual manera como si hoy no existiera. Recoge la lista que hiciste el
día anterior como si fuera de este día no de ayer.
Explicaré más de este ejercicio en la próxima hoja.

Las cosas no nos pasan – pasamos por las cosas


Libre albedrío significa resistir nuestra naturaleza instintiva, hereditaria y negativa. Si no
estás consciente de tu naturaleza instintiva, tus características hereditarias y tus
inclinaciones negativas, no puedes tener libre albedrío. Si no crees que tienes estas
cosas, no vas a luchar contra ellas, ya eres perfecto. Aún los que no creen que son
perfectos, no están conscientes de la manera real en que no son perfectos – sus
conceptos son superficiales. Y, para colmo, muy pocas personas están motivadas a
cambiar ¿para qué? No pueden encontrar una razón. Aún los que, por razones de una
tragedia en su vida o una desgracia, tocan fondo, sólo quieren recuperarse – una vez que
se sienten un poco mejor, abandonan la lucha.
Algunos, benditos por Dios, no están satisfechos con este mundo y esta vida. Parece
ridículo ver gente tan feliz con sólo tener unas cositas materiales. Sentimos que hay algo
más. Somos los pobres (faquires en árabe) quienes no nos conformamos con menos que
la unidad con Dios (Allah). Pero esta sensación no está clara al principio y se manifiesta
en muchas diferentes formas en diferentes personas. Puede que la persona esté
deprimida, continuamente triste, lucha por el poder o posición material pero, o no logra el
éxito o el éxito no resulta suficiente – todavía se siente vacía, o puede ser problemas
amorosos, la salud, etc. Sobre todo, gente que no encaja en lo que se percibe como el
mundo normal. Pero el mundo que percibes es sólo una fracción infinitesimal de la
realidad. Y todo lo “normal” es una trivialidad en el gran marco. Una trivialidad con que,
no obstante, tenemos que tratar correctamente. Sin la consciencia de su trivialidad innata
estas trivialidades nos pueden matar.
Los hindúes llaman a este mundo maya – ilusión. Ya hemos hablado de cómo este
mundo está formado por el conjunto de las percepciones distorsionadas de toda la gente.
Cada país, cada región, cada ciudad y pueblo, tienen su carácter distinto por la gente que
vive allí. Esto es un nivel o manera de entender el concepto de maya. Es fácil entenderlo
como un proceso material, pero es mucho más. Si toda la gente en un área creía que su
área era un paraíso y bonito más allá de lo imaginable, en poco tiempo se hace realidad
esta fantasía. La mente tiene este poder. Sólo que necesita una cantidad suficiente de
gente que coincida con la misma idea para ejercitar el poder necesario.
Este mundo y “realidad” relativa es cambiable y maleable. Cuando pensamos
normalmente, pensamos linealmente. El tiempo se mueve de un punto a otro. Hay una
secuencia de sucesos cada uno dirigiendo al siguiente. Esta forma de pensar es práctica
para unas actividades pero es un desastre para nuestras vidas emocionales y una
distorsión de la realidad.
Recuerdas que decimos que el pasado no es la causa del presente. No importa lo que ha
pasado en el pasado, el efecto o más bien, la condición de una persona depende en el
momento presente. De hecho nosotros formamos el pasado aquí en el presente. El
problema estriba en nuestro concepto lineal del mundo y tiempo. El mundo y la vida son
como es la luz según la mecánica quántica, ambos una onda y partículas. Para cosas
prácticas debemos ver la vida cotidiana en forma de onda – una cosa dirige a otra. Pero
la verdadera realidad es digital, particular. Este entendimiento es la única manera de
llegar a ver la existencia como realmente es y la única manera de protegernos de asaltos
psíquicos y emocionales.
Dios crea el universo de nuevo cada día, cada medio día, cada momento. Hoy no es una
continuación de ayer ni el resultado de ayer. Los científicos quánticos dicen que hay un
infinito de mundos paralelos. Eso no es nada nuevo para un sufí – hace casi mil años
Abdul Qadir al-Jilani dijo que la existencia está compuesto de “mundos dentro de mundos
dentro de mundos”. Las cosas no nos pasan, nosotros pasamos a las cosas. Cada
momento estamos moviéndonos entre mundos. Trata de pensar que el tiempo, en vez de
ser horizontal, es vertical. Cada momento pasamos por otro orden de sucesos fijos, un
mundo ya hecho y nos encontramos tratando con otra realidad. Nuestras acciones en un
momento dado determinan el siguiente mundo en que nuestro ser o porción de ser, va a
estar. Los recuerdos no son grabaciones sino que realmente vamos a ver otro mundo.
Lo que “pasó” no pasó, está pasando y continuará pasando para siempre. Ahora tú eres
del otro mundo y eres otra persona (casi). Desesperarte por lo que está pasando en un
mundo paralelo es una locura.
A lo mejor es difícil aceptar tal escenario o versión de cómo son las cosas, especialmente
para los que no hacen o han dejado de hacer los ejercicios de percepción y consciencia
que hacemos en grupo o recomiendo a mis estudiantes. Con el tiempo, los ejercicios
espirituales desarrollan sentidos interiores con los que todo lo que digo acerca de otros
mundos, dimensiones y el llamado Reino de los Cielos, se vuelven visibles y sensibles.
Llegará un tiempo de certeza que remplazará la creencia. Mientras llega el tiempo, como
siempre, me gusta hacer, aún los principios más abstractos y raros, prácticos para
nuestras vidas cotidianas.
Hace poco cité algo que dijo don Juan Matus, un chamán Mexicano. Él dijo que una
persona de conocimiento tiene que ser ligera y flexible. Eso no se refiere al cuerpo físico
aunque eso es preferible también. Tampoco habla de nuestra actitud y comportamiento
aunque aquí también debemos ser flexibles. Estamos hablando del cuerpo sutil – del ser
real. Cuando nos movemos con el cuerpo sutil, nos movemos con agilidad, nos movemos
fácilmente alrededor de las cosas, absorbemos, esquivamos, nos agachamos, evadimos,
reímos, sonreímos, brincamos, somos intocables, invulnerables – bueno pues, flexibles.
A diferencia, el nafs, nuestra Forma o nafs/ego, es pesado y rígido. Cuando encontramos
problemas en la vida o nos ataca la gente – abusos, injusticias, etc., la Forma toma el
golpe con toda su fuerza y reacciona violentamente con emociones negativas si no es
violencia física – enojo, dolor emocional, tristeza, depresión, amargura, resentimiento y
todo eso. Y para colmo, quiere que recordemos continuamente lo que pasó en términos
cada vez más exagerados y entonces empieza a imaginar todas las posibles
consecuencias de dicho acto y todo lo que debió haber hecho o pudo haber hecho y ya
más y más.
No creas que el cuerpo sutil o el corazón espiritual y la Forma o nafs/ego sean cosas
imaginarias o sólo conceptos psicológicos para ayudarnos tratar con la vida – unos trucos
pues. No, son tan reales como la mesa la silla o cualquier cosa que puedes tocar ahora
mismo. Podemos aprender sentirlos y tener los atributos de ellos. ¿Cuáles atributos
quieres?
No podemos cambiar el mundo en que vivimos. Pero al tomar decisiones correctas,
podemos cambiar mundos. Nuestra actitud, nuestro enfoque, nuestra intención puede
hacer al mundo en que vivimos, el entorno, cambiar de forma inimaginable del punto de
vista del nafs. Con el desarrollo de los sentidos interiores el mundo (la existencia) toma
una forma amorfa y maleable.
Con la dominación del nafs y la reducción de la Forma, nos convertimos invulnerables.
Nos vaciamos de “nosotros mismos” llegamos a ser vasijas en las que Dios puede llenar
de Si mismo y Sus poderes.
Lo que más quiero implantar en todos los que quieren escucharme, es que todo esto no
son ideas o conceptos vagos o refranes bonitos para poner en la pared. Son cosas reales
y sensibles que podemos sentir y usar. Todo es una ciencia – una ciencia que, al fin, hoy
en día, coincide con la ciencia física. No existe lo espiritual y lo material. No existe lo
psicológico y lo tocable. Todo es uno.

La realidad interior y la condición


“Sufrir y aguantar la tiranía de otros es limpiar tus propias impurezas a través de
ellos. Tu carácter se vuelve bueno a través de la tolerancia y la de ellos, malo por
su agresividad y deseo de dominar. Considéralos a ellos como vestidura por
medio de la cual puedes limpiarte y purificarte.”
Yalaluddin Rumi

Nuestro sendero no es el de esconder o de la reclusión pero tampoco es el de


entregarnos a las tonterías y barbaridades del mundo del hombre normal. Caminamos
por una línea fina entre dos mundos. Dios nos dio este mundo como una escuela para
aprender acerca de Él. Si nos escondemos en una cueva en la cima de una montaña, en
el bosque o en un monasterio, es como si no fuimos a la escuela y, por consiguiente, no
aprendiéramos nada. Si andamos tras de los demás, la mayoría de la gente, y nos
entregamos a los deseos mundanos, sufriremos altibajos emocionales, conflictos
interminables, incertidumbres materiales y terminamos con el alma moribunda y sin
ningún desarrollo.
Nuestro sendero es uno de consciencia – consciencia de la realidad de las cosas, de este
mundo y de nosotros mismos. Con el conocimiento de cómo son las cosas realmente
podemos protegernos y evitar los obstáculos que nos obscurecen la visión interna y con el
tiempo, el trabajo, la perseverancia, la tolerancia, la paciencia y la ayuda de Dios,
cobraremos una alta consciencia de la presencia de Dios en todos lugares y momentos, el
acercamiento a Dios. No como conocimiento, filosofía, concepto, idea, creencia ni de la fe
sino experiencia real, concreta y tangible.
Este proceso empieza con hechos leídos o escuchados y creídos, que usas, es decir,
pones en la práctica. Empezamos con nosotros mismos. Como el mundo en que vivimos
es, como hemos hablado, dualístico con una parte real y divina cubierta con una máscara
creada por los cerebros y egos de la gente, nosotros también somos de dos partes, una
realidad interior y la condición.
La realidad interior es nuestra esencia, el corazón, la parte vinculada con lo divino, la guía
divina, nuestra realidad o ser real. La realidad interior es estable, inmutable y eterna. La
condición es el cuerpo, la vida y las situaciones cotidianas, el ego, las emociones, las
relaciones, deseos, etc. La condición es inestable, cambiable, impredecible y perecedera.
La persona normal está 95% entregado a la condición. Mira la definición de la condición.
Inestable, cambiable, impredecible y perecedera. ¿Cómo suena? ¿Qué otra cosa es
inestable, cambiable, impredecible y perecedera? Los sueños. La vida es como un
sueño. De hecho el Profeta del Islam Muhammad Mustafa dijo, “La vida es un sueño.
Cuando mueres te despertarás.” La única razón porque creemos que el mundo y las
cosas son más reales que los sueños o los pensamientos o cosas espirituales de que
hemos leído es porque estamos atrapados en un marco de tiempo en que todo parece
estable y estático. Pero aún si ponemos a un lado los hechos científicos que muestran sin
duda que el mundo y la materialidad son inestables, cambiables, impredecibles y
perecedera, sabemos o podemos ver diariamente como todos percibimos las cosas y
situaciones diferentemente. No hay, en la condición, una realidad, sólo hay versiones y
percepciones de realidades relativas. Y las versiones y percepciones cambian a menudo.
Estas percepciones conciernen también a la percepción que uno tiene de si mismo. ¿Qué
ve? Ve la condición. La condición siendo un producto de los miedos, deseos,
percepciones de experiencias, influencias/acondicionamiento y herencia (ADN) de la
persona, no tiene mucho que ver con su realidad. Es un sueño. Es parte de un sueño
general llamado el mundo. Si te entregas a la condición, te unes a las masas en el sueño
general, soñadoras, dormidas. La gente dormida no sabe lo que está haciendo (“Padre”
dijo Jesús, “perdónalos porque no saben lo que hacen”).
La condición es el producto del nafs/ego del individuo y de todos colectivamente. El
mundo es el producto de las mentes de toda la gente. Y el mundo es exactamente como
todos lo quieren inconscientemente, pero siendo un proyecto compartido por ciegos todo
resulta chueco y no al gusto de todos por mucho tiempo. La gente en general vive como
pelotas de ping pong en la alta mar, golpeados por todos lados y llevados a todos lados
por las olas. Los que no se entregan a la condición y aprenden a ver la verdadera
naturaleza del sueño en que vivimos, verán el poder del ego personal y la condición
individual y colectiva perder su fuerza y control sobre ellos. Gradualmente la realidad
interior se hace visible y su poder y la luz interior empieza a brillar. Los que reconocen la
condición y la observan pueden combatir su influencia.
En la citación al principio de este escrito, Yalaluddin Rumi, un importante sufí del siglo 12
dC, habla de cómo una persona despierta puede aprovechar de la condición para pelear
contra su ego. Si no estamos despiertos, nos entregamos a la impaciencia, enojo,
intolerancia y arrogancia y nuestra realidad interior se vuelve cada vez más débil y la
posibilidad de realmente despertar y ver el mundo como realmente es se vuelve cada vez
más inalcanzable.
Como hemos hablado, otras personas son como espejos en los cuales nos podemos ver
a nosotros mismos. Debemos pensar en esto y buscar en nosotros mismos las
características que no nos gustan en otros. No te enojes, a lo mejor has hecho la misma
cosa tú. Está pendiente de las emociones negativas, especialmente el miedo, enojo,
arrogancia y avaricia. Si no estamos pendientes nos devorarán y nos uniremos a las
masas de dormidos.

Vamos a ver una película


Vamos a ver una película. Abro el cartucho y saco el disco, un objeto circular y delgado
de algún tipo de plástico con un brillo bien llamativo que contiene, invisiblemente dentro,
información digital – quién sabe exactamente qué significa ‘digital’ pero supongo son
cargas eléctricas formadas según algún código que se puede descodificar con alguna
tecnología más allá del entendimiento de la persona común y corriente. Lo inserto en el
aparato – un aparato que puede leer las cargas eléctricas del disco plástico, y oprimo el
botón identificado con la palabra ‘play’.
Después de unos momentos las imágenes aparecen en la pantalla de la televisión.
Empieza la película. Muy pronto estoy absorbido en la historia y acción de la película. Ya
he olvidado que las imágenes emanan de una pantalla de cristal, parte de un aparato
cuadrado, una caja pues. Las imágenes y toda la acción provienen de partículas u ondas
de electricidad guardada en un disco de plástico, llevado a través de cables a la pantalla
donde se transforman en otra cosa. Sin embargo, para mí, el espectador, es real. Ya
estoy dentro de la historia y empiezo a reaccionar emocionalmente como si todo fuera
real. Siento tristeza por lo que paso a los protagonistas, enojo por la injusticia, veo cosas
que me atraen y quiero, empiezo a fantasear poniéndome en la historia en el rol del
héroe, durante la persecución automovilística mi cuerpo se tensa y la respiración casi se
para. Durante las dos horas viendo una película, una persona puede experimentar toda la
gama de emociones posibles. El espectador se identifica con uno de los personajes o las
situaciones. El cerebro está encendido, arrojando un chorro de pensamientos, ideas y
fantasías.
Todo esto y más pasa cuando uno ve una película. Lo mismo puede suceder con un libro.
Puede provocar emocionas a través del hipnotismo, sueños de día y de otras formas. Las
emociones no tienen nada que ver con la realidad – pueden, pero no necesariamente.
Un disco con una película puede provocar reacciones fuertes en las personas, pero
cualquier cosa también, como una silla, un carro, una tasa, puede excitar recuerdos de un
incidente en la vida de una persona y sólo por ver la cosa encendería una avalancha de
emociones. El recuerdo no es más una imagen sin sustancia alguna en la pantalla del
cerebro. El incidente puede ser algo que pasó hace un año, diez años o cincuenta años.
Es la creencia común que la vida son las emociones, que una persona no es humana si
no siente las emociones. Curiosamente la gente busca la libertad pero persigue la
cautividad. La confusión se origina por no pensar, es decir, piensa la gente, pero
emocionalmente (piensa con la mente del ser bajo – la mente emocional). ¿Qué es una
emoción? Son químicos mandados por cerebro al cuerpo iniciando reacciones físicas que
distorsionan la realidad, haciendo prisionera a la gente, provocando acciones que muchas
veces perjudican a ellas mismas y a otros.
¿Entonces, no debo sentir nada, no debo reaccionar a nada? Esa es la reacción normal
de cualquier sugerencia que las emociones son perjudiciales. El amor, la compasión y la
felicidad no son emociones. Son estados que provienen del corazón. Las emociones,
enojo, odio, codicia, orgullo, arrogancia, auto-lastima, tristeza y dolor emocional, etc., todo
se origina en el ser bajo y el cuerpo. Todas nos cautivan y nos mal-dirigen. Todas nos
lastiman.
El ser bajo tiene miedo, miedo de todo pero sobre todo el miedo de perder su identidad.
Pero mientras sigue con identidad, vamos a sufrir y vamos por el mal rumbo.
Lo difícil es la naturaleza de las emocionas negativas – son químicas. Mas, son químicas
adictivas. Ya está comprobado que las emociones como el enojo activa las mismas
hormonas en el cerebro que las drogas como la cocaína.
Aun sin el elemento de los químicos adictivos, nuestra conducta, en general, es una bola
de hábitos. El ser humano es una criatura de hábitos. Los hábitos nos hacen dormir, y
aun mas, crear mundos basados en eso hábitos y percepciones en lugar de la realidad.
Cuanto más habitual es nuestra vida más nos alejamos de la realidad.
Como se ha mencionado anteriormente, cualquier cosa puede provocar una cadena de
emociones, pero aun si no hubo ningún incidente traumático relacionado con el objeto, si
miras una cosa fijamente, poniendo toda la atención en nada más por, digamos, cinco
minutos, encontrarás algo muy interesante – la mente empezará a producir una gran
cantidad de pensamientos relacionados al objeto – recuerdos, ideas, opiniones y
prejuicios. Dije, producir, pero eso no es exactamente la verdad, realmente lo que pasa
es, que los pensamientos se hacen conscientes cuando nos concentramos el ellos – es
como tratar de recordar un sueño, está allá si te esfuerzas en recordar. La verdad es que
además del dialogo incesante consciente de la mente (el cerebro), hay otro dialogo bajo la
superficie de la conciencia, no tan profundo, que es el formador de nuestra percepción –
nuestra percepción distorsionada. Este nivel de pensamiento es como un velo que hace
borrosa la visión tanto física como emocional y es el resultado de hábitos emocionales y
flojera intelectual.
Parece tan fácil flotar a través de la vida en auto-piloto. Pero con el tiempo nos
encontramos problemas como montañas que no se puede navegar efectivamente por la
niebla que hemos creado por vivir inconscientemente.
Sólo si aprendemos a ver las cosas como realmente son, sin los velos de subjetividad,
tendremos la posibilidad de llegar al fin de esta etapa de nuestra existencia (la vida en
este mundo) habiendo formado un cuerpo sutil adecuado para continuar en la próxima.
El ser bajo o nafs es tan engañoso que, al escuchar ese tipo de tema, el de trabajar en
uno mismo, del auto-desarrollo, del porvenir, etc. uno piensa, “¿Cómo podría dejar todas
mis cosas, mis maneras?” como si fuera un gran cosa. Cuando en realidad el nafs y la
percepción materialista, la visión a través de la nube de deseos, miedos y negativismo
normal hacen un mundo o existencia extremadamente pequeño y limitado. Mientras
detrás de la percepción subjetiva de hombre normal es una realidad tan inmensa y
emocionante más allá de la imaginación.
Cuando uno empieza a ver las cosas objetivamente es como despertar de un sueño
profundo o de un coma. Como dice el Corán, “Dondequiera que ves encontrarás la faz de
Dios”. Pero eso no se ve antes de que se quiten los anteojos oscuros de la conducta
habitual, emocionas impulsivas, el dialogo interno incesante, miedos, prejuicios y
arrogancia.
Ver la verdad, lograr la libertad, disfrutar la realidad, no es posible sin trabajo. Hemos
tocado un poquito de la sicología verdadera del ser humano en estas hojas. Los mismos
principios que nos encarcelan se pueden usar en prácticas que nos conducen a una
conciencia cada vez más alta. La búsqueda de la verdad y el trabajo necesario para
lograr esta otra conciencia siguen la misma regla sicológica de lo negativo – hábitos, una
vez que empiezas, la inercia te lleva y el trabajo se vuelve cada vez más fácil. Pero
empezar es siempre lo más difícil.

La baja auto estima


Es muy popular hoy en día hablar de la baja auto-estima. Se le culpa de una gran
cantidad de problemas y trastornos emocionales que afligen a la gente. ¿Qué es la baja
auto-estima? Se dice que es lo que tienen los que no se valoran a si mismos, que creen
que no pueden hacer nada bueno, que permiten que otros les controlen, son depresivos,
negativos y piensan que son inferiores a todos los demás. Es más o menos lo que se
llama complejo de inferioridad.
Este complejo, como se espera, afecta todo lo que hacen las personas que sufren por
éste. Los psicólogos y los libros de superación se concentran en tratar de hacer que el
paciente se sienta mejor acerca de si mismo con ejemplos de otros que han logrado éxito
en la vida. También tratan de explicar la falsedad del complejo y frecuentemente usan
afirmaciones repetitivas como, “estoy mejorando día tras día”, “yo puedo” y muchas otras
de igual estilo, hipnosis inculcando creencias positivas de uno mismo. Aunque es verdad
que la mente es muy poderosa y hay mucho que se puede cumplir con su manejo
correcto, estos métodos raras veces dan resultados duraderos.
Lo que no es bien reconocido es que casi todo el mundo sufre del mismo complejo solo
que se manifiesta en diferentes formas. Algunos muestran su miedo, timidez y falta de
auto confianza abiertamente convirtiéndose en victimas. Estas personas se etiquetan
como gente de baja auto-estima. Pero hay otros en que su miedo y sentimiento de
inferioridad están reprimidos bajo egos fuertes. Se desarrollan personalidades falsas pero
fuertes para ocultar sus debilidades y miedo reprimido. Ellos compensan su “baja auto-
estima reprimida” con caras de competencia y poder. Pueden ser insoportablemente
intransigentes, tercos y ostentosos. Frecuentemente son gente abusiva y arrogante –
toda una mascara para cubrir sus verdaderos sentimientos. Y, puesto que la forma usual
de medir la superioridad e inferioridad se basan en el materialismo, estas personas se
esfuerzan en lograr su aparente superioridad en logros materiales – cosas tangibles que
dicen, “mírame, ¿no soy importante?” Pero, mira, todo es provocado por la misma
enfermedad de los temerosos de “baja auto-estima”.
Igualmente, como nuestras emociones inconscientes pueden manifestarse de forma
opuesta, la cura para la dizque baja-autoestima es la opuesta de lo que se espera.
¡No somos nada! En cualquier momento Dios podría crear una cantidad infinita de tí, de
mí o cualquiera de nosotros. Somos inútiles y totalmente dependientes. Quien creemos
que somos es no más que una gran fantasía – una ilusión inventada por el nafs, el alma
baja, el ego. Todo lo que creemos que hemos hecho bien no monta a nada especial. La
cura de baja-autoestima no es creer que somos tan fabulosos y que somos mejor que los
demás sino que no somos nada y que tampoco son los demás.
Por el otro lado, enterrada bajo toda la fantasía de nuestro ego existe quien realmente
somos. Qué bonita es la realidad. Lograr verla, aun una vislumbre de la realidad de
quien somos, es mejor que toda la ilusión y fantasía que el ego puede inventar. Mejor que
ser un millonario. Mejor que ser elogiado por todo el mundo.
Dijo el Profeta, “muere antes de que mueras”. El ego, mis queridos, debe morir para
encontrar el ser real. El dicho bien conocido dice, “Conócete a ti mismo”. Y dijo Ali Ibn
Abu Talib, el padre de los sufíes, “Conocerte a ti mismo es conocer a Dios.” Antes de
todo – antes de la fe, antes del amor, es conocimiento. Antes del conocimiento uno debe
vaciarse. Sin el vaso vacío no cabe nada. No somos nada y no sabemos nada. Para ser
y saber tenemos que primero ser nadie y no saber nada. Acéptalo. Cuando logramos ser
recipientes capaces de recibir, Dios nos regalará a todos. Dios es Dar, Él da y da y da.
Somos nosotros las que impedimos la entrega por estar llenes de nosotros mismos. La
baja auto-estima es una farsa, es no más que otro nombre de arrogancia – dicen ellos,
“Soy tan bueno y fantástico y mira, nadie me aprecia”.

La decepción
La decepción es la causa mayor de la infelicidad, la tristeza, la depresión, bueno, también
el enojo y la frustración. Nos decepcionan nuestras parejas, hijos, parientes, vecinos,
gobernantes, la condición del mundo y con nosotros mismos también – parece que nada
sale bien. Nada es como esperamos. Nadie hace cosas como se debe, según nuestro
concepto de como se deberían hacer las cosas. Dimos un buen ejemplo para a nuestros
hijos y mira como salieron.
Como maestro de Inglés señalo a mis estudiantes las palabras que yo llamo palabras
engañosas. Hay muchas palabras en inglés y español que suenan muy similares y
pensamos que significan la misma cosa pero no es así, son muy diferentes. Dos de estas
palabras son ‘decepción’, en inglés, ‘deception’ que se pronuncia ‘dicepshan’ (más o
menos), vocalizados suenan muy similares, sin embargo ‘deception’ significa engañar o
engaño. Normalmente no se puede traducir una con la otra pero en relación de lo que voy
a hablar, están relacionados porque nuestra decepción es un producto de auto-engaño.
Estamos convencidos de que el mundo se debe conformar a nuestros conceptos. Casi
todo el mundo sufre del complejo dios, creemos que somos dioses. Sabemos todo y
todos deben prestar atención.
Es posible que tengamos la razón. Supongamos que sí. ¿Qué importa? Todavía no
tenemos el derecho de esperar que otros tengan que escucharnos. Estamos buscando y
esperando un mundo perfecto. Aunque es posible aprender y saber lo que es correcto, la
conducta correcta, eso no significa que el mundo debe ser perfecto. En realidad ya es
perfecto. No puede existir lo bueno sin lo malo. Dios, que es Uno, creó el universo con la
palabra, o sea, la vibración o Una Vibración, y una vibración se compone de una agitación
entre partes. El universo depende o es basado en la dualidad. Es como los cables de luz
que entran en tu casa. Tienen dos partes, una positiva y la otra negativa. Ninguno tiene
poder sólo, sólo con los dos juntos se producen la energía. El mundo es así, la dualidad
produce la vida. Imagina tu vida si naciste perfecto y si todo saliera perfecto. Son los
problemas en la vida les que producen la energía, la vida. “OK” dices, “si todo es
perfecto, que el mal debe existir, ¿no debo hacer nada, dejo que los malos se salgan con
la suya?” No, no es tan sencillo. Tenemos que luchar contra el mal, afuera y adentro. Si
no, no habrá balance, ¿ves? es raro pensar así, pero el balance es una fricción amable
que produce la vida, el crecimiento y el desarrollo, sin esa fricción amable todo pararía.
¿Qué pasaría si los malos dominan a todo? En poco tiempo se destruirían aún ellos
mismos. Dice en el Corán que si Dios no usa a un grupo, que sea bueno o malo, contra
otro, el mundo se destruiría. Podemos ver como en muchos conflictos en el mundo no
hay buenos, es malo contra malo y el menos malo gana porque era necesario eliminar los
súper malos aún si los menos malos todavía andan sueltos haciendo sus porquerías. Su
tiempo llegará también. Muchos movimientos civiles que han producido cambios
importantes en las sociedades, que han beneficiado a mucha gente, fueron dirigidos por
hombres o mujeres no tan buenos, ego-maniacos, egoístas, mujeriegos, enojones, hasta
asesinos. Algunos hombres muy famosos y alagados por la historia no fueron, en
realidad, tan buena gente.
Así es el mundo en que vivimos. Es deprimente si crees que este mundo es toda la cosa.
Pero no es tan deprimente si entiendes que este mundo es un campo de entrenamiento,
que lo que pasa aquí es parte de un programa o curso de estudios, preparado por un gran
maestro que, aunque no podemos verlo directamente ni entenderlo, Él sabe exactamente
lo que está haciendo, y que todo está diseñado para nuestro beneficio y que al
graduarnos pasamos por otras partes. Aquí es algo temporal y todo lo que pasa aquí es
parte del programa, una prueba. Así que no es lo que pasa lo que importa sino como
reaccionamos a lo que pasa.
¿Estás contento con tu vida? ¿Todo está perfecto? No sabes el control que tienes.
Podemos estar felices bajo cualquier circunstancia. Podemos controlar las emociones y
escoger como sentirnos.
Todos te abandonaron. Te traicionaron. Tu negocio falla. Eres un fracaso. ¡Es una
prueba! ¿Cómo vas a reaccionar o tratar con eso? Eso es lo que importa. ¿Sabes que
hacer? Si estás controlado por las emociones, si estás apegado a que todo debe ser
como tú quieres, te va a salir muy mal.
Puede ser aún peor para los muy muy exitosos. Muchas veces ellos creen que ellos
mismos son responsables de su éxito. Están bien engañados. Todo pasó porque la
Fuerza Divina arregló situaciones a su favor y les dio habilidades para aprovechar la
situación. Es una prueba. Si se creen dioses, reprueban.
La vida es como una película. La mayoría están siguiendo el guión al pie de la letra y
algunos han aprendido a tomar sus propias decisiones y actuar independientemente.
Andan libres entre los demás observando y aprendiendo. Si olvidan por un momento que
todo es una película y que va a terminar, rápidamente se conviertan en inconscientes
como los otros actores. Podemos ser independientes del guión de la película pero
nuestra dependencia total del gran director es irrevocable. Todo el escenario fue puesto
por Otro, no tuvimos nada que ver con eso, no podemos tener crédito por nada. Sólo
tenemos que aprender a maniobrar dentro de este ambiente sin olvidar que es algo
temporal y sólo relativamente real. Si te enamoras de lo que tienes o has hecho - hasta tu
propia vida, estás perdido.
Si aprendes a desapegarte del mundo y las cosas, todo se vuelve increíblemente
interesante y maravilloso. Al separarse de uno mismo (el nafs/ego, el cuerpo, las
emociones) el mundo, el universo se abre y todas las barreras desaparecen, todo es
grande y bonito. No confundas las emociones con el amor. El amor es una onda de la
frecuencia divina. Sintoniza con esa frecuencia y entras en otra dimensión, libre.
Sólo libre del nafs, podemos ver y hacer.

No te preocupes, se feliz
Guau, ¿es todo, sólo hazlo y todo estará bien?
Pues, sí y no.
La primera cosa que necesitamos preguntar es ¿qué significa ‘ser feliz’? Es un
sentimiento o sensación de bienestar ¿no? O, la ausencia de dolor o preocupaciones.
Así que por ‘se feliz’ se puede entender ‘no te preocupes’. Siguiendo esta línea de
razonamiento, una persona que no tiene preocupaciones y está relativamente sana, es
feliz. Así que ser feliz no es algo que tienes sino algo que no tienes.
Una persona con trastornos emocionales no es feliz. Una persona con disturbios o
perturbaciones no es feliz. Una persona con muchas preocupaciones no es feliz.
Entonces la respuesta o remedio para la infelicidad no es obtener o acumular algo. La
gente con mucho dinero no es necesariamente feliz – se dice que no se puede comprar la
felicidad. ¿Cómo puede ser que un rico no sea feliz – tiene todo, no? Si, tiene todo,
incluyendo muchas preocupaciones – preocupación por su dinero, por su carro, su casa,
etc., o como cualquiera, por sus hijos, la familia y por lo que piensan los demás de él.
Es verdad que la mayor preocupación de mucha gente se centra en el dinero o la falta de
él. Pero el principal provocador de la preocupación no es lo que tenemos o no tenemos, o
sea, cosas materiales, sino lo que piensa la gente de nosotros. De hecho una gran parte
de las cosas que compran las personas y que las ponen en aprietos financieros (por ser
cosas fuera de su alcance) se compran por motivos de apariencia. La gente tiene una
imagen de quien es (que siempre tiene algo que ver con lo que piensan otros) y tratan de
cumplir esa imagen (o tienen complejos por no ser capaces de hacerlo). Muchas
preocupaciones se originen de la incapacidad por lograr lo que uno cree que debe lograr o
cumplir una imagen inculcada en su subconsciencia por la sociedad, la cultura, la familia,
sus socios, etc.
Las cosas o situaciones físicas como amenazas, inconveniencias y molestias se pueden
remediar con acciones físicas y generalmente son de duración corta (si la persona no está
tan perturbada emocionalmente para actuar). Pero las preocupaciones emocionales nos
afectan más profundamente y pueden durar toda la vida.
Sería bueno considerar el punto de vista cabalista (de la Cábala, la rama mística de
Judaísmo) para ayudarnos entender el ¿por qué? no debemos preocuparnos y cómo
podemos dejar de preocuparnos. La palabra Cábala significa ‘recibir’. Estamos para
recibir, somos como vasijas las cuales Dios está por llenar. Esto es nuestra naturaleza y
propósito. Pero para ser llenada una vasija tiene que estar vacía. La vasija de la persona
normal está tan llena que nada puede entrar – está llena de sí misma. “Hasta que seas
como un niño entrarás el Reino de Dios” dijo Jesús (la paz sea con él). Un niño todavía
no está lleno de tantas influencias sociales, culturales, familiares, acondicionamientos,
prejuicios, gustos y disgustos, preconcepciones, aversiones e inclinaciones y así está
abierto y listo para recibir.
Si supiéramos la realidad de la existencia, de forma interno o sea conocimiento interno no
tendremos miedo o preocupaciones de nada. Toda infelicidad se origina por el apego o
amor a este mundo y sus cosas. Aún el deseo de la felicidad trae su contrario. Si
pudieras entender en la profundidad de tu ser la realidad de que Dios te cuida totalmente
y de todas maneras si sólo se Lo permites, sabrías el significado de la declaración “tener
nada es tener todo”. Si pudieras vaciarte de todo tú, o sea, el gran YO y fueras como una
vasija vacía lista para recibir, Dios te llenaría de Si Mismo y con eso, los conceptos de la
felicidad e infelicidad pierden todo significado. Así que, no te preocupes, se feliz.

Ser feliz es fácil


La gente quiere ser feliz. Está bien, ¿por qué no? El problema es que todos hacen todo
para ser infeliz. Ser feliz es fácil – deja de ser infeliz. La verdad es que eres feliz. Si no
lo crees, si te siente deprimido, atacado, triste, descontento, desanimado, afligido,
desolado, abatido o desmoralizado, te estás identificando con el ser falso – el nafs, el ser
bajo.
Todas las sensaciones de tristeza y vulnerabilidad, la sensación de que todo está en tu
contra, que nadie te aprecia, que “todo lo que hago sale mal”, se originan de una falacia y
los esfuerzos para mantener la misma falacia.
Podemos ver esto en el trabajo, en la familia y en todas las relaciones o interrelaciones de
personas.
La falacia es la de idea que nosotros hacemos las cosas. “Soy yo él que... entonces
¿porque me tratan así?” “Fui yo él que... deben reconocer mis esfuerzos...” “Yo hice todo
por ellos, ¿porqué esta conducta...”.
Yo, yo, yo, yo....
Somos tan orgullosos y arrogantes. La verdad es que todo es una ilusión. No tenemos
poder de hacer nada. No tenemos nada. Todo poder pertenece a Dios y todas las cosas
pertenecen a Dios. Él nos presta poder y pertenencias. Hasta nuestros niños no son
nuestros. No somos nada. Cuanto más lejos que estemos de esta realidad más infelices
seremos y más problemas tendremos.
Desaparece, si quieres encontrar la paz y la “felicidad”. Desaparece y te encontrarás
quien realmente eres. Se como una fantasma sin sustancia y las dagas, lanzas y balas
disparadas hacia ti por la gente no penetrarán. Se invisible en este mundo para encontrar
una realidad más real que este mundo material ilusorio.
Siempre esperamos recompensa por lo que hacemos. ¿Con qué lo hicimos? ¿De dónde
proviene el poder para hacerlo? ¿De dónde vino la idea? ¿Y los recursos, de dónde los
sacamos?
Esperando algo, especialmente de otras personas es la receta de toda desgracia. En
lugar de esperar recompensa debemos estar dando gracias a Dios por todo lo que
tenemos. Si haces algo por alguien, te perderás. Si lo haces por Dios y por nada más
que por hacerlo, conseguirás la paz. Da sin esperar nada. Da ahora sin pensar en el
futuro.
Ahora es lo importante. Cada minuto es para disfrutar. Cada vínculo con el pasado o
futuro diluirá el gozo. Te quiero ahora – no por lo que has hecho y sin importar lo que
hayas hecho y el futuro no tiene relevancia. No te quiero porque vas a realizar mi sueño o
vas a terminar según mis criterios. Te doy mi ayuda no porque quiero algo de regreso.
La persona que pareces no existe en realidad. Es una invención creada por el ser bajo,
este mundo y circunstancias. Las heridas emocionales son el resultado de químicos
enviados al cerebro por el ser bajo. Estos químicos producen las emociones totalmente
falsas que nos dan tristeza y dolor emocional. ¡No respondas! Ignóralas. Es un truco.
¿A quién le duele? Pues, nada más que al ego. Tú no eres tu ego. El ego es falso.
La gente dice, “YO soy.” Y se sienten bien, fuerte y poderosa – temporalmente, entonces
el gran choque. Es un engaño. Sólo Dios existe. Tú eres parte de Él. Pero entre más
YO haya en nosotros, menos Dios. Sufrimos. Si te niegas a reconocer el gran YO, no
sufrirás más.
No esperes nada y Dios te dará. No busques nada de nadie más que de Dios. No
busques la felicidad en nada o nadie sino Dios.

Cómo conseguir lo que quieres


Desear es una parte esencial en todo desarrollo humano. Absolutamente nada puede
pasar en el entorno de nuestras vidas sin que primero haya un deseo. En todas las
tradiciones místicas el deseo es despreciado y culpado como la causa de toda infamia.
¿Entonces? ¿Cómo resolver esta contradicción? ¿Cómo podemos saber qué es correcto
y cómo debemos actuar? Primero, con sólo preguntar eso encontramos el principio de la
respuesta. Querer saber eso es una forma de deseo de hacer lo correcto. ¿Cómo puede
ser incorrecto desear saber la verdad y cómo hacer lo correcto? Sabemos entonces que
desear no puede ser todo mal y hay más en esto de lo que es obvio.
Poniendo al lado por el momento la cuestión de la unidad del bien y el mal y el hecho de
que las virtudes y anti-virtudes son parte unas de las otras, y las concentramos en deseos
y en lo que queremos.
El problema no es por desear. Hay dos preguntas que debemos hacernos primero -
¿Quién quiere y porqué? Entonces... ¿qué quiero decir por “quién quiere”? ¡Pues yo!
Pero ¿quién es yo? ¿Por qué queremos cosas y cuando las conseguimos todo sale mal?
Porque no sabemos lo que es bueno para nosotros mismos. De hecho hay una multitud
de yo’s dentro de nosotros y sus deseos están basados en sus percepciones de lo que es
bueno para ellos, que está basado en su miedo y instinto de supervivencia. Si juntamos
todos los yo’s (para hacer las cosas menos confusas) en una sola masa tendremos el
nafs que tiene las siguientes características: un complejo de inferioridad, el miedo y una
sensación de soledad o separación. Estas conducen a otras características: la necesidad
de ser o parecer importante, la necesidad de tener la razón y tener todo a su manera
(mecanismos de defensa). Aparte de las emociones negativas que todo esto engendra,
también provoca deseos de satisfacer o apaciguar el miedo básico que subyace en la
naturaleza del nafs o conjunto de yo’s o sea la personalidad falsa. (El ser o YO real no
tiene ninguna de estas características).
Los deseos normales del hombre normal son el resultado de lo anterior – para crear una
apariencia (parecer y sentirse importante) o como una droga para alentarse y sentirse
bien (un deseo inconsciente de encontrar a Dios). Es decir, lo que quiere tener o ser, el
ser humano normal, es una reacción motivada por su inseguridad básica. Así que sus
deseos no son para el propio bien de su ser real, su YO real, sino para reforzar una
fantasía creado de la nada por su nafs llevándolo aun más lejos de quien realmente es.
Sólo Dios sabe lo que es de nuestro interés, lo que es realmente para nuestro bien. Dios
está siempre tratando de ayudarnos a evolucionar y regresar a Él en el estado apropiado.
Los acontecimientos que nos parecen malos – los tiempos difíciles de todo tipo, hasta
“tragedias”, tienen, en realidad, razones más allá de nuestras posibilidades de
entendimiento pero sí son para nuestro bien. Nada puede pasar que no sea para nuestro
bien – es sólo nuestra habilidad de entender lo que falla.
Así que, si no sabemos lo que es bueno para nosotros, si todos nuestros deseos son por
razones negativas o egoístas, si todo está destinado a la ruina, ¿qué hacemos?
Es obvio que cualquier persona que está leyendo esto está, por lo menos, parcialmente
despierta porque reconoce que algo está chueco, se pregunta, quiere saber que es lo que
está pasando. Los que están dormidos ni se preguntan nada, andan involucrados
(absorbidos) en todo su entorno, esclavos de las cosas y circunstancias. Una respuesta
es analizar todo lo que hacemos, haciendo la pregunta, “¿de dónde viene este deseo?”
Aunque, a un grado, eso es necesario, todavía no es toda la respuesta, por todo lo que
hemos dicho – todavía no conocemos exactamente lo que es bueno para nosotros – por
lo menos en cuestión de deseos. Pero aun cuestiones morales que parecen blancos y
negros pueden tener muchas áreas grises.
Es el deseo lo que promueve todo lo que pasa en el mundo. El mundo es un lío por
deseos avariciosos de gente poderosa y conflictos entre individuos son igualmente el
resultados de deseos egoístas similares – el miedo de no tener, una inseguridad que
subyace en las vidas de la mayoría.
Todo lo que existe viene de Dios. Todos los deseos vienen de Dios. ¿Los malos deseos
se originan de Dios? Sí y no. Todo todo todo vienen de Dios pero su resultado o
manifestación en el mundo ha llegado filtrado a través del nafs del hombre.
Dios quiere que tengamos una vida segura y prospera. Él desea lo mejor para nosotros.
Tu estado espiritual te va a dictar cómo vas a cumplir este deseo de Dios. Las leyes
cósmicas aseguran que si tratas de conseguir la “felicidad” al costo de otros, iniciarás una
cadena de sucesos dañosos al entorno y a ti mismo. Dios quiere que tengas lo suficiente
para vivir para cumplir tu misión de acercarte a Él. Tu nafs quiere mucho más que lo
suficiente porque tiene miedo (no tiene fe) de no tener. Quiere más y más y más.
Debemos dejar de querer. “Espera, espera, espera, ¿no dijiste qué el deseo (querer) es
necesario y está bien?” Si pero uno debe saber la diferencia entre el deseo puro que
viene de Dios y los deseos del nafs. Okay, pero ¿cómo?
¿Por qué quieres saber? No respondes, te digo. Porque ves un vislumbre de la luz de
Dios saliendo de la puerta entreabierta de tu corazón. Es Dios llamándote y guiándote.
Ahora tienes todo el derecho a escuchar o cerrar la puerta por completo – se llama libre
albedrío. Entre más nos acercarnos y escuchemos a Dios más Él nos implanta deseos,
deseos que nos conducen a la senda correcta y a la felicidad.
Para llegar y quedarte allí en la puerta, el corazón, se necesita dominar al nafs – eliminar
la personalidad falsa y ego y regresar el alma terrenal a su tamaño correcto. El primer
paso y base de todo trabajo necesario para conocer y acercarse a Dios es remembranza.
Remembranza significa mantener a Dios en mente continuamente en todo momento. La
repetición de sus nombres entre actividades que exigen tu atención, en meditación y
durante ejercicios espirituales. Además de la remembranza es auto-observación que
significa mantenerte despierto y consciente, observando lo que haces y como reaccionas
a todo. Una manera de juntar las dos prácticas es a través de la respiración –
manteniendo la respiración calmada y recordando la naturaleza divina del aire y sintiendo
la energía divina que acompaña el aire como hemos experimentando en el ejercicio o
meditación de respiración. Esta conciencia constante dirigida hacia Dios ahoga el nafs y
sus deseos exorbitantes, nos lleva a una calma y un sentido de libertad. Poco a poco la
puerta del corazón se abre y la Luz de la guía de Dios se vuelve cada vez más visible y
tangible. A través de la auto-observación las realidades acerca de nosotros mismos
sobresaltan a la vista – se desarrollan nuevos ojos internos los cuales nos otorgan
conocimiento sobre nuevos mundos anteriormente desconocidos. La realidad de quiénes
somos se releva con el tiempo y oídos internos empiezan a escuchar la voz divina y nos
quedamos sorprendidos a darnos cuenta que los deseos de Dios parecen coincidir con los
nuestros.

El descontento
Toda depresión emocional, tristeza y descontento se motivan en personas porque su vida
no se conforma con lo que ellos quieren que sea. No han conseguido sus deseos, no se
le da la importancia que esperan o no han logrado el éxito que imaginan que merecen.
Pero todo el criterio sobre lo que basan sus expectativas son erróneas, es decir, las
expectativas, esperanzas y deseos están basados en un concepto del mundo y la vida
que no coincide con la realidad. Así que viven en una fantasía.
Hay en juego varios principios - el complejo dios, la identificación y el complejo de
inferioridad, entre otros. Es muy común que la gente crea y espere que la vida debe
arreglarse según su concepto de cómo deben ser las cosas. Por supuesto ese concepto
sólo favorece a ellos mismos, lo que quiere decir, para su conveniencia material o
emocional. Todos quieren sentirse importantes y que su vida esté cómoda y sin mucho
esfuerzo. Todos se forman ideas e imágenes en su mente acerca de sí mismos – de
quienes son. Esta imagen está basada básicamente en el miedo. En un punto en nuestro
desarrollo olvidamos o perdemos el contacto íntimo con Dios. Nacimos con Él y nuestra
alma es casi todo lo que existe en ese momento – somos casi casi uno con el
Todopoderoso. Poco a poco el alma terrenal (el nafs) crece debido a las necesidades e
influencias de la vida. Al desvanecerse el recuerdo de donde venimos sentimos un gran
hueco adentro. Sentimos miedo. El alma sabe que no podemos existir sin Dios, que
somos totalmente dependientes. Este conocimiento está bajo la superficie, inconsciente -
nos sentimos solos y vulnerables, tenemos miedo. Para compensar la perdida de Dios, el
ego busca sustitutos en el mundo material – posesiones, posición y “amor”.
Lo que hemos olvidado es que Dios nos cuida. No tenemos que preocuparse de nada.
Pero este cuidado sólo le puede aprovechar los que permiten que Dios actúe. Si estamos
tratando de ser Él, si estamos lleno de “YO”, el gran “YO”, Dios no cabe. Sólo cuando
estamos en un estado de receptividad, como una vasija vacía, podemos recibir. Dios nos
creó para recibir. Su naturaleza es dar. Nosotros tenemos que darnos cuenta de nuestra
realidad como dependientes de Dios, secundarios a Él. Mientras estamos actuando como
dioses, exigiendo que todo siga nuestros deseos, ponemos una barrera entre Él y
nosotros, obstaculizando el fluido de guía y regalos divinos. El gran obstáculo que nos
separa de Dios somos nosotros mismos. Si nos hacemos a un lado, se abre la puerta de
la presa, liberando un torrente de bendiciones divinas. Eso es lo que Dios quiere, Él
quiere ayudarnos a desarrollar y crecer en Su imagen siendo verdaderos hijos de Dios.
Tal vez te haz preguntado ¿porqué en todos los escritos sagrados se repite una y otra
vez, “adora a Dios”, haz culto a Dios”, “recuerda a Dios”, “ama a tu Dios”? ¿Crees que
Dios necesita tu adoración o tu amor? Para nada. Dios es independiente, auto-suficiente,
sin ninguna necesidad. La adoración de Dios y el amor a Dios es sólo para nosotros
mismos, para ponernos en un estado de receptividad. La remembranza de Dios y el amor
a Dios nos ponen en nuestro lugar – dependientes. Cuanto más recordamos a Dios,
cuanto más pensamos en Su majestad, cuanto más mostramos agradecimiento, cuanto
más pedimos Su ayuda, más reducido queda el ego y el gran “YO”. En este estado más
vacío, la presencia divina nos llena y con esa, guía y ayuda.
Pero no todas las oraciones llegan a Dios, no todo culto sirve, no todas las suplicas atraen
respuestas. Sólo amor desinteresado sirve. El amor no es mercancía de intercambio, el
amor es un estado de conciencia. El amor a Dios y a Su creación incondicional y con
toda aceptación nos convierte es recipientes de Su amor, guía y generosidad. Este amor
es la única solución del descontento, depresión, tristeza y preocupación.

El Deseo
Saqué la siguiente definición del Budismo del Internet:
Buda tuvo la misión de aliviar el sufrimiento e insatisfacción humanos. En su primer
sermón proclamó las Cuatro Nobles Verdades y el Sendero Óctuple, que son el
fundamento del Budismo. Las Cuatro Nobles Verdades son:
1. La vida es sufrimiento e insatisfacción.
2. La razón del sufrimiento es el sedeo insaciable o el anhelo de un logro individual.
3. Al cesar el deseo, también cesa la insatisfacción.
4. El modo de lograrlo consiste en seguir el Sendero Óctuple.
(El Sendero Óctuple es más o menos como los Diez Mandamientos, un código de
comportamiento de la vida que no voy a listar porque este escrito no es sobre el Budismo
ni un sermón sobre el comportamiento sino del deseo.)

Se pueden encontrar declaraciones contra el deseo en todas las religiones pero en el


Budismo eso juega un papel de primera importancia. Pero el tema del deseo es un buen
ejemplo como todo tiene dos lados. El deseo es, en realidad, la fuerza creativa del
universo. Como siempre, primero el conocimiento y entonces la acción. Lo que hace mal
deseo y que conduce al sufrimiento y todo el malo es mala información, mala enseñanza.
La misma fuerza del deseo puede dirigirnos a Dios y a la felicidad.
Todo depende de qué deseas y eso depende de conocimiento correcto. El conocimiento
sólo no te lleva a ningún lado. Como dijo Rumi, “Un burro cargado de libros todavía es un
burro”. Yalaludin Rumi, que vivió hace mil años más o menos, era y es uno de los sufíes
más conocidos. Sus escritos son los más traducidos de todos los sufíes. El era un
destacado erudito y maestro en Turquía (aunque era de Persia). Él conoció un sheij sufí,
Shams de Tabriz. Se hiso discípulo (se hizo la iniciación, haciendo una conexión
psíquica) y tiró todos sus libros. Pero, paradójicamente escribió una gran cantidad de
libros. Pero primero, fue quemado por el Amor Divino. Dijo: “Estaba crudo, me cocinaron
y ahora estoy quemado,” y “Es un fuego del corazón que quiero, un fuego que es todo,
más precioso que un imperio mundano, porque llama a Dios”. Ese fuego es un deseo
ardiente de querer a Dios, conocerlo, acercársele, conectarse con Él, unirse con Él.
¿Él escribió acerca de Dios y la vida para dar a sus estudiantes la misma experiencia?
Los verdaderos buscadores de la verdad quieren la experiencia personal y esa no se
encuentra en libros ni en ningún tipo de conocimiento. Sin embargo Rumi escribió y
muchas personas que han llegado a la iluminación escribieron y muchos maestros ahora
escriben. ¿Para qué? Yo escribo acerca de dimensiones, lo invisible, de energía, de
otras eras y seres de otros planetas, tiempos y dimensiones. Digo que puedes llegar a
ver y sentir con otros sentidos no sólo con sentidos físicos. ¿Por qué? No te sirve
espiritualmente saber todas esas cosas.
Hay propósitos para escribir y leer tales cosas. Primero es para crear en el lector un
deseo de conocer a Dios y experimentar la Realidad y dejar de vivir en lo ilusorio. El otro
propósito es para dar pistas de los métodos necesarios para acercarse más a la Realidad
y alentar el lector a buscar la conexión con el campo energético que dirige a la senda.
Hay personas que, a través del desempeño de ejercicios espirituales, llegan a un nivel en
que adquieren poderes. Algunos se enamoran de sus poderes y pronto se estancan, su
progreso espiritual para. De igual manera hay mucha gente interesada en temas
espirituales que lee, investiga todos los detalles de los fenómenos y verdades de lo no-
visto etc., etc., etc. y nunca dan el siguiente paso – las practicas y el trabajo. Así que no
se mueven a los siguientes niveles.

Los sueños 1
“Esta vida es un sueño. Cuando mueres, despiertas.”
“El sueño es el hermano de la muerte.”
“Cuando duermo, mi cuerpo está dormido pero mi corazón nunca duerme.”
Muhammad, el Profeta del Islam (PB)
“Un sueño no interpretado es como una carta no leída” – El Talmud
“Pero mientras pensaba (José) en esas cosas, un ángel del Señor apareció en un sueño y
dijo: José, hijo de David, no tengas miedo, toma a María como esposa, lo que está
concebido en ella es del Espíritu Santo”.
Nuevo testamento, Mateo 1:20

Los sueños han fascinado y dejado perplejo al hombre desde siempre. Sin embargo su
importancia o significado debe ser obvio por su omnipresencia en la Biblia, el Corán y en,
por lo menos, el aspecto esotérico de todas las religiones.
Las ideas de lo qué son los sueños varían de pura superstición hasta los métodos seudo
científicos de los psicoanalistas.
En la Biblia y el Corán, Dios habla a los hombres y mujeres en el estado del sueño. Si
una persona es religiosa eso debe hacerla pensar y preguntar. ¿Qué son estos sueños
que predicen, avisan y surten sabiduría? ¿Y por qué los míos son puras tonterías?
La respuesta es que los suyos son iguales que los personajes de los escritos sagrados
pero los mensajes y la realidad de lo que está pasando en el sueño se le escapan por la
misma razón que el hombre normal, aunque tiene un corazón espiritual (alma), no recibe
guía divina pura. Para entender el porqué, hablaremos de la naturaleza de los sueños y
el ser humano.
Generalmente se dice, correctamente, que los sueños son de dos tipos: reflejos de
nuestra vida cotidiana con sus problemas y placeres mas nuestros complejos, miedos,
fantasías, deseos y frustraciones; o mensajes de índole espiritual. Eso no está lejos de la
verdad pero tampoco es todo.
El profeta Muhammad dijo que el sueño es el hermano de la muerte. ¿Qué quiere decir
con eso? Como sabemos, somos criaturas sutiles (almas) dentro de cuerpos densos.
Nuestro apego a nuestros cuerpos y a este mundo a través de los sentido físicos,
obscurecen y distorsionan nuestra percepción de la verdad. Esa es la razón por la que
hacemos ejercicios espirituales – para cobrar conciencia de este hecho de forma concreta
y real, haciendo una separación en que el ser real, el ser sutil o alma, está descubierta y
manejando los asuntos en vez del ser bajo. Cuando dormimos, el cuerpo y sus sentidos
son apagados, no funcionan. El alma (el corazón o cuerpo sutil) se desconecta
parcialmente del cuerpo y anda en mundos superiores. Esta actividad del cuerpo sutil que
experimentamos, vemos y sentimos en los sueños. La razón de porqué lo que
experimentamos no es claro, parece ilógico o hasta ridículo, es que la información es
interpretada por el cerebro del cuerpo denso que percibe las cosas a través de nuestras
emociones y entendimiento no completos, distorsionados. Las imágenes son de forma
simbólica según el criterio distinto de cada individuo.
Ahora bien, ¿qué son estos lugares adónde vamos? Pues, adónde es algo que cada
persona que cobra conciencia durante sus sueños debe determinar por si mismo, pero lo
que es importante entender, es la realidad de esos lugares. Los mundos de los sueños,
como los mundos interiores de la mente, son tan reales, si no más real, que este mundo y
vida física, densa y sólida en que vivimos.
Antes que todo es importante reconocer las analogías entre soñar y estar despierto. En
los dos tenemos una mezcla de lo real y lo falso. Pero normalmente muy pocos ven lo
falso en el mundo y los que sí entienden que las cosas no son como parecen limita el
engaño al campo psicológico – el hecho, de que hemos hablado mucho, de que nuestros
miedos, deseos, fantasías y mucho más que anda suelto en el cerebro (la mente chango
se llama) oculta la verdadera naturaleza de las cosas y situaciones de la vida. Aunque
esto es muy pertinente a lo que trata esta obra, hay algo mucho más básico que debemos
considerar primero.
Tenemos la tendencia de pensar que, porque podemos ver y sentir algo, es real o por lo
menos más real que lo que no podemos ver y sentir. Este mundo denso y sólido es real y
los sueños y supuestos mundos psíquicos y espirituales no los son. Aun científicamente
eso no es la verdad. Si un objeto material se divida en sus partes básicas y esas en sus
partes, los compuestos, entonces a los átomos y partículas subatómicas, el resulta será
nada más que energía – todo es pura energía. La “sustancia” de este mundo está
compuesta de nada sustancial. La densidad de los objetos es pura ilusión. Aun el dolor
que sentimos al chocar con un objeto sólido resulta de nervios y químicos en el cuerpo y
en realidad no existe.
¿Quién eres? Tu verdadera realidad es tu alma. Si eso es la verdad, ¿Qué es tu cuerpo?
Si una mesa, una silla o un carro no existirían sin un pensamiento primero, una idea
mental, una imagen cerebral, ¿cuál es más real, el objeto sólido o el pensamiento? Si te
golpeo con mi puño te lastimaría por unos días. Si crees que nadie te quiere, aunque no
sea la verdad, puede turbarte y llevar un complejo psicológico por toda la vida. ¿Qué es
más real, el golpe o el pensamiento?
Todo es como un sueño. Ver la verdad de esta vida, este mundo, requiere primero
entender y realmente ver la irrealidad básica de este mundo. Nada aquí tiene una
realidad inherente e independiente. Todo lo que vemos debe su existencia a algo más.
Todo lo que vemos, lo vemos de una forma diferente de alguien más. Su verdadera
realidad es amorfa e incierta. Todo este mundo es el producto de la mente.
El primer paso en el trabajo con los sueños es ver el mundo y la vida como un sueño.
Imagina que estás moviéndote entre actores en una película, todos siguiendo el guión y
sólo tú eres libre, improvisando tu parte.

Los sueños 2
El tiempo. El tiempo es parte del acertijo de la realidad. El gran enigma que aunque no
existe realmente afecta nuestra percepción de la realidad de todo. El tiempo existe y no
existe.
¿Has visto que el tiempo no existe en tus sueños? Las cosas del pasado, el presente y el
futuro suceden todo al mismo tiempo e instantáneamente – todo cambia en un parpadeo.
En el mundo denso donde vivimos durante las horas despiertas, el tiempo existe y todo
depende de una manera u otra en él. Pero el tiempo no es una constante. El tiempo es
diferente para cada persona, cada situación y como comprobó Einstein, de diferentes
ángulos o lugares. Aun más, el tiempo varía de cosa a cosa y de una edad a otra.
Algunos personajes en la historia (Napoleón y Alejandro por ejemplo) lograron hazañas
espectaculares en muy poco tiempo – murieron en sus 30. Es decir en algunas edades
las personas vivieron vidas completas en el mismo tiempo que tú o yo apenas estábamos
empezando. Para otra gente, como Noé y otros mencionados en la Biblia, vivieron
cientos de años. Hay animales que tienen vidas de sólo unos días u otros que viven más
de cien años. Vivir toda la vida en dos días es difícil de imaginar, sin embargo para ellos
es normal. Y ¿qué de las cosas?
Si pudiéramos ver cualquier cosa en su tiempo, vemos que todo está en moción constante
igual que nosotros o un animal. Una mesa de madera vive. Nace e inmediatamente,
como nosotros, empieza a morir y al final de cuentas, muere. La madera de la mesa está
en un proceso de putrefacción, está en descomposición frente a nuestros ojos, sólo que
no podemos verla porque está pasando dentro de otro marco de tiempo. Todo lo que nos
rodea está en movimiento hacia su propia muerte – todo, poco a poco, está regresando a
sus orígenes. La madera se está pudriendo, el metal está se oxidando, el agua se está
evaporando, el papel, el plástico, el cemento, todo está cambiando de una forma a otra. Y
todo dentro de sus propios marcos de tiempo. No estamos conscientes de esta cualidad
vacilante, voluble, maleable, plástica y difusa de todo en nuestro ambiente porque
nosotros estamos atrapados en nuestro propio campo de referencias de tiempo también.
Es como una película, para el proyector o mejor, reduce la velocidad tanto que no
podemos ver el movimiento, la acción se congela, vemos la gente de la película en un
instante de su tiempo. Vemos la mesa en un instante de su tiempo. Todo parece
congelado cuando en realidad todo es un torbellino de acción.
En nuestras relaciones con otras personas también encontramos una falta de
concordancia. Dos personas hablando sobre cualquier cosa en realidad están ambos
hablando de dos cosas diferentes. Cada cual es llenado de sus propios deseos y fines
ego centrados. Cada cual con sus propios entendimientos diferentes de todo el asunto.
Todos ven todo diferente - ¿qué es rojo, qué es grande, pequeño, qué es allí, aquí, qué es
ahorita, en un rato, temprano, tarde? Todos vivimos es nuestros propios mundos
diferentes. Para ti tu mundo y los asuntos de tu mundo son sumamente importantes pero
para todos fuera de tu mundo, tu vida y tus preocupaciones no valen nada. Lo que es
importante hoy no lo es mañana. Lo que te gustó hace unos años no te interesa hoy. La
moda de ayer parece absurda ahora.
Durante el día de hoy, una gran cantidad de cosas sucede en la vida de un individuo.
Revisando el día podemos ver los sucesos como bloques, digamos, tres, cuatro o diez
secciones. O podemos ver todo de forma más detallada, como cientos o miles o una
infinidad de cosas, acciones.
Contempla lo arriba mencionado y compáralo con un sueño.

Los sueños 3
Los sueños suceden en el cuerpo humano. Sin el cuerpo humano no habrá sueños. Es
la costumbre de los teólogos y filósofos desvalorar el cuerpo y hablar de esta vida como si
fuera un castigo (por el pecado original), una horrible prueba que tenemos que aguantar
(pasar las del Caín) para llegar al Paraíso. Como una gran burla de Dios. Que negativos
son ellos. Pero es entendible cuando considera que es, en realidad, una reacción natural
contra la actitud común y corriente de la vida y el mundo, de tan poca seriedad, como si
no fuera más que un juego, como si no existiera nada más que el mundo material y esta
vida. El hombre normal ni piensa en lo qué es la vida, de dónde viene y adónde va. Las
dos actitudes están equivocadas. Tanto esta vida y el mundo como el cuerpo humano
son de suma importancia. Son como un pasaje a otros mundos. Este mundo es una
parte esencial de un gran todo, una etapa del proceso de la evolución del alma. Aquí
tenemos la oportunidad única de cumplir unos requisitos y ver y entender unas realidades
que determinarán nuestro destino en las etapas posteriores.
En las primeras fases del proceso de despertar es natural ver las cosas de forma negativa
(como algunos teólogos o gente en busca de la Verdad). Todo es malo, todo es pecado,
todo feo, duro y anti-Dios. Es porque ven sólo la mitad del cuadro. Este mundo oculta y
revela a Dios. Es decir, el apego a este mundo, el amor de este mundo, el no entender la
verdadera naturaleza de las cosas materiales y la vida terrenal, nos dirige fuera de Dios
(Lo ocultan) y cierra el camino a la evolución posible mientras el entendimiento y trato
correcto de este mundo y nuestra vida nos revela a Dios y nos conduce por la senda que
puede unirnos con Él.
La naturaleza sólida y densa del cuerpo humano y el mundo en general, es sólo una
ilusión creada por los sentidos. La materialidad del mundo es una manifestación y reflejo
de Dios mismo hecha de una forma con propósitos específicos. El plano material es
como una estructura creado por Dios para hacer el viaje del alma humana más fácil. Es
como las llantas de entrenamiento en una bicicleta de niño o las rejas de su cuna para
que no se caiga. La materialidad de este mundo y nuestros cuerpos es para mantener las
cosas en sus lugares para que podamos navegar con más facilidad.
Cada cosa tiene una realidad mucho más extensiva de su forma estática material. Su
realidad real es invisible a los ojos externos pero se le puede ver con los ojos interiores.
El cuerpo humano es un punto de acceso a mundos y universos. Normalmente (con los
ojos externos) vemos el cuerpo como un conjunto de huesos, músculos, órganos, etc.
Pero en realidad “dentro” del cuerpo está todo el universo. Si pudieras ver dentro con los
ojos internos verías túneles, caminos y espacios inmensos como en una de las películas
de ciencia ficción en las cuales las personas se meten dentro del sistema de una
computadora con su enreda de circuitos e infinidad de espacio y niveles.
La psicología del ser humano es mucha más complicada de lo que piensan aun los
psicólogos. Para entender los sueños o más bien, para los propósitos nuestros, el estado
del sueño, debemos tener un conocimiento básico de cómo funciona y la estructura, del
psique humano. Digo “estado del sueño” en vez de sólo “los sueños” porque este estado
no existe sólo durante las horas que generalmente se espera tener sueños – es decir,
cuando estamos dormidos. El estado de sueño es un nivel de consciencia que está con
nosotros las 24 horas, sólo que generalmente no nos damos cuenta. Sin embargo,
nuestra condición psíquica durante los sueños (de la noche) y nuestro estado psíquico
durante las horas de vigilia son iguales. Y, como vamos a tratar más adelante, el estado
del sueño se puede logar a cualquier hora.
La verdad es que el estado normal de vigilia es en realidad lo opuesto – un estado del
sueño. Todo lo que ve el hombre normal está pintado por un archivo gigantesco cerebral
de recuerdos, asociaciones, prejuicios, influencias, adoctrinamiento, sugestiones y todo
tipo de “input” (información metida) a lo largo de la vida. Es por eso que Jesús (la paz sea
con él) dijo que sólo los que son como niños entrarán al reino de los cielos. Los niños ven
las cosas puramente, sin un montón de asociaciones. Hay formas de meditación y
prácticas espirituales que tienen como propósito el ver las cosas como son, sus formas
etc. sin la distorsión del cerebro. Sin embargo la realidad de las cosas todavía es mucho
más.
Bajo la superficie de la consciencia del ser humano subyacen las realidades y
motivaciones que impulsan a la persona y crean su mundo y realidad ilusoria. El
“inconsciente” es toda la gama de experiencias que han dejado sus huellas que realmente
dirigen la conducta “consciente” de la persona. Esto no es tan diferente de la psicología
tradicional. Este concepto de la realidad, una realidad personal y distinta y esta
telenovela de actividad cerebral crea los sueños o, al menos una parte de los sueños.
Los sueños están corriendo constantemente dentro de cada uno de nosotros todo el
tiempo día y noche. Como este rollo inventado por el ser bajo (el nafs del que hemos
hablado) distorsiona nuestra visión externa del mundo, también los miedos, fantasías y
emociones negativas pintan los sueños tapando una fuente de guía divina y un nivel de
consciencia real dentro del complejo interno del hombre.
Este nivel de consciencia o subconsciencia, el estado de los sueños, es como un camino
de dos sentidos. Con el tiempo, poco a poquito, con los ejercicios espirituales, el velo de
tonterías creadas por el ser bajo, sus reacciones emocionales a la vida, disminuyen y
suavizan de forma que se transforman en guía y reflejos reales de la Verdad. Además, el
quitar el velo revela la apertura del camino hacia otros mundos.
Los científicos modernos nos dicen que el universo empezó, hace miles de millones de
años con una explosión. Había un punto infinitamente denso dentro de lo que todo el
universo fue compactado. (Lo mismo dice la cosmología cabalista.) Dicen los científicos
que el universo está expandiéndose o arrojándose fuera de su punto de origen, a una
velocidad tremenda. Nosotros, incautamente, nos preguntamos, ¿en dónde estaba el
punto de origen?
Hubo una vez cuando los científicos dijeron que el átomo era la cosa más pequeña que
existía y que no se podía dividir. Ahora cada rato se descubren partículas más pequeñas
y aunque debido al tamaño tan pequeño es poco probable que podrá seguir
descubriéndose más, lo más probable es que lo pequeño se asemeja a lo grande. Es
decir, como el universo no tiene orilla tampoco hay un fin del mundo de las partículas
subatómicas.
Todo estriba en la ilusión de la materia. Una vez que una persona ha llegado a entender
o más bien, experimentar, la realidad o irrealidad relativa del mundo material, la existencia
de un universo o universos dentro de uno mismo no parece tan fantástica.
Cuando morimos ¿adónde vamos? El cadáver queda aquí en el mundo material y
empieza un proceso de putrefacción. ¿Y nosotros? Si el ángel de la muerte viene por
nuestra alma ¿cómo llega y cual ruta toma para llevarnos a dónde?

Ser observador 1
Observarse a uno mismo es el primer paso para lograr la conciencia. Bueno, ¿qué quiere
decir, conciencia y porqué digo eso? Ser consciente significa estar despierto – saber lo
que está pasando en un momento dado. Decir eso implica que ahora no estamos
despiertos, que no sabemos lo que está pasando. ¿Verdad? ¿Estamos despiertos?
Veamos.
Vamos a tomar como un ejemplo un peleador de un arte marcial, un samurái tal vez, en
una época de conflicto. Para sobrevivir en un ambiente hostil, este debe estar
continuamente en guardia, vigilante y alerta. Si no, no estará listo para un ataque
inevitable y las consecuencias serán mortales. ¿En qué consistiría no estar listo, no
vigilante o alerta? Si su atención es cautivada por una cosa especifica a tal grado que
pierde la consciencia de lo demás, él no estaría listo para defenderse contra un ataque
que proviene de otro que desvía su atención. El objeto de su atención lo ha absorbido
dejándolo medio ciego a lo que está pasando a su alrededor.
Para estar alerta y listo para cualquier eventualidad el samurái mantendría un enfoque
abierto – sus ojos no estarían enfocados en nada en particular sino en todo al mismo
tiempo como visión periférica. También mantendría su mente en una condición similar –
no enfocado en ningún pensamiento. No es decir que tiene la “mente en blanco” (algo
casi imposible) sino que él está separado del creador de los pensamientos, el cerebro. Se
ha convertido en un observador imparcial.
En este estado, nuestro guerrero, ve todo y reaccionaría, según su entrenamiento,
automáticamente defendiéndose sin esfuerzo.
Bueno, ¿pero cómo se aplica esto en nuestra vida? Primero somos también guerreros
pero carecemos de entrenamiento en defensa propia. El enemigo mora dentro de
nosotros mismos. No sabemos esto porque creemos que somos uno - pues, muy lejos de
la verdad. De hecho somos como un ejército de yo’s dentro, cada uno peleando por el
control.
¿No es bueno concentrarse? dices, ¿no debo dar toda mi atención a mi trabajo, a la otra
persona con quien estoy hablando o a cualquier cosa que estoy haciendo? Pues si, pero
¿realmente pasa eso? El cerebro es como una computadora que está programada
automáticamente para buscar referencias y vínculos a cada cosa ya sea palabra u objeto.
Lo que llamamos concentración generalmente es, en realidad, absorción en el cerebro y
la función o más bien el yo que tiene el control en ese momento.
Si has practicado la meditación de enfoque abierto has visto como el cerebro salta de un
tema a otro tratando de involucrarnos en cada uno. Que, cuando nos negamos a hacer
caso a los pensamientos, se va, reemplazado por otro. Podemos observar este juego o
caemos en su trampa.
Al grado de que estamos libres del apego a estos pensamientos continuos del cerebro,
más conscientes estaremos. Más conciencia, más libertad.
Estamos en el trabajo. Estamos involucrados en un proyecto. ¿Estamos verdaderamente
concentremos en lo que estamos haciendo o perdidos en el laberinto del cerebro? Sólo
sabremos si damos un paso hacia fuera de nosotros mismos, es decir, tomamos el rol de
observadores de nosotros mismos. Observar, nos coloca en el mirador del cuerpo sutil lo
que es el corazón. El corazón es la puerta de la guía divina. Si nos colocamos allí
suficiente tiempo, es como un limosnero esperando pacientemente en la puerta del rey –
eventualmente el rey siente piedad y abre la puerta. Allí en la puerta a los mundos
superiores, poco a poca lo que vemos empieza a tomar un aspecto distinto, más claro y
más real. Nos damos cuenta que lo que llamábamos concentración era en realidad una
forma de esclavitud. Una forma de auto-engaño. Creemos que con la concentración
vemos las cosas mejor, cuando en realidad, caemos en una trampa del ser bajo (el YO
falso) que está manejando el cerebro para engañarnos y conservar su identidad.
Así que estar despierto, no es concentrarnos en lo que estamos haciendo, sino estar
presente en este momento. Yo estoy escribiendo. ¿Viéndome, o dándome cuenta que
estoy haciendo esto, me impide hacerlo? No, al contrario, un espacio muy grande dentro
se abre y otras dimensiones de lo que está pasando se vuelven visible. Y cuanto más
práctico la auto-observación más veo.
Ahora bien, ¿Estamos jugando un juego? ¿Esta técnica es un sustituto para la drogarnos,
para embriagarnos? ¿Para qué hacer esto?
Si buscamos las razones de algo, ya sea en la ciencia (la física) o en asuntos espirituales,
pasamos de causa a causa hasta que llegamos a un callejón sin salida. Llegamos a la
causa de las causas – Dios.
No puede ser que Dios haya creado este mundo para nada, por un capricho. Y debe
haber una razón muy buena. Si no sabemos la razón me parece raro no querer saber
porqué estamos aquí y que es todo esto, el mundo, el universo.
Según nuestra interpretación de las palabras de Dios de las escrituras sagradas y los
sabios, llegamos aquí en forma incompleta como una etapa de nuestra evolución la cual
continúa después de esta vida. Estamos aquí para conocer a Dios a través de sus
manifestaciones. Cada cosa es una manifestación de Dios. Por no estar realmente
despiertos no vemos todo como una manifestación del Creador. No vemos a Dios en todo
porque no somos totalmente conscientes.
Nuestra ceguera, origen del apego y amor de la creación en lugar del Creador. Este
hecho se puede ver o entender si analizamos la naturaleza de las cosas materiales y
psicológicas – todo lo que existe funciona según las leyes científicas. La física de las
cosas de este mundo es sólo parte de un sistema de leyes mucho más grande – la ciencia
universal o divina.
Regresando a nuestro guerrero, el samurái. De repente, como es de esperar, se
encuentra frente a frente con un retador. Espadas arriba en posición tradicional de en
guardia, listos para atacar o defenderse. Están circulando a su derecha esperando una
oportunidad para atacar. Por un momento nuestro samurái pierde su enfoque abierto y su
atención se concentra en la espada del oponente. Ve su filo y su brillo. Su mente
(cerebro) salta a las posibles consecuencias si él no logra defenderse adecuadamente.
Además con su atención enfocada en la espada no ve cuando el otro cambia la dirección
repentinamente y nuestro héroe no siente la hoja de la espada pasar por su cuello.
Hay expresiones como “me llamó la atención”, “me gusta…” y otras que implican que las
cosas tienen poder o pueden hacer algo para iniciar algún proceso en el cerebro o
ejercitan algún poder sobre nosotros. Somos, los seres humanos expertos en echar la
culpa. La verdad es que todo se origina dentro de nosotros mismos. Al contrario de la
canción popular “Tu eres el culpable…” somos los culpables. ¿No es verdad que todos
vemos las cosas de una manera distinta? ¿No es verdad que todos recuerdan
acontecimientos de manera diferente? ¿Cómo? si la cosa o el acontecimiento es el
mismo. Porque todos estamos fabricando nuestra “realidad”. Esta “realidad” está basada
en percepciones que llegan al cerebro después de que se filtran a través del nafs (ser
bajo, alma terrenal) y sus miedos y fantasías – lo que quisiéramos que fuese la verdad.
La gente ve el mundo según lo que ellos quieren que sea en lugar de cómo es.
Cada cosa que vemos incita recuerdos y asociaciones, deseos y esperanzas, en el
cerebro que nos caen encima de obscureciendo nuestra visión y nuestra percepción del
objeto o situación y la imagen que se forma en el cerebro y nuestra memoria se plasma
según eso y no de la realidad que tenemos enfrente. Y para colmo, reaccionamos según
la percepción equivocada formando una cadena de malentendidos y resultados uno
basado en otro como un rumor corriendo el pueblo – nunca fue la verdad y al llegar a su
fin ni se asemeja a la primera mentira y ha hecho mucho daño en su camino.
Tomando el rol de observador de nosotros mismos nos tomamos un sitio fuera del nafs y
sus maniobras. Desde allí vemos con más claridad lo que está pasando. Gradualmente
el nafs, como el ladrón expuesto a la luz encendida, empieza a perder su control. En la
puerta del corazón tocando con nuestras oraciones, prácticas espirituales y deseos de
ver, conocer y ser guiado por Dios, la puerta se abre poco a poco y una luz sale, haciendo
visible lo que anteriormente era invisible.

Ser observador 2
Hemos hablado de “ser observadores” de uno mismo con el propósito de estar
consciente, alertas, despiertos, es decir, no ser devorado por lo que está pasando en los
alrededores, nuestro acondicionamiento e inclinaciones negativas, así no andamos como
autómatas reaccionando a todo.
Vamos a tomar otro ángulo. Por casualidad leí una cita por un yoqui hindú. Dice: “Si
estás enojado o tienes dolor, sepárate del enojo y dolor y obsérvalos. Exteriorizar es el
primer paso de liberación.”
Esta es una frase bien cargada. Primero es el último – es decir, debemos tratar con la
última palabra primero. Liberación. Todos quieren libertad pero muy pocos son los que
saben que es la libertad. Puede significar la libertad de hacer lo que quiero hacer – tener
lo que quiero tener, ir adonde quiero ir, ser lo que quiero ser. Suena bien hasta que
piensas un poco. Será como el cuento de hadas en que a un hombre se le otorgan tres
deseos – todo lo que él quiera. Resulta que todo termina en un gran lío. Nuestro
entendimiento de quien somos, de qué queremos o necesitamos y lo que es bueno para
nosotros, es tan escaso que los planes de nosotros nos llevan a un desastre.
La libertad real es libertad de nosotros mismos. La libertad real parece una contradicción,
es ser libre a través de la esclavitud a Dios – la sumisión a Dios que en realidad es una
forma de vínculo íntimo con Dios en que Él nos guía. En que nuestras acciones son
predicadas en la voluntad de Dios. Aunque parece un trueque, yo entrego (dejo) esto y, a
cambio, me das eso, no es exactamente así. No estamos dejando algo – en realidad,
nunca hemos tenido nada, todo es una ilusión creada por una ilusión – el nafs. Nuestro
ego dice, “yo soy esto” pero “esto” es no más que una fantasía basada en reacciones
defensivas debido a nuestros miedos bien enraizados. Y nuestras ideas de quien somos
cambian de momento en momento al enfrentar nuevas “amenazas” o ideales más
emocionantes o atractivos.
La realidad de lo que digo, que nuestras ideas de lo que somos son puras fantasías, se
hacen manifiestas cuando nos encontramos en dificultadas en la vida – el dolor nos hace
honestos. En la luz de la tragedia o retos grandes, nuestra naturaleza débil y dependiente
surge a la superficie. Aunque el grado del problema necesario para esta catarsis varía de
persona en persona, todos tenemos un punto en que no podemos fingir más.
Pero estos momentos de honestidad no duran mucho para en hombre normal. Su
ignorancia acerca de sí mismo es tanta que los mecanismos de defensa regresan tan
pronto como la presión de los problemas disminuye. Para la persona que realmente está
en la senda de Dios, a quien le importa la verdad, la honestidad consigo mismo es
esencial. Descubrir quien realmente somos, aunque al principio es doloroso, nos lleva a
un nivel de libertad en que somos libres de la necesidad de mentir, de ponernos
mascaras, y de necesitar muletas emocionales. A final de cuentas, al descubrir quien
somos, descubriremos a Dios.
“Bueno, me gusta. Pero ¿qué tiene que ver con tratar con el dolor emocional, el enojo y
otras emocionas negativas que me asaltan en seguida?”
Pues, si llegas a ser quien realmente eres, esos dolores y emociones negativas ya habrán
desaparecido. ¿Por qué? Porque hay que vencerlos para llegar al ser real – no hay otra
manera. Todas son reacciones originadas por el nafs, el ser bajo. El nafs en su estado
no dominado es el principal obstáculo que bloquea el corazón – la morada del ser real.
Dominar al nafs es la meta de todas las sendas espirituales. Todas usan los mismas
métodos, el enfoque en Dios a través de la repetición de Sus nombres – mantras (llamado
zikr en Sufismo), canto y oración – ejercicios de respiración, meditación, movimientos
físicos como la danza sagrada, hatha yoga o las artes marciales mas la ayuda en un nivel
psíquica de un maestro que ha viajado el mismo camino. Pero, además de ejercicios y
ayuda, el aspirante tiene que trabajar en sí mismo, usar su propia fuerza de voluntad.
Nada es gratis.
Sólo una persona muy rara no ha experimentado dolor emocional o luchado contra fuertes
emociones. Pero ¿quién se siente el dolor? ¿quién está enojado? Pues, no eres tu, es el
nafs, el ego. En la cita del yoga hindú anteriormente mencionado dice que se debe
exteriorizar las emociones para lograr la liberación. ¿Qué quiere decir?
Hacemos ejercicios que tienen como objetivo lo que llamo conciencia corporal. Sentir y
experimentar el cuerpo íntimadamente es un método para terminar con la identificación
con el cuerpo. Veo mi cuerpo, siento mi cuerpo, conozco mi cuerpo, así que no soy mi
cuerpo. Habito mi cuerpo, uso mi cuerpo y aprendo de mi cuerpo. Cuanto más
experimentamos la realidad de esta separación o no identificación, cobramos más
conciencia del corazón y el ser real. De igual manera tenemos que conocer el nafs, el ser
bajo o ego. ¿Cómo se hace eso? Si estás en el centro de un torbellino no puedes ver
dónde estás – eres parte del torbellino. Generalmente cuando una persona está enojado
o adolorido, está totalmente embrollado en la emoción – no está enojado, es enojado. La
gente se vuelve parte de la emoción. No puede ver nada. Tanto que, se dice que si no
sientes las emociones no estás vivo o no eres humano. Están totalmente engañados por
el nafs o ser bajo.
No te confundes. El amor no es una emoción. Amor (con sus derivaciones compasión y
comprensión) es una onda tangible que es encuentra en todas las cosas pero el ser
humano normal no lo siente mucho por las mismas emociones que se originan del nafs y
cubren el corazón y los sentidos interiores del cuerpo sutil necesarios para sentir las
realidades que subyagan la existencia. Las emociones son parte de cuerpo denso, no
más reacciones químicas iniciadas en el nafs.
Para ver el nafs y entender las emociones hay que tomar un paso ajeno y observar las
emociones desde afuera. ¿Cómo? Primero es conocimiento. Acepta que no eres tu
cuerpo. Que habitas este cuerpo (y su conjunto de partes) temporalmente mientras estás
aquí en este etapa de tu vida eterna. Este cuerpo y su alma terrenal (el nafs) está
contaminado por influencias y acondicionamiento ajeno. Tu eres un chispa de la esencia
de Dios. Esta realidad se encuentra en el corazón. Cuando tomas la decisión de
observarte a ti mismo, quien es observando es el ser real operando desde el corazón.
Cuanto más tomas esta posición en el mirador del corazón como observador, más fuerte
se vuelve el corazón y más débil se vuelve el nafs y menos efectivos sus trucos y
engaños.
El nafs es de este mundo – transitorio, temporal, efímero, fugas, débil, vulnerable,
sensible, reaccionario. Pobrecito, a cada rato le duele. Está apegado a todo – sus cosas,
su importancia. Necesita sentirse importante porque sabe bien que realmente no lo es.
Está lleno de miedo – sabe que no puede hacer nada sólo. Es completamente
dependiente y no le gusta, quiere ser fuerte e independiente, quiere ser Dios. Así que
inventó su propia identidad imaginaria para cubrir su realidad escasa.
¿Es eso lo que quieres ser cuando en realidad tu realidad es lo contrario? Como Dios es
el océano y tú eres una gota de Él, compartes Sus atributos siempre y cuando te liberes
del dominio del nafs. Para hacerlo tienes que conocerlo. Colócate en el mirador del
corazón y obsérvate a ti mismo objetivamente. Primero no te va a gustar lo que ves pero
con el tiempo te vas a amar lo que ves.
Estimado lector –
Puedes pedir aclaraciones de cualquier cosa que leas en este
ebook. Simplemente escribe tus dudas a la dirección de
correo electrónico mojamadabdula@yahoo.com.mx . Los que
vivan cerca de Celaya Guanajuato son bienvenidos a
visitarnos en nuestro centro sufí.

Estos escritos son parte de una serie continua que enviamos


por correo electrónico a personas interesadas en esta clase
de temas. Si quieres ser incluido en el grupo que recibe estos
escritos periódicamente, también es fácil, sólo pídelo a la
dirección arriba mencionada.

El Sufismo
El último párrafo de esta obra dice: Lo bueno es que también el individuo tiene la capacidad y 
oportunidad de salir de la estampida colectiva de la muchedumbre y tomar una senda diferente 
entrando en la corriente del río divino en donde podemos unirnos directamente con el patrón 
divino poniéndonos en armonía con el universo…  Lo bonito es que mientras no podemos tener las 
dos cosas, este mundo (como es) y a Dios al mismo tiempo, podemos transformar el mundo en que 
vivimos… y estar en dos lugares al mismo tiempo – con un pie en este mundo y el otro pie en el otro 
mundo grande, real y bonito.  De esta forma cumplimos con nuestro trabajo o propósito en esta 
etapa de la existencia y construimos una barrera de protección y una vida feliz.
Bueno, ¿cómo?
Aunque una persona puede llegar muy lejos por su propia cuenta, llega a un punto en que no se 
puede viajar más en la senda espiritual sin ayuda, se requiere una forma más allá de libros y 
esfuerzo personal.  Uno necesita guía y una conexión interna, entre corazones, con alguien que ha 
trepado el camino.  El Sufismo es la senda más actualizada de la enseñanza “oculta” o 
experimental que todos los profetas enseñaron a sus compañeros más íntimos paralela con la 
religión formal. 
La Tariqa Sufí Islámica Qadiri‐Rifai queda a tu disposición.  Escribe al Sheij de la Tariqa con tus 
dudas y para averiguar si es lo que tú estás buscando. 

La Tariqa Sufí Islámica Qadiri-Rifai


Sheij Mohammad Abdullah Ansari
Avenida Arboledas 419
fracc. Arboledas 2a sección, Celaya, Gto.
Tel. (461) 614-7116 Celular: 044 461 120 0997
correo electrónico: mojamadabdula@yahool.com.mx
www.sufismoqr.com
Yoga Sufí
Para lograr armonía corporal, mental,
emocional y espiritual
Mejor salud, estabilidad emocional y auto-consciencia a través de
ejercicios físicos (blandos) y mentales (varias formas de meditación
estáticas y en movimiento) que aumentan la energía vital (chi, prana) y conducen a mejor
conocimiento de uno mismo.

¿Falta de energía? ¿Depresión? ¿Nervios? ¿Miedos?

Sesiones Diarias
ven a hablar con el maestro Mohammad Abdullah

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