Este minsculo relato no tiene explicacin ni desenlace: el personaje no se
importa mucho; el argumento, tampoco. Lo cuento con la simplicidad de unas pocas lneas porque no alcanza a casi nada, pero no me gusta el olvido. Extraa figura: parece que viene desde ms lejos de todas las fronteras Su mirada se nota perdida, como ausentes los ojos en otra historia imposible de contar; sus pasos caminan vacilantes y sus manos se mueven descontroladas; vestida de cualquier manera, sin embargo, la esbeltez de su cuerpo llama la atencin a todos los que la vemos llegar. Una mujer hermosa, pero -Me llamo Nadie! Me llamo Nadie! Repite una y otra vez en nuestra presenciaMe llamo Nadie, y no s de dnde vengo, no lo s -Pero, muchacha, atiende un poco -Algunos queremos ayudarla, hacerla entrar en razn- Explcate, qu te sucede? -Me llamo Nadie! Me llamo Nadie! Expresiones obsesivas- Y no s qu hago en este lugar. No s, no lo s Rechaza el vaso de agua, el trozo de pan o las uvas frescas de otoo. No desea compasin ni comprensin, no quiere que nadie la toque, solo que seamos el eco de sus palabras. Viene de paso y de paso prosigue su camino, sola, empujada por sus obsesiones. Habla como si se ahogara en el mar de la tarde: -Me llamo Nadie! Me llamo Nadie! Y no s adnde voy, no lo s Con la mirada perdida y su caminar vacilante se va alejando de nosotros por un estrecho camino de montaa que lleva a ninguna parte A ninguna parte.
El mismo da en el que los ms poderosos del mundo han hecho historia, solo para ser ms poderosos todava
8 azaroa/noviembre 2016 Almirante (Bocas del Toro) Aasteartea /martes