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ES LA LIBERTAD DE TODOS
Memorias 2005 ~
MEMORIAS 2005 ES UNA PUBLICACIÓN DEL
CENTRO PARA LA LIBERTAD DE PRENSA EN PUERTO RICO
II ~ Memorias 2005
ÍNDICE
Información sobre el Centro para
la Libertad de Prensa en Puerto Rico (CLP) | 7
Mensajes
La prensa y su responsabilidad social | 12
Luis Alberto Ferré Rangel
Director de El Nuevo Día
IV ~ Memorias 2005
Un hito en la Libertad de Prensa: La conmemoración del décimo
aniversario del fallo Diálogo v. Comisión Estatal de Elecciones
A diez años de la victoria | 88
Helga I. Serrano
Un preciado precedente | 90
Antonio Negrón García
Informes sobre la libertad de prensa en Puerto Rico | 96
enviados a la Sociedad Interamericana de Prensa
Memorias 2005 ~
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Nuevas oficinas El Centro para la Libertad de Prensa ocupa nuevas oficinas en el edificio Barat Sur de la
Universidad del Sagrado Corazón, desde septiembre de 2005. En el área de recepción
aparecen, desde la izquierda, Liliana Alemán, asistente de la dirección; Anilda Quiñones,
asistente administrativa y Helga I. Serrano, directora ejecutiva.
VI ~ Memorias 2005
INFORMACIÓN SOBRE EL CENTRO
El Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico fue establecido el 18 de mayo
de 1999 por El Nuevo Día (END), el periódico principal de Puerto Rico, y la Universi-
dad del Sagrado Corazón (USC), una universidad católica privada en San Juan.
OBJETIVOS
Servir como centro de investigación para estudiantes, académicos, periodistas y
otros estudiosos del tema de la libertad de prensa; servir como un foro para la dis-
cusión de asuntos relacionados con la libertad de prensa; servir como observador
de los asuntos relacionados con la libertad de prensa que se estén ventilando en los
tribunales estatales y en el federal y en la Legislatura de Puerto Rico.
MISIÓN
Fortalecer la base democrática de nuestra sociedad por medio de programas edu-
cativos sobre el derecho a la libertad de prensa.
DIRECTORA EJECUTIVA
Helga I. Serrano, periodista y profesora de periodismo.
EL NUEVO DÍA
Es una empresa que pertenece al Grupo Ferré-Rangel y es el diario más importante
de Puerto Rico, con una circulación que sobrepasa los de 205,0o0 ejemplares de
lunes a sábado y 249,000 ejemplares los domingos. El Grupo Ferré-Rangel tam-
bién publica el periódico Primera Hora y es dueño de la imprenta comercial AGP,
del portal interactivo Zonai.com y las publicaciones endi.com y consalud.com, los
Memorias 2005 ~
periódicos regionales El Norte y El Horizonte, la compañía de reciclaje de papel de
periódico Pronatura y la compañía de telemercadeo El Día Directo.
~ Memorias 2005
JUNTAJUNTA
ASESORA DE 2005
ASESORA
HELGA I. SERRANO
Directora Ejecutiva del CLP
Periodista y profesora de periodismo
Memorias 2005 ~
OSCAR SERRANO
Reportero
Primera Hora
Presidente
Asociación de Periodistas de Puerto Rico (Asppro)
MIGUEL ROSA
Fotoperiodista
TUTV, Canal 6
Presidente
Asociación de Fotoperiodistas
de Puerto Rico
10 ~ Memorias 2005
PROFESORA CARMEN SARA GARCÍA
Directora
Departamento de Comunicación
Universidad del Sagrado Corazón
VICENTE PIERANTONI
Director
El Oriental
Presidente
Asociación de Periódicos Regionales
RUTH MERINO
Asistente de la Dirección
El Nuevo Día
Delegada, Región 1
Asociación de Periodistas
Hispanos (NAHJ)
Memorias 2005 ~ 11
Mensaje de los copresidentes
En este sexto año de existencia, el Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico ha
seguido fiel a su encomienda de aportar al conocimiento y enriquecimiento de la libertad
de prensa en nuestro país. De ello dan fe, entre otras gestiones, los foros públicos
llevados a cabo durante estos meses, en los que se destacan el análisis y discusión de
un tema muy relevante para el periodismo moderno: su responsabilidad social ante la
comunidad que sirve. Hablamos de una vía en dos direcciones, ya que tan importante
es cómo el medio cubre su comunidad, cómo el recibir de ésta, a modo de bumerán,
sus reacciones a esta labor diaria. Es un compromiso entre ambos, si se ambicionan
resultados satisfactorios y hasta excelentes.
12 ~ Memorias 2005
Luis A. Ferré Rangel Doctor José Jaime Rivera
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, que tituló “El periodismo como ruina:
Responsabilidad social de la prensa puertorriqueña”.
Memorias 2005 ~ 13
Mensaje de la directora
Esta quinta edición de las Memorias del Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico
recoge lo acontecido en nuestra agenda de trabajo durante el 2005. Fue un año de mucha
labor, de grandes satisfacciones y de mucho agradecimiento a todas las personas que
de una forma u otra nos ayudaron a cumplir con los compromisos y objetivos contenidos
en el Plan de acción estratégica del 2005, que presentamos en la reunión de diciembre
a la Junta Asesora.
Este plan tuvo como norte tres objetivos principales: el primero, incrementar el nivel de
conocimiento público sobre la razón de ser del Centro y las actividades que éste lleva a
cabo; el segundo, dar énfasis al aspecto de educación sobre la libertad de prensa, tanto
en las escuelas públicas y privadas del país como en las universidades con programas
de comunicación; y, finalmente, lograr unas instalaciones más amplias que facilitaran el
desarrollo de la institución.
Reitero nuestro agradecimiento más profundo a todas las personas que se unieron
a nosotros en este camino. Algunos de estos nombres aparecen como parte de las
gestiones y actividades mencionadas en el informe. Otros permanecen en el anonimato,
como es el caso de los cientos de personas que nos acompañaron en las actividades
públicas, o de los colegas, tanto de prensa escrita como electrónica, que nos ayudaron
a difundir nuestras informaciones sobre estas gestiones, o los que nos visitaron en
nuestro portal cibernético, o los que nos dieron la mano con expresiones de apoyo a
nuestra gestión.
Espero que disfruten la lectura de esta publicación, confeccionada con amor y esmero,
para que quede plasmado y accesible al público en general el contenido de las ponencias
que se presentaron en nuestras diversas actividades.
14 ~ Memorias 2005
INFORME DE LABORES
Enero a diciembre de 2005
3 de mayo: Foro público “Crímenes contra la prensa, no más impunidad a los agresores”,
con el copatrocinio de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Teatro de la Facultad
de Derecho, Hato Rey. Participantes: Ricardo Trotti, director del Comité de Libertad de
Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP); Oscar Serrano, vicepresidente de
la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (Asppro); y Rafael Lenín López, presidente
del Overseas Press Club. Moderadora: Helga I. Serrano. Asistencia: 175 personas
Memorias 2005 ~ 15
Seis cuñas radiales de 30 segundos cada una, transmitidas de mayo a diciembre a
través de 80 radioemisoras del país, como parte de la campaña copatrocinada por la
Asociación de Radiodifusores de Puerto Rico. Las cuñas, basadas en la Declaración de
Principios de Chapultepec y redactadas por la periodista Gloria Borrás, fueron presentadas
por Yolanda Vélez Arcelay, reportera de Univision, Canal 11, y Mario Roche, director de
noticias de Radio Universidad.
• Junto a Josefina Barceló y Mary Cruz, de El Nuevo Día Educador (ENDE) la directora
visitó el 10 de febrero la Escuela Intermedia de la Comunidad SU Alfredo Bocachica de
León, en Villalba, para conocer el proyecto de libertad de prensa que lleva allí a cabo,
con resultados excelentes, el profesor Moisés Laboy.
• La directora del CLP participó como conferenciante en el taller sobre periodismo escolar
para maestros de toda la isla que patrocinó ENDE el 10 marzo, en las instalaciones
de El Nuevo Día. También participó el profesor Moisés Laboy, quien explicó cómo
organizar un proyecto de libertad de prensa entre estudiantes de escuela secundaria,
similar al que está establecido en su escuela en Villalba.
• La directora enseñó dos cursos en este pasado año: el seminario electivo (3 créditos)
“Periodismo en el siglo 21”, a estudiantes de la Escuela de Comunicación del Recinto
de Río Piedras de la UPR, de enero a mayo, junto a la periodista Ruth Merino, asistente
del director de El Nuevo Día, y “La entrevista periodística como género y técnica” a
estudiantes del programa de Maestría en Artes en Comunicación con especialidad
en Redacción para los medios, de la Universidad del Sagrado Corazón, durante la
primera sesión de verano 2004-2005 (mayo a julio). Los nueve estudiantes realizaron,
como trabajo final, 25 entrevistas a periodistas sobre sus experiencias en el uso de
las fuentes confidenciales y su sentir respecto a medidas para proteger el privilegio
Memorias 2005 ~ 17
Durante la premiación del concurso Exprésate li-
bremente con la libertad de prensa, aparecen
de izquierda a derecha: José Landrón y Jesús
Vázquez, ganadores del concurso; Helga I. Serrano,
directora ejecutiva del CLP ; Zahili Jurado, una
de las organizadoras del certamen, y Héctor Díaz,
jurado y profesor de la Escuela de Comunicación
de la UPR, Recinto de Río Piedras.
del periodista. Este material formará parte de la investigación sobre privilegios del
periodista que lleva a cabo el CLP.
18 ~ Memorias 2005
ARTÍCULO
Durante el 2005, el Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico, en colaboración con
la agencia de publicidad Leo Burnett, la Asociación de Radiodifusores de Puerto Rico y El
Nuevo Día, presentó a través de los medios de comunicación tres campañas publicitarias
que tuvieron como propósito concienciar sobre la importancia de la libertad de prensa
para la democracia puertorriqueña.
La primera de estas campañas, para la televisión, fue producida por la agencia Leo
Burnett, a finales del 2004, como parte de su agenda de servicio público, en la que
colaboró un grupo de suplidores de la agencia. “El anuncio de servicio público ‘Pinocho’
es una idea tan sencilla como contundente”, explicó Edward “Kit” Benavent, gerente
general de Leo Burnett Puerto Rico. “No podemos mantenernos indiferentes ante esta
intolerancia contra uno de los pilares de nuestra democracia y que constituye una forma
de coartar la libertad de expresión y por ello afecta a toda la sociedad”.
En esta cuña de 30 segundos aparece en pantalla una cámara fotográfica de lado, cuyo
lente va estirándose como la nariz del mentiroso Pinocho, mientras se van haciendo
afirmaciones que no son ciertas, tales como “los periodistas nunca son censurados”,
“nunca son perseguidos”, “nunca son insultados”, “nunca son agredidos”, y termina con
el logo del Centro para la Libertad de Prensa y la siguiente expresión: “Sin libertad de
prensa todo es mentira”. El anuncio es dedicado a la memoria de los 120 periodistas
asesinados en el mundo durante el 2004, expresó Benavent.
“Pinocho” fue creado por Verónica Acevedo Santaliz, redactora de textos de Leo Burnett
e hija y nieta de los periodistas Coqui Santaliz y Jesús María Santaliz, respectivamente.
En el proceso de producción intervinieron la directora de cuentas de Leo Burnett, Wanda
Reichard, y el equipo creativo de Olly Fernández, Massielle Ascencio y Verónica Acevedo
Santaliz. Jochi Melero, de Paradiso Films, dirigió la filmación; la animación y edición fue
de Abner Ortiz, de Lux Digital; el sonido estuvo a cargo de Iván Rosa y Juan Belgodere,
de Alfa Recordings; y Pedro Dávila realizó la locución.
“‘Pinocho’ es una producción sencilla y de gran impacto. Esperamos que su mensaje cale
hondo en el público puertorriqueño, ya que la libertad de prensa es responsabilidad de
todos. Nunca es más necesaria la información precisa, clara y sencilla para la ciudadanía
que cuando los ánimos son nublados por fanatismos y prejuicios descontrolados. La
información genera poder y el desconocimiento es aliado de la manipulación. Es por
ello que en los regímenes totalitarios lo primero que se acalla para acceder al poder es
Memorias 2005 ~ 19
a la oposición y a la prensa”, dijo Helga I. Serrano, directora ejecutiva del Centro para
la Libertad de Prensa en Puerto Rico. Por su parte, la Asociación de Radiodifusores de
Puerto Rico, apoyó la gestión del Centro a través de cuñas radiales como éstas:
“Atención, este mensaje tiene que ver con la libertad. Tu libertad para conocer
todos los datos: La censura previa, el control u ocultamiento de información y
los obstáculos al sano ejercicio del periodismo atentan contra una prensa libre.
Atentan contra tu derecho a saber”
Las cápsulas fueron redactadas por la periodista Gloria Borrás, inspiradas en la Declaración
de Principios de Chapultepec, formulada por la Sociedad Interamericana de Prensa en el
1994. Los periodistas Mario Roche y Yolanda Vélez Arcelay dieron su voz en este empeño
radial, que aún va al aire en la estación WUPR, que se escucha alrededor de la zona
central de la isla, según expresó el presidente de la Asociación de Radiodifusores, José
A. Martínez Giraud.
“Somos el vehículo por el cual se difunde la noticia, y apoyamos el esfuerzo del Centro
porque hay que crear conciencia al público de lo que hace la prensa del país”, dijo Martínez
Giraud, quien entiende que este esfuerzo debería tener continuidad.
Mientras, Yolanda Vélez Arcelay explicó que los periodistas son una herramienta de
conexión. “La presencia de un periodista en un lugar no es caprichosa. Es una herramienta
para llevar al país la información. Que no se obstruya un lente, un micrófono, que el pueblo
valore eso, lo hace más libre en la medida en que tiene más alternativas. La información
es crucial para que un país avance”, aseveró la periodista. Afirmó que la información hace
a los ciudadanos libres. Vélez Arcelay reiteró que estas campañas sirven para recordar a
las nuevas generaciones que el valor máximo de la democracia es estar bien informado.
Finalmente, el periódico El Nuevo Día se unió al esfuerzo del Centro para la Libertad
de Prensa durante el 2005 y publicó en el diario como servicio público algunos de los
principios de la Declaración de Chapultepec, cuyo texto completo aparece en la página
132 de estas Memorias.
20 ~ Memorias 2005
ARTÍCULO
El sitio contiene un motor de búsqueda que da fácil acceso al material recopilado. Y aparte
de presentar las ponencias, en el portal también se pueden encontrar comunicados, más
de una veintena de enlaces de organizaciones relacionadas con la libertad de prensa y el
calendario de actividades.
Ferré Rangel adelantó que la página incluirá vídeos con cápsulas acerca de las actividades
que ha realizado el Centro. Además, se añadirán otros enlaces que servirán de entrada a
otros lugares vinculados con la libertad de prensa a través del mundo.
Por su parte, el editor Villares destaca la importancia de este sitio como una referencia que
tienen a su disposición tanto los profesionales de la comunicación como la comunidad
en general.
“De esta forma, se está dando mayor acceso de enterarse a otras personas”, resaltó
Villares acerca de la misión del Centro: Fortalecer la base democrática de nuestra sociedad
por medio de programas educativos sobre el derecho a la libertad de prensa.
Memorias 2005 ~ 21
El impacto de la prensa en
la política pública
16 de marzo de 2005, 7:00 p.m., Edificio de Ciencias Sociales Graduadas, en el Recinto
de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. El foro fue copatrocinado por la Aso-
ciación de Estudiantes de la Escuela Graduada de Administración Pública de la UPR.
Moderador: Hiram Díaz, presidente de la Asociación.
La prensa existe para retar el “status quo” de la sociedad a la que pertenece. Existe para
iluminar las esquinas más recónditas de nuestra existencia colectiva. Existe para denun-
ciar lo que unos pocos se atreven. Existe para darle voz a la minoría. Existe para construir
y crear el consenso social. Existe para incomodar. Existe para retratar nuestra realidad más
cruda, esa a la que le viramos la cara. La prensa no existe para ser dócil ni para ser esclava
de intereses particulares, pero sí existe para ser fiel servidora del bien común.
Los medios se distinguen por la manera en que asumen esa responsabilidad. Hay quien
la asume a medias, otros le dan la espalda y otros la asumen completamente. Al final,
la intención y el grado de éxito del medio ante ese reto quedará siempre clara ante el
público y ante la historia de su país.
La prensa como reformador social tiene que profundizar en la materia, traer voces exper-
tas al debate público y, más que todo, colocar al ciudadano como actor – y no observador
– de la reforma pública, sea ésta, de índole económica, política o social.
Por lo tanto, los medios, particularmente los escritos, tenemos una misión especial de no
solo denunciar los problemas, sino ayudar a dar soluciones a los mismos por medio de la
participación activa de las voces de la sociedad civil.
Es en la generación del debate público donde la incidencia de la prensa sobre la formu-
lación de política pública es fundamental.
22 ~ Memorias 2005
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Oradores Desde la izquierda, doctora Palmira Ríos, profesor Luis Fernando Coss, Luis A. Ferré Rangel
y doctor Mario Roche.
Es en ese momento que se produce casi siempre la denuncia, por ejemplo, por voz de
una madre de un niño de educación especial o de los pequeños comerciantes, según sea
el caso. Será responsabilidad del medio determinar si se trata de un caso aislado o si lo
que tiene frente a sí es el síntoma de un problema más complejo. Casi siempre sucede
que cuando la denuncia llega a los medios, ya el problema es uno serio.
Es en esta segunda fase que entra la doble función del medio: informar y orientar.
Como dije antes, la denuncia es el primer paso para la reforma social, pero no el único.
El público exige cada vez más pasar de la protesta a la propuesta y pide de la prensa otro
tipo de periodismo, uno que provea soluciones y no solo que denuncie.
Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Los periodistas deben primero entender el problema,
si no lo entienden, o lo entienden parcialmente, su trabajo reflejará la falta de claridad que
existe en su propia mente. Los buenos periodistas se preparan, buscan referencias, bus-
can comparaciones, buscan estadísticas y hacen un ejercicio intelectual para entender
los componentes y actores del problema. El medio tiene que darle el tiempo al periodista
para que haga su trabajo. Si el periodista no está ubicado, menos estará su público.
Luego entra la fase de orientación del medio y es aquí donde la prensa realiza una labor
que cada día es más importante. Se trata de la incorporación de la sociedad civil en la
formulación de la política pública.
Este proceso, el de la formulación de política pública, debe abandonar cada día más su
naturaleza política y reforzar más su naturaleza cívica y ciudadana. Toda sociedad civil con
Memorias 2005 ~ 23
algún grado de madurez institucional debe tener los mecanismos para incidir sobre el
diseño y articulación de la misma.
En todo caso, es responsabilidad de la prensa y de los medios señalar dónde debe intro-
ducirse la voz de los sectores cívicos y asegurarse que los mismos sean escuchados y
tomados en consideración por la clase política del país.
Las llamadas mesas redondas donde expertos se reúnen para analizar y proponer solu-
ciones al tema es un mecanismo práctico y eficiente para viabilizar la participación de la
sociedad civil en esta etapa. Las columnas de opinión, las entrevistas y los artículos de
seguimiento; además de las series investigativas y reportajes de fondo que demuestren
y relaten alternativas han sido herramientas útiles para provocar cambios sociales.
Pero la realidad es que si el medio no posee una política editorial clara, o sea, si no tiene
prioridades y una misión que cumplir, pocas veces podrá ser consecuente en esta faceta
de su trabajo.
Para El Nuevo Día y para los reporteros y editores que trabajan allí, no hay duda que la
educación pública, la salud pública, la economía, la seguridad pública y el medioambiente
son prioridades claras.
El Nuevo Día tiene claro que el futuro de nuestro país dependerá del desarrollo de una
economía sustentable que no explote nuestros recursos naturales. Para nosotros está
claro que sin la participación del sector privado y público en la calidad de educación de
nuestros niños estaremos abandonando una generación y dándole la espalda a nuestro
futuro. Para El Nuevo Día está claro que hay que atender el problema de las drogas y
crimen (lo que yo llamo seguridad ciudadana) desde una óptica integral que incorpore
técnicas tradicionales (la mano dura) con programas de rehabilitación, participación de
base y oportunidades de empleo.
Al igual que el periodista, si el medio no tiene una idea clara del tipo de sociedad que
quiere construir, poco va a contribuir al desarrollo de la misma.
Y esto nos lleva al punto final de esta breve exposición: el periódico como ente reformador.
¿Qué significa reformar? Es, entre otras cosas, modificar algo, por lo general con la in-
tención de mejorarlo. Corregir entuertos. La capacidad de lograr reformas es una que le
llega a la prensa como resultado de informar, y dar cauce a lo que a su vez surge de esta
información.
Pero reformar por reformar no vale. Hay que tener un propósito claro. Como, por ejemplo,
proteger los derechos de los confinados o la calidad de la pensión de los trabajadores
públicos. Tiene que existir un fin público y que mejore nuestra calidad de vida. Y debemos
ser selectivos a la hora de reformar, demasiados cambios a la vez no es conveniente.
La prensa como ente reformador es una función vital que forma parte de su respon-
sabilidad social. Una que nunca cesa, ni da la espalda, ni se vende, ni se compromete.
24 ~ Memorias 2005
Pero la prensa debe ser la primera en estar dispuesta a reformarse. Si el medio se ve a sí
mismo como un ente reformador entonces provocará discusiones internas, invitará a la
crítica y realizará sistemáticamente evaluaciones de su propio trabajo para ir atemperando su
cobertura a las nuevas necesidades y exigencias del público. No tendrá miedo en mirarse
ante el espejo, ni tendrá miedo de colocarse ante su público para su evaluación, ni le
temblará la mano a la hora de acometer los cambios necesarios. Se trata de un proceso
de mejoramiento continuo de aquilatar constantemente su responsabilidad social ante
su público y ante su sociedad.
La noticia del joven que se suicidó después que se le negara la atención siquiátrica necesaria
y que ha llevado a la Procuradora del Paciente a imponer multas, y tal vez hasta eliminar
contratos, además de exigirle a las instituciones públicas y privadas la implantación de
protocolos para el manejo de emergencias siquiátricas, y a iniciar una campaña de edu-
cación a los pacientes siquiátricos sobre sus derechos.
Las informaciones sobre las cirugías bariátricas en el Hospital Municipal de San Juan, que
han generado pesquisas por parte del Departamento de Salud y el Senado, con miras a la
posibilidad de establecer estándares uniformes para todos los programas que practiquen
este tipo de cirugía en el país.
Y las recientes noticias publicadas por El Nuevo Día sobre las posibles violaciones
ambientales en la expansión del Hotel Marriott de Isla Verde provocó la paralización de
la obra y resaltó la debilidad de agencias como la Administración de Reglamentos y Per-
misos (ARPE), la Junta de Planificación (JP) y el Departamento de Recursos Naturales
(DRN) para proteger la zona marítima terrestre.
Como les dije, éstos son sólo algunos de los muchos ejemplos de cómo la prensa puede
lograr cambios y ayudar en la gestión de mejorar nuestra calidad de vida. Me gustaría que
estas anotaciones sobre este importante tema fueran el inicio de una discusión, desde
otros puntos de vista, igualmente valiosos.
Luis A. Ferré Rangel es el director de El Nuevo Día en San Juan, Puerto Rico.
Memorias 2005 ~ 25
FORO PÚBLICO: “El impacto de la prensa en la política PÚBLICA”
Es bien sabido que hay medios que son abiertamente definidos con una postura en
particular, lo que empieza a perjudicar o poner al traste el rol que se espera jueguen los
medios de comunicación como estos entes que están por encima de los conflictos y
debates. Cuando empiezan a tomar y a empujar posiciones se corre el riesgo de lacerar,
no sólo su rol, sino también la confianza de la ciudadanía en la imparcialidad de esos
medios.
Otro de los problemas que existe en los medios son los procesos de autocensura.
Existe un ejercicio de selección de ciertos temas y la edición de los mismos, donde no
siempre prevalece la opinión del periodista. Aunque el periodista fue quien estuvo ahí
directamente, no prevalece la opinión de éste, sino la del cuerpo editorial y la de los
dueños de los medios. Lo mismo pasa en radio y televisión, así que en ese sentido no
siempre va a prevalecer un proceso transparente y democrático sino que las decisiones
se toman en función de otros intereses que no siempre son claros. Podría entonces
interpretarse, que en ocasiones, la democracia y la transparencia no es el valor rector
en los medios. El instrumento que existe para velar por la libertad de prensa responde a
unas empresas o unos intereses. Estos intereses van a crear conflictos que en ocasiones
van a poner en confrontación el derecho de la ciudadanía a estar informado debidamente
o completamente.
Existe una necesidad de que se fiscalicen los medios, pero el primer esfuerzo debe venir
del seno del grupo, ya que dar ese poder al estado es un riesgo muy grande. El Estado,
en vez de asegurar la calidad de los medios, va a tratar de intervenirlo y manipularlo.
El que el gobierno funcione como ente fiscalizador sólo exacerbaría el problema de la
democracia en los medios. Otra realidad que vulnera la calidad mediática es la falta de
criterios que definan quién es y quién no es periodista. En Puerto Rico la prensa va
desde “La Comay” hasta los periodistas que redactan. Aunque la farándula puede ser
26 ~ Memorias 2005
considerada prensa, en el sentido de informar en entretenimiento, llega el momento en
que cualquiera se puede poner un carné y llamarse a sí mismo periodista. Hay un derecho
a la expresión pero aun así todas las otras profesiones nos reglamentamos y así todas las
entidades, pero, no debe ser función del gobierno, que lo reglamente.
Una de las mayores inquietudes que existe es la falta de dominio temático que tienen
algunos periodistas en la cobertura de políticas públicas y gestiones gubernamentales.
Es frustrante que no se atiendan temas tan importantes con la complejidad con que se
deben atender o que se reduzca a algo muy sencillo un problema complejo. Entonces,
uno toma la palabra de lo que aparece en los medios como un hecho o como algo que
Memorias 2005 ~ 27
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Durante el foro El licenciado Harry Anduze, mienbro de la Junta Asesora del CLP, conversa con la
doctora Palmira Ríos.
En la política pública se tiene que experimentar, o sea, uno hace unas propuestas, se
implementan, se evalúan y se hacen ajustes. Mucha gente no se atreve a hacer eso,
que es natural y obligatorio, porque se va a representar en los medios como un fracaso,
cuando eso es algo normal y natural. Ahí uno ve el rol de buscar la noticia del día, y es el
escándalo del día, y es la corrupción del día, y es la incompetencia del día. En ese caso
yo me pregunto, ¿qué constituye noticia? ¿Cómo se determina qué es? Se requerirían
otros espacios donde se pueda hacer un análisis más profundo, y sé que algunos se
están tratando de crear, pero, nuevamente, también están dentro de los cajoncitos de los
partidos y las ideologías. Dada la complejidad de la gestión gubernamental que estamos
viviendo, se requiere de unos análisis mucho más sopesados que, en ocasiones, van a
tomar un tiempo y no podemos estar funcionando con el calendario o el horario de los
medios de comunicación.
Hay momentos que se necesita calma y paz, y exponerse a radio y televisión es como
agravar más la situación. Un ejemplo, son los huracanes; sale una nubecita de África y
te tienen en un estado de tensión. Esto, nuevamente, es una estrategia de mercado y
yo creo que es importante estar informados y preparados. Llegará el momento en que
muchas personas terminarán no haciendo caso, porque uno no puede estar en una histeria
constante. Nuevamente, es un ejemplo de que un(a) periodista serio(a) debe estar en
condiciones de poder ejercer su mejor juicio e informar lo que dentro de su conocimiento
y sus valores entiende que es importante, sin tener que estar tomando consideraciones
políticas o económicas. El periodista necesita un grado de independencia y criterio
para poder hacer su trabajo. Esos son los periodistas que nosotros, como ciudadanos,
respetamos, y sabemos que pueden cometer un error, pero que no va a ser deliberado
o porque está tratando de manipular, sino, porque la información no está completa.
Ese es el tipo de periodista al que se le debe permitir que esté haciendo las preguntas
incisivas y que esté investigando, aquel que tenga el apoyo del personal para poder hacer
la investigación porque tampoco la persona puede estar haciéndolo solo. Las empresas
mediáticas también tienen que ver la importancia de la investigación periodística. De esta
manera, los medios de comunicación pueden cumplir con su función social y, al mismo
tiempo, responder a la ciudadanía por los derechos y las protecciones que se le confieren
dentro de una democracia.
Memorias 2005 ~ 29
FORO PÚBLICO: “El impacto de la prensa en la política PÚBLICA”
Hoy día, hay teóricos que plantean que vivimos en la sondeocracia y que el gobernante,
entonces, ejecuta políticas públicas, en muchos casos, y sobre todo, en función de que
esto pueda ser favorable en términos electorales. Cosa que no es positiva, porque se
sabe que en muchas instancias hay que llevar a cabo políticas públicas que se sabe son
necesarias para el país, pero no se llevan a cabo por las consecuencias que se tengan
en términos electorales.
El rol de los medios de comunicación debería ser el de fomentar una visión crítica en la
ciudadanía sobre el servicio que recibe de parte del gobierno y las empresas privadas, y
que exijan rendición de cuentas. Se llegó a este consenso en un seminario internacional
llamado “El liderazgo ciudadano del periodismo radial ante el reto de la transparencia y la
y eficiencia en la prestación de servicios públicos”, el cual se llevó a cabo en Cartagena,
Colombia del 11 al 12 de marzo de 2005, que fue un encuentro de directores de noticias
de radio de América Latina y el Caribe. En ese encuentro, uno de los consensos a los
que llegaron los directores de noticias de radio de toda la región era que, efectivamente,
la radio tiene que asumir un liderato. No solamente ser un foro donde la gente llama para
quejarse, sino, que la radio vaya de manos de la ciudadanía para pedirle al estado que
rinda cuentas; que no nos quedemos solamente en la etapa de la queja, vamos juntos a
exigir rendición de cuentas y a buscar soluciones.
30 ~ Memorias 2005
La radio tiene una gran responsabilidad entre manos, tiene unas posibilidades tecnológicas
que le permiten canalizar la opinión ciudadana, pero que en muchas instancias, fallamos
con respecto a esa responsabilidad de promover un debate público, un debate sobre lo
político de altura. En ocasiones, simple y llanamente, la radio en Puerto Rico se convierte
en un espacio en que llaman los comunicadores con tal y más cual partido porque resulta
mucho más fácil, en términos de llenar tiempo, abrir los teléfonos que fomentar una
discusión y un diálogo a fondo sobre los problemas.
Ciertamente, hay un déficit democrático, sobre todo, en muchas de estas compañías que
forman parte de conglomerados de la comunicación, porque sobre todo, pesa el interés
económico. En ese sentido, los medios de comunicación como Radio Universidad y otras
radios públicas de todo el mundo adquieren una mayor importancia, porque se supondría
que aportan una mirada a la realidad social que va más allá de intereses comerciales y de
lazos ideológicos vinculados a dichos intereses. Hay un déficit y una preocupación a nivel
mundial con respecto a la democracia y la pluralidad, es decir, de diversidad informativa.
El problema cuando unos pocos dominan los medios de comunicación es que la forma de
entender el mundo de esos pocos domina; eso no es democrático porque no promueve
lo diverso, no promueve la pluralidad ni la diversidad de opiniones.
Sería saludable que las universidades asumiesen un rol más activo como observadores
del quehacer mediático y que junto con representantes de la sociedad civil estén siempre
pendientes y vigilantes de la producción cultural que se da en los medios. Por otro lado,
se debe reiterar la importancia de que al interior de los propios medios se dé una labor
autocrítica continua. Y esto no siempre ocurre.
Memorias 2005 ~ 31
FORO PÚBLICO: “El impacto de la prensa en la política PÚBLICA”
Existe una tendencia a demonizar a los medios de difusión por su manifiesta trivialización
de lo público. Existe, por otro lado, una gran renuencia a considerar a los medios de
prensa y difusión como un espacio adecuado de deliberación ciudadana. La percepción
más generalizada – aun entre profesionales que pueden calificarse como críticos – es
que las reglas del entretenimiento y el mercado dominantes no pueden ser sustituidas
o modificadas, por lo que se resignan a un “mal necesario” susceptible de muy pocos
cambios. Sin ánimo de debatir, los grandes propietarios se escudan tras la “libertad de prensa”.
Hoy, las asimetrías entre lo privado y lo público obligan a mirar la situación desde otra
perspectiva. Los signos de deterioro social, la incertidumbre económica en la que se vive,
la concentración de poder en tan pocas manos, convocan a una movilización inédita. El
eje de investigación más importante en este momento es el que procura establecer una
nueva relación entre democracia y medios de difusión. Alternativas al estado actual de
los medios de prensa, en los que prevalece la mirada corta, la selección automática y la
fascinación con el entretenimiento y los sucesos, podrían ser:
• reinventar el sentido de lo “profesional” en el periodismo;
• establecer políticas públicas que promuevan la lectura y la recepción crítica;
• diseñar mecanismos públicos que promuevan la participación ciudadana en el
gobierno de los medios de comunicación;
• promover medidas voluntarias, mediante la investigación y otros estímulos, que
promuevan una mayor calidad.
Una nueva noción del periodismo profesional viene cuajando desde espacios diversos.
Las opciones van desde empresas de capital modesto que combinan formas de propiedad
cooperativas; la crítica que se genera al interior de las grandes empresas a partir de
la iniciativa de un puñado de periodistas y, la incipiente gestión que se genera desde
la academia y los proyectos de estudio del periodismo. ¿Qué hacer para profundizar y
ampliar estos procesos a un nivel de mayor visibilidad y eficacia?
****
Puerto Rico, como buena parte del mundo, se encuentra en un momento de su historia
en que resulta muy difícil confiar o creer en algo. Si algún impacto han tenido la prensa y
los medios de comunicación en las últimas dos décadas es precisamente en promover
32 ~ Memorias 2005
un descreimiento general. Nunca se hubiera pensado que una de las víctimas de ese
proceso sería el propio periodismo profesional.
Varios factores se han combinado para dar lugar a lo que se ha denominado una crisis
de identidad en el periodismo:
1. La prioridad que tienen hoy los criterios comerciales y de marketing en las empresas
periodísticas y de comunicación debilitan continuamente la ética profesional.
Es en este contexto que nos corresponde evaluar el lugar que ocupan hoy los llamados
medios de comunicación.
****
Sabemos que existe una gran diferencia entre algo que ocurre y un acontecimiento
susceptible de ser informado. No podemos predecir con exactitud lo que va ocurrir el
próximo día. En cambio, las noticias sí son, por lo general, predecibles. Ellas constituyen
algo que está relacionado a las coordenadas culturales aceptadas, a las convenciones,
a los discursos en boga, a las prácticas sociales y profesionales, a las relaciones de
poder. De manera que cambiar la ecología que estructura lo que es noticia es una tarea
monumental porque, tarde o temprano, estaríamos hablando de toda la sociedad.
Dicho esto en forma muy resumida, valdría la pena confrontarse con algunas preguntas
incómodas:
¿Qué impacto ha tenido la prensa sobre la pobreza y la desigualdad social? ¿Ha cambiado
nuestra percepción o concepción del problema?
Memorias 2005 ~ 33
¿Qué impacto ha tenido la prensa sobre la guerra? ¿Estamos ahora mejor informados
que hace dos años sobre este tema?
¿Por qué durante los 60 años de ocupación militar de la isla puertorriqueña de Vieques
la prensa se hizo de la vista larga? ¿Por qué sólo tuvo un papel protagónico luego de un
incidente trágico?
Son preguntas todas que requieren mucha ponderación. La primera impresión que
podríamos tener es que el papel de la prensa es extremadamente limitado. Sobre este
asunto, la investigación que se realiza en Europa, Estados Unidos y América Latina
descarga responsabilidades en distintas direcciones. A mi juicio, el eje de investigación
más importante en este momento es el que procura establecer una nueva relación entre
democracia y medios de difusión.
****
En el esquema ideal de las democracias modernas, las políticas públicas están supuestas
a elaborarse en las instituciones políticas de gobierno con la participación activa de la
ciudadanía y otras instituciones educativas o profesionales afines a los temas tratados.
Las políticas públicas tienen el propósito de movilizar los recursos del Estado para la
solución de asuntos sociales que afectan a la comunidad de ciudadanos.
Existen políticas públicas para casi todo en nuestro país; muchas leyes y decretos sobre
economía, seguridad y educación, para decirlo en el orden de prioridades del actual
Gobernador. Existen políticas públicas sobre salud, vivienda, transportación marítima
y terrestre, manejo de recursos naturales, construcciones verticales y horizontales,
deportes y recreación, y también sobre relaciones obrero-patronales, familiares,
matrimoniales, sexuales y financieras. Además, existen políticas públicas sobre
prostitución, lactancia, dietas alimentarias, desperdicios sólidos, manejo de animales
realengos, drogas, músicas autóctonas y guerras. Las áreas sociales que se consideran
de primera necesidad han sufrido por lo menos dos o tres graves reformas a lo largo de
los últimos años.
Así pues, la primera incongruencia, el primer desatino que salta a la vista cuando
relacionamos periodismo y políticas públicas no es necesariamente lo que se refiere al
impacto de la prensa en las políticas públicas sino lo contrario, la falta, la ausencia crasa
de políticas públicas sobre medios de comunicación y periodismo.
34 ~ Memorias 2005
Si se le preguntara a un ciudadano común por
el estado de situación de la salud, la economía, “Existen políticas
o la educación, el ciudadano promedio públicas para casi todo
compartiría con otro cualquiera un diagnóstico,
unas apreciaciones comunes, un conjunto en nuestro país; muchas
de informaciones y datos a la mano. Si se le leyes y decretos sobre
preguntara por el estado de las comunicaciones y
el periodismo, no sabría qué decir. “Aunque tiene
economía, seguridad
que ver mucho con mi vida”, podría argumentar y educación, para
ese ciudadano hipotético, “nada tengo que ver
decirlo en el orden de
con sus decisiones y sus prioridades”.
prioridades del actual
Mientras en otras áreas vitales de la vida
Gobernador”.
pública van por la tercera o cuarta gran reforma
– pensemos en la salud, las contribuciones, la
educación o el agua – en los medios de comunicación no se ha realizado tan siquiera
una de ligera importancia. Sencillamente, las políticas públicas son inexistentes o
inconsecuentes, como es el conocido caso de la Ley Federal de Comunicaciones. El
rating, por otro lado, es un instrumento privado, comercial, de medición mecánica; sus
estadísticas son de validez muy dudosa y nada informan de lo que piensa y siente la gente.
Entre el gobierno y los medios de comunicación existe una diferencia fundamental que
pasa inadvertida comúnmente, pero que es de la mayor importancia para entender sus
relaciones y el estado actual de la situación. Me refiero al lugar que ocupa la democracia.
Por una parte, los medios de comunicación son administrados bajo sus propias normas
por empresas privadas de gran tamaño, orientadas cada vez con más frenesí hacia la
comercialización. Mientras, el gobierno es un conjunto de instituciones de incuestionable
carácter público, sujeto a procesos electorales abiertos y regulados, y sus ejecutorias son
constantemente evaluadas y hasta fiscalizadas en múltiples instancias y, en particular,
por las instituciones periodísticas.
Por esa función fundamental que consiste en vigilar a los poderes políticos constituidos
y por su declarada misión de defender a toda costa el interés público, el periodismo goza
del privilegio constitucional a la libertad de prensa. Los fundadores de la democracia en
Memorias 2005 ~ 35
Europa, Estados Unidos y América Latina, que conquistaron a sangre y fuego las nuevas
libertades, incluyendo la de prensa, proponían con su hazaña un modelo de sociedad no
violento. Las cuestiones de estado se atenderían en adelante mediante la participación
democrática de los ciudadanos en diversos y garantizados procesos de deliberación
pública. La prensa jugaría un papel tan decisivo en ese nuevo modelo de sociedad que
se le conoció rápidamente como el “cuarto poder”, como si se tratara de una institución
política más.
Pero a ese “cuarto poder” nadie lo vigila, nadie lo supervisa. Mientras el gobierno se
elige mediante procesos democráticos y se le exige una rigurosa transparencia, la prensa
y los medios de comunicación actúan en forma privada y sin regulaciones. Los medios
de comunicación constituyen un poder cuyos cargos directivos no van a elecciones
generales. Sus políticas editoriales o de programación son de incumbencia exclusiva de
los propietarios. Sus preferencias no están sujetas al escrutinio público. Sus criterios no
pueden discutirse ni apelarse en ningún lugar. A la hora de tomar la decisión de cómo se
van a invertir las ganancias, no tienen por qué responderle a la ciudadanía. A los cargos de
mayor responsabilidad o gravedad editorial se asciende por decreto, no hay que cumplir
con ninguna norma, con ninguna exigencia profesional. A diferencia de los bienes y la
riqueza generada por las empresas públicas, a los que se le dará – se supone, un fin
público – los bienes y las riquezas generadas por los medios de comunicación se heredan
en familia o se comparten entre accionistas selectivos.
Por muchos años, esta crítica solía despacharse de un modo bastante infantil: la libertad
de prensa, se decía, es un derecho sagrado que no puede limitarse. O se responde a la
defensiva con un juego de palabras que se figura gracioso: “la mejor ley de prensa es
la que no existe”. Se pensó, además, en que el carácter profesional de los periodistas
sería suficiente para garantizar la autonomía y la calidad. Las tres respuestas han hecho
crisis en nuestros días. Los estudios demuestran que los criterios comerciales ocupan
el primer orden en las prioridades de los actuales medios y que, en consecuencia, se
ha debilitado la cultura profesional. Se habla por eso de una crisis de identidad en el
periodismo.
Podría considerarse una cuarta respuesta: la que práctica la radio con aparente éxito
comercial. Una pretendida “democracia directa” que permite que cualquiera diga lo que
quiera. Pero bien sabemos que ese esquema populista conduce tarde o temprano a la
reiteración de sólo algunos puntos de vista, a la manipulación disimulada, y en muchos
casos, a la impunidad.
El público, por otra parte, se ha ido acostumbrando a esta situación en la medida en que
no se le toma en cuenta. Su tarea es consumir, no participar.
Dicho todo esto, pensemos ahora en un cuadro totalmente distinto. Si otra fuera la
realidad, si en cambio tuviéramos un público bien informado sobre la naturaleza de
los medios, exigente con relación a los contenidos y las formas, y con una ardiente
36 ~ Memorias 2005
voluntad de participar en su orientación general. Se trataría, claro está, de un público
ideal, de ciudadanos conscientes de que los medios de comunicación ocupan el lugar
donde hoy se delibera sobre su futuro, o se envilece su presente, o se desatienden sus
prioridades sociales... Si tuviéramos, repito, un público así, lo cierto es que no existirían
hoy instrumentos o mecanismos para canalizar esa participación.
Así, pues, preguntamos: ¿Qué podemos hacer para democratizar los medios de
comunicación? ¿Qué medidas se podrían tomar para, por un parte desarrollar ese público
exigente, y por otra lograr su participación activa sobre los medios de comunicación?
Primero: que los medios son hoy el lugar más poderoso de la cultura y la comunicación
social;
Visto desde el sentido común, sabemos que toda la política no puede reducirse a
imágenes, sonidos o manipulación simbólica, pero sabemos también que sin ellos no
hay posibilidad de obtener o ejercer el poder. Porque, como dirá Manuel Castells:
El estadounidense Daniel Hallin y el italiano Paolo Mancini, entre muchos otros autores,
han publicado una serie de estudios comparados en los que se revela este nuevo lugar
que ocupan los medios. De ahí surge una conclusión provocadora: vivimos, argumentan
Hallin y Mancini, una época en la que se ha pasado de la “lógica política” a la “lógica de
los medios”. Nuestro Antonio Pedreira traza una imagen muy similar, quizá mucho más
urbana, para describir el desplazamiento de la prensa tradicional a la moderna. Decía así,
refiriéndose al nuevo periódico noticiero y comercial: “La calle subirá a las redacciones y
el periódico aprenderá a circular por las calles”.
He aquí el dilema planteado en los términos más simples: ¿pueden o no pueden los ciudadanos
tener una participación en la vida de los medios de comunicación, que son sus calles, sus
lugares de encuentro modernos? Si eso es así, la verdadera democracia tiene un reto
fundamental: ¿cómo hacer políticas públicas para los medios de comunicación, sin violar el
derecho a la propiedad privada y salvaguardando al mismo tiempo el mejor interés público?
Así cómo se regula el tránsito de vehículos, en el mejor interés de salvar la vida de los
seres humanos; o de la misma manera en que el Departamento de Salud recomienda una
dieta balanceada, los medios de comunicación comercial deben someterse al escrutinio
Memorias 2005 ~ 37
público. Como diría Ramonet, los medios de difusión constituyen hoy el único poder que
no tiene contrapesos. Los partidos políticos tienen las elecciones; el poder Ejecutivo, el
sistema judicial; los patronos tienen los sindicatos. Los medios no tienen a nadie.
38 ~ Memorias 2005
Puede establecerse, como en otros países, un Consejo de Calidad sobre Medios de
Comunicación que vele por el interés público y cultural.
1Citado por Ariel Jerez y otros en Medios de comunicación, consumo informativo y actitudes políticas
en España. Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 2000, p. 24. (Castells 1997, p. 344)
Memorias 2005 ~ 39
Crímenes contra la prensa: no
más impunidad a los agresores
3 de mayo de 2005, Día Mundial de la Libertad de Prensa, Teatro de la Facultad de
Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, copatrocinadora del foro.
Moderadora: Helga I. Serrano.
Ninguno de los 285 periodistas asesinados en las Américas en los últimos 17 años, a un
escalofriante promedio de 16 por año, cayó en Puerto Rico. 116 de ellos fueron abatidos
en Colombia, 48 en México, 27 en Brasil. Lo siguen en número decreciente Perú,
Guatemala. Casi ningún país está exento de esta lista. Y lo que es peor, se han sumado
otros en los que no había casos en décadas, como Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
Considerando que un gran porcentaje de esos asesinatos fue cometido por miembros
del narcotráfico, el crimen organizado y por los lazos extendidos de la corrupción en
las actividades de la vida política, uno no puede dejar de preguntarse si los periodistas
puertorriqueños no están también expuestos a ese riesgo potencial. Más, si se tiene en
cuenta la estadística de la policía local que adjudica al narcotráfico la mitad de los 790
homicidios del 2004.
Hace un par de semanas envié a Idalia Gómez, una periodista que trabaja para nuestra
Unidad de Respuesta Rápida, al norte de México para investigar sobre Alfredo Jiménez
Mota, un periodista de El Imparcial de Hermosillo que desapareció el 2 de abril pasado.
40 ~ Memorias 2005
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Oradores A la izquierda, Leonardo A. Rivera, ganador del certamen de composición del CLP, presenta
a los panelistas: Oscar Serrano, Ricardo Trotti y Rafael Lenín López.
Idalia no dio con Alfredo, quien al momento de su desaparición había escrito sobre
negociados de los narcotraficantes. Idalia concluyó: “El periodismo se ha convertido en
una labor de alto riesgo en el norte mexicano. La corrupción, el caciquismo político o
económico y la intolerancia, son amenazas cotidianas. Pero investigar a las organizaciones
del narcotráfico, sus estructuras, operaciones, propiedades e intereses es prácticamente
firmar una sentencia de muerte”.
Otro sentenciado a muerte fue Francisco Ortiz Franco, en un caso que me resultó
particularmente doloroso. Francisco era editor de Zeta, un semanario en Tijuana, con
quien trabajamos juntos en la revisión del expediente judicial de Héctor Félix Miranda,
cofundador de Zeta y asesinado en 1988. Semanas después de que me envió sus
hallazgos de la revisión, Francisco fue objeto de una emboscada y frente a sus hijos lo
acribillaron. Miembros del cartel de los Arellano Félix no le perdonaron ser nombrados
en sus editoriales.
No todos los crímenes son cometidos por el narcotráfico. Las mafias del contrabando,
por ejemplo en la frontera entre Brasil y Paraguay cobraron la vida de varios periodistas.
En Colombia, las disputas territoriales entre los paramilitares, la guerrilla, el ejército, le
han costado la vida a muchos periodistas.
Memorias 2005 ~ 41
empresario que quería mantener perfil bajo con negocios millonarios que afectaban a
millones de personas. Héctor Félix Miranda descubrió y escribió sobre la corrupción en
el hipódromo de Tijuana.
Una conclusión similar la expresa el Comité de Protección de Periodistas, que de los 190
periodistas asesinados que registró en todo el mundo desde el 2000 a la fecha, 121 de
ellos fueron asesinados como represalia por su labor informativa.
Y aquí vale la pregunta: ¿Qué tienen en común todos estos crímenes? Las ejecuciones
del narcotráfico, de las mafias, de la corrupción, incluso del fuego cruzado…
Además de que son efectuados para “comprar” silencio, la respuesta más dolorosa es
que ¡la mayoría permanece impune!
Y cuando se alteran los valores, y no se hace nada para remediarlo se corre el riesgo de
crear una cultura de trabajo en donde la autocensura pasa a ser un hábito.
¿Qué aprendimos de esas seis investigaciones? ¿En qué nos ayudaron para combatir
la impunidad?
Algunos ejemplos:
El caso de Irma Flaquer, incluso ante el escepticismo de sus propios familiares, después
de cinco años de negociaciones con el gobierno, logramos que en el año 2000 (¡20 años
después de su desaparición!) el Estado se adjudicara la responsabilidad internacional.
Se reabrió el caso asignándosele un fiscal especial, se honró a la víctima con una
indemnización económica para sus familiares, una calle de la ciudad de Guatemala ahora
lleva su nombre, así como una biblioteca y una beca para estudiantes de periodismo.
El caso de Jorge Carpio Nicolle fue más allá de la Comisión. En julio del 2004, el presidente
guatemalteco Oscar Berger admitió la responsabilidad internacional del Estado antes de
que la Corte Interamericana dictara sentencia.
En México, firmamos un acuerdo con el gobierno por el cual se nos permite, junto con
los poderes judiciales de los estados, revisar los expedientes judiciales. El proceso de
revisión ya lo iniciamos en Tijuana y Ciudad Juárez. Hemos encontrado que en los casos
de Oropeza y Félix Miranda sí hubo irregularidades en los procesos investigativos y de
encausamiento. Las autoridades de la época han hecho lo imposible por tapar evidencia
para detectar móviles relacionados a la labor periodística de las víctimas. Los casos han
sido reactivados.
Debido a nuestra denuncia continua de que la corrupción en los poderes judiciales de los
estados no permite combatir con eficiencia la impunidad, pedimos al presidente Vicente
Fox, que el gobierno nacional absorba a nivel federal las causas de los asesinatos contra
periodistas. Por primera vez en la historia de ese país, el caso de Francisco Ortiz Franco
fue absorbido el año pasado y semanas atrás los de Guadalupe García Escamilla, Raúl
Gibb Guerrero y Alfredo Jiménez Mota.
Los seis casos que hemos visto no son los únicos. Desde 1995, hemos documentado 56
casos de asesinatos contra periodistas. De ellos, 10 han sido admitidos por la CIDH.
En todo el proceso de trabajo nos dimos cuenta que investigar las causas y consecuencias
de la impunidad no eran suficientes. Como dijo Alberto Ibarguen, director del The Miami
Herald y uno de los líderes detrás de este proyecto: “Los periodistas sabemos hacer dos
cosas muy bien, investigar y hacer publicidad”.
Con ello en mente, creamos una campaña de educación pública para acabar con la
impunidad. Sabemos de la enorme presión que pueden sentir los gobiernos cuando la
opinión pública reclama por soluciones y convencida, alza una bandera. Desde hace dos
años, mensualmente, 300 periódicos publican un aviso invitando a los lectores a entrar en
www.impunidad.com para firmar cartas que son enviadas de inmediato a los gobiernos
reclamando que se esclarezca un crimen determinado.
44 ~ Memorias 2005
En materia de prevención, estamos
adiestrando a periodistas a lidiar con
situaciones hostiles y de riesgo. Más
allá del entrenamiento que recibieron
414 periodistas hasta el momento,
lo importante es que en general los
periodistas están hablando sobre tomar
precauciones para hacer coberturas
mejores y más seguras, palabras no muy
Sin embargo, estoy convencido que en países donde equitativamente se aplican castigos
e incentivos, donde existen poderes judiciales fuertes, independientes y eficientes,
existen mayores posibilidades de acabar con la impunidad y disuadir a los violentos.
Otro de los antídotos que estoy convencido arroja resultados, es la denuncia permanente
y sistemática que los medios de comunicación deben hacer sobre cada ataque a la libertad
de prensa y de expresión, aun sobre aquellos hechos que afecten a la competencia o
conflictos que se libren en lugares distantes.
La libertad de prensa, la lucha contra la impunidad no debe ser una lucha entre los
gobernantes y los periodistas y tener al resto de los ciudadanos como meros espectadores.
Se necesita un compromiso mayor.
Y para ese compromiso, nada mejor que las palabras que pronunció la premio Nobel
de la Paz, Rigoberta Menchú, en una de nuestras conferencias hemisféricas contra la
impunidad: “Investigar, establecer la veracidad de los hechos, aunque sea doloroso,
es dejar una huella imborrable en la historia de nuestros pueblos. Los medios de
comunicación tienen la responsabilidad de investigar y de contribuir a que se castigue y
enjuicie a los responsables. (Pero) La impunidad es una lucha que tenemos que encarar
todos los ciudadanos”.
Muchas gracias.
Memorias 2005 ~ 45
FORO PÚBLICO: “CRíMENES CONTRA LA PRENSA: NO MáS IMPUNIDAD
A LOS AGRESORES”
Es muy fácil que veamos este video que nos ha presentado el compañero Ricardo Trotti e
inmediatamente creamos un falso sentido de comunidad porque uno no se imagina que
esto pasa en Puerto Rico. Afortunadamente, todavía no nos imaginamos eso. Pero yo
quiero orientarles del peligro de ese sentido falso de comunidad. Quiero orientarles de
todas las cosas que no estamos haciendo ninguno de nosotros para evitar que lleguemos
a eso porque las instancias de agresión que relató el compañero Rafael Lenín estuvieron
separadas de ese tipo de violencia solamente por intervención divina porque en alguna
ocasión no había realmente nada que lo detuviera.
Nos está pasando algo muy grave que nos acerca otra vez a esas fotografías que vimos
que el compañero Trotti nos trajo. Aquí hay agresión. Mucha. No hay agresión física,
pero hay agresión verbal. Hay agresión a la reputación. Hay agresión a la integridad.
Hay agresión al sentido ciudadano que tenemos todos aunque seamos periodistas. Hay
agresión profesional. Hay amenazas. Hay amenazas de que nos quedamos sin trabajo.
Hay amenazas de sufrir agresiones. Así que realmente no podemos estar tan cómodos,
como estoy seguro que todos ustedes se sintieron después que vieron el video y dijeron,
“ah, que bueno que eso no pasa aquí”. Pero sí pasa, pasan cosas que no vemos.
46 ~ Memorias 2005
Cuando el compañero Trotti hablaba de lo efectivo que es la denuncia permanente,
sistemática que los medios deben hacer aun a los hechos que afectan a la competencia.
Estamos hablando de algo que aquí no hacemos. Y que tenemos que hacer. Y que tenemos
que hacer nosotros mismos. Cuando un compañero es víctima de agresión, cuando un
compañero es víctima de agresión de palabra, o física como fue el compañero Araújo
tenemos que preguntarnos, ¿estamos siendo los demás suficientemente solidarios,
los medios de comunicación están siendo suficientemente solidarios unos con otros, o
están permitiendo que el pozo del que todos bebemos esté contaminado? También nos
hemos dado cuenta de que tenemos que seguir bebiendo de ese mismo pozo.
Y recordaba también yo una máxima de Luis Muñoz Rivera, una de nuestras figuras más
importantes en el periodismo, y en la política. Algo que él decía que nosotros no estamos
haciendo y deberíamos de hacer. El señor Rivera decía que él estaba dispuesto a defender
su pluma con su espada. Y si tenía que ir a duelo con alguien por algo que él había escrito,
iba. ¿Estamos recogiendo esa actitud de Luis Muñoz Rivera dentro de los parámetros
de esta sociedad? ¿Estamos siendo suficientemente productivos cuando somos objetos
de agresión? ¿Estamos actuando suficientemente rápido? ¿Estamos actuando con la
suficiente integridad, con la suficiente altura, con la suficiente contundencia cuando
somos víctimas de agresión? Yo les sugiero que no lo estamos haciendo. Yo les sugiero
que hay mucho espacio para mejorar.
Los medios de comunicación son centros de poder. Los periodistas en el sistema actual
somos, además de que tenemos voces independientes y propias, en una estructura
comercial somos empleados de un medio de de comunicación. De esa forma los medios
de comunicación tienen mucha más responsabilidad en asumir de estas funciones que
les estoy describiendo Tienen mucha más obligación también de hacerlo. Y no lo están
haciendo. No lo están haciendo de manera suficientemente general.
Vuelvo al ejemplo de ahorita. ¿No estamos así por contaminar el pozo que todos bebemos?
Las estaciones de radio que también como política editorial por encima de la mesa o por
debajo de la mesa permiten que se fomente ese tipo de agresión, permite que se siembre
cizaña o que se quiera agredir la reputación de un periodista como respuesta a un trabajo,
Memorias 2005 ~ 47
cuando la respuesta a un trabajo periodístico son los hechos. En nuestro sistema, el
que se sienta agredido por un trabajo periodístico tiene la verdad como defensa igual. El
periodista tiene la verdad como un escudo, pero si la utiliza mal, se queda descubierto.
Hay realmente medios para hacer lo que no estamos haciendo ahora. Más que nada, ya
que el compañero López cubrió muchos de las instancias específicas de agresión, quiero
recalcar la necesidad de que todos estemos más alertas a las cosas que nos suceden,
a las cosas que suceden a nuestro alrededor, a que como periodistas, como directores
de medios, como personas que tienen el control de unas páginas editoriales estemos
más alertas y nos preguntemos cada día qué estamos haciendo para evitar que mañana
tengamos un titular en Puerto Rico de que a un periodista lo asesinaron por su trabajo.
Gracias.
48 ~ Memorias 2005
FORO PÚBLICO: “CRíMENES CONTRA LA PRENSA: NO MáS IMPUNIDAD
A LOS AGRESORES”
El título del foro “Crímenes contra la prensa” nos causa en principio alarma y hasta
cuestionamiento sobre la pertinencia del tema en nuestro país, donde para muchos pasan
desapercibidos los ataques y agresiones de los cuales somos objeto los periodistas.
Si es bien cierto que en Puerto Rico no sufrimos con una incidencia de asesinatos y
agresiones graves, secuestros a periodistas como sufren hermanos de otros países, es
nuestro deber estar al tanto como nos ha informado esta noche el señor Trotti, de lo que
sufre el periodista, y condenarlo, porque el ataque contra un periodista es un ataque a
la libertad de prensa y fundamentalmente a la libertad que tenemos los seres humanos
de expresarnos.
El hecho de que en nuestro país no veamos casos tan dramáticos como los que
sufren compañeros periodistas en otros lugares del mundo, ello no debe ser motivo de
celebración. Durante este pasado año muchos de ustedes sabrán que las organizaciones
periodísticas hemos tenido que salir públicamente a condenar actos de agresiones físicas
y ataques verbales, entendiendo que esa violencia pudiera generar en hechos graves.
El período más crítico lo vivimos durante la pasada campaña electoral, cuando de manera
institucional el partido político, el Partido Nuevo Progresista, realizó una campaña de
insultos y acusaciones falsas contra los que fiscalizamos a su presidente. La campaña de
ataques verbales vino acompaña de incitaciones a sus seguidores para que impidieran la
labor de los periodistas en las actividades proselitistas de esa colectividad al punto que
durante una de las actividades la compañera presidenta de la Asociación de Periodistas,
Daisy Sánchez, quien se encuentra aquí con nosotros esta noche, tuvo que recibir
protección policíaca mientras cubría un evento político. Todavía al día de hoy resulta en
ocasiones difícil cubrir las actividades a las que nos convocan ante la intolerancia de sus
más violentos fanáticos.
El ataque político no fue el único del cual periodistas fueron objeto este año. La falta
de control sobre una situación de emergencia en la que algunos policías durante una
toma de rehenes de un centro comercial de Bayamón, como recordarán, llevó a oficiales
Memorias 2005 ~ 49
a arrestar violentamente y detener por varias horas y con el uso de la fuerza que no
utilizaron contra el secuestrador al fotoperiodista Xavier Araújo del periódico El Nuevo Día
que cubría la escena. Todavía no hemos acciones correctivas concretas de la dirección
policíaca para evita que algo así vuelva a ocurrir.
En fin, los periodistas puertorriqueños que en alguna otra forma también hemos sido
objeto de la intolerancia que es producto de la poca compresión que se tiene sobre la
importancia de la labor de los periodistas en la sociedad. Tenemos que trabajar juntos para
que los periodistas laboremos cada día con más libertad. Libertad, que en ocasiones, para
desgracia nuestra, tenemos que combatir dentro de las mismas redacciones cuando las
empresas periodísticas terminan respondiendo a sus intereses económicos antes que
al derecho que tiene el pueblo de recibir toda la información posible. Los periodistas en
Puerto Rico, y en todas las partes del mundo, tenemos que ser más enérgicos también
en condenar cuando no se publican historias porque afectan las pautas comerciales,
cuando sacan a reporteros de cubrir fuentes por presiones indebidas como hemos tenido
aquí en el pasado por presiones de políticos, jueces, agencias de publicidad y grandes
empresarios. En la lucha contra la autocensura está también en nuestra agenda en este
Día Mundial de la Libertad de Prensa.
Muchas gracias.
Rafael Lenín López es presidente del Overseas Press Club of Puerto Rico (OPC) y reportero de
Televicentro, Canal 4.
50 ~ Memorias 2005
FORO PÚBLICO: “CRíMENES CONTRA LA PRENSA: NO MáS IMPUNIDAD
A LOS AGRESORES”
COMPOSICIÓN GANADORA
La libertad de prensa: una luz que permite observar
lo que ocurre en una democracia
Leonardo A. Rivera
Los puertorriqueños y demás ciudadanos que conviven en esta preciosa isla del encanto,
disfrutan y aprecian hoy ese valioso tesoro que son los derechos civiles. Son éstos
los que garantizan una serie de libertades de igual manera a todos los ciudadanos. Sin
embargo, no siempre fue así.
Los derechos civiles son aquellos derechos humanos que se han convertido en ley. Son
parte de la Constitución de Puerto Rico y se consideran esenciales dentro del sistema
democrático que se disfruta en el presente. Sistema que permite que los ciudadanos
puedan actuar libremente, de acuerdo con un marco de derechos establecidos por el
documento base de las sociedades democráticas, que no es otro que la Constitución.
En ella se consagran las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos como
el derecho a la vida, a la libertad y al disfrute de la propiedad. Además reconocen y
garantizan la libertad de expresión y la libertad de prensa, que junto a otros derechos se
constituyen en pilares de nuestra democracia
Memorias 2005 ~ 51
Por un lado, la libertad de expresión permite al ciudadano manifestar su opinión sobre
cualquier asunto sin impedimento alguno de parte del gobierno. Mientras que por el
otro, la libertad de prensa le da al ciudadano la posibilidad de publicar lo que desee o de
expresarse a través de los periódicos, la radio y la televisión sin temor a penalidades,
aunque las publicaciones están sujetas a ciertas limitaciones. La libertad de prensa, por lo
tanto, es importante para la democracia puertorriqueña, ya que garantiza al ciudadano el
derecho de escribir artículos en los periódicos, revistas o folletos. En los mismos pueden
exponer su punto de vista, y sus opiniones sobre diversos temas, siempre y cuando el
periódico o la revista decida publicarla.
También es el vehículo a través del cual los puertorriqueños en forma individual o colectiva
pueden presentar los problemas que le afectan en sus comunidades. De esta manera
hacen sentir su deseo de que haya una pronta solución a los mismos o por lo menos que
las agencias de gobierno o las entidades pertinentes los conozcan.
Pero la libertad de prensa es mucho más. Permite a los periodistas y a los escritores
publicar en los editoriales o en las columnas de los periódicos y revistas, aquellas
opiniones y comentarios que quieran exponer al público, aunque sea criticando la gestión
gubernamental, o alguna otra entidad de la sociedad puertorriqueña. Es la libertad de
prensa la que le da la oportunidad a cualquier ciudadano en su carácter personal o como
miembro de un grupo, a que pueda imprimir y distribuir hojas sueltas, carteles, rótulos
o circulares que expresen sus ideas sobre los asuntos del país. Es este derecho, el
responsable de que cada ente social, en esta democracia, disfrute de la libertad de
participar, ya sea por vía telefónica, fax, correo electrónico o cartas, en los programas de
televisión o radio o secciones de los periódicos, comunicando sus opiniones sobre los
asuntos políticos, sociales, económicos y culturales.
52 ~ Memorias 2005
La democracia es el árbol frondoso que nos
cobija a todos. Mientras que las libertades de
expresión y prensa son las raíces que nutren
al árbol de la democracia. Si lastimamos la
raíz de la libertad de prensa, el árbol de la
democracia se debilita y se va muriendo
lentamente. Por lo tanto, es imperativo que
cada individuo dentro de esta hermosa Perla
del Caribe entienda la importancia de la
libertad de prensa para todos. Aprendamos
a vivir en una democracia. Respetemos y
valoremos la libertad de prensa.
Memorias 2005 ~ 53
LAS FUENTES CONFIDENCIALES
EN EL PERIODISMO
29 de septiembre de 2005, 7:00 p.m., Salón Ochoteco, Colegio de Abogados, copatrocinador
del foro. Moderadora: la periodista Perla Sofía Curbelo.
Varias definiciones nos sirven como preámbulo del tema que propicia este foro y, a
la par, nos suscitan unas interrogantes que de seguro ayudarán a sostener un debate
inteligente.
54 ~ Memorias 2005
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Oradores Desde la izquierda, Perla Sofía Curbelo, licenciado Antonio Negrón García, Yolanda Vélez
Arcelay, Manny Suárez y Leonor Mulero.
Varias definiciones nos sirven como preámbulo del tema que propicia este foro y, a
la par, nos suscitan unas interrogantes que de seguro ayudarán a sostener un debate
inteligente.
Memorias 2005 ~ 55
El Juez del Supremo Federal Hugo L. Black, caracterizaba de esencial la confidencialidad
de las fuentes de información. “Sólo una prensa libre, no encubridora, puede revelar al
pueblo el engaño del Gobierno” Con esta frase ponía de relieve la necesidad del llamado
periodismo investigativo, mediante el cual una prensa activa y crítica, sin ataduras,
denuncia la corrupción, destapa encubrimientos y viabiliza acusaciones por delitos graves
cometidos por funcionarios públicos o relacionados con el poder político, económico,
social, etc. Sin las fuentes confidenciales, gran parte de la información se perdería y con
ella también se echaría a perder información veraz, base de la convivencia y de la vida
democrática. Usamos la palabra “veraz” pues antes de publicar información originada por
fuentes confidenciales, una lealtad absoluta hacia la verdad, justifica que todo periodista
esté en la obligación de comprobarla.
En su disidencia, el juez Potter Stewart expresó que el obtener noticias supone el derecho
a una relación confidencial entre el periodista y su fuente, con la promesa de que ciertos
nombres o circunstancias se mantendrán reservados. Si ese vínculo quedase sometido
al poder irrestricto del gobierno para citar como testigos a los periodistas, los derechos
de la prensa se afectarían de modo significativo, pues las fuentes dejarían de confiar y
no divulgarían información. Semejante escenario representaría una autocensura a los
medios de comunicación. Dicho magistrado elaboró un estándar tripartito, imponiéndole
al Estado la obligación de demostrar: (i) la relevancia de la información; (ii) la inexistencia de
fuentes alternas y; (iii) el interés apremiante gubernamental de obtener la información.
Estos hechos plantean nuevamente varias preguntas. ¿Debe quedar al criterio del juez
el secreto periodístico? ¿Es cuestión de la mayor o menor gravedad del delito? Si en
56 ~ Memorias 2005
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Durante el foro El licenciado Antonio Negrón García aborda el ángulo legal en torno a las fuentes confidencia-
les que utilizan los periodistas.
cada caso la discusión gira en torno a la naturaleza del delito, su grado y otros factores
subjetivos y objetivos, ¿no estaríamos ante el peligro de confrontarnos con una norma
imprecisa que dependerá de tantos criterios como jueces haya? Quizás, como en otras
áreas del derecho, ese sea el único curso de acción judicial.
En nuestro ordenamiento jurídico no existe legislación que reconozca y proteja las fuentes
confidenciales de los periodistas. El supuesto más parecido es el de los confidentes de
la Policía. Nos referimos a aquella persona que desea permanecer en el anonimato (sin
dar la cara), por temor a la venganza u otras razones, o porque la propia Policía no desea
revelar su identidad para no “quemarlo” como futura fuente de información. La doctrina
jurisprudencial ha resuelto que si la negativa de la Policía a revelar el nombre del confidente impide
a la defensa tenerlo como testigo y su testimonio es esencial (pues podría demostrar la
inocencia o reflejar las inconsistencias en la prueba de cargo), imperativos del debido
proceso de ley y una noción de lo justo requerirían que se conozca la identidad.
De acuerdo con esta analogía, parecería que el derecho al secreto periodístico debería
tener ciertas limitaciones, al menos en la actividad probatoria penal. Aunque en cualquier
sociedad política una prensa libre y crítica es esencial, este ejemplo invita a pensar si
el sostener incondicionalmente la confidencialidad en ciertas circunstancias, podría
representar un trato injustamente discriminatorio para otras modalidades del secreto
profesional (clientes de abogados, médicos y contables; feligrés-religioso; cónyuges;
psicoterapista-paciente) y, además, un daño quizás mayor del que se pretende evitar.
Más allá del ámbito penal, pensemos en la situación que se presenta cuando la información
recibida y publicada es falsa, producto de la manipulación maliciosa de la fuente y su
publicación causa daños a terceros. Entonces, revelar dicha fuente eximiría de culpa al
periodista engañado y obligaría al informante espúreo a asumir su responsabilidad. Si
impusiéramos una confidencialidad absoluta, ¿no estaríamos propiciando que las más
dolosas, calumniosas, vengativas e infames informaciones pudieran quedar impunes?
Sin lugar a dudas, existe una estricta relación entre la libertad de expresión, el derecho
a la información y la formación de la opinión pública. Como denominador común, todos
implican un proceso que involucra la búsqueda, el análisis, la elaboración y la publicación.
Estos procesos se encuentran influenciados por los intereses de los grupos sociales,
incluso la prensa institucionalizada representada por las grandes y pequeñas empresas.
Sin embargo, en la llamada era de la comunicación, las nuevas tecnologías han alterado
el sistema y su tradicional escala valorativa. El modo de elegir y ofrecer las noticias
(capacidad y rapidez), no sólo determina la agenda de lo importante, sino que llega incluso
a construir la realidad social. Los medios influyen en el modo en que el destinatario
organiza su conocimiento y también en su significación valorativa.
La libertad de expresión no sólo se manifiesta oralmente, por escrito, por imagen televisiva
o mediante otras formas impresas o artística, sino a través de “Internet”, revistas, hojas
sueltas, panfletos, boletines, altavoces, pancartas, cruzacalles, grafittis, etc. En pura teoría
democrática, cualquier persona que utilice estos modos de expresión está “publicando
sus ideas”. Según esta óptica, una interpretación amplia de los derechos de las personas
podría llevarnos a expandir desmesuradamente el concepto “prensa” y “periodismo”.
A su amparo, potencialmente todo ciudadano podría constituirse en “prensa” y, por
ende, gozar del derecho a no revelar su fuente de información. Semejante interpretación,
¿acaso no desvirtuaría el texto y espíritu de la Constitución?
58 ~ Memorias 2005
función informativa afirmada por los representantes de la prensa organizada en los casos
presentes también es realizada por los oradores, encuestadores, políticos, novelistas,
investigadores académicos y dramaturgos. Casi cualquier autor puede afirmar de forma
bastante precisa, que está contribuyendo con el flujo de información hacia el público, que
se sirve de fuentes confidenciales de información y que seas fuentes serán silenciadas si
él es forzado a hacer revelaciones ante un gran jurado”.
El licenciado Antonio S. Negrón García es juez asociado retirado del Tribunal Supremo de
Puerto Rico y miembro de la Junta Asesora del CLP.
Memorias 2005 ~ 59
FORO PÚBLICO: “FUENTES CONFIDENCIALES EN EL PERIODISMO”
Quiero comenzar por agradecer al Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico y a
sus directivos esta invitación para conversar sobre el tema tan crucial de la protección de
las fuentes de confidencialidad.
Para mí es un gran placer compartir este espacio de reflexión con el respetable ex juez
asociado del Tribunal Supremo, Antonio Negrón García, y con colegas que han aportado
muchísimo al periodismo en Puerto Rico, Yolanda Vélez Arcelay y Manny Suárez.
Me gustaría comentar sobre varios puntos que atañen a la confidencialidad de las fuentes,
desde el punto de vista de nuestra experiencia práctica.
El primero trata sobre algo que parece obvio, pero merece recalcarse: la fragilidad de las
fuentes.
Permítanme contarles una historia. Hace un tiempo, tuve la suerte de dar con una fuente
bien conocedora sobre las interioridades de un caso de corrupción. Me aseguré que la
fuente fuera independiente; es decir, que no estaba amarrada a ninguna ideología política
o vendetta personal. Su razón para divulgar información era el interés de que el público
supiera una información importante sobre un desfalco de fondos públicos.
Hice lo indecible por proteger a mi fuente. Para darles una idea, les puedo decir que nunca
hablamos por teléfono. Los acercamientos se produjeron en la más absoluta discreción.
Luego de hacer las verificaciones de rigor, se publicaron unas informaciones que causaron
revuelo. Se molestó la parte investigada porque la información detallaba aspectos de
la alegada apropiación de fondos y algunas de sus ramificaciones. Y se molestaron los
investigadores, celosos de su investigación.
Como suele suceder en esos casos, se desató una cacería de brujas. Estaba medio
mundo buscando a mi fuente.
No creo que esa fuente haya estado en peligro real de ser descubierta. Pero si alguno de
ustedes tuviera la oportunidad de conversar con esa fuente, es posible que le diga que
siente que mis artículos la dejaron al descubierto.
Esas cacerías de brujas son tan terribles que las fuentes se aterrorizan, se intimidan y lo
piensan mucho antes de revelar información.
60 ~ Memorias 2005
La persecución de las fuentes no es cosa de abstracto. La persecución de las fuentes
pone en peligro el empleo, la salud mental, la libertad y hasta la vida de personas, en
ciertos casos.
He sabido de personas que han perdido el empleo, que han sido marginadas, desacreditadas
y hostigadas, incluso por haber sido señaladas erróneamente como fuente.
Las fuentes confidenciales son vistas como enemigos naturales por aquellas personas,
organizaciones, compañías privadas y gobiernos que ocultan ilegalidades o malas prácticas.
No tengo duda de que la protección de las fuentes fue un factor crucial en la investigación
que realizó el compañero Manny Suárez sobre los trágicos acontecimientos en Cerro
Maravilla. Manny y su compañero Tomás Stella dejaron un modelo de investigación para
todas las generaciones de periodistas.
Y no olvidemos por lo que pasó la colega Daisy Sánchez cuando, años atrás, las
autoridades federales tomaron acciones para intentar obligarla a revelar su fuente, que, al
fin y al cabo, no era otro que el entonces evadido de la justicia, Filiberto Ojeda Ríos. Con
los acontecimientos de días atrás, hoy podemos confirmar que Daisy hizo bien al hacer
todo lo que estuvo a su alcance por proteger a su fuente.
Otro punto importante es que la rigurosidad y la seriedad del trabajo periodístico van de
la mano del esfuerzo por proteger a las fuentes.
En una ocasión, una fuente confidencial me informó sobre una asignación de fondos a
una organización bajo escrutinio. Según la fuente, la forma en que se hizo esa asignación
evidenciaba el alegado interés del Gobierno de favorecer ilegalmente a esa entidad
privada. Eso probaría que había un desfalco de fondos concertado.
Pensé varias cosas. Quizás el funcionario supuestamente corrupto quiso despistar sobre
su esquema de corrupción y aplicó el mismo procedimiento a las entidades honestas.
Puede ser que el funcionario ignorara el funcionamiento del Gobierno. O quizás todas las
organizaciones, incluidas las monjitas de la caridad, son corruptas y hay que investigarlas también.
Lo que sí yo sabía era que, no podía reportar únicamente los datos provistos por la fuente.
No podía ignorar las circunstancias completas de las asignaciones de esos fondos.
Tampoco había que descartar la posible corrupción de la organización bajo sospecha,
pero habría que evidenciarla con otros ángulos.
Memorias 2005 ~ 61
Los periodistas y los medios informativos trabajamos en un ambiente de gran
competencia por noticias exclusivas. Trabajamos al ritmo acelerado que nos imponen
los nuevos desarrollos tecnológicos. Además, como humanos, cometemos errores. Y de
eso tratan de aprovecharse las fuentes que no dicen la verdad o la dicen a medias.
Yo me pregunto si situaciones como la que les conté tendrán alguna relación con los
casos que, después de tanta cobertura en los medios, se caen en los tribunales debido
a investigaciones incompletas. Por eso, la rigurosidad periodística es esencial para la
solidez de la información publicada y para la protección de las fuentes.
Pero, a pesar de los peligros que nos acechan, hay producción de calidad, no sólo en
prensa escrita, sino en medios electrónicos.
Oscar investigó por su cuenta con fuentes cruciales e independientes para obtener otros
datos que hicieran relucir los verdaderos hechos. El resultado fue que las pesquisas de las
autoridades gubernamentales llegaron a las mismas conclusiones que la del periodista.
Como decía Carlos Castañeda, para ser periodista hay que tener una buena suela de
zapatos: es decir, buscar en lo posible las cosas por uno mismo.
Cuando era corresponsal en Washington, D.C., escribí una nota general sobre la petición
de clemencia que se hizo al presidente Bill Clinton para liberar a los presos políticos
puertorriqueños.
En ese tiempo las negociaciones sobre la libertad de los presos estaban en pañales y
las posibles fuentes oficiales y extraoficiales estaban herméticas. De todos modos, me
puse a indagar. Toqué muchas puertas, pero no podían ayudarme porque el círculo seguía
cerrado. Un día di con una fuente clave. Pero esa fuente, quizás por diversas razones,
me decía muy poco o nada. Insistí con paciencia durante meses. Un buen día, la fuente
me contó los detalles de la clemencia que Clinton iba a otorgar y que sólo conocían un
puñado de personas en la Casa Blanca.
Fue un momento de gran disyuntiva para el periódico: lo único que teníamos era la palabra
de una persona cuya identidad sólo yo conozco. Nadie más hablaba del tema y no había
documentos. Pero el periódico creyó en mis gestiones y publicamos en exclusiva, días
antes del anuncio presidencial, una noticia que normalmente lanzan primero los medios
estadounidenses. En Puerto Rico hubo gente que no me creía y creo que hasta dijeron
que yo estaba loca y que era disparatera porque la clemencia no se daría todavía, si es
que se daba.
62 ~ Memorias 2005
Al final, El Nuevo Día pudo llevar la delantera en casi todos las noticias que surgieron de
esa clemencia. En este caso, la noticia se iba a conocer como quiera, ya fuera adelantada
por El Nuevo Día, por otro medio o por el anuncio oficial de la Casa Blanca.
Pero, la confianza de los medios es bien importante para evitar que noticias de alto interés
público queden en la oscuridad, perpetuando males que se empeoran.
Sé que a todos nos preocupan las intenciones particulares que puedan tener ciertas
fuentes. Creo que también debe preocuparnos que se use eso de excusa para no publicar
informaciones. Hay que estudiar cada caso, asegurarse de que la información sea cierta y
determinar cuán apremiante es el interés público, el cual debe ser nuestro norte.
Pienso que las fuentes y las noticias son como muchachitas tímidas en un baile de
marquesina: están sentadas allí, esperando que alguien las saque.
La encarcelación de la periodista Judith Miller, del poderoso diario The New York Times,
y la decisión de la revista Time de entregar materiales, evidencian lo expuestos que
estamos todos los periodistas y medios a este tipo de represión por parte del Estado,
sobre todo en tiempos de predominio de políticas conservadoras.
Cualquier legislación para proteger a los periodistas de tener que divulgar sus fuentes
merece mucho estudio. Hay que asegurarse de que cualquier acción legislativa sirva
realmente a la protección de las fuentes y no valide al Estado como ente decisivo sobre
cuál fuente puede o no protegerse.
Creo firmemente en que la mejor protección de las fuentes confidenciales comienza por
la casa, con los periodistas y los medios.
Muchas gracias.
Memorias 2005 ~ 63
FORO PÚBLICO: “FUENTES CONFIDENCIALES EN EL PERIODISMO”
Tengo que decir lo que siempre digo en este tipo de foro. Es increíble cómo cuando uno
pasa las páginas del periódico se golpea con la historia. Y es increíble el momento en que
se da este foro y las coyunturas que estamos viviendo, la situación de la captura y muerte
de Filiberto Ojeda. Y precisamente como hace 15 años de esto, tengo que mencionar que
yo acompañé a Daisy Sánchez a Hartford, Connecticut, en la Navidad de 1991, luego de
que la citaran para que entregara el videocasete o lo que es inicialmente un borrador en
videocinta con la primera entrevista que Filiberto dio en el clandestinaje. A mí me tocaba
reseñar lo que ocurriese en Hartford con la suerte de Daisy en aquel difícil trance.
Tengo que decir que si no hubiese sido por un ardid de la directora de noticias en aquel
momento, Linda Hernández, Daisy a lo mejor hubiese tenido que cumplir cárcel, por
haberse negado a entregarlo. Linda, quien respetaba profundamente el principio de
respetar las fuentes, decidió que publicaría íntegramente en la televisión las cinta. Es
decir, se habían publicado previamente varios segmentos. El formato de los noticiarios
no aguanta una hora; se hizo por serie, y claro, cuando ocurre todo esto, decide pasarlo
íntegro. Así no había excusa para que los federales reclamaran el crudo original. Esa
acción, ese ardid de Linda Hernández fue suficiente para que cuando llegamos al tribunal
prácticamente la sesión en que estuvo Daisy durara muy poco tiempo. Yo estuve afuera:
no nos dejaron entrar. Duró como unos cinco o diez minutos. Cuando salen, el juez había
dicho que no era necesario que Daisy se sentara o que hablara o que ni siquiera dijera
que iba o no a entregar la videocinta. Porque ya se había cumplido con el propósito en
término del material que se publicó.
Pese a todo lo antes reseñado, debo decir que yo no estoy totalmente inclinada a pedir
que se garantice, mediante una ley o “shield law” la protección para no divulgar la fuente.
Y lo voy a ir manifestando a través de la ponencia. Para mí, el privilegio del periodista
64 ~ Memorias 2005
tiene carácter de contrato: la fuente me asegura que
su información es veraz y yo le aseguro que protegeré “La principal labor
su identidad. Una fuente no puede ni debe ser la
del periodista es
única evidencia para publicar una información, salvo
en rarísimas ocasiones. Si en el ejercicio de verificar evitar a través de
por otras vías yo descubro que esa fuente me está las denuncias los
intentando utilizar o mentir, el contrato queda nulo.
abusos de los que
El uso de fuentes no puede ser lo cotidiano, ya sea por tienen el poder; no
vagancia o indolencia. Es la excepción. El periodismo
unirnos a los que
se ha convertido en una de las profesiones que genera
más desconfianza. En Estados Unidos, una encuesta tienen el poder
de la empresa Harris, hecha en el 2002, reflejó que los para abusar de los
profesores cuentan con una alta credibilidad, de un 80
por ciento; los doctores tienen un 77 por ciento y los
indefensos.”
militares un 65 por ciento. Pero los periodistas sólo
tenemos un 39 por ciento. Y eso es en Estados Unidos. Aquí no hemos hecho esa encuesta,
pero quién sabe cuáles sean las estadísticas. De hecho, estamos acompañados de los
contadores públicos, y yo me pregunto no hablemos de los abogados, para nada, aunque
dicen que los periodistas somos pichones de abogados. Y uno se pregunta por qué ocurre
esto. Hay compañeros que dicen que nosotros, contrario a los médicos y abogados que
ocultan el “malpractice”, nosotros los publicamos. Y entonces, claro, cuando se publica
un error, éste cobra dimensiones catastróficas, se multiplica mil veces en periódicos, en
radio y televisión. Ahora que hay tantos medios, está proliferando la cantidad de personas
que llegan a los medios sin el debido conocimiento de aspectos elementales, como lo
son el funcionamiento de un gobierno y los tribunales. A este desconocimiento se suma
la carencia de ética de unos periodistas que inventan información. Y esa es una realidad:
mienten y ocultan datos en vías de buscar más “ratings” o de empujar algún proyecto,
impactando la vida de individuos e incluso la salud emocional colectiva.
Hay que buscar la respuesta de porqué hemos perdido credibilidad. La principal labor del
periodista es evitar a través de las denuncias los abusos de los que tienen el poder; no
unirnos a los que tienen el poder para abusar de los indefensos. Los reporteros como
(Bob) Woodward y Carl Bernstein del diario The Washington Post obligaron a renunciar al
presidente Richard Nixon tras haber descubierto una operación clandestina de espionaje
contra sus rivales del Partido Demócrata. Eso fue gracias a la credibilidad de los reporteros,
y el uso de fuentes anónimas, pero corroborando, siempre buscando documentación
que apoyara esa información.
De nada hubiese valido el uso de fuentes si los periodistas no hubiesen tenido prestigio
y credibilidad. Y la credibilidad se gana con un esfuerzo increíble. Casi es un sacerdocio
lograr esa credibilidad, buscarla. Pregúntense ustedes cuántos escándalos del mediodía,
basados en fuentes, escuchan ustedes diariamente por la radio. Y cuántos de esos
escándalos o seudonoticias realmente sobreviven hasta el otro día. Realmente son muy
pocos. Lo que quiere decir que hay un problema de credibilidad en esa información.
Memorias 2005 ~ 65
Recientemente se dio a conocer la identidad de la fuente de Woodward y Bernstein
apodada “Garganta Profunda” (“Deep Throat”), Mark Felt, entonces segundo al mando
en aquella época del Buró Federal de Investigaciones, FBI, y hoy un anciano de 91 años.
En el libro “Todos los hombres del presidente”, ambos periodistas detallan el intricado
proceso de la investigación. Sin la garantía de absoluto anonimato, difícilmente se
hubiese develado toda la conspiración política. Woodward y Bernstein cumplieron su
compromiso, su contrato de secretividad por 30 años y fue el propio Felt quien decidió
salir del anonimato recientemente.
La fuente es una herramienta robusta y poderosa, pero excepcional: sólo tiene sentido
activarla cuando los procedimientos abiertos y las fuentes identificadas resultan
insuficientes para acercarnos a la verdad. Y cuando los hechos que perseguimos tienen
indudable importancia. Lo normal y cotidiano es que la información publicada o difundida
contenga el nombre completo y la información pertinente del entrevistado. Las fuentes
anónimas se utilizan sólo cuando no hay más alternativas. No pueden ser lo cotidiano, lo
usual. Es cuando no hay más alternativas. Pero ahí no acaba la responsabilidad.
La información se debe confirmar a través de otras fuentes y por esa misma razón su
uso debe ser cuidadoso. Se han cometido enormes ligerezas en el uso de informantes
anónimos con dobles intereses, que han conducido a manipulaciones, errores y
falsedades y serios perjuicios a la credibilidad de la prensa. Esto tengo que decirlo con
nombre y apellido. Hay que recordar el caso de El Vocero, que publicó el mismo día
del debate entre los candidatos a las elecciones del 2002 la historia de una mucama
maltratada. El periodista, Jorge Luis Medina, alegaba que la entonces candidata Sila María
Calderón tenía oculta y maltrataba a una empleada doméstica dominicana, que residía
ilegal en la isla. El mismo día que se publicó el reportaje se desmoronó la historia. Todos
los implicados la desmintieron con evidencia. No hubo un mínimo de corroboración, ni
siquiera con los mencionados en el reportaje, aun cuando el periodista tuvo una semana
para verificar antes de su publicación. Y lo de la semana se sabe por la ligereza con que se
publicó la foto. Dejaron manifiesto aquí, en que aparece el periodista, aparece la mucama
y al lado del escritorio aparece la fecha en que se hizo esa entrevista. Precisamente el
periodista había hecho esa entrevista una semana antes. Mas aun, cualquier periodista
veterano tendría un mínimo de suspicacia tomando en consideración que la mucama
llegó a la Redacción del periódico de la mano de un político del partido contrario, Edwin
Mundo. Por favor.
66 ~ Memorias 2005
para atacar a una de las pocas voces que criticaron con argumentos los motivos del
actual gobierno para emprender la guerra en Irak. El disidente en cuestión era Joseph
Wilson, ex diplomático y esposo de Valerie Plame, quien concluyó tras un viaje a Nigeria
que no existían pruebas para afirmar que Sadam Hussein había intentado comprar uranio
en ese país, desmintiendo así el principal argumento de Bush para atacar al país. En
lugar de cuestionar esas afirmaciones – las de Bush – de que había armas en Irak, la
prensa ayudó a miembros de la Casa Blanca a “quemar” la identidad de la agente como
represalia contra el disidente, que era su esposo.
Yo tengo que decir también que cuando aprendí a guiar tuve que convencer a mis papás
para que me dieran el privilegio de guiar, que yo tenía la madurez suficiente para guiar.
Y antes de que se legisle el privilegio que estamos reclamando, que están reclamando,
tenemos que convencer o convencernos a nosotros mismos de que tenemos la madurez
paras ejercer ese privilegio.
Lo pongo ante ustedes, porque no todo el que es periodista tiene que estar inclinado
a defender necesariamente un proyecto de ley para proteger las fuentes. Tengo
preocupación grande sobre eso, una preocupación sobre nuestra ejecutoria colectiva en
el uso de las fuentes.
Memorias 2005 ~ 67
FORO PÚBLICO: “FUENTES CONFIDENCIALES EN EL PERIODISMO”
Buenas noches. Antes de empezar, quisiera añadir un dato muy curioso: la primera
persona que divulgó el nombre de Valerie Plame fue el periodista Robert Novak. Pero
nadie ni siquiera lo llevó a un gran jurado para obligarlo a divulgar la fuente. Nunca lo
tocaron.
Obviamente hay dos razones para esto. La primera es que Novak es tan conservador
como los que están bregando en el gobierno hoy día y estas personas no quieren tocar a
uno de sus ídolos. La segunda es que él divulgó la fuente, en cuyo caso no debiera estar
en los medios porque su acción constituye una vergüenza para esta profesión.
Pero debo decirles que lo que nosotros estamos viendo ahora no es un issue aislado.
No se trata de que, por primera vez en un período de unos 30 años, un periodista va a la
cárcel por rehusar revelar su fuente.
Simon escribió un libro llamado A Time for Truth. El libro describía un plan para controlar,
apoderarse u obligar a la prensa a seguir los dictados de los conservadores de Estados Unidos.
En julio o agosto de 1981, tres años después de la publicación del libro, la revista Columbia
Journalism Review publicó un artículo sobre un multimillonario que puso en práctica las
sugerencias de Simon. Este multimillonario creó una fundación dedicada a propagar la
filosofía, si se quiere llamar así, conservadora, muy derechista.
¿Y cómo funciona? Si un autor joven desea escribir un libro que fomente esta filosofía,
le ofrecen los recursos financieros para hacerlo. A continuación le indican cuál sería el
contenido apropiado. El próximo paso para la fundación es publicarlo.
68 ~ Memorias 2005
Estamos observando también el fenómeno de cómo algunos canales de televisión se
han convertido en instrumentos de la propaganda de la extrema derecha.
Yo me quedé bobo. No lo podía creer. La periodista falló, pero ¿dónde estaban sus
editores? ¿Dónde estaba la competencia? ¿Por qué no se cubrió más ampliamente el
bombardeo de un hospital de niños?
Dos días después, por un canal español, se transmitieron las imágenes de personas
bajando los cuerpos de los niños heridos. Ese pietaje no fue transmitido por un canal de
Estados Unidos.
En Vietnam los periodistas publicaron que las tropas estaban matando personas inocentes
y quemando pueblos. ¿Y qué pasó? El pueblo americano dijo: “Esto no es democrático,
esto no es democracia. ¿Quiénes somos nosotros para hacer cosas como estas?”
Obviamente, no quieren que esto ocurra con la guerra en Irak. Por eso yo creo que en
Irak la prensa americana se ha convertido en parte de la gran conspiración para encubrir
los abusos.
Lo que estoy viendo es una tendencia a controlar la prensa aún más. Lo que está pasando
con Judith Miller es un síntoma de esta tendencia. Miller, quien ganó un Premio Pulitzer,
fue enviada a la cárcel por una información que nunca publicó.
Yo no creo que esto sea una coincidencia. Yo creo que esto es parte de lo que Hillary
Clinton una vez llamó “right-wing conspiracy” Ella le puso un nombre nuevo a una cosa
vieja. La autora del artículo de la revista Columbia Journalism Review, que mencioné
hace un momento, lo llamó “the new right”.
Manny Suárez es periodista retirado del diario The San Juan Star.
Memorias 2005 ~ 69
LA PRENSA Y su
RESPONSABILIDAD SOCIAL
En conmemoración del sexto aniversario del CLP, 9 de noviembre de 2005, 7:00
p.m., Centro de Adiestramiento Profesional (CAP). Universidad del Sagrado Corazón.
Moderadora: Helga I. Serrano.
¿Cuál es, cómo se define hoy, qué características comporta la responsabilidad social de
la prensa? Nuestro distinguido visitante, Rafael Santos de El Tiempo de Bogotá propone
que estamos ante una nueva cultura de comunicación y un nivel diferente de intervención
que abre “nuevas modalidades de relación entre la sociedad civil y los medios de
comunicación”. El proyecto de Responsabilidad Social del periódico que dirige se plantea
ese curso como una alianza estratégica con instituciones y proyectos ciudadanos.
Ciertamente, trasciende el gesto de nobleza obliga cultivado tradicionalmente por
empresas periodísticas de raigambre o el ademán filantrópico más coyuntural que se
activa en particulares épocas como las navideñas o durante fatalidades naturales.
70 ~ Memorias 2005
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
Departiendo Desde la izquierda, licenciado Harry Anduze, Luis A. Ferré Rangel, Rafael Santos, y doctor
José Jaime Rivera.
sociales cambiantes, o por una combinación de estos elementos. Lo que los periódicos
no han dejado de ser es lo que Benedict Anderson en su influyente libro Comunidades
imaginadas califica como artefactos culturales, con capacidad para armar (en el sentido
creativo de la palabra) naciones y sociedades.
Desafiado por las tecnologías y por el avance del consumo como organizador social, el
periódico o bien desaparece o se remoza, mutando, en grados diversos, su oferta. Algunas
empresas periodísticas apuestan a la baza tecnológica, auspiciando formatos de mayor
interconectividad. Otra de las estrategias es adoptar los códigos del espectáculo con todo
lo que eso implica para la banalización de la racionalidad comunicativa. O bien se asume,
como anticipaba al comienzo de mi intervención, una gestión de promoción y respaldo
social, fundamentalmente como socio de iniciativas comunitarias con grados relativos de
autonomía respecto al Estado. Valga decir que ninguna de las estrategias es excluyente,
Memorias 2005 ~ 71
por lo que en ocasiones se da el caso de cohabitaciones un tanto contradictorias o y en
apariencia cancelantes entre sí en una misma plataforma periodística.
Respecto a la última, es decir, la voluntad de inserción social, y que articula uno de los
saltos cualitativos importantes de El Nuevo Día en los últimos años, la estrategia agrupa
varias modalidades: campañas anuales de recaudación y sensibilización hacia poblaciones
minusválidas; densificación de las secciones que registran la voz del lector; servicios de
ombudsman; regreso del editorial explícito aunque todavía de forma intermitente; banco
de datos (el más conocido el electoral); mesas redondas con saberes expertos y saberes
comunitarios; El Nuevo Día Educador; estrategias de conectividad y retroalimentación;
el blogger del Editor; Proyecto Solidaridad. Esta parrilla de conexión, interacción e
intervención es ciertamente impresionante. Amerita, por supuesto, reconocimiento.
Amerita, e invito a estudiantes graduados que así lo hagan, una calibración sobre sus
réditos y sus vulnerabilidades. Amerita, también, y es lo que quisiera encaminar hoy,
una reflexión sobre su relación insoslayable con la responsabilidad social primaria de un
periódico que sigue siendo, la de comunicar.
Abordo el tema de la responsabilidad social en la prensa puertorriqueña en un momento
muy singular en la historia del periodismo, no sólo puertorriqueño sino norteamericano
y mundial y me pregunto, entre otras cosas, si el proyecto original del periódico como
espacio de acción comunicativa, de generación de opinión pública, de deliberación pública,
aún puede sostenerse. Lo hago en momentos en que algunos periódicos emprenden
una recomposición de su identidad social. Apunto finalmente hacia tres vulnerabilidades
persistentes en el ejercicio comunicativo y cómo pueden contribuir a descarrilar esa
recomposición.
El debate sobre las contaminaciones entre prensa y Estado en Estados Unidos a raíz del
caso Judith Miller, aún bajo escrutinio crítico y judicial, suscita en mí consideraciones
claves en torno a la responsabilidad social de los medios, en particular la prensa escrita.
Algunos podrán apuntar que se trata de un asunto de responsabilidad ética y no de
responsabilidad social, como si la ética no fuese parte de la constelación valorativa de una
sociedad. Esa visión segmentada que aísla lo social y lo ético, es peligrosa y acomodaticia.
En este caso, por ejemplo, impidió durante algún tiempo, que percibiéramos en toda
su turbidez el empantanado escenario desde donde Miller escribió sus artículos y que
abonaron a la justificación de la intervención norteamericana en Irak.
Por otra parte y por igual tiempo, la defensa del periódico del derecho a la confidencialidad
de su reportera sirvió de mampara o coartada para desviar la mirada de su flojo papel en
cuestionar los motivos de la guerra. Los avatares de la Miller han provocado protestas
de parte de muchas organizaciones de periodistas, entre ellas la Asppro, que realizó
una concurrida vigilia en la que tuvo oportunidad de insistir sobre su caballito de batalla:
la épica de la libertad de prensa frente al Estado. Como joya en la corona, Miller, quien
salió de la cárcel, luego de que su fuente la relevara de su voto de silencio, recibió
inmediatamente un premio de parte de la Sociedad de Periodistas Profesionales por su
enconada defensa de la Primera Enmienda.
72 ~ Memorias 2005
A partir de entonces, Miller no ha corrido con tan buena suerte. Su propio periódico
se aleja de los espaldarazos iniciales y ha orquestado una insistente vilificación de la
periodista. (En los momentos en que hacía esta presentación, Miller recibía el inevitable
pink slip con lo que culminaba el melodrama de traiciones y double standards). La relación
de los hechos publicada el 16 de octubre The Miller Case: A Notebook, a Cause, a Jail Cell
and a Deal , de la autoría de Don Van Natta Jr., Adam Liptak y Clifford J. Levy es una prolija
crónica del affaire que como ya es conocido ha producido una crisis de gran calado en la
mismísima Casa Blanca. Termina el artículo en una nota dura de sarcasmo: con el anuncio
por parte de Judith Miller de que espera escribir un libro pronto pero que aún no ha
recibido una oferta editorial y que tras un merecido descanso, piensa regresar a la mesa
de redacción a continuar cubriendo los asuntos que siempre le han interesado, es decir,
las amenazas a los Estados Unidos. Puesta ahí quién sabe con qué siniestro propósito, la
frase “amenazas a los Estados Unidos” se ha prestado a más de un comentario paródico.
La amenaza al país puede ser el periódico mismo y su periodista.
La amenaza original que detonó toda la situación – la pretendida capacidad iraquí para
producir armas de destrucción masiva – y que The New York Times como tantos otros
periódicos norteamericanos, como Miller y tantos otros encamados periodistas – en el
más equívoco sentido de la palabra- con los contingentes militares – aceptaron sin chistar
ahora se vuelve contra la prensa y su fallida responsabilidad.
¿Qué falló en el New York Times? Por supuesto, fallaron los mecanismos internos de
corroboración y de autocrítica. Erró el decano periodístico al no asumir el siempre
necesario rol de abogado del diablo para cuestionar la avalancha de justificaciones oficiales
que llevaban a la guerra cuando al resto del mundo ninguna de ellas le hacía sentido por
disparatadas e incorrectas. Erró al abrazar la lógica del terror que ha jefaturado las acciones
del estado norteamericano desde el fatídico septiembre 11. Erró el admirado periódico al
dejarse seducir por las gramáticas binarias de: nosotros aquí frente al mundo, enemigo
potencial. ¿Por qué el sometimiento del Times? ¿Por qué su prepotencia, compañera de
viaje de la evasión de responsabilidades?
De allá para acá, el periódico se ha disculpado con su país, sus lectores y el mundo. El
daño, me temo, es irreparable. Más de 2,000 vidas de sus soldados y contando, más de
40,000 bajas civiles y contando, un país con constitución pero sin infraestructura; un país
con elecciones pero al borde de una guerra civil abierta. Me dirán que exagero, que un
medio de comunicación no puede ser responsable de las decisiones emitidas por una
Casa Blanca convencida de la guerra aun antes de la tragedia de las Torres Gemelas.
Oigan mi argumento.
Memorias 2005 ~ 73
más que ningún otro medio, el filtro profundo a través de los cuales los públicos escépticos
terminaron por aceptar la decisión presidencial. Anthony Lowenstein, periodista y blogger
australiano ha señalado en tiempos recientes: “Los reportajes de Miller acerca de las
armas de destrucción masiva presentaban constantes fallas, pero aun así sus editores
le dieron carta blanca para que continuara como el conducto principal a través del cual
se discutían estos issues en el New York Times. Ciertamente, sus transgresiones hacen
que el caso de Jayson Blair parezca ahora relativamente algo sin importancia”. (Antony
Loewenstein, “The New York Times’ role in promoting war on Iraq”, 23 de marzo de 2004)
No puedo resistirme y les recuerdo que Blair era el joven periodista negro sobre el cual
se cebaban también sospechas de transgresión ética que fueron desatendidas en el
ejercicio más insultante del “political correctness”.
Pero hay escollos que pueden ser fulminantes y me temo que la prensa puertorriqueña
se desliza con frecuencia alarmante en ellos. Entre ellos hay algunos de los demonios
que Judith Miller y su periódico no pudieron enfrentar. En primer lugar, el catastrofismo,
la más reciente generación del sensacionalismo que se nutre de las complejidades obvias
de las sociedades contemporáneas, todas ellas sociedades de riesgo. El periodismo, en
tanto agente social transformador, no puede estructurarse desde un régimen de terrores,
sean humanos o naturales, en activo o potenciales. El catastrofismo no necesariamente
es la próxima pandemia; es el manejo que le podemos dar a la subida de los precios
de la gasolina y a un paro concomitante de camioneros; al derrumbe de viviendas tras
unas fuertes lluvias o a la quiebra de las finanzas gubernamentales. Es la vocación
hiperbólica que paraliza el acto de la comunicación, al regodearse en el callejón sin salida,
y subsumirse al sentimiento de fatalidad y de impotencia.
74 ~ Memorias 2005
Foto propiedad El Nuevo Día/Luis Ramos
En Payá Desde la izquierda, Miguel Rosa, doctora Silvia Álvarez Curbelo y Luis A. Ferré Rangel.
Un tercer demonio tiene que ver con la seducción de lo instantáneo. Por supuesto que
lo nuevo, the news, es el corazón originario del periódico. Pero en estos tiempos, donde
es más probable que los eventos se conozcan en su novedad a través de otros medios
(incluyendo las versiones on-line de la prensa), el periódico puede y debe responder
a su comunidad de lectores con otros mimos: una mayor atención a la comprensión
suficiente del evento, la provisión de bases adecuadas para la deliberación y la evaluación,
la dotación de enlaces y contextualizaciones con las que manejar críticamente el evento
y una jerarquía noticiosa donde un chisme de vecindad (aunque sea en la Legislatura)
ocupe su justo lugar.
La acción comunicativa, en fin, aprecia recibir de la prensa claves para entrar en los
escenarios complejos y opacos de la contemporaneidad; aprecia cierto reposo en el
fragor de la noticia que lo aleje de la cacofonía, el cotorreo, la imposición del rumor y el
escarnio a las instituciones y los personajes públicos (aunque a veces se lo merezcan);
aprecia que no se cierren los debates importantes mediante operativos de infantilización
que reduzcan lo complejo a lugares comunes y predecibles.
Memorias 2005 ~ 75
Conclusión:
76 ~ Memorias 2005
FORO PÚBLICO: “LA PRENSA Y SU RESPONSABILIDAD SOCIAL”
Me refiero al tema de la responsabilidad social, por una razón muy sencilla: porque en
el gremio del periodismo siempre nos han dicho que nosotros cuando escribimos un
periódico bien, lo titulamos bien, escogemos las mejores fotografías, pensamos un poco
en el diseño y en abarcar un espectro amplio de temas, somos responsables socialmente.
Con el paso del tiempo, he entendido que eso más bien es nuestra función social.
La responsabilidad social va mucho más allá del quehacer diario, del oficio, de hacerlo
con ética y de hacerlo con estética, de hacerlo con profesionalismo. La responsabilidad
social corre la barrera bastantes metros más allá de lo que es el quehacer diario de un
medio de comunicación. Para entender un poquito porqué, en el caso muy específico de
la Casa Editorial de El Tiempo, nos embarcamos nosotros en el montaje de una estrategia
de responsabilidad social. En el año 1995, en una época de vacas gordas en la economía
colombiana, es decir de muy buenos ingresos por avisaje y por circulación, el periódico
se embarcó en una empresa de rediseño industrial y de reingeniería de la mano de una
compañía norteamericana que se llamaba Arthur Dolittle. No solamente buscaba repensar
la organización para lo que venía, para empezar a prepararnos para el internet, empezar
a diversificar los productos, como el portafolio de productos de la editorial de El Tiempo,
sino también hubo que hacer un trabajo de campo en ese momento. Este constituyó una
entrevista muy extensa con muchísimos actores de la vía nacional, desde tomadores de
decisiones muy importantes, hasta el lector común y corriente, para entender un poco
cómo nos percibían.
Para sorpresa nuestra, porque los periodistas, no sé si acá, pero en Colombia parecen
pavos reales, son muy arrogantes, no les cae bien que los critiquen, se sienten con
la última palabra para decir qué se debe hacer o qué no se debe hacer. Para sorpresa
nuestra, en esa encuesta de percepción, el periódico aparecía casi en las mismas ligas
donde están los grupos multinacionales, los monopolios y la gente que está más alejada
de los intereses de la comunidad. Teníamos en ese entonces algunos miembros de la
familia en política, entonces eso afectaba considerablemente la imagen y la percepción
del lector común y corriente del periódico.
Memorias 2005 ~ 77
En ese momento tuvimos que enfrentar un dilema. Había dos maneras de abordar las
soluciones al problema; una era crear una fundación, que es un poco el camino más
cómodo y más fácil que toman muchas organizaciones, es decir, una fundación que se
desentienda un poco de la estrategia de responsabilidad social y que la aplique o en
paralelo o a distancia del periódico. La otra alternativa era involucrar la estrategia de
responsabilidad social al quehacer diario. Escogimos el segundo camino. El segundo
camino resultó o ha resultado más retador, más desafiante, más difícil de vender porque
implica incorporar al quehacer cotidiano de los periodistas el concepto de responsabilidad
social. Es decir, que ellos también son y deben ser un instrumento de una estrategia para
servirle a la comunidad más allá de la simple comprensión de que cuando uno escribe
una información está cumpliendo esa responsabilidad, es más allá de eso.
Los principios que en ese momento nos propusimos para diseñar la estrategia de
responsabilidad social tenían estos ejes de apoyo fundamentales: que la información
es un bien público, como el agua, como la energía, como la luz, como el aire y que la
información no les pertenece a los dueños del medio. La información no les pertenece
a los periodistas: la información le pertenece al público y es un bien transable en el
mercado de lo público.
Esto es un poco la elaboración de los conceptos que ya les mencioné. Aquí sí me gustaría
destacar uno que es particularmente relevante y que es lo que nos ha convertido en
un aliado muy atractivo para proyectos de intervención social. Es el principio de que
le entregamos las llaves de la casa a una cantidad de organizaciones que tienen un
bagaje de conocimiento en educación, en calidad urbana y en el maltrato infantil. Les
entregamos las llaves de la casa para que trabajen con nuestros redactores; primero en
78 ~ Memorias 2005
El director de El Tiempo, Rafael Santos, fue el
iniciador de los programas de responsabilidad
social que han distinguido a ese diario colom-
biano desde el 1995.
Muy rápidamente, los proyectos en educación son proyectos de largo plazo. Yo creo que
antes de los 20 años estaremos viendo los resultados. El propósito fundamental de esta
línea de trabajo es colocar la educación en el primer puesto de la agenda pública de
discusión de los políticos y de los funcionarios que toman decisiones ¿Cómo lo estamos
haciendo? Creamos un equipo de periodistas que trabajan con expertos en educación,
que cada cuatro años se sientan con los candidatos del momento para la presidencia
de la república. Con el periódico sentado ahí, los candidatos se comprometen con
unas metas. Luego el candidato que sale elegido lo plasma en el plan de desarrollo y el
proyecto “Educación Compromiso de Todos” le hace seguimiento a los compromisos del
candidato entonces, y después Presidente de la República.
Memorias 2005 ~ 79
Hay una interacción sistemática entre este grupo de expertos y periodistas con el
gobierno en el que permanentemente estamos revisando las metas. Estamos haciendo
encuestas callejeras sobre percepción y sobre problemáticas en la educación y hemos
conseguido introducir en el periódico la educación de una perspectiva distinta a la huelga
y distinta al disturbio, distinta a lo que es noticia de bola a bola. Ya la consideración hacia
la educación tiene otras miradas, ya no estamos reaccionando simplemente a la huelga
de maestros que estalla, puede ser por la noche en una parte de la ciudad, sino que
estamos realmente trabajando de la mano de estos expertos haciendo un seguimiento
muy estricto a la aplicación de políticas públicas en la educación. Eso va acompañado de
una cantidad de foros a los que asisten expertos y la ministra. La ministra se somete a
un juicio público, prácticamente en el buen sentido de la palabra, al que tiene que rendir
cuentas y todo eso tiene la enorme virtud y la enorme ventaja de que se hace visible en
las páginas del periódico. O sea, hay una rendición de cuentas de los funcionarios de esta
área que se hace a través de las páginas del periódico.
El “Convenio del Buen Trato”, pues es un convenio que está muy inventado y muy
consolidado en países como Brasil. Hay un proyecto, en el Brasil, que se llama “Crianza
Esperanza” para aprovechar todas las figuras del deporte brasilero y de la farándula
brasilera para poner en el tintero en la agenda pública el tema del maltrato infantil. Se
hacen eventos para conseguir recursos y esos recursos van a apoyar organizaciones que
están trabajando con niños maltratados o con familias donde el maltrato prevalece.
La “Agenda Andina por al Educación”, que era una réplica de “Educación Compromiso de
Todos”, que queríamos hacer en las ciudades andinas, trata de replicar la sociedad entre
un medio de comunicación, una fundación de prestigio y poder confrontar los programas
de educación de las ciudades como Lima, como Quito, como La Paz y como Caracas.
Ese proyecto ha resultado un poco frustrante por que cada vez que íbamos a tratar de
replicarlo, el mismo Presidente no estaba, habían cambiado el Ministro, se había caído el
Presidente en Lima, estaban a punto de botarlo por quinta vez en Quito. Entonces eso
francamente no funcionó, no se pudo implementar por razones políticas.
80 ~ Memorias 2005
En el área de construcción ciudadana hay dos proyectos particularmente interesantes.
“Bogotá: cómo vamos” es un proyecto de El Tiempo, la Fundación Corona y la Cámara
de Comercio de Bogotá. En éste le hacemos un seguimiento a una base de indicadores
muy sofisticada sobre la calidad de vida de la ciudad. La alcaldía tiene conocimiento
del programa, se compromete con unos indicadores, en educación, contaminación, el
espacio público, en violencia, en la tasa anual de homicidios, en fin todos los indicadores
que a ustedes les pueda pasar por la cabeza, que se puedan traducir en calidad de vida
social de una metrópoli como Bogotá Se han llevado estos proyectos, se confrontan
con la administración antes de que se posicionen y la administración se compromete a
cumplir con unas metas cuantificables, medibles, mesurables: ahí no hay lugar para los
discursos; o se cumple la meta, o no se cumple. Ahí también se hacen unas encuestas
muy sofisticadas de percepción ciudadana sobre problemas de la ciudad.
Creo que el impacto que ha tenido este proyecto es en hacer conciencia entre los
ciudadanos de que el ciudadano que esté bien informado sobre la ciudad; está en mejor
capacidad de tomar una decisión política acertada. En el caso de Bogotá, ya vamos por la
cuarta administración en el que la ciudad ha dado un vuelco como resultado del proyecto.
Pues hemos contado con una clase política madura que ha entendido que hay que rendir
cuentas, que hay que someterse a que lo cuenten a uno y a que lo miren con indicadores
ciertos. Ya vamos a la cuarta administración en la que de alguna manera los indicadores
se han mantenido intactos y se han comprometido alcaldes de distinto tinte político con
los indicadores que hemos diseñado del proyecto. Ya hay un ejercicio de construcción de
ciudadanía para cualificar mucho más en la toma de decisiones de los electores a la hora
en que tienen que votar por su alcalde.
El siguiente proyecto que es el del “Concejo: cómo vamos”, que es casi hijo obvio y
lógico de “Bogotá: cómo vamos”. El modelo de gobierno de una ciudad, en el caso de
ustedes creo que es la Asamblea Municipal, que en Colombia se llaman los Concejos
Municipales. Estamos haciendo un edificio muy parecido al que hicimos con “Bogotá:
cómo vamos” con los concejales en los que ellos también se comprometen a trabajar
más de lo que trabajan, a asistir a las reuniones del concejo más de las que asisten
usualmente, mejor dicho, el principio fundamental de que los políticos en Colombia y
por esta latitud, no están muy dados a entregar cuentas de lo que hacen. Y este es un
mecanismo a través del cual, a través de las páginas del periódico los concejales de la
ciudad y el alcalde de la ciudad rinden cuentas públicamente de porqué están cumpliendo
o porqué no están cumpliendo con las metas. El periódico lo hace visible y editorializa y le
abre el horizonte informativo de los periodistas que cubren la ciudad. Es increíble, pero,
en el proyecto de “Bogotá: cómo vamos” y “Concejo: cómo vamos”, hemos incorporado
al número de fuentes que tienen los periodistas una cantidad de “bogotanólogos”, los
llamamos nosotros, pero expertos en temas muy puntuales que uno pensaría que no
existe la persona … pensaría no, no lo tiene en cuenta, que es un experto en basuras,
en manejo de residuos líquidos, en manejo de contaminación ambiental, en manejo de
contaminación de ruido. En el archivo de fuentes ya están incorporados cerca de 280
“bogotanólogos” en distintos temas, por la experticia que tienen y por el conocimiento
que tienen de esos problemas. Se vuelve a las fuentes alternativas para romper un poco
esa costumbre de los periodistas de siempre estar consultando a los mismos y de que
Memorias 2005 ~ 81
en los periódicos siempre estén saliendo las mismas caras, los mismos nombres y los
mismos apellidos. Esto les ha abierto el horizonte de una manera bien interesante.
Esto tiene una compilación de buenas prácticas, de buenas crónicas, una compilación de
malas prácticas y un pequeño capítulo donde están las recomendaciones muy puntuales
y muy factibles, además de cómo se puede mejorar la información y cómo se puede
abordar la educación de una manera que no genere rechazo y que no genere exclusiones.
Porque la sorpresa también para muchos de nosotros es que la información del periódico,
no solamente en el tema de educación, sino también en el tema del conflicto armado o
en el tema de la pobreza es terriblemente excluyente, no aparece en las informaciones
82 ~ Memorias 2005
de El Tiempo. En el caso del conflicto armado
“Casi siempre, y es lo
aparecen más los victimarios que las víctimas
y eso no es una buena manera de cubrir el que se desprende de este
conflicto armado colombiano. Eso lo estamos cuaderno de análisis,
haciendo sistemáticamente. Vamos a hacer
también otro sobre el género, sobre cómo es que francamente
aparece la mujer en las páginas de El Tiempo somos unifuentistas y
y enriquecer el portafolio de fuentes de los
no avanzamos más allá
periodistas para que cuando ocurra algo en
algún sitio, no simplemente mecánicamente de consultar una o dos
levanten el teléfono y acudan a la misma o a fuentes. Y dejamos por
las mismas fuentes de siempre.
ver una gama muy amplia
Finalmente, hay un proyecto para la historia, de fuentes que podrían
para dejarle un legado a las generaciones que
enriquecer muchísimo la
vienen que es el de “Memoria Institucional”.
Estamos también trabajando con la información y aportar unas
Universidad Nacional y con el Departamento perspectivas distintas”.
de Historia de la Universidad Nacional para
hacer un levantamiento de la historia de la
memoria institucional de El Tiempo: memoria epistolar, fotográfica, visual, audiovisual,
discursos y cartas que se han cruzado los distintos actores. Tenemos grabadas más de
doscientas y pico de horas de testimonios de personas que han pasado por el periódico.
A algunos no alcanzamos a pescarlos, se murieron. Otros los hemos tenido que recuperar
del retiro para que den su testimonio de lo que era El Tiempo en su momento, y tenemos
un levantamiento muy interesante de lo que ha sido la historia de El Tiempo que ya muy
pronto en cinco años está cumpliendo cien años.
Estos son proyectos que apoyamos de manera marginal: un Premio Nacional de Paz,
hacemos parte de una corporación, se llama “La Corporación de Excelencia en la Justicia”,
en la que también les pedimos cuentas a los jueces, a la rama, les pedimos productividad,
les pedimos calidad en sus fallos, les pedimos eficiencia, eficacia y gestión. Y luego un
proyecto de voluntarios en los que el periódico aporta el tiempo de sus empleados para
que se vinculen a distintas actividades como acompañar viejos, a leer en una escuela
pública, a ayudar a construir una escuelita, ayudar en un hospital, o ayudar a un desvalido,
etcétera, etcétera.
Estos son unos pocos de los recursos, no me voy a detener mucho, el propósito a largo
plazo, es que la dirección de responsabilidad social de El Tiempo tenga sus principales
ingresos de la rentabilidad de la empresa. Un porcentaje de las utilidades de la empresa
se va para los proyectos de responsabilidad social, no un pedazo del presupuesto, sino,
un pedazo de las utilidades; o sea, los dueños de la empresa colaboran a través de un
porcentaje de sus utilidades.
Memorias 2005 ~ 83
Sí se nota que hay un esfuerzo de los periodistas de tratar de ampliar el abanico de
fuentes. En el caso del conflicto armado aparecen muchísimos más las víctimas que
los victimarios, por fin. Ya no se está simplemente apelando al general de la brigada o al
policía, o a la fuente anónima sino que la gama de expertos en violencia en Colombia es
impresionante. Yo creo que eso ha enriquecido muchísimo la calidad de la información
que sale sobre el tema en las páginas del periódico.
Hay todavía los escépticos, los que lo ven a uno llegar con el equipo de la responsabilidad
social y lo ven a uno como a Teresa de Calcuta “¡Otra vez estas monjitas aquí, a ver qué es
lo que nos van a decir que tenemos que hacer!” O sea, una arrogancia, muy malentendida
de los profesionales pero creo que ya hay una masa crítica entre los redactores que creen
que es una buena manera de afectar el producto positivamente, y también su oficio. En
la otra rama es convencer a los dueños del negocio y a los dueños de la empresa que
invertir en responsabilidad social es rentable, que le agrega valor a la empresa. Que una
empresa que tiene una estrategia de responsabilidad social consolidada tiene mucho
más valor y puede ser mucho más atractivo para los que quieren trabajar ahí, o para los
que quieren aliarse con esa empresa, que una que no tiene o ni siquiera ha considerado
la posibilidad de montar una estrategia de responsabilidad social.
Les agradezco muchísimo, creo que me extendí un poquito pero, muchísimas gracias.
84 ~ Memorias 2005
ARTÍCULO
La Casa Editorial de El Tiempo (CEET) en Bogotá, Colombia, decidió llevar a cabo una
labor de autocrítica y mejoramiento de su quehacer periodístico, como parte de las
estrategias de responsabilidad social iniciadas en 1997, bajo la dirección de Rafael Santos,
director de El Tiempo. Estas gestiones contaron con la colaboración de las fundaciones
Antonio Restrepo Barco y Corona, UNICEF Colombia, Corporación Región y el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
• El tema del conflicto armado ocupa 21% de las páginas del periódico.
• Se encontró la ausencia de temas que incluyan a los sindicatos, los partidos políticos
y las universidades en acciones concretas para la construcción de paz.
Memorias 2005 ~ 85
Portadas de los cuadernos de análisis de El Tiempo
• También se encontró que en la sección “Bogotá” había muy pocas noticia relativas
al conflicto. “Es como si la ciudad estuviera fuera de este asunto”, se comenta.
• Se encontró que sólo un 0.8% de las páginas del diario tratan el tema de la pobreza,
cifra que suena alarmante cuando el 60 por ciento (83 por cientoen el campo) de la
población colombiana vive en pobreza.
86 ~ Memorias 2005
• En la investigación se identificó una presencia alta de expertos y fuentes no
identificadas, cuyas intervenciones son del género de análisis. Estos expertos
describen el problema de la pobreza y ofrecen proyecciones de las consecuencias de
la situación actual. Sin embargo, aunque la presencia del experto es necesaria para
legitimar información de naturaleza empírica, también es importante la presencia
de sectores tales como los maestros, los sindicatos, los gremios, los empresarios
y las Iglesias, la cual es carente en el repertorio de fuentes de El Tiempo.
Una vez identificadas las deficiencias del periódico, la CEET decidió emprender una
tarea de mejoramiento. Se comenzó buscando fuentes alternativas para romper de una
vez con el “unifuentismo”, y se generó más conciencia de tratar los temas con mayor
diversidad de géneros periodísticos y no encerrarse en la noticia inmediata. La CEET
también se envolvió en proyectos que tienen como misión fiscalizar entidades tanto
gubernamentales como privadas que ordenan la sociedad colombiana. Igualmente,
crearon un manual de ética y estilo dedicado exclusivamente a la cobertura del conflicto
armado.
1 Cuaderno de Análisis: El conflicto armado en las páginas de El Tiempo; Parte 2: Una mirada al
cubrimiento del conflicto armado y el proceso de paz en el periódico; pág. 38.
Memorias 2005 ~ 87
UN HITO EN LA LIBERTAD
DE PRENSA
Fue ésta una interesante y paradójica colusión entre dos de los pilares de nuestro sistema
democrático: por un lado, el proceso electoral, que debe estar libre de manipulaciones e
influencias de los fondos públicos por parte de los que ostentan el poder gubernamental,
y, por el otro, la existencia misma de publicaciones, que aunque se sustentan de
fondos públicos, como es el caso de Diálogo, han logrado desarrollar un periodismo
independiente y fiel a los postulados de la prensa libre y responsable.
El caso se inició a principios del año electoral 1992, cuando la CEE, aludiendo al
cumplimiento estricto del Reglamento de Gastos de Difusión Pública del Gobierno,
le pidió al profesor Coss que antes de la publicación del mensuario le enviara copias
del mismo para verificar que éste no incluyera anuncios prohibidos, o sea, con sesgos
proselitistas, durante el período de veda electoral, que antecede al día de elecciones.
Coss, ante la posibilidad de una censura previa, se negó a cumplir con esta orden de
la CEE, arguyendo la independencia editorial del mensuario. Tras una serie de vistas y
argumentaciones de ambos lados, el pleito llegó hasta el juez superior Gilberto Gierbolini,
hijo, quien falló a favor de Diálogo. En su decisión, el juez Gierbolini, hijo, señaló que
“debemos dar a este periódico las mismas garantías y protecciones que tienen los
periódicos en la comunidad general”. Igualmente, sostuvo que Diálogo operaba con total
independencia editorial de la UPR.
88 ~ Memorias 2005
Este resultado fue apelado al Tribunal
Supremo por la CEE, y en la decisión, “El profesor Coss, quien
emitida por mayoría el 8 de febrero de
1995, el juez Negrón García expresó que
entonces dirigía Diálogo,
claramente Diálogo era una publicación de fue la punta de lanza
corte académico y universitario, por lo que
se sostenía la decisión del Tribunal Superior.
que impulsó a la admin-
istración universitaria en
La decisión de Negrón García fue acompañada
por tres opiniones. El juez asociado Jaime este interesante pleito
Fuster Berlingeri concurrió con la decisión, legal, que duró tres años:
sin opinión escrita; el juez asociado Rafael
Rebollo López emitió una opinión disidente, de 1992 a 1995”.
y el ahora Presidente del Tribunal Supremo,
Federico Hernández Denton, emitió una
opinión concurrente.
A continuación, las presentaciones del licenciado Negrón García y del profesor Coss
durante la actividad en la Escuela de Comunicación. La decisión del Tribunal Supremo
del 8 de febrero de 1995 aparece en la sección Otros textos de la página cibernética del
Centro, www.centrolibertad.org.
Memorias 2005 ~ 89
Un preciado precedente
Por Antonio Negrón García
“Ciertamente, las reglas jurídicas no son axiomas lógicos para deducciones jurídicas,
sino que reproducen experiencias morales e ideas jurídicas. Por esto, el trato con el
Derecho tiene una influencia educadora y afinadora del sentimiento moral de jurista que
de ese modo llega a vivir con mayor intensidad los valores en que descansa el Derecho.
Y así la decisión instuitiva de un verdadero jurista está ya prefigurada por conocimientos
y valoraciones jurídicas”. Juan Vallet de Goytisolo, Panorama del Derecho Civil, Bosch,
Barcelona (1963), págs. 20-21.
I. Confiamos que estas palabras sirvan de antesala a un coloquio crítico, serio y sincero.
Esta gentil invitación brinda la oportunidad de reflexionar diez años después, sobre la
importante decisión del Tribunal Supremo de Puerto Rico en el caso Coss y UPR v. CEE,
137 DPR 877 (1995). Este caso, cuyo protagonista principal fue el profesor Luis Fernando
Coss, conserva su valor de precedente y, además, trasciende su momento histórico.
De entrada, las coordenadas conceptuales mínimas que nos ayudarán a comprender la
controversia jurídica y la ruta seguida por el Tribunal.
Primero, “los hechos determinan el derecho” Esta frase revela un axioma elemental en el
proceso decisorio de toda adjudicación. Segundo, una decisión judicial inexorablemente
dependerá de hechos probados, según sean aquilatados y determinados por un tribunal.
Tercero, la apreciación y la determinación de los hechos por el juzgador dependerán
del grado, la calidad y el crédito que merezca la prueba testifical (oral) y documental.
Cuarto, el proceso de juzgar entraña, desde el punto de vista psicológico, adoptar frente
a las partes una “empatía y endopatía judicial”, o sea, ponerse en el lugar de una parte y
comprender a la otra. Quinto, “derecho” y “justicia” son palabras utilizadas dentro y fuera
de los tribunales. En el lenguaje diario, la mayoría de los ciudadanos usa las expresiones
“tengo derecho a”, “no es justo”, “es una injusticia” y otras más. Frecuentemente oímos y
leemos estas expresiones en los medios de comunicación social, pero paradójicamente
la voz “justicia”, tan usada, es una de las más difíciles de definir. Sexto, la figura del juez
se yergue para imprimirle sentido pleno a la justicia, aplicando al caso concreto la ley en
función a su escala valorativa. El juez, resuelve, juzga, decide y sentencia.
En suma, al decir de Néstor Almícar Cipriano, “el juez penetra en la cuestión según los
hechos invocados y sus pruebas. Pero los hechos no existen por sí mismos, con una
soledad aislante. Los hechos son protagonizados por personas. (Naturalmente, excluimos
los producidos por la naturaleza). Casi existe una suerte de ‘drao’ (remoto origen de
‘drama’), con sus personajes. El juez debe encuadrar los hechos en la ley y decidir. No
significa un automatismo, una mecanización, que alejarían el sentido de justicia. Además,
el automatismo y la mecanización, son posiciones casi imposibles. Al estudiar los hechos,
al analizarlos, surgen siempre las actuaciones de quienes los realizaron. Aparece, en
forma ineluctable, la trascendencia humana. No hay hechos separados de la persona”.
90 ~ Memorias 2005
Elecciones. El derecho constitucional a la
libertad de expresión y prensa protegían
a la Universidad y al profesor Coss de
intervenciones basadas en la Ley Electoral
y el Reglamento de Gastos de Difusión
Pública del Gobierno. No procedía que se le
obligara a someter, antes de la publicación,
copias del mensuario para revisar que su
contenido no incluyera anuncios dirigidos
a realzar la imagen del Gobierno durante el
año eleccionario.
III. Sin embargo, la fría realidad es que al institucionalizarse el periodismo y, por ende,
formar parte del mundo empresarial, han aumentado igualmente las probabilidades
de que la cultura empresarial del Gobierno intente imponer sus postulados sobre el
quehacer periodístico de un medio como Diálogo, haciéndolo instrumento idóneo para la
propaganda oficialista mediante anuncios que intentan vender un producto: el Gobierno
Memorias 2005 ~ 91
(partido político) en el poder como la mejor alternativa electoral de administración
pública.
IV. Así aclarado, suscribimos las palabras de la Dra. Milagros Acevedo Cruz, “enfocando
el tema en el ámbito puertorriqueño, y como en cualquier país, el periodismo aquí es
un negocio. De hecho, el espacio que se concede a la publicidad es porcentualmente
mayor que aquel destinado a la información. La nueva tecnología, el alto costo de materia
prima y la necesidad de especialización en los medios, son razones que obligan a los
empresarios a aumentar el espacio publicitario y el costo del producto. Además, cuando
se considera que es la publicidad la que paga los gastos de producción y los sueldos de
los empleados -y la que produce las ganancias-, se puede comprender la importancia de
los anuncios y las posibles presiones que existen en los medios”.
“Los medios hace tiempo que dejaron de ser, si es que alguna vez lo fueron, espectadores
imparciales, ajenos a la red de relaciones gobierno (en sentido amplio)-ciudadanos. Hoy,
más que nunca, son sujetos o agentes profundamente implicados en la política, y no sólo
porque toda la política se represente en el escenario de los medios, sino porque entre
gobierno y medios existe una relación recíprocamente parasitaria. ‘[...] Una relación de
amor-odio [...] (dado que) para desempeñar adecuadamente sus funciones se necesitan.
Pero actúan sometidos a diferentes exigencias institucionales y sus metas pueden entrar
en conflicto. Para conservar el apoyo del público y mantener el poder, el Gobierno quiere
influir en la información que se trasmite, quiere ser capaz de definir las situaciones y de
proyectar la imagen que le conviene para promocionar sus objetivos. En cuanto críticos
del Gobierno, los periodistas, por su parte, se esmeran en la exposición de las malas
92 ~ Memorias 2005
acciones de los políticos. [...]. Por razones económicas (obvias), los periodistas se sienten
obligados a ofrecer historias excitantes que atraigan al gran público. Y eso con frecuencia
implica curiosear, fisgar, en el enfrentamiento, la controversia, la corrupción o en los
manejos ordinarios, temas que el gobierno quisiera mantener reservados’.”
Memorias 2005 ~ 93
“Fue un acto de conciencia”
Por Luis Fernando Coss
Hace muchos años, un gran pintor puertorriqueño que lleva por nombre José Antonio
Torres Martinó, me confió su profundo desagrado con los premios y los reconocimientos.
Sentenció, a su manera, con ese timbre de voz grave, peculiar, y su extraño sentido del
humor, que en el 99 por ciento de las ocasiones los homenajes hablan más de quienes
lo confieren que de quienes lo reciben. Descansando en ese criterio, sin duda un tanto
severo, decidimos conmemorar el décimo aniversario de la decisión del Supremo sobre
Diálogo en un aula académica, al margen de protocolos fastidiosos y a una hora temprana,
mucho más propia para pensar que para engullir quesos, vinos y camarones.
Si me preguntaran qué nos pasó por la mente cuando la dirección de Diálogo decidió
desafiar las órdenes de la Comisión Estatal de Elecciones en 1992, tendría que decir lo
siguiente: fue un acto de conciencia, convencidos de que es en ella donde descansa la
verdadera libertad de prensa. Donde no hay conciencia puede que haya papel y tinta,
imagen o pulso electrónico, pero no hay verdadero periodismo.
El mundo de hoy corre a una velocidad vertiginosa. Casi todo lo que se mueve, casi todo
lo que se ve, ocurre luego de un proceso de intervención publicitaria o de un cálculo
económico de rentabilidad. Todos esos programas de televisión que detestamos por su
violencia gratuita y su ilimitada hemorragia de vulgaridades, deben su existencia a un
estimado de costos y beneficios. La gente desdichada que vemos en la pantalla no tiene
nada que ver con el entramado comercial y profesional que lo ha llevado al envilecimiento
público. Los managers, los ejecutivos que toman las decisiones de lo que vemos y no
vemos, forman parte, por otro lado, de un sistema que refuerza las opciones existentes.
De ahí la redundancia de estilos, temas y tramas; de ahí que todos los medios se parezcan
tanto unos a otros. Como grandes empresas, su fin es hacer dinero. Y para eso no hay
que ir a la Universidad como, dicho sea de paso, lo demuestran las nueve de las diez
personas más ricas en el mundo que nunca terminaron un doctorado.
Pertinente con lo dicho hasta aquí, sólo quiero subrayar una idea sobre la decisión del
Supremo. Como se sabe, la decisión del más alto Tribunal reconoce que el derecho a la
libertad de prensa aplica a periódicos como Diálogo, financiados con fondos públicos,
con las mismas garantías y protecciones que gozan los demás periódicos de circulación
en nuestra sociedad.
94 ~ Memorias 2005
dicho: en el ámbito del periodismo no comercial, financiado con fondos públicos, es
preciso contar con los seres humanos mejor preparados, con los más educados, con los
de mayor y probada integridad. De lo contrario, se engaña el estatuto legal, se burla el
derecho a la libertad de prensa y se derrota la confianza del público, como de hecho ya
ha sucedido en varias ocasiones.
El potencial de crecimiento e influencia del periodismo público debería ser hoy mucho
más prometedor de lo que es en este momento. Si por un lado el ordenamiento jurídico
protege la autonomía del periodista frente a la burocracia gubernamental, y por el otro la
competencia privada y comercial se comporta en forma bastante parecida y predecible,
queda entonces un precioso y enorme espacio para ejercer el periodismo con otras
ópticas, con otra sensibilidad por la cultura y las ideas. Si queremos movernos en esa
dirección, debemos preguntar: ¿Cómo desembarazarse de la lógica partidista y la rutina
complaciente? ¿Cómo superar esa indulgencia con la que evaluamos lo nuestro porque
es “nuestro”? ¿Qué hacer para proponer un horizonte más diverso, más creativo, más
excitante y de mejor calidad? ¿Cómo abrir las puertas a los cientos de jóvenes que se
gradúan de comunicación y periodismo?
Para empezar, tiene que realizarse más trabajo de investigación y proyectos que desafíen
las normas de la prensa dominante. Los estudiantes de periodismo podrían abrir nuevas
brechas si se sacuden de los modelos que nos asfixian; hay que decir lo que los otros no
se atreven a decir; hay que ir donde otros no van, y cultivar sin miedo lo que muchas veces
nos niegan los medios de comunicación, es decir, la conciencia social y la imaginación.
En fin, a diez años de la valiosa y valiente decisión del Supremo debería existir un
periodismo público más vigoroso. Esa es mi impresión. Los invito a trabajar y luego a
brindar por eso.
Memorias 2005 ~ 95
SOBRE LA LIBERTAD DE PRENSA
EN PUERTO RICO
INFORMES A LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE PRENSA SOBRE
ASUNTOS RELACIONADOS CON LA LIBERTAD DE PRENSA EN PUERTO RICO
96 ~ Memorias 2005
al periodista de Primera Hora, Oscar Serrano, durante el velatorio de la madre de un
ex líder de dicha colectividad política. Las amenazas fueron expresadas a la reportera
de Primera Hora, Firuzeh Shokooh Valle, quien cubría el acto fúnebre. Rodríguez dijo:
“Mándele mis saludos a Oscar Serrano… que diga Oscar Serrano... Dile que las
va a pagar” Serrano, quien ha escrito reportajes sobre actos de corrupción ligados
a Pedro Rosselló, radicó una querella contra Rodríguez, que fue eventualmente
desestimada. Las organizaciones de prensa y el Centro para la Libertad de Prensa,
además de la dirección de Primera Hora, censuraron las expresiones intimidantes de
Rodríguez.
FEBRERO 2005
Memorias 2005 ~ 97
dos aspirantes a la gobernación. Calderón y su familia demandaron por libelo a El
Vocero y al reportero Jorge Luis Medina, alegando que nunca habían conocido a esa
persona y que ésta jamás había trabajado como mucama en su hogar. Se supo luego
que la mucama sí había sido empleada en las casas de varios líderes del contrario
Partido Nuevo Progresista. El texto del acuerdo negociado por las partes incluyó la
aceptación de que el artículo era falso, y que el rotativo debió haber realizado una
investigación a fondo para corroborar las acusaciones de la mucama. En un editorial
publicado en la edición del 23 de febrero, El Vocero expresó su respaldo a Jorge Luis
Medina, de quien dijo hizo su labor profesionalmente.
98 ~ Memorias 2005
• CLP celebra foro sobre la prensa y la agenda pública – 18 de marzo
El Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico auspició un concurrido foro
público titulado “El impacto de la prensa en la política pública”, que se llevó a cabo
en la Escuela Graduada de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico,
Recinto de Río Piedras. En el mismo, cuatro panelistas analizaron cómo la prensa
incide en la formulación de agendas públicas y sus repercusiones en el sistema
democrático de gobierno.
MAYO DE 2005
JUNIO DE 2005
JULIO DE 2005
OCTUBRE DE 2005
El peor enemigo
27 de enero de 2005
El pasado lunes 10 de enero fue un día pésimo para Mary Mapes, Josh Howard, Mary
Murphy y Betsy West, quienes hasta ese día formaban parte del equipo estrella del
prestigioso programa noticioso “60 Minutes Wednesday”, que transmite la cadena
estadounidense CBS.
Sus despidos fulminantes fueron anunciados a la misma vez que CBS dio a conocer una
investigación independiente sobre un reportaje presentado el pasado 8 de septiembre,
en el que se cuestionó el servicio militar del presidente George Bush, fundamentado en
documentos todavía sin autenticar.
Este reportaje intensificó el fuerte debate público de entonces entre Bush, candidato a la
reelección, y John Kerry, su adversario demócrata. A los pocos días de su presentación,
comenzaron los cuestionamientos sobre la veracidad del alegado trato preferencial que
le había sido otorgado a Bush por parte de la Fuerza Aérea cuando éste cumplía su
servicio militar en la Guardia Nacional Aérea de Texas. Los documentos en que se basó el
reportaje fueron proporcionados al programa por un ex oficial de ese cuerpo, Bill Burkett,
quien admitió haber engañado al canal de televisión sobre su fuente, pero insistió
que los documentos eran auténticos, algo que ni la investigación independiente pudo
comprobar. Tanto Dan Rather, quien presentó el reportaje y semanas más tarde informó
su retiro en el 2005, como CBS pidieron disculpas públicas, y el pasado 10 de enero la
cadena expresó en un comunicado de prensa que “el reportaje del 8 de septiembre fue
equivocado, incompleto e injusto”.
Cuando leí esta información sobre uno de los grandes escándalos que en meses recientes
han sacudido a importantes medios estadounidenses, recordé a John Seigenthaler, un
prestigioso periodista y defensor acérrimo de los derechos civiles en los Estados Unidos.
Casi dos meses antes, el 9 de noviembre, Seigenthaler, quien fundó el Centro de la
Primera Enmienda de The Freedom Forum, en Tenesí, había sido uno de los tres oradores
invitados al quinto aniversario del Centro para la Libertad de Prensa, que se llevó a cabo
en el Teatro Tapia, en el Viejo San Juan.
El veterano periodista conoce por experiencia propia de lo que habla, ya que fue la persona
a cargo de la investigación interna en el periódico USA Today sobre los reportajes falsos
y a veces plagiados, escritos por Jack Kelley, un corresponsal estrella del diario. Un caso
similar al ocurrido en el poderoso The New York Times, donde uno de sus reporteros más
reconocidos, Jayson Blair, igualmente había estado escribiendo informaciones falsas
y copiando descaradamente el trabajo de otros periodistas durante algún tiempo, sin
que, alegadamente, nadie se diera cuenta. “En ambos casos, ejecutivos de noticias,
talentosos y experimentados, ignoraron las quejas tanto de miembros de las salas de
redacción como de colegas de Kelley y Blair, e igualmente descartaron las quejas de
lectores y de funcionarios gubernamentales que señalaron fallas en la labor de ambos
reporteros,” expresó.
De acuerdo con Seigenthaler, éstos son sólo dos de unos 30 incidentes recientes de
este tipo que han afectado a periódicos que sirven a comunidades grandes, medianas y
pequeñas. “Los perpetradores de estos engaños periodísticos proceden de trasfondos
académicos variados. El problema no está en estas estrellas periodísticas, sino en
las propias organizaciones”, dijo. Afirmó que es uno endémico. Al respecto, lanzó dos
preguntas medulares: ¿Hay algo dentro de la cultura en las salas de redacción que ha
cambiado gradualmente, pero de forma dramática? ¿Han perdido validez los valores
periodísticos de balance y precisión entre los jefes de noticias?
Si ello es así, nos dejó entrever, no pinta bien el futuro de los periódicos y los programas
noticiosos, en radio y televisión. Advirtió Seigenthaler que el prescindir de estos valores,
pilares del periodismo honesto y efectivo, puede producir un enemigo interno tan letal a
la credibilidad como lo es la censura a la libertad de prensa.
“Nuestro primer deber a los lectores y a quienes nos ven o escuchan es la búsqueda
de la verdad, la verdad que nos elude, y eso no se puede hacer si las organizaciones
noticiosas fallan en erradicar todo vestigio de fraude o falsedad en el proceso de edición”,
dijo. Enfatizó la importancia de que se fomenten las buenas comunicaciones internas,
especialmente entre editores y jefes máximos para evitar estas situaciones que tanto
lesionan la credibilidad, sin la cual no existe una prensa libre y efectiva.
Sin embargo, para Seigenthaler, quien fue fundador editorial del USA Today en el 1982, la
gracia salvadora para estos medios ha sido su capacidad para enfrentar estos problemas,
exponerlos públicamente y proveer acciones correctivas. Dijo manifestarse optimista de
que aunque la prensa ha sido aporreada por estos sucesos, la capacidad demostrada para
aceptar lo sucedido, y el haber corregido las acciones dañinas podrían, eventualmente,
ayudar a restituir su credibilidad.
Las manzanas podridas han existido siempre en el periodismo, y sus acciones, junto a
otras situaciones complejas, han llevado a un descenso histórico en la credibilidad de los
medios en los Estados Unidos. De acuerdo con una reciente encuesta de Gallup, sólo
el 44 por ciento del público dice tener confianza en los comunicadores; en las pasadas
décadas de los 70 y 80 éste era de un 80 por ciento.
Precisamente, al inicio de los 80 fue cuando ocurrió el notorio caso de Janet Cook, la
reportera de The Washington Post que ganó un premio Pulitzer por un reportaje sobre
un niño adicto que, luego se supo, había inventado. (El genial Gabriel García Márquez
señaló entonces que el problema había estado en que a la periodista le habían dado el
Pulitzer equivocado: le pertenecía el de ficción).
El periódico, paladín de la verdad en el caso Watergate que puso fin a la era de Richard
Nixon, ahora humillado hasta sus cimientos, tuvo que devolver el premio. Y se afirma que
desde entonces un equipo está asignado a verificar fuentes y datos de cada reportaje
para que otra Janet no vuelva a surgir.
Diez años atrás, la libertad de prensa en Puerto Rico recibió un histórico y reconfortante
espaldarazo cuando nuestro Tribunal Supremo decidió que el mensuario Diálogo, publicado
por la Universidad de Puerto Rico, constituía un foro público, y, por lo tanto, quedaba libre
del escrutinio de la Junta de Anuncios de la Comisión Estatal de Elecciones, además de
estar protegido por los derechos a la libre expresión y prensa garantizados en nuestra
Constitución.
Memorias 2005 ~ 107
Como a veces sucede con otros asuntos medulares de nuestra convivencia, la
celebración de esta victoria judicial para la prensa libre pudo haber pasado desapercibida.
Afortunadamente, no fue así: al contrario, se convirtió en un bien merecido festejo el
pasado lunes 7 de febrero, en el que participaron dos de los principales protagonistas
del caso: el profesor de la Escuela de Comunicación del Recinto de Río Piedras, Luis
Fernando (“Peri”) Coss, ex director del mensuario Diálogo, y el ex juez asociado del
Tribunal Supremo, licenciado Antonio Negrón García, quien emitió la decisión mayoritaria
el 8 de febrero de 1995. Ambos, junto a un grupo de estudiantes, profesores y periodistas,
se dieron cita en el Salón de Actos de la Escuela de Comunicación para rememorar esta
decisión y, además, para debatir y analizar los efectos continuos de la misma sobre la
labor de la llamada prensa pública, o sea, aquella que es financiada con fondos públicos.
Fue éste un pleito legal complejo que tuvo sus orígenes en el año electoral de 1992, y que
paradójicamente puso en colusión dos de los pilares de nuestro sistema democrático
de gobierno: por un lado, el proceso electoral, que debe de estar libre de influencias y
manipulaciones de fondos públicos que den ventajas a los que ejercen las riendas del
poder y, por el otro, la existencia misma de publicaciones que aunque se sustentan con
fondos públicos, como es el caso de Diálogo, han logrado desarrollar un periodismo
independiente, libre de influencias del gobierno de turno, fiel a los postulados de la
libertad de prensa.
El mismo se inició casi al comienzo de ese año cuando la CEE, aludiendo al cumplimiento
estricto del Reglamento de Gastos de Difusión Pública del Gobierno, le exigió a las
agencias públicas someter copias de sus anuncios, para su aprobación. Igualmente, al
entonces Director de Diálogo, Coss, se le requirió que sometiera, antes de la publicación
del mensuario, copias del mismo para verificar que no incluyera anuncios prohibidos.
Al Coss hacer caso omiso a este pedido, que apestaba a censura previa, la Junta de
Anuncios de la CEE ordenó a la UPR que cesara y desistiera de dicha publicación y
anuncios hasta tanto recibieran su autorización. El 1 de mayo, la UPR y Coss presentaron
una demanda contra la CEE, cuestionando la validez y autoridad constitucional de dicha
orden. La demanda fue vista en el Tribunal Superior, Sala de San Juan, por el juez Gilberto
Gierbolini, hijo, quien ordenó a la CEE y a su Junta de Anuncios celebrar una vista sobre
el asunto, aunque retuvo jurisdicción.
Este resultado adverso a la CEE fue apelado al Supremo, cuyos jueces debieron dilucidar
cómo responder a la pregunta medular que formula Negrón García al inicio de su histórica
decisión del 1995: ¿Puede la Comisión Estatal de Elecciones regular el contenido de un
mensuario universitario, Diálogo, en virtud de la prohibición de anuncios durante un año
La respuesta mayoritaria de un contundente no, afirma el juez Negrón García, fue basada
en hechos que determinan el derecho, como procede en todo caso que se juzgue con
imparcialidad y responsabilidad. “Pudimos apreciar que Diálogo no era una publicación
de corte propagandístico u oficialista. Claramente tenía un enfoque académico y
universitario”, le dijo a la audiencia que fue a conmemorar los 10 años de su decisión.
Tres opiniones acompañaron la decisión de Negrón García. El juez asociado Jaime Fuster
Berlingeri concurrió con la decisión, sin opinión escrita; el juez asociado Rafael Rebollo
López emitió una opinión disidente, y el ahora juez presidente del Tribunal Supremo,
Federico Hernández Denton, emitió una opinión concurrente, que a juicio del licenciado
Manuel de J. González, abogado de Diálogo en este caso, utilizó para dejar claro los
derechos de los universitarios frente al estado.
Por lo tanto, insiste Coss, la utilización de estos fondos requiere contar con los mejores
recursos disponibles. “Hay que ganar y mantener la confianza del público,” dice. Añade
que está convencido de que el periodismo público puede dar mucho más de lo que está
ofreciendo ahora y que ocupará un papel mucho más importante en el futuro, como una
alternativa a la prensa comercial y a la que sirve de órgano informativo a organizaciones
o agendas particulares. Por supuesto, será una prensa libre si los que ejercen el poder
de turno lo permiten. Si ello no es así, y prevalecen las mezquindades políticas, estas
publicaciones no serán foros públicos que enriquezcan y eduquen al pueblo. Entonces,
no tendríamos nada que celebrar.
Antes, apenas 15 años atrás, era mucho más sencillo identificar lo que era la prensa. En
ese entonces, ésta incluía a los medios tradicionales como los periódicos, revistas, radio
y televisión: o sea, los impresos, dignos herederos de Gutemberg, y los electrónicos,
criaturas del siglo XX. En aquellos tiempos, la palabra web, en español telaraña, solía
referirse a las arañas.
Hoy día, el entramado de los medios de información es tan vasto y complejo, que como
bien señala el Pew Research Center for the People and the Press, en su informe del
25 de enero pasado sobre la prensa y la credibilidad, los consumidores de noticias
pueden escoger de un menú de opciones informativas que, como el universo, sigue
expandiéndose: impresas y electrónicas, en cables y cadenas, digitales y análogas. Cada
uno en una intensa batalla por capturar y mantener su atención.
Esta cambiante y compleja prensa, sea de donde sea que proceda su mensaje
informativo, continúa teniendo un solo propósito medular: informar, se supone que de
forma responsable, lo que acontece. Dicha responsabilidad pública conlleva la fiscalización
del gobierno de turno, una función que es cada vez más vital e, igualmente, ha sido
la semilla de una modalidad periodística que se ha llamado periodismo cívico. Es éste
un periodismo de compromiso con lo que sucede en las comunidades: sus problemas,
sus triunfos, sus necesidades, sus aspiraciones. El resultado de esta interrelación entre
prensa, ciudadanía y gobierno ofrece enormes oportunidades para el cambio en las
agendas públicas, que propicien el enriquecimiento económico y social del país.
Esta simbiosis y sus efectos en la política pública puertorriqueña fue el eje central de la
discusión que se suscitó el pasado miércoles 16 de marzo en el foro publico “La prensa y
su impacto en la política pública”, que el Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico
y la Asociación de Estudiantes de la Escuela Graduada de Administración Pública Roberto
Sánchez Vilella auspiciaron en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
Los cuatro coincidieron en que una prensa responsable y fiscalizadora le rinde un servicio
esencial a la democracia. El generar debates públicos sobre asuntos medulares al bien
común debe de ser su norte, remacharon. Pero esta gestión puede verse entorpecida,
manipulada o lacerada por distintas situaciones, entre ellas los propios intereses y sesgos
del medio. Para el profesor Luis Fernando Coss, es éste uno de los flancos más débiles
de la prensa: si ésta fiscaliza a los gobiernos de turno, ¿quién la fiscaliza a ella? O como
hace siglos preguntó el poeta romano Juvenal, famoso por sus sátiras: “¿Quis custodiet
ipsos custodies?” (¿quién custodia a los custodios?)
De acuerdo con Pew, el descontento de los públicos estadounidenses con los medios
noticiosos ha crecido dramáticamente: éstos creen que los medios principales son
menos creíbles que en la pasada década de los 80. Son todavía más críticos de la manera
en que la prensa recopila la información, y también cuestionan los valores medulares de
los medios y su moralidad. Pero la andanada no termina ahí. La investigación demostró
un impactante ascenso en la politización de las audiencias de las cadenas noticiosas de
televisión. Por ejemplo: entre los que ven Fox News ha habido un crecimiento entre los
Memorias 2005 ~ 111
republicanos y conservadores: en su principal rival, CNN, hay más demócratas que en
el pasado. Sin embargo, este fenómeno no se está dando en los periódicos ni en los
noticieros de la televisión, cuyos patrocinadores constituyen una audiencia amplia en la
que se mezclan los sesgos de la población en general.
Los mismos periodistas han expresado su propia crisis de confianza. Un estudio hecho
por el Centro Pew el año pasado, en colaboración con el Proyecto para la Excelencia en
el Periodismo, encontró a los periodistas insatisfechos con el estado de su profesión.
Expresaron temor de que las presiones surgidas a raíz de recortes en el personal y otros
problemas económicos han mermado la calidad de los medios. Y afirma el Centro Pew,
que hay justificación en estos reclamos, ya que estudios realizados han demostrado los
efectos adversos que han tenido en la cobertura noticiosa dichos recortes.
Es ésta una crisis, de dimensiones éticas, que le toca a la prensa dilucidar, y crecerse
ante ella. Con el apoyo de sus aliados, como lo son los programas universitarios de
periodismo, de donde sale la mayoría de los profesionales que ingresa a los medios.
Y como nos sucede a los humanos cuando enfrentamos crisis personales, la sanación
verdadera y permanente siempre tiene que venir de adentro para afuera.
El martes 22 de junio de 2004 Francisco Ortiz, director del semanario Zeta, en Tijuana,
México, fue acribillado a balazos en el interior de su automóvil, en el que también se
hallaban sus dos hijos pequeños, que, afortunadamente, salieron ilesos, por lo menos
físicamente. Fue el tercer ataque, desde el 1988, contra uno de los directores de dicha
publicación.
En ese año, un grupo de pistoleros asesinó al cofundador de Zeta, Héctor Félix Miranda.
Nueve años después, atacantes armados con ametralladoras hirieron al entonces director,
Jesús Blancornelas, y mataron a uno de sus guardaespaldas. De acuerdo con la prensa de
Tijuana, estos dos ataques fueron en venganza por una serie de artículos que el periódico
había publicado sobre los capos del narcotráfico y un grupo de funcionarios corruptos.
(Sylvia Gereda, una periodista guatemalteca que ha sufrido en carne propia las amenazas
y agresiones a la prensa de su país, me dijo el año pasado, durante su visita a nuestra
isla, que los periodistas tenemos dos grandes y poderosos enemigos: el narcotráfico y
los corruptos).
En otro sonado caso, en el 1991, el periodista Víctor Manuel Oropeza, columnista del
entonces Diario de Juárez (hoy, El Diario) fue asesinado en Ciudad Juárez, México. El
Los asesinatos de periodistas constituyen el atentado más abominable entre los muchos
que se hacen contra la prensa, que van desde la censura hasta la incautación y cierre
de medios. Anthony Lewis, un reconocido columnista de The New York Times, afirma
que estos asesinatos impunes corrompen la sociedad, destruyen la fe en la ley y son
testimonios de una cultura de intimidación.
Esta situación devastadora para los periodistas fue la que motivó a la SIP, en el 1995, a
establecer el proyecto Crímenes sin Castigo Contra los Periodistas, que desde sus inicios
dirige Ricardo Trotti, también director del Programa de Libertad de Prensa. En el proyecto,
patrocinado por la Fundación Knight, igualmente colaboran, como investigadores,
seis periodistas. Su propósito es investigar los asesinatos de periodistas, algunos de
décadas anteriores, para determinar, primeramente, que sí fueron motivados por razones
profesionales; luego, evaluar el curso y dimensión de las pesquisas oficiales, y, de no
haberlas, forzar su inicio y desarrollo para, finalmente, lograr las acusaciones.
De hecho, el gobierno mexicano y la SIP acordaron en marzo del 2004 llevar a cabo la
revisión de los expedientes judiciales de los dos periodistas asesinados, Félix Miranda
y Víctor Manuel Oropeza, lo que, finalmente, se hizo en marzo de este año. Además,
dicho acuerdo incluye, según reza un comunicado de la SIP, “la posibilidad de promover
iniciativas y reformas de leyes tendientes a minimizar el impacto de la impunidad y
crímenes perpetrados en contra de periodistas”.
Trotti me dice que la mayor satisfacción de su labor es ayudar a desenterrar casos perdidos
como el de Irma Flaquer, desaparecida en Guatemala en el 1980, y que luego de un
trabajo arduo investigando su crimen, presionando a las autoridades, se haya logrado que
el caso se reabra 20 años después. A pesar del escepticismo de los mismos familiares,
se asignó un fiscal especial; se le dio su nombre a una calle de Ciudad de Guatemala
y se erigirá un monumento en su honor. También Trotti incluye el haber ayudado a que
se dictaran leyes especiales para contrarrestar la violencia contra los periodistas, y la
creación de oficinas gubernamentales, como fiscalías especiales, para investigar estos
asesinatos.
Por otro lado, considera su mayor frustración el que a pesar de tanto esfuerzo, no se
pueda parar la violencia contra los periodistas, ni los asesinatos. Desgraciadamente,
añade, la violencia y el miedo generan demasiada autocensura.
Trotti estará en Puerto Rico próximamente, como expositor en el foro público Crímenes
contra la prensa: no más impunidad, que el Centro para la Libertad de Prensa celebra, en
conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el martes 3 de mayo, a las 6:30
p.m., en el Teatro de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana, en Hato
Rey. En el foro también participarán Rafael Lenín López, presidente del Overseas Press
Club, y Oscar Serrano, de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico. Es abierto a todo
el público, libre de costo, y no hay que hacer reservaciones. Los espero.
Judy Miller y Matthew Cooper, reporteros del diario The New York Times y de la revista
Time, respectivamente, están con ambos pies en prisión. Ayer, el Tribunal Supremo de
Estados Unidos rechazó escuchar su caso de apelación a la sentencia de cárcel tras
negarse a revelar el nombre de la fuente que les proveyó información, y que, a juicio del
Departamento de Justicia federal, viola disposiciones legales.
Bien sea por causalidad o casualidad, es interesante señalar que este sonado caso se
ventila en un momento en que el tema de las fuentes anónimas ha vuelto a la discusión
pública con la revelación, luego de seis lustros de misterio y elucubraciones, de quién era
“Deep Throat”, o “Garganta Profunda”, que condujo a los reporteros de The Washington
Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, en la investigación del archinotorio caso Watergate,
que eventualmente tuvo como desenlace la renuncia de Richard Nixon a la presidencia, y
el encarcelamiento de varios de sus ayudantes. La identidad de “Garganta Profunda” fue
un secreto que Woodward y Bernstein juraron no revelar, a pesar de todas las indagaciones
y presiones que hizo el gobierno de Nixon, quien aunque sospechaba, correctamente,
que se trataba de Mark Felt, entonces subdirector del Buró Federal de Investigaciones
(FBI), nunca pudo probarlo. Fue el propio Felt, a sus 91 años, quien decidió “salir del
closet” y revelar que él fue la persona que en un juego de “frío, frío” “caliente, caliente”
y de acertados consejos como “sigan el rastro de los papeles”, guió a los aguerridos
reporteros en su compleja investigación.
Las fuentes de información son la savia del periodismo y se clasifican en dos tipos:
las llamadas fuentes vivas, o sea, las personas, y las documentales, que incluyen una
vasta gama de ofrecimientos, tales como informes, certificados, estados financieros,
entre otros. A pesar de la relevancia y fama de las fuentes anónimas, debo enfatizar
que lo normal y cotidiano en el periodismo es que la información publicada o difundida
contenga el nombre completo y la información pertinente del entrevistado. Las fuentes
anónimas, en inglés las “off-the-record”, son la excepción en el periodismo, algo que sólo
se considera y acepta cuando no existen otras alternativas para lograr la información, que
es de mucho interés e importancia para la ciudadanía. Y, por supuesto, esta información
tiene que confirmarse, a través de otras fuentes.
Un ángulo bien curioso en este escenario es que el nombre de Plame ya había aparecido,
hace dos años, en una columna del comentarista conservador Robert Novak, pero
permanece en un misterio si él ha sido cuestionado sobre la identidad de su informante
o por qué razón él no está ante los tribunales, como Miller y Cooper. A este respecto,
Miller sólo ha expresado que desconoce la situación de Novak, quien tampoco se ha
expresado sobre ello.
Es por ello que el Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico realiza en la
actualidad un exhaustivo estudio sobre este privilegio, que cubre el ámbito de nuestra
jurisprudencia, en la que no hay expresión del Tribunal Supremo, pero sí del Apelativo,
que no lo ha reconocido; la de Estados Unidos, en la que casi todos los estados y el
Distrito de Columbia proveen algún tipo de protección a la confidencialidad de la fuente
periodística, a través de las llamadas “shield laws”, o leyes escudos, aunque a nivel
federal no hay expresión a este respecto, y lo que acontece en algunos países europeos
y latinoamericanos.
Esperamos que el estudio, bajo la guía del ex juez asociado del Tribunal Supremo,
Antonio Negrón García, esté listo en los próximos meses, para entonces proceder a una
amplia discusión del mismo entre todas las partes concernidas, y llegar a la respuesta o
proceder más indicado para la prensa puertorriqueña. No sé cuál será el resultado final
de esta discusión, pero sí estoy segura que es un debate crucial, que toca la fibra íntima
del periodismo responsable, ante el pueblo que sirve y las fuentes anónimas que se
arriesgan para que se sepa la verdad, cuando a los facinerosos, vengan del gobierno o de
donde sea, solo les convenga el silencio.
116 ~ Memorias 2005
Bob Greene y el periodismo investigativo
29 de julio de 2005
El encarcelamiento de la periodista Judy Miller, de The New York Times, la rendición ante
un gran jurado del periodista Matthew Cooper y de la revista Time, la revelación de que
Karl Rove, el hombre de confianza del presidente George Bush es, en realidad, homólogo
de Mark Felt, alias “Deep Throat”, la fuente misteriosa del caso Watergate, forman ya
parte del largo trayecto que recorre la prensa, en ocasiones más llevadero, en otras
atestado de minas, cual campo de batalla. En esta ocasión, resurge la inescapable lucha
entre prensa y gobierno, que existirá mientras haya periodistas fiscalizando gobernantes,
sus agentes u otros grupos tratando de ocultar y manipular información que la ciudadanía
tiene derecho a saber.
Cuando los periodistas bajemos el lomo, nos rindamos ante los poderes y la violencia,
claudicando nuestra responsabilidad con el pueblo, no habrá necesidad de una Semana
de la Prensa porque la prensa libre no existirá, como tampoco existirán otras libertades
que hoy día disfrutamos, con sus defectos y virtudes, y que la prensa ayuda a preservar.
Es éste un escenario tenebroso que rehúso aceptar. Por el contrario, creo que esta
semana debemos reafirmar el compromiso con nuestra labor, y, en especial, honrar
una de sus expresiones más valiosas: el periodismo investigativo. A éste se le define
como aquel reportaje o serie de reportajes que exponen asuntos de mucha importancia
para la ciudadanía, especialmente para sus bolsillos, que se han tratado de mantener
ocultos. Cubre las actividades y operaciones del gobierno de turno, en primera instancia,
y otras que violan la ley en el comercio, la industria, organizaciones privadas y criminales.
Son investigaciones generadas por el propio medio, y suelen requerir mucho tiempo
de trabajo, y, en ocasiones, el uso de fuentes confidenciales. Como resultado de estos
reportajes, algunas personas podrían terminar en prisión.
Bob vino a Puerto Rico en el 1981 a ofrecer unas conferencias sobre periodismo
investigativo, patrocinadas por la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de
Puerto Rico, que en esos momentos yo dirigía. El anfiteatro donde se llevaron a cabo
estuvo repleto de periodistas y sé que todos salimos impresionados con su experiencia y
conocimientos. Tuve ocasión de conversar mucho con él durante su visita, especialmente
sobre el Proyecto Arizona, en el que un grupo de reporteros, miembros de la entidad
Reporteros y Editores Investigativos (IRE, por sus siglas en inglés), continuó y concluyó
la investigación de Don Bolles, del periódico The Arizona Republic, quien fue asesinado
en junio de 1976, en Phoenix, mientras realizaba una pesquisa sobre fraude y corrupción
en ese estado.
Desde sus inicios, fue un proyecto controversial ya que varios miembros de IRE, que
había sido establecida un año antes para fomentar el periodismo investigativo, y diarios
como The New York Times y The Washington Post declinaron participar, aduciendo que
ello podría percibirse como una explotación del asesinato de Bolles, y que era poco
probable que la competencia entre los periódicos permitiera la alianza para una labor en
común, que podría prolongarse por meses y resultar muy costosa. Bob y su equipo de
trabajo, que fue llamado “las ratas del desierto” y que finalmente incluyó 38 periodistas
de 28 periódicos y estaciones de televisión, algunos enviados por sus medios, otros en
licencias por vacaciones, probaron lo contrario, desde su cuartel de operaciones, en un
hotel cercano a The Arizona Republic.
Cuando Bob aceptó dirigir este proyecto sabía el enorme reto que enfrentaba. Pero, se
dijo a sí mismo y a sus compañeros de IRE que al menos lograrían exponer la corrupción
“en una comunidad en la que ha sido asesinado un periodista. Esta comunidad y otras
similares podrán reflexionar sobre lo que ha sucedido y, esperamos, lo pensarán dos
veces antes de asesinar a reporteros”.
Si todo marcha bien para Mildred Marie Meléndez, y no hay por qué pensar lo contrario,
dentro de unos años estará de reportera, tal vez en algún diario o noticiario local, cubriendo
los temas culturales que le apasionan. Para este reto se está preparando hace dos años,
como estudiante del Programa de Comunicación de la Universidad del Sagrado Corazón
en Santurce.
Cuenta Mildred que su mamá se ha convertido en la más crítica lectora de los textos que
escribe para sus clases. Y su papá, quien es maestro, le corrige los errores, que de vez en
cuando se le van. Al igual que la mayoría de los estudiantes universitarios, combina sus
horas de estudio con trabajos a tarea parcial, por lo que sus días y algunas noches son
sumamente ajetreadas. Actualmente colabora, sin paga, en una revista de decoración
porque considera que los conocimientos y experiencias que allí adquiere bien valen la
pena. Pero, anda a la caza, igualmente, de un trabajo con remuneración.
No pude dejar de pensar, mientras conversaba con Mildred, a quien el entusiasmo por el
periodismo se le desborda por los poros, en cómo yo, cuando todavía era adolescente,
Como yo no estaba en ese grupo, opté por otro camino: pedí y obtuve una cita con Miguel
Ángel Santín, quien entonces era subdirector del desaparecido periódico El Mundo en el
Viejo San Juan, y le pedí consejos sobre qué debía hacer para convertirme en periodista.
Tantos años después, todavía recuerdo a Santín, todo un personaje en el periodismo
puertorriqueño del siglo XX, diciéndome, en su voz medio fañosa: “Mire, jovencita, si
yo fuera usted, ingresaba a la Universidad de Puerto Rico, a una facultad como Ciencias
Sociales o Humanidades, estudiaría todo lo más posible sobre diferentes temas, porque
el periodista necesita saber muchas cosas y aprender a buscar información”. Yo, que al
igual que Mildred era tímida y “nerd”, lo escuché con suma atención, asintiendo con mi
cabeza. Al despedirse, Santín me dio un apretón de manos y me dijo: “Vuelva a verme
cuando termine”. Cuatro años más tarde estaba de vuelta, diploma en mano de la UPR,
con bachillerato en humanidades, con una concentración en historia, y créditos sueltos
en asignaturas variadas. A los pocos días estaba sentada en la parte trasera de aquella
sala de redacción poblada de escritorios desiguales, de maquinillas manuales y ruidosas,
de máquinas de telex que vomitaban informaciones todo el tiempo, y que daban la voz
de alarma a través de un peculiar tintineo para avisar una noticia urgente. Me tuve que
pellizcar para confirmar que sí, había llegado a la redacción de un periódico, y me había
convertido en reportera, una totalmente ignorante de lo que debía hacer.
Por supuesto, la educación del periodista tiene que ajustarse a estos tiempos de cambios
irreversibles. En el caso de los periódicos, en competencia continua con los otros medios
por captar el interés y lealtad de un público atareado, éstos se están transformando
en proveedores de la información, desde sus propias salas de redacción, a través de
distintos canales, como la radio, la televisión e Internet. Esto conlleva nuevas maneras
de recopilar la información, de redactarla en distintos estilos; de presentarla de forma
impactante y atractiva. Todo ello dentro del marco inalterable de la ética periodística, que
salvaguarda la responsabilidad, la honestidad y profesionalidad que hacen a la prensa
merecedora de la confianza del pueblo. Este es el gran reto de las escuelas que forman
comunicadores, entre los cuales se encuentran los periodistas, y de los estudiantes que
cada año hacen su ingreso a los distintos programas.
¿Habrá trabajo para ellos y ellas?, me suelen preguntar con frecuencia. Y mi respuesta
es ésta: Sí lo hay y habrá para los que sientan pasión, dedicación y entusiasmo por
el periodismo. Es cuestión de aferrarse a la ambición, de prepararse lo mejor posible,
y aprovechar, al máximo, las oportunidades, aunque en el momento no sea lo que
realmente le gustaría a uno hacer.
Mildred Marie está consciente de que llegar a ser reportera, en su caso de temas
culturales, puede resultar muy cuesta arriba. Así me lo advirtió Santín hace mucho tiempo.
Al igual que infinidad de personas, soy una gran admiradora de las caricaturas de carácter
social y político. Admiro el ingenio, la sagacidad, las ocurrencias, la comprensión aguda de
la situación o personaje enjuiciado que despliegan en éstas sus autores. Y su capacidad
de poner el dedo en la llaga que nos acosa, a manera de dardo punzante. Una buena
caricatura, en muchas ocasiones expresa más que las palabras y las fotografías.
Afortunadamente, la prensa se nutre desde hace siglos de las caricaturas: han sido un
poderoso aliado al momento de informar al pueblo sobre asuntos de interés. Han sido el
filo implacable que ha rasgado sin contemplaciones los velos tupidos de la incompetencia
y la corrupción en los gobiernos y partidos de turno; de los vicios y nimiedades de nosotros
los humanos en nuestro paso por este planeta. Incluso, afirma el historiador David Kerr,
las caricaturas fueron más importantes para el enraizamiento de la libertad de expresión
que los textos escritos porque las palabras le hablan a la inteligencia de las personas,
mientras que las imágenes hablan directamente a las emociones.
Memorias 2005 ~ 121
Las caricaturas, aunque transmiten un mensaje hiriente y sarcástico, logrado a través de
la habilidad del artista para exagerar unos personajes y hechos que quisiéramos pasar
por alto y ni recordar, logran extraernos una sonrisa, aunque sea leve, o tal vez, hasta
tremendas carcajadas. Evocan mezclas de dolor, impotencia, rabia, desencanto… pero
nos reímos. Nos reímos con el caricaturista de lo que sucede porque el humor es el
bálsamo que nos alivia de lo indeseado, en toda su crudeza.
Cuando veo caricaturas en la prensa, suelo recortar aquéllas que más me llaman la
atención y si son excepcionales, las conservo pegadas con cinta adhesiva en la nevera.
Todavía conservo una, ya con visos de pergamino por sus tonalidades amarillentas, en
la que aparece el presidente George Bush, detrás del podio presidencial. Consta de dos
cuadros. En el primero, un Bush impávido dice lo siguiente: “El pueblo americano piensa
en la guerra con Irak y se pregunta por qué”. En el segundo segmento, Bush añade: “Yo
pienso en la guerra con Irak y me pregunto por qué no”.
Yépez habló con gran admiración y respeto sobre los caricaturistas que, a pesar de la
censura y los riesgos personales, publicaban sus obras en periódicos y revistas del siglo
19. “En un siglo en que no existía la libertad de prensa, era una labor titánica publicar
caricaturas de sátira en los periódicos,” dijo. Aseguró que ningún país en Latinoamérica
sufrió los vejámenes a la prensa que se dieron aquí. Sin embargo, ello no impidió el
florecimiento y perseverancia de las caricaturas, y de las publicaciones de sátira política,
de las cuales señaló que sobresalen cuatro: “La Bruja de Mayagüez”; “El Buscapié”, “El
Sombrero” y “El Duende”.
El profesor Escudero se concentró en la obra satírica de Nemesio Canales, del que dijo
que tuvo como verdadera vocación el periodismo. Trazó un retrato de ese escritor y
periodista con profundo sentido de justicia social que hasta el final de su vida luchó en
defensa de los desposeídos, de los problemas de la colonia, utilizando la sátira como
arma de denuncia. “Es el más grande humorista de nuestras letras”, subrayó.
El foro concluyó con Silverio Pérez, que por supuesto nos hizo reír con sus historias sobre
el inicio y desarrollo de los Rayos Gammas y la sátira contemporánea. “Somos parte de
una tradición y la gente reacciona con entusiasmo a la sátira”, dijo, al abundar sobre la
enorme popularidad del espectáculo de los Rayos Gamma, que logra llenar a capacidad
los lugares donde se presenta.
Aunque no formó parte del foro, como epílogo de la actividad se anunció la publicación
del libro “A Portrait of Puerto Rico”, editado por la periodista Gilda Mirós, sobre la obra
del ya fallecido artista gráfico Fernando L. Conesa, natural de Ponce. El libro consta de la
mayoría de los dibujos originales de Conesa realizados del 1943 al 1945 durante su labor
como dibujante de tirillas y caricaturista en el desaparecido periódico El Imparcial. Entre
sus creaciones más recordadas se encuentra el personaje de Cheo, que todavía continúa
apareciendo, y las tirillas cómicas “Gente que nos agria la vida”, “La ocurrencia de la
semana” y “La caricatura del día”.
Mirós, hijastra de Conesa, quien falleció en Nueva York en el 1984, explica que este libro
surge como homenaje a su labor, que llevó a cabo con pasión y esmero. En la introducción
al libro, nos dice que sus más de 200 caricaturas y dibujos aparecidos en El Imparcial,
“muestran las intrigas, los conflictos, las esperanzas y el humor de los protagonistas
políticos, y las reacciones de los ciudadanos de Puerto Rico durante una guerra mundial,
y la formación y la victoria final del Partido Popular Democrático”. Es un retrato gráfico,
como se señala en la portada, de “una inolvidable época de transición en Puerto Rico”.
En nuestro Puerto Rico actual, a menudo aparecen caricaturas que aluden a las tribulaciones
de la prensa y los medios de comunicación. Hace poco recorté una y la coloqué junto a la
de Bush. Es un solo cuadro, en el que un señor, ya mayor y regordete, con una etiqueta
en su camisa que lee “Fuentes Confidenciales”. Un destornillador grueso, colocado en su
boca, con una etiqueta que lee “Las Cortes”, le impide hablar y sólo logra balbucear una
serie de sonidos ininteligibles. A su lado, una reportera joven, con una etiqueta en su traje
que lee “Medios” le pregunta: ¿Le puedo citar sobre lo que está diciendo?
Y uno se sonríe ante el ingenio y creatividad del caricaturista, que tan bien ha captado
esta difícil y preocupante situación de nuestra prensa. Pero, borrada la sonrisa, queda un
regusto, difícil de obviar.
El Centro Pew para Periodismo Cívico, con sede en Washington, D.C., publicó en el 2000
un interesante folleto con el título El periodismo cívico es …, en el que se presentan 23
respuestas breves y afiladas, ofrecidas por igual número de periodistas de prensa escrita
y electrónica, entrevistados a través de los Estados Unidos.
Quisiera poder enumerar las 23 respuestas, pero el espacio me limita a sólo aquéllas que
me parecen más contundentes. Periodismo cívico es, afirman los periodistas, reforzar
nuestra credibilidad; incluir a todos los protagonistas; conectarse con el lector; penetrar
más profundamente en lo que afecta a nuestras comunidades; escucharlas y formar
parte de ellas; prestar más atención a lo que sucede, afinar el oído a través de las nuevas
tecnologías, y ayudar a las personas a tomar acción. En fin, el periodismo cívico es un
compromiso único de acción bilateral a renovarse día a día entre la prensa y la ciudadanía,
enraizado en la ética profesional, que cual varilla inamovible sostiene un desempeño
honorable y justo.
Este periodismo cívico es parte del llamado periodismo de responsabilidad social que
pretende, entre otras cosas, transformar y enriquecer las agendas informativas de la
prensa tradicional, algo ineludible e impostergable si ésta quiere seguir vigente y con
poder de convocatoria. Estamos hablando de una transformación a gran escala que tiene
como punto de partida la revaluación de cómo maneja el medio su cobertura de lo que
acontece, cómo lo publica y redacta, y cómo lo percibe y a su vez reacciona a este
contenido la comunidad que dice servir. Es otra gran revolución dentro de las grandes
revoluciones, lideradas por los cambios tecnológicos, que han ido transfigurando a la
prensa desde hace décadas.
El primero de estos cuadernos, publicado en agosto de 2003, está dedicado al tema “que
más preocupa a los colombianos y al periódico por su trascendencia, por su incidencia
social, cultural, política y económica: el conflicto armado”. Titulado El conflicto armado en
las páginas de El Tiempo, éste consta de seis partes, en las que paso a paso se muestra
“el recorrido adelantado en el periódico para describir y analizar su representación de la
guerra y de la paz, en un período de tiempo complejo y difícil”.
Este recorrido se inicia en la primera parte con la explicación del procedimiento seleccionado
para estudiar el tema, “una metodología arqueológica” que permitió recopilar toda la
información sobre éste publicada durante cuatro meses: mayo y octubre de 2000, y
enero y febrero de 2001. En la segunda parte se presentan los datos obtenidos de esta
observación sistemática, que incluyó el análisis de las noticias publicadas, divididas en
cinco grandes categorías, que a su vez fueron subdivididas; el uso de las fuentes y de los
géneros periodísticos; la distribución de las informaciones en las distintas secciones del
diario; su inclusión en la portada, y el espacio que éstas ocuparon.
Esta evaluación arrojó datos muy interesantes. Por ejemplo, al analizar las fuentes
se encontró que casi siempre eran las mismas, procedentes de cuatro sectores: el
gobierno, el ejército, la guerrilla, y los ciudadanos víctimas del conflicto. Fueron excluidas
las expresiones de expertos, universidades, líderes sindicales, partidos políticos,
organizaciones no gubernamentales y otros afectados por la guerra. En cuanto a la
utilización de diversos géneros periodísticos, la investigación encontró “una tendencia
a la noticia inmediata, una ausencia casi total del análisis noticioso y una aparición
excepcional de otros géneros como entrevistas o informes especiales”.
Por otro lado, se encontró que la mayoría de las noticias sobre la guerra se agrupaban
en cuatro secciones del diario, y curiosamente en la sección dedicada a la cobertura de
Bogotá, éstas eran muy escasas. “Es como si la ciudad estuviese fuera de este asunto”,
se afirma. Y más adelante se añade: “Visto en las secciones del diario, la guerra o la paz
son un problema de política, que se analiza desde este ángulo y que deben resolver
los políticos. No es un problema de comunidades, de salud, de medio ambiente, de
construcción de nacionalidad, de educación, de confianza para invertir y crear empleos,
de cultura, de ciencia y tecnología. Esto contrasta con las columnas de opinión, en las
cuales hay mucho interés por tratar estos temas en relación con el conflicto.”
La parte tercera del cuaderno presenta lo ocurrido en las sesiones de análisis de los
datos, en las que participaron, primeramente, los periodistas de El Tiempo, y más tarde
miembros de diferentes sectores de la sociedad colombiana. De toda esta discusión,
que se prolongó por meses, surgió la política renovada de cobertura del conflicto que
Las ricas vivencias de El Tiempo pueden señalarnos caminos a explorar en este gran
reto que enfrenta la prensa y que seguimos con gran interés todos los que amamos el
periodismo. Ojalá puedan acompañarnos en esa noche tan especial, en la que además
distribuiremos, libre de costo, nuestra más reciente publicación: Memorias del 2004.
Solbes enumeró y explicó algunos de ellos: “focalizar a las víctimas, y no a los verdugos,
ausencia de análisis y de contextualización, otorgamiento de credibilidad a fuentes
desinformadas (vecinos) o estrictamente policiales”. Apuntó que estos desaciertos han sido
parte de las rutinas en las salas de redacción, donde todavía se usan inconscientemente
expresiones que parecen justificar las causas de las agresiones y asesinatos, en una
emulación del periodismo estadounidense que busca, en las informaciones noticiosas,
explicar las interrogantes básicas del quién, dónde, cuando, por qué y cómo.
Al elaborar sobre los testimonios recogidos por los periodistas entre vecinos y familiares
de las víctimas, Solbes atribuyó los mismos a la prisa y competencia entre los reporteros
por entrevistar a quien sea que esté dispuesto a hablar, aunque lo que ofrezcan sean
“testimonios desinformados, especulativos, muchas veces contrapuestos, de gentes del
vecindario que buscan o aceptan sus 15 segundos de gloria ante las cámaras sin imaginar
el significado o la trascendencia de cada uno de estos comentarios.” Señaló además,
una cierta tendencia de los vecinos, policías o periodistas a “aventurar diagnósticos
psiquiátricos sobre el verdugo, atribuyéndole trastornos mentales que posteriormente
se suelen demostrar ficticios, pero que en un principio desvían la atención del auténtico
origen del problema”.
Solbes considera que la prensa española ya ha dado pasos muy positivos en la dirección
correcta. Por ejemplo, señala que “poco a poco se ha ido ampliando la perspectiva desde
la cual abordar la situación, que ha saltado a las portadas de los suplementos dominicales
y pasado a formar parte de pleno derecho de noticiarios y tertulias de radio y televisión”.
Las entrevistas también se han enriquecido con las aportaciones de mujeres líderes
feministas, expertas, políticas y miembros de la judicatura. Igualmente, el problema
“ya se ha instalado en la agenda mediática e impregna buena parte de las secciones
incluyendo Cartas al Director, Opinión y Editorial”.
Pero, advirtió que es sólo un comenzar, en una agenda que no concluye con la
publicación de noticias bien tratadas y eficaces. La responsabilidad social de los medios
de comunicación, en especial la televisión, va más allá de sus segmentos noticiosos:
incluye todos sus espacios, y en muchos de estos impera la violencia como espectáculo
lucrativo. Ese, concluyó Solbes, es el otro debate a darse.
Las agresiones contra los periodistas, ya bien sean físicas o a través de procesos legales
lesivos, constituyen una historia lamentable que se repite a lo largo de cada año, y anida
en todos los confines de nuestro planeta. Es por ello que la defensa de la libertad de
prensa y de expresión tiene que ser constante y efectiva, desde todos los escenarios
disponibles, con todas las voces dando la voz de alerta y de repudio vigoroso.
Hace un año, el Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico expresó su rechazo
al arresto del fotoperiodista de El Nuevo Día, Xavier Araújo, quien fue detenido el 15
de diciembre de 2004 mientras cubría, junto a otros colegas, un evento noticioso en
Bayamón. El momento de su inesperado arresto fue captado por sus colegas, y sus
fotos y vídeos del suceso fueron mostrados a lo ancho y largo de Puerto Rico. Las
organizaciones de prensa, como la Asociación de Periodistas de Puerto Rico, la
Asociación de Fotoperiodistas, el Overseas Press Club y el Centro para la Libertad de
Prensa se unieron al reclamo de que se llevara a cabo una investigación a cabalidad sobre
los hechos.
Días más tarde, esta vez en México, se suscitó otro debate público por el arresto de
la periodista Lydia Cacho Ribeiro, quien enfrenta una posible pena carcelaria de cuatro
años por acusaciones de difamación y calumnia, tras escribir un libro sobre redes de
pornografía infantil en dicho país. En su libro “Los demonios del Edén: el poder detrás de
la pornografía infantil”, publicado a principios de 2005, Cacho Ribeiro señala, con nombres
y apellidos, a personas poderosas vinculadas, de acuerdo con su investigación, a este
nefasto negocio.
Las acusaciones por difamación y calumnia habían sido radicadas contra Cacho Ribeiro en
octubre por el acaudalado empresario textil Kamel Nacif, de origen libanés pero radicado
en Puebla, quien aparece en el libro de la periodista vinculado a Jean Succar Curí. Este
había sido detenido el año pasado en los Estados Unidos, acusado de ser líder de una
red de pornografía infantil.
Contrario a Puerto Rico, donde se eliminó del nuevo Código Penal la criminalización de la
difamación y calumnia, (gracias a la intensa campaña de las organizaciones de periodistas
y del Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico) en México ésta sí existe. Y, todavía
peor, algunos estados han aumentado en tiempos recientes las penas carcelarias. La
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha denunciado reiteradamente esta situación,
que considera una amenaza a la libertad de prensa y que “contradice la tendencia a la
despenalización de estos delitos en otros países latinoamericanos”.
Cacho Ribeiro, quien también preside el Centro Integral de Apoyo a las Mujeres (CIAM),
una institución fundada por ella para proteger a mujeres víctimas de violencia, fue dejada
en libertad el 23 de diciembre tras prestar una fianza 70,000 pesos en efectivo, unos
$6,500. Actualmente se encuentra en libertad bajo caución, lo que la obliga a viajar una
vez a la semana hasta Puebla para firmar un registro en el juzgado, en lo que se inicia el
juicio en su contra.
De acuerdo con una nota publicada en mayo de 2005 por la organización pro derechos
humanos “Front Line”, del 25 de abril al 1 de julio de 2005, Cacho Ribeiro recibió en
su oficina por lo menos 42 llamadas amenazantes. En una de ellas, un hombre le dijo
lo siguiente: “Esto es para Lydia Cacho, para que esté advertida que pronto estaré en
Cancún, y que cuando menos me espere... La Oficina del Fiscal General no puede
hacerme nada... quien se meta conmigo muere.”
Lydia Cacho Ribeiro continuó, como siempre, asistiendo a su oficina. Y me imagino que lo
seguirá haciendo hasta que comparezca al juicio en Puebla, sabe Dios cuándo.
“No se aprobará ley alguna que restrinja la libertad de palabra o prensa o el derecho del
Pueblo a reunirse en asamblea pacífica y pedir al gobierno la reparación de agravios”.
Sección 4, Artículo II
Carta de Derechos, Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico
“No hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa. El ejercicio
de éstas no es una concesión de las autoridades, es un derecho inalienable del pueblo”.
Primer Principio de la Declaración de Chapultepec, la cual promueve la libertad
de prensa en las Américas. Fue redactada en la Conferencia Hemisférica convocada por la
Sociedad Interamericana de Prensa en marzo de 1994 en el Castillo de
Chapultepec, México.
10. Ningún medio de comunicación o periodista debe ser sancionado por difundir la
verdad o formular críticas o denuncias contra el poder público.