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ALCANCES DE LA REPARACIÓN

COLECTIVA EN COLOMBIA:
Iniciando el camino
Vólmar Antonio Pérez Ortiz
Defensor del Pueblo

Gloria Elsa Ramírez Vanegas


Secretaria General

Patricia Luna Paredes


Coordinadora
Unidad de Atención Integral a Víctimas

Autora
Angela Andrea Chacón Belalcazar
Asesora
Unidad de Atención Unidad a Víctimas

Iván Mauricio Delgado Riveros


Diseño

Imprenta Nacional de Colombia


Impresión y diagramación

El presente texto se puede reproducir, fotocopiar o replicar


en todo o en parte y por cualquier medio, siempre que se cite
la fuente.
CONTENIDO 3

Presentación .........................................................................................................................5

1. Los sujetos colectivos y sus derechos .................................................................. 9

2. La reparación colectiva: su dimensión política y la


importancia de los lineamientos psicosociales ......................................................17

3. Consulta previa como derecho fundamental de los pueblos indígenas


y comunidades afrodescendientes ...................................................................... 29

4. Consideraciones finales ....................................................................................... 37

aneXos ..................................................................................................................................43
BiBlioGraFía ........................................................................................................................45
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

PRESENTACIÓN
5

En la Carta Política de 1991 se señala que Colombia es


un Estado Social de Derecho, democrático, participati-
vo y pluralista, con lo cual surge el reconocimiento ex-
preso de derechos de índole tanto individual como de
orden colectivo. En este sentido, el Estado colombiano
no sólo se interesa por el individuo sino también por la
colectividad, por garantizar el derecho a la paz, al pa-
trimonio común de la humanidad, a un ambiente sano
y, entre otros, al desarrollo y autodeterminación de los
pueblos. Así, el ordenamiento establecido no solamente
comprende la plena protección de los derechos en su
dimensión subjetiva y particular del hombre, sino que
también ha contemplado su dimensión social, la cual su-
pone una concepción del ser humano en sociedad y en
relación permanente con el otro. Introducción

Teniendo en cuenta este contexto constitucional, el di-


seño de un programa de reparaciones colectivas, con-
templado en la Ley 975 de 2005 o Ley de Justicia y Paz,
que busque reparar el daño causado a las comunidades y
colectividades directamente afectadas por las violaciones
graves de los Derechos Humanos e infracciones al De-
recho Internacional Humanitario y que además permita
reconstruir el orden institucional quebrantado por el con-
flicto interno armado, constituye el gran desafío para res-
ponder a aquellas comunidades que debido a la violencia,
hoy tienen vivos los recuerdos de un pasado doloroso,
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

dilapidada su confianza ciudadana en las instituciones del Estado y aún sin garantías que
impidan la repetición de los hechos violentos. En este sentido, la violencia sociopolítica
y la violación sistemática y generalizada de los derechos humanos individuales y colecti-
vos han generado daños acumulados por generaciones enteras “afectando a la sociedad
en su conjunto, en la medida en que han dejado una amplia estela de personas, familias,
comunidades, organizaciones y sectores sociales victimizados.”1

El presente documento sobre la reparación colectiva en Colombia, aborda el con-


cepto de derechos colectivos2 consagrados en la Constitución Política de 1991, como
6
aquellos que protegen la satisfacción de necesidades de tipo colectivo y social de los
miembros de un grupo humano determinado, ejercidos de manera idéntica, unifor-
me y compartida, en la búsqueda de satisfacer un interés común para todos. En el
contexto de la reparación colectiva son los sujetos colectivos los titulares de estos y
quienes producto de la violencia, evidencian múltiples y complejos daños, traducidos
entre otros en serias afectaciones psicosociales, rupturas profundas del tejido social,
afectaciones importantes en la identidad cultural y alteraciones desafortunadas en los
procesos de reivindicación y luchas políticas; situaciones agravadas, debido a que en
muchas ocasiones la respuesta institucional por parte del Estado se traduce en impu-
nidad, silencio y olvido, omitiendo la obligación de evidenciar la verdad, garantizar la
justicia y promover todos los mecanismos que permitan la reparación integral de las
comunidades afectadas.

Así las cosas, la reparación colectiva obliga como punto fundamental, a la recuperación
de la dimensión política de aquellas comunidades, grupos u organizaciones afectados
por hechos de violencia sistemática o generalizada. Estos sujetos colectivos deben
ser considerados como sujetos políticos y de derecho, y por lo tanto su proceso de
reparación debe contribuir a garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía y con ella su
participación social y política en los diversos escenarios del país. Sólo de esta manera
se estará hablando desde lo colectivo, de una efectiva y consistente reparación.

Sin embargo, y para que esto sea posible, es necesario incorporar al proceso de repara-
ción colectiva lineamientos psicosociales que permitan considerar la reparación en su dimen-
sión integral. Sin duda, reconocer los daños emocionales, los cambios en las dinámicas
familiares, la desestructuración del tejido social e institucional de las comunidades y las

1. Grupo de Trabajo Pro Reparación Integral. Voces de Memoria y Dignidad.


Aspectos Psicosociales de la Reparación Integral. Diakonía. Bogotá 2006.
2. También se denominan “derechos de los pueblos o de solidaridad. Surgen a
partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de los Pactos
(Pacto de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos Sociales y
Culturales de 1966), cuando empiezan a emerger los pueblos como sujeto de
los derechos humanos y no sólo los Estados.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

transformaciones culturales, permitirá adelantar un proceso de reparación sólido que


contemple elementos básicos para el restablecimiento de los derechos vulnerados y la
reconstrucción psicosocial de las poblaciones afectadas por la violencia.

La Organización de Naciones Unidas señaló que la reparación integral “deberá lograr


soluciones de justicia, eliminando o reparando las consecuencias del perjuicio pade-
cido, así como evitando que se cometan nuevas violaciones, a través de la prevención
y la disuasión. La reparación deberá ser proporcional a la gravedad de las violaciones
y del perjuicio sufrido y comprenderá la restitución, compensación, rehabilitación,
7
satisfacción y garantías de no repetición (…)3

De esta manera, el derecho a la reparación integral como derecho de los sujetos colec-
tivos que han sido víctimas implica el desarrollo de una serie de medidas de contenido
tanto material como simbólico, que tienen potencialidades y propósitos reparatorios
distintos. En el contexto colombiano nace para el Estado la responsabilidad de pro-
curar porque dichas medidas de reparación no tengan únicamente un alcance restitu-
torio, sino que también tengan un potencial transformador de las desigualdades sociales,
con miras a garantizar la no repetición de las atrocidades vividas en el país4.

Finalmente, y a pesar de la multiplicidad de sujetos colectivos que existen, se abordará


la particularidad que surge para las comunidades indígenas y afrodescendientes a ser
consultados en forma previa frente a aquellas decisiones estatales que puedan afectarlas
directamente. En este sentido, se desarrollarán los principales aspectos que hacen refe-
rencia al derecho fundamental de la consulta previa, que representa por un lado, el derecho a la
participación y por otro, un medio para proteger la diversidad étnica y cultural de estos
grupos. En este sentido, cualquier proceso de reparación frente a la grave violación de
derechos humanos de los grupos étnicos en el país, deberá ser consultado previamente
con las autoridades legítimas y sus comunidades, respetando en todo caso las particula-
ridades socioeconómicas y culturales de los diferentes pueblos, así como sus creencias y Introducción
simbologías propias frente a la reparación por las pérdidas vividas.

PATRICIA LUNA PAREDES


coordinadora
unidad de atención inteGral a Víctimas

3. Organización de Naciones Unidas. Principios y Directrices Básicos para la


Reparación (E/CN.4/1997/104) aprobado por la Subcomisión en 1997.
4. Uprimny Rodrigo y Saffon María Paula. Propuesta de un programa nacional
masivo de reparaciones administrativas para las víctimas de crímenes atroces
en el marco del conflicto armado. Publicado en: Dejusticia, junio 1° de 2007.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

1. LOS SUJETOS COLECTIVOS


Y SUS DERECHOS

9
Los derechos Los derechos colectivos son derechos específicos de los
cuales son titulares ciertos grupos humanos. Hacen parte
colectivos de los llamados derechos de tercera generación cuyo re-
son derechos conocimiento internacional fue históricamente posterior
específicos de al de los derechos civiles y políticos (primera generación)
los cuales son y al de los derechos económicos, sociales y culturales (se-
gunda generación)5. Se les denomina también “derechos
titulares ciertos de los pueblos” o “derechos de solidaridad”, para hacer

Los sujetos colectivos y sus derechos


grupos humanos. referencia, por ejemplo en el ordenamiento constitucio-
Hacen parte de nal colombiano, al derecho al desarrollo, al derecho de los
consumidores y usuarios, al espacio público, a la paz, al
los llamados
patrimonio artístico y cultural, a un ambiente sano y a la
derechos autodeterminación de los pueblos indígenas.
de tercera
generación Para el caso de los grupos étnicos6 de acuerdo con
la Constitución Política, la jurisprudencia de la Corte

5. Los derechos de primera generación surgen con la Revolución Francesa


como rebelión contra el absolutismo del monarca. Se encuentran integrados
por los denominados derechos civiles y políticos. Imponen al Estado respe-
tar siempre los Derechos Fundamentales del ser humano (la vida, la libertad,
la igualdad, etc.) Los de segunda generación lo constituyen los derechos de
tipo colectivo, los derechos sociales, económicos y culturales. Surgen como
resultado de la Revolución Industrial. En México, la Constitución de 1917
incluyó los derechos sociales por primera vez en el mundo. Constituyen una
obligación para el Estado y son de satisfacción progresiva de acuerdo con las
posibilidades económicas del mismo.
6. Una de las características de Colombia es su diversidad sociocultural. Lo an-
terior se manifiesta entre otras realidades, en la existencia de varios grupos ét-
nicos: Indígenas, Afrocolombianos, Raizales y los Rom o Gitanos, los cuales
se encuentran ubicados en diferentes partes del territorio nacional, tanto en
sectores urbanos como rurales, incluyendo áreas de carácter comunal como
los resguardos indígenas y los territorios colectivos de las comunidades afro-
colombianas. Estos grupos poseen manifestaciones culturales variadas entre
otras, en cuanto a aspectos lingüísticos, organización social y política, rela-
ciones económicas y de producción y manejo e interacción con el ambiente.
Disponible en www.dnp.gov.co. Noviembre de 2009.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

Constitucional y los tratados internacionales ratificados por el Estado colombiano,


estos derechos se consideran como colectivos, fundamentales e integrales y son
aplicables al conjunto de la población perteneciente a los diferentes pueblos Indíge-
nas o Comunidades Afrocolombianas, Raizales o Palenqueras y Rom, sin detrimen-
to de los derechos individuales que gozan los miembros de los grupos étnicos en su
condición de ciudadanos y ciudadanas de este país.

Esta clase de derechos surge como una necesidad derivada de actividades humanas
tan variadas como el desarrollo de la ciencia y la técnica, la explotación de recursos
10
en un escenario de crecimiento demográfico sostenido y las guerras o conflictos
armados. Dado que estas actividades no cesan, la protección de los derechos co-
lectivos se caracteriza también por un constante desarrollo. Se trata de derechos de
solidaridad, que no son excluyentes frente a otro tipo de derechos, pertenecen a
todos y cada uno de los individuos y no pueden existir sin la cooperación entre la
sociedad civil, el Estado y la comunidad internacional. Así, los derechos colectivos
generan en su ejercicio una doble titularidad, individual y colectiva, que trasciende el
ámbito interno, caracterizándose porque exigen una labor anticipada de protección
y, por ende, una acción pronta de la justicia para evitar su vulneración u obtener, en
dado caso, su restablecimiento7.

Con la Constitución Política de 1991, Carta eminentemente social y democrática, se


reconoció un amplio catálogo de derechos, evidenciando que la concepción clásica
del Estado de Derecho no desaparecía, sino que venía a armonizarse con la condi-
ción social del mismo, al encontrar en la dignidad de la persona el punto de fusión.
En la actualidad, a la seguridad jurídica que proporciona la legalidad se le sumó la
efectividad de los derechos humanos que se desprende del concepto de lo social. El
respeto por los derechos humanos, de un lado, y el acatamiento de unos principios
rectores de la actuación estatal, de otro, constituyeron las consecuentes prácticas de
la filosofía del Estado Social de Derecho en Colombia8. Sin embargo, a pesar de las
múltiples referencias constitucionales y legales a los derechos colectivos, el Estado
se ha interpretado desde el eje articulador de los derechos fundamentales indivi-
duales y no desde los derechos e intereses colectivos, olvidando que estos incluyen
derechos individuales en cuanto crean condiciones para el ejercicio de los mismos.

Para hablar de derechos colectivos se debe hablar de quiénes son sus titulares y en
este sentido, dejar claro que sin sujetos individuales no es posible concebir sujetos
colectivos. En principio, se pueden mencionar como sujetos colectivos: las nacio-
nes, los pueblos, las universidades, los partidos políticos, las familias, las sociedades

7. Corte Constitucional. Sentencia C-377 de 2002.


8. Corte Constitucional. Sentencia C-449 de 1992.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

comerciales, los sindicatos, los grupos étnicos (pueblos Indígenas, Comunidades


Afrocolombianas, Palenqueros, Raizales y los Rom o Gitanos), entre otros. Así las
cosas, los derechos colectivos se justifican por los derechos individuales. No hay
derechos colectivos sin sujetos individuales, de unos “yo” que hablan, que escriben
y que piensan. Si no hubiera sujetos individuales no habría sujetos colectivos. Es
absurdo pensar que haya pueblos o naciones allí donde no hay unos sujetos indivi-
duales con cuerpo y palabra9.

Los derechos colectivos son pues derechos cuyo titular no es un individuo sino un
11
grupo o conjunto de individuos. En la sociedad actual y cada vez más, existen faculta-
des o acciones que no pueden ejercerse sino de forma colectiva, y ello porque existen
intereses, bienes, fines o necesidades colectivas cuya defensa y realización sólo pueden
llevarse a cabo de forma grupal. Además, hay realidades humanas que no son suscep-
tibles de identificarse absolutamente con lo individual. La filiación, el amor, la amistad,
el lenguaje, la solidaridad, el afecto a una historia común, la ilusión de compartir una
vida, son datos de la experiencia humana que deben ser diferenciados y que no pueden
ser ignorados, si no se quiere destruir incluso una parte importante de la misma identi-

Los sujetos colectivos y sus derechos


dad individual. Todo ese tipo de relaciones y de “encuentros” entre individuos genera
formas de vida, instituciones, reglas, fines e intereses compartidos, realidades complejas
que constituyen la trama de los entes colectivos10.

¿CÓMO DETERMINAR EL TITULAR DEL DERECHO COLECTIVO? Los sujetos colecti-


vos son aquellos grupos de individuos en los que los fines e intereses van más allá de
los de cada uno de los individuos que conforman el sujeto colectivo. Se origina así
una voluntad y un interés que nacen y se sustentan en la voluntad y el interés de los
individuos que integran el grupo. Por lo tanto, no cabe hablar de derechos colectivos
sin individuos. Los derechos colectivos solo encuentran explicación y justificación en
relación con los sujetos individuales y sus derechos. Ahora, es importante precisar
que quienes se expresan en relación con esos derechos, son los representantes de cada
grupo o conglomerado. Cualquier teoría sobre derechos colectivos reconoce que tales
derechos no existirían si unos determinados sujetos individuales (los representantes)
no los formularan, no los expresaran, no los representaran y en consecuencia no los
ejercieran. Sin representantes no puede haber un razonable y efectivo ejercicio de los
derechos colectivos y quedarían reducidos a simples entes de ficción11.

Las comunidades de personas en torno a un objetivo común son sujetos colectivos y


no una simple sumatoria de sujetos individuales, los cuales comparten los mismos de-

9. Una discusión sobre derechos colectivos. Francisco Javier Ansuátegui Roig,


Debates del Instituto Bartolomé de las Casas, N° 1.
10. Ídem.
11. Ídem.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

rechos o intereses difusos o colectivos. Ya lo mencionó la


Honorable Corte Constitucional, cuando plantea que es
indiscutible la titularidad de los derechos fundamentales
para cada miembro que integra el sujeto colectivo y las
acciones pertinentes para su defensa, las cuales no impi-
den señalar que, para defender los derechos colectivos,
Las comunidades existan las acciones populares, herramientas propias para
su protección, que buscan proteger los derechos e intere-
de personas ses colectivos, con una triple finalidad: prevenir, restituir y
12 en torno a un excepcionalmente, indemnizar12.
objetivo común
son sujetos Para la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos, el concepto de derechos colectivos se refiere a
colectivos y condiciones jurídicas específicas en titularidad de un
no una simple conjunto u organización de personas, manifestando la
sumatoria amplitud del concepto, en relación con la diversidad de
de sujetos sujetos que se relacionan en torno a unos fines o inte-
reses comunes. Ahora en el caso de las comunidades
individuales, negras y los pueblos indígenas en 1971, la Comisión
los cuales efectuó recomendaciones a los Estados, referidos a la
comparten protección y respeto de este tipo de colectividades.
los mismos
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES DERECHOS COLECTI-
derechos o VOS QUE LES ASISTEN A LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y
intereses difusos A LAS COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS?13
o colectivos.
1. Derecho a la diversidad étnica y cultural:

Se encuentran estrechamente ligadas a la integri-


dad e identidad de los grupos étnicos y poseen, de
acuerdo con cada grupo, ordenamientos y estruc-
turas propias en el campo jurídico, político, eco-
nómico, social y cultural14. En materia de justicia
constitucional, el derecho de diversidad étnica y
cultural, está contemplado en los artículos 1° y 7°

12. Corte Constitucional. Sentencia T-449 de 1993.


13. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Campaña Educativa sobre
Derechos Humanos y Derechos Indígenas: “Nuestros Derechos Humanos”.
14. Para las Organizaciones Indígenas de Colombia, el concepto de identidad
cultural comprende el derecho de los Pueblos Indígenas a reafirmar y re-
producir las instituciones y formas de organización, valores, prácticas de su
cultura y a ejercer el control sobre el cambio cultural.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

de la Carta Política y se constituye en principio fundacional del Estado Social


de Derecho en Colombia.

2. Derecho al territorio y a la autonomía:

Para los grupos étnicos el concepto de territorio es un todo integral, no es solo


relacionado con un espacio geográfico delimitado; es el lugar donde se desen-
vuelve la memoria ancestral que los une y les permite sobrevivir con identidad
propia; es el espacio fundamental para reproducir su cultura, y donde están ubi-
13
cados sus lugares sagrados y de culto.

Para los indígenas15 el concepto de territorio está estrechamente ligado al de au-


tonomía. De este último se deriva el ejercicio de otros derechos fundamentales
como la jurisdicción especial indígena, el gobierno propio, la etnoeducación, la
etnosalud y la consulta previa. En este sentido, la Corte Constitucional ha de-
finido y protegido el derecho al territorio de los grupos étnicos, fundamentada
en el Convenio 169 de la OIT, a través de mecanismos específicos asociados al

Los sujetos colectivos y sus derechos


territorio como son el derecho a la consulta previa y la obligación que le asiste
al Estado colombiano de aplicar y hacer cumplir los derechos que se derivan del
mencionado Convenio.

3. Derecho a la consulta previa:

El derecho a la consulta previa ha sido definido por la Corte Constitucional


como un derecho fundamental, y un instrumento básico para preservar la inte-
gridad étnica, social, económica y cultural de los pueblos indígenas y comunida-
des negras en procura de asegurar la subsistencia como grupos sociales.

De acuerdo con el Convenio 169 de la OIT, ratificado por la Ley 21 de 1991, las
autoridades colombianas tienen la obligación de consultar a los grupos étnicos,
en aquellos casos en que se adelanten medidas de carácter legislativo o admi-
nistrativo que puedan llegar a afectarles directamente. Por su parte, el Decreto
1320 de 1998, prevé la consulta con las comunidades indígenas y negras para
la explotación de los recursos naturales dentro de su territorio, únicamente en

15. Para los Raizales este derecho lo constituye el territorio ancestral que con-
forma las islas de San Andrés y Providencia, donde recrean y ejercen todas
sus expresiones culturales. El Pueblo Rom es, por naturaleza, itinerante y
nómada, razón por la que es difícil hablar del concepto de territorio con
relación a esta etnia. No obstante, conforman un grupo humano que habita
especialmente en los sectores urbanos del país, en condiciones de invisibili-
dad étnica para mantener su integridad como grupo, sus estructuras sociales
e identidad cultural, que los diferencia del resto de la población.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

materia de licencias ambientales o establecimiento de planes de manejo ambien-


tal, de evaluación y manejo ambiental y de permisos de uso, aprovechamiento o
afectación de recursos naturales renovables.

4. Derecho a la jurisdicción propia:

El derecho a la jurisdicción especial indígena está consagrado en el artículo 246 de


la Constitución Política. Las autoridades de los pueblos indígenas están facultadas
constitucionalmente para ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito
14
territorial, de conformidad con sus normas y procedimientos, siempre que no sean
contrarias a las leyes y la Constitución.

Igual que en el caso de los demás derechos fundamentales de los pueblos indígenas,
el derecho a la jurisdicción especial mantiene una estrecha relación con el derecho a la
autonomía, pues es mediante su ejercicio que los pueblos indígenas imparten justicia
en sus comunidades. Lamentable este derecho no fue previsto en la Constitución
para los demás grupos étnicos, lo cual no quiere decir que las Negritudes, los Raiza-
les o los Rom, no posean usos y costumbres ancestrales, para regular internamente
sus relaciones sociales y familiares. Un ejemplo de esta realidad lo constituye los con-
sejos comunitarios de las comunidades negras de la Costa Pacífica, cuyas autoridades
y ancianos adelantan importantes labores de mediación y resolución de conflictos
internos, mediante la aplicación de sus propias reglas, para evitar que las contradic-
ciones surgidas en la comunidad los afecten o debiliten.

5. Derecho a la etnoeducación:

Según la jurisprudencia de la Corte Constitucional, “la educación es el principal medio


institucionalizado para preservar la cultura de un grupo humano”. Por ello, las mino-
rías étnicas tienen derecho a darse su propia educación, para conservar, desarrollar y
recuperar las tradiciones que sienten como propias, así como afianzar los procesos de
identidad, conocimiento, socialización y protección de los miembros de la etnia”16.

La etnoeducación es un servicio público fundamental para el fortalecimiento de


la autonomía y cultura de los grupos étnicos. Dada la importancia que reviste en
la preservación del patrimonio cultural intangible, debe prestarse a los grupos
étnicos que poseen una cultura, lengua, tradiciones y fueros propios y autócto-
nos con debido respeto a las creencias y tradiciones. La prestación del servicio
público de la etnoeducación debe orientarse por los principios de integralidad,

16. DEFENSORÍA DEL PUEBLO. “El derecho a la educación”. Bogotá: Im-


prenta Nacional, 2005. P. 220
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

diversidad lingüística, autonomía, participación comunitaria, interculturalidad,


flexibilidad, progresividad y solidaridad.

Para los grupos étnicos la etnoeducación es un proceso de aprendizaje que invo-


lucra su idioma, cultura propia, historia, autoridades tradicionales y conocimien-
tos ancestrales. En especial, debe ser impartida en su propia lengua y orientarse
y diseñarse por miembros de las comunidades étnicas, de forma que se asegure
la transmisión de los saberes, los conocimientos y la historia de los ancestros.

6. Derecho a la etnosalud: 15

El derecho integral a la salud con perspectiva étnica, o derecho a la etnosalud,


exige el respeto de la medicina tradicional de los grupos étnicos, atendiendo sus
necesidades y especificidades culturales y cosmogónicas especiales. El derecho a
la etnosalud se encuentra estrechamente ligado a los conceptos de territorio, uni-
dad, equilibrio, armonía y comunidad en la concepción de mundo de los grupos
étnicos con usos y tradiciones propias.

Los sujetos colectivos y sus derechos


Para los indígenas la salud es entendida integralmente, como un bienestar físi-
co, material y espiritual. La tranquilidad, la armonía y el equilibrio comunitario
dentro de un territorio, deben reflejarse en cada uno de los miembros de la co-
munidad. La salud es entendida así más allá de la ausencia de enfermedad y de la
relación de esta con la curación.

La garantía del derecho a la salud para los grupos étnicos está consagrada en la
Ley 21 de 1991, aprobatoria del convenio 169 de la OIT, en la Ley 691 de 2001
y en el Decreto 1811 de 1990, normas que ordenan el respeto de la medicina
tradicional y la coordinación entre esta y la medicina occidental.

Finalmente señalar que, la Asamblea General de Naciones Unidas en la “Declaración


sobre los derechos de las personas que pertenecen a minorías nacionales, étnicas,
religiosas o lingüísticas” de 1992, marcó un hito en la evolución y reconocimiento de
los derechos colectivos. La reivindicación de estos, aparece como una consecuencia
de la diversidad cultural y se vincula así a un asunto de la mayor importancia desde el
punto de vista de la legitimidad democrática y el reconocimiento del pluralismo en el
constitucionalismo colombiano. Son los sujetos colectivos, reconocidos en la Carta
Política, los llamados a invocar sus derechos en aras de la preservación y continuidad
de sus comunidades u organizaciones y son ellos los convocados a movilizar todas las
fuerzas para la recuperación de aquellos componentes sociales, económicos, políticos
y culturales perdidos por causa del conflicto armado y que afectan gravemente los
tejidos que conforman las comunidades o las agrupaciones y que los caracterizan a
cada uno como sujetos colectivos singulares y particulares.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

2. LA REPARACIÓN COLECTIVA:
SU DIMENSIÓN POLÍTICA Y LA
17
IMPORTANCIA DE LOS
LINEAMIENTOS PSICOSOCIALES

La reparación de las violaciones causadas en el marco


del conflicto armado interno en Colombia, constituyen

y la importancia de los lineamientos psicosociales


una obligación jurídica, política y moral por parte del

La reparación colectiva: su dimensión política


Estado17. Jurídica, porque esta obligación se encuentra
consagrada en distintos instrumentos ratificados por
Colombia; política, porque es una condición necesaria
para generar confianza cívica y reconstruir un sistema
político solidario, sustentable e incluyente; y moral, por-
que la ausencia de reconocimiento estatal al dolor sufri-
do por las víctimas y sus familiares sobrevivientes es en
sí misma una forma de injusticia18.

Aunque los estándares internacionales en materia del


derecho a la reparación integral, hacen referencia expre-
sa a los derechos a la verdad, la justicia y la reparación
respecto a las víctimas individuales y colectivas del con-

17. El Estado es responsable, por acción u omisión, de violar una norma del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos o del Derecho Internacio-
nal Humanitario y está jurídicamente obligado a reparar el daño causado y a
hacer cesar las consecuencias de la violación. Así se desprende de numerosos
tratados y convenios internacionales, de la jurisprudencia y doctrina inter-
nacionales, de las normas consuetudinarias y de los principios generales del
derecho, aplicables a las relaciones entre los Estados.
18. Una mirada hacia adelante: Elementos para la reparación colectiva en Co-
lombia. Fundación Social.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

flicto armado, es fundamental tener en cuenta que en Colombia, las violaciones a


los derechos, además de presentarse en un contexto de conflicto armado y violencia
política prolongada, han generado altos índices de pobreza, debilitamiento del Estado
Social de Derecho y violaciones masivas a los Derechos Humanos e infracciones al
Derecho Internacional Humanitario.

En este escenario nace la Ley 975 de 2005 y sus decretos reglamentarios, ofreciendo
entre otras, una alternativa para la reparación de los daños colectivos causados por
18 los grupos armados al margen de la ley: los programas de reparación colectiva, diseñados e
implementados por el Gobierno Nacional, siguiendo las recomendaciones que para
el efecto formule la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR).
Según el mandato legal, el programa de reparación colectiva deberá incluir “acciones
orientadas a recuperar la institucionalidad propia del Estado Social de Derecho par-
ticularmente en las zonas más afectadas por la violencia; a recuperar y promover los
derechos de los ciudadanos afectados por hechos de violencia y a reconocer y dignifi-
car a las víctimas de la violencia”.19

En un escenario de justicia transicional que busca promover la reconciliación nacio-


nal, el diseño de un plan de reparaciones colectivas que en primera instancia, tienda a
la reconstrucción psicosocial de las poblaciones afectadas por la ocurrencia de hechos
de violencia sistemática, deberá contemplar las siguientes medidas:20

1. Medidas de Indemnización:

En el plan de reparaciones colectivas, deben incluirse indemnizaciones o compensacio-


nes económicas para resarcir los perjuicios materiales (daño emergente y lucro cesante)
e inmateriales (daño a la vida en relación)21 causados con las actuaciones constitutivas de
graves violaciones de los Derechos Humanos o Infracciones al Derecho Internacional

19. Ley 975 de 2005. Artículo 49.


20. Una mirada hacia adelante: Elementos para la reparación colectiva en Co-
lombia. Fundación Social.
21. El Consejo de Estado afirma que el daño a la vida de relación es un derecho de
la persona, el cual debe ser reconocido por el ordenamiento afirmando que “a
diferencia del daño moral, que corresponde a la órbita subjetiva, íntima o interna
del individuo, el daño a la vida de relación constituye una afectación a la esfera
exterior de la persona, que puede verse alterada, en mayor o menor grado, a causa
de una lesión infligida a los bienes de la personalidad o a otro tipo de intereses
jurídicos” De esta manera, se otorgan las siguientes características al daño a la
vida de relación: a) es un perjuicio de naturaleza inmaterial o extrapatrimonial;
b) se refleja en la esfera externa del individuo, aspecto que lo distingue del daño
moral; c) tiene múltiples manifestaciones en el entorno personal, social y familiar
del afectado; d) puede originarse en lesiones de tipo físico y también de otros
bienes intangibles de la personalidad o derechos fundamentales; e) puede ser
sufrido tanto por la víctima como por terceros como sus familiares o amigos;
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

Humanitario. Las indemnizaciones simbolizan el esfuerzo y reconocimiento públicos


de una voluntad de restablecer condiciones de justicia y de reparar los daños que su-
frieron los ciudadanos, al tiempo que incorporan la noción de respeto de la autonomía
de los beneficiarios, pues no sólo reconocen a la persona como víctima, sino también
su capacidad para definir y decidir sobre sus necesidades reales de sobrevivencia y de
producción social como ciudadanos miembros de una comunidad.

Ahora, teniendo en cuenta las características del conflicto armado interno en Colom-
bia, también es procedente otorgar indemnizaciones a los grupos de personas cuyos
19
derechos colectivos hayan sido vulnerados. Para tal efecto, la jurisprudencia de la Cor-
te IDH sirve como criterio de orientación. En fallos recientes, la Corte ha ordenado
indemnizaciones como medida de reparación de los daños materiales e inmateriales
causados a comunidades indígenas en países como Paraguay, Guatemala y Suriname.22

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que en el escenario colombiano, afec-


tado por largos e intensos periodos de violencia, en donde la guerra ha contri-
buido a agravar una situación preexistente de pobreza, exclusión social y falta
de oportunidades, este tipo de medidas indemnizatorias, son sobre todo, una

y la importancia de los lineamientos psicosociales


necesidad para las comunidades afectadas. Es importante reconocer que la pues-
ta en marcha de planes de desarrollo comunitario, ha generado ciertos riesgos

La reparación colectiva: su dimensión política


para la efectividad y coherencia de una política de reparación. El principal, es que
puede eludirse el reconocimiento de responsabilidades que se debe a las víctimas
y a las colectividades por el daño causado. De esta forma, los gobiernos pueden
argumentar que están dando observancia a la obligación de reparar, cuando en la
práctica sólo están cumpliendo con sus compromisos legales y constitucionales
en materia de inversión social y de erradicación de la pobreza23.

f) su reconocimiento patrimonial busca aminorar los efectos negativos del daño;


g) es un daño autónomo, que se refleja en la vida social de la persona, lo cual no
excluye la posibilidad de que sean reconocidos otro tipo de perjuicios.
22. En el caso de la comunidad Sawhoyamaxa, la Corte ordenó a Paraguay el pago
de cinco mil dólares por concepto de daño material. Fijada con base en un
criterio de equidad, la suma se estableció en compensación por los gastos rea-
lizados por los líderes de la comunidad para la defensa de su derecho a la
propiedad colectiva de las tierras ancestrales. También se dispuso que el Es-
tado paraguayo destinara un millón de dólares para la creación de un fondo
de desarrollo comunitario, reservado a la gestión de proyectos educacionales,
habitacionales, agrícolas y de salud, así como al suministro de agua potable y
la construcción de infraestructura sanitaria, en compensación de los perjuicios
inmateriales causados por la violación del derecho a la propiedad privada.
23. La Corte Constitucional en Sentencia C-1199 de 2008, se pronunció al res-
pecto, manifestando que: Los servicios sociales y las acciones de reparación
son responsabilidad de sujetos claramente diferenciados, puesto que los
primeros atienden al cumplimiento de obligaciones estatales, mientras que
las segundas corresponden a los sujetos responsables de los crímenes cuya
comisión origina la necesidad de reparación, y subsidiariamente al Estado...
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

Ante esta situación es necesario dejar claro, que un programa de reparación co-
lectiva debe reconocer el daño y el dolor sufrido por las víctimas y al mismo
tiempo, contribuir a reconstruir el tejido social fragmentado por la violencia. En
este sentido, un plan consultado con las comunidades, que considere sus carac-
terísticas culturales y sus necesidades sociales, alcanza un efecto reparador, res-
ponde de mejor manera a sus necesidades y expectativas y restituye la capacidad
de agencia y el liderazgo colectivo perdidos a causa de la violencia.

2. Medidas de restitución:
20
Las medidas de restitución, persiguen devolver a la víctima a la situación anterior a la
violación manifiesta de las normas internacionales de Derechos Humanos o la viola-
ción grave del Derecho Internacional Humanitario. En consecuencia, su objetivo prin-
cipal no es otro que el de borrar o anular las consecuencias del acto ilícito y restablecer
la situación que probablemente hubiera existido de no haberse cometido dicho acto.24

Cuando se trata de violaciones masivas de los derechos de ciudadanía, como en el caso


de las violaciones colectivas, la reparación de las víctimas debe consistir en medidas
orientadas a devolverles el estatus pleno de ciudadanos y a eliminar todos los obstáculos
legales que les impiden participar en la vida política, social y laboral del país.

Es importante señalar que además de los daños individuales y familiares ocasio-


nados a las víctimas, existe otro tipo de daños producidos por la intencionalidad
de la violencia de destruir las redes sociales, fragmentar los procesos organizativos
y controlar grupos y comunidades por medio del terror y la intimidación, para
afectar las capacidades individuales y colectivas en la construcción de valiosos pro-
yectos democráticos. Este tipo de daños involucran a los grupos, comunidades y
organizaciones conformadas por personas vinculadas a través del tejido social,
expresión difícil de definir en abstracto ya que sólo adquiere pleno sentido en el
relato o registro de experiencias concretas, remitiendo a un conjunto de vínculos e
interrelaciones que generan y consolidan procesos diferenciados de construcción
de identidades, creencias, apuestas políticas, económicas y culturales, que generan
lazos de unión entre sus integrantes y que se consolidan en el tiempo25.

En tal medida, resulta inadecuado plantear que la acción gubernamental, en


desarrollo de deberes de carácter general que al Estado atañen, pueda suplir
la acción reparatoria que recae de manera principal en los perpetradores de
los delitos, y que aun cuando en últimas puede ser cumplida por el Estado,
tiene una naturaleza ostensiblemente diferente.
24. Corte Internacional de Justicia. Caso Fábrica Chorzow.
25. La dimensión política de la reparación colectiva. Corporación AVRE. Clara
Castro y Andrea Becerra.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

Esa construcción conjunta de apuestas e identidades, da cuenta de proyectos de


vida colectivos, asociados a la expresión de intereses compartidos, los cuales se
sustentan en las opciones de un colectivo para alcanzar unos objetivos comunes,
sobre la base de la libertad. La ruptura de estos proyectos de vida colectivos
a raíz de los hechos violentos, implica una reducción objetiva de esa libertad
y produce un impacto directo en los liderazgos, la participación, la identidad
colectiva, el sentido de pertenencia, la solidaridad, la cultura y las dinámicas de
relación de un colectivo. Por esto, las medidas de restitución deben conducir a
una reparación política, que permita la adopción de cambios estructurales para 21
evitar la repetición de los crímenes y que genere la posibilidad de construir un
modelo de Estado y sociedad basado en la equidad y la justicia social, partiendo
del reconocimiento de los daños ocasionados a las víctimas por las violaciones
sistemáticas a los derechos humanos, pero también del reconocimiento de la
afectación de estos hechos sobre el conjunto de la sociedad.

La reparación política, se concreta a partir de reformas estructurales e institucio-


nales y del diseño, formulación e implementación de políticas públicas que brin-
den condiciones para26: a) garantizar la existencia de grupos y comunidades con

y la importancia de los lineamientos psicosociales


objetivos, identidades, proyectos y propósitos diversos; b) posibilitar además de
su existencia la participación e incidencia de estas colectividades en los diferentes

La reparación colectiva: su dimensión política


ámbitos de la vida social y política; c) posibilitar la reconstrucción de los proce-
sos históricos o inaugurales gestados por los diferentes grupos o comunidades
que han sido víctimas de exterminio, genocidio, etnocidio, así como de aquellos
grupos que han sufrido afectaciones en su organización interna, o se han visto
mermadas e imposibilitadas para continuar con el desarrollo de los objetivos,
propósitos, actividades y propuestas; d) la promoción de la resolución pacífica
de los conflictos sociales; e) el fortalecimiento del Estado Social de Derecho; f)
la construcción de una verdadera democracia con garantías para el ejercicio de la
ciudadanía; g) la recuperación de la confianza de la sociedad en las instituciones
estatales y, h) el respeto y garantía de los derechos humanos de la población.

3. Medidas de rehabilitación:

Las violaciones de los derechos humanos generan daños en la salud mental


de los individuos que deben ser reparados a través de medidas de reha-
bilitación que les permitan obtener una readaptación tan completa como
sea posible. Ahora, cuando las violaciones de los derechos humanos se
producen de manera masiva y sistemática, los daños no sólo se generan a
nivel individual, también se generan a nivel colectivo y ellos se expresan no

26. Ídem.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

por la sumatoria de los impactos individuales, sino por la capacidad de los


eventos violentos para desestructurar las redes y los vínculos sociales, para
poner en cuestión los aprendizajes, sentidos y significados culturales.

Teniendo en cuenta lo anterior, la rehabilitación de las comunidades fracturadas


por la violencia sistemática, debe incluir estrategias encaminadas a rehabilitar a
sus miembros, lo cual, puede alcanzarse por ejemplo, a través de programas de
salud mental como el ordenado por la Corte IDH en el caso de la Masacre de
Plan de Sánchez o el diseñado por el Estado chileno luego del fin de la dictadu-
22
ra, que buscaron facilitar la reinserción social de las víctimas y sus familiares, y
atender las secuelas psicológicas causadas por la represión27.

Es importante anotar que dentro de una estrategia de reparación colectiva, es


incuestionable la incorporación de lineamientos psicosociales como aspecto esencial
que permita considerar la reparación en su dimensión integral. Lo anterior, de-
bido a que se reconoce que las violaciones graves a los Derechos Humanos e
infracciones al Derecho Internacional Humanitario generan un grave impacto
psicosocial en las personas, organizaciones y comunidades traducidos en daños,
deterioros y pérdidas en múltiples dimensiones (personales y colectivas) los cua-
les afectan la condición emocional de los individuos, las dinámicas familiares, el
tejido social e institucional de las comunidades, los elementos culturales, entre
otros aspectos. Por esto desde la perspectiva psicosocial, una reparación integral
debe contribuir a la recuperación de las personas afectadas, restableciendo las
condiciones para el disfrute de una plena salud mental, fortaleciendo el tejido
social, restituyendo la confianza y la solidaridad y, potenciando las iniciativas
colectivas de reconstrucción de lazos comunitarios28.

Ahora, determinar la magnitud de los daños colectivos, no es igual para todos, depen-
de de diversos elementos como: las historias personales, la organización o comunidad,
los valores culturales y espirituales, el tipo de hechos de violencia, particularidades ét-
nicas, culturales, generacionales y de género, entre otros. Pero precisamente por estos
aspectos, es clave incorporar en el trabajo de valoración de los daños, el componente
psicosocial, con el fin de revelar aquellos otros aspectos intangibles que determinan la

27. La Corte IDH ordenó al Estado de Guatemala brindar gratuitamente, a tra-


vés de instituciones de salud especializadas, tratamiento médico a las víctimas
de la masacre de Plan de Sánchez. Así mismo, le ordenó crear un programa
gratuito y especializado de tratamiento psicológico y psiquiátrico que tomara
en consideración las circunstancias y necesidades de cada una de las perso-
nas, y que incluyera estrategias de atención individual, familiar y comunitaria.
28. La reparación colectiva desde una perspectiva psicosocial: Elementos para
su análisis. Encuentro de víctimas pertenecientes a organizaciones sociales.
Corporación AVRE. 2007.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

condición humana. El desconocimiento de dimensio-


nes como la salud mental, la emocionalidad y la cultura,
hace que los procesos de reconstrucción que se ade-
lanten no sean tan sólidos y dejen por fuera elemen-
tos como la humanidad y la solidaridad, básicos para
el restablecimiento de las personas, organizaciones y
comunidades afectadas por hechos violentos.

La reparación colectiva que centre su trabajo desde


23
lo psicosocial, debe considerar mecanismos y con-
diciones para la recuperación de valores culturales
y espirituales asociados a los procesos de reivin-
Es clave dicación de memoria histórica; proponer procesos
incorporar en para la rehabilitación emocional y física tanto de
las víctimas directas como de sus familiares; con-
el trabajo de tribuir al esclarecimiento de la verdad de los he-
valoración de chos de violencia y proponer condiciones que ga-
los daños, el ranticen justicia y castigo a los responsables y la

y la importancia de los lineamientos psicosociales


componente no repetición de los hechos violentos; inclusión
de estrategias de acompañamiento psicosocial que

La reparación colectiva: su dimensión política


psicosocial, permitan a los miembros de la comunidad superar
con el fin de la victimización, reconstruir su capacidad de agen-
revelar aquellos cia, crear y compartir espacios de reelaboración
y verbalización de los acontecimientos violentos,
otros aspectos
fortalecer el tejido social, generar confianza y soli-
intangibles que daridad al interior de la comunidad y recuperar la
determinan identidad colectiva y cultural29.
la condición
4. Medidas de satisfacción:
humana.
Se trata de medidas que buscan revelar la ver-
dad y hacer cesar las violaciones. La búsqueda
de las personas desaparecidas, declaraciones
oficiales y homenajes que restablezcan la dig-
nidad de las víctimas, aceptación de respon-
sabilidades, sanciones a los responsables y la
enseñanza de derechos humanos, hacen parte
del concepto 30.

29. Ídem.
30. Reparación. Hechos del Callejón. Disponible en: www.indh.pnud.org.co
Septiembre de 2009.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó los Principios y


Directrices básicos de la reparación a las víctimas, en el subcapítulo referido
a la satisfacción, el texto enumeró una serie de medidas a tener en cuenta por
parte de los Estados tanto en reparaciones individuales como colectivas, así:
medidas eficaces para conseguir que no continúen las violaciones; la verifica-
ción de los hechos y la revelación pública y completa de la verdad, en la medida
en que esa revelación no provoque más daños o amenace la seguridad y los
intereses de la víctima, de sus familiares o de sus testigos; la búsqueda de las
personas desaparecidas, de las identidades de los niños secuestrados y de los
24
cadáveres de las personas asesinadas, y la ayuda para recuperarlos, identificar-
los y volver a inhumarlos según el deseo explícito o presunto de la víctima o
las prácticas culturales de su familia y comunidad; una declaración oficial o
decisión judicial que restablezca la dignidad, la reputación y los derechos de la
víctima y de las personas estrechamente vinculadas a ella; una disculpa pública
que incluya el reconocimiento de los hechos y la aceptación de responsabilida-
des; la aplicación de sanciones judiciales o administrativas a los responsables
de las violaciones; conmemoraciones y homenajes a las víctimas y; la inclusión
de una exposición precisa de las violaciones ocurridas en la enseñanza de las
normas internacionales de Derechos Humanos y del Derecho Internacional
Humanitario.31

5. Garantías de no repetición:

La no repetición implica que las víctimas puedan volver a vivir tranquilamen-


te sin la incertidumbre de ser atacadas de nuevo, que logren reconstruir sus
vidas, sus proyectos y sus sueños en torno a un futuro seguro. Son medidas
como la adecuada representación de las mujeres y los grupos minoritarios
en las instituciones públicas, el control de autoridades civiles sobre las fuer-
zas armadas, el desmonte de las estructuras armadas ilegales y el ajuste de
procedimientos a las normas internacionales, entre otras, que ayudan a que
los ciudadanos no vuelvan a sufrir por causa de la violencia. Así, este tipo
de medidas se expresan a través de disposiciones de reparación política, que
respondan a las necesidades de reformas estructurales, orientadas al fortale-
cimiento del Estado Social de Derecho y al respeto de los Derechos Huma-
nos en su integralidad.

Ahora, una vez identificadas las medidas que deben integrar el derecho a la reparación
colectiva, es importante señalar cuáles pueden ser las estrategias psicosociales que se

31. Asamblea General de las Naciones Unidas. Sesión 64 del 16 de diciembre de 2005.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

pueden utilizar para identificar el daño colectivo. Al res-


Es muy pecto, es muy importante que las víctimas y en general
importante que las comunidades, puedan orientar los procesos para sus
las víctimas y propias exigencias de reparación, para lo cual, y en aras de
obtener un inventario desde una visión colectiva del daño,
en general las la participación de las propias comunidades resulta pri-
comunidades, mordial para permitir dar cuenta del grado de afectación
puedan orientar sufrido por los diferentes hechos de violencia.
los procesos 25
¿CÓMO EVIDENCIAR ELEMENTOS DEL DAÑO COLECTIVO?
para sus propias Para hacerlo es importante tener en consideración los
exigencias de siguientes aspectos32:
reparación, para
lo cual, y en 1. Ruptura del tejido social:

aras de obtener Los actos de violencia caracterizados por la sevicia y


un inventario el terror pretenden romper las relaciones sociales y
desde una políticas que las comunidades y organizaciones han

y la importancia de los lineamientos psicosociales


construido históricamente; generar miedo para asi-
visión colectiva lar a sus miembros, crear desconfianzas y fracturas

La reparación colectiva: su dimensión política


del daño, la en la solidaridad, y en esta medida imponer nuevas
participación formas de control social y político son el principal
de las propias propósito. Resulta fundamental comprender que
detrás de los hechos de violencia existe la intencio-
comunidades nalidad de hacer daño. Esta intencionalidad se ve re-
resulta flejada en los propósitos de fragmentar los procesos
primordial para organizativos, generar terror en comunidades para
permitir dar poder ejercer el control, destruir redes, desestimular
las propuestas políticas o sociales de la organización
cuenta del grado y aislar a los miembros. En los casos más extremos
de afectación estas acciones significan la desaparición o extermi-
sufrido por nio de comunidades u organizaciones enteras.
los diferentes 2. Impactos en los liderazgos:
hechos de
violencia. El ataque a los líderes de las organizaciones y comuni-
dades, contribuye a disuadir al resto de integrantes de
la organización para que asuman estos roles, evitando

32. La reparación colectiva desde una perspectiva psicosocial: Elementos para


su análisis. Encuentro de víctimas pertenecientes a organizaciones sociales.
Corporación AVRE. 2007.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

que se renueven los liderazgos y en esta medida debi-


litando la capacidad organizativa de la comunidad.

3. Afectación de la identidad cultural y tradicio-


nes ancestrales:

Frente al daño En comunidades con fuerte identidad cultural o po-


colectivo y lítica, los hechos de violencia están dirigidos a afectar
al contexto esas identidades y los procesos que adelantan; el ata-
26
que a líderes espirituales o personas representativas
de profunda para la comunidad, tiene esa intencionalidad. Tam-
violencia que bién se pretende mermar las capacidades de la orga-
enfrentan nización o comunidad y afectar la movilización social.
los sujetos Los ataques a las comunidades indígenas o afroco-
lombianas, por ejemplo, tienen una intencionalidad
colectivos de exterminio no sólo físico de sus miembros, sino
víctimas, estos de sus mundos culturales, ancestrales y espirituales.
han desarrollado
4. Naturalización de lógicas autoritarias
diferentes
y de violencia:
mecanismos de
afrontamiento La ocurrencia sistemática y masiva de violaciones
que han a los Derechos Humanos, en contextos de impu-
nidad y con la presencia continua de victimarios,
contribuido genera en las comunidades que los integrantes de
a atenuar las mismas, empiecen a validar las dinámicas auto-
los daños y a ritarias o la resolución violenta de los conflictos.
fortalecer las La impunidad tiene en estos casos, un impacto
social en los procesos comunitarios, ya que la no
iniciativas de investigación y sanción de los responsables de las
superación de violaciones, deja el mensaje que el ejercicio de la
la impunidad violencia es una forma socialmente legítima de re-
solver conflictos, desestimulando la denuncia, pri-
y construcción
vatizando el daño y aislando la historia y memoria
de la memoria de las personas y comunidades victimizadas.
histórica.
5. Atención de los procesos de duelos colectivos
e individuales:

Los hechos de violencia interrumpen los procesos


adecuados de duelo. No es casual en este sentido
que los victimarios prohíban enterrar a los muer-
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

tos, o los cementerios clandestinos y fosas donde


dejan a sus víctimas. Esto hace que el duelo se pri-
vatice, que no se realicen las ceremonias públicas,
asumiéndose como un problema individual y no
desde un sentido comunitario. Se puede hablar en
este caso, de daños espirituales que afectan los ri-
tuales funerarios.
El Estado en
contextos como Importante señalar que frente al daño colectivo y al con-
27
texto de profunda violencia que enfrentan los sujetos
el colombiano, colectivos víctimas, estos han desarrollado diferentes
debe asumir el mecanismos de afrontamiento que han contribuido a
reto de procurar atenuar los daños y a fortalecer las iniciativas de supera-
que las medidas ción de la impunidad y construcción de la memoria his-
tórica. Por lo anterior, resulta valioso mencionar hechos
reparatorias, como: el tránsito que realizan las víctimas y sus comu-
no tengan nidades a un papel de actores sociales, en el sentido que
únicamente asumen procesos no sólo para la recuperación personal

y la importancia de los lineamientos psicosociales


sino pensando en el beneficio de una colectividad y de
un alcance la sociedad en general; los procesos organizativos que

La reparación colectiva: su dimensión política


restitutorio, redundan en el fortalecimiento de la identidad colectiva,
sino que las creencias espirituales y la construcción o fortaleci-
también tengan miento de redes de apoyo social. Hechos que son una
realidad, sólo cuando las reparaciones colectivas inclu-
un potencial yen medidas de contenido material y simbólico y están
transformador dirigidas a potenciar actividades, propuestas o procesos
de las históricos o en construcción, de los grupos o comunida-
desigualdades des que permitan la incidencia y visibilización en el ám-
bito social, cultural, político, religioso y económico de la
sociales, sociedad y que contribuyan realmente a prevenir proce-
con miras a sos de revictimización y a proporcionar las condiciones
garantizar la no necesarias para recuperar proyectos de vida comunes.
repetición de las Sin embargo, el Estado en contextos como el colom-
atrocidades. biano, debe asumir el reto de procurar que las medi-
das reparatorias, no tengan únicamente un alcance
restitutorio, sino que también tengan un potencial
transformador de las desigualdades sociales, con mi-
ras a garantizar la no repetición de las atrocidades.
Sociedades como la colombiana, donde a lo largo
de la historia ha mantenido factores que facilitan la
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

exclusión y la desigualdad, y cuyas estructuras excluyentes son consideradas un


factor esencial del conflicto, la reparación de las víctimas no debe tener única-
mente el propósito de restituirlas a la situación en la que se encontraban con
anterioridad a los hechos generadores de violencia sistemática y generalizada, sino
que debe ser una garantía de acceso a verdaderas políticas sociales, debido a que
una reparación puramente restitutoria, aunque importante, resultaría insuficiente,
pues buscaría devolver a las víctimas y colectividades a la condición de pobreza y
exclusión en que vivían anteriormente y no lograría realmente el paso de las víc-
timas a ciudadanos plenos, pues seguirían en situaciones de precariedad material,
28
negando la ideal restitución política.33

En este sentido, resulta fundamental defender la idea que las reparaciones deben te-
ner una vocación transformadora y no puramente restitutoria, esto es, que las repa-
raciones no sólo deben enfrentar el daño que fue ocasionado por los procesos de
victimización, sino también las situaciones de exclusión que sufrían las víctimas. En
efecto, desde esta perspectiva, las reparaciones deben tener un potencial transforma-
dor de las relaciones de poder que hicieron posible la comisión de atrocidades y que,
de permanecer inmodificadas, pondrían en riesgo la sostenibilidad del nuevo orden
democrático y pacífico buscado a través de ellas34.

Así las cosas, la reparación colectiva debe abordar la restitución en su dimensión trans-
formadora de las relaciones sociales, económicas y políticas que han permitido la ex-
clusión o marginación de las comunidades al acceso a sus derechos y a una ciudadanía
plena. En Colombia resulta inapropiado restituir simplemente a las comunidades a la
situación de marginalidad o de pobreza extrema en la que se encontraban antes de los
hechos violentos; asumir la reparación colectiva desde su visión transformadora, permi-
tirá la consolidación de un orden democrático, incluyente y durable, posibilitando a las
comunidades vislumbrar que a través de los cambios vividos por la reparación, tendrán
plenas garantías de la no repetición de las violaciones a sus derechos humanos.

33. Plan Nacional de Desarrollo y Reparaciones. Propuesta de un programa nacional


masivo de reparaciones administrativas para las víctimas de crímenes atroces en el
marco del conflicto armado. Rodrigo Uprimny y María Paula Saffon.
34. Ídem.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

3. CONSULTA PREVIA COMO


DERECHO FUNDAMENTAL
29
DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Y COMUNIDADES
AFRODESCENDIENTES

pueblos indigenas y comunidades afrodescendientes


Consulta previa como derecho fundamental de los
Como se evidenció, la multiplicidad de sujetos colecti-
vos va en relación con las diversas formas de relaciones
que entrelazan los seres humanos en búsqueda de posi-
bilitar escenarios que permitan alcanzar fines e intereses
comunes. Ahora, en ese gran universo de sujetos colec-
tivos que se puede distinguir, los pueblos indígenas y las
comunidades afrodescendientes recobran gran impor-
tancia, desde que dejaron de ser una realidad fáctica y le-
gal, para convertirse en sujetos de derechos fundamen-
tales, integrales y colectivos predicados, no solamente de
sus miembros individualmente considerados, sino tam-
bién, de las comunidades mismas que aparecen dotadas
de singularidad propia.

La Carta Magna de 1991 define a Colombia como un


Estado democrático, participativo y pluralista, abriendo
camino al reconocimiento especial de las comunidades
tradicionales, como grupos sociales claramente dife-
renciables. Con la expedición del mencionado Ordena-
miento Superior, se produjo un cambio sustancial frente
al reconocimiento de la diversidad y pluralidad del país.
Se pasó de un sistema basado en la asimilación e inte-
gración de las comunidades a la cultura mayoritaria de
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

la sociedad nacional, a un sistema pluralista y participativo, que acepta, reconoce y


respeta, la multiplicidad de formas de vida y sistemas de comprensión del mundo,
que propugna por el reconocimiento de los valores étnicos y por el derecho de las
minorías tradicionales a sobrevivir y desarrollarse con sujeción a sus propios valores35.

En este sentido, la Carta Política de 1991, reconoce que la Nación colombiana es


una entidad compleja, conformada por comunidades diferenciadas, con concepcio-
nes disímiles de la vida social y política, aceptando, que cada una de esas nociones, es
supremamente valiosa, pues aporta activamente en la construcción de la tradición e
30
identidad de todos los nacionales. Así las cosas, el Estado se reconoce culturalmente
heterogéneo, proponiendo como uno de sus fines, incentivar el respeto y prevalencia
de los valores culturales, ancestrales, lingüísticos, artísticos, religiosos, sociales y políti-
cos de cada sujeto colectivo, como pilar esencial de la nacionalidad colombiana.

En la nueva estructura constitucional, y con el objetivo de construir una democracia


más incluyente y participativa, dirigida a asegurar la coexistencia y a permitir la reivin-
dicación de los grupos minoritarios, el multiculturalismo viene a ser objeto de especial
reconocimiento y protección, fundado en las siguientes premisas36:

a) En Colombia existe diversidad de culturas e identidades étnicas.


b) Todas son merecedoras de un mismo trato y respeto.
c) Todas son constitutivas de la identidad general de país.
d) Todas son titulares – en igualdad de condiciones- del derecho a reproducirse y a
perpetuarse en el territorio con el paso del tiempo.

La honorable Corte Constitucional ha precisado que el derecho a la identidad cultural,


basado en los anteriores parámetros, se proyecta en dos dimensiones: una colectiva37,
que busca orientar la protección constitucional hacia las comunidades tradicionales
que no siguen la forma de vida de la sociedad mayoritaria, permitiendo que estas pue-
dan desarrollarse de acuerdo con su propia cultura y otra individual en el sentido de

35. Corte Constitucional. Sentencia C- 208/07.


36. Ídem.
37. La dimensión colectiva del derecho fundamental a la diversidad étnica y cul-
tural se proyecta y se protege a través de otros derechos reconocidos por la
propia Constitución, como son: la protección de la riqueza cultural de la na-
ción (Art. 8°; C.P.), el derecho a la autoderminación de los pueblos indígenas
(Arts. 9° y 330), el derecho a la oficialidad de lenguas y dialectos de las comu-
nidades nativas, el derecho de las comunidades indígenas a ser consultadas en
las decisiones que las afectan, a través, de procedimientos adecuados y con la
participación de sus instituciones representativas (Arts. 40-2, 239 y 330 C.P.), el
reconocimiento de la igualdad y dignidad de todas las formas de cultura (Art.
70 C.P.), el derecho a la propiedad colectiva de las comunidades indígenas y su
naturaleza inenajenable, inalienable, imprescriptible e inembargable (Art. 329).
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

considerar que la aludida protección es también a favor de cada uno de los miembros
de las comunidades nativas, garantizando que estos puedan autodeterminarse dentro
y fuera de su territorio según su propia cosmovisión38.

Es importante anotar, que el tratamiento especial que la Constitución Política de 1991


confiere a la diversidad étnica y cultural, encuentra pleno respaldo en el Derecho In-
ternacional, de manera específica, en el Convenio 169 de la Organización Internacio-
nal del Trabajo –OIT-39, sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes,
aprobado por Colombia mediante la Ley 21 de 1991, instrumento que concurre en
31
la salvaguarda de la identidad de las comunidades indígenas y tribales, la protección
de su territorio y, de manera general, su subsistencia como grupos diferenciados. Di-
cho instrumento, que de acuerdo con la jurisprudencia constitucional hace parte del
bloque de constitucionalidad, desde su preámbulo deja en claro cuál es su objetivo,
señalando que se ocupa de los derechos de los pueblos indígenas a la tierra, a la parti-
cipación, a la educación, a la cultura y al desarrollo en general.

Ahora, dentro de las minorías étnicas, la inclusión de las comunidades afrodescen-

pueblos indigenas y comunidades afrodescendientes


dientes como grupos tribales con identidad diferenciada, ha sido sustentada por la

Consulta previa como derecho fundamental de los


jurisprudencia constitucional, argumentando que el término “tribal” difícilmente pue-
de entenderse en el sentido restringido de una “tribu”, resultando más apropiado
interpretar el término “tribal” en el sentido amplio en que lo han hecho entidades
multilaterales como el Banco Mundial, el cual ha dicho que se refiere en general, a gru-
pos sociales que comparten una identidad cultural distinta a la sociedad dominante40.

Pero entonces, ¿QUIÉNES PUEDEN CONSIDERARSE INCLUIDOS EN EL TÉRMINO “TRI-


BAL”? Se hace referencia a dos requisitos que deben concurrir a) un elemento ob-
jetivo que hace referencia a la existencia de rasgos culturales y sociales compartidos
por los miembros del grupo, que les diferencien de los demás sectores sociales y b)
un elemento subjetivo, esto es, la existencia de una identidad grupal que lleve a los
individuos a asumirse como miembros de la colectividad.

Así, las comunidades negras cumplen con esta doble condición, y por ende, se ubican
bajo el supuesto normativo del Convenido mencionado. En Colombia, la consolidación

38. Corte Constitucional. Sentencia C-208 de 2007.


39. El artículo 6° del Convenio 169 de la OIT, impone a los gobiernos partes:
“consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados
y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que
se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles
directamente y al respecto, establecer los medios a través de los cuales los
pueblos interesados puedan participar libremente.”
40. Relatoría primera mesa sectorial afrocolombiana. Octubre 9, 10 y 11 de 2006.
Disponible en: www.renacientes.org
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

de un grupo poblacional que se autodenomina “negro”


¿Qué es la a partir de distintos tipos de organizaciones locales que
consulta previa? partiendo de la base de unas condiciones compartidas
Es el derecho de existencia y de una creciente identidad colectiva, hace
evidenciar la presencia de un verdadero proyecto reivin-
fundamental dicatorio sociopolítico. Por este motivo, los derechos co-
que tienen lectivos de las comunidades negras en Colombia, son en
los pueblos función de su status como grupo étnico, portador de una
indígenas y los identidad propia que es digna de ser protegida y realzada,
32
y no del color de la piel de sus integrantes.41
demás grupos
étnicos, de En este contexto, la honorable Corte Constitucional, en
poder decidir el marco del reconocimiento de la diversidad étnica y
cultural de la nación como valor constitucional y funda-
sobre medidas mento de la nacionalidad colombiana, ha reconocido y
(legislativas y protegido a los pueblos indígenas y a las comunidades
administrativas) afrocolombianas un derecho frente a las decisiones que
o cuando se los afectan: el derecho de participación materializado
a través de la consulta previa.
vayan a realizar
proyectos, obras ¿QUÉ ES LA CONSULTA PREVIA? Es el derecho funda-
o actividades mental que tienen los pueblos indígenas y los demás gru-
dentro de sus pos étnicos, de poder decidir sobre medidas (legislativas
y administrativas) o cuando se vayan a realizar proyectos,
territorios, obras o actividades dentro de sus territorios, buscando de
buscando de esta manera proteger su integridad cultural, social, eco-
esta manera nómica y garantizar el derecho a la participación. Se fun-
proteger su damenta en el derecho que tienen los pueblos de decidir
sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de de-
integridad sarrollo, en la medida en que este afecte sus vidas, creen-
cultural, social, cias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que
económica y ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la
medida de lo posible, su propio desarrollo económico,
garantizar el social y cultural. Además, el derecho de dichos pueblos
derecho a la de participar en la formulación, aplicación y evaluación de
participación. los planes y programas de desarrollo nacional y regional
susceptibles de afectarles directamente.42

41. Corte Constitucional. Sentencia C-169 de 2001.


42. Organización Internacional del Trabajo. Convenio 169, artículo 7°.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

La Carta Política de 1991, otorga a la consulta previa relevancia política, al reconocer


que asiste a las comunidades indígenas y afrodescendientes el derecho de decidir las
prioridades en su proceso de desarrollo y preservación cultural43. Ahora, en razón a
su compromiso con la defensa de la identidad e integridad cultural y a su condición de
mecanismo de participación, la jurisprudencia constitucional le reconoce a la consulta
previa, el carácter de derecho fundamental en sí mismo. En este sentido, se pronunció
la Corte Constitucional en la Sentencia SU-039 de 1997 al sostener:

“A juicio de la Corte, la participación de las comunidades indígenas en las 33


decisiones que pueden afectarlas en relación con la explotación de los recursos
naturales ofrece como particularidad el hecho o la circunstancia observada en el
sentido de que la referida participación, a través del mecanismo
de la consulta, adquiere la connotación de derecho fundamen-
tal, pues se erige en un instrumento que es básico para preservar la integridad
étnica, social, económica y cultural de las comunidades de indígenas y para ase-
gurar, por ende, su subsistencia como grupo social. De este modo, la participa-

pueblos indigenas y comunidades afrodescendientes


ción no se reduce meramente a una intervención en la actuación administrativa

Consulta previa como derecho fundamental de los


dirigida a asegurar el derecho de defensa de quienes van a resultar afectados con
la autorización de la licencia ambiental, sino que tiene una significación mayor
por los altos intereses que ella busca tutelar, como son los atinentes a la defini-
ción del destino y la seguridad de la subsistencia de las referidas comunidades”.

Esta posición fue reiterada, entre otras, en las Sentencias T-652 de 1998, C-620 de
2003, C-030 de 2008 y C-461 de 2008, en las cuales ha mencionado que:

“Como puede verse, no sólo la integridad cultural ha sido reconocida como un


derecho fundamental del sujeto colectivo que conforma la comunidad indígena,
sino que la misma consulta, como mecanismo de participación, ha sido estimada
como un derecho fundamental en sí mismo considerado, por su vinculación con la
defensa de aquella integridad cultural”.

“… Cuando procede ese deber de consulta, surge para las comunidades un dere-
cho fundamental susceptible de protección por vía de la acción de tutela, en razón
a la importancia política del mismo, a su significación para la defensa de la iden-
tidad e integridad cultural y a su condición de mecanismo de participación…”44

43. El derecho fundamental a la consulta previa, se encuentra reglamentado en el


parágrafo del artículo 330 y en el artículo 329 de la Carta Política de 1991.
44. Sentencia C-208 de 2007.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

De esta manera y teniendo en cuenta que la consulta previa busca asegurar la efectiva
protección de los intereses colectivos y los derechos fundamentales de las comunida-
des en mención, la Corte ha establecido que los procesos de consulta deberán ante
todo garantizar los usos y costumbres de los pueblos y comunidades, respetando sus
métodos o procedimientos de toma de decisiones que hubieren desarrollado, reafir-
mando el valor como derecho fundamental, no tanto como personas individualmente
consideradas, sino como personas que se desarrollan en un entorno comunitario45.

Así, el derecho fundamental de la consulta previa visto como escenario concreto de


34
participación de las comunidades indígenas y afrodescendientes, requiere de las si-
guientes condiciones para su real eficacia46:

a. La consulta debe efectuarse conforme a relaciones sustentadas en el respeto y la


buena fe de las partes.

b. Las comunidades deben tener conocimiento pleno sobre los proyectos de exploración
o explotación de recursos naturales en los territorios que ocupan o les pertenecen.

c. Las comunidades deben tener participación real y efectiva en la consulta, a través


de sus representantes.

d. La decisión de la autoridad gubernamental debe estar desprovista de autorita-


rismo y arbitrariedad, en consecuencia debe ser objetiva, razonable y propor-
cionada a la finalidad constitucional que le exige al Estado la protección de la
identidad social, cultural y económica de la comunidad.

e. El gobierno y las comunidades deben realizar una consulta sobre el procedi-


miento mismo de la consulta, a efectos de garantizar el respeto de los métodos
de toma de decisiones por parte de aquellas.

En la medida en que el Convenio 169 de la OIT, no establece unas reglas de procedi-


miento y en tanto que las mismas no han sido fijadas en la ley nacional, debe atenderse a
la flexibilidad que sobre el particular consagra el Convenio y al hecho de que, de acuerdo
con el mismo, el trámite de la consulta se somete al principio de la buena fe, lo cual
quiere decir, por un lado, que corresponde a los Estados definir las condiciones en las
que se desarrollará la consulta, y por otro, que la misma, para que resulte satisfactoria
a la luz del ordenamiento constitucional, debe realizarse de manera que sea efectiva
y conducente. Se trata de propiciar espacios de participación, que sean oportunos en
cuanto permitan una intervención útil y con voceros suficientemente representativos,

45. Sentencia T- 737 de 2005.


46. Corte Constitucional. Sentencia SU-039 de 1997.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

en función del tipo de medida a adoptar. Así las cosas, el proceso debe adelantarse con
las autoridades legítimamente constituidas de dicha comunidad, y en ausencia de una
autoridad con representación general, habría que acudir a las instancias que, de buena fe,
se consideren más adecuadas para dar curso al proceso de consulta.47

En este sentido, la jurisprudencia constitucional también ha previsto la necesidad


que el procedimiento mismo de consulta esté sometido a una preconsulta, con el
fin que, el trámite de concertación y consenso con las comunidades, no se re-
duzca a un simple acto informativo o de notificación de la medida y reconozca
35
y proteja las prácticas tradicionales diversas de los pueblos indígenas y tribales,
las cuales podrían verse desconocidas si los entes gubernamentales imponen
determinado mecanismo de consulta que, en razón a no haberse acordado con
las comunidades, resulte incompatible con el mandato constitucional de preser-
vación de la diversidad étnica y cultural 48.

Así las cosas, en la preconsulta se deben definir de común acuerdo entre las autori-
dades gubernamentales y los representantes de las comunidades, las bases del pro-

pueblos indigenas y comunidades afrodescendientes


cedimiento participativo. Es decir, el proceso debe estar precedido de un ejercicio

Consulta previa como derecho fundamental de los


mancomunado de ponderación de los intereses en juego de los grupos afectados. La
preconsulta debe adelantarse de modo tal, que garantice la adopción de relaciones de
comunicación y entendimiento, signadas por el mutuo respeto y la buena fe entre los
voceros representativos de las comunidades y las autoridades públicas, con lo cual,
deberán estar unívocamente dirigidas a49:

a. Que la comunidad tenga un conocimiento pleno sobre los proyectos destinados a ex-
plotar o explorar los recursos naturales en los territorios que ocupan o les pertenecen,
los mecanismos, procedimientos y actividades requeridos para ponerlos en ejecución.

b. Que igualmente la comunidad sea enterada e ilustrada sobre la manera como la


ejecución de los referidos proyectos puede conllevar una afectación o menosca-
bo a los elementos que constituyen la base de su cohesión social, cultural, econó-
mica y política y por ende, el sustrato para su subsistencia como grupo humano
con características singulares.

c. Que se le dé la oportunidad para que libremente y sin interferencias extrañas pue-


da, mediante la convocación de sus integrantes o representantes, valorar conscien-
temente las ventajas y desventajas del proyecto sobre la comunidad y sus miem-
bros; Además, debe ser oída en relación con las inquietudes y pretensiones que se

47. Corte Constitucional. Sentencia C-030 de 2008.


48. Corte Constitucional. Sentencia C-175 de 2009.
49. Corte Constitucional. Sentencia SU-039 de 1997.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

presenten, en relación con la defensa de sus intereses. Se busca con lo anterior, que
la comunidad tenga una participación activa y efectiva en la toma de decisiones, las
cuales en la medida de lo posible, deben ser acordadas o concertadas.

En la actualidad, sólo se ha reglamentado el procedimiento para analizar la consulta


cuando se trata de explotación de recursos naturales dentro de territorios específi-
cos50; recientemente, también se desarrolló, cuando se trata de medidas, procesos o
trámite legislativo de leyes que puedan afectar directamente a los grupos étnicos, sin
que aún, se reglamente el proceso para actos administrativos.
36
Es importante señalar que de acuerdo a la reglamentación nacional, la satisfacción del
derecho fundamental a la consulta previa, no puede concebirse como un mero requisito
formal, sino que se trata de un proceso sustantivo de raigambre constitucional que se
circunscribe a la conformación de un espacio deliberativo respetuoso de las particula-
ridades de las comunidades indígenas y afrodescendientes, tomadas como sujetos de
derecho y no como objetos de asistencia social, destinado a la deliberación para analizar
el impacto económico, ambiental, social y cultural, del asunto en cuestión.

50. Decreto 1320 de 1998.


Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

4. CONSIDERACIONES FINALES
37

Para la Unidad de Atención Integral a Víctimas de la


Defensoría del Pueblo y con el objetivo de garantizar el
acceso de los sujetos colectivos, a los derechos de ver-
dad, justicia y reparación integral en el marco de la Ley
975 de 2005, resulta conveniente tener presente, los si-
guientes aspectos:

• La concertación y preparación de los sujetos colecti-


vos que pretendan hacer parte de un proceso de re-
paración, resulta fundamental. Generar una dinámica

Consideraciones finales
que permita reconocer las violaciones y los daños
sufridos por los sujetos, logrará dignificar la identi-
dad colectiva de las víctimas. Al respecto, entrar en
contacto con las comunidades y reconocer el dolor
que han padecido, permitirá por un lado, rescatar la
verdad histórica, al mismo tiempo que incentivará
la participación activa de cada miembro que integra
dicha comunidad. Durante la concertación, es nece-
sario adoptar medidas especiales que a través de las
instituciones competentes, salvaguarden las personas,
las instituciones, los bienes, el trabajo, la cultura y el
medio ambiente de las comunidades víctimas de he-
chos de violencia sistemáticos y generalizados.

En especial para un proceso de reparación colec-


tiva de pueblos indígenas y comunidades afrodes-
cendientes, la necesidad de preservar la identidad
cultural y la capacidad que tienen de trasmitirla a
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

generaciones futuras, el respeto por sus usos y costumbres y el compromiso


firme, por parte de la institucionalidad, de facilitar caminos para obtener verdad,
justicia y reparación, deben ser los presupuestos que permitan dar inicio al pro-
ceso reparatorio. Para la honorable Corte Constitucional, el respeto del derecho
de los pueblos indígenas y tribales a vivir dentro de los procesos que los afectan,
una etapa de concertación y orientación previa, se convierte en la forma de com-
batir las prácticas y manifestaciones contemporáneas del racismo, discriminación
racial, xenofobia y las formas de intolerancia conexas que los afectan.51
38
• El diseño de un programa de reparaciones colectivas, debe buscar en primera
instancia, la reconstrucción psicosocial de las poblaciones afectadas por la ocu-
rrencia de hechos de violencia sistemática y generalizada, para lo cual, deberá
contemplar medidas de indemnización, restitución, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición.

• Identificadas las medidas que integran el derecho a la reparación colectiva, es


importante tener en cuenta estrategias psicosociales que se pueden utilizar para
identificar el daño colectivo. Es fundamental que los sujetos colectivos víctimas,
puedan orientar los procesos para sus propias exigencias de reparación desde
una visión colectiva del daño, la participación de las propias comunidades resul-
ta primordial para permitir dar cuenta del grado de afectación sufrido por los
diferentes hechos de violencia. La ruptura del tejido social, el impacto en los li-
derazgos, la afectación de la identidad cultural y las tradiciones ancestrales, la na-
turalización de lógicas autoritarias y de violencia y la afectación de los procesos
de duelos colectivos e individuales, entre otros aspectos, permitirán evidenciar
aspectos del daño colectivo que ha sufrido la comunidad.

• Respecto a la consulta previa que debe surtirse cuando de reparaciones colectivas


de pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes se trata, el Convenio 169 de
la OIT, en su artículo 6°, ratificado por la Ley 21 de 1991, señala que los gobiernos,
deberán consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados
y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean
medidas que los afecten directamente. Es claro entonces, que se deben establecer
los medios a través de los cuales, los pueblos interesados puedan participar libre-
mente en todos los niveles que planteen la elaboración de las políticas y programas
que busquen la reparación integral como sujetos colectivos víctimas de la violencia.

Así las cosas, esta etapa resulta de superior importancia en el proceso, ya que de-
berá prever los tiempos necesarios para que las comunidades étnicas, puedan lle-

51. Corte Constitucional. Sentencia SU-383 de 2003.


Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

var a cabo sus procesos de toma de decisiones y así, poder participar activamente
en determinar cuáles de las medidas que conforman el concepto de reparación
integral, se adecuan a sus modelos culturales y sociales.

La consulta previa, debe ser un proceso de carácter público, especial y obligato-


rio, intercultural e interinstitucional, para que los pueblos indígenas y comunidades
afrodescendientes representados por sus autoridades tradicionales, cabildos y orga-
nizaciones, tengan el pleno conocimiento sobre las características de la reparación,
proyectos, mecanismos, procedimientos y actividades que en el marco de la misma,
39
se van a desarrollar. Sólo en este contexto, las comunidades afectadas podrán valorar
las ventajas, desventajas, viabilidad o no, de las medidas que presuponen la repara-
ción y la relación de ellas con la afectación a su identidad étnica, social y cultural,
con lo cual, la reparación responderá a las necesidades de cada comunidad sin des-
cuidar tres punto básicos: garantizar la participación activa y efectiva en la toma de
las decisiones, establecer bases sólidas y armónicas que propicien el camino hacia la
reconciliación y por supuesto, la protección de la diversidad cultural.

• En el desarrollo del proceso de reparación colectiva, se corre el riesgo de con-


fundir el límite que existe entre una medida de política pública y una medida de
reparación integral. Así, la reparación colectiva, encuentra su fuente o título, en
el deber del Estado de reparar el daño ocasionado por la ocurrencia del hecho
generador de la pérdida de los derechos. Este deber, incluye la indemnización
de los daños y perjuicios sufridos con motivo del delito, así como mecanismos

Consideraciones finales
individuales de rehabilitación y restitución y medidas de satisfacción de alcance
general. Todos estos mecanismos tienen el propósito de que los efectos de los
crímenes desaparezcan, tanto para restablecer la dignidad de las víctimas como
para garantizar que los mismos no vuelvan a ocurrir.

Ahora, la política pública tiene como fuente el carácter social del Estado de De-
recho consagrado en la Carta Política Colombiana. En efecto, esta política busca
llevar a la práctica, la cláusula de la ciudadanía social prevista en la Constitución.
Como tal, se trata de un deber del Estado que siempre está vigente y que no
requiere de ningún acontecimiento determinado para activarse. Dentro de este
deber estatal, se encuentra su obligación de garantizar progresivamente y sin
discriminación derechos como la salud, la vivienda, la educación, entre otros, a
todos los ciudadanos. Por ello, en principio, todas las personas son beneficiarias
de estas políticas generales y tienen derecho a que se desarrollen y una vez desa-
rrolladas, al acceso a ellas en igualdad de condiciones52.

52. Plan Nacional de Desarrollo y Reparaciones. Rodrigo Uprimy y María Paula


Saffon. 2007.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

Entonces, la reparación integral se distingue de las políticas públicas, en tanto


que la primera, busca saldar una deuda específica por violencias directas que fue-
ron ejercidas contra ciertas víctimas. Por ello, si bien las políticas de reparación
integral deben tener un contenido material significativo para enfrentar los efec-
tos materiales de la violencia, igualmente deben poseer una inevitable dimensión
simbólica, ya que los daños ocasionados suelen ser irreparables. Esta dimensión
simbólica es además una forma de reconocimiento al sufrimiento específico que
fue ocasionado a unas personas determinadas, un reconocimiento que debería
rehabilitar a las víctimas a su condición de ciudadanos activos, de la cual habían
40
sido excluidas por los procesos de victimización. La reparación marca así, un
proceso de reconciliación del Estado con sus ciudadanos, que reintegra a las
víctimas como sujetos de derechos a una comunidad política. Por el contrario,
la política social no tiene esa dimensión simbólica específica ya que, tiene el pro-
pósito de superar exclusiones sociales y pobrezas pero de personas que ya son
reconocidas como ciudadanos integrados a una comunidad política53.

En el contexto donde se encuentran las comunidades afectadas por la violencia


generalizada y que pueden propender por un proceso de reparación colectiva, re-
sultan confusos los conceptos mencionados principalmente por coincidir escena-
rios de violencia y de pobreza. El hecho de recuperar los mínimos vitales de este
tipo de comunidades, no debe desorientar la función de la reparación colectiva, en
tanto que esta, solo será efectiva cuando se asuman responsabilidades frente a las
víctimas y se busque su resignificación como sujetos colectivos de derechos. Sin lo
anterior, la distribución de sumas de dinero o la construcción de infraestructuras
se constituirán en mera asistencia pero no en reparación integral.

• Los procesos de reparación colectiva, deben tener presente durante todo el desa-
rrollo, la interculturalidad, que supone el mantenimiento de relaciones de coordi-
nación, y no de subordinación, entre dos o más sociedades o grupos culturales,
de tal manera que se encuentren en condiciones igualitarias para la elección,
planificación y ejecución de las medidas que busquen la reparación integral de
las comunidades. El enfoque intercultural se convierte en fundamental, porque
garantiza la real inclusión de la población afectada que ha sido tradicionalmente
excluida y discriminada.

Percibir esta perspectiva pluricultural, es decir, heterogénea, contribuye a com-


prender de una manera clara, la presencia y distribución en el territorio de los
distintos grupos humanos, conocer sus lenguas, culturas y maneras tradicionales

53. Reparación integral, atención humanitaria y política social. Rodrigo Uprimy


y María Paula Saffon. Disponible en: www.viva.org.co. Noviembre de 2009
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

de representarse frente al mundo, posibilitando entender la magnitud de las pér-


didas a raíz de los daños ocasionados por el conflicto armado.

• Los procesos de reparación colectiva para pueblos indígenas y comunidades afro-


descendientes, deben buscar resarcir principalmente los daños ocasionados en sus
territorios, por los grupos armados al margen de la ley y por el Estado colombiano
quien, para ellos, ha sido el mayor responsable por faltar a la verdad, la justicia y la
obligación de brindarles seguridad. El valor de la tierra como patrimonio cultural,
se evidencia como uno de los mayores retos a reparar, debido a que, por haberse
41
profanado inmensos territorios sagrados, se han ocasionado profundos daños que
desde la perspectiva étnica, no admiten ningún tipo de reparación.

Sin embargo, y en caso que no sea posible restituir los territorios y facilitar el
retorno, la ley prevé que se deberán restituir, en todos los casos posibles, tierras
cuya calidad y cuyo estatuto jurídico sean por lo menos iguales a los de las tierras
que ocupaban anteriormente, y que les permitan subvenir a sus necesidades y
garantizar su desarrollo futuro. Cuando los pueblos interesados prefieran recibir
una indemnización en dinero o en especie, deberá concedérseles dicha indemni-
zación, con las garantías apropiadas.

• Los programas de reparación colectiva deberán procurar como punto funda-


mental buscar la verdad de los hechos que causaron daños a las comunidades,
ya que para los sujetos colectivos, la columna vertebral de la reparación, es justa-

Consideraciones finales
mente la verdad total y absoluta de todos los hechos que marcaron trágicamente
el trascurrir de cada grupo afectado. La investigación judicial, debe ser garantía
de plena visibilización de la verdad, de reconocimiento público de los hechos, de
sanción a los responsables, de prevención de nuevas violaciones y de indemni-
zación económica como compensación de aquellos daños que pueden ser valo-
rados pecuniariamente.

• En perspectiva de los grupos étnicos, la búsqueda de reparación debe tener en


cuenta el proyecto de vida de la comunidad, su inclusión política en la toma de
decisiones, su justicia propia y el reconocimiento social. Tener en cuenta estos fac-
tores, facilitará la reparación de los daños causados a las raíces ancestrales de estos
sujetos, debido a que dichos sujetos colectivos, tienen otros conceptos de verdad,
justicia y reparación en relación con diferentes aspectos de sus vidas como la auto-
nomía, las autoridades, las relaciones familiares y la relación con la naturaleza.

• Finalmente, indicar que la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación


–CNRR– es la entidad que conforme a lo estipulado en el artículo 49 de la Ley
975 de 2005, tiene la obligación de formular recomendaciones al Gobierno Na-
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

cional para la implementación de un futuro Programa Institucional de Repara-


ción Colectiva que comprenda acciones directamente orientadas a recuperar la
institucionalidad propia del Estado Social de Derecho, promover los derechos
de los ciudadanos afectados por hechos de violencia y reconocer y dignificar las
víctimas de la violencia en Colombia.

Para efectuar las recomendaciones, la Comisión Nacional de Reparación y Re-


conciliación –CNRR– adelanta en la actualidad ocho (8) planes piloto de repa-
ración colectiva en diferentes lugares del país así: El Salado (Bolívar), Buenos
42
Aires (Cauca), La Gabarra (Norte de Santander), El Tigre (Putumayo), Libertad
(Sucre), Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare –ATCC– (Santan-
der), Madres de la Candelaria (Antioquia) y, Sindicato de Trabajadores de la Uni-
versidad de Córdoba (Córdoba).

Las experiencias de reparación colectiva, han iniciado con la recuperación de míni-


mos vitales generando confusión en las comunidades puesto que está claro que no
hacen parte de los procesos de reparación, al constituirse en una obligación per-
manente del Estado Social de Derecho. La reparación colectiva se ha pensado con
enfoque de derechos a partir de los hechos violatorios y los daños generados; Así,
la metodología utilizada para aproximarse a las afectaciones de las comunidades,
se fundamenta en identificar el dolor de la comunidad, los perjuicios generados y
los umbrales de afectación de la misma. En este sentido, se analiza la comunidad,
antes, durante y después del hecho violento para empezar a identificar el daño
colectivo y las medidas de reparación que procedieren según el caso.

La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación –CNRR– espera en corto


plazo, empezar a trabajar en el diseño de las medidas de reparación colectiva,
teniendo presente las particularidades de cada comunidad y las concertaciones
que se produzcan en cuanto a las medidas que se van a adoptar en procura de la
recuperación social, económica, política y cultural de estos colectivos.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

ANEXO I.
43

RUTA PARA APOYAR PROCESOS DE REPARACIÓN COLECTIVA54

2. 3.
1. Definir los derechos
Determinar Realizar un
colectivos afectados inventario del daño
el sujeto colectivo con los hechos colectivo
violentos

6.
Elaborar 5. 4.

Anexos
metodologías para Socializar las Diseñar
la evaluación y medidas de las medidas de
monitoreo de la reparación colectiva reparación colectiva
reparación colectiva

54. Los profesionales que integran los equipos psicojurídicos de la Unidad de


Atención Integral a Víctimas, dentro de un proceso de reparación colectiva,
tendrán la función de apoyar a favor de los derechos de los sujetos colecti-
vos, los procesos en torno a la promoción, divulgación, protección y defensa
de los derechos que han resultado vulnerados por los hechos victimizantes.
En este sentido, el papel que se debe desempeñar es de acompañamiento y
vigilancia en el cumplimiento de los presupuestos que se han planteado en
este documento y que esencialmente buscan garantizar una efectiva y sólida
reparación colectiva.
DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE COLOMBIA

ANEXO II.

RUTA PARA EL PROCESO DE CONSULTA PREVIA EN EL CASO


DE GRUPOS ÉTNICOS55

44
1. A petición del interesado la Dirección de
Certificación Etnias del Ministerio del Interior y de Justicia
de presencia de tiene 15 días hábiles, para certificar la presen-
grupos étnicos cia de grupos étnicos en el área de influencia
del proyecto o de las medidas a realizar.

2. La realiza la Dirección de Etnias del Ministerio


Vista de del Interior y de Justicia con el acompañamien-
verificación to de las autoridades locales (entre 4 y 5 días).

3. Se adoptan participativamente “las reglas de


Fase de juego” y se informa a la comunidad sobre
Información la consulta previa y el proyecto o medidas a
adoptar.

4. Se identifican conjuntamente los impactos y


Fase de las medidas a tomar; se inicia la elaboración
concertación de estudios.

5.
Fase de Adopción concertada de medidas, sistematiza-
protocolización y ción del proceso y seguimiento de acuerdos.
seguimiento

55. Ministerio del Interior y de Justicia. Grupo de Consulta Previa. Disponible


en: www.anh.gov.co/privados/comunidades.pdf. Noviembre de 2009.
Alcances de la Reparación Colectiva en Colombia

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