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Lo negativo. Sin embargo, hay otro lado en la moneda. Los terapeutas centrados en el cliente repiten que sus esfuerzos no cambian a los clientes. En lugar de ello, dicen, se libera el po- tencial interior del cliente para la maduracién. Ya sea que esta opinion se base en conviccién o modestia, parece incompleta. La terapia es un estimulo (cuyo cardcter particular se ve afectado en gran medida por el terapeuta) que pone en movimiento muchas reacciones. Ya sea que es- tas reacciones se consideren positivas, negativas o neutrales, parece ser atribuible en gran medi- da a los estimulos y los métodos del terapeuta Los terapeutas centrados en el cliente afirman que a fin de entender a los clientes, uno debe po- nerse en sus zapatos para experimentar el mismo mundo fenoménico. Pero, ;cémo hace uno eso? éCon intuicion? {Como se despoja uno por com- pleto alguna vez de los prejuicios idiosincrasicos de una estructura personal? Los criticos sostendrian que evitar la evaluacién y poner poca atencién al pasado deterioran la capacidad de! terapeuta para comprender y entrar en la estructura perceptiva del cliente. La terapia centrada en el cliente parece ser slo una técnica, o mas bien una actitud: empa- tia, aceptacién y consideracién pos condi- cional. Por tanto, se trata igual a cada cliente. El terapeuta no necesita evaluar a cada persona para elegir la terapia mas efectiva o la técnica especifi- ca que se ajuste a sus caracteristicas anicas. Por tanto, jpodria ser un buen argumento para la opinion de que la terapia centrada en el cliente en realidad es centrada en la técnica! También hay una fe duradera en que el clien- te esta mejor enterado. El interés del movimiento en la democracia, la libertad de eleccién y la su- premacia indisputable del potencial interior del cliente, conduce a una condenacién de la “inter- ferencia” del terapeuta por medio de interpre- tacién, consejo o valores expresados. Pero en muchos casos, la gravedad de los problemas del cliente 0 la cualidad desviada de sus valores pa- receria dictar el uso de un conjunto de procedi- mientos mis activo y directivo. Uno bien podria tener raz6n al dudar de 1a sabiduria y recursos de un psicdpata o esquizofrénico. Aun si fuera ver- dad que, dados un tiempo ilimitado o circuns- tancias éptimas, cada cliente pudiera tomar las decisiones correctas © alcanzar las conclusio- nes apropiadas (aunque puede ser que ésta no sea una proposicién comprobable), parece ser una forma muy ineficiente de operar. Los terapeutas centrados en el cliente parecen buscar cambiar al cliente (aunque afirman que no lo hacen) sin recopilar suficientes datos de diagnéstico y/o hist6ricos para hacerlo con eficiencia. Su énfasis it 168 Fortes verbales del cliente [os pone a mer- ced de informaci6n que a menudo es defensiva, distorsionada e incompleta. Gran parte de la investigacién sobre la efecti- vidad de la terapia centrada en el cliente se basa en criterios internos. Es decir, se dice que los clientes estan mejorando cuando se respon- sabilizan mas de la conversacion durante la sesi6n de terapia o hablan proporcionalmente mas que el terapeuta. Pero otros afirmarian que los criterios reales para la mejoria deben provenir de afuera de la sala de terapia (por medio de ob- servacion, reportes de colegas y conyuges, ete.) Sin validacion de dichas fuentes, es posible que cualesquiera cambios del cliente observados den- tro de la sala de terapia representen ajustes a las demandas de la situacion, en lugar de cambios que se generalizaran més alla de los confines de la terapia, Con mucha frecuencia, las descripciones ae las filosofias y procedimientos de tratamiento centrados en el cliente son Gnicas e incluyen una gran cantidad de terminologia sin definir. Pala- bras como ser, volverse, realizarse y congruencia no estan definidas con claridad o parecen Hevar un excedente de significado que es dificil de co- municar de manera confiable. En otras ocasiones, hay una grandiosidad de lenguaje que parece no estar de acuerdo con la modestia que aparece por todas partes. Por ejemplo, Rogers (1951) dice: “La terapia es la esencia de la vida" (p. x). Aunque algunos pueden tan sdlo atribuir esto a la jerga, no obstante hay una tendencia marcada en los rogerianos a usar lenguaje matizado en for- ma emocional de tal forma que casi tiene una fun- cién de propaganda. Palabras como no directivo y centrado en el cliente no solo parecen transmitir algo marcadamente positivo, sino por connota- cién parecen describir a otros enfoques como di- rectivos © centrados en el terapeuta. Es probable que una terminologia que incluye palabras como libertad, democratico, genuino, afecto y auténtico pon- ga en una desventaja inmediata a los defensores de otros enfoques. Antes de que dichos defensores puedan explicar sus enfoques, quiza tengan que responder a acusaciones implicitas de ser autorita- ties, centrados en la técnica, controladores y sin valores humanistas comunes. Por dltimo, el enfoque centrado en ei cliente crecié y alcanz6 la mayoria de edad en los recin- tos universitarios. Los clientes de los afios cua- renta y cincuenta eran estudiantes universitarios que recibian tratamiento en los centros de con- sejeria universitarios. La mitad de las veces, los terapeutas capacitados en la tradicién rogeriana en estos centros se volvian miembros del perso- nal en otros centros de consejeria universitarios. Vale la pena seflalar que, comparados con la poblacién general, los estudiantes universitarios como grupo son mas brillantes, tienen mejor educacién y desadaptaciones menos graves cuando presentan problemas, ademas cuentan con, un arsenal mas fuerte de métodos de afronta- miento. Es probable que los llamados métodos no directivos centrados en el cliente sean mas efectivos con dicha poblacion que con, por ejemplo, sujetos con psicosis, habilidades ver- bales deficientes o antecedentes de una educa- cién limitada.

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