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los jóvenes
Dos profesores de la Universidad de Oviedo han elaborado un estudio con el fin de
unificar en un mismo trabajo aspectos de gran utilidad como las titulaciones y
competencias más demandadas en la Unión Europea, los programas que fomentan la
movilidad de estudiantes y profesionales, o la situación y tendencias del mercado
laboral europeo.
Lourdes Gallardo
“Hay que evitar que la movilidad sea fruto de las desigualdades sociales y económicas entre
los países miembros de la Unión Europea”. Francisco Javier García Valledor ‐consejero de
Justifica, Seguridad Pública y Relaciones Exteriores de Asturias‐ resumía así su preocupación
por la situación actual de la movilidad de trabajadores en la UE en la presentación del estudio
“Oportunidades laborales para los titulados universitarios en el contexto de la UE”.
Recordó que tan sólo un 1,5% de personas trabajan fuera del país propio en toda Europa, por
lo que es necesario eliminar las barreras jurídicas y terminar con los problemas que conlleva
la emigración.
Severino García Vigón, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, asegura que Europa
se enfrenta “tanto a la insuficiencia de competencias en determinadas regiones o sectores
como a la falta de ofertas de trabajo en otros”. Por ello, considera que resulta fundamental
“la capacidad de los trabajadores de extender sus competencias y adaptarse a las nuevas
demandas”.
Y es que menos del 2% de la población en edad de trabajar (15‐64 años) vive en un país
extranjero. Aunque ya se conocen ciertos obstáculos para trasladarse a otro país como el
idioma, las nuevas normas distintas a las del país de origen o los problemas administrativos, la
promoción de la movilidad, aseguran los autores del estudio, “ayudaría considerablemente a
los trabajadores a superar los abundantes obstáculos a los que aún deben enfrentarse”.
Por este motivo, asegura, se ha llevado a cabo este estudio con el objetivo de que sirva como
“guía para la obtención de información adaptada a sus características e intereses”. En el
documento se trata de dar respuesta a cuestiones tan fundamentales como qué se necesita en
un país distinto al de residencia, la demanda de su titulación en el mercado laboral, los
perfiles que más demandan las empresas del país de destino o qué competencias y cualidades
se valoran en el desempeño de su actividad profesional.
Redacción Aprendemas
Los jóvenes ante el mercado laboral europeo
Aunque es difícil precisar a día de hoy el número de universitarios que hay en la Unión
Europea debido a la actual reestructuración del sistema universitario, el informe deja claro
que la demanda de educación superior sigue alcanzando niveles cada vez más altos, a razón
de la variedad de titulaciones disponibles, muchas de ellas de corta duración.
Según los últimos datos del informe Education at a Glance 2006 elaborado por la OCDE,
España en 2004 expidió títulos universitarios a 210.603 estudiantes. En este sentido, llaman la
atención los resultados obtenidos por Polonia, país que encabeza este listado con 480.325
titulados en 2004 (un 18,47% del total de la población y la gran mayoría en Ciencias Sociales),
por encima de países considerados “fuertes potencias” como Reino Unido (452.708 titulados),
Francia (412.346), Italia (321.284) o Alemania (219.746).
El campo de las Ciencias Sociales, Educación Comercial y Derecho es, con diferencia, el
ámbito que engloba a más titulados en la Unión Europea (33,4%), por delante de otras áreas
como Educación (13,5%), Ingeniería, Industria y Construcción (12,9%), Salud y Servicios
Sociales (12,2%), Humanidades y Artes (11,9%), y Ciencias (11,8%). Dejando un gran margen
con respecto a las anteriores, se encuentran el área de Servicios (3,3%) y la Agricultura
(1,9%).
De todas formas hay tiempo hasta 2010 para aumentar en un 15% el número de estudiantes en
esos campos y reducir el desequilibrio que hay entre hombres y mujeres. Dos objetivos fijados
por el Consejo Europeo y que requieren grandes esfuerzos, especialmente para alcanzar el
segundo de ellos, pues sólo en Grecia el número de graduadas en Ciencia y Tecnología supera
al de los hombres; en el resto, los titulados llegan incluso a triplicar el número de mujeres en
esta especialidad como sucede en los Países Bajos.
No sorprende comprobar que las mujeres aglutinan mayores títulos universitarios, llegando
casi a duplicar el porcentaje de los hombres titulados en países como Grecia por ejemplo
(61% frente a 39%). No sucede así, en cambio, en Austria y Alemania que, al contrario que sus
coterráneos, expiden al año más títulos para hombres que para mujeres aunque la diferencia
sea prácticamente inapreciable.
Pero que ellas obtengan más títulos que ellos no significa que el mercado laboral se decante
por las mujeres. De hecho, el estudio constata una vez más la consabida tasa de empleo
superior que registran los hombres en todos los países de referencia (la tasa se sitúa entre 92
y 84), alcanzando los índices más altos por encima del 90% en la República Checa, Irlanda y
Redacción Aprendemas
Luxemburgo. Por lo que respecta a las tituladas, la tasa media se sitúa entre 75 y 87, siendo
Portugal, Suecia, Reino Unido y Dinamarca los países en los que este porcentaje alcanza
mayores cotas.
Europa necesita titulados técnicos. O por lo menos así lo solicitan 11 de los 13 países sobre los
que hay datos en este aspecto. Alemania, Reino Unido o Francia, son países con una larga
tradición industrial y que, asimismo, es donde una mayor necesidad de Técnicos se detecta.
Con respecto al Área Sociojurídica ‐la más amplia ya que incluye titulaciones de economía,
empresa, formación, intervención social, derecho y actividad jurídica‐ se aprecia una
importante demanda sobre todo en el mundo de la enseñanza y la formación, siendo los
maestros de educación preescolar (60%) y los profesores de educación primaria (60%) los más
solicitados en los países miembros. Suecia, por ejemplo, requiere de docentes en todos los
niveles educacionales, así como profesionales dedicados a la planificación, evaluación y
organización de los procesos formativos.
Por otro lado, enfermeros, odontólogos y médicos son los tres perfiles que más se solicitan
dentro del ámbito de Ciencias de la Salud. Así, Suecia, Irlanda y Alemania son los países que
requieren en mayor medida de la labor de estos profesionales.
Redacción Aprendemas
Oportunidades que Europa ofrece a los jóvenes
La creación en 1998 del Espacio Europeo de Educación Superior supuso una puerta al cambio
en la enseñanza superior en Europa y la antesala a la Declaración de Bolonia un año más tarde
que vendría a recoger los retos a cumplir en materia de educación: un sistema comparable de
titulaciones para favorecer la empleabilidad, un sistema europeo de créditos (los
denominados créditos ECTS), así como la promoción de la movilidad y remoción de obstáculos
para estudiantes, profesores y personal administrativo de universidades.
En este último hay que resaltar algunas iniciativas que se han puesto en marcha con el
propósito de facilitar la movilidad entre los ciudadanos comunitarios. El estudio cita por
ejemplo el Europass, o currículum europeo, creado para que las personas interesadas
“puedan hacer valer en los ámbitos académicos y profesionales los títulos obtenidos y la
experiencia adquirida en los distintos países de la UE”, como explicó en la presentación del
mismo el secretario general de Educación, Alejandro Tiana.
Por otro lado, programas como Erasmus Mundus (para atraer estudiantes de gran cualificación
en etapa de estudios de postgrado) y las acciones Marie Curie (para la formación de
investigadores), completan el marco general de becas y ayudas con las que potenciar la
movilidad de los estudiantes.
Pero ¿cómo valoran los becarios esta experiencia de vivir y formarse en otro país? El estudio
desvela que un 22,9% se encuentra “muy satisfecho” con las competencias profesionales
adquiridas; el 62% valora con 8 o más puntos las competencias lingüísticas que han alcanzado;
y el 56,2% ha puntuado entre 8 y 10 la mejora en las aptitudes y competencias tras la
estancia en el extranjero. Sin embargo, el cambio de residencia y de país suele traer consigo
algunos obstáculos.
Redacción Aprendemas
territorio de la Unión”, pero son conscientes de que una de las principales dificultades es la
barrera idiomática (50%) y la complejidad de tener que adaptarse a otra cultura (20%). En
menor medida, aunque no menos importante, citan como obstáculo también el acceso a los
servicios de seguridad y protección social (15%) y el reconocimiento de su cualificación o
capacidad profesional para la obtención de un permiso de trabajo (menos del 10%).
A pesar de ello, las personas que ya han vivido en un país distinto al de origen coinciden en
afirmar que es una experiencia “positiva”, sobre todo porque han visto cómo su situación
laboral (25%) y económica (22%) ha mejorado sustancialmente, al igual que su situación de
vivienda (37%). No obstante, también califican como aspectos negativos de su traslado los
contactos sociales y el apoyo familiar.
Con todo ello, los autores del estudio proponen dos medidas para fomentar la movilidad
geográfica en la Unión Europea: la mejora de las condiciones de trabajo y la mejora salarial.
Estas iniciativas se sustentan con los resultados obtenidos tras consultar a los ciudadanos
sobre si tienen intención de cambiarse de trabajo y lugar de residencia en los próximos 5
años: el 54% contesta que no tiene ninguna intención (la mayoría porque están satisfechos con
su situación laboral y económica) y de los que contestan que sí, el 41% confiesa que lo haría
por encontrar un trabajo mejor.
De hecho, un 33% de los traslados lo realizan personas con un alto nivel educativo, frente al
20,4% y 17,3% con un nivel medio y bajo, respectivamente, y un 7,1% que son estudiantes.
Si este es el denominado Año de la Ciencia, el pasado fue el Año de la Movilidad. Un 2006 que
estuvo cargado de actividades para fomentar la libre circulación de estudiantes y
trabajadores, y que continúan este año para alcanzar los objetivos propuestos para 2010.
Por ello, fomentar la movilidad laboral permitirá a los individuos “mejorar sus perspectivas de
empleo y a los empresarios contratar a las personas que necesitan, lo que revierte en la
consecución de un mercado de trabajo con elevados niveles de ocupación”, como se cita en el
estudio. Una afirmación que viene a confirmar la necesidad de propiciar la libre circulación
de individuos, en aras a equilibrar los niveles descompensados de empleo que existen de un
país a otro, e incluso dentro de un mismo país.
Pese a ello, tan sólo uno de cada tres europeos ha tomado la decisión de salir a otro país al
menos una vez en su vida, y sólo el 4% de ellos a otro país miembro en su mayoría no por
motivos de educación y aprendizaje.
Además, España se sitúa al margen de la relación entre el alto nivel de movilidad y la fuerte
economía y estabilidad del mercado laboral. Porque España, a pesar de haber experimentado
uno de los crecimientos más elevados de los últimos años, registra los índices de movilidad
más bajos de la Unión Europea.
Redacción Aprendemas
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Más información:
Marco Europeo de Cualificaciones, una iniciativa para entender las cualificaciones en toda
Europa
Redacción Aprendemas
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