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320 D. pescrrrciones ¥ cxfica anrisrica Ja cabeza de tu Paralitico, grit6 con una viveza encantadora: iDios mfo, cémo me conmueve; si lo vuelvo a mirar creo que Moraré! Cuando vi ese viejo elocuente y patético, sentf, como ella, que mi alma se enternecia y que las Iégrimas estaban a punto de caer de mis ojos [...]. 49.11. [...] {Que mil diablos se leven a los criticos, y a mi el primero! jEste cuadro es bello y muy bello, del que dores en masa; uno no se puede acercar. Se ve con arrobo, y cuando se le vuelve a ver, se da uno cuenta de que habia motivos para sentirlo. 49.12. Seria muy sor Tiene espiritu y sensibil te que este artista no destacara. . id; es un entusiasta de su arte; estudia sin parar; no escatima preocupaciones ni gastos para tener los modelos que le convienen. Cuando encuentra una cabeza que le choca, se tiraria a las rodillas del que Ia leva para atraerle a su taller. Es un observador incansable en las calles, en las iglesias, en los mercados, en los espectiiculos, un nifio que para distraerse ponfa cuernos a un perro. En su 49.15. DENIS DIDEROT 321 cuadro de Los novios habia puesto una gallina con toda su prole. En éste ha colocado junto al chico que leva de beber a su padre enfermo una perra grande de pie que olfatea el aire ‘mientras sus cachorros maman; sin hablar de la tela que ha extendido en una cuerda y que forma el fondo de su cuadro. Se le reprochaba pintar un poco. gris; ya ha corregido bien este defecto. A pesar de lo que se diga, Greuze es mi pintor. 1765. Boucher 49.14. No sé qué decir de este hombre. La degradacién del ‘gusto, del color, de la composicién, de los caracteres, de la expresi6n, del dibujo, ha seguido paso a paso la depravacién de las costumbres. {Qué queréis que este artista plasme en Ia tela? Lo que tiene en la imaginacién; zy qué puede tener fen su imaginacién un hombre que pasa la vida con prostitu- tas de la més baja estofa? La gracia de sus pastoras es la gra- cia de la Favart en Rose et Colas, la de sus diosas esté to- mada de la Deschamps. Os desafio a encontrar en el campo una sola brizna de hierba de sus paisajes. Y Iuego una con- fusién de objetos amontonados unos sobre otros, tan fuera de lugar, tan disparatados, que es menos el cuadro de un hombre sensato que el suefio de un loco. De él se ha escrito 49.15. ...Velut aegri somnia vanae... fingentur species: ut nec pes, nec caput. Me atrevo a decir que este hombre no sabe a ciencia cierta qué es la gracia; me atrevo a decir que jamés ha co- s ideas de delica- le han hecho casi vuestro, al de un nifio bien nacido, al de una mu- jer con’ sentimientos; me atrevo a decir que no tiene gusto. Entre un sinfin de pruebas que podria dar, bastard una sola; entre la multitud de figuras de hombres y mujeres que ha 11-FDHAVIE 322 D. pesceapcionns ¥ cRfrica axristica pintado, dudo que se encuentren cuatro de cardcter apropia- do al bajorrelieve, y menos atin a Ia escultura. Hay demasia- dos ademanes, pequefios ademanes, manera, afectacién para un arte severo. Aunque me las muestra desnudas, siempre les veo el carmin, los Iunares, las borlas y todos los trucos del ma: quillaje. 1765. Chardin 49.16. Llegdis a tiempo, Chardin, para recreo de mis ojos. jOtra vez aqui, gran mago, con vuestras composiciones mu- das! {Con qué elocuencia hablan al artista! jCuéntas cosas objetos! La luz del sol no cubre mejor los contrastes de los seres que ilumina! {Chardin no conoce colores amigos ni ene- migos! 49.17. Si es cierto, como dicen los fil6sofos, que no hay més realidad que nuestras sensaciones, que ni el vacio del espacio, ni la propia solidez de los cuerpos, tal vez no es en si misma nada de lo que experimentamos; que esos fildsofos me en- sefien qué diferencia hay para ellos, a cuatro pies de tus cua- dros, entre el Creador y ta. 49.18. Chardin es tan verdadero, tan verdadero, tan armo- mis bellos Vernet, al lado de los cuales nunca ha vacilado en colocarse. Amigo mfo, es como en el universo, donde la pre- sencia de un hombre, de un caballo, de un animal, no des- truye el efecto de una roca, un 4rbol o un arroyo. El arroyo, el Arbol, el extremo de roca sin duda interesan menos que el hombre, la mujer, el caballo o el animal {pero son igualmen- te ciertos! 49.22. penis pIDEROT 323, 49.19. Amigo mio, tengo que comunicaros una idea que se me ocurre, y que quizé no se me ocurriria en otro momento; esta pintura que se Ilama de género deberia ser de viejos o de los que han nacido viejos. No exige més que estudio y pacien- costumbre [més que segtin la experiencia] la bisqueda de la verdad, la filosofia, es precisamente aquel en que nuestras sienes empiezan a platearse, y s6lo de mala gana escribirfamos ‘una carta galante. [Reflexionad en este parecido entre los fi- l6sofos y los pintores de género. Pero, amigo mfo, a props sito de cabellos grises, esta mafiana he visto mi cabeza pla- teada; y he gritado como Séfocles, cuando Sécrates le pregun- taba qué tal iban sus amores: A domino agresti et furioso profugi: Escapé de un sefior salvaje y furioso. 49.20. Me entretengo aquf en charlar con vosotros con tanto més placer, cuanto que de Chardin s6lo os diré una palabra: aqui esta; elegid su lugar; colocad en él los objetos tal como yo os lo indique, y estad seguros de que habréis visto sus cuadros. 49.21. Ha pintado los Atributos de las Ciencias, los Atributos de las Artes y los Atributos de la Misica, Refrescos, Frutas y Animales. Casi no hay donde elegir; todos tienen la misma perfeccion... 1767. Fragonard 49.22. Cuadro oval que representa grupos de nifios en cl cielo. Es una hermosa y gran tortilla de nifios; los hay por cientos, todos entrelazados unos con otros, cabezas, muslos, piernas, cuerpos, brazos, con un arte muy peculiar; pero sin fuerza, sin color, sin profundidad, sin distincién de planos. Como los nifios son muy pequefios no estfn hechos para

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