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Suctaligiea 40 ae Enera-abeil ale 905 <2El fin de qué modernidad? Immanuel! Wattersesin™ RESUMEN Bake articute ina ta historia simbidtion de anc “madeenided de ta tecrwlegta” » otra “ie da tiberacisn”, a través de ta beittoria tnisiacedel maslerna sistema mundi Ambas wmodernidades han conformades ta priacipal contranticcicn cudtarel de coe Sitternia, que no es otro quee el del capitalisncs késtéréco, Se trate ade win conteadiccn que muca ha sica tan aguda come toes ahora y que ha conduciete a tua imporianie erisis eral ¢ instituctona! ae wie! sistermer wnutectial cuarenta, aprendi acerca de las virtudes y los riesgos de ser moderno, Ahora, casi medio sigla despues, se nos habla de las virtudes y los riesgos de ser posmocicmos. {Qué le sucedié a la modernidad?; ,por qué ya no ¢s mis nuestra salvacién y en lugar de ello se ha convertide en nuestro demonio?; pcs idéntica la modernidad de la que hablJdbamos entonces a aquélla ala que nos referimos ahora”: gde cudl modernidad estamos presenciando un final? El Diccionario Oxford de la lengua inglesa (que es siempre una primera referencia a consullar en estos casos) nos dice que un signi- ficado de “moderne” cs historiogrdfico y que es algo “*...comuinmente aplicado (en opusicién a antiguo y medieval) a ese tiempo que siguic Cie hice mis estudios universitarios a finales de los afios * Profesor de Socislopfa de la Universidad ch Hinghsmnton, NY. Hemdnex Prado, penfesainvestigador del Departomcrse de Socawkoy squice apradece al profesor Wallercin las iiinuciosas eascr vaciers S la peonene weducelda, meeibidasa raves del Dv. Carlos Amforics Aor rn canteliana de Bo: TAM szcapoteale less patio y being ala Bdad Media”. la palabra “moder ademas, que “moderna” ado er) kis tiempos o ef periado que corren”, ea ctlya caso “posi derno” se transformaria cn una paradoja (exywioron) que suponge que habria que deconstrui Hace unos 50) afos lapalabra “moderna” tenia dos connotaciones clarase Una er positiva y espenmzadora,” Moderne” significaba In imiis avanzada tecnologia. ELérmino se situaba en el marco conceptwal dz la presunpible mfinttud del progreso tecnoldgico y, por ende, de las innovaciones constantes. Aquella modernidad era consecuentemente huidiza, porque lo que hay era moderna, maiana era ya absoleto. ¥ ademiis era bastante material en su forma, porque tenia que ver con aviones, aire acondicionado, televisién, computadoras, ctedtera, El atractivo de este tipo de modemidad no se ha agotado win, Sin duda, puede que haya millones de nifies de la nueva era que afirmen rechazo a esta gesta eterna por la velocidad y por el control del ambiente como alga poco-saludable y en verdad, infame, Pera también billones (y no millones) de personas en Asia y Africa; en Buropa del este y en Latinoamérica; en los barrios bajos y ghettos de Europa cccidental y de Norteamérica, que anhelan disfrutar por completo de este Lipo de mor i. Pero asimismo habia una segunda connotacién primordial para el concepte de moderna: una que era mas contestataria que afirmativa, y que podia caracterizarse como menos esperanzadora que militante ( también menos autacomplaciente), o come menos material que ideoldgica. Ser mademo significaba en esie segundo sentido ser antimedieval, en una antinomia en la que el eoncepta de medieval arabe la estrechez de io, el dogmatismo y, sobre todo, las jones deta autoridad. Modernidad significaba Voltaire gritan- Ecrasez Uinfaee”, o Milton en El paraiso perdide celebrando Significaba todas las revoluciones clisicas: Ia inglesa, Ia norteamericana, la francesa por supwesto, aunque tam- bién larusa y la china. ¥ en los Estados Unidos, significaba ladoctrina de la separacién de la Iplesia y el Estado; las primeras Diez Enmicndas a la Constitucién; Ja Proclamaciin de Emancipacion; Clarence Da- rrow ef el juicio Scopes; Brown vs. el Buré de Educacién o Roe vs. Wade, Esta modernidad cra, brevemente, ef presunto triunfo de la libertad humana contra las fuerzas del mal y de Ja ignoruncia, on una trayee- toria tan inevitablememte progresiva come la del avance tecnoldgico, Pero no cca.un_uiunfe de la humanidad sobre la naturaleza; era, mas bien wuniunfode lahumanidad sobre sfmisma, y sobre aquéllos que rest do pricticamente a Lucite L tenian privilegios. Su camino na era uno de descubrimiento intele: tual, sino une de conflict social. Esta modcrnidad no era ta de la tecnologia: lade Prometeo desencadenado, Ia de La riqueza sin limites: ra, en rigor, la modernidad de ta liberaciGn; la de la demac: sustancial (con una fey def pueblo en tanto que opuesta a la aristecrd- fica; con esa ley del mejor); era la modernidad de la satisfaccién de las neeesidades humanas y también la de la moderacién. Esa.moder- nidad de fa liberacién no era pues una modemidad huidiza, sino eterna, porque una vez conseguida, no se la perderia nunta. Las dos histérfas; los dos discurses; las dos gestas; las dos moder- nidades eran bastante diferentes y aun contrarias una a Ia otra, Ellas estaban, no obstante, histériea ¥ profundamente entrelazadas una con otra, en mode tal que produjeron wna gran confusiGn, efectos inciertos y mucha decepeidn y desilusion. Este par simbistico ha confarmadgo lacontradiceién cultural central de nuestra modeme sistema mundial, del sistema del capitalismo histérico; ima contradiccién que nunca. na, did tan aguda coma Io es ahora, cuando nos ha Hevado a una crisis moral ¢ institucional. Tracemos la historia de esta confusa simbiosis de las dos modemi- dades —Ia de la tecnologia y la de la liberacide— a través de la propia historia dé nuestro moderna sistema mundial. Dividiré esa historia en tees partes: los 300 © 350 anos que corren entre tos origenes del moderne sistema mundial de mediados del siglo XV hasta finales del siglo XVIIL; cl siglo XIX y casi todo el XX, o bien, para cmplear dos fechas simbélicas, la cra que tanscurre de 1789 a 1968, y el perioda posterior a 1968. E] sistema mundial moderno nunca se haacomodade a plenitud con la idea de modemidad, pero por razones distintas en cada uno de los tres perfodes mencionades. Durante el primer periods, sélo una parte del planeta (principalmente Ix mayoria de Furopa y Ins dos Américas) ‘conformaba ese sistema histérico, que pudiéramos llamar una ccono- mia-mundo capitalista, Tal es una designacién que puede emplearse legitimamente para cl sistema en aquella era, primordialmente porque el sistema mostraba ya entonces los tres rasgos distintivos de una economfa-munde capitalista: tenia un solo ¢je de divisién del trabajo dentro de sus fronteras, con una polarizacién entre las actividades econémicas centrales y las periféricas; sux principales estructuras los Estados, ya estabam vinculados dentro del sistema y Cconstrefiidos por una estractura interestatal cuyos limites coincidian con los de aquel eje de divisién del trabajo; y quienes perseguian la incesante acumulacién de capital habrian de prevalecer a median plazo sobre los que no la perseguian, Sin embargo, la gcocultura de esta economi L nundo capitalista no VW7 estaba sim firmcmente establecida en el primer perioda. Ciert que tales un periodo en el que no habia monmas seoculiurales claras para las partes del mundo localizadas det i a un consense social, n fundamentiles como si los | © a quitn debian ostinse ce sobera o biem, ace parcial de less inte de las multiples pel res de gene con poder y privilegios que buscaba come del progresa. en una situaciée en la-que esa gente controlaba a principales instituciones politicas y sociales EL punto fundamental a observar aqeef es que, durante io, aquéllos que defendieron a fa moderwidad dquéllos que reivindicaban la modernidad de la Liberacién ten compartir los mismos enemigos politicos poderosos. Las dax moder- hides parecian ponerse en fila, y pocos hubierim emplea lenguaje que distinguiese entre ambs, Galileo, forzade a somelerse a Ja Iglesia, si bien tuvo que mumnurar (probablemente de manera apécrifa) Eppur si muove, puede ser apreciade come alguien que luchaba por el progrese tecnoldgico y por la liberacién humana. Un modo de sintetizar el pensamiento de fa Hustracién ser clin consfste en fa creenciaen el cargeter idén de la tecnologia y la modernidad a ie Pero a huby alguna contradiccion cuttural, elit radicaba en que fa economin-munde capitalista funcionaba econémica y politicamente dentro de un marce que carecia de la peacultyra indispensable para mantener y reforgar esa economia. Bl sislema completo estaba, pucs, hoc adkiptado a sus propios impulsos dindmicos. Pucier pensarse! como descoordinado y en lucha contra si mismo. El continuo dilema del sistema era entonces I. Se requerian mayores ajustes para que Ia economiat-mundo capitalista se desarrollase y expandiera en Ja forma en que se lo exigia su logica interna, minim, alos debian o no scr posicién mecal de br jones. Teds 6 pe! vdicienso que la moderntittad Fue la Revolucién Francesa la. que forz6-el asunto, ne simplemente en Francia, sino en todo cl modemo sistema mundial. La Revalucién Francesa nunca fue un acontecimiento aislade. Mas bien pudier: comprendérsele como el aja del huracdn. Ella sc vio delimitada (se vio precedida y sucedida) por li descolonizacicn de las Américas: por las descolonizaciones de asentamientos en la Norteameérica britanica, ico espaiiolay el Brasil, por fa revolucién de esclavos en Ha y por fullidos levantamientos de natives americanos como el de Tépac Amaru en Peri. La Revolucion Francesa se vinculé con y estinauls Iuchas de liberacidn de diversas clases y emergentes nacio~ nalismos em toda Europa y sus alrededores —de Irlanda a Rusia y de L Egipto-, ¢ hizo ello no solamente al provocar cn esos paises ccos de simpatia hacia las doctrinas francesas revolucionarias, s| también al generar reacciones contrael imperialismo francés (es. des napolednico) que legd a.expresarse en nombre de las mismas doctri- nas revolucionarias francesas. sobre todo, la Revolucicn Princesa bizo.vidente por primera vez, en cierto modo. que la modcmnidad tecnoldgica y aquélla libertaria no eran, después de todo, idémticas. Cicrtamente, puede decirse que quienes buseaban primordialmente la modernidad de la tecnologia, de Pronto se asustaron ante e] empuje de los partidarios de la modemidad de la liberacién. Napoledn cayd derrotado en 1815 y hubo una “Restauracién™ en Francia. Las poderes europeos establecicron un Concierto de Nacio- nes que, al menos en la opinién de algunos, se suponia que garantizaria un statu que ceaccionario. Pero en los hechos, ello probo.ser imposible, yentre 1815 y 1848 cobrarfa forma una geocultura disefiad para promover 2 una modemidad tecnoldgica que, simultdneamente, con- tenta a la modernidad de Ia liberaciGn. Dada fa relacidn simbidtica de las dos modemidades, no fue trea il lograr la separacién parcial de ambas. Sin embargo, dicha sepa- racién se complets para que pudiera crearse asi uma base geocultura duradéra, capa de legitimar las operaciones de la economia-mundo capitalista, Esa base fue exitosa por Io menos durante 150 anos aproxinmdamente, y la clave dé su Opemeién fue la claboracién de 1 ideologfa del liberulismo, asi come Ia acepincién de éste como ideo- login emblematica de fa economia-mundo eapitalista. En si jeologias fueron una innovaciGn surgida de ta nueva situacién cultural que se gener con Ia Revolucin Francesa.! Lo que descubrieron aquéllos que pensaron en 1815 que reestablecian, el orden y Ia tradicidn fue que, de hecho, era yademasiado tarde: habia tenido lugar una transformacién profunda e histéricamente irre- versible en las mentalidades. Dos ideas radicalmente nuevas cran ahora acepladas ampliamente y eran también casi evidentes por si mismas. La primera, que el cambio politica era un fendrmeno normal, | Vease une agcunecntacién mis detallada de esto ‘World istoviesl went” (19917-23) fs lontir “The Fetch Rewalution as a 18 radicaba es nxis que uno excepetoral squetia entickidl Eaeaca Pero anibos concepios eran explosives. Desde [nego que la Santa Alinnzu lis rechaed totalmente, aunque el gobierno br que era el del nuewo poster hepzemdnaco en mucho inci. Conservadores por instinto, pero io del poder, ambos gobicenos fucran delibe- unibiguos porque estaban conschentes ce la fuerza eed tefcer publica, y se decidieron a ser flexibles en lugar de na ruptura cou él. urgicron ciertas ideclogias que con toda claridad fueron las estrategios politicas a large phizo disediadus para enfrentara las nueves creencias cn cl contexte de una normalided de los cambios paliticas y de una soberania moral del pueblo. Apareeicron tres ideologias reipales. La primera era cl conscreadurisnis, la ideclogia de los Mis consternudos por Lis nuevas ideas y de los que pensaban que éstas cstaban morahmente equivocadas, ex cecir, la ideclogia de quienes pan a Ia modernidad por nefast=. beralismo se levanté cn cambio Como respucsia al conservadu- ame fa dociring de tos defensores de in moderniciad que nconseguir su pleno fMlorecimicnto de mancra metédica, com po de diseupciones agudas y un maximo de manipulacide Suprema Corie de Ins Esiados Unidos en In segregacién racial y acumid que fos velocidad calculada”, lo que coma demasiade rdpido, pero taripoco demasiade Los liberates estaban totalmente comprometidos con ba modernidad tecnaldgica. pero también ibastante desasoscgados por hn modernidad de ta liberacién. Ellos peasaban que la liberacise de los especialisias era una idea espléndida, pero que aquélla de tu gente weal aba peligeress. Lavtercera gran Meologia del sigho XX. el socialismo, sungi6 hasta 2] final. Al igual que los liberales, los socialistas aceptaban La inevé Jabilidad y deseabilidad del progres. pero a diferencia de ellos, sospechabun de las refonmas verticales. Estaban impacientes por las beneficios completes de ta modernidad: aquélla de fa tecnologia, por supussto, pero sobre tode, por los de la modcmidad libertaria, y adivinaban, con toda razdn, que el “libcralismo” de bos liberales era muy limitedo en sas alcances de aplicacién y en cuanto al mimero de personas sobre Las que se buseaba aplicar. Al imerior de la emergente triada idcoldgica, los libcrales sc situaron a sf mismos en el centro politico. Mientras quc buscaban despkizar ado, y em particulan lo madrquice ee muchas, freas de ta tonsa de decisiones, siempre fon, igualmene. en situar al Estado en el centro de un reformisme racional. En Gran Bretafa, por cjemplo, la abrogacidn de las Leyes Cerealeras fue sin lugar a dudas la culminacién de un largo esfuerzo por remover al Esticto del asunto de la proteccién de los mercades internos fireme a Ia competencia extranjera, Pero en esa misma década, cl mismo Parlamento aproburia las Leyes Fabriles, que fueron el comenzo (y no el final} de un largo esfuerze por introducir a aque! Estado en el asunte de In regulacida de las coadiciones de trabajo y empleo. Lejos de ser una doctring en esencia antiestatal, el liberalismo se convinié en la justificaciéa central del fortalecimiento de ke eficacia de la maquinacia estatal? Tal cosa sucedié asi porque los liberales vieron al Estiadocomo picza fundarnental para conseguir sus objetivos centrales: favorceer a la modernidad de La tecnologia, al mismo tiempo que s¢ apaciguaba sensalamente a Jas “clases peligrosas™, De ahi que jos liberales esperaran contener as precipitadas implicaciones del concepte de soberania del pueblo derivadas de la moderidad de ta liberacin. En las 2onas Centrales de la economia-mundo capitalista decimo- nénica, la ideoiogia liberal se expresé a si misma medéante wes abjetives politices principales: el sufragio, el Estado de bienestar y la identidad nacional. Loe liberales esperaban que la combinacion de esos ines Objetivos pudicra tranquilizar a las “clases peligrosas” y garantizara la vigencia, por fo menos, de la moderidad de la teeno- login. El debate acerca del suftagio fue continuo a todo to largo del siglo XIX y avn mds alld, En ia prictica, ocurié una conslante curva ascendente de expansidn de lackegibilidad pura votar, de a siguiente manera en ka mayoria de los sities: primero, para les pequefios propietarins; luego para los individuos hembres sin propiedad: luego, pura los hombres jvenes y Finalmente para las mujeres. La apuesta liberal Tue al hecho de que las personas anterionmente excluidas del voto, una vex que lo recibicran, aceplaran la idea de que é! significaba Ja plena satisfaccién de sus reclamos sobre derechos politicos, y que, por tanto, abandonaran olras ideas mis radicales sobre su participa- cidn efectiva cn la toma colectiva de decisiones. El debate sobre el Estado de bienestar, que craen realedad undebate acerca de la redistribucitm de la plusvalia, fue tambien uno permanen- te que mostné igualmente una constante curva ascendente de conce- and te Legitimation of 9 siones, por lo menos hasta ada de los ochenta del pyr cuando comenzé a decacr por primera ver. Ag esencialmente ef Estado de biewestie era um una porcién (reciente) del ingrese de Dos inal provenia que lo hacia de las azencias gubcrnamentules. Ese sistema desvinet, fiba paccralmente a] ingreso del empleo, periitia una ligera nivela. citin de salarios a través de gracos de habilidad y rentas salarinles, y trasladaba parte de las negociaciones entre capital y uahijo.a la arena. politics en la gue, gracias al sufragio, los uabajndores tenian un yyoce mis de influencia. El Estado de bienestar, sin embargo, hizo menos for los trabajwdores siiuados en to mils bajo de [a eseala salarial que por las trabajadores ubicados a la mitad de ella, uabajadores euya cantidul iba creciendo y cuya importancin politica se canvirtid en an fuerte apuntalamiento de los gobiernos centristas comprometidos con un active reforzamients de la ideologta liberal. Ni el sufragio, ni el Estado de bienestar ni los dos juntas hubierin side suficientes para dormesticar a las clases peligrosas sin In interven. sion de una tercer variable crucial, capaz de conjurar ef que esas clases inspeccionaran demasiado bien ¢] motte de las concesionus hechas en materia de sufeagio y de Estado de bienestar. Esa tercera Wariable Fue In creacidn de Ja iuentidad nacionul. En 1845, Benjamin Disraeli, Conde dc Beaconsfield, fueuro Primer Ministre “conserva. dor ilustrado” de la Gran Bretaila, publicé una novela intisutada Sybit er the Twa Nations, Ea el “Anuncio” de la novela, Disraeli sefialaba que su tema era “la condicidn de la gente”, algo aparentemente tan terrible en ese alle que, pura no verse acusadode exagerscién por parte de sus lectores, creia de “absolute necesidad suprimir mucho que (er) genuino”, Se trataba de una novela que incexporabaen su tratna iLentonces poderoso movimiento Cartisia y que hablaba de Jas “dos naciones de Inglaterra, la Rica ¥ ta Pobre”, jas cuales, sugeria Dis- raeli, sugtan de dos grupos étnicos; los nermandos ¥ los sajones (Disraeli, 1927}. En las piiginas de su conclusion, Disracti hablaba abien fa limitada relevancia de la reforma politica formal, es deci liberslismo elisica, para todo el “pucble", Su texto dice: ores asalariados no reclanente del paquets de suctdos de losempleadares, siti mente: de: del varia escrita de nucstew pats en lus uitimos dite reinmios ha sido un simple aneasma, que ha beindadal origen y comsecuescias Ue Las transacciones piiblicus wn cardeiet y un color diferemes ef ewla aspecta a su foema y tinte ealurales, Ea file povtentase méstes Fue Mariela sacendocin caclusive fuc baulizade come Ipies tmmal; ba site ‘Finfa se convértid en el titulo de algo qos nosiene demanins, ¥ al pader absutss historia de [ngloncsra: 1a ony ‘Coruna dismisrata, las prevtlegierstel stcotra fur comveriide en un sheple espocticuloyy cf subuiee degenerd We wuewe era ef Tempio Ge trae tendas tas co meme ce Enpiaterra ts sespectia ko que kes ibolos uc tanta yf os ordculos ene tania [a han enpaviadn. no sn wereseren. En este pact ae clove! manele ce ‘que la Lealtad nes simie urn frase y la Fe una mera ihesidn, y aque ba Lier Popular es alun mas amiplioey sestzecial que cl cjercicia prota de los slenechaas segmdos de Mi soberani, por pure de line chases polilicas 1927-64 1. Si Gran Breiafiay Francia y, en verdad, todos los paises fueran “dos naciones™, los Rices y los Pobres, fa soluctdn de Disraeli los haria con claridad una sola nacidn en sentimiento, lealtad y abnegacicn propia. Esa “unidad”’ cs lo-que llamamos identidad nacional. El gran programa del liberalismo mo era hacer de las maciones Estados, si crear naciones a partir de los Estados, lo que significa que la estrategia fue tomar a quienes se ubicaban en las fromterms de un Estado —inicial- mente los “siibeitos” de un rey soberano, y después un “pueblo” soberano— y transformarlos en “ciudadenos” que se identificaran con el suyo propio. En In prictica, cllo se completd con la ayuda de varios requisites institucienales, El primero consistia cn establecer definiciones Iegales nitidas para tkegar a serun miembeo del Estado. Las reglas variaban, pero siempre tendieron a excluir (con mayor o menor rigor) nuevos arribos a ese Estado (los “migrantes"), al tiempo que incluian ususl- mente a quienes se consideraba residentes “normales”, La unidad de este iltimo grupo se reforad habitualtnente con el movimiento hacia ja unifermicad lingiisticn: un Unico lenguaje dentro del Estado, y algo a menuide muy importante, uno diferente del de los Estados. wecinos. Ello se logré mediante la exigencia de que todas las actividades estatales s¢ Hevaran en el misme idioma, y com una defense de la actividad académica que unificaba la lengua (e.g., las academias nacionabes que ejercieron un comirol sobre bos diceigonaries), ast cori con una coaccién sobre las minorias lingiisticas para que adeptaran la lengua nacioaal_ ‘Las grandes instituciones unificadoras del pueblo fueron el sister educative y las fuereas armadas. Por lo menosen cada pais central, educacidn elemental se hizo obligatoria y ex muchas naciones, tam bién el adiestramiento militar. Las escucias y lox ejércitos ensefiaban una misma lengua, deberes civicos y lealtad macitonalasta. Al cabo de un siglo, los Estados que habian sido antes dos “naciones" —los Ricos y los Pobres, los normandos y los sajones— se convirticron cn una 120 iGn que sc percatabade af misina; en el caso que nos ocupa, aquédlln inglesa_ Pero uno no debiera perder dev Ja tare ch raza consideruda superior. no aintaica st aepactia rica entre cell Estado a capenses de algunas minorias exchuidas por completo o cn inte de sus derechos ciudadanos, y unifica ala “nacidn” det Estado- 1cidn wis-d-visdel resio mundo; na sdlo respecte de los vecinos, sino, sobre todo, vis-d-wis de las zonas perifdricas. En el siglo XIX, los Estados del centro se hicieron Naciones-Bstado concomitantes a los cmergentes Estados imperiales, que estalslecieron colonias en el mom- bre de una “misidn civilizatoria™_ El paquete liberal del sufragio, el Estadiode bienestar y la identidad nacional que se ofrecsd princrpalmente a Ins clases peligrosus de bos Estados centrales, fue la esperanza de umas reforms grasduales pero consiantes que prometian los politicos Iiberales y los tecndcrmtas. y que significaban finatmente un mejorambento y una nivelacién de las recompensas: una desaparicion de las “dos naciones” de Disraeli. Poe SUPUCSIO Gib E54 esperanza se ofrecia direéctamente y tambien a través de modos mis sutiles. Se In ofrecié, por ejemplo, cn la forma de una teoria de la historia que sefialaba como inevilable ese mejoramiento de La condiciones de vida, bajo cl titulo del insuprimible camino hacia Ja libertad humana. Tal fue la Namada imerpretaci historia, Sin embargo, la lucha politico-cultural atestiguada entre los siglos XW y XVII por sus propios contemporineos; ta doble lucha por la modemidad de Ja tecnologia y la rnoderidad de la liberacién se redefinié retrospectiva y definitivamente en el siglo XIX como una lucha Unica, centrada en el héroe sociel del individuo, Ese cra el comin de Ja interpretacién Whig de la historia, que come interpre- laciGn retrospectiva ern en parte le hechoen su mayor parte la del proceso de imposicién de una geocultura dominante en la econornia~ mundo capilalista del siglo XUX_ Deali que precisamente en cl momento histérico en que, a los ojos de fos estratos dominantes, las dos moclemidades se hickeraun mis divergentes que nunca ¢ inclusive entraran en conflicto entre si, la ideobogia oftcial (la geocultura dominanse) las proclamara idénticas. Esos estratos dominantes emprendicron asi une gran campafia educa- fiva (por medio del sistema escolar y las fuerzas armadas) para Persuadir a sus respectivas clases peligrosas de esa identidad de objetos, El intento fuc por comvencer a las clases de que acallasen sus demandas por una moderidad de la Hberactin y de que irvietieran mejor sus energias en Ia modernidad tecmolégica. De eso se trate, en el nivel ideolégice, fa luc lo XEX. Y en la medida en quc los moviricntos so dures wceptaron la cenualidad y aun La pramucia de ts ad de Ia tecnologia, perdicron aquelia lucha. Esos movimientos imercambiaron su lealtad a los Estados poreancesiones muy modestas Jes} en la consecucién de la medernidad de Y para el tiempo en que estalla la Primera Guerra Mund perdide tode sentide de Ia primacia de ty lucha por bi hbortaria, af tiempo que Ios tabajadores de cada nacién europea se jgrupaban en toro a su sagrada bandera y al honor nacional. La Primera Guerra Mundial marce el triunfo de la ideologia liberal en el nécleo eumpes ¥ poreamencano del sistema mundial. Pero También sefialé el punto en el que In division politica entre comro ¥ petiferia se hizo evidentc, Aponas habian terminade les poderes turepeos con su conquista final del mundo en cl ullime terciodel siglo XIX, cuando se inicid ehretrmcese de Occidente- ‘N uavés del este y el sur de Asia y del Medio Oriente (con posterianes prolongaciones en Africa, y con resonancias en ba formal- Vhente independicate América Latina), comenzaran a surgir movi- tnientos de Fiberacién nacional —de modalidades multiples. y con diversns grados de éxito-, Emel periodo que va de 1900.0 1917, hubo revaluctones y formas variadas de levantamientos nacionalistas en Méaica y China, Irlamda c India, los Baleanes y Turguia y em Afga- nistin, Persia y ¢] mundo drabe. Nuevas “clases peligrasas” alzaron su cabern y ondearon las banderas de la moderidad de ta liberacides. No es que se opusieran a la modernidad de la tecnologia, pero si que pensaban que sus esperinzas en esa modernidad estaban en funcion de conseguir primero una libecacién. Los anos 19 14a 1945 se caracterizaron por una prolongada lucha enel centro, principalmente entre Alemania y los Estados Unidos. en pos de la hegemonia sel sistema mundial; una lucha donde, come fabemes, tiunfaron lus Estados Unidos. Por tos mismos alles y después, ccurrié un perfodo conflictive atin més fundamental entre el Norte y el Sur, De nuevo los estratos dominantes (ubicados en el Norte) tataron de persuadir a las nuevas clases peligrosas de ta identidad de las dos modemidades. Woodraw Wilson ofrecia la auto- Getenminacion de las naciones y los presidentes Roosevelt, Truman y Kennedy, ef desarrollo ceonémico de bos paises subdesarrolladas. equivalentes estructurales a scala mundial de bo que habian sido el suftagio universal ¢l Estado de bienestar, a nivel nacional, en lazona del centro, : Ciettarente, las concesiones Fueron moxtestas, Los estratos dormi- nantes lambiée ofreeian “identidad” bajo la forma de una unidad del munds bibre conira el mundo conmunasta. Pero esa fooma de identidad liberacidie i, se: habia pnodernidud 121 fue satudada con cnormes suspicacias por cl denorinado Tercer Mundo {es decir, las zona3 periféricas y semipcriféricas del sistenaa mundial menes las def Hamado blogue soviético). De hecho el Tercer- Mundo considers al supuesto. Segundo Mundo como pane de su regia y por lo tanto, objetivamente habllanda, como dal mismo banda, Pero enfrentadoa [as realidades del poder estucounidense, combinade con el simbolico (en verdad simblico en su mayor parte) papel opesitor de la URSS, el Tercer Mundo opié en general por la no neacién, lo que significaba que nunca se “wdentificaria” con kn zona central de Ja misma forma que fas clases trabajnderas deese centro se hubfan identificade antes con las estrates dominuntes en un naciona liso y mecismo compartides. La geoculiara liberal trabajé menos bien aescula mundial en el siglo XX, que a escola nacional en las zonas del contro durante el sigta KIX. Sin embargo, el tiberalismo arin no estaba acorralado, Bl liberulis- mo wilsoniano fue capaz de seducir y domar al leninismo sacialista, de muncra semejante a como el liberalism curopeo domestics y sedujo a lasocialdemocraciadecimondnica.? El programa le devino revolucidn mundial, sino construccién antiimperialisia y #0 Sialisia que, vista de cerea, resultaba sor una simple variante retorica iisoniana y rooseveltiano de i ¥ justo como lox antes, los presuntos opositares leninistas adujeron que idades eran de hecho una sola, Con la ayuca de los Jeninistas, los liberales del Norte comenzairon a hacer peogresos en ha persuasién de los movimientos de liberacién nacional del Sur acerca de Ia identidad de ambas modemidades, tn Hace 25 afios, co 1968, Ja convenient confusion conceptual entre las Gos modemidades aludidas fue sonora y wigorosamente cuestionads Por una revolucién mundial que asumid pritmardialment: Ia forma {aunque no.en modo exclusive) de revuelias estudiantiles, En los Estodes Unidos y en Francia; on Checostovaquia y en China: en México y on Tinea: em Alemania y en Japén hubo insurecciones (y SS 2 Meer mil toxin “The Concert of National Developsecst, 917-1855", om Barks y Diremarek. 127989. a veces mueries) que, si bien tuvicron diferencias locales, compart ron esencialmente los mismios temas fundamentales* la_modern de fa liberacién le es toda y no se ha conseude aia dea RENGOEMes una cngaliosa trampa; ao cs posible confiar cn las liberales de cualquier clase Sliberales libceales, liberales conservadee res y, sobretcdo, libcrales socialistas (esdecir, de la Vieja Lecjuicrda}— y.de hecho, ellos son el primer obsticulo pura ta nuténtica lieracion.* Yo mismomme vi atrapado enel centro dela luchas norteamericanas, aquél de la Universidad Columbia, y guano dos recuerdos aplastan- tes de dicha “ © semide de juibilo ge de los estucl jos, cuando descubrieron, , que experimentaban un proceso de liberacidn personal, El segundo es el profundo temur que Ja liberacion de ese semtimiento de libertad produjoen la mayoria del profesorade y la administracion de la universidad y, muy especial- mente, entre quienes se consideraban a si misenas como apdstoles del fiberalisme y ta modermidad, y que vieror en el arrebato estudiantl un rechaze irracional a los beneficios evidentes de la medernidad de ln tecnologia. La revolucicn mundial de 1968 sc inflamé y extinguid o, mis bien. fue reprimida répidamente. Para 1970 hatda teominade en casi todas partes. Sin embargo, tuve un profundo impacto en la geocultura, Yes que 1968 hizo tambu aicion de Ja ideologia liberal en esa geocultura del sistema mundial. De ali que reabriera las cuestiones: que el triunfo del liberalismo en el sigho XCX habia clausurado o relegade a la marginalidad del debate piblica. Tanto la derecha como la izquierda mundiales se alejaron otra vez del centro liberal El Namado neoconservadurismo se mostré en muchos sentides come ba resurreccién de! viejo conservadurismo de la primera mitad del siglo XIX, y la nueva izquierda fue asimismo similar a la resureceiGn de! radicalismo de peincipios del siglo XIX, que permitanme recardasla, enconted en ese tiempo su simbalo ene! térming “democracia™, que posteriormente fue expropiada por lus idedlogos del centro. El liberalismo no desaparecié en 1968 y no obstante ello, perdié su rol como ideclogia definitoria de la geocultura, La década de los sclenta vio cémo el espectro ideolégico retornoba a esa verdadera triada, desbaratanda [a confusida de las tres ideologias ocurrida cuan- do éstas se habjan convertida simplemente, «fe facta, en tres variantes del liberalismo, digamos entse 1850 y los afins sesenta del presente Far un anilinis on de x mevoluciin mubalil de U0, vase wad ein “190K: sevolucin en-ef sistema-mnntdo' (1989 22% 249) 3 Para. un exceleae recuenia de esta lucha, véasr Avom, HOE 122 siglo. El debate parecid regresar algo asi come 150 afins, sGlo que en un mundo que habia cambiado en des semidos: la modernidad de la tecnologia habia transformade Ia estructura social mundial en forma tal que amenazaba con desestabilizar los apuntalamienios de la eco- nomii-munde capitalista, y la historia ideoligica del sistema mundial ora ahora cictta memoria que afectaba la capucidad habitual de los estratos dominantes para mantener la estzbilidad politica de ese siste- ra, ‘VWeamos primero al segundo cambio mencionade. Puede que algu- nos de ustedes se sorprendan por el bechode que pongn tanto énfasis en 1968 como momento decisive. Acasa se preguntaran si 1989, el aio simbolo del colapso de los comunismes, no ¢s una fecha mis significative en Ia historia del moderno sistema mundial. {No repre- senta 1989, de hecho, el colapse del reto socialista al capitalismo, y por lo tanto, el logro del objetivo final de ta ideclogga liberal, la doma de lis clases peligrosas, la aceptacidn umiversal de las virtudes de la modemidad de la tecnologia? Bueno, mo, cabalmente no. Lo que quiero decires que 1989 fue la continuacién de 1968 y que 1989 no marcé cl iriunfo del liberalismo y por ende Ia penmancncia del capitalismo, sino todo lo contrario; mared el colapso del liberalismo y una-cnorme derrota politica de quienes sosteaian la cconomia-mun- do capitalista. Algo que sucedié econdmicamente hablando en las décadas de les setenta y los ochenta fue que, come resultado de una contraccién Kondratieff fase B, o biew de un estarcamiento de la cconomia-mun- do, los presupuestos estatales se vieron se veramente reducidos en casi todas partes y los efectos negatives sobre el bienestar fueron particu- Jarmente doforosos en las regiones periféricas y semiperiféricas de la economia-mundo. Ello no es valido para una extensa zona del oriente asiatico durante los afios ochenta, pero en esta clase de coniracciones: siempre hay una regide relalivamente pequeiia que se beneficin, justamente, de la contraccidn generalizada, y el crecimiento del ‘Oriente de Asia cn esos afios no refuta en mode alguno este patrén general. Por supucsie que semejanies contacciones han ocurrido reiterada- mente en la historia del modemo sistema mundial. Sin embargo, las consecuencias politicas del mas reciente Konmdratieff fase B, fueron imdis severas que las de ningin otro, precisamente porque la previa fase A, de 1945 a 1970, sccaracterizé aparente mente por el triunfo politica en todo cl mundo de los movimientos de liberacién nacional y otros movimientos untisistémicos. En otras palabras, justamente porque el liberalisme parccié desplegarse tan eficazmeme a escala mundial entre 1945 y 1970 (“awiedcterminacién™ ms “desarrollo econdrni- esperanza [we mo solamente, en las Zonas periféricas y ser as. Less slegeares dhe 1968 parecteron a todo muncio mucho may plausibles y el reformismea racional (a fortiori, si era el caso de que estuvicss revestide de chesta retévica "revolucionaria") mostrése como una amarga decepeidn Pais tras pais del Hamado Tercer Mundo coatemplaron 1 su popu- lacho volverse en contra de los movimientos de ta Vieja lzquicrda y alcgar fraude, Es factible que esos populachos ne estuvieran muy seguros acerca de qué sustituir -un motin aqui, un fundarmentalsmo religioso allé, un movimiento amipoliticn en tereer iérminc—, pero de lp que si cstuban sepuros era de que el pseudoradicalismo de Ix Vieja Inquierda representaba, de hecho, un liberalisme falso, que sdlo funcionaba para una pequetia élite, Be unaw otra forma los populaches de esos paises imentaron dermocar a aquellas élites. Habian perdicia fe cn sus Estados en tanto que agentes de li modernidad de be liberacién y seamos claros: no perdieron su deseo de solamente su fe en las viejas estrategias pars conseguirla, FI colapsode los comunismes entre (949 y 1991 fue sencillamente vel iltimo de una larga sere de colapsos; fue el descubrimiento de que rcluso la ret6riea mis eadical no era en modo algune parante de la modemidad de ta liberacion y, probablemente, era una pobre garantia de ba modernidid (aenalégiea.© Por supuestes que an su desesperacién y por sdlo un marnenta, aquellos populachos adeptaron los sfogans de la revilalizada derecha mundial; la mivalogéa del “libre mercado” (de una especie tal, hay que decirle, como a se la encuentra en fos Fatados Unidos o en Europa occidental), pero ello s6lo fue un espe- jismmo pasajero. Hoy presenciamos un giro politico en Lituania, Palo- nia, Hungria y otras partes “Tambien es verdad, sin embargo, que mien Exicopa det este ni en ‘otros sitios del mundo es probable que la gente vuelvaacreerde nuevo en la versién Ieninista de las promesas del reformism racional (bajo ef apelative de revolucién socialista), lo quedesde luego es un desasire para ese munde capitalista, porque [a creencia en ef leni por lo menos durante 50 afios come principal fuerza couctiva sobre las clases. peligrosas del sistema mundial. El Ieninismo fue en la prictica una influencia muy conservadora sobre aquellas clases, al predicarel triunfo inevitable del puebloy por lo lanio, implicitarnen- fe, su paciencia). Los estralos dominates del modern sisteria mune sects ase por pean sis edimas T9BP ceric de WME wack Aurela © Pra 1a 123

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