You are on page 1of 10
2b Facultad de Derecho VOLVER SOBRE LA HEGEMONIA GRAMSCI EN LOS L/MITES DE LA CULTURA BACK TO HEGEMONY GRAMSCI IN THE LIMITS OF CULTURE DE VOLTA EM HEGEMONIA GRAMSCI EM OS LIMITES DE CULTURA Jorge Daniel Visquez* Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ‘Resumen: El presente texto plantea las condiciones de posibilidad ‘que el concepto de hegemonia mantiene de cara al andlisis, del lugar de la cultura en el capitalismo contemporineo. Para esto se realiza una lectura de los argumentos del filésofo italiano Antonio Gramsci que subyacen en los planteamientos epistemoldgicos del antropélogo argentino Alejandro Grimson en su obra Los limites de la cultura, Con esta base, este articulo analiza la vinculacién entre cultura, politica y conocimiento otorgando centralidad a Ja conceptualizacién de la hegemonia, se problematiza la relacién entre hegemonia y cultura desde la consideraci de su importancia analitica, y se refiere a los anclajes subjetivos que se pueden encontrar en la relacién entre hegemonia y capitalismo, Palabras clave: Hegemonia; Cultura; contemporineo; Gramsci; Grimson. Capitalismo Summary ‘This paper presents the conditions of possibility that the concept of hegemony holds, in the light of the analysis of culture in contemporary capitalism. Hence, the article is based on selected texts of Italian philosopher Antonio Gramsci, and the epistemological approaches of Argentine anthropologist Alejandro Grimson in his book ‘Los limites de la cultura’ (The Limits of Culture). On this basis, this Recibido: 05/03/2015 Aceptado: 20/05/2015, paper analyses the relationship between culture, politics, and knowledge, with emphasis on the conceptualization, of hegemony. It also questions the relationship between, hegemony and culture from the perspective of its analytic importance, and refers to the subjective links that can be foundinttherelationship between hegemony and capitalism. Key words: Hegemony; Culture; Contemporary Capitalism; Gramsci; Grimson. Resumo O presente texto planteia as condicdes de possibilidade para que oconceito de hegemonia mantenha a anélise do lugar da cultura no capitalismo contemporaneo, Para isto se realiza tuna leitura dos argumentos do filésofo italiano Antonio Gramsei que subjazem as apresentasées epistemolégicos do antropélogo argentino Alejandro Grimson em sua obra Los limites de la cultura. Com esta base, este artigo analisa a vinculaca6 entre cultura, politica e conhecimento outorgando centralidade © conceito da hegemonia, se estabelece como problemitica a relacad entre hegemonia € cultura desde a consideracaé de sua importancia analitica, ¢ se refere aos pontos firmes subjetivos que se podem encontrar na relacaé entre hegemonia e capitalismo, Palavras chave:_ Hegemonia; Cultura; contemporaneo; Gramsci; Grimson. Capitalismo 7 Jonge Daniel Vinquer es ensyista, dacente © invesigador Ha realizado exudios de Filosofi, Sociologia y Educacin en Bras, Costa Rica y Ecuador. Bs rotesorinvestigndor de FLACSO.-Eevador,en el Depatarsen Universidad Cates del Ecusdor E-mail javasqueriseso ed ce pec ee CALAMO// Revista de Estudios Juridicos. Quito - Beuador. No. 3 (Julio, 2015): ‘Sociologia y Estudios de Genero y decent en fa Escuela de Sociologia de la Pontificia. 31-90 ——{«1] 222 Facultad de Derecho El presente trabajo’ gira en torno a la vinculacién entre politica, cultura y conocimiento desde el concepto de hegemonia de Antonio Gramsci. El argumento que se desarrolla consiste en que el andlisis del carécter culturalista del capitalismo contempordneo implica plantear constantemente el problema de la hegemonia, Tal cuestién se puede rastrear en la propuesta conceptual que el antropélogo Alejandro Grimson desarrolla en su ‘obra Los limites de la cultura. Critica de las teorias de la identidad, la cual se perfila como un texto que ejercera significativa influencia en varias disciplinas y en la discusién conceptual? Asi, este articulo opta estratégicamente por traer al debate sobre las formas culturales del capitalismo contempordneo, la concepcién gramsciana de hegemonia, en didlogo con las argumentaciones de Grimson respecto a la cultura. A fin de actualizar el debate dentro de la critica al culturalismo, Grimson (2011, 91-107) sefiala cuatro puntos en los que se expresa la complejidad de la relaci6n entre conocimiento, politica y cultura: 1) los términos de la relacién entre los niveles axiolégico (valorativo), praxeolégico (de sumisién al otro) y epistémico (de conocimiento 0 ignorancia de la identidad del otro);*2) el lugar de la traduccién como proceso social, histérico y politico en el contexto de Ja complicada relacién entre la metanarrativa de la antropologia y sus categories, y la metanarrativa de las supuestas inconmensurabilidades culturales El legado de Gramsci es vasto, pero quiero subrayar su ‘proyecto para comprender una derrota, su rechazo a la idealizacién como fundamento de su implacable voluntad de transformar el mundo, (Grimson 2011, 103) esenciales; 3) el problema de la subalternidad y las posibilidades de hablar que tiene el subalterno sin ser asuveznombrado porla hegemonia;y 4) ladificultad de asegurar la ‘utilidad’ del conocimiento debido a su inevitable vinculacién con los usos sociales. En relacién al tercer punto, el antropélogo argentino vuelve a la pregunta de Spivak “;Puede hablar el subalterno?” para plantear un reflexién sobre las, relaciones del conocimiento con Ia politica® A diferencia de lo sefialado por Spivak, para Grimson el subalterno puede hablar y habla, pero “es necesario distinguir los procesos de conflicto que trabajan dentro de los limites hegeménicos de los que trabajan en las fronteras de la hegemonia sobre esos mismos limites, buscando transformarlos” (Grimson 2011, 46). Es decir, el anilisis de la relaci6n entre conocimiento y politica se basa en la determinacién de la hegemonia. Por lo tanto, es la critica de la hegemonia lo que permite comprender Ja configuracién del poder en la imbricacién entre politica, conocimiento y cultura, al mismo tiempo que la relacién entre los tres elementos tiene que ver con la salida de las ret6ricas esencialistas para ubicarlos de leno en una relacién que adquiere una explicacién histérica. Centrarnos en la explicacién de las apuestas epistemolégicas de Gramsci y Grimson implicaria revisar varios conceptos claves que entran en juego para el andlisis de la cultura, siendo muy cuidadosos 1 Agradezcoa Jonge Luis Acanda los comentario al borradr del presente acti, 2 Laobra Lo limes dela eta foe considerada como el mejor libro sabre Lainoamtics ene re de Ciencias Sociales y Humanidades por a Asocacén de Exsudins Latinoamericanos (LASA), hacéadola merscedor ds Premio Iberoamericano en 2012. En relacion aes timo punto Geimon ale al problema del otredad en Todoroy (109). ‘Grimson (2011, 92-107) se dtiene en ol anit de este cunrto punto dade la problematzacin del val politico de ls concepts utllzados en ss Investigaciones Ios reagos que conlevs I instramentalizaién de Ia nwestgacin, Sep e ator, la intrumentalaacién conduct a la reproduccin de saberes del sentido comiln mientras que el rconocimiento del caricterconstistivamente ético-politica del investigacion, puede sues al desarrollo dels “imaginain sociologes 5 La misma Spivak (2011(198)) habia cuestonado ya a invisiiidad de factor politico que est en juego en la sepresenieiénclaborada po os nilectules al dejar por fuera del aniliss dela relacin entre conocimientoy politic, ls caracteriticae de sjta colonial las expresionespoliteas en los cotorzos postcolcriaks. 6 Enestosigues Said (20021997), [22] ctuaoy evita de sufi Cut edn Ni 3h 2015-81-90 == en sefialar las distancias contextuales. Asumir tal tarea en extenso desbordaria el alcance del presente articulo porlo que el trabajo se concentra tinicamente en tres aspectos. Asi, la exposicién de los argumentos desde los cuales pretendemos plantear la vinculacién entre cultura, politica y conocimiento en el marco del actual capitalismo requiere situar tal vineulacién Para Gramsci, las posibilidades de reconstruir €l pensamiento revolucionario se encuentra en la recuperacién de Marx, liberéndolo de los esquemas positivistas. Sibien el positivismo habfa representado tuna superacién del pensamiento medieval, deriv en una forma mecanicista de concebir los fenémenos. El materialismo, que habia representado un punto de llegada para la explicacién de los fendmenos sin recurrira los movimientos de fuerzas extra-naturales, descuidé la funcién del sujeto cognoscente. Asi, la versién positivista/mecanicista del materialismo se separé del Marx de las Tesis sobre Feuerbach: “La doctrina materialista acerca de la transformacién de las circunstancias y de la educacién olvida que las circunstancias deben ser transformadas por los hombres y que el propio educador debe ser educado” (Marx 2001 {1845}, 113). En el terreno epistemolégico, Gramsci realiza una critica del pensamiento cientifico-natural yla relacién, de éste con la concepcidn idealista, que aspira a quela transformacién social radique en la transfor macién de la conciencia individual. El sefialamiento de los limites de tal planteamiento idealista pasa por reconocer, para Antonio Gramsci, que la centralidad del pensamiento y la formacién de la conciencia esta en la praxis, en tanto esta categoria permite expresar que los procesos de la realidad que los seres umanos afrontan son producciones sociales, como lo es también el propio sujeto (Gramsci 1977, 32- 38). Es decir, para Gramsci, la division tajante entre una condicién objetiva del mundo y una condicién subjetiva (desligada totalmente de la objetiva) es insostenible, pues lo humanamente objetivo es histOricamente subjetivo (Acanda 2007, 152-157). Tal lectura de Gramsci a su vez significa que el desarrollo del pensamiento revolucionario como [| chtamor reve de tout rites. Quo - Bead Nim, 3 (la 205% $150 2b Facultad de Derecho epistemolégicamente (1), analizar la relacién entre hegemonfa y cultura en la matriz gramsciana de pensamiento (desde la conceptualizacién de ‘sentido comin’ y ‘buen sentido’) (II), para finalmente identificar el problema conceptual en torno a la produccién de subjetividades y las configuraciones culturales del capitalismo contemporéneo (III). actividad gnoseolégica que fundamenta una nueva dialéctica-materialista (mas alld de la vision mecanicista), se comprende como un devenir de la relacién de la realidad con la accién del ser humano (Acanda 2007, 152-159). Por su parte, en Los limites de la cultura, Grimson plantea una salida al entrampamiento de la diada objetivismo/ subjetivismo en el que caen las ciencias sociales a la hora de preguntarse por la cultura, Para Grimson (2011, 18-34; 76-90), la contraposicién entre objetivismo y subjetivismo se verfa trascendida por el hecho de explicar la complejidad de una realidad social como particulares ‘configuraciones que responden a condiciones sociales, histéricas, gnoscoldgicas, politicas. De este modo, Grimson acufia el concepto ‘configuraciones culturales’ como una alternativa que permite remitirnos al andlisis de la cultura mas allé del problema entre el culturalismo dlasico y el posmodernismo. El concepto ‘configuraciones culturales’ enfatiza la nocién de un marco compartido por actores enfrentados o distintos, de articulaciones complejas de la heterogeneidad social (Grimson 2011, 172-173) ys como concepto estrictamente analitico, dice de la multiplicidad de factores que se entrecruzan en las, formas de significacién de la vida. En este contexto tedrico es conveniente comprender el valor heuristico de los conceptos a la hora de plantearse el andlisis, critico dela realidad, pues éste se refiere a las “formas particulares en las que histéricamente se articulan heterogeneidades atravesadas por variadas formes de desigualdad, formas en las que se desenvuelven, luchas de poder, formas de lo que puede ser hecho, pensando 0 imaginado” (Grimson 2011, 172). Al igual que en el pensamiento de Gramsci, se tata de avanzar en la comprensién de la naturaleza —i8] 2b Bacula de Derech orgénica de la realidad y apelar al problema de la totalidad como un entramado heterogéneo que en Ultima instancia remite a un sistema de relaciones. Tal sistema de relaciones se encuentra conformado En el anilisis de la cultura, el concepto de hegemonia tiene un lugar central. Esta relacién fue expuesta por Gramsci en su anilisis sobre la revolucién comunista en la Europa de Occidente pata contestarse la pregunta por Ia derrota? recurriendo a explicaciones que se distancian del marxismo ortodoxo. Por lo tanto, referirse a la relacién hegemonia y cultura nos ubica en lo que se podria denominar una ‘matriz gramsciana de pensamiento. Esta matriz gramsciana de pensamiento se comprenderia como la articulacién de los conceptos: ‘hegemonis, ‘Estado ampliado, ‘Dloque histérico, ‘sociedad civil; ‘revolucién pasiva, ‘guerra de oposiciones, ‘sentido comin, ‘intelectual orgénico, entre otras que funcionan como instrumentos para la comprensién de la realidad en tanto sistema.’ Grimson se inscribe en esta matriz desde la conceptualizacién del término ‘hegemonie? en sentido gramsciano: ‘Una hegemonia no es la anulacién del conflicto sino, més bien, el establecimiento de un lenguaje y un campo de posibilidades. No implica que los subalternos no puedan organizarse y reclamar, sino que lo hagan en los términos que establece la hegemonia. (Grimson 2011, 46) Esta conceptualizacién permite pensar que el andlisis del culturalismo puede ser visto como un correlato para comprender, en términos criticos, la vigencia del analisis de la relacién entre cultura y hegemonia tal como lo planteé Antonio Gramsci or distintos procesos y espacios sociales que operan, desde racionalidades diferentes pero que, en tanto formas de expresién, se disputan su lugar como racionalidad del propio sistema. Sabemos por Gramsci que la burguesia opera desde la acumulacién de fuerzas mediante su rol dominante en la economia y en la produccién intelectual, pues la economia, en tanto capitalista, involucra necesariamente una produccién cultural. Tal operacién de la cual el Estado seria ‘el altimo golpe’ (por representar la legada al monopolio de la coaccién) se mantiene por las posibilidades que la burguesia tiene debido a su acumulacién constante de las formas desde las que se produce la filosofia, Ja pedagogia, la valoracién de las practicas sociales. Precisamente, en este sentido es que para Gramsci el anilisis de “el momento cultural’, la captacién del sentido de unas determinadas circunstancias historicas, es vital para comprender la configuracién de la ‘hegemonia’: De ello se deduce la importancia que tiene €l ‘momento cultural, incluso en la actividad practica (colectiva): cada acto histérico sélo puede ser cumplido por el ‘hombre colectivo! Esta supone el logro de una unidad ‘cultural- social, por la cual una multiplicidad de voluntades disgregadas, con heterogeneidad de fines, se unen con vistas a un mismo fin, sobre la base de una misma y comtin concepcién del mundo (general y particular, transitoriamente operante -por via emocional- 0 permanente, cuya base intelectual esté tan arraigada, asimilada y vivida, que puede convertirse en pasién). Si asi son las cosas, se revela la importancia de la cuestién lingiistica general, © sea, del logro de un mismo ‘clima’ cultural colectivo. (Gramsci 1971, 31) 7 Gerardo Ramos Sera (2006:52) describe el momento histérco dl tesbajo de Gramsci camo un tiempo marcado por la derrota del movimiento comtunista que aconteci en Kala en ls dcadas de 1920 y 1930. Tl derrotayretroceso dl movimiento somanista se d unto al ermpae de la exec que cand a Esco, {$n su estudio Traducir « Gramsci Jorge Lais Acandaubia tal marco conceptual en la postra que Gram adgier en su context histrico: “Para Gams result evidente que el marxismo dela IT Internacional era incpaz de ofrecer ls instruments cancepusiesKloncos para peasat ls realidad, Comsat ls insolenci de aquela doctrina que se preentaba come el marsismo oficial del movimiento commanist interoacional, comprendié que pars svar at rofundas imitacione existetes en el pensamiento revolucioario respecto al Estado ya politica no solaente tenia que consuls una tea teria police, sino gue también necsariamente tenia que recuperar los fundamentosterios del peneamiente de Marx’ (Acanda 2009, 130-131) [24] cAtamo/ revista de Buuaiosuridios. Quito -Eewador Nim, 3 (ul, 2018); 1-90 — En el sentido que habiamos mencionado, la ita anterior se relaciona con el problema de la hegemonia en tanto disputa por la constitucién de un determinado ‘hombre colectivo’ (que asume las heterogeneidades de fines), de la ‘unided cultural- social’ (que asume las heterogeneidades de fines) y la ‘concepcién del mundo’ que se impone. Esto nos remite directamente a la relacién de la hegemonia con el ‘sentido comin’ Para Gramsci el ‘sentido comin’ no implica simplemente una especie de ‘sentido general” ni un conjunto de creencias que una mayoria acepta como verdad, o lo que se supone como lo ordinariamente conocido. Para Gramsci, sentido comiin, designa la absorcién acritica de una concepcién de mundo que proviene de los ambientes sociales y culturales configurados desde la hegemonia burguesa (Gramsci 2007, 367-382). Dado quela critica delahegemoniatrata precisamente de pensar cémo se articulan las heterogeneidades y sus diferencias en diversos campos, esto implica una diferenciaconlasformasde‘latradicién comorecurso pre-moderno de otorgar identidad, pues ésta ultima es precisamente el conjunto de acepciones histéricas que forman nuestros esquemas interpretativos del mundo que ofrecen una capacidad hermenéutica. A Ja vez, la tradicién comporta un pasado que es fuente de normas y creencias que se traducen en formas de legitimacién; y, en este sentido, la tradicién legitima el ejercicio del poder y lz autoridad (mediante caracteristicas legales 0 carisméticas). En este marco, las identidades son construcciones simbélicas que se hacen sobre referentes territoriales y de relatos que vienen dados por la tradicién tanto a nivel personal como a nivel colectivo. Con el concepto de hegemonia, la tradicién (y su vinculo con la identidad) no desaparece sino que juega un nuevo papel: constituirse como sentido bm Facultad de Dere comin. Ahora, para Gramsci existe, al interior del sentido comin, un ‘buen sentido’ que constituye el niicleo sano de la concepcién del mundo espontinea de las masas. Gramsci se refiere a la presencia, en el ‘sentido comin, de elementos de humanizaci6n y de racionalidad (como estructuras objetivas que se reproducen en una légica inmanente) desde las cuales se puede construir un pensamiento contra- hegeménico (Gramsci 2007, 371-377).2 Asi, la relacién entre ‘sentido comin’ y ‘buen sentido’ no es antagénica, sino que precisamente el ‘buen sentido, en tanto agregaciGn de factores que sirven de base para postular la aniquilacién del ‘sentido comin’ construido por la burguesia, tiene como imperative Ja produccidn de un nuevo ‘sentido comin La tradicién funciona como argumento (no inmanente) por el que la burguesia ha dominado la conciencia cotidiana histéricamente. Las posiciones de las clases dominantes han sido naturalizadas en el sentido comin. Esto a su vez implica que la cultura sea un terreno de disputa por la generalizacién del “puen sentido’ en contra del control de la hegemonia burguesa sobre la conciencia, pues “los modos en que pensamos la economia, la politica, las instituciones, estan relacionados necesariamente a estos sentidos comunes, a estos hébitos que se han ido forjando alo largo de la historia, y a lo largo de los conflictos y de las maneras en que se fueron resolviendo” (Grimson 2011, 41) ya que, precisamente, la disputa cultural remite a la contienda por instaurar los marcos de interpretacién del conflicto. Siseguimosla critica de Grimson sobrelos postulados de la esferizacién de la vida social,” tendriamos que aceptar que la cultura es una actividad desde la cual los seres humanos desarrollan un sistema simbélico para relacionarse con la realidad en su totalidad. Esto implica que las producciones culturales (i.e. producciones de significacién) estén destinadas a la satisfaccién de necesidades humanas y no separadas de otras esferas pues “la cultura no es relevante 9 Jose Nun describe Is propusrta de Gramsci en toro a buon sate! dels siguiente manera: "So emmpeo consist en conelar a Marx y su lgica dela Transparencia con a dine entre nveles de raonariento yen volver pcusile que a ilosaia superior (son tetminos de Grams par clair a census) Se convierta en un dseuro ieolsgco que lgse penetra sentido comin popula, l que denomina ls Slocofa de os no flsofos. Sep se adverts ex feito estamos ante uns logis de Ine diferencin y no dela transparencis el trabuo polio debe encargarse de constuir los puetes que fclten las transciones ene niveles Por que supone que podria legara tenes éxito esta empresa? Porgue el venido comin popalr {y eta es la respuesta) albergs Siempreun niclco de buen sentido gue proviene del lgar gue ecupa cl trasjadoren el proceso de produccin,en tanto vendedor de fuerza de Wabajo que es ‘eum dela explotacion captalista (Nun 2014, 20). to En eto Grimon sigue l rgumento de Raymond Wiliams (2009 (1977). [cham revit de Bets ries, Quito Ear Nim, 3 ils 20158150 —18] 22 Facultad de Derecho porque sea una esfera; es relevante porque no existe ningiin proceso social que carezca de significacién’” (Grimson 2011, 41). El reconocimiento de estos términos nos lleva a pensar el lugar de la cultura en el capitalismo contemporaneo en la linea del anélisis gramsciano, por el cual el problema de la hegemonia subyace a lo expuesto por Grimson en relacién con la cultura. En esta linea, una entrada para la problematizacién es reconocer que en el capitalismo la vinculacién entre cultura y necesidad se da tinicamente a través de la produccién de éstas ultimas dentro de un orden en 1 que la mercancia capitalista se convierte en forma general de cualquier producto encaminado a la satisfaccién de necesidades. Tal cosa remite al mismo Marx en El Capital: Sélo sobre la base de la produccién capitalista la mereancia se convierte en forma general del producto, todo producto debe adoptar la forma de la mercancia, la compraventa abarca no sélo el excedente de la produccién sino su propia sustancia y las diversas condiciones de produccién se presentan de manera general como mercancias que, partiendo de la irculacién, ingresan al proceso de produccién. (Marx 2011 [1866], 110) La cita de Marx plantea el cardcter central que tiene la légica de generacién de plusvalia en relacién con la hegemonia burguesa. Si la cultura dice de las formas de produccién de la vida humana para la satisfaccién de necesidades espirituales, la hegemonia de la burguesfa se basa en el establecimiento de formes especificas de reproduccién de la vida. Esto es, que las producciones culturales (en tanto condensacién de las formas de representacién y simbolizacién que los seres humanos hacen de su realidad) se convierten en producciones fetichizantes/fetichizadas"’ que, en ultima instancia, pueden ser rastreadas originariamente en proyectos hegeménicos de la burguesia. Se trata del ‘monopolio politico’ de la cultura. Silas necesidades humanas constituyen el argumento objetivo para valorar, en el plano politico, las producciones culturales, los elementos que existen con total indiferencia de los modelos humanos son Jos que conforman un sistema que se vuelve en contra de los seres humanos. Aun asf, en el capitalismo Ja cultura se identifica como la produccién de elementos mediadores que van a condicionar la configuracién de la dialéctica entre individualizacion y socializacién. Tl Al finalizar el apartado anterior hemos dicho que la cultura se valora como el problema de la individualizacién y la socializacién, precisamente porque en el capitalismo la cultura se expresa idualizaciOn desde el cardcter de excepcionalidad (identidad, si se quiere) y desde el consumo (reducido 2 la compra-venta), que a su vex se entiende como el desarrollo de caracteristicas individuales. Es decir, en el capitalismo, la cultura se expresa como un fantasma de la individualizacién: se manifiesta como lo que no es. Incluso las mismes identidades pueden ser fetichizadas de tal manera que se ocluyan las pricticas y las condiciones sociales que las convirtieron en objetos (Grimson 2011, 26- 27). La cultura y la politica se encuentran encapsuladas por una matriz de dominacién fundada en la ontologizacién del pensamiento (asumir que la explicacién della realidad esla realidad). Esto significa que la cultura entendida como forma de relacionarse con la realidad, se transforma de modo especifico dentro del capitalismo, pues éste pone en operacién ‘mecanismos de coercién porlos cuales determinadas formas de vida se establecen como ‘realmente’vlidas, ‘inicamente si se ubican dentro de la generacién de plusvalia. Esto es posible porque el capitalismo, como expresién de la fetichizacién de la mercancia, brinda aparentemente formas no mediadas de relacién con la realidad (el autoengafio consiste en creer que ‘no’ vemos las relaciones sociales de ‘una 1“ fetichismo ese ocultaiento del caricter de as elaciones sociales La fitichizacién de los fendmenos sociales sel esuhade del carkcerensjenado'y cengjenante la produecin em las condiciones de expt” (Acinds 2007, 123), [86 }_—__cAtamo/ Revisw de Estudios urdios. Quito - Ecuador. Nim. 3 Juli, 2015) 81-90 —_ determinada manera sino que las vemos ‘tal como son’). La percepcién de ausencia de la mediacién de las relaciones sociales es precisamente el punto de anclaje de la fetichizacién. Un ejemplo de este camino que adquiere la dominacién se encuentra en la doctrina neoliberal en su potente arremetida contra las funciones reguladoras del Estado en los afios 80 en América Latina, en términos de Grimson: Una nueva hegemonia como el neoliberalismo, implica la institucién de horizontes especificos de imaginacién politica que no pueden ser traspasados sin desestabilizar esos sentidos comunes acerca de lo viable y lo absurdo, lo nuevo y lo vetusto, lo inevitable y lo insoportable. (Grimson 2001, 46) De este modo, el neoliberalismo nos dejé con la imagen de algunos personajes ‘politicos’ que dan cuenta del cardcter estitico desde el que se concibe, en el pensamiento conservador, las distancias entre sociedad civil, sociedad politica y Estado, limitando las posibilidades de pensar el Estado como la articulacién politica dela sociedad, de todas las formas de produccién de civilidad y espacio a transformar desde el ‘buen sentido. Aqui cabe hacer una diferenciacién entre ‘la situacién delacultura’y'el problema cultural. Elcapital produce lapercepcidn de una existente separacién entrelo que Gramsci habia formulado como inseparable para la construccién de hegemonia: la produccién material de la produccién inmaterial. Esto quiere decir que el capital se objetiva en relaciones de dominacién que aparentemente prescinden de hegemonia. Si bien existen producciones de hegemonia de parte de ciertos grupos burgueses, la cultura es cada vez més dominada por el sujeto tiltimo del capitalismo: el propio capital. John Holloway lo contempla en las, relaciones de produccién: eax Facultad de Derecho La fragmentacién en Ia que se basa el ‘poder- sobre" también hace a un lado a aquellos que ejercen dicho poder. En la sociedad capitalista el sujeto no es el capitalista. No es el capitalista el que toma las decisiones, el que da forma a lo que se hace. El sujeto es el valor. El sujeto es el capital, el valor acumulado. Aquello que el capitalista ‘posee, el capital, ha hecho a un lado alos capitalistas. (Holloway 2005, 61) ‘Asi las cosas, la cultura es cada vez més dominada or grupos que son desplazados por aquello que se desprende de su caracter de produccién humana. El fetiche desplaza a su origen. Los procesos de vida se someten a la racionalidad de la plusvalia. La cultura no sélo opera como instrumento de sutil dominacién de las clases burguesas sobre los grupos sometidos, sino que ademés se convierte en la serie de practicas donde se expresa, no sin tensiones, la irracionalidad de la dominacién del capital. Sin embargo, le consolidacién dela base material dela hegemonfa burguesa no puede prescindir del campo de la produccién cultural! de donde se aclara que el modo de acumulacién de la hegemonia burguesa implica necesariamente un modelo especifico de produccién orgénica entre economia y cultura pues, (...) lahegemonia sigue dos lineas estratégicas: “Una concepcién general de la vida’, una filosofia (...) que otorga a su adherentes como principio de lucha (...) y Sun programa escolar”, que interesa al sector mas homogéneo y numeroso de los intelectuales (los docentes, desde los maestros a los profesores universitarios) y les posibilita el desarrollo de una actividad especifica en su campo de trabajo. (Buci-Glucksmann 1978, 84) Esta relacién no ¢s resultado sélo del vinculo entre ‘grupos dominantes; sino de la interrelacién orgénica gue la clase dominante logra establecer entre los 12 Paa ohn Holloway poder puede conierr como poder hacer cinndosreferel por de organ lace (poner en ugo ls psibidad de hacer Tots) pre ate conte ocala micas pacer sobs sees un oe ue fects fg soal en tn expres dl comand ‘Suc etcn algunas personas bre ota ara qc een To qe set coneeido (Hooway 2005 51-85), La chaque hens invoduld parece ea un ‘Exstuladeavanaaco de eta dstiocon ene or pore pose, qu conse poctamente en ela gus oder sobre dbo as profundiacin en in npicin el poder de ogaiacion dfx tse le nego el poder ace’ eins dvplazando acs a aguas gue geteen el odersabre ‘torgando central l capt por encima de cslguir vo sujeo. 13 Dice Grimson (201, 41)" hay ninguna pritcaeeondmica que no sa una prctca de significa! | chtamo, revise de utes pris Quito Fear Nn, 3 (ua 205 8130 ———|er] 22 Facultad de Derecho procesos de produccién espiritual y de produccién material. Es claro que a Gramsci le interesa la hegemonia del capitalismo en tanto éste constituye la articulacién orgénica de una unidad entre supuestos (aparentemente opuestos) pues la produccién de mercancfas no significa tan s6lo la creacién de un objeto, sino ante todo la produccién de un tipo especifico de subjetividad humana, como premisa y resultado -a la ver- de su existencia (Acanda 2007, 122-123). En el capitalismo, como en cualquier modo de produccién, hay formas especificas en las que el proceso se objetiva; sin embargo, es marcada la diferencia entre el modo de produccién feudal (en el que la coercién ideolégica jugaba un papel secundario) y el capitalismo (que tiene una relacién directa), Una forma de ver la relacién entre produccién material y espiritual se encuentra, como dijimos antes aludiendo al Marx de El Capital, en la universalizacién de la forma-mercancfa en el modo capitalista, lo que, a su vez, significa la fetichizacién de la mercancia desde le dialéctica entre contenido y forma. Sibien entre éstas no hay una relacién directa, Ja forma perdura como expresién del contenido. Asi, en el capitalismo la forma enmascara Ia esencia, porque ¢sa forma es su condicién: la apariencia es condicién de existencia de esa esencia. En continuidad con esta reflexién, gramscianamente ¢s posible comprender que la hegemonia de una clase dominante no se puede entender solamente con el engafio y la mentira (su apariencia externa) sino por aquello que esta detras: la correspondencia, entre esa imposicién (desde afuera) de una cobertura ideolégica (que se sobrepone en unas relaciones de fuerza) y la produccién material. La reflexién sobre la relacién entre el capitalismo y las subjetividades podria pensarse desde la siguiente inquietud planteada por el propio Gramsci en sus Cuadernos: JEs todavia posible, en el mundo moderno, la hegemonia cultural de una nacién sobre las otras? 30 bien el mundo esta ya a tal punto [88 L__citamo/ revisa de Estudios juridicos. Quito - Ecuador Nm. 3 (alo, 2015: 81-90 unificado en su estructura econémico-social que ‘un pais, si bien puede tener ‘cronol6gicamente’ la iniciativa de una innovacién, no puede sin embargo conservar su ‘monopolio politico’ y en consecuencia servirse de tal monopolio como base de hegemonia? (Gramsci 1986 [1932- 1933], 94) La pregunta de Gramsci (“jEs todavia posible, en el mundo moderno, la hegemonia cultural de una nacién sobre las otras?”) deja abiertas las puertas para pensar, en el plano internacional, la conformacién del imperialismo y sus nuevas caras. Sin embargo, Ja pregunta por las posibilidades de una ‘hegemonia cultural’ conlleva a la legitimidad de las luchas de los dominados. Esto implica plantear las estrategias de resistencia que puedan llegar hasta el umbral de la rebelidn en el que se juega el paso del subalterno al sujeto auténomo y no el paso del dominado al dominador. Las formas de produccién de subjetividades en lun contexto hegeménico implican también la produccién de formas de existencia. Esto es lo que gramscianamente se puede identificar como subalterno: el sujeto que se forja viviendo la subordinacién, no como mera coercién sino también mediante la construccién de aparatos ideolégicos de la sociedad civil (Modonessi 2010). De este modo, se construye una subjetividad que oscilaen laaceptacién relativa de la dominacién pero que no es absoluta, Una condicién que implica el anélisis de la pasividad existente pero que implica también la resistencia. Lo anterior deviene en la concepcion de la relacién de la cultura y la politica como proyecto que asume que al interior de la diversidad de existencias se dan condiciones para la construccién de una hegemonia anti-burguesa. En esto radica la convergencia de las, diferencias que, para Gramsci, se traduce en una estructura de organizacién como instrumento de lucha sin resultados evidentes en lo inmediato: La historia de las clases subalternas es necesariamente disgregada y episédica. No hay duda que en la actividad histérica de estos. grupos hay una tendencia a la unificacién aunque sea a niveles provisionales; pero esa tendencia se rompe constantemente por la —.- iniciativa de los grupos dirigentes y, por lo tanto, slo es posible demostrar su existencia cuando se ha consumado ya el ciclo hist6rico. (Gramsci 2007, 493) Esto, paraaclarar que Gramsci, alhablar dehegemonia politica-cultural, refiere ademas al ejercicio de poder en el que se apoyan las posiciones del grupo que controla la actividad econémica. El filésofo cubano, Jorge Luis Acanda (2007, 241) cita a Gramsci en ese sentido: “Si le hegemonia es ético-politica, no puede dejar de ser también econémica, no puede menos que estar basada en la funcién decisiva que el grupo dirigente ejerce en el miicleo rector de la actividad econdmica’. Siguiendo en esta linea, Acanda enfatiza en que el papel del niicleo rector es mucho més que despojar a la burguesia de los medios de produccién, pues de lo que se trata es de instaurar una nueva dindmica interna de funcionamiento de la economia. Eso significa impregnar de un cardcter democritico [chtanto novia de Bates rts. to Eade Nim. 3208) 8-90 wh Facultad dle Derecho (cardcter que se consolida en el paso de los grupos dirigidos al grupo dirigente como momento de consolidacién de la nueva hegemonia anticapitalista) no sélo el campo politico sino en las relaciones econémicas. Ahora, si se trata de pensar con Gramsci la relacién entre politica y cultura, es preciso librarse del reduccionismo que identifica como finalidad de la transformacién politica las alteraciones en el campo de las relaciones econémicas dado que “no existe un aspecto puramente econémico, completamente aislado de la cultura: las relaciones de produccién son relaciones de significacién y se instituyen a partir de encuentros complejos entre historias culturales y proyectos productivos” (Grimson 2011, 237), lo quea su vez llevaria a pensar en dindmicas de distribucién de capital simbélico que conlleven el trastrocamiento del lugar que el poder ha asignado a los subalternos ysubalternas. ——18] b> Facultad de Derecho BIBLIOGRAFIA Acanda, Jorge Luis. 2007. Traducir a Gramsci. La Habana: Ciencias Sociales. Buci-Glucksmann, Cristine. 1978. Gramsci y el Estado (8 ed.). México: Siglo XT. Gramsci, Antonio. 2007. Antologia. México: Siglo XXL 1986 [1932-1933]. Cuadernos de la Carcel IV. México: Era. . 1977. Politica y sociedad. Barcelona: Ediciones Peninsula. . 1971. El materialismo historico ya filosofia. de Benedetto Croce. Buenos Aires: Nueva Visién. Grimson, Alejandro. 2011. Los limites de la cultura, Critica de las teorias de la identidad. Buenos Aires: Siglo XXI. Holloway, John. 2005. Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la revolucion hoy. (3 ed.). Buenos Aires: Herramienta/Benemérita Universidad Auténoma de Puebla. Marx, Karl. 2011 [1845]. Tesis sobre Feuerbach. En El materialismo de Marx. Discurso critico y revolucién, Bolivar Echeverria, 110-121. México: Itaca. Marx, Karl. 2011 [1863-1866]. El Capital. Libro I Capitulo VI [inédito}. Resultados del proceso inmediato de produccién. México: Siglo XI. Modonessi, Massimo, 2010. Subalternidad, antagonismo y autonomia. Marxismo subjetivacién politica. Buenos Aires: CLACSO / Prometeo Libros/ UBA. ‘Nun, José. 2014. El sentido comin y la construccién discursiva de lo social. En Culturas politicas y oliticas culturales, Alejandro Grimson, 15-23. Buenos Aires: CLACSO. Said, Edward. 2002 [1997]. Orientalismo. Barcelona: Debolsillo Spivak, Gayatri. 2011 [1988] ;Puede hablar el subalterno? Buenos Aires: El cuenco de plata. Todorov, Tavetan. 1991. La conquista de América. El problema del otro. Buenos Aires: Siglo XI. Williams, Raymond. 2009 [1977]. Marxismo y Literatura. Buenos Aires: Las cuarenta, [90 }}—_ Camo, revista de Estudios uridicos. Quito - Ecuador. Nim. 3 (Julio, 2015 81-80 ——

You might also like