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¿Son buenos o
malos los conflictos
en el matrimonio?
“
C
UANDO UNA PAREJA viene
a mí para que oficie en su bo-
da”, escribe Walter Trobisch,
“siempre le pregunto si ya han
tenido una buena pelea. Y les
“En el hogar de los esposos
Sumario aclaro: no un simple desacuerdo; me refiero
que nunca pelean se puede palpar a una pelea de verdad, verdad. Muchas veces
me responden: ‘Oh, no, por favor. Nos quere-
el peligro de una explosión nuclear”. • Los conflictos mos mucho para pelear’. Entonces les digo:
GEORGE BACH Y PETER WYDEN • Ventajas de los conflictos ‘Peleen primero, y luego me buscan para ca-
para el matrimonio
sarlos’”.1
• Estilos para resolver
los conflictos La intención del consejero, por supuesto,
no es poner a pelear a la joven pareja; es más
bien, determinar si son capaces de reconci-
liarse y de manejar lo que con razón muchos
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expertos consideran la prueba de ácido de to son los mismos que se emplean para pe-
la vida matrimonial: el manejo del con- ligro y oportunidad.3
flicto.
¿Es bueno o malo el conflicto en la vida Los conflictos
matrimonial? La función que cumple, ¿es El conflicto, en sí mismo, no es ni bue-
profiláctica o tóxica? La tendencia, casi ins- no ni malo, simplemente es.4 Otra cosa muy
tintiva, es ver el conflicto como un factor diferente es cómo la pareja lo maneja, pues
amenazante para la felicidad de la pareja, dependiendo de cómo lo haga, los conflic-
porque ese es el significado básico que trans- tos pueden representar un peligro para su
mite la palabra en sí: lucha, pelea, combate. bienestar conyugal o una oportunidad para
Pero la palabra conflicto también signifi- resolver sus problemas y fortalecer sus
ca materia de discusión.2 Visto desde este án- vínculos matrimoniales.
gulo, el conflicto cumple la función de po- Uno de los hallazgos más sólidos de mu-
ner al descubierto problemas de la vida chas investigaciones en el campo de la vi-
conyugal que ameritan discusión. Y esto da conyugal es que las parejas felizmen-
no es malo; todo lo contrario. De hecho, cu- te casadas son más hábiles que las infeli-
riosamente, los caracteres que se usan en ces en el manejo de sus diferencias, desa-
chino para representar la palabra conflic- cuerdos y conflictos.5 Esta realidad es tan
Los esposos que nunca pelean corren el riesgo de enfrentar conflictos que por
su naturaleza se consideran “explosivos”. Todas las tensiones acumuladas pue-
Los conflictos en el matri- den escapar de repente de la misma forma como sucede con los volcanes.
monio tienen la función
de poner al descubierto
problemas que ameritan
ser discutidos. Los conflic-
tos no son ni buenos ni marcada, que uno de los indicadores más labras, a mayor el grado de cercanía en una
malos; sencillamente son confiables para diagnosticar la “salud” de relación, mayor es también la posibilidad
sucesos que, si son bien
manejados, pueden re- un matrimonio es cómo “pelea” dicha pa- de roces, y de choques. Y en esto de cerca-
presentar oportunidades reja.6 Y si a todo esta mezcla añadimos que nía, ninguna relación interpersonal supera
de fortalecimiento para
no hay manera de evitar los conflictos, en- la matrimonial. Razón tiene Dwight Small
la vida conyugal.
tonces conviene prestar mucha atención cuando dice que el matrimonio es un siste-
a cómo “administrar” este aspecto tan sen- ma de tensión y que “la tarea de los esposos
sible de la relación matrimonial. consiste en reducir algunas fuerzas, aumen-
tar otras y, en general, buscar un punto de
¿Por qué son inevitables equilibrio dentro del sistema”.7
los conflictos en la vida Un sistema de tensión: esto es el matrimo-
matrimonial? nio. Dicho de otra manera, los conflictos en
¿Cuáles son las posibilidades de que el matrimonio son inevitables, tal como
usted entre en conflicto con un vecino al lo indica David Mace en la ilustración de
que apenas da los buenos días, y eso de las tres maletas.8 Cuando un hombre y
vez en cuando? Muy pocas. Pero esas po- una mujer se casan cada uno trae al matri-
sibilidades aumentan, por ejemplo, con sus monio su propio equipaje (cultura, prin-
compañeros de trabajo. Y se incrementan cipios, hábitos, actitudes, expectativas, gus-
todavía más con la persona que está más tos…). Al unirlos resultan tres “maletas”
cerca de usted: su cónyuge. En otras pa- o valijas.
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ni siquiera pelean. Como dijera un autor, tingue las relaciones superficiales de las profundas.12 Y para comprobarlo
“la apatía representa para el matri- basta que usted recuerde su propia experiencia con quien ahora es su cónyu-
monio un peligro mayor que el con- ge. Los serios desacuerdos entre ustedes se produjeron después que
flicto”.10 la relación se movió del plano superficial a niveles más pro-
2. Los conflictos advierten fundos, no antes. Y fue la resolución adecuada de esos con-
del peligro flictos lo que les permitió seguir avanzando hasta llegar
Al igual que las señales de tránsito, al nivel de intimidad que ahora disfrutan. La figura de
o los síntomas, en el caso de las enferme- la página 38 ilustra apropiadamente esta realidad.
dades, los conflictos matrimoniales indican Note que la misma pared que separa las interaccio-
la presencia de áreas problemáticas, zonas importantes del territorio, nes superficiales de las íntimas también posee una
que requieren atención. Muchos de los desacuerdos conyugales son como los puerta que brinda acceso a la intimidad. Cada con-
témpanos de hielo: de ellos solo se ve la punta. El verdadero problema, lo que separa flicto bien manejado propicia el acceso a una relación
realmente a los esposos, está bajo la superficie. Y es muchas veces gracias a un con- cada vez más profunda. Es como entrar por la puerta a la
flicto que la pareja se percata de la presencia de esas enormes “masas de hielo” en intimidad. Lo contrario también es cierto: cada conflicto
su matrimonio. De este punto hablaremos en detalle más adelante, pues este será el mal manejado, no solo impide “entrar por la puerta” de
tema del capítulo 4. la intimidad; sino que puede causar que choquemos con-
tra la pared.
3. Los conflictos permiten conocer mejor al cónyuge
He aquí una de las funciones más importantes del conflicto matrimonial: permite 5. Los conflictos pueden propiciar cambios necesarios
a los cónyuges conocerse mejor uno al otro. Muchas parejas admiten hoy que no se Aunque es cierto que muchos enfrentamientos conyugales de-
conocían realmente hasta que estalló entre ellos la primera gran pelea. Fue entonces jan en su estela amargura y resentimiento, también lo es que, gracias
cuando lo mejor, o lo peor, de cada uno salió a relucir: la capacidad de mantener la a ellos, muchas parejas han logrado madurar en su relación. La expli-
calma bajo la provocación, de respetar el punto de vista del otro, de diferir sin ofender, cación a esta aparente contradicción se halla en el hecho de que
de transmitir aceptación en medio de los desacuerdos. Una conocida escritora expresa cada conflicto señala aspectos de la conducta de cada uno que están causando daño. Y
esta realidad de la vida conyugal en estas palabras: decimos cada uno porque ninguno de los esposos es to-
“Marido y mujer aprenden a conocerse como no podían ha- talmente culpable de los problemas matrimoniales.
cerlo antes de unirse. Este es el período más crítico de su ex- Por esta razón, si al enfrentar esas situaciones difíci-
periencia. La felicidad y la utilidad de toda su vida ulterior les cada cónyuge actúa con madurez, reconociendo
dependen de que asuman en ese momento una actitud co- su parte de responsabilidad, y haciendo los
rrecta. Muchas veces cada uno descubre en el otro flaque- ajustes necesarios en su conducta, lejos de
zas y defectos que no separarlos, el conflicto los acercará.
sospechaba; pero los
corazones unidos por El conflicto acercará a aquellos cón-
el amor notarán tam- yuges que estén dispuestos a enfren-
bién cualidades desco- tar las situaciones difíciles con ma-
durez, aceptando responsabilidades
nocidas hasta entonces. Procuren todos descubrir las vir- y haciendo los cambios necesarios
tudes más bien que los defectos”.11 en su comportamiento.
4. Los conflictos son la puerta a la intimidad
Esta función la señala acertadamente Gary Smalley cuan-
do escribe que el manejo adecuado de los conflictos dis-
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(viene de la pág. 34)
Recuerde el lector que todos estos re- La actitud es importante
El conflicto: ¿una pared o una puerta? sultados deseables se producen cuando la Todo lo que hemos dicho hasta aquí po-
pareja maneja bien el conflicto. Ya lo diji- dría resumirse así:
mos antes: los conflictos pueden ser la pa- • Los conflictos en el matrimonio son inevi-
red donde nos estrellemos o la puerta que tables.
La barrera del conflicto nos dé acceso a una profunda intimidad. • El efecto de esos conflictos será el que la pa-
Peligro u oportunidad: eso es el conflicto ma- reja permita: mayor amargura o mayor
Intimidad trimonial. El resultado, en gran medida, intimidad.
dependerá de los cónyuges y de su actitud ¿Cuál es la actitud adecuada para enfren-
al manejar sus diferencias. tar con acierto esas situaciones que en la
vida conyugal tienen la pro-
piedad de acercar o alejar?
Un ejemplo puede ayu-
dar a ilustrar el punto.
María está acostum-
brada a pasar las navi-
dades y el año nuevo
con sus padres; y quiere
seguir haciéndolo aún des-
pués de casada. Juan prefiere
Puerta de la que permanezcan en casa, aun-
intimidad que estén ellos solos con sus hijos.
Ella alega que no hay nada de malo en
estar con sus parientes en una fecha tan es-
pecial. Él responde que ya ellos han forma-
do su propio hogar y deben ir acostum-
brándose a la idea de crear su propio am-
biente. ¿Qué debe prevalecer: la lealtad
hacia la propia familia o la lealtad a la fa-
milia paterna? ¿Cómo resolvería usted
esta situación? La respuesta ideal, es de-
Él Ella cir, la que mejor funcione para su ma-
trimonio, dependerá mucho de su acti-
tud ante la situación.
La cooperación es imprescindible en
el matrimonio. Los corazones que es-
tán unidos por el amor reconocerán
cualidades en su pareja, además de los
inevitables defectos de todo ser hu-
mano. Una actitud positiva y de apre-
cio por los valores personales del cón-
* Adaptado de Gary Smalley, Secrets of Lasting Love (Nueva York: Simon and Schuster, 2000, p. 93). yuge contribuye a crear un clima de
mutua comprensión y compañerismo.
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¿Cómo manejan el conflicto 1. Walter Trobisch, I Married You (Nueva York: Harper & Row,
1971), p. 76.
2. Diccionario de la lengua española. Real Academia Española
9. John Crosby, Illusions and Disillusions, p. 255.
10. Ernest Havemann y Marlene Lehtinen, Marriages and Families,
2ª. ed. (Englewood Cliffs: Prentice Hall, 1990), p. 156.
El arte
de saber “pelear”
R
ECUERDA el lector la maleta
atacan los problemas y juntos los superan. Sumario lo cierto del caso es que más le conviene pres-
tar atención a esa “maleta”. Ya que son muchas
Las que no tienen el valor para enfrentarlos • Resolución las evidencias que le asignan al manejo ade-
de conflictos cuado del conflicto un rol determinante en la
son las que fracasan en el matrimonio”.1 • El ABC del conflicto felicidad de la pareja.
PAUL TOURNIER
• Dos sencillas verdades
• Y ahora... un poco Las bodas de oro
de técnica Se celebraban las bodas de oro de una an-
ciana pareja cuando alguien hizo la pregunta
inevitable:
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—¿Cuál ha sido el secreto de su feliz a mí misma: “¡Qué cosa! ¡Esa es una de las
matrimonio? diez!”2
Con una sonrisa de picardía, la abue- ¿De dónde obtuvo la abuela esa infor-
la respondió: mación? Alguien tiene que haberla aconse-
—La noche de bodas decidí hacer una jado porque, antes de casarse, ¿quién pien-
lista de diez de las faltas que por el bien sa en los conflictos matrimoniales? Lo me-
de mi matrimonio yo le perdonaría a mi nos que los novios piensan es que los con-
futuro esposo. La verdad es que nunca lle- flictos conyugales serán su mayor desafío
gué a redactar aquella lista, pero cuando él como pareja.
hacía algo que no me gustaba, yo me decía
Resolución de conflictos
Algunos investigadores llegan al punto
de considerar que el manejo del conflic-
to es el factor de mayor peso a la hora de
evaluar el nivel de satisfacción de un matri-
monio. En este punto acudimos a dos inves-
tigadores líderes en el campo de la satisfac-
ción conyugal: Clifford Notarius y Howard
Markman. En uno de sus estudios más im-
portantes ellos entrevistaron a numerosas
parejas en dos momentos clave: primero,
mientras planificaban su matrimonio y, se-
gundo ya casados, al tener el primer bebé. Algunos estudios demuestran que la felicidad en el matrimonio depen-
de directamente de la manera como la pareja maneja sus diferencias.
En estas dos instancias recopilaron todos
los datos que podrían predecir su grado
de satisfacción conyugal en el futuro.
Después de varios años (cinco en un su vida sexual no resultaron ser tan impor- sus estudios lograron predecir ¡con un no-
caso, diez en otro), contactaron nue- tantes al compararlos con el manejo del venta por ciento de precisión! en cuál de los
vamente a las mismas parejas para conflicto.4 Palabras mayores. Si lo que estos tres grupos (felices, infelices, y divorciadas)
saber cuáles eran felices, cuáles in- respetables eruditos están diciendo es cier- encajaría cada pareja al cabo de los cinco
felices y cuáles se habían divorcia- to, entonces es crucial para la felicidad de o diez años del estudio en que cada una par-
do. ¿Qué encontraron? Leamos sus cualquier pareja saber manejar sus dife- ticipó. Esto es sorprendente. ¿Cómo logra-
propias palabras: “Nuestros estudios rencias. La razón es muy sencilla: no im- ron tal grado de acierto? Al medir las estra-
mostraron que la satisfacción matrimo- porta cuánto se amen los novios al mo- tegias específicas que, para resolver sus con-
nial comienza y termina con la manera pre- mento de contraer matrimonio; no im- flictos, cada pareja estaba usando al momen-
cisa como la pareja discute sus diferencias porta cuán bien funcione su vida íntima; to de la primera entrevista. Leamos:
y maneja el conflicto”.3 si no manejan bien sus problemas conyu- “La resolución exitosa de sus diferen-
Y ahora abróchese el cinturón de se- gales, sencillamente van a bordo del Titanic cias permitió a unas parejas desarrollar la
guridad para leer lo que sigue. Sus inves- y en su ruta los espera un colosal témpa- confianza necesaria en su capacidad para
tigaciones revelaron que factores tales co- no de hielo. enfrentar juntos lo que fuera necesario
mo cuánto se amaban estas parejas al mo- Pero no hemos contado toda la histo- para alcanzar su felicidad. En el caso de
mento de casarse o cuán satisfactoria era ria. Notarius y Markman informan que en las otras parejas, cuando sus desacuerdos
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1. La mayoría de los
conflictos no tiene solución
La alusión aquí
no es a los desacuer-
dos triviales e intras-
cendentes del día a
día: dormir con la
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determinar qué armas se requieren para En su libro, El secreto de amar y ser amado, Josh McDowell17 menciona diez tipos de ac-
dilucidarlo. No dejan caer bombas ató- titudes que dificultan la solución de los conflictos matrimoniales. Ellas son:
micas cuando están enfrascados en Castigar al cónyuge con el látigo de la indiferencia (McDowell lo llama “el tra-
simples escaramuzas del día a día, tamiento del silencio”) el cual consiste en pretender que el otro no existe.
ni tampoco disparan guisantes cuan-
do hay serios problemas que se de- Minimizar la importancia del conflicto o asumir que “ya pasará.”
ben combatir. Llevar cuentas; es decir, mantener un registro meticuloso de confronta-
ciones pasadas.
3. Muévase en sintonía. Otra de las expre-
siones gráficas de Bach: “Pelear en el matrimonio es como Atacar a la persona y no al problema.
aprender a bailar, no a boxear”.16 Cuando dos boxeadores Culpar al otro, actitud con la cual se ol-
se suben al cuadrilátero, el objetivo de cada uno está muy cla- vida que para pelear hacen falta dos.
ro: vencer al contrincante. No así en el caso de los esposos,
Ver el conflicto como una competencia
porque en el matrimonio se “pelea”, no en busca de knock-outs,
en la cual hay que ganar, cueste lo que cueste.
sino de un mayor entendimiento. Y porque entre esposos la
victoria de uno significa, automáticamente, la derrota de ambos. Emprender la retirada, para evitar
¿Cómo pueden ser ambos ganadores? Al mayores complicaciones o para aho-
moverse a la manera de los buenos bai- rrarse un mal momento.
larines: actuarán en sintonía,“al ritmo” “Comprar” la solución del
de sus intereses como pareja. problema, por ejemplo, obse-
4. No se permiten “golpes bajos”. quiando un regalito al cónyu-
La figura aquí es familiar. Está toma- ge, sin enfrentar la raíz del
da del argot boxístico, donde cual- conflicto.
quier golpe por debajo del cinturón del “Espiritualizar”
oponente se considera ilegal, o “su- el conflicto, con lo
cio”. Aplicada al matrimonio, la cual se atribuye a
alusión es clara. Cada cónyuge “la voluntad de
tiene un límite, un “cinturón”, Dios” la existen-
que protege su zona más vul- cia del problema.
nerable. Pero he aquí algo
Adoptar una ac-
muy curioso: según Bach, el
titud triunfalista, según la cual
lugar del cinturón varía se-
“todo marcha magníficamente.”
gún la persona. Algunas lo
usan bien arriba: son muy
sensibles a cualquier ofen-
sa; así que protegen sus El látigo de la indiferencia,
zonas vulnerables con bas- minimizar, llevar cuentas o
tante celo. Otras lo ubican atacar al cónyuge, son acti-
tudes que contribuyen muy
bien abajo: reciben, y asimilan, poco a la solución de los
muchos “golpes sucios”. conflictos matrimoniales.
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como procesamos la información. Por ejem- Cada uno debe identificar con preci- 5. Notarius y Markman, op.cit.
6. David H. Olson, John DeFrain, Marriage and the Family. Diversity
plo, la deducción arbitraria (“No habla sión dónde está ubicado su cinturón, y so- and Strengths, 3ª ed. (Mountain View: Mayfield Publishing Com-
porque está molesto conmigo”), la exagera- bre todo, el de su cónyuge, para saber dón- pany, 2000), p. 298
7. John M. Gottman, Julie S. Gottman, Joan DeClaire, 10 Lessons to
ción (“Nunca hace nada bien,”“Siempre me de no golpear. Transform Your Marriage (Nueva York: Crown Publishers, 2006),
humilla”), el pensamiento catastrófico (“Este Una vez conocidos sus puntos débiles, pp. 3, 4.
8. John M. Gottman y Nan Silver, Siete reglas de oro para vivir
matrimonio es un desastre”) y la lectura del cada uno tendrá derecho a gritar “¡golpe en pareja (España: Plaza y Janés Editores, 2000), pp. 39, 147.
pensamiento (“Sé que estás pensando”).18 bajo!”, cada vez que el otro “golpee debajo 9. Ibíd., p. 167.
10. Ibíd., p. 166.
• No pierda de vista la necesidad de la del cinturón”.19 11. Ibíd., p. 116.
12. John M. Gottman y Nan Silver, Siete reglas de oro para vivir en
ayuda divina. El Creador de la ins- ¿Está claro el mensaje? Moverse en sin- pareja, pp. 43-49.
titución familiar bien sabe lo que tonía, evitar los golpes bajos, usar el arma 13. John M. Gottman y Nan Silver, Why Marriages Succeed or
Fail (Nueva York: Simon Schuster, 1994), pp. 56, 57.
usted y su cónyuge necesitan adecuada… Porque en el matrimonio no hay 14. George R. Bach y Peter Wyden, The Intimate Enemy. How to
para ser felices. Por esta ra- contrincantes. Aunque los cónyuges son dos, Fight Fair in Love and Marriage, p. 17.
zón el salmista escribió:“Si la realidad de la vida matrimonial los con-
15. Ibíd., p. 19.
16. Ibíd., pp. 63, 64.
el Señor no edifica la ca- vierte en uno, pues integran un mismo equi- 17. Josh McDowell, El secreto de amar y ser amado (Miami: Edi-
sa, en vano se esfuerzan torial Betania, 1988), pp. 85-87.
po. O los dos ganan o los dos pierden. Mu- 18. Aaron Beck, Con el amor no basta, p. 177.
los albañiles” (Salmo 127:1, 19. Bach y Wyden, op. cit., p. 80.
cho depende de que sepan cómo “pelear”.
NVI).