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SEXUALIDADES EN MEXICO. Algunas aproximaciones desde la perspectiva de las ciencias sociales SEXUALIDADES EN MEXICO. Algunas aproximaciones desde la perspectiva de las ciencias sociales Foonne Szasz Susana Lerner | compiladoras | Con la colaboracién de Lia Rojas Mira Ana Amuchdstegui Herrera Carmen Castatieda Enrique Dévalos Lépez Edgar Gonzdlez Ruiz Marta Lamas Nelson Minello Martha Rivas Zivy | Nelly Salgado de Sryyder Lourdes Villafuerte Garcia | Jeffrey Weeks CENTRO DE ESTUDIOS DEMOGRAFICOS, teh Y DE DESARROLLO URBANO ~ PROGRAMA DE SALUD REPRODUCTIVA Y SOCIEDAD EL COLEGIO DE MEXICO soaet S518 Semuslidades en México + algunas aprosimaciones desde la perspectiva de las ciencias sociales / Ivonne Sraz, Susana Lerner, ‘compiladoras ; con la colaboracién de Lia Rojas Mira; colaboradores ‘Ana Amuchistegui Herrera [etal --Méxica: El Colegio de México, Centto de Estudios Demograticos y de Dessrvolla Urbano, Programa de Salud Reproductva Sociedad, 1998, 805 po 21cm, ISBN 968-12.0820.8 1, Sexualldad-Aspectos sociales Mexico, 2. MexicoVida. social y costumbres. 3, Coswmbres semualesMésico Historia, 1, Seazs Prana, Ione, comp. I Lerner Sigal, Susana, comp. IH. Rojas Mira, Li, cola. IV, Amuclustegui Herrera, Ana, Portada de Méniea DierMartinez leo de Toss Gémez Robledo Primera edicién, 1998 DR. © El Colegio de México amino al Ajusco 20 Pedregal de Santa Teresa 10740 México, D. F ISBN 68-12-0829 Impreso en México INDICE, Susana Lerner, Presentacion Toonne Seas. Primeros accrcamientos al estudio de las dimensiones sociales y culturales de la sexualidad en México 1. ALGUNOS ENFOQUES FARA EL ESTUDIO DE LAS SEXUALIDADES Nelson Minello, De las sexualidades. Un intento de mirada sociolégica Marta Lamas. feminista sxualidad y género: Ia voluntad de saber TL, Pranenas APROxIBIACIONES ALA INVESTIGAGION SOBRE LAS SEXUALIDADES EN MEXICO Enrique Ditvatas Lipez, La sexualidad en los pucblos meso- americanos prehispanicos. Un panorama general Ana Amuchastegui Herrera, Saber 0 no saber sobre sexo: los dilemas de la actividad sexual femenina para jovenes Martiva Rivas Zivy. Valores, exeenciasy significaciones de la sexualidad femenina. Una reflexién indispensable pa- ra la comprensién de las précticas sexuales V. Nelly Salgado de Snyder. Migracién, sexualidad y sida en mujeres de origen rural: sus implicaciones pstcosocia- les TIL, Sexuatipapes CONTEMPORAWEAS: “TRES CONFERENCIAS CON JEFFREY WEEKS La construccién cultural de las sexualidades. Qué quere ‘mos decir cuando hablamos de cuerpo y sexualidad? 7 9 u 35 49 107 137 175 8 SEXUALIDADES EN MEXICO, La construccién de las identidades genéricas y sexuales. La naturaleza problemtica de las identidades Los valores sexuales en los tiempos del sicta TV, Notas pe investicacton Lourdes Villafuerte Garcia. Los estudios del Seminario de Historia de las Mentalidades sobre la sexualidad, Carmen Castaiteda, Historia de la sexualidad. Investigacio- nes del periodo colonial Bagar Gonzilez Ruiz, Conscrvadurismo y sexualidad en México 199 223 SSusANA LeRNER El anilisis de la sexvalidad como una de las principales areas de investigacién en el campo de la salud y la reproduccién de la poblacién, y como objeto de estudio desde la perspectiva de las Giencias sociales, ha sido uno de los retos y tareas centrales desde clinicio, en 1993, del Programa de Salud Reproductiva y Sociedad (esas) de El Colegio de México. El reconocimiento de la incipiente investigacién desarrollada en este tema, de la diversidad de perspectivas y concepciones tedrico-metodolégicas y disciplinarias al abordarlo y de la amplitud y complejidad de los procesos al ser considerados en su estudio evaron a que en este Programa se instrumentara y priorizara un conjunto de actividades orientadas a promover y fortalecer los espacios de formacién y capacitaci6n de los recursos humanos en torno a esta tematica. En este sentido, cabe destacar la labor emprendida por cl grupo de trabajo sobre “Sexualidad, género y salud reproductiva” que desde 1994 viene funcionando de manera constante; los diver: sos documentos elaborados por el propio rsks y por los miembros de este grupo; el curso sobre sexualidad que se ha ofrecido como parte del curso de especializacién en salud reproductiva y que también ha sido parte del Programa de posgrado en poblacién del Centro de Estudios Demograficos y de Desarrollo Urbano de El “olegio de México en sus tiltimas dos promociones, y el curso-ta- er que bajo el titulo de "La sexualidad en las ciencias sociales” se efectué en julio de 1994, La presente publicacién tiene su origen en dicho cursottaller y por tanto su objetivo es dar a conocer una seleccién de los trabajos presentados en el curso y que fueron revisados y modificados por 9 10 SEXUAEIDADES BN MEXICO. los respectivos autores con base en las sugerencias de los dictime- nes claborados. Adems, este vohimen contiene una seccidn de los documentos claborados y presentados por el Dr. Jeflrey Wecks, especialista en el analisis de esta tematica en sociedades modernas oceidentales, principalmente europeas, en el médulo de sexual dad del primer curso de especializacién realizado en enero de 1995 y en el Goloquio “Los nuevos paradigmas de la sexualidad” orga- ~~ nizado-conjuntamente por La Red Genesys, la Asociacién Mexica: na de Educacién Sexual y el Programa de Salud Reproductiva y Sociedad en la Ciudad de México en esas mismas fechas. Los textos reunidos en este volumen buscan ofrecer una mucs: tra de aportes significativos sobre las diversas maneras de percibit y concebir los procesos y dimensiones que intervienen en la sexua- lidad y la riqueza de las distintas orientaciones conceptuales y disciplinarias, asf como de avances de investigaciones sociales sobre la sexualidad, que se realizan en diferentes referentes tempo- rales, contextos y grupos sociales de la poblacién cle México. Asf, como en el caso de otras dimensiones del campo de estudio de la reproduccisn y la salud, y tal como sefiala Ivonne Szasz, se eviden: cia a través de dichos textos cémo la sexualidad implica comporta mientos, pricticas y hébitos, normas y valoraciones, ideas, significados, discursos y representaciones, y, sobre todo, relaciones sociales, normatividades y acciones institucionales que tienen una especificidad histérica, social y cultural concteta Estoy segura de que los trabajos que integran este volumen seran muy sugerentes y tiles para las actividades académicas faturas, tanto de investigacién como de docencia, y espero que también Io sean, en la medida en que reflejan percepciones y necesidades por parte de la poblacién, para la discusién y elabora cin de propuestas y acciones sobre politicas en materia de sexua lidad y salud reproductiva. Finalmente, mi agradecimiento a cada uno de los autores que contribuyeron en la tealizacion de este texto, a Ivonne Szasz por su dlestacada labor como organizadora y coordinadora de las activi dades antes mencionadas y los comentarios criticos que entique- cieron los articulos, y 2 Lia Rojas por las tareas de revision y compilacién de los materiales. Cabe mencionar adems el apoyo de la Fundacién Ford al Programa en general y por tanto a la presente publicacién, PRIMEROS ACERCAMIENTOS AL ESTUDIO DE LAS DIMENSIONES SOCIALES Y CULTURALES DE LA SEXUALIDAD EN MEXICO Ivonwe Szasz Bl estudio de la sexualidad se inicia en México en fecha relativa ‘mente reciente, y su planteamiento, desde diversas perspectivas de las ciencias sociales, apenas comienza, En este texto seresinen algu- nos trabajos que dan cuenta de reflexiones tedricas, metodolégicas y éticas as como de los avances en la investigacidn de lo que hace ser a la sexualidad un objeto de estudio propio de las ciencias sociales El concepto de sexualidad no es univoco y su delimitacion depende de la perspectiva te6rica y disciplinaria que se adopte para su estudio, Designa ciertos comportamientos, précticas y habitos que involucran al cuerpo, pero también designa relaciones sociales, conjuntos de ideas, moralidades, discurses y sgniicados jue Tas sociedades y sus instituciones construyen en tomo a los Teseos eréticosy los comportamientossexuales. En las sociedades mnodemas designa también las casificaciones que se atribuyen alas personas segiin sus preferencias eréticas y la autodefinicién que hacen los individuos de stt orientacién sexual. La sexualidad con siste en un conjunto de relaciones que son especificas historica y culturalmente. A un comportamiento, un deseo o una fantasfa los ‘welven sexuales los significados socialmente aprendidos; asf, lo que es sexual en tana cultura no lo es en otras. ; in [a incipiente investigacion que se ha desarrollado en Méxi- co en Los tiltimos diez afios, un primer paso ha consistido en el desarrollo de encuestas por muestreo, de corte epidemiolégico y sociodemogrifico, para detectar practicas de riesgo para la trans: misién del vit (virus de inmunodeficiencia humana) 0 comporta mientos sexuales de la poblacién joven y su relacién con el uso de ul SEXUALIDADES EN MEXICO anticonceptivos (Conasida, 1994; Secretaria de Salud, 1988a, 1988b, 1989, 1990a y 1990b), Los principales enfoqucs utilizados en México para el estudio de Ja sexualidad mediante encuestas por muestreo derivan de las apreciaciones biomédicas sobre el cuerpo y la sexualidad y de las perspectivas sociodemogréficas sobre el andlisis estadistico de los comportamientos reproductives y anticonceptivos, __ Las ideas biomédicas sobre a sexualidad sostienen que las caracteristicas biolégicas de cada sexo determinan basicamente la sexualidad humana, Este punto de vista propone un funcionamien- to universal del cuerpo humano en materia sexual, determinado por la fisiologia y por impulsos naturales. A su ver, el andlisis estadistco del comportamiento sexual humano, cuando se utlra de manera reduccionista, establece una equivalencia entre practi «2s sgnificads,yhaconsruido una sere de categorie clerics (orias que ordenan a las pricticas y a los individuos segiin criterios normativos. El objeto de estudio de las encuestas por muestree que han Indagado sobre a sexualdad ha sido laeuanlfcaciny ceacan zacién de los comportamientos. Sus preguntas de investigacion con sisten en saber cudntas y cufles personas realizan, qué tipo de prac. ticas, a qué edad y con qué frecuencia. Fl énfasis en la medicién se vineula con la busqueda de asociaciones causales y explicaciones susceptibles de ser generalizadas, Este enfoque conceptual y meto. dolégico ha requerido centrarse en aquellos aspectos de la sexua. lidad que son susceptibles de medicién —los comportamientos. dlejando de lado las fantasias, identidades y significados subjetivos, asi como las normas, valores y discursos sobre la sexualidad. El objetivo de las encuestas levantadas principalmente en con: {extos urbanos y mayoritariamente a la poblaci6n joven y escolar, zada, ha consistido en preguntar la edad en que inicié relaciones coitales, su presencia y frecuencia, el mtimero y tipo de parejas sexuales y las practicas que se llevan a cabo, incluyendo la informa, i6n, el uso, tipo y frecuencia de anticonceptivos y condones, En algunos casos se ha preguntado también por las relaciones sexua. Kes entre hombres (Conasida, 1994; Secretarfa de Salud, 19884, 1988b, 1989, 1990a y 1990b; Conapo, 1995; thanez, 1995; Izazoln, 1988; Leiiero, 1994), aie La posibilidad cle aproximarsea los comportamientos sexuales ‘mediante encuestas por muestreo basadas en las declaraciones de PRIMEKOS ACERCAMIENTOS AL ESTUDIO DE LA SEXUALIDAD 13 xual ha los individuos sobre lo que dicen que hacen en materia estado expuesta a severos cuestionamientos metodoldgicos. Se trata del propio alcance de las encuestas, més atin cuando se trata de temas sobre aspectos intimos de la vida privada y donde interviene el peso de la valoracién y normatividad social respecto al tema. En todas las encuestas sobre sexualidad que se han llevado a cabo en fechas recientes en paises industrializadlos aparecen graves incongruencias entre las declaraciones de varones y de mujeres y centre lo que declaran los individuos que son entrevistados a solas frente a quienes declaran en presencia de otras personas. Los planteamientos criticos sefialan que estas encuestas dicen mas sobre la normatividad y las moralidades sexuales de una sociedad, que sobre los comportamicntos de los individuos (Bozon y Leri don, 1993; Lewontin, 1995; Stone, 1995). En México las encuestas sefialan que los comportamientos sexuales que declaran hombres y mujeres, especialmente si son jovenes y solteros, son marcadamente diferentes. Los varones dicen iniciar relaciones coitales mas temprano, mayoritariamente con parejas no estables o sin vinculos afectivos, y dicen tener mayor variedad de parejas y de practicas sexuales antes y después de la uni6n conyugal. En las mujeres el inicio de las relaciones coitales se vincula mayoritariamente con el noviazgo, la conyugalidad y la procreacién. El uso de anticonceptivos y de medidas preventi- vas de enfermedades de transmisi6n sexual resulta extremadamen- te bajo entre los jévenes solteros sexualmente activos, y el uso de medidas preventivas es casi inexistente en diversos grupos de po- blacién (Conasida, 1994; Secretaria de Salud, 19882, 19886, 1989, 1990 y 1990b; Conapo, 1995; Ibaiier, 1995; Izazola, 1988; Lefiero, 1994). Tanto en México como en otros paises las investigaciones sociodemograficas y epidemiol6gicas y las evaluaciones de los programas preventivos, han seflalado reiteradamente la existencia de una “brecha” entre la informacién que tienen las personas sobre las medidas para prevenir 0 espaciar los embarazos, o el conoci miento de medidas para evitar el contagio de enfermedades de transmisién sexual, y las actitudes y practicas de esas personas. Las aparentes incongruencias entre los deseos, intereses y necesidades de las personas y las practicas sexuales que declaran tener desper- taron interrogantes sobre las desigualdades sociales y las relaciones de poder que permean esas practicas. En una medida importante, 14 SEXUALIDADES IN MEXICO este tipo de interrogantes dieron impulso al estudio de la cultura sexual en el pats. En afios recientes, algunos estudiosos de las ciencias sociales iniciaron el estudio de la sexualidad en México, cntendiéndola como un fenémeno complejo y enfocindola desde la perspectiva de la subjetividad de los actores sociales y de las relaciones sociales y las instituciones involucradas en su configuracién, -__ Esta vertiente de investigacion sefiala que hay una diversidad, de practicas y de significacos sobre Ia sexualidad en distintos grupos humanos. Consideran que la sexualidad es una construc ci6n sociocultural c hist6rica que cambia segtin la época, la regidn del mundo, la cultura, et género, Ia etnia, la clase social y la generacién de pertenencia, Esta corriente sostiene que el significa- do de las précticas, simbolos, representaciones, normas y valores en torno a la satisfaccién de los deseos eréticos, as{ como los deseos mismos y su sentido para la subjetividad c identidad de las perso- nas, varian de una cultura a otra y de un grupo humano a otro, En las diferentes culturas se originan categorias, esquemas, etiquetas para lo sexual, que organizan y le dan sentido a las experiencias subjetivas y colcctivas de sexualidad, construyendo identidades, definiciones, ideotogas y normas (Vance, 1991; Parker y Gagnon, 1994; Weeks, 1986; Caplan, 1987) Para estas perspectivas de las ciencias sociales el objeto de estudio es més amplio y complejo. Cuando se interesan por lo que la gente hace, se preguntan con quién, cémo y por qué lo hace, pero sobre todo cémo vive la experiencia, Se preguntan por los vinculos entre los comportamientos sexuales y otras relaciones sociales, as{ como por las asimetrias sociales, el poder y los discur= s08 y silencios que norman y e dan sentido a los comportamientos. Las preguntas no se refieren solamente a las précticas, sino a las idieas sobre esos comportamientos, las relaciones sociales y las ins- Hituciones que les dan sentido, y el vinculo entre los descos y comportamientos sexuales y la subjetividad de las personas. Estu dian los discursos, acciones institucionales, normas, valores y trans sresiones que van moldeando lo que la gente habla y lo que calla, lo que desea y lo que dice que desea, lo que hace y lo que dice que hace, lo que cree que se debe hacer, y la forma en que se construyen identidades personales en torno a esas ideas La incipiente investigacién sobre la sexualidad contemporinea en México orientada desde las ciencias sociales se enfoca princi PRIMEROS ACERCAMIENTOS AL ESTUDIO DE LA SEXUALIDAD 15 palmente a las relaciones entre la construccién de identidad gené rica y los valores y comportamientos sexuales. Algunos de estos estudios se refieren a la situacién de grupos particulares por considerar que se vineulan con pricticas de riesgo, como los migrarites temporalesa Estados Unidos, las mujeres de los migran- tes, las trabajacloras del sexo comercial y los obreros de la construc: én (Gonzalez y Liguori, 1992; Salgado, 1994; Uribe, 1994; Bronfman y Minello, 1995; Zalduhondo et al, 1991). En estas investigaciones se profundiza acerca cle los vinculos entre la identi- dad de género, las relaciones intergenéricas y la sexualidad, sobre todo en jovenes de diferentes contextos culturales del pais (Amu- chastegui, 1994; Rivas, 1994; Figueroa, 1993; Liguori, 1995; Rodri- gucz el al., 1995; Bronfman y Mincllo, 1995; Castaiieda et al, s.f; Hernandez, 1994; Prieur, 1994), Estos estudios muestran una estrecha relacién entre la cons truccién social de lo masculino y lo femenino y los significados de la sexualidad en México. En muchos sectores existe un importante rechazo cultural hacia la sexualidad no procreativa de Ia mujer, junto con una elevada valoracién de la conyugalidad y de la Fecundidad que ocurre dentro de una unién marital. Se valora que las mujeres resistan las relaciones sexuales y que no sientan ni expresen deseos, mientras que para los varones se cstimulan las expresiones de crotismo yla actividad y diversidad de expericncias. La dlivergencia de las prescripciones para varones y mujeres con: diciona, entre otros elementos, la poliginia, la rclacién entre inges- én de alcohol y practicas erdticas, el silencio y el ocultamiento de diversas practicas, la frecuencia del abuso y la violencia sexuales, las pricticas sexuales entre varones que no se identifican como homo- sexuales, y sobre todo, la ausencia de anticoncepcién y de medidas preventivas en numerosos grupos de personas que no buscan ‘embarazarse ni enfermar. Mas alli de sus implicaciones demogré- ficas 0 epidemiolégicas, estos significados expresan la presencia de rclaciones desiguates, de imposiciones, de abusos y de limitaciones a las posibilidades de bienestar en Ia sexualidad. Estos trabajos exploran los complejos vinculos que parecen existir entre la cons: rucci6n de lo. masculino y lo femenino, las relaciones de poder y el gjercicio desigual de la sexualidad (Amuchéstegui, 1994; Rivas, 1994; Figueroa, 1993; Liguori, 1995; Rodriguez etal, 1995; Bronk than y Minello, 1995; Martina, 1996). SEXUALIDADESEN MEXICO, Estos estudios sefialan también interesantes diferencias entre grupos sociales. Mientras que en algunos sectores los vinculos entre normas de género, control social y sexualidad son més estrechos, en otros existe mayor diversidad y alguna posibilidad de ‘opcién individual entre estilos de vida alternativos. De igual mane- a, mientras que para algunos sectores la sexualidad ocupa un lugar muy significativo en sus vidas y en su construccién de _identidades, para otros constituye un elemento menos relevante y del que no se habla (Amuchastegui, 1994; Rivas, 1994; Szasz, 1995; Barrios y Pons, 1994), ‘También ha existido cicrto desarrollo de los studios historicos sobre la sexualidad cn México. Algunos han trabajado en la recons. truccién de las normas y précticas sexuales de los pueblos mesoa- mericanos precolombinos, mientras que otros han abarcado prineipalmente la normatividad eclestéstica y civil durante el perio do colonial y las transgresiones a esas normas. De manera mas incipiente, algunas investigaciones se refieren a la historia contem- pordnea de la scxualidad en el México urbano y alos vinculos entre sexualidad y cosmovisién en diversos grupos étnicos del México actual (Ortega, 1993; Davalos, 1994; Lopez Austin, 1989; Racha, 1994; Ruz, 1996; Seminario de Historia de las Mentalidades y Religién en México Colonial, 1987) El presente volumen constituye una primera recopitacién ilus- trativa del tipo de reflexidn y de investigacién que se desarrolla en México sobre la sexualidad como un objeto socialmente cons. truido. La primera seccién del libro contiene reflexiones tedrico-me- todolégicas para el estudio de la sexualidad desde la perspectiva de las ciencias sociales, Bl primer articulo de esta seccién, titulado “De las sexualida des. Un intento de mirada sociolégica”, escrito por Nelson Minello, plantea que la sexualidad no es un concepto acabado, y senala algunas de sus caracteristicas como objeto dotado de realidad sociolégica. Pensar la sexualidad sociolégicamente significa abor: dar las relaciones sociales involueradas en ella, as{ como el sentido que dan los protagonistas a esas relaciones. Considera la sexualidad como tina manifestacién humana sujeta a convenciones culturales, como un fenémeno hist6tico y cambian- fe s6lo definible en el contexto de una cultura. Las relaciones ‘erdticas que buscan el placer o la reproduccién se desarrollan en PHIMEROS ACERCAMIENTOS AL ESTUDIO DE LA SEXUALIDAD 17 Ambitos de poder inequitativos que incluyen la subjetividad pero yan més alld de ella. Para construir sociolégicamente el concepto de sexualidad, ‘este autor propone considerarlas vertientes tedricas de la visién de sexo/género, la sociologia del cuerpo y el enfoque del dispositive de sexualicad. La vision de sexo/género concibe a la sexualidad inscrita en sistemas de parentesco, pensada en nudos de lo imaginario, como Ambito relacional, Permite considerar a la sexualidad como un sistema de poder ordenado institucionalmente por el parentesco, el Estado y las formas de organizacin econdmica, entre otros. ilar eae i peli ticps esi Ot légica del cuerpo permite entenderla como moldeada por Ia histo rine as sociedades, los reginenes las deologis,y como sitada en cuierpos empiricos concretos. La tercera vertiente tebrica que propone el autor es el disposi- tivo 0 conjunto de estrategias de relaciones de fuerzas que sopor tan yson soportadas por tipos de saberes que controlan los cuerpos individuales y sociales. El siguiente articulo de esta seccién fue claborado por Marta Lamas y se titula "“Sexualidad y género: la voluntad de saber feminista”. En él la autora recotre diversas escuelas de pensamien. to que han permitido apartarse de las ideas esencialistas que conciben la sexualidad como “natural”, proponiendo enfoques que la consideran como construida y arman una historia del cwer- po y la sexualidad que incorpora la complejidad cultural y recono- ce el factor subjetivo. Esta autora concibe la sexnalidad como una elaboraci6n pst quica y cultural sobre los placeres de los intercambios corporales construida discursivamente y reglada mediante prohibiciones y sanciones que le dan forma y direccionalidad, Propone, como objeto de estudio, el descubrimiento de la Iégica subyacente a los mecanismos culturales que han armado las narrativas actuales de Ja sexualicad, Retoma de Foucault la importancia de estudiar las producciones discursivas, los efectos de poder y as formas de saber que sirven de soporte ¢ instrumento a la “reproduccién disciplina- ria de la vida". Sefiala que el género, como conjunto de supuestos culturales sobre la diferencia sexual, es el hilo conductor a analizar, pues engendra concepciones que otorgan significados centrales a Ja condueta sexual humana 18 SSEXUALIDADES EN MEXICO La autora plantea que los conceptos de género estructuran la percepcién y Ia organizacién conereta y simbélica de toda vida social. La légica de la dominacién de género constituye la forma paradigmitica de violencia simbélica. La sexualidad “natural” es construida como la heterosexualidad, basada en la complementa- riedad de los sexos para la reproduccién, enviando al indero de lo ‘antinatural” todo lo que no se vincule con la vida reproductiva. Asimismo, Lamas propone que abordar la complejidad y varie: dad de las articulaciones entre diferencia sexval y cultura conduce + analizar las euestiones relativasa la subjetividad y el deseo, lo que requiere comprender la diferencia entre el dmbito psfquico y cl social. Considera que referirse exclusivamente a lo social eludicn- do el papel del deseo, del inconsciente y de la simbolizaci6n de la diferencia sexual en la formacién de la subjetividad no permite comprender completamente la sexualidad de las personas, y pro pone como elemento central para el estudio de la sexualidad la comprensién de la relaci6n entre constitucién mental y exigencias culturales. Seiala que el pensamiento feminista es un camino de critica a las précticas, discursos y representaciones sociales que disctiminan, oprimen o vulneran a las personas en funci6n de la simbolizacién cultural de la diferencia sexual y propone abordar el fenémeno desde diferentes perspectivas te6ricas, oponiéndose al monismo metodol6gico. Finalmente, rescata las potencialidades de los modelos microinterpretativos para acercarse a la sexualidad como objeto multidimensional y polivalente, que incluye el sentido subjetivo de las acciones humanas. La segunda seccién del libro contiene cuatro articulos que ilustran algunas vertientes de la investigacién social sobre la sexu lidad que se lleva a cabo en México, Uno de ellos se refiere a una investigacién histérica sobre la sexualidad precolombina y otros tes a la sexualidad femenina en el México contempordneo, En el primero de esos art{culos, Enrique Divalos analiza las t las pestes y las hambrunas empezaron a hacer desaparecer a la poblacién, y las energias del poder se concentraron en manten a raya a la muerte, y se ocuparon de normar Ia vida, el sexo regulado aseguraba la reproduccién de la vida, Foucault sefiala que esto se convirtié en algo esencial para el poder jurfdico de la temprana Europa moderna. El poder reaccioné defensivamente, para preservar la vida y la armonfa social sobre la amenaza de la muerte y de la violencia y operé negativamente, imponiendo limites, restricciones y prohibiciones. Ya que la amenaza de muerte disminuye, segtin Foucault hasta finales del siglo xvm, esas leyes Juridicas se transforman en instancias de poder productive que genera identidades para ser controladas, garantizando el creci- micnto de los regimenes regulatorios. Para Foucault esa “repro- duceién disciplinaria de la vida" fue lo que convirtié a la heterosexualidad en “natural”. A pesar de sus muchas contribuciones, el pensamiento de Foucault ha recibido serias eriticas. El feminismo lo ha cuestionado principalmente por su androcentrismo. Alno analizar la diferencia sexual, Foucault tampoco comprende la dimensi6n del género, El pone algunos cimientos para un andlisis mas complejo al sefalar que la producci6n de la categoria sexo se hace vinculindola con la identidad, sin embargo no sc interroga sobre qué ocurre cuando hay dos sexos. Esto lo hace ignorar que justamente al definir un sexo en contraposicién al otro se inicia Ia simbolizacién de Ia diferencia sexual, que deriva en una regulacién diferenciada de Ia sexualidad y en una doble moral sexual. SEXUALIDAD ¥ GENERO-1A VOLUNTAD DE SABER FEMINISTA, 53 LA LOGICA DEL GENERO Desde hace varios atios se esté desarrollando una lucha ~en la que participan las feministas— que intenta redefinir una nueva legitimi: dad sexual a partir de explorar las pautas de dominacién, subordi naciGn y resistencia que moldean lo sexual, y de analizar los discursos? que organizan los significados de las identidades sexua- les. El feminismo se ha sumado al proceso de investigar la genea- logia de los arreglos sexuales vigentes y del sexismo que regula socialmente la vida sexual. Un paso fundamental ha sido descons- truir el malestar en la cultura: el irremediable antagonismo entre las cexigencias pulsionales y las restricciones impuestas por la cultura. Partiendo de que la libido es idéntica en hombres y mujeres, y que Ja restriccién impuesta por la cultura es diferenciada, un primer paso ha sido explorar por qué ciertos significados, como el de la heterosexualidad, tienen hegemonfa y cémo fueron instituidos. Esto se debe a que la construccién que cada sociedad hace de la sextalidad se da dentro de una légica cultural sobre la diferencia sexual: el género. .género es el conjunto de ideas sobre la diferencia sexual que atribuye caracterfsticas “femeninas” y “masculinas” a cada sexo. Esta simbolizacién cultural de la diferencia anatémica toma forma en un conjunto de précticas, ideas, discursos y representaciones sociales que dan atribuciones a la conducta objetiva y subjetiva de Jas personas en funcién de su sexo. Asi, mediante el proceso de constitucién del género, Ia sociedad fabrica las ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres. En cada cultura la oposicién binaria hombre/mujer es clave en Ja trama de los procesos de significacién. Esta distinci6n, recreada en el orden representacional, contribuye ideolégicamente a la csencializacién de la feminidad y de la masculinidad, y produce efectos en el imaginario de las personas. La ley social refleja e incorpora los valores ¢ ideas del orden simbélico de la sociedad, con todas sus contradicciones e incongruencias. * tn este trabajo no ineuyo el dseurso contemparineo de Is sexologta, que se doa nstaado en el higar del supuesto saber, prolamand que él ene fa verdad sobre elsexo, rl ensayo de Froud con exe nombre es un disico imprescindible. Exté repreducido en A mdi sgl de "El naestor en ta enltura’ de Sigmund Pred, ed, Nestor Av Braunstein, México, Siglo XXI Editores, 1981 54 ALGUNOS ENFOQUES PARA EL ESTUDIO DE TAS SEXUALIDADES Por eso, para Bourdien Ia “divisién del mundo", basada en referencias a “las diferencias biotogicas” y sabre todo a las que se reficren a la division cel trabajo de procreacién y reproduccién “acta como la mgjor fundada de las ilusiones colectivas". Establecides como conjunto objetivo de refe: reneias, los conceptos de género estructuran la percepcién y la or izacion concreta y simbélica de toda la vida social (Scott, 1990 arya © sea, la cultura marca a los sexos con el género y el género marca la percepcién de todo lo demés: lo social, lo politico, lo religioso, lo cotidiano, Comprender los procesos psiquicos y cult. rales mediante los cuales las personas nos convertimos en hombres y mujeres dentro de un esquema cultural de género, lleva a desen- tafiar la red de interrelaciones ¢ interacciones sociales del orden simbético vigente. Existe gran dificultad para analizar esta légica ya que, segiin Bourdit, se train de nee luna institucién que ha estado inscrita por milenios en la objetividad de las estructuras sociales y en la subjetividad de tas estructuras mentales, por fo que el analista tiene toda la posibilidad de usar como instrumentos del conocimiento categorias de la percepcién y del pensamiento que deberia tratar como abjetos del conocimiento (Bourdieu y Waequant, 1992:171). sea: Et See Potato por Joan W. Seen su ensayo “Gene:a Used Category of Horie Aish Amr Herat Renew ot 0980) hay ea ce eon eer i pr el nn ie ita es ‘uj om la Espa moderna ycotonpriea, de Jape kssehog'y Nig Had Edicions Alfons il Maguanim, Valencia, 1990. i A A SEXVALIDAD Y GENERO: LA VOLUNTAD DE SABER FEMINISTA, 55 simbélica: la violencia que se ejerce sobre un agente social con su ‘complicidad 0 consentimiento. Segtin Bourdieu, la violencia sim- blica se leva a cabo a través de “un acto de cognicién y de falso reconocimiento que esté més allé de, 0 por debajo de, los controles de la consciencia y Ia voluntad” Bourdieu concluye que la forma paradigmatica de violencia simbélica es la I6gica de la dominaci6n de género. La logica del género parte de una oposicién binaria: lo propio del hombre y lo propio de la mujer. Lo que da fuerza a dicha légica es Ia acci6n simbélica colectiva. Bourdieu sefiala la eficacia que tiene legitimar una relaci6n al inscribirla en lo biol6gico, que es en si mismo una construcci6n social biologizada. Una construccién social “biologizada" es, por ejemplo, pensar la sexualidad “natural” como la heterosexualidad a partir de la complementariedad de los sexos para la reproduccién, Dicha construceién social no reconoce la calidad indiferenciada de la libido sexual y restringe el espectro de la sexualidad humana, enviando al lindero de lo “antinatural” todo lo que no se vincule con la vida reproductiva. LA LIBIDO: ENTRE LO PS{QUICO YLO SOCIAL, A principios de siglo Freud cuestion6 la idea de la heterosexuali- dad como la manera “natural” de comportarse, argumentando que Ia libido es sexualmente indiferenciada. Desde entonces el psico- anilisis ha mostrado que la pulsién sexual busca su objeto con indiferencia del sexo anatémico y que el deseo humano, al contra rio del instinto animal, jamés se colma. El deseo se mueve a través de elecciones sucesivas, que munca son decidiclas de manera auté noma, ya que dichas elecciones le son impuestas al sujeto tanto desde su interior, por sus descos inconscientes, como desde cl exterior, por prescripciones sociales ce un orden cultural, 0 sea, por la ley social El psicoandlisis plantea que la estructuracién psiquica de la identidad sexual se realiza por las vicisitudes edipicas de cada sujeto, y que este proceso puede derivar tantoa la heterosexualicad ‘como a la homosexvalidad. O sca, estructurarse para un lado 0 para el otro es el resultado de un proceso fuera de la voluntad de las personas, que no necesariamente implica patologia. Sin embat- 40, las personas que, consecuentes con su estructuracién psfquica y 56 ALGUNOS ENFOQUES PARA EL ESTUDIO DE LAS SEXUALIDADES con su inconsciente, no someten su deseo al imperativo hetero- sexual dela ley social, 0 sea, los homosexuales y lesbianas que viven abiertamente su orientacién, son incomprendidas y estigmatizadas. La reflexién psicoanalftica esta llevando, por lo menos en ciertos efrculos,* a una paulatina aceptacién de la homosexualidad como una opcién igual de condicionada psiquicamente que la heterosexualidad, Abordar la complejidad y variedad de las articulaciones entre diferencia sexual y cultura conduce a analizar cuestiones relativas ala subjetividad y al deseo, lo que requicre comprender la diferen- cia entre el Ambito psiquico y el social Con frecuencia la incapacidad —2o tal ver Ia resistencia? para comprender el ambito psiquico lleva a pensar que lo que esta en juego primordialmente son los factores sociales. Referirse exclusi vamente a estos factores, eludiendo el cleseo y el inconsciente en la formacin de la subjetividad, no permite comprendcr la sexual dad de las personas. Una confusién frecuente en el pensamiento feminista es reba jar los mecanismos de la adquisicién inconsciente de la identiad sexual al mismo nivel que otras formas més sociales de adquisicion de identidad. Esta confusién ve la diferencia sexual como una de tantas diferencias sociales, lo que lleva a teorizar un sujeto “mil ple"® en ver del sujcto escindlido del psicoanilisis. El psicoandlisis muestra emo la estructuracién psfquiea se realiza fuera de la conciencia y de la racionalidad de los sujetos. Por eso el sujeto, desde una perspectiva freudiana, es una persona escindida, con deseos y procesos inconscientes, y también por eso Ia clave del udo humano es la falta, a carencia, la castracién simbélica. Esto es lo que condiciona la estructuraci6n de la identidad psiquica y hos constituye como sujetos. El relevante papel desempefiado por la diferencia sexual en la simbolizacién que hacemos los seres humanos tiene cierta persis- encia fundante: trata de la fuente de nuestra imagen del mundo, ‘Un lao gemplo de esta comprensin se encuentra en Ma, Antonieta Tones Asia, El malentendido dela homosewualidad Deaton atin 3 meta de 10982; de préniwa aparicidn, de la sma sutora “El debate sone I homoneausls dad, Deda fins ni, 40, sep 1001 Fst lo hace, por ejemplo, Teves de Laureis, Thnologis f gender, ina University Press, 1987 Hay tradacion ce algunos de los ennton cobvontlo eve bro en Ia compilcion que hizo Carmen Ranos Escandon, EY géaere en pepe deta dominion untsonal aa repraentecin mille Mico, Ue, 1501 ‘SeXUALIDAD ¥ GENENO: LA VOLUNTAD DE SABER FEMINISTA, 87 en contraposicién con un otro, Para comprender eémo opera la diferencia sexual en cuanto estructurante psfquico, problematica que tiene que ver con el deseo y con Ia herida psiquica de la castracion simbélica, requerimos distinguir, como plantea Parveen ‘Adams,’ dos cuestiones fundamentales: el concepto de realidad psfquica y fa naturaleza de la relaci6n entre Io psiquico y lo social, ‘Adams recuerda que para Freud “cultura significa que cualquier conjunto de preceptos sociales requicre represin primaria, deseo einconsciente”, La relaci6n entre lo psiquico y lo social, osea, entre constitucién mental y exigencias culturales, se de.prende de esa concepcién de cultura: “los mandatos culturales nunca satisfaran las demandas psfquicas y la vida psiquica nunca encajaré facilmen: teen las exigencias culturales” Para Constance Penley® el psicoanzlisis se dirige justamente a descifrar la “compleja e intrincada negociacién del sujeto ante fuer zas culturales y psfquicas”. Ella insiste en el papel del inconsciente ‘en la formacién de la identidad sexual, y subraya la inestabilidad de tal identidad, impuesta en un sujeto que es fundamentalmente bisexual. El amplio y complejo panorama de fantasias, deseos identificaciones detectado por la clinica psicoanalftica es un corpus aque describe la necesidad humana de tener wna identidad sexual y también pone en evidencia que las formas que esa identidad toma jams son fijas. Es notable cémo las personas resisten las posiciones de sujeto impuestas desde afuera El psicoanilisisofrece el recuento mas complejo y detallado hasta el momento de la constitucién de la subjetividad y de la sexuali- dad, asi como del proceso mediante el cual el sujeto resiste o sesomete aa imposicién de cultura. Al mostrar que los hombres y las muje- res no estén precondicionados, sino que ocurre algo diferente, el psicoanalisis plantea algo distinto a una esencia biolégica o a la ‘marca implacable de la socializacién: la existencia de una realidad psiquica. Asf cuestiona las dos perspectivas —biol6gica y sociolégi- ca con las que se pretendfa explicar las diferencias entre hombres y mujeres. Una indudable aportacién del psicoanslisis ha sido que 7 Parveen Adams, “The Distinction between Sesual Division and Sexsal Differences", en Parveen Adains y Fizabeth Cowie (eds), The Woman in Question, ‘Versa, 1990, Gonstance Penley, "Missing n/t", The Woman in Question, Parveen Ad Elizabeth Cowie (eds) Verso, 1990, sy 58. ALGUNOS ENFOQUES PARA HL ESTUDIO DE LAS SEXUALIDADES desesencializa lo masculino y lo femenino, Como ya sefialé Freud, no hay nada més incierto que la masculinidad y la feminidad, LA ENTRADA EN 1A CUETURA: LENGUAJE ¥ FROCESO DE SIMBOLIZACION “Los seres humanos ingresamos a ta sociedad bajo el signo de la violencia: la cultura ejerce una represin. Jamés nos reponemios de esa agresi6n que deja una herida indeleble, como dice Freud, una herida narcisista. Laplantine seiala que la existencia humana s6lo es soportable a través de esa “pantalla deformadora” de la realidad que ¢s la cultura, Con el objetivo de negar Ia tragica realiclad cada cultura elabora un conjunto de defensas que tienen una base comin, lo que Laplantine llama las “constelaciones psicoafectivas”, © sea, formas de “reprimir ciertos deseos, ciertas pulsiones, ciertos fantasmas y, por el contrario, expresar otros abiertamente”. Para él Ja cultura es el conjunto de “sistemas de defensa crigidos contra la angustia y la tensiGn que inevitablemente surgen en toda sociedad enntre los sexos, los grupos de edad y las clases sociales”, Estos procesos psicolégicos también estan determinadlos por la cultura: las criaturas reconocen ciertos “objetos” privilegiados de identificacion y sustitucién. Al compartir cierta cultura, los seres humanos comparten lo que Devereux llama el inconsciente étnico, © sea, esa parte del inconsciente que un inelividuo de una cultura dada pose en comin con la mayoria de los miembros de su cultura, Seguin estos etmnopsicoanatistas, la cultura es cl conjunto de mecanismos de defensa del yo frente a una situacién original, Por eso, para comprender el “proceso defensivo y estabilizador” de la cultura el psicoandlisis resulta muy «til Laplantine muestra hasta qué punto los seres humanos nos “aferramos los unos a los otvos, introyectindonos mutuamente como sustitutos de imagenes parentales perdidas, escotomizando nuestra angustia al compartirla colectivamente en un mito", Lax plantine es muy explicito en subrayar la universalidad de la cultu- 1a, distinguicndo los contenidos y expresiones de tal o cual cultura, del hecho mismo de la cultura, Para entender la existencia de una estructura psiquica univer sal, que es irreductible al conjunto de formaciones culturales, hay SEXUALIDAD ¥ CENERO: LA VOLUNTAD DE SABER FFMINISTA, 59 jue recordar la situacién originaria de todo lactante humano. La Ipntitud de su desarrollo motor Heva a la criatura a desarrollar mecanismos de defensa cuyo propésito es contener las tensiones excepcionales derivadas de su especificidad morfologica. Ante los ‘caudales excesivos de energfa libidinal que la criatura no esté en modo alguno preparada para manejar, ésta proyecta sus miedos y hhace representaciones. La organizacién psfquica en formacién se constituye a través de los mecanismos inconscientes de proyecci6n, identificaci6n y represién, Esta situacién de dependencia y desamparo combinada con la pulsién sexual conduce a los seres humanos a buscar en la sexta dad la resolucién del anhelo de completud y de reecuentro, “Una desesperada buisqueda de ‘objeto’, una infinita necesidad de ser amado, no cesaré de habitar al ser humano hasta el final de su cexistencia” (Laplantine, 1979). Sefiala una paradoja: nos conver- timos en adultos y seguimos deseando Io imposible; no aceptamos “el hecho brutal, insolito ¢ insolente de lo real”: deliramos, pero también la cultura delira con nosotros: “nos promete lo imposible: la felicidad absoluta y la reconciliacién total”. Sin embargo, Ia vida nos proporciona sustitutos capaces de hacernos olvidar nuestro destino final: la muerte. éUno de esos sustitutos es el placer sexual? La socializacién del ser humano y su individuacién son un proceso tinico: el de su humanizacién, o sea de su progresiva emergencia del orden biolégico, El nticleo inicial y fundador del aparato psiquico, esa parte del individuo que no esta determinada por Ia historia, es la raiz misma de la cultura, es decir, el punto de emergencia del pensamiento simbdlico, &Cémo funciona el pensamiento simbilico? Supuestamente lo caracteristico de los seres humanos es el lenguaje, que trae integra: da ya una funcién simbolizadora. La nocién de funcién simbélica implica al érgano, 0 sea, a la parte del cerebro productora de enguaje y de las representaciones.” I lenguaje cs un medio fundamental para estructurarnos psiquiica y culturalmente: para volvernos seres sociales. ‘Se supone que las primeras lenguas se caracterizaron por un principio econémico: el maximo rendimiento con el minimo es fuerzo, y que tuvieron una estructura similar a la de las computa: " Vease Michel lard y Pierre Universidad, 1985, vith, La funcén simbstica, Madi, ear 60 ALGUNOS ENFOQUES PARA EL ESTUDIO DE LAS SEXUALIDADES doras, 0 sea, un lenguaje binario donde se produce informacion a partir de la afirmaci6n y/o negacién de elementos mininos, de la contraposicién de opuestos, Una contraposicién basica, universal, esa de mujer/hombre. Porque las sociedades piensan binariamen. te, por eso también elaboran asf sus representaciones. El lenguaje posee una estructura que esté fuera del control y Ja conciencia de los hablantes individuales quienes, sin embargo, ~—hacen uso de esta estructura, que esté presente en cada una de sus mentes: unas unidades de sentido, los signos, dividen y clasifican al mundo, y Io vuclven inteligible para quienes comparten el mismo cédigo, Gada lengua mapea conceptualmente, divide a clasifica el mundo de maneras diferentes a partir de las relaciones especificas de los significados y significantes de sus signos: cada lengua articula y organiza el mundo en diferente forma. Por lo tanto, tampoco hay una relacién natural entre los signos y el mundo, Cada cultura realiza una diferente simbolizacién de la diferencia entre los sexos que engendra mailtiples versiones sobre una misma alteridad: hombre/mujer, masculino/femenino. Vemios, entonces, que la cultura es un resultado, pero también una mediacién. Un elemento fundante de la matriz cultural, o sea, de la estructuramadre de significaciones en virtud de la cual huestras experiencias sc yuelven inteligibles, es el lenguaje. Con luna estructura ps{quica universal y mediante el lenguaje, también universal aunque tome formas diferentes, los seres humanos bolizamos un material basico: la diferencia sexual, idéntica en todas las sociedades, La oPostci6n BINARIA HASICA: LA BIFERENCEA SEXUAL. El cuerpo, con Ia diferente anatomia de hombres y mujeres, es la primera evidencia incontrovertible de la diferencia humana, Este hecho biolégico, con toda Ia carga libidinal que conlleva, es mate ria basica de Ia cultura. Su representacién cultural es miltiple y tiene diferentes grados de complejidad. Por eso el Ambito cul tural, mas que un territorio, es un espacio simbético definido por Ja imaginacién y determinante en la construccién de la autoima gen de cada persona. En la forma de pensarnos, en la construccién de nuestra propia imagen, de nuestra autoconcepcién, utiliza mos elementos y categorias de nuestra cultura. Desde la antropo- sEXUALTDAD Y GENERO: LA VOLUNTAD DE SABER FEMINISTA 61 login cognitiva sabemos que nuestra conciencia ya esta habitada Bes ictcone socal ence ea cna sodedad que tens un Fiscurso sobre el género y que nos hace ocupar cierto lugar: O sea, fxisten ya representaciones sociales, o, si se prefiere, preconstrui- dos sociales. El conocimiento de los conjuntos importantes de oposiciones en una cultura revela los ees del pensamiento y los Iimites de lo pensable en esa cultura. El andlisis estructural consiste en distin guir los conjuntos bésicos de oposiciones que subyacen a un fenémeno cultural complejo y en mostrar las formas en que ese fe- inémeno es, al mismo tiempo, una expresin de esas oposiciones y una reelaboracién de ellas. Lévi Strauss sugiere que la variedad, ast como el aparente azar, pueden tener una profunda unidad y eae cee ee de principios subyacentes. 1 buscé algo asf como establecer ka Dematice nvern dea eltura oa laforemres qusunidades del discurso cultural son creadas por el principio de oposicién binaria, y las reglas de acuerdo con las cuales estas unidades (pares de términos opuestos) son arregladas y combinadas para producir las elaboraciones culturales existentes. Para él las culturas son basicamente sistemas de clasificaci6n, de ordenamiento, y la sor- prendente variedad de los fenémenos culturales puede ser com- prendida a partir de cédigos e intercambios.! En este sentido el pensamiento de LéviStrauss tiene afinidad con el de Marx y el de Freud, que de forma similar plantean que bajo la proliferacién de formas superficiales estan operando unos pocos mecanismos, relativamente simples y uniformes. En relacién con la sexualidad la coincidencia de LéviStrauss con Freud es considerable. Segtin Freud, las personas se estructuran psiquica- mente en su orientacién sexual por el Edipo, y basicamente lo que cl Edipo plantea es el tabii de incesto. La prohibiciGn del incesto es Ia restriccién de un goce imposible de esperar de la madre, de los padres y en general de sus sustitutos. Dicha prohibicién antecede al sujeto, Segtin Rosolato, la base del razonamiento simbélico es la "© sherry B. Orter, "Theory in Anthropology since the Sisties", Comparative ‘Studies in Society and Fistor, vol. 25, im. 1, enero de 1884 "Juan Castaingts, “En homenaje a LéviStrauts" en Jens Jainegui e Yves Marie Gourio (eds), Palabras deuelas,Coleccin Cientifies, México, NAIL, IAL Y caves, 1986, 62 ALGUNOS ENFOQUES PARA f, ESTUDIO DE LAS SEXUALIDADES relacién entre la ley, la prohibicién y el deseo. Por eso: el secreto del sexo depende de la probibicién del incesto, preexistente al nacimiento del nifo; tiene su misma universalidad; separa las gene- raciones. En Las estructuras elementales del parentesco, Lévi-Strauss plantea al ser humano inserto en el universo simbdlico a partir del tabi de incesto, que supone una prohibici6n respecto a la Icy. Para reconocer las estructuras sobre las cuales los seres huma- __-nos construimos cultura, hay que detectar los fundamentos cogni- tivos de sus representaciones. Las representaciones sociales son redes de imagenes y nociones que construyen nuestra manera de ver, captar y entender el mundo, o sea, son un filtro a través del cual vemos la realidad y valoramos ciertas cuestiones. Esto es evidente en cl hecho de que exista una multitud de repre- sentaciones culturales de la constante biolégica universal de la diferencia sexual. Las fuentes de nuestras representaciones son tres: los pre conceptos culturales, las ideologias (no en el sentido marxista de falsa conciencia sino como discursos sociales) y la experiencia personal. Estas representaciones las vamos captando desde la in- fancia por el lenguaje. La relativa al género antecede a la informa- cién sobre la diferencia sexual. Entre los dos y los tres afios, nitias ynnifios suelen diferenciat los simbolos mas evidentes de lo mascu- lino y lo femenino: los colores (rosa o azul), los juegos y juguetes, y saben ademds referirse a si mismes como nitias 0 nitios, aunque no tengan una elaboracién cognitiva sobre en qué consiste 1a diferencia biol6gica Foucault plantea que la produccién y la regulacién del sexo se dan simultineamente; la regulacion es siempre generativa: produ- ce el objeto que reclama descubrir. Por eso dice Foucault que jams podemos liberar el sexo del poder, porque la formacién del sexo €s.un acto del poder: la discriminacién ya viene construida en la misma formulacién de nuestro sexo. Segtin él, el poder actia sobre el sexo més profundamente de lo que sabemos, no sélo como un constreéiimiento extremo y una represién, sino como el principio formativo de su inteligibilidad. Aqui procede recordar la formula- cin de Bourdieu sobre el habitus. Para él los esquemas de habitus son el conjunto de relaciones histéricas depositadas en los cuerpos individuales en la forma de esquemas mentales y corporales de percepcién, apreciacién y accién, Estos esquemas son de género y, a su ver, engendran género, SEXUALIDAD ¥ GENERO; LA VOLUNTAD DE SABER FEMINISTA 63 Lo que hay que comprender sobre la oposicién binaria mu- jet/hombre es que tanto la variedad de formas de simbolizacién, interpretacién y organizacién del género como el estudio dela vida psiquica atestiguan la inexistencia de una.csencia femenina o masculina, no existen el “hombre natural” o la “mujer natural”; no hay conjuntos de caracteristicas 0 de conductas exclusivas de un sexo, Esta critica al esencialismo deriva a cuestionar la supuesta “naturalidad” de tn sexualidad humana, en especial, la norma heterosexual postulada por la Igica del género. La “VOLUNTAD DE SABER” FEMINISTA En todas las sociedades la avasalladora fuctza de la sexualidad (habria que precisar: de la pulsién sexual) es celebrada, temida, reglamentada y simbolizada de mil maneras. De ahi la “hegemonta creciente de los modelos microinterpretati- vos" (el etnopsicoandlliss, la sociologfa cualitativa, el interaccionis mo simbélico) que recuperan paradigmas clisicos, como por ejemplo, los que “tratan de explicar weberianamente la accién como otientada con base en un sentido entendido y, en parte, construido subjetivamente”, Cada vez es mis importante interpre. tar elsentido subjctivo inherente a las acciones humanas. La puesta al dia de esa preocupacién deberd ser recogida en los enfoques que pretendan estudiar la sexualidad humana. La perspectiva etnopsi coanalitica, que pertenece a una “tradicién individualizante, cuali tativa-e interpretativa” es sumamente ‘itil pues trabaja la construccién y el impacto del género, Bruiccrasia Adams, Parveen (1990), “A Mote on the Distinction Between Sexual Division and Sexual Differences", en Parveen Adams y Elizabeth Cowie (cds), The Woman in Question, Verso, pp. 102-108. Bourdicu, Pierre (1980), Le Sone Pratigue, Minuit, Pars — (1989), “Social Space and Symbolic Power", Sociological Theory, vol.7, iim. 1, junio, pp. 1425. —y Wacquant, Loic J.D. (1992), An invitation to Reflexive Sociology, The University of Chicago Press, Castaingts, Juan (1986), "En homenaje a Lévi Strauss en Jestis Jauregui e ‘Yves Marie Goutio (eds,), Palabras devueltas, Coleccién Cientifica, México, INAH, FAL y CENCA,, pp. 21-27. 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