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LA LIRÍCA

En la década de 1940, se manifiestan dos grandes tendencias


poéticas:
àLa poesía arraigada y neoclacisista, que representan la poesía
oficial: La poesía arraigada es aquella que se cree y se nutre sin
angustia en un mundo que consideran armónico y ordenado. Sus
componentes, aspiran a la serenidad clásica renacentista pero
frecuentemente adquieren un tono frío y academicista. Valoran las
formas clásicas, como el soneto, y tratan el tema amoroso, religioso y
patriótico.
à La poesía desarraigada o existencial, de tono trágico y expresión
sencilla: La lírica de Dámaso Alonso es de tono trágico existencial,
manifiesta la angustia y la desesperación del ser humano ante un
mundo caótico. El tema religioso adquiere un tono existencial en las
abundantes preguntas que el poeta formula a Dios sobre el sentido
del sufrimiento humano.
El estilo de la poesía desarraigada se basa en el lenguaje directo,
coloquial, duro, apasionado y con imágenes tremendistas. Emplean el
versículo de tono prosaico, aunque el soneto perdura en algunos
poetas.
à La poesía social de los años cincuenta: La poesía existencial
evoluciona hacia al poesía social: se pasa de expresar la angustia
individual a manifestar la solidaridad con los demás, y para llegar a
un público mayoritario, se emplea un estilo sencillo.

LA NARRATIVA
En la inmediata posguerra se cultivan tres tipos de novela: la
ideológica o política, la novela realista clásica y la humorística.

En ese panorama de desconcierto abundan tres tipos de narraciones,


todas de estilo tradicional: la novela ideológica conservadora, la
novela realista clásica y la novela humorística, que tuvo un amplio
público de autores.

àCamilo José Cela (1916-2002): Todas sus grandes reflejan un


profundo pesimismo que se enmascara bajo un humor negro muy
característico del autor. En su estilo es directo, aunque muy cuidado;
incorpora el lenguaje coloquial y destaca en los retratos de
personajes y en al descripción de tipos y ambientes. Su trayectoria
muestra también su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas.

àMiguel Delibes (1920): La narrativa tiene un tono ético y humanista


de base cristiana, que combina con el amor a la naturaleza y el
rechazo a la deshumanización, al materialismo y al consumismo.
Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, aunque a lo
largo de su extensa obra haya ido experimentando nuevas técnicas.
En la narrativa de la década de 1950, la novela abandona la visión
existencial y recoge las nuevas preocupaciones sociales. Los temas
reflejan los problemas colectivos de la época con un estilo sencillo, ya
que se pretende llegar a un amplio público.
En el realismo social se distinguen dos tendencias: el objetivismo y el
realismo crítico.

EL TEATRO
En la inmediata posguerra, los géneros dominantes son la comedia de
evasión y el drama ideológico o político, dos tendencias en el teatro
posterior:
àEl teatro humorístico, con Jorge Poncela y Miguel Mihura: responde
a un humor intelectualizado; aprovecha las posibilidades cómicas del
lenguaje y esconde una visión amarga y escéptica.
àEl drama ideológico, con Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre:
aparece una corriente existencial que evoluciona hacia el realismo
social en la década de 1950. El teatro de Buero Vallejo alcanza unidad
y coherencia por su tono ético y por la carga de inquietud que
renueva y dignifica la escena.

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