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GERALD BAKKER y LEN CLARK LA EXPLICACION Una introduccién a la filosofia de la ciencia FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO-ARGENTINA BRASIL-CHILE-COLOMBIA-ESPANA. ESTADOS UNIDOS DE AMERICA-PERU-VENEZUELA Primera edicién en inglés, 1988 Primera edicién en espanol, 1994 Titulo original: Explanation: an introduction to the philosophy of science © 1988, Mayfield Publishing Company Mow in View, California LS.BN- 0:87484-838-5 DR. © 1994, FONDO DE CuLTURA Economica, S.A. bE C. V. ‘Avda. Picacho Ajusco, 227. 14200 Mexico D. F. FONDO DE CULTURA ECONOMICA DE ESPANA, S.A. Via de los Poblados (Edif. Indubuilding Goico, 4-15), 28088 Madrid LSB: 84-875-03485 Depésito Legal: M. 5.947-1994 Impreso en Espaiia Il. COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA. COMENZAMOS nuestro anilis de la explicacion cientifica contemplando las diferentes formas de explicar el extrafio comportamiento de Martin E. Pero no todas las explicaciones de la lista se clasificarian como explicacio- nes cientificas; habria algunas que se denominarian pseudocientificas. Puede que quienes las propusieran las defendiesen como cientificas, pero habria otros cientificos, quiz4 la mayoria, que ni siquiera querrian tomarlas en consideracién. Hariamos bien, asi pues, en indagar desde el principio sobre qué tentativas serian calificadas como cientificas y qué otras no lo serian. No tenemos que ir demasiado lejos para encontrar ejemplos de expli- caciones que cominmente se conocen como pseudocientificas. Los horés- copos que aparecen en los diarios, los articulos del National Enquirer, y una serie de libros de dietética ofrecen explicaciones que se autoproclaman «cientificas», pero que casi todos los cientificos estarfan de acuerdo en que no lo son. Seria, por tanto, mas instructivo estudiar una explicaci6n o una teoria propuestas sobre las que haya habido un importante desacuerdo y un gran debate ptblico. Velikovski: gciencia 0 pseudociencia? En los iiltimos treinta afios, no ha habido ninguna teoria que, aun reci- biendo un apoyo significativo, haya sido tan enérgicamente denunciada como pseudocientifica como las teorias de Immanuel Velikovski. Sus ideas respecto a la historia geolgica reciente del planeta Tierra han provocado una gran oposicién entre los cientificos y, de hecho, etiquetar sus teorias de pseudocientificas es utilizar uno de los epitetos mas suaves con los que puede describirse su obra. Vamos a proceder a hacer un anilisis de los argumentos a favor y en contra de las ideas de Velikovski, partiendo del supuesto de que los casos mas polémicos suelen suscitar los interrogantes més interesantes. Walter Sullivan, director de la seccién de ciencias del New York Times, nos ha proporcionado algunos datos biograficos de Immanuel 25 26 LA EXPLICACION Velikovski que nos ayudarén a presentar con cierta perspectiva sus ideas '. Se mire como se mire, Velikovski es un hombre extraordinario. Nacié en 1895 en Vitebsk, Rusia, ya una temprana edad tom6 la decision de estudiar medicina, Esto resultaba dificil, ya que era judio, y en la Rusia zarista los judios tenian muchos impedimentos para cursar este tipo de estudios. Se marché a estudiar durante una temporada a Francia y, después de visitar Palestina, prosiguié sus estudios preparatorios en Edimburgo. Durante una visita a Rusia en 1914 le sorprendié el estallido de la I Guerra Mundial, de forma que concluyé alli su formacién profesional, y obtuvo su licenciatura en 1921 en la Universidad de Mosca. Sin embargo tenia el corazén dividido casi por igual entre la cultura judia y la medicina. Entre 1921 y 1928, cuando se encontraba realizando sus estudios de posgraduado en Berlin, conocié a Chaim Weizmann, quien mas tarde legaria a ser el primer presidente de Israel, y que habia emprendido la creacién de la Universidad Hebrea en Jerusalén. Veli- kovski se unié a su labor y coedit6 dos series de volimenes, la Scripta Universitatis, que incluian articulos de judios universitarios publicados en nombre de la incipiente universidad de Jerusalén. La secci6n fisico- matematica de estas colecciones la dirigié Albert Einstein. Parece ser que Weizmann pidié a Velikovski que empezase a esta- blecer la universidad en Jerusalén, pero éste rechaz6 la propuesta, aparentemente porque al parecer no le entusiasmaba demasiado la idea de tener que recaudar fondos intensivamente, ni las tareas administrativas que semejante cometido podria acarrear. Sin embargo, mas tarde, en 1923, él y su esposa se trasladaron a vivir a Palestina, donde Velikovski ejercié la medicina y comenzé a estudiar el psicoanilisis. Conoci Freud y mantuvo correspondencia con él, Contribuy6 con un articulo en Imago (la revista sobre psicoanilisis que Freud editaba en Viena) y que mis tarde se publicaria en inglés bajo el titulo de «La Sonata a Kreutzer de Tolstoi y la homosexualidad inconsciente». Velikovski deci- di6 incluso analizar al mismo Freud, por asf decirlo, escribiendo acerca de «Los suerios que Freud sofié». Fue asimismo el primero —o al menos uno de los primeros— en reconocer la importancia del electroencefalo- grama (EEG), o registro de impulsos eléctricos de algunas partes del cerebro, en el diagnéstico de la epilepsia. Cuando leyé el articulo de Hans Berger que exponia por primera vez los estudios que se levaban a cabo en 1929 sobre la deteccién de las emisiones eléctricas del cerebro, comprendié que semejante método podia aplicarse al estudio de los a * Walter Sullivan, Continents in Motion (Nueva York: McGraw-Hill, 1974), pp. 26-28, COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 27 ataques epilépticos, que se iniciaban «a la manera sibita de un rayo» y que él comparaba con los efectos de un cortocircuito eléctrico. En el informe de ponencia que preparé en 1930, y que publicaria al aio siguiente, recomendaba el estudio de los registros encefalograficos de la epilepsia y sugeria la posibilidad de derivar a partir del cerebro las rapidas fluctuaciones eléctricas que, segiin sospechaba intervenian en el fenémeno. En 1939 tuvo lugar un cambio importante en la carrera de Veli- kovski, cuando él y su familia decidieron tasladarse a Nueva York para proseguir sus investigaciones para un libro que versaria sobre el estudio de los tres héroes de Freud: Edipo, Akhenatén y Moisés. Segin iba Velikovski profundizando en los antiguos textos egipcios, asi como en los hebreos, parecia que algunas de las catastrofes biblicas descritas en Exodo —tales como la Iluvia de fuego, la plaga de las tinieblas, y la separacién del Mar Rojo— también se encontraban reflejadas en los escritos egipcios. Podria ser que estos hechos, se preguntaba a si mismo, hubiesen sido verdaderamente acontecimientos mundiales de una indo- le terrible? La investigacién posterior fue adquiriendo formidables pro- porciones. Revis6 antiguas crénicas de la América precolombina, de China, India, Iran, Babilonia, Israel, Egipto, Islandia, Finlandia, Grecia, y Roma. En muchas de estas cronicas hallé informes de catastrofes que indudablemente habian ocurrido en todo el mundo de una manera coincidente. Finalmente para explicarlas concibié la a todas luces extraordinaria teoria de que la Tierra, durante el periodo que abarcaban estos relatos tradicionales, habia atravesado por una sucesion de encuen- tros catastr6ficos con cometas y planetas. Segiin la conclusion de Velikovski, el culpable de todo ello era el planeta que, separado de Jiipiter en forma de cometa, habia seguido una érbita excéntrica, y en dos ocasiones se habia aproximado a la Tierra. Esta idea tenia rasgos en comin con otra expuesta por Howard B, Baker en una serie de articulos que comenzaron a publicarse en 1911. Tal como hemos expuesto anteriormente, Baker habja sugerido que la Tierra y Venus se habian aproximado lo suficiente como para que el efecto de la gravedad de Venus pudiese arrancar la masa lunar de una zona de nuestro planeta que acabaria convirtiéndose en la cuenca del Pacifico, provocando con ello el desplazamiento de los continentes que abrié la cuenca del Adantico. Baker creia que el hipo- tético encuentro con Venus se produjo en el periodo Mioceno, hace unos 20 millones de afios, mientras que Velikovski contemplaba este hecho como un acontecimiento mucho mas reciente, que habia sido la causa de muchas de las catastrofes biblicas. Este afirmaba que sobre la Tierra cayeron hidrocarburos en forma de nafta, procedente de la «cola 28 ‘LA EXPLICACION del cometa» de Venus, que originaron una Iuvia de fuego; el eje de rotacién terrestre se tambaleé de tal manera que el sol parecié quedar inmévil en el cielo, como se relata en Josué; los mares inundaron las tierras y el mar Rojo se vacié durante un breve periodo. Hubo un momento en que Venus entré en colisién con Marte, que segin Veli- kovski, también se acercé repetidas veces a la Tierra, antes de que los planetas adoptaran las érbitas que tienen en Ia actualidad. Velikovski mezcl6 sus interpretaciones de la historia antigua con descubrimientos cientificos recientes. El] hecho de que la polaridad del campo magnético de la Tierra haya sufrido inversiones en el pasado geolégico —fenémeno que haria que la aguja de la brajula, que apunta al norte, pase a apuntar al sur— lo consider6 como la prueba de que cuando cometas o planetas estuvieron a punto de colisionar con este planeta, tuvieron lugar descargas eléctricas entre los dos cuerpos, pro- duciendo ionizaciones tan intensas como para producir la inversion de la polaridad magnética de la Tierra. Quienquiera que esté interesado en llegar a juzgar a fondo la recons- truccién de los acontecimientos que Velikovski hace del reciente pasado hist6rico tendra que leer sus libros Worlds in Collision (Mundos en colisién) y Earth in Upheaval (La Tierra en conmocién)®. No obstante, ha aparecido en la revista Pensée un excelente resumen de los acontecimientos propuestos por Velikovski. Al leer esta exposicin se deberd tener en cuenta que el propésito principal de Velikovski era escribir una relacién de los aconte- cimientos histéricos utilizando los textos de pueblos de la Antigiiedad. Inicialmente no pretendia poner en tela de juicio ni a la ciencia, ni a las leyes cientificas, sino a la interpretacién dada a los textos y testimonios que nos han dejado los pueblos antiguos. Sin embargo, esto ultimo le Hev6 a refutar gran parte de lo que habian afirmado los fisicos, astr6nomos, gedlogos y bidlogos, y Velikovski no eludié la confrontacién: exigié tam- bién una reconstrucci6n de las leyes cientificas. El resumen de Pensée va precedido de una breve introduccién editorial *: Immanuel Velikouski manifiesta un gran disgusto ante los restimenes y las versiones popularizadas de sus libros. En el pasado, muchas criticas erréneas de su * Immanuel Velikovski, Worlds in Collision (Nueva York: Doubleday, 1950); y Earth in Upheaval (Nueva York: Doubleday, 1955) » Velikouski Reconsidered, por los editores de Pensée (Nueva York: Warner Books, 1977). Desde 1972 a 1974 se dedicaron 10 ejemplares de Penséea las ideas de Velikovski. La seleccion que se incluye aqui se publicé por primera vez en mayo de 1972 y se incorporé, con algunos cambios sin importancia, como prélogo del libro Velikouski Reconsidered. COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 29 obra se han basado en ese tipo de exposiciones de divulgacién por parte de criticos que nunca han estudiado sus libros. Y desde luego estos libros, detallados en su argumentacién y exhaustivos en su documentacién, no se prestan facilmente al resumen. No obstante, al embarcarse en un proyecto que tiene por finalidad ofrecer la méxima cobertura de todos los aspectos de la obra de Velikouski, los editores de Pensée han pensado que seria conveniente volver a poner al corriente a los lectores del flujo de acontecimientos descritos en su revolucionaria reconstruccién de la historia reciente del sistema solar. No presentamos toda la masa de pruebas que se acumulan en Worlds in Collision y Earth in Upheaval, y para aquéllos que no han leido esos libros, esos acontecimientos tienen por fuerza que parecerles fantasiosos e insostenibles. Esta dificultad tinicamente se puede remediar, desde luego, remitiendo al lector directamente a los textos del propio Velikovski, demostrativos y llenos de erudicion. El breve bosquejo que ofrecemos a continuacién se ha preparado sin la ayuda de Velikouski. El estudioso y el erudito serios deberén recurvir a la lectura detenida de Worlds in Collision y Earth in Upheaval. ek Cataclismos globales han alterado la faz de nuestro planeta mas de una vex en los tiempos historicos. El eje terrestre ha experimentado cambios. La Tierra se salié de su 6rbita establecida. Los polos magnéticos se invirtieron. Los mares, con grandes convulsiones, se volcaron sobre los continentes, la corteza terrestre se plegé, y los volcanes entraron en erupcién formando asi cadenas mon- tanosas. Corrientes de lava de mds de un kilometro de espesor cubrieron vastas extensiones de la superficie de la Tierra. El clima cambié repentinamente: el hielo cubrié la exuberante vegetacién, mientras que las verdes praderas y los bosques se transformaron en tierras desérticas. En unos breves momentos espantosos las civilizaciones se derrumbaron. Hubo especies que desaparecieron, arrasadas por enormes masas de barro continental, de rocas y agua marina. Los maremotos aplastaron incluso a las bestias mas gigan- tescas, lanzando sus huesos en confusos montones, al fondo de los valles y al interior de las fisuras de las rocas, donde se han conservado bajo montatias de sedimento. Los mamuts de Siberia se congelaron insténeamente y quedaron sepultados. Las generaciones supervivientes registraron estos acontecimientos con todos los medios disponibles: mediante mitos y leyendas, en templos y monumentos a los dioses planetarios, en detalladas cartas celestes, ritos sacrificiales, cénones astrolégicos, detallados registros de los movimientos planetarios y en trdgicos lamentos en medio de ciudades caidas e instituciones destruidas. 30 LA EXPLICACION «TODO ESTA EN RUINAS» Conscientes de que existia un vinculo entre la trayectoria de los cuerpos celestes y el hundimiento catastréfico de generaciones precedentes, los habitantes de los tiempos pasados observaban incesantemente los movimientos de los planetas. Sus tradiciones evocaban que cuando las antiguas épocas desaparecieron, la nueva «Era» 0 «Sol» estaba marcada por diferentes senderos celestiales. Los astrénomos y videntes observaban diligentes cualquier cambio que pudiese augurar que se aproxi- maba la destruccién y el final de una era. Antes del segundo milenio a.C las observaciones de los antiguos hindues hablaban de cuatro planetas visibles, excluyendo a Venus. Los babilonios, meticu- losos en sus observaciones, tampoco advirtieron la presencia de Venus. Pero un poco antes de 1500 a.C., fiipiter, considerado durante siglos como la principal de las deidades, conmocioné la serenidad de los cielos. Un objeto de encendido brillo, salié despedido desde este planeta y entré en una 6rbita larga y eliptica alrededor del sol. El temido dios ipiter habia dado nacimiento al cometa y protoplaneta llamado Venus. Los hombres, aterrorizados, observaban cémo la «resplandeciente antorcha de los cielos» recorria su alargada 6rbita, amenazando a la Tierra. Un texto de astronomia chino recuerda que Venus recorria los cielos, rivalizando con el sol en luminosidad. «La brillante luz de Venus», constata una fuente rabina de la antigiiedad, «resplandece desde un extremo al otro del cosmos». Los temores de los observadores de los astros estaban justificados. Durante la mitad del segundo milenio a.C (c. 1450), en el momento en que Venus se alejaba de su pertmetro, la Tierra se aproximé al intruso, penetrando primero en las partes mas externas de la cola del cometa. Un polvo ferruginoso descendié filtrandose a través de la atmésfera de todo el globo y titendo de un tono sanguinolento las tierras y los mares. Este fino pigmento irrité la piel humana y a los hombres les sobrevinieron enfermedades. Quienes tenian sed no podian beber. Los rios apestaban por el hedor que desprendéan los restos de los peces podridos, y los hombres cavaban desesperada- mente buscando agua que no estuviese contaminada por el extraio polo. «La plaga se extiende por todo el pais. Todo esté cubierto de sangre», se lamentaba el egipcio Ipuwer. «Los hombres se consumen de no probar alimento, los seres humanos estén sedientos de agua... jEs nuestra agua! ;Es nuestra felicidad! ¢ Qué podemos hacer a este respecto? Todo esta en ruinas.» Como recordaban los babilonios, la sangre del monstruo celestial Tiamat se derramé sobre el mundo. Pero conforme la Grbita terrestre hacia que nuestro planeta penetrase mas profundamente en la cola del cometa, la Iluvia de particulas iba en aumento haciéndose mas gruesa y peligrosa. Muy pronto una lluvia de grava arrecié sobre COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 31 la Tierra «...cayé granizo y fuego mexclado con el granizo, con mucha intensidad, tanta como no se habia dado jamés en toda la tierra de Egipto desde que ésta se habia convertido en una nacién». Asi lo registré el autor del Exodo. Los hombres huyendo del torrente de meteoritos, abandonaron sus ganados al holocaust. Los campos de grano, que servian para alimentar a las grandes ciudades, se echaron a perder. Ipuwer lamentaba: «No se encuentran frutos ni hierbas. Lo que ayer existia se ha estropeado. La tierra queda agotada como tras la cosecha del lino». Estas cosas pasan, decian los Anales Mexicanos de Cauahtitlan, cuando del cielo «en vez de lover agua, Uueven fuego y piedras candentes». Al ir sumergiéndose nuestro planeta cada vez mas profundamente en la cola del cometa, gases hidrocartniricos envolvian la Tierra, reventando en el cielo en estallidos de fuego. Columnas de petréleo no encendido se derramaron sobre el planeta, penetrando en la superficie y flotando sobre los mares. Desde Siberia hasta el Caéucaso y hasta el desierto de Arabia, los grandes derramamientos de nafia estuvieron ardiendo durante arios, sus oleadas de humo ofrecian un manto de oscuridad para desesperacién de los hombres. Nuestro planeta estaba a punto de entrar en colisién con la maciza cabeza del cometa. De repente, agarrada por una fuerza invisible, la Tierra sufrié una violenta sacudida; su ge se inclind. En un solo instante de convulsion, las ciudades fueron devastadas, grandes edificios de piedra se tambalearon y las poblaciones fueron diezmadas. «Las ciudades estén destruidas. El Alto Egipto es tierra baldia... todo esta en ruinas... El palacio ha quedado destruido en un minuto.» Por todo el mundo, los océanos se precipitaron sobre las montanas y derramaron sus aguas en las cuencas continentales. Los rios fluian corriente arriba. Las islas se hundian en el mar. Los estratos desencajados chocaban entre si, mientras que la Tierra, en su desvario generaba un huracén global que destruia bosques y arrastraba a su paso las moradas de los hombres. En China, las aguas «sobrepasaron las grandes alturas, amenazando a los cielos con sus inundaciones». Se necesitaron décadas de trabajo para desecar los valles de la tierra firme. Arabia se transformé en un desierto por efecto de las mismas convulsiones tebiricas que habia hundido a la legendaria Atlantida bajo las aguas del océano al oeste de Gibraltar. Los supervivientes, con los sentidos embotados, permanecieron en trance durante dias, asfixidndose en el aire humeante. La inclinacion del ee de la Tierra dejé a una porcién del mundo en una prolongada oscuridad, a la otra en un prolongado dia. Desde América hasta Europa, hasta Oriente Medio, las crénicas hablan de una oscuridad que persistio durante varios dias. En el limite de la oscuridad, los prueblos de Iran fueron testigos 32 LA EXPLICACION de una noche que duro tres dias y de tres dias en que no hubo noches. Las fuentes chinas hablan de un holocausto durante el cual el sol no se puso durante muchos dias y la tierra estaba en Wamas. Por doquier, pueblos y naciones, desarraigados por el desastre, abandonaron sus tierras. EL DRAGON CELESTIAL Los israelitas, conducidos por Moisés, huyeron de la devastacién que acabo con el Imperio Medio en Egipto. Mientras huian hacia el mar del Paso, el resplandeciente cometa, en forma de cabeza de dragén, brillaba en medio de la tempestad de polvo y humo. El cielo de la noche se encendia de color prirpura cuando entre la cabeza del cometa y su contorneante y sinuosa cola saltaban gigantescas chispas eléctricas. La gran batalla entre la Nameante cabeza del cometa y la columna de humo entre un dios de la luz y una serpiente leviatdnica qued6 recogida en la memoria en primordiales mitos por toda la Tierra. Los babilonios cuentan que Marduk lanzaba rayos de fuego contra el dragin Tiamat. Los egipcios fueron testigos del combate a muerte entre Isis y Set. Los hindues describen a Visnti luchando contra la «curvada serpiente». Zeus, en el relato de Apolodoro, peled con la enroscada vibora Tifon. Los israelitas fugitivos, una vex que alcanzaron Pi-ha-jiroth, en el extremo del mar Rojo, fueron perseguidos por el faraén Taui-Thom (Tifén). El gran mar se hallaba dividido ante el pueblo esclavo; sus aguas se habian elevado por efecto del movimiento de la Tierra y de la atraccién que ejercia el cometa. Cruzando a través del fondo seco, los israelitas escaparon de Egipto. Cuando el cometa se hallaba en su punto mds cercano a la Tierra, Taui-Thom penetré con sus ejércitos en el lecho del mar. Pero, incluso antes de que toda la masa de los israelitas hubiese alcanzado la otra orilla se produjo una gran descarga eléctrica entre los dos planetas. Las aguas volvieron a descender al instante. El faraén, sus soldados y sus carros de guerra, y aquellos israelitas que todavia se encontraban entre las aguas divididas, fueron lanzados violentamente al aire y tragados por una gigantesca tromba. La batalla que se libraba en el cielo hizo estragos durante semanas. Una columna de humo de dia, un pilar de fuego durante la noche. Venus infligia la destruccién a las naciones grandes y pequenias. Para los israelitas fue un instru mento de salvacién nacional. Mediante una serie de aproximaciones muy estrechas, la cola del cometa, espantosa sombra de muerte, cinté la Tierra, envolviendo al planeta en una espesa + Lenebrosa neblina que duré muchos artos. ¥ asi, en medio de la oscuridad, concluyé una era histérica, COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 33 Probablemente la raza humana se habria extinguido, de no haber sido por una misteriosa substancia vivificante que se precipitaba en la espesa atmésfera: el nutritive «mand» y la «ambrosia» descritos por las antiguas crénicas de todos los pueblos. Caia con el rocio de la mariana: dulce y amarillenta escarcha. Era comestible. Los carbohidratos de ambrosia, posiblemente derivados de los hidrocar- buros de Venus por una accién bacteriana, llenaban la atmésfera de una dulce fragancia. Corian riachuelos de «miel y leche». Cuando este «pan del cielo» se calentaba, se disolvia, pero cuando se enfriaba, se precipitaba en granos que podian conservarse largo tiempo o molerse entre dos piedras. Su presencia permitié que hombres y bestias sobreviviesen En la nueva era, el sol salia por el este, por donde anteriormente se ponia. Los cuadrantes del globo se habian desplazado. Las estaciones ya no llegaban en el momento adecuado. «El invierno llega como verano, los meses del avio se han invertido, y las horas estén en desorden», puede leerse en un papiro egipcio. El emperador chino Yahou envié estudiosos por toda la Tierra para que localizasen el norte, el este, el oeste y el sur, y para que confeccionasen un nuevo calendario. Existen numerosos informes que hablan de que la Tierra «se esté dando la vuelta». En una inscripcin egipcia de antes del tumulto se puede leer que el sol «sale por el oeste». Mientras los hombres intentaban determinar las horas y las estaciones, Venus continuaba su curso amenazante alrededor del sol. Bajo el mandato de Josué, los israelitas habian penetrado en la Tierra Prometida y una vez mds Venus se aproximé. Fue cuando los cananeos huian ante el avance de Josué en el valle de Beth-horon —unos cincuenta atios después del Exodo— cuando la hija de Jipiter desaté su furia por segunda vez. «El Seftor arrojé desde los cielos grandes piedras sobre sus cabezas, en Azekah, y todos perecieron.» El eje tervestre se incliné. Una vex mds, la Tierra tembl6 violentamente. Las ciudades ardieron y se derrumbaron. Sobre Beth-horon el sol permanecié inmévil durante horas. Al otro lado de la Tierra, los cronistas hacian constar que hubo una prolongada noche, cuya tinica luz era el resplandor del horizonte en llamas. Esto ocurrié, segiin constatan los cronistas mexicanos, unos cincuenta anos después de una destruccién anterior, Como en su primer encuentro con el joven cometa, la superficie de la Tierra se resquebrajé con enormes fallas y fisuras, y los huracanes barrieron intensamente su suelo. Los estratos, presionando contra otros estratos, se levantaban estruendosamente de la superficie de la tierra y se convertian en montaiias o engullian ciudades. No obstante, la Tierra y algunos de sus habitantes sobrevivieron. Previendo que una nueva devastacién se prolongaria por otro periodo de cincuenta arios, las naciones se doblegaron ante la gran diosa de fuego. Con orgias Sangrientas y encantamientos éstas conjuraban a la temida reina de los planetas que se mantuviese lejos de la morada de los humanos. «jPor cudnto tiempo vas a 34 LAEXPLICACION quedarte, Oh Seiora de los cielos y de la tierra?» preguntaban los babilonios. «Sacrificamos a Tistrya», declaraba un sacerdote de Irén, «la resplandeciente y gloriosa estrella, cuyo amanecer es contemplado por los jefes de profundo entendi- miento». En ambos hemisferios los hombres fijaron su mirada angustiosa en el cometa ya que éste, durante siglos, continus recorriendo su trayectoria, cruzando las érbitas dela Tierra y de Marte. Antes dela mitad del siglo vir a.C., los astrélogos observaron espectaculares irregularidades en sus vagabundeos. Visto desde Babilonia, Venus se levantaba, desaparecia en el oeste durante nueve meses, y después volvia a aparecer por el este. Descendiendo por detrés del horizonte oriental, no se le volvié a ver durante mas de dos meses, hasta que brillé de nuevo en el oeste. Al ano siguiente, Venus desaparecié por el oeste durante once dias antes de reaparecer por el este. Pero esta vex fue Marte, y no la Tierra, el que tuvo que soportar una sacudida césmica. Pasando cerca de su drbita menor, Venus arrancé a Marte de su curso y lo obligé a hacer un recorrido que ponia en peligro a la Tierra. Habia nacido un nuevo agente de destruccién en el inestable sistema solar. Esto ocurria en los dias en que Uzziah era rey de Jerusalén (Luciano, los Libros de Bambi de China, el Surya-Siddhanta hindi, el relato épico azteca Huitzilopochtli, el Bundahish indo-irant, etc. describen la reorganizacién de las Grbitas de Marte y Venus). El profeta Amés, consciente del funesto significado de los irregulares movimientos celestiales, y secundado por otros observadores del _firmamento, anuncié nuevos trastornos césmicos. Los acontecimientos que siguieron ‘muy pronto justificaron el pesimismo de los videntes. Alir acercéndose Marte, la Tierra tembl6 sobre sus gornes. Al oeste de Jerusalén, una montaria se partié en dos y una de sus dos mitades cayé hacia el este; serafines Uameantes volaron hacia el cielo. Los hombres fueron lanzados a las calles en medio de escombros y cuerpos mutilados. Los edificios se vinieron abajo y la tierra se abrié. Estos cataclismos estuvieron asociados con la fundacién de Roma (que Fabio Pictor sittia en el arto 747 a.C.) y con la muerte del legendario fundador de Roma: Rémulo. «Los dos polos temblaron», relata Ovidio, « Atlas pasé de un hombro a otro la carga del cielo... El sol desaparecié y aparecieron nubes que oscurecieron el (firmamento...» Marte, el seiior de la guerra, se convirtié en el dios nacional de Roma. Mucho menor que la Tierra, Marte no podia igualar a Venus en fuerca destructora. Pero, una vex més, la Tierra alteré su curso alrededor del sol. El viejo calendario, que contaba 360 dias y meses de 30, quedé anticuado. Reyes y empe- radores ordenaron a los astrélogos de sus cortes que confeccionaran uno nuevo. (COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 35 LA BATALLA DE LOS DIOSE Ahora Marte y Venus se disputaban la lealtad de los hombres. Las tribus se trasladaban de sus lugares de origen, enfrenténdose a nuevos enemigos al mismo tiempo que solicitaban a Marte 0 a Venus una pronta victoria. Se dedicaron ciudades 9 templos a los dos dioses planetarios que decidian el destino de las naciones. La era del conflicto entre Marte y la Tierra y entre Venus y Marte se prolongé hasta el ano 687 (0 posiblemente 686) a.C. Los profetas hebreos de después del atio 747 a.C. se lamentaban apocalipticamente de los trastornos que ain habrian de suceder. Recordando a los israelitas en su huida de Egipto, los hebreos declaraban que una vez mds toda la tierra temblaria, la luna se teniria en rojo, el sol se oscureceria y la Tierra se consumiria en sangre, fuego y columnas de humo. Al pasar Marte como un rayo cerca de la Tierra, sobrevino la catdstrofe en el ano 721 a.C., en el dia en que el rey de Jerusalén, Ahaz, fue enterrado. El eje de la Tierra, bajo el influjo del paso de Marte, se incliné y sus polos se desplazaron de lugar. La orbita del mundo se ensanché, alargdndose el atio. Los israelitas observaron cémo el sol se adelantaba varias horas para ponerse més pronto. A partir de entonces, el disco solar cruzaba el firmamento unos diex grados més al sur. Séneca hace constar que en la Wanura de Argos, en Grecia, se produjo una puesta de sol prematura en medio de una gran agitacién. El tirano Tiestes insté @ todo el universo a disolverse. La Osa Mayor descendié por detras del horizonte. En los dias que siguieron, manifiesta Séneca, «el Zodiaco, que abriéndose camino @ través de los sagrados astros atraviesa los espacios oblicuamente, guia y estan- darte del lento paso de los atios, vera en su caida la desaparicion de las constela- ciones», Marte, que una vex fuera un pacifico planeta, apenas percibido, se habia convertido en «el rey de las batallas», y atin no habia concluido su obra de destruccién. En el atio 687 a.C. un poderoso ejército asirio, conducido por Sennagque- rib, emprendié su marcha hacia Judea. En la tarde del 3 de marzo, la primera noche de la Travesia de los Hebreos, cuando Sennaquerib y su ejército acampaban a las puertas de Jerusalén, Marte hizo un tiltimo fatidico acercamiento a la Tierra. Un gran trueno —una «llamarada desde el cielo»— carbonizé los cuerpos de los soldados, dejando las vestimentas intactas. El ntimero de muertos ascendié a 185.000. Asurbanipal, nieto de Sennaquerib, recordaria més tarde «al perfecto guerrero, Marte, el Sevior de la tormenta, que nos trae la derrota». La misma noche del 23 de marzo del ato 687 a.C. en China, los Libros de Bambi revelaban que una perturbacion de los planetas hizo que éstos se saliesen de «su curso habitual. Durante la noche llovian estrellas en el firmamento. La Tierra temblé». Para los romanos se convertiria en una celebracién: «El papel mas 36, LA EXPLICACION importante del culto (romano) a Marte parece haberlo representado la fiesta del Tubilustrium, el dia veintitrés de Marzo». EL sol se retiré durante varias horas. En algunas longitudes, el disco solar, que acababa de levantarse, volvié a ocultarse detras del horizonte. En otras, la puesta de sol desanduvo su curso. Los hebreos fueron testigos de la prolongada noche de la destruccién de Sennaquerib. La retirada del sol, debida a la inclinacién de 10 grados del ee de la Tierra, corrigié el desplazamiento del eje que tuvo lugar en el ato 721 a.C. «Asi, el sol retrocedié 10 grados, los grados que habia descendido», dice el libro de Isaias 38:8. De uno a otro continente, los hombres, bajo la opresién del terror, observaron cémo Marte luchaba contra Venus en los cielos, cémo emprendia una veloz carrera contra la Tierra produciendo Uamaradas de fuego, como retrocedia y se enzarzaba de nuevo en la pelea con Venus. Quizd el relato literario mas sobrecogedor de esta teomaquia, 0 batalla de los dioses, esté contenido en la Miada de Homero. (La cronologia revisada de Velikovski sittia a Homero mas tarde del ano 747 a.C.) Cuando los griegos asediaban Troya, Atenea (Venus) «habria lanzado su gran alarido. Y contra ella arrojaba Ares (Marte) torrentes de terror, como un oscuro remolino... Todas las raices de Ida, de las muchas fuentes, fueron sacudidas, y también todos sus picos». El rio corria encrespado y «los riachuelos hervian a borbotones». Marte fue lanzado fuera del coso; Venus emergié como un planeta amansado qnue perseguia una érbita casi circular entre Mercurio y la Tierra. El astro que otrora se elevara hasta lo alto del cenit, se habia ahora convertido en estrella matutina 1 vespertina, sin apartarse jamas del sol mas de cuarenta y ocho grados. Isaias, que habia sido testigo del poder destructor del planeta, enton6 cantos celebrando su desgracia: «;Cémo has caido del firmamento, Oh Lucifer, hijo de la mariana! ;Cémo estds ahora atado al suelo, tii que debilitaste a las naciones! Pues en tu corazén habias jurado: ascenderé a los cielos, exaltaré mi trono por encima de las estrellas de Dios». Asi concluye el resumen de las ideas de Velikovski publicado en Pensée. Aunque inicialmente se ofreciera como exposici6n histérica, la descripcién de los acontecimientos planetarios es evidente que también tiene como fin ser una explicacién cientifica de cémo se desarrollé el sistema planetari La respuesta de la comunidad cientifica fue rapida y sin equivocos. Velikovski fue denunciado como excéntrico, y a su obra se la traté como a algo carente de todo valor cientifico. La empresa editora Macmillan, que habia publicado Worlds in Collision en calidad de texto cientifico, cedié pronto ante las presiones y traspasé los derechos de edicién a Doubleday. Aunque Harper's Magaziney e1 Reader’s Digest publicaron algunos articulos favorable COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 37 a las ideas de Velikovski, las recensiones escritas por los cientificos fueron universalmente condenatorias ‘. La defensa de la obra de Velikovski también fue pronta y vigorosa. Se denuncié el trato dado a Worlds in Collision como anticientifico, inten- cionadamente injusto, y como consecuencia del temor a las ideas nuevas en una profesién supuestamente dedicada a hallar nuevas ideas. Se acusé a los cientificos de participar en una conspiracién para suprimir las ideas de Velikovski. Se citaron sus afirmaciones de que no habjan leido Worlds in Collision, y se les condenaba por ello, y por reconocerlo. Categé- ricamente se les criticé por no haber atendido a las ideas de Velikovski con imparcialidad. Deberia darse por supuesto, al fin y al cabo, que toda explicacién que pretenda ser cientifica merece un anilisis completo, detallado y escrupuloso. Podria esperarse de los cientificos que comprue- ben los hechos, examinen los razonamientos, por si hay errores légicos, Y que vean si la explicacién es fecunda, es decir, si da lugar a predicciones correctas. Sin embargo, segtin los datos que tenemos, parece ser que se realizaron muy pocos anilisis de estas caracteristicas de la obra de Ve- likovski. eCémo se habia producido el fallo de los cientificos segtin el cual la obra de Velikovski era pseudocientifica? Formular esta pregunta supone algo mas que preguntar cémo se declararon erréneas las ideas de Velikovski. Es preguntar cuales son las seiiales, cuales los criterios, en razén de los cuales los cientificos deciden que algo es tan erréneo que ni siquiera merece un anilisis completo. Todos los cientificos son conscientes del hecho de que muchos de los avances mas sorprendentes de la ciencia no los han realizado autoridades reconocidas en el campo, sino personas nuevas en esa drea de investigacion, ya sea al comienzo de su carrera cientifica o al pasarse a un nuevo terreno de investigaci6n °. Pero no merece la pena que se pierda el tiempo en analizar todas las ideas nuevas en detalle. De hecho, a Velikovski no se le trat6 como al autor de un avance sorprendente, sino como a un pseudocientifico cuyas ideas se deberian aplastar o ignorar. Los cientificos tomaron nota de sus credenciales: no tenia formacién ni como fisico ni como astrénomo. Pusieron objeciones al hecho de que Velikovski dirigiese sus ideas directamente a la opinion * En Popular Astronomy, junio 1950, por Cecilia Payne-Gaposchkin, y en Harper's Magazine, junio 1951, por John Q Stewart, se pueden encontrar anilisis criticos de la obra de Velikovski. Por el contrario, podremos encontrar anilisis favorables en los ejemplares de Pensée, y en Velikouski Reconsidered. * Newton, Dalton, Count Rumford, Einstein, Watson, son algunos ejemplos. 38 LA EXPLICACION piiblica (a través de revistas destinadas al gran piblico) en vez de difun- dirlas a través de las publicaciones cientificas. Criticaron su falta de com- prensién hacia el pensamiento cientifico existente. El argumento que se esgrimia en su contra iba mas alla de: «No sabe de lo que habla». En realidad se queria decir: «No podia saber de lo que habla». Hay que tener en cuenta que tanto los detractores como los defensores de Velikovski estan dispuestos a aceptar que existan criticos y un proceso critico, que existen profesores y un sistema de ensefianza, editores y una literatura cientifica. Los defensores de Velikovski sostienen que los criticos, profesores y editores estan equivocados, pero no dicen que no deberian existir, Estos defensores no estan pidiendo que el piiblico en general se pronuncie a favor o en contra de las ideas de Velikovski, sino que solicitan la aprobacién por parte de la comunidad cientifica. Con independencia del resultado de las polémicas en torno a la calidad de las credenciales 0 la honradez, la primera leccién que se aprende al examinar la pseudo- ciencia es que la ciencia funciona como sistema social. Thomas Kuhn, al revisar la historia de la ciencia para comprobar cémo se ha realizado realmente el progreso de ésta, ha hecho una gran apor- tacién a nuestro conocimiento de la ciencia como sistema social °. Mas adelante, cuando tengamos mas pruebas de que la explicacién cientifica es algo mas que un ejercicio de légica, volveremos a tratar este tema de «la ciencia como sistema social». El papel que desempefia la comunidad cientifica es asunto de considerable importancia. Hagamos un breve resumen de lo expuesto hasta aqui. En primer lugar, no esta claro que deba ignorarse a Velikovski slo porque no fuese fisico o astrénomo. Pero parece razonable que las opiniones de los criticos y el juicio de la ciencia se tengan en cuenta en contra de una nueva idea ’. Velikovski y sus adeptos presentaron su explicacién de los acontecimientos planetarios esperando la aprobaci6n de la comunidad cientifica. Por varios motivos, que en muchos casos nada tienen que ver con la l6gica interna de la explicaci6n, los cientificos decidieron que las ideas de Velikovski eran pseudocientificas. La principal cuestin que se nos plantea es cual es el papel de la comunidad cientifica en la definicion de lo que se acepta como una explicacion cientifica. © Thomas Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions, 2° ed. (Chicago; University of Chicago Press, 1970. Ed. en esp.: La estructura de las revoluciones cientificas, F.C.E., México, 1971). 7 Sin embargo, en Against Method (Nueva York: Schoken, 1978), Paul Feyerabend adopta una postura opuesta a ésta. COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA 39 éQué es lo que cuenta como prueba? Lo primero que sorprende al lector casual de las obras de Velikovski es la base sobre la que éste fundamenté sus teorias: los antiguos mitos y leyendas tal cual han Iegado hasta nosotros en escritos y testimonios que todavia existen. Velikovski desarrollé su teoria de la catastrofe global basandose en muchas leyendas de antiguas civilizaciones, y argumentaba que tnica- mente la existencia de acontecimientos reales que afectaran a todo el orbe pueden explicar la literatura que surgié por todo el mundo hablando de inmensos cataclismos fisicos. Los cientificos atacaron esta caracteristica central del razonamiento de Velikovski argumentando que los antiguos mitos € historias no son evidentemente de fiar, y no deben tomarse como registros fidedignos de acontecimientos geol6gicos y astronémicos. Estos escritos tenian principalmente una funcién religiosa, literaria y politica, por lo que, segun los cientificos seria verdaderamente absurdo leerlos como si fuesen relatos fidedignos y exactos de acontecimientos reales. Incluso la informacién periodistica actual sobre hechos tales como los huracanes 0 los terremotos contienen cierto grado de exageracién e hipérbole, para conseguir un efecto mas dramitico. ¢Cémo es posible que haya alguien que se tome en serio las historias sobre dioses y diosas mezclados con acontecimientos naturales y los origenes de los pueblos e intente leerlos como si leyese el parte del Servicio Meteorol6gico sobre las precipitaciones o la velocidad del viento que tuvimos el dia de ayer? Si afiadimos a esto el hecho de que muchas de estas historias se habian estado transmitiendo oralmente a lo largo de los afios hasta que finalmente se cogieron por escrito, la fiabilidad cientifica es todavia menos probable. Por tanto, concluye este razonamiento, cuando gran parte de la obra de Velikovski se basa en pruebas no fiables, no tiene ningiin sentido tomar las teorias de Velikovski en serio. La respuesta por parte de Velikovski a este argumento Iegé en tres partes. En primer lugar, sefialé que existia un notable paralelismo entre una serie de relatos procedentes de pueblos que se hallaban muy apartados entre si. Historias que tienen su origen en los pueblos egipcio, chino, irani y mexicano, por nombrar s6lo unos cuantos, hablan de acontecimientos naturales que se pueden datar como sucesos que ocurrieron alrededor de los siglos xv y vit a. C. Velikovski concedia que existen diferencias en las narraciones, pero afirmaba que las similitudes son tan sorprendentes que s6lo se pueden explicar como catastrofes globales que en los relatos estan claramente vinculadas a hechos astronémicos. Hemos estado en un error al dar por supuesto, durante tanto tiempo, que los escritos antiguos 40 LA EXPLICACION carecian de contenido cientifico. Estos escritos hacen referencia a aconteci- mientos reales y la labor del historiador cientifico es encontrar el nticleo factico comin e intentar comprender lo que realmente ocurrid. En segundo lugar, Velikovski sostenia que, si los cientificos han de estar verdaderamente abiertos a nuevas ideas, también, en ocasiones, deberian estar abiertos a la posibilidad de trabajar con nuevos tipos de pruebas. Creia que ésta era una de esas ocasiones, y una consideracién escrupulosa de las ideas de Velikovski requerird que se revisen todo tipo de escritos que se habian juzgado poco fiables con anterioridad. El estaba convencido de que si los cientificos dejaban a un lado sus prejuicios encontrarian una amplia base para explicar las catastrofes mundiales que las migraciones de Venus y Marte habian ocasionado. Por tiltimo, Velikovski pensaba que es posible explicar la comin opi- ni6n de que los mitos del pasado no se refieran a acontecimientos geolégicos reales, opinion que precede a nuestra moderna cultura cientifica, postu- lando la existencia de una «amnesia colectiva». Los acontecimientos que resultaron de la cercana interaccién de Venus y de Marte con la Tierra fueron tan terribles, tan destructivos para la humanidad, que la tinica forma que tenian los pueblos del pasado de enfrentarse con su recuerdo era novelar los acontecimientos para no tener que revivir la memoria del terror, la destruccién y la muerte. En este punto, el debate empezé a caldearse un tanto. Los criticos de Velikovski trataron con mayor dureza las tres cuestiones que acabamos de exponer. A la amnesia colectiva se la consideré una no-explicaci6n; se dijo que no es un fenémeno general, ya que no existe ningiin otro caso en que se haya dado; se la denomina principio de ignorancia, hipotesis puramente ad hoc, hipotesis no comprobable. El segundo argumento sobre la actitud abierta ante nuevos tipos de pruebas lo contemplan los cientificos tan sélo como una variante del primer argumento; asi, la parte crucial del asunto pasa a ser el nticleo de acontecimientos verdaderos que pueden sacarse de los escritos antiguos. Y se formulan acusaciones de que Velikovski hizo cosas totalmente injustificables con los textos para garantizar sus interpre- taciones. Tuvo que ser extremadamente selectivo; tuvo que cambiar fechas aceptadas en la cronologia egipcia; tuvo que interpretar ciertas palabras y frases a su propia manera. Todo lo cual indicaba que sus teorias servian de molde a las interpretaciones de los textos. Los escritos de la Antigiiedad, aunque rebosan de historias de holocaustos y de extrafios sucesos, son demasiado ambiguos como para servir de apoyo a las teorias de Velikovski sobre las interacciones de Venus, Marte y la Tierra. En este punto se confunden el hilo del argumento y del contraargumento: los partidarios (COMO DISTINGUIR ENTRE CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA, 41 de Velikovski hablan de falta de equidad e interpretaciones erréneas, y los cientificos suspiran y dicen que ya han visto lo suficiente para conven- cerse de que no les merece la pena perder el tiempo prosiguiendo el analisis. No obstante, tanto los partidarios como los oponentes de Velikovski parecen estar de acuerdo en dos cuestiones, y éstas son pertinentes para nuestro anilisis de la explicacion cientifica. La primera cuestion es que la relacién que existe entre el observador, la observacién registrada y el fenémeno observado es una relacién compleja, y que los mejores datos, o la prueba cientifica mas util, se obtienen cuando el observador es objetivo y la observaci6n registrada es una fiel reproduccién de lo que en realidad ocurrié. Planteado en estos términos, encontramos que este terreno en comin entre los campos en disputa apenas merece la pena tenerse en cuenta. No obstante, podremos ver (a partir del capitulo II) que esta descripcién de la mejor prueba cientifica puede Ilevarse mas alla para que surjan una serie de cuestiones significativas, como por ejemplo: qué relacion existe entre un acontecimiento y su percepcién?

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