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LA ULTIMA Poner el Belén ios nace en Belén, donde menos se es. perarfa: en la poblacién més pequefia y olvidada. Dios sigue naciendo donde nadie lo imaginarfa, pero no solo social- mente, sino también donde menos lo esperariamos de nuestro corazén. Esa zona oscura de la que nos avergonzamos es probablemente donde Dios esta queriendo nacer en ti. Meditar es entrar en esa zona. Nuestra noche interior, personal y colectiva, es el escenario en que quiere nacer la Luz. La gente de Belén no recibe ala Sagrada Familia, Nosotros somos como esas gentes cuando cerramos lapuerta alas novedades, nos agarramos elas tra diciones y las fosilizamos. £1 mundo se resiste al nacimiento de lo Nuevo, Meditar es tener el coraje de abrirse a lonaciente. Nace un Nifio, un ser pequefio indefenso, Pero ese Nifo seré el Salvador del mundo. También lo que nace en nuestra conciencia ‘cuando meditamos es aparen- temente insignificante, Pero si ‘un nifio que nace puede ser la alegrfa de la casa, una luz. quese enciende en la conciencia pue- de ser la alegria del corazén. La Virgen y san José es- tén estupefactos. No solo maravillados de lo guapo que es su pequetio (es0 se ria un placer estético); ni meramente ilusionados con 41 (una emocién afectiva); sino estupefactos ante el mi- ‘agro que les ha sobrevenido, Su actitud es contemplativa: miran atenta y amorosamente al queha venido. No quieren compren- der el misterio, solo lo gozan y adoran. Mientras esto sucede, en el cisio empieza a brillar una estrella. No hay movimiento del alma, por pequetio que sea, que no tenga una resonancia en. el universo. Si un corazén empieza a colocarse en. su sitio, el mundo se beneficia por ello. ;Cuénta luz hay en mi vida? es una buena pregunta para estas navidades. sCuanta luz voy a permitir que hhaya?, una pregunta atin mejor. Los primeros que se enteran de este aconteci miento son la mula y el buey. {Cémo te imaginas 1 cielo?, me han preguntado en alguna ccasién. Y 50% VIDA NUEVA “SACERDOTE ¥ ESCRITOR yo: como cuando Liska, mi perro, me recibe cada, ‘vez que lego a casa, Nunca nadie me ha hecho tuna fiesta més afectuosa. La mula y el buey fueron para Jestis algo asf como Laska para mi Pero los primeros que ven la estrella son los pastores, que en aquella sociedad judia no eran considerados solo pobres e incultos, sino impuros. La noticia del nacimiento de un Salvador solo pue- den entenderla los que necesitan un salvador; si lo tenemos todo solucionado, dificitmente enten- deremos de qué va todo esto, En la meditacién no hhuimos de nuestras impurezas o imperfecciones, sino que las miramos a la cara y las atravesamos. Por ltimo, los magos, queno son solo los sabios, sino los paganos. Cristo nace en el pueblo judio, pero quienes primero le recono- ‘cen no son sus compatrio- tas, sino los extranjeros. Me pregunto sien la Iglesia no necesitaremos la luz de de los de fuera para ent der el misterio de Cristo. Sino hemos domesticado a nuestro Maestro. Sino le hemos puesto el copyright y nos creemos que es propiedad privada en lugar de patrimonio de la humanidad, Porque Cristo no nace solo para los cristia~ nos, sino para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. ‘Navidad es una invitacion a que Jestis nazea no solo en. lacuna de Belén, sino en la de nuestro corazén. A entrar en nuestro portal, en nuestra noche oscura. Ano agarrarnos a nuestras, seguridades, sino a apostar por lo que quiere ir abriéndose camino. A atender a todo lo pequefio que despunta en nosotros, por insignificante que pueda parecer. Una invitacion también a tener la actitud contemplativa, de estu- por ante la maravilla, de Marfa y de José. A reco- nocer las muchas estrellas que lucen en nuestra sociedad: personas que nos ilurninan y hacen que el mundo sea mejor. A no combatir contra nuestra impureza 0 imperfecci6n, sino a encender la luz. Una invitacion, en fin, a acoger al forastero, al istinto, al que piense diferente, al que es de otro partido, de otra clase social, de otre religién. «

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