Devocional da del padre

Hablar de Dios como Padre debe llevarnos a pensar en la relacin que l quiere tener con
nosotros partiendo de su paternidad. l es nuestro creador, observamos esta relacin en el libro de
Gnesis 1: 27 cuando menciona el autor que cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
cre; varn y hembra los cre, y no solo creacin, Jess dijo que cuando orramos lo hiciremos
empezando nuestra oracin as Padre nuestro que ests en los cielos, santificado sea tu nombre.,
tambin Pablo reconoce esta condicin en varias cartas principalmente en Romanos 8:16 cuando
dice El Espritu mismo da testimonio a nuestro espritu, de que somos hijos de Dios.. Esta es una
condicin otorgada por Dios, lo vemos en el evangelio segn San Juan 1:12 Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Ahora bien, como Padre Dios busca el bien en nuestra vida, por ello nos forma y educa, incluso
hacindonos saber que su instruccin es para vida y vida eterna, como lo establece Jess en San
Juan 12:50 cundo dice Y s que su mandamiento es vida eterna. As pues, lo que yo hablo, lo
hablo como el Padre me lo ha dicho. Al tener en cuenta esta declaracin de Jess reconocemos en
el captulo 15 de Juan verso 5 que si insistimos en hacer la voluntad de Dios, incluso seremos
personas que nos destaquemos por llevar frutos, as como lo seala el libro de Salmos 1:3
refirindose a la persona que hace la voluntad de Dios Ser como rbol plantado junto a corrientes
de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperar.
Un padre busca que sus hijos sean capaces de enfrentar la vida, desarrollen herramientas tiles
que les permita disfrutarla y vivirla de manera exitosa, as como de proveernos de lo que
necesitamos, como el Espritu Santo (Lucas 11:9-13), pero en el proceso podemos equivocarnos.
Dios como Padre es capaz de perdonarnos y extender su misericordia sobre nosotros, aun si
fallamos, l nos comprende y siempre buscar ayudarnos para que aprendamos de lo sucedido y
podamos crecer llegando a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13), por ello
cada da nos perfecciona, para que algn da podamos decir como Pablo en 2 Timoteo 4: 7-8 He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo dems, me est guardada
la corona de justicia, la cual me dar el Seor, juez justo, en aquel da; y no slo a m, sino tambin a
todos los que aman su venida.
1Juan 3:1 Mirad cul amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios