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1994 CIUDADES CORTADAS' EL CORTE DE LA CIUDAD Cuando lidefonso Cerda raza, sobre una cuadtricula regular de mas de 900 manza: ras, una diagonal 30, esta introduciendo algo més que una conexién répida entre los extremos de su malla: esta definiendo el elemento sintético que permite la com- prensién instanténea de las dos direcciones de la cuadricula y organiza unos espa- cios que hacen evidente el tamafio de los edificios, unas sombras y luces distintas de las regularmente repetidas en las calles norméles. Sin la avenida Diagonal, la vision de la escala de cada manzana en relacién a total seria imposible, y la com- prensién de nuestra propia ubicacién como individuos moviéndonos en el conjunto careceria de otra orientacion que la memoria de los lugares ya conocidos. La Diagonal es un escéner, un corte anatomico que descubre la organizacion interna del tejdo, y su presencia no sélo enriquecela forma urbana global, sino que resume una forma especifica de comprensi6n de la totalidad. Su forma y posicion distintas se marcan precisamente en relacién a lo genérico de la trama comin. Las diagonales barrocas de Christopher Wren para Londres o las de Pierre L'Enfant para Washington ya conocian estas propiedades Los individuos usamos la ciudad haciendo cores en ella, diagonalizandola. La diagonalizamos fisicamente cuando es posible, o la diagonalizamos mentalmente Con nuestros recorridos a través de ella, siguiendo nuestros intereses, nuestros _gustos o también la memoria de las referencias quede ella tenemos, Por eso son tan importantes las largas calles que enhebran muchas partes dife- rentes de la ciudad y legan a cruzarla entera. Broadway, en Nueva York, corta en esvije las piezas rectangulares de Manhattan, haciendo comprensible laescalay el tamafio de su reticula La calle Insurgentes, en Ciudad de México, con sus 30 km de longitud es el espinazo que alimenta y enlaza la enarme vatiedad de los barrios, de tantos usos y actividades distintos, con toda la gam de diferencias en la edificacion yelcardcter, De manera semejante, y en otra situacién cultural, la Kurfursterdamm de Berlin corta toda la ciudad, al igual que el eje de la Rue Saint-Denis en Pars, la avenida Corrientes en Buenos Aires, o la M-30 en Madrid. Todos ellos son esquemas viarios de fortisimaidentidad, como secciones lon- agitudinales de la ciudad capaces de asumir sus distintas partes en una experiencia simulténea. La unidad formal de la ciudad aparece a través de ellas no como forma _global o como disefio homogéneo, sino hecha de secciones encadenadas, relacién de contighidad entre partes distintas, tan sensibles como distintas, y distintas ala fuerza. 1 Cruce de Wilshire Boulevard y Santa Monica Boulevard, Beverly Hil, California, dicads de 1990. 2 Le Corbusier, Plan Voisin, Pris 19, 4 Honry Vande Velde, Proyecto par a rivera inguierdla del Shelda, Amores, 1926 4 Walter Gropis, Dammerstock, Karlsruhe, soab-nas + Pubica orignamene en AAW, cont dlabtr,Abtare Seperate, Mi, 98 LA EXPERIENCIA DEL PLANO DE LA CIUDAD ‘Moverse y caminarcontinuamente, esto es pertenecer a cudad Sin sar nunca de ella, porque no hay afuera, Come los negros de Toni Morison se enameran de Nueva Yorky, aun en tods su desgraia, nunca més piensan en viviren otto sitio Como los siervos medievales de la gleba los que “el aire de la ciudad hacia libres" La ciudad con la que cada individu se identifica es un mundo mail impreci 50, sin limites conocidos; pero tampocoinfinto, donde la diferencia es fale de la formay delfuncionamiento.Laidentiad de acudad es precisamente la experien- cia dela diferencia, como la cuenta Richard Sennett cuando aplia las sucesivas experiencias de lugares, tendas, edifices, sensaciones al pasear en Manhattan, desde a calle 19 la 42.A partir del uso personal que hacemos de las chudades, as experimentamos con formas de apropiaion que hacen de sus fragmentos sistemas intligibles y a veces incluso entrahables. El engarce de las cferencias hace rica nuestra vida en fa cudad, y la hace propia, Pero hay muchas maneras segun las cuales cada ciudadano configura sucudad, con una seleccion propia de calles post bles porlas que pasar, de tiendas ditntas de usar, de barios de casas, de fabricas de oficinas, de bares, de depuradorasy de centrales, de garsesy de estaciones, de espacios paratrenes oparatransformadoreselécicos, para esac o para hosp- tales, pars obras en construcciény para parques en destruccén Enlasensacién —no necesariamente consciente— de es civdad de trastos es donde hoy podemos sentir laidentidd sociolbgica de pertenencia, Laincompren sion de lacoherencia metropolitara hace a identidad de espacio. En £/ empleo del tiempo, obra crucial del Nouveau Roman de la década de 1960, Michel Butor nos introduce en antiga de quien empieza a vivir una ciudad cexrafa y,progresivament, alo largo de meses va acumulanda memoria, sensa- cionesy dates. Jacques Revel, empleado francés de banca por un tiempo enviado a Bleston, ctudadingesa, enorme, himedaybrumose, vagaporla calles yanotasus records, la posiién de los parques, las iglesias, los bares; la residencia de sus aistades, su propio trabajo... Destaca la importancia mental de algunas ineas de autobuses y de las vas del tren enlaconstuccién de su mapa urbane que, hecho por acumulacién deresefas sobre el papel mismo del plano, va registrando los ds tints epsocios dela ciudad. Es un dsfute segur. con el protagonisa de Butor, bm la superposiién de itnerarisy puntos, de cortesrasgadosenlatrama urba 17a, van componiendo a imagen total de una ciudad que, sn embargo, queda siem pre imprecisa en sus limites. SoavNoID93135 soLxat sa. 176 PROYECTO COMO TEXTO Es cierto que un proyecto en la ciudad es un texto que se afiade atantos relatos ya existentes. Se ha hablado aside la ciudad como palimpsesto y de la forma narrativa del buen proyecto urbano, Frente a la pretensién de que un proyecto sea la “tota- lidad” de una obra, la “solucién” de un problema, 0 la “intervencién unitaria’ —entendidas por analogia con la logica industrial del proyecto constructive, como raclonalizacién ex ante de las operaciones para ejecutar una obra—, el proyecto en la ciudad es una adherencia a la dinémica propia de los hechos urbanos. La capacidad del arquitecto en la ciudad estard sobre todo en afiadir, mucho menos en resolver Pero, si aceptamos la ciudad como texto y no s6lo como contexto —o como pretexto itanal uso!—, podremos defender también un modo de proyectar experi- ‘mental y oscilante, con cambios de rumbo y de encuadre, pero itinerante y lineal como una narracién, Lo més importante del género narrativo es su linealidad, el despliegue tempo- ral de sus ideas. Entender un proyecto como un relato es admitir el tiempo dentro de él, Tiempo personal en el que sera ideado, tiempo material para ser construido, tiempos miitiples en los que sera usado, tiempo historico con el que sera entendi- doy relacionado con los sustratos anteriores de la ciudad como construccién conti ‘ua. Pero admitir el tiempo es proceder mentalmente segin procesos lineales. tras formas del tiempo no lineales, como las que sugieren los bellos ejemplos de ‘Alan Lightman en Suefios de Einstein, podrian cambiar completamente nuestro entendimiento de las ciudades y nuestras formas de intervenir en ellas. Pero no. Proyectar como narracién es tener un punto de partida desde el que estar progre- sivamente las ideas. Volver atrés y adelante, dar entrada a nuevos argumentos, dejar otros sin resolver, pero no empezar por varios puntos a la vez. Entretanto, puede formarse una trama recia, un objeto, pero siempre como combinacién de argumentos individuales, no tanto como una entidad a prior YY noes que la elaboracién narrativa de un proyecto urbano permita evasiones autocomplacientes de independencia, sino que exige la seleccidn de los posibles aspectos de la forma urbana reducidos a unos pocos, ios mas importantes. Un paso racional, pero sin método ni recetas. Un ejercicio de juicio en que muchas cosas pueden expresarse con gran capacidad descriptiva en los cortes anatémicos del espacio urbano. 4 Manuel de Sols Morales, Badslons 996. 2 Campos Elseos-La Defense, Paris 3 Manuel de Sols Morales, La Sang, Alco sos2s997 4 Kees van der Veer, Nederland Waterland, 5 Giancarlo De Carlo, Universita ai Urbino, 938964, 6 Mhlippe Busche, ravado de F, Debralins, Seccin de la cludad de Pars tomada desde soytentién al mestodia, 1742. CORTE Y FRAGMENTO El fragmento es lo contrario del corte. £I fragmento es un concepto de pieza: el corte es una idea de secuencia, de experiencia, de continuidad temporal sobre la discontinuidad espacial, Las ideas de la ciudad como mosaico o collage. como las ue defiende, por ejemplo, el excelente libro de Colin Rowe, son buenos paradig: mas morfolégicos para el andlisis. Sin embargo, como tantas imagenes anal6gicas, resultan pobres para trabajar. Brillantes para convencer, escasas para ayudar. Bajo su infuencia, el proyecto de la ciudad tiende a ser mimético de la fragmentacion previa; banalmente analégico de una incoherencia artficiosa, estética, inventiva quiza una ver, otras cien veces aburrida, Desde el proyecto urbanistico, la hipdtesis dela ciudad collage puede resultar también demasiado totalizador. Con elfin de evitar el globalismo de las propuestas de trazado, reguladoras de la forma urbana total, que han subyacido desde el rena cimiento hasta el funcionalismo poscorbusieriano y archigramesco, la ciudad-colla {ge propone otro marco interpretativo pero de la misma logica macromorfologica Decir que toda la ciudad esta hecha de piezas dstintas acaba siendo una tautologia, sino decimos como hacer una pieza més, o cOmo cambiar una pieza mala, 0 como crear nuevos mecanismos en las yuxtaposiciones, nunca arbitrarias aunque parez- can contradictorias. En nuestro Laboratorio "Proyectar la perifera", Wolf Prix pro: puso a los estudiantes componer la maqueta de una ciudad inventada a partir de fragmentos de Barcelona, Viena, Roma y Los Angeles, con total independencia en la yuxtaposicién excepto la continuidad de un Elazar de las maquetas de Wolf Prix esta bien como ejercicio académico de antiacademicismo, como retérica de la antiret6rica. Es muy interesante para a reflexion, aunque bastante estériala hora de intentar hacer un proyecto. El corte quita importancia al fragmento porque lo acepta naturalmente; y lo encadena del mismo modo en que la experiencia de un recorrido ciudadano se resume en la actividad de un dia la visita de un turista, ola seccién grafica del perfil inmobiliario que describe desde la alcantarila y el metro hasta el skyline, LA SECCION URBANA Lasecci6n en el proyecto urbano consiste en pensar a la vez planta y alzado, topo- grafia (territorio) y uso, Los gedgrafos o los gobernantes, al pensar la ciudad, la piensan de dentro afuera, segiin anillos que, empezando desde el centro donde SOaVvNoID23725 SOLxaL aa 78 todo valor se concentra, se expanden hacia una multiplcidad de suburbios y arra- bales donde el control y la forma aparente se diluyen. En cambio, el crescendo ferroviario con el que la magistral pelicula de Walther Ruttmann, Berlin, sinforia de una ciudad, nos hace entrar en Berlin, hace amanecer lametrépolicon el ritmo de los campos agricolas, los huertos, las pequefias casas, os bloques obreros, las grandes industrias, los barrios jardin, las instalaciones de servicio, los edifcios piblicos, las oficinas y los monumentos, encadendndose desde las afueras al interior. Con lo secuencial del avanzar del tren y con la cadencia de su martlleo sobre las traviesas Las autopistas que entran en las ciudades, las cortan de fuera adentro, dejan- donos imaginar cémo las partes distintas de ciudad se encadenan segan una secuencia vagamente pretendida, Representar este continuum identifica ciudad, también hoy, cuando los hibridos periféricos parecen ser las formas comunes del terrtorio ciudadano. Y, aunque los ge6grafos modernos nos propongan otros ané- lisis complejos, todavia resulta mas interesante comprender la seccién longitudinal de las ciudades La comunidad de los edificiosy las personas que los albergan no puede resu- mir la idea de ciudad. La lectura de un cierto encadenamiento de sus partes en la que veamos por comparacion sus diferencias es necesaria, Porque los monumentos solos no hacen ciudad, nilos trazados ordenados tampoco. La new town de James Craigen Edimburgo, con sus fachadas iguales, sus parcelas y sus patios repetidos, sus cales rtmicamente previsibles, no podria ser nada més que un barrio bien com puesto, 0 un gran edificio esponjado, pero nunca una ciudad, Le fata la diferencia yy. aSi le falta identidad. La Siedliung Dammerstock de Walter Gropius en Karlsruhe 5 un bello concepto abstracto de unidad residencil, pero sin diferencia no tiene secuencia exterior asi misma, es un relato mudo (urbanamente mud). Las seccio- nes constructivas de la new town de Craig y de la Siedlung de Walter Gropius son igualmente inexpresivas Con todo, un simple corte de la construccién no es ya una seccién urbana. Representar los niveles verticales, las aturas, las visuales (muy importantes cierta mente y cada dia mas) no siempre expresa la compleiidad urbana. Es en los largos cortes longitudinales donde, normalmente, se expresa la continuidad espacial de las distintas partes urbanas, el encadenamiento de las piezas del mosaico, y la rela i6n entre tertitorio y construccién La seccién urbana interesa cuando relaciona lo proyectado con lo existente, y valo- raasila estratificacion que nuestra propuesta fade al espesor de la forma urbana. + rat sozak, Proyecto Space City, 1960. 2 Schultze & Weaver, Hotel Waldorf Astoria, Nuova York 1931 4 Rem Koolhaas, Hotel Wellate Palace, en Delrous New York, 1978 4 Coop Himmelblau, Cites that Beat ike Heats, 1967. 5 Zaha Hadh «concurso, Hong Kong, 1983 6 JurgKreienbuhl, Les HLM, Nanterre, 1968 The Peak, proyecto de ‘También cuando relaciona las diferencias de planta con la fuerza coherente del perfilen alzado, de la topografiao de los hechos monumentales de la ciudad. éPor qué la identidad viene del corte? Porque la identidad de las cludades no «5 laidentidad parroquial, de lo pequefio frente a lo grande, de lo local frente alo universal, de lo autéctono frente alo extranjero, de lo verndculo frente a lo consu- ‘mista, sino las maneras particulares de relacionar las diferencias metropolitanas. Y asi no es extrafio que los viejos perspectivistas de la ciudad las hayan disetado en sus secciones. Lo hicieron los futuristasy los arquitectos del iluminismo, lo hicieron. los ingenieros del siglo xx y los metabolistasjaponeses, lo hicieron Alvar Aalto, Giu seppe De Finetti, Le Corbusier, Jacob Berend Bakema y Alvaro Siza, por citar slo algunos de los intérpretes modernos del intercambio de tension edifcio-ciudad. Dominio que pocos arquitectos famosos cultivan hoy dia, Hoy abunda mucho lo plano: en los proyectos y en las ideas LA CIUDAD CELULAR La reduccién secuencial, cortada de la forma urbana, es un mecanismo de descrip- ciony una estrategia de proyecto. Se contraponen aella, claro, ls clasicos paradig- mas de la ciudad celulary de la ciudad continua. Los primeros modemos que empezaron a pensar la metrépolila vieron como futura constelacin de barrios: Otto Wagner proponia una metrépoli de distritos solapandose, Patrick Geddes y Patrick Abercrombie la entendian como un sistema bien delimitado de vecindarios y poblados satélites separados entre si; Eero Saari- nen fraccioné Helsinki o Nueva York en busca de una descentralizacion organica ‘Ahora este pensamiento nos parece ingenuo: la verdad es que quizé no seatan ridiculo como a primera vista parece. Losintelectuales de hoy, arquitectos 0 no, nos echariamos a reirsi alguien defendiera una racionalizacién de la metropolien term rnos de barrios con cierta identidad. Pero si hey visitamos Buenos Aires, Nueva York, Milan o Barcelona, lo que apreciamos en la ciudad es una variacién gradual entre zonas destacadas con caracteristicas peculiares y un magma relativamente Continuo e indiferente pero no por ello homogéneo. Algo no tan distinto de laima- ‘gen que contemplaban Wagner, Saarinen, Bruno Taut ¢ cualquiera de los tebricos, “ingenuos”. Las organizaciones administrativastienden aeste fraccionamiento por division, yelterritorio que ellas dibujan es un mosaico recortado mas o menos irregular. Es SoavNoi933135 SoLxaL eu 180 toda una flosofia de la subdivision la que, desde Napoledn y el iluminismo, piensa controlar los territorios segin modelos celulares. Ahi las relaciones entre comuni- dad y pertenencia serian claras, y cierta dialéctica entre individuo y conjunto no seriatan distinta de las que imaginaba, por ejemplo, Adriano Olivetti Pero si sobre esta descripcién celular aplicamos un corte (o un recorte)inten- cionado, la simplicidad de esta estructura se enriquece con un esviaje ("bies") que la trastoca y de aquella ingenuidad no queda mis que una matriz neutra capaz de otras visiones mucho mas especificas LA CIUDAD CONTINUA. EL RECUADRO Pero también ha habido siempre un pensamiento continuo de la metrépoli. Cerda, Ludwig Hilberseimer, Henri Lefebvre, Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Eric Roh mer, Kenzo Tange. Las diferencias no tienen que ver con as identidades. Las calles devienen carreteras y vuelven a ser calles los jardines de aqui son huertos y cam- os y bosques, mas ald de las edificaciones que salpican el espacio con variadas densidades, No hay solucién de continuidad en el territorio, Para interpretar esta metrépoli no hay més que el recorte. Y sera la manera de encuadrarla imagen lo que decida su significado. Alos estudiantes de arquitectura les digo siempre que los planos de ciudad no pueden dejar bordes blancos: la hoja ha de cortarse a sangre, con los trazos de calles y edificios interrumpidos por el marco del dibujo o el canto del papel. La representacién de la ciudad es siempre un retal arbitrario, que anuncia la continui- dad de lo que sigue y ya no alcanzamos a ver. Y que se precinta cortando muchas ataduras importantes. Cuando Oswald Mathias Ungers inicié la moda de los pequefios cuadrados representando fragmentos de tramas urbanas o de construcciones axonométricas Consiguié con ello una generalidad de lo representado y una sensacién de que las formas se prolongan mas allé del recuadro Porque la forma urbana no es algo coherente, previo a la observacion o a la experiencia. Y proyectar la ciudad es recortar su continuidad latente con una defi- nicién de campo, elegida como hipétesis de trabajo. La eleccién del campo de tra bajo en el recorte de la ciudad es el acto mas sustancial de todo proyecto de la ciu- dad. ¥ el recorte tematico y expresivo, tanto como recorte territorial + Harvey W. Corbett, Mirando.un canal en Manhattan en 1975, 923, 2 Robert Moses, Brooklyn Heights, Nueva York, 195. 5 Ludwig Hiberseimer,Chudad vertical, 924 4 Henry Wiley Corbett, EI Nueva York del atu en Lilustrazion talons. 1913. Moll de a Fust, 6 Manuel do Soli-Moraes y Rafael Moneo, Ma Diagonal, Barcelona, 1986-1993. 7 Milo Manar, Viaje a Tulum, 1990. éIDENTIDAD O DIFERENCIA?: LA CORBATA Enel atuendo masculino, la corbata es la prenda que marcalla diferencia, Pedincu lode coqueteria, y de referencia equivocadamente erética, mostrar la corbata,tirar de ella o acercarse a tocarla despega del trasfondo de la indumentaria un guifio de autonomia personal, Donde la camisa y la americana marcan la formalidad del ves tido, la corbata se permite independencia y contraste. Incluso los uniformes y los trajes de etiqueta admiten esa libertad en el gusto de anudarse el cuello. En este sentido, la corbata buscaesa cualidad de lo diferente, através del cua la formalidad comin se reinterpreta y adquiere una significacién nueva y distinta en cada oca- sién. También ahi, como en una esquina de la ciudad o en el corte de un sventra ‘mento, lo comiin se afirma con la manifestacién individual Porque la corbata se mueve, mientras el traje “cae” tieso, Y la elegancia de ese movimiento depende de su anchura y de su longitud, de laligereza o el espesor de sutelay, sobre todo, de laintencion estética sobre la que el portante quiere atraer los ojos de la otra persona. La vulgaridad de tantas corbatas “modernas", asi como ico fast la inutlidad de tantas corbatas "clésicas” nos muestra cada dia, con dram: dio, cuanto las estratégicas posiblidades comunicativas de ese interesante apéndi ce son desperdiciadas. Y también, iqué raz6n tenta Eugeni d’Ors al sentenciar que ‘de lo sublime alo ridiculo no hay mas que un paso”! Y no puedo aqui, por respeto ala ocasién, evitar extenderme en comentarios sobre las corbatas en el cuello femenino, Porque ante una bella sefiora con corbata se agolpan en la imaginacién fant contradictoras, y el quiebro semantico es una y otra vez multiplicado en un revoltjo de escurridizas referencias. Pues no € lo androgino ni o militaroide lo que nos turba tras esa potencia lingistica, sino la llama incombustible de la imaginacién y el engafo: la definicién misma de la inteligencia, URBANISMO Y SASTRERIA Hacer de la corbata corte de ciudad es pretender un bacaré, Porque la corbata es, porlo pronto, real, recorte de ciudad. 2Cémo introducir la dea urbana en un retal alargado y doble, entre los 8.5 em de anchuray el1,10 m de longitud, donde el nudo rmarcar.el cambio de ritmo y orientacién, y donde la superposicin de las dos palas habra de sugerir—como en nuestro observar cludadano— todo lo que cortinia mas allade lo que recorremos? SOavNoiD33735 SOLxaL 1g Ciplan urbano en la corbata es Lurnu una tramnpa. E> uri momento fijo de una figura Que, vista en el plano entero, tiene la pretension de latotalidad y la sugerencia de lo inmévil. Son bellos los planos urbanos —aqui los de Hendrik Petrus Berlage, Cer- da, Frederick Law Olmsted y Tony Gamier—en parte por ese inconsciente mensa- je de fijar lo fluido, el tiempo y el espacio de Michel Butor, Gaston Bachelard, Francois Reichenbach y Galileo, de Elio Vittorini y Carl Schorske, en una sola ima- ‘gen, mas o menos compleja, Pero recortar el plano urbano afiade morbo al asunto, y nos hace retenerlo, larguirucho y danzante sobre la incierta camisa, como una. centella de totaldad estrellandose sobre nuestro cotidiano vestido. El recorte que ofrece la corbata es una nueva observacién de la forma urbana total, ya conocida, Por una lupa que sobre nuestro pecho acercara una mano sabia Ojo, No es igual cualquier corte del Central Park. La cuadricula de Cerda, al bies © alhilo es bien distinta. Las hileras de viviendas de la Cité Industrielle cortada en una banda transversal nos dice algo contrarioalo que el plano sistematico sugiere. Afia- dir corte a a ciudad es, en las corbatas, tan rico de significados como lo es en la calle. El corte de la ciudad es nuestra apropiacion de ella, la manera expresiva de ‘nuestra curiosidad. También, seguramente, el modo con el que la inteligencia hace, de lo comin, lo diferente. Paul Citroen, Metropslis, 923, 2 Archizoom, Baris paralelos, Belin, 199, 4 Superstudio, Coketonn, 196, 4 Manuel de Soli Morales, Salat Nazaire, 994-1008 5 Francois Schutten, La cludad dominando los arros antigua, Braclles, 1992. 6 Diego Rivera, Una seclon através dela 7 Arduino Cantafora, Berlin a otra cudad, 8 Wolf Prix, City Collage (Roma, Los “Angeles, Vienay Barcelona), en "Projectar ‘a periferia’, taller, 1992, 9 Jean Nouvel, Proyecto para un puente residencis, Prag, 1991 “0 Radio City Music Hall, The Rockettes, Nuova York 1 Bernard Tschumi Architects/Luca Meri, Ponts-Viles, Lasana, 989, 12 Manuel de Solt-Morales, Génova, +) Manuel de Soli-Morales, Urbatas, sere de ‘cuatro corbatasreproduciende la Ciudad Industrial de Tony Garner en Lyon, el Ensanche de idefons Cerds en Barcelona, Central Park de Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux en Nueva York la extension do a Haya de Hendrik Petrus erage. SoavNo1s93735 SOLX3L eau

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